Artículo de Clubmacro
¿Nos conviene el Alca? ¿Qué nos ofrece la Unión Europea? ¿Hay qué insistir con Brasil y el Mercosur? ¿Argentina debe "hacer la suya" o hermanarse a sus pares?
Estas son algunas de las preguntas que suelen hacerse quienes se detienen a analizar las relaciones económicas internacionales de nuestro país. Obviamente, las respuestas resultan más sencillas cuando se formulan desde lo puramente ideológico, donde suelen hacer pie los paradigmas. Para muchos el Alca es malo porque EEUU es malo y no puede engendrar nada favorable para nuestras naciones. Para otros el Alca es bueno exactamente por lo contrario. De la sencillez de los paradigmas surge su contundencia.
En las antípodas del fundamentalismo ideológico se ubica el oportunismo pragmático, que suele confundir lo nacional con "hacer la nuestra". No pocos piensan, con picardía criolla, usar a Brasil para sacar mayores ventajas propias e ingresar a un Alca más provechoso. Esta técnica, de utilización recurrente tanto entre nosotros como en nuestros vecinos, sólo permite cosechar logros inconsistentes y negativos en el largo plazo.
Para negociar con resultados hay que saber, ante todo, que se quiere y que no se quiere. Es decir, tener objetivos. Los argentinos venimos de un gran fracaso y una profunda confusión, que hoy estamos tratando de revertir, de allí muchas de las vaguedades y vacilaciones en diferentes áreas. A pesar de ello, se están haciendo notorios avances en la redefinición de un proyecto nacional moderno e integrador. Es desde este enfoque que se adelantan algunas reflexiones sobre las negociaciones para la implementación del Alca, el tratado de libre comercio para las Américas que impulsa EEUU, y el Mercosur.
Oportunidades y Amenazas del Alca
En términos simples, el Alca procura reducir las barreras que traban el comercio regional de bienes y servicios. Esto permitirá impulsar nuestras exportaciones al facilitar el ingreso a otros mercados, principalmente EEUU, pero tendrá un costo, ya que afectará la producción local al abrirla a una competencia con más productos extranjeros. ¿Cuál será el resultado final? ¿Favorable o desfavorable para Argentina?
Un reciente estudio ( "Oportunidades y Amenazas del ALCA para la Argentina", diciembre 2002) del Centro de Economía Internacional (CEI), dependiente de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, llega a las siguientes conclusiones:
- El mercado de oportunidades que abre para la Argentina el Alca asciende a 77.000 millones de dólares anuales, de los cuales 67 mil millones corresponden al área Nafta (EEUU, México y Canada) y los restantes 10 mil a la Comunidad Andina.
- A su vez, las oportunidades del Nafta pueden discriminarse entre "fuertes" y "débiles". Las oportunidades "fuertes", estimadas en 19 mil millones/año, provienen de las posibilidades de mayores ventas de productos primarios y manufacturas de origen agropecuario, principalmente carnes, oleaginosas, algodón, cereales, aceites, alimentos elaborados y bebidas. Las "débiles", se estiman en 48 mil millones y corresponden a bienes industriales.
- Por otro lado, las amenazas del Alca al comercio argentino no alcanzarían a 4 mil millones de dólares anuales. Las amenazas "fuertes", estimadas en 2 mil millones, se centran en la eventual perdida de ventas a Brasil de vehículos y autopartes, plásticos y maquinarias, tanto mecánicas como eléctricas.
En definitiva, más allá de las abultadas estimaciones del CEI, la Argentina tendría poco que perder y mucho para ganar con el Alca. Esta sería una consecuencia favorable del desmantelamiento de las barreras de protección al ingreso de bienes y servicios extranjeros realizada por nuestro país durante los 90.
Por el contrario, para Brasil resultan muy dudosos los eventuales beneficios del Alca, ya que debería hacer importantes cambios estructurales y abrir sectores claves de su industria a la competencia externa. De allí, su férrea oposición a un proceso de integración amplio.
Si los resultados de los estudios técnicos resultan tan concluyentes ¿Por qué resistirse al Alca? ¿Por qué acompañar a Brasil en su confrontación con EEUU, negociando como bloque Mercosur? ¿Es sólo una táctica o hace a una estrategia nacional?
Desarrollo nacional y Mercosur
El eje de una estrategia de desarrollo nacional pasa por la industrialización del país. Este debe ser el patrón de medida y evaluación de las acciones que se adopten tanto en materia de política interna como exterior.
Posiblemente, el Alca pueda resultar más beneficioso que el Mercosur a la Argentina actual. Sin embargo, un Alca amplio favorecerá la consolidación del modelo de país vigente, extractivo y agrario, productor de bienes con bajo valor agregado, del que participan sólo un puñado de industrias sobrevivientes del genocidio económico practicado en los últimos 26 años. En ese contexto los mayores logros serán la expansión de la producción y exportaciones primarias. Esta alternativa beneficia a la Argentina pero no a los argentinos.
Obviamente, si se pretende construir un país industrializado este no es el camino. Aquí es donde cobra relieve el Mercosur y, en particular, una moderna integración con Brasil.
La resistencia de Brasil al Alca beneficia, vía Mercosur, a la Argentina, ya que le ofrece la mejor posibilidad de reconstruir las defensas necesarias para su reindustrialización. El Mercosur es mercado, pero también una opción para reagrupar fuerzas tras un objetivo nacional, ante la claudicación o confusión de nuestra dirigencia. Encolumnarse tras Brasil en las negociaciones del Alca no es hacer seguidismo sino supervivencia.
Sin embargo, esto no es suficiente. Es necesario un nuevo Mercosur, que permita el desarrollo equilibrado y la industrialización de todos sus integrantes. Para ello, se debe ir más allá de los aspectos normativos e institucionales y tejer una malla de relaciones económicas que sirvan de soporte eficaz a este nuevo proceso de integración.
De allí, la necesidad de promover la complementariedad e integración productiva del sector privado, tanto al nivel de empresas como de sectores, así como la cooperación del sector público en proyectos estratégicos.
Autor: Alberto Pontoni - 2003
Abogado (UBA) y Master en Economía (PUC-Perú). Profesor de Macroeconomía y Política Económica en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Buenos Aires.
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