Se denomina devaluación a una depreciación del tipo de cambio bajo un sistema de tipo de cambio fijo (subida del tipo de cambio).
Bajo un sistema de tipo de cambio fijo, la autoridad monetaria es la encargada de definir el valor del tipo de cambio. Una devaluación se produce cuando la autoridad monetaria decide asignar un valor más elevado al tipo de cambio. Por ejemplo, en Brasil, en el año 1999, el dólar pasó de valer un real, a dos reales, lo que implica que ocurrió una devaluación. En la década de 1970 se produjeron sucesivas devaluaciones programadas por el gobierno (la denominada “tablita cambiaria”).
El concepto equivalente al de devaluación bajo un sistema de tipo de cambio flexible es el de depreciación.
¿Por qué se produce una devaluación?
El tipo de cambio de equilibrio de largo plazo está determinado por la oferta y demanda de divisas de largo plazo. Bajo un sistema de tipo de cambio fijo, el tipo de cambio observado difiere del tipo de cambio de equilibrio de largo plazo. Cuando esta diferencia es grande, produce presiones a una subida del tipo de cambio. Generalmente, tarde o temprano, los países que tienen tipos de cambio fijos se enfrentan al dilema de producir una devaluación o no, o abandonar el tipo de cambio fijo hacia un sistema de tipo de cambio libre o de flotación sucia.
Cuando el tipo de cambio de equilibrio de largo plazo se eleva en relación al tipo de cambio observado, los exportadores tienen mayores dificultades para colocar su producción en el exterior y a los consumidores se les encarecen los bienes nacionales en relación a los extranjeros. Esto produce que la demanda agregada de bienes locales disminuya y se produzca desempleo en el país. Los partidarios de una devaluación afirman que una devaluación ayudará al país a recuperar su competitividad internacional y así a la economía a salir de la recesión, eliminar el déficit comercial y disminuir el desempleo. Los que están en contra de una devaluación afirman que una devaluación está en contra del mismo sistema de tipo de cambio fijo, que los agentes económicos esperarán que una nueva devaluación en el futuro y esto presionara para que en el futuro se produzcan nuevas devaluaciones que son perjudiciales para el funcionamiento del sistema de precios. Esto se produciría porque el gobierno que devaluó se gana la fama de ser propenso a una devaluación. Además, afirman que incluso sin una devaluación (nominal), la economía se ajusta automáticamente a través de un ajuste en los precios y no en el tipo de cambio nominal.
Cabe mencionar, que muchos economistas afirman que la crisis argentina de 2001/2002 se hubiese atenuado si se hubiese producido una devaluación o se hubiese abandonado el tipo de cambio fijo anteriormente. También se atribuye la crisis mexicana de 1994 a la decisión de México de no devaluar antes.
Una devaluación, si bien afecta el tipo de cambio real de corto plazo, no afecta el tipo de cambio real de largo plazo.