Economía y Ecología

Ambos vocablos, economía y ecología, tienen origen en el vocablo griego 'oikos', que significa hogar.


La ecología estudia los sistemas naturales. Las actividades económicas (uso de recursos para satisfacer necesidades humanas) tienen un impacto ambiental. Por ejemplo, si una porción de bosque se tala para producir alimentos en esa porción de tierra, esto puede impactar en la disminución de la población animal y vegetal, la erosión y desertificación del suelo, anegamientos, posible pérdida de biodiversidad, etc. Muchos de estos efectos pueden ser irreversibles.

La economía brinda herramientas útiles para analizar problemas ecológicos. El concepto de externalidades positivas y negativas, la evaluación social de las actividades económicas, las motivaciones del mercado para explotar ciertos recursos no renovables, etc., son algunos de los conceptos de la economía que sirven para analizar problemas ecológicos y evaluar políticas como impuestos que acerquen los costos privados a los costos sociales. También se puede analizar el problema ecológico como una elección intergeneracional, ya que muchas actividades trasladan los costos sociales de las mismas hacia generaciones futuras, al mismo tiempo que las generaciones actuales estamos pagando los costos de actividades realizadas en el pasado.

El sistema capitalista actual generó un modo de vida basado en el consumo masivo de bienes y servicios. La competencia entre los productores en muchos sectores de la economía lleva a la búsqueda de disminución de costos de producción. Esta minimización de costos suele tener consecuencias negativas en el medio ambiente. Los productores de granos utilizan agroquímicos. Las actividades pesqueras masacran poblaciones de peces. Las compañías mineras contaminan millones de litros de agua y destruyen enormes superficies. Las papeleras también contaminan cursos de agua. Parte de la extracción de madera se realiza de bosques nativos y no de plantaciones auto-sustentables.


Existen situaciones en las que los poderes económicos (grandes empresas, compañías mineras, monopolios, holdings empresariales) ejercen presión política sobre las actividades regulatorias del gobierno e intentan manipular a la opinión pública para minimizar la concepción del impacto ambiental que sus actividades generan. Para estas actividades, cuentan con gigantescos recursos financieros, además de una gran red de relaciones y contactos.

El hecho de que un elevado nivel de consumo y la ostentación del mismo sea considerado como un valor positivo para la sociedad actual, tiene grandes implicancias para la ecología. Los niveles de consumo son excesivos porque los precios de los productos no internalizan todos los costos ecológicos para producirlos. Al mismo tiempo, los incentivos de los políticos no son favorables para la adopción de políticas para evitar o disminuir actividades económicas que tienen un impacto ambiental negativo, ya que muchas medidas "ecológicas" implican mayores precios de productos finales y/o menor cantidad de consumo y producción de bienes y servicios, además del factor de grupos de presión que mencionamos en el párrafo anterior.

El indicador mas utilizado para medir el crecimiento de las economías es el PIB, el cual no tiene en cuenta si las actividades económicas generan contaminación ambiental.


Un elevado nivel de consumo genera un gran uso de energía para actividades producción y transporte, tanto de parte de las empresas como de los consumidores. El elevado uso de energía tiene consecuencias ambientales que van desde el impacto ambiental que cada represa hidroeléctrica produce, hasta el calentamiento global provocado por la emisión de gases de efecto invernadero.

Un factor que se observa en los países latinoamericanos es la inequidad en la distribución de la renta. Esto dificulta la aplicación de ciertas medidas. Por ejemplo, un aumento del costo de la energía no renovable (gas natural, hidrocarburos, etc.) para promover el uso de energías alternativas (solar, eólica) o para internalizar el costo social de las mismas, afectará mucho mas a las personas con bajos niveles de ingresos, que de por sí consumen proporcionalmente menos energía, mientras que en los sectores de elevados recursos, que consumen relativamente mas hidrocarburos y energía, el impacto en la cantidad consumida será muy poco, debido a que la proporción entre el gasto en energía e ingresos de esos sectores es muy baja. Además, se debe tener en cuenta que el sector energético es un sector estratégico y que afecta a los precios de todos los artículos de la economía, por lo que un aumento del precio de la energía tiene efectos macroeconómicos como un aumento de la inflación. Por otro lado, medidas de este tipo tomadas por un país en forma aislada, comprometerá su competitividad a nivel internacional, por lo que se debe alcanzar un elevado nivel de coordinación internacional. Los esfuerzos en este sentido (protocolo de Kyoto, encuentros internacionales sobre cambio climático, etc.) han fracasado hasta ahora.

Para concluir, podemos decir que ciertas actividades económicas impulsadas por la estructura económica actual son perjudiciales para la salud de los ecosistemas. También existen fallas intrínsecas en los sistemas de poder (sistemas políticos y grupos de presión) que dificultan la adopción de políticas para que los precios de los productos internalicen los costos sociales de la producción de los mismos.

Econlink (2009) https://www.econlink.com.ar/economia-ecologia