Respaldo a favor de investigador que advierte sobre el Glifosato

Andrés Carrasco es un investigador de la UBA-Conicet. Carrazo encabezó una investigación, que concluyó que el glifosato, herbicida utilizado para la soja transgénica, puede producir malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas. Las dosis utilizadas para el estudio estuvieron debajo de los niveles que se usan en las fumigaciones.


La principal marca del Glifosato es Roundup, de la multinacional Monsanto.

Luego de la publicación de la investigación, compañías agroquímicas, cámaras empresariales y algunos funcionarios y medios de comunicación descalificaron a Carrasco, que también denunció amenazas anónimas y una intimidación por parte de la Cámara Argentina de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes.

Ante la campaña de desprestigio, Carrasco dijo:

[quote]“Creen que pueden ensuciar fácilmente treinta años de carrera. Son hipócritas, cipayos de las corporaciones, pero tienen miedo. Saben que no pueden tapar el sol con la mano. Hay pruebas científicas y, sobre todo, hay centenares de pueblos que son la prueba viva de la emergencia sanitaria”[/quote]


Ante las descalificaciones hacia carrasco, un grupo de mas de 300 científicos firmaron una carta donde se repudian los "ataques y amenazas".

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Voces de alerta

Los abajo firmantes, científicos, académicos, intelectuales, artistas hacemos pública nuestra posición crítica ante toda intromisión mercantilista y pragmática del poder económico sobre la autonomía del sistema científico-universitario. Con la retórica del “productivismo” que corre en estos tiempos –diferenciándose de la acumulación financiera de décadas anteriores- se busca sacar del debate aquello que en la comunidad internacional hace tiempo está siendo objeto de preocupaciones y acciones de redes científico-académicas: el conocimiento, especialmente el público, ¿está sitiado por el mercado?, ¿qué condiciones de ejercicio hay para la independencia científica y, sobre todo, para ejercer el derecho ético de dar voz de alarma ante los daños, sin sufrir represalias o sanciones más o menos veladas? La comunidad académico-científica tiene sus Voces de alerta, con argumentos de las llamadas “ciencias duras” – biología, geología, glaciología, química, etc., entre otras-, y también de las “ciencias blandas” –ciencias médicas, derecho, sociología, ecología social, economía política, arqueología, antropología, educación, etc.- entre varias destacables. Científicos y universitarios están procurando ser escuchados para evitar y/o mitigar los riesgos ciertos de daños irreparables y, sobre todo, de un gran sufrimiento social.

El discurso de políticos, funcionarios, comunicadores y mediadores contratados por las corporaciones económicas producen, a manera de discurso único el canto de sirena del “desarrollo sustentable” del modelo sojero y la “minería responsable” como factor de transformación, y ese discurso hegemónico es estratégicamente legitimado por actores universitarios y científicos pagados por las transnacionales en un sistema público que ha sido desapropiado. ¿Qué condiciones hay para que las voces críticas de universitarios y científicos contra el modelo extractivista sean escuchadas? ¿Qué posibilidades de construir agenda pública sobre estos temas acuciantes para el bien común? ¿Qué promoción de ciudadanía y exigibilidad de derechos caracteriza a este escenario, donde las voces independientes y críticas, con la autoridad de saberes y trayectorias no cooptados, son negadas, difamadas, silenciadas, cuando no malversadas?

En estos momentos de gran debate por la aparición pública de los resultados de una investigación de agroquímicos de expandida difusión en la agricultura argentina afirmamos nuestra decisión por mantener un sistema científico universitario autónomo de los grandes intereses económicos corporativos; con libertad de pensamiento e investigación, enmarcados en los principios éticos de cada campo disciplinar y en la ineludible responsabilidad para con las sociedades y sus sectores sociales de mayor vulnerabilidad.

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Entre las firmas figuran Federico Schuster, León Rozitchner, Alejandro Grimson, Maristella Svampa, Mirta Antonelli, Horacio Machado, Miguel Teubal, Norma Giarracca, Inés Izaguirre, Horacio Tarcus, Pablo Alabarces, Ana María Fernández, Claudia Briones, Alejandro Kaufman, Horacio Verbitsky, Atilio Boron, Juan Carlos Marín, Roberto Gargarella, Sara Rietti, Nora Cortiñas, Adolfo Pérez Esquivel, Luis Zamora, Pino Solanas, Susana Checa, Gabriel Kessler y Norberto Alayón, entre otros. También suscriben reconocidos intelectuales internacionales como Boaventura de Sousa Santos, Walter Mignolo, Arturo Escobar, Gustavo Lins Ribeiro, Héctor Alimonda, Alex Fernández Jilberto, Bernardo Mançano Fernández y Ana Esther Ceceña. Adhieren organizaciones como CELS, Serpaj, Grupo de Gestión de Políticas de Estado de Ciencia y Tecnología, el Frente Darío Santillán y Cemida.


fuentes: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-124689-2009-05-11.html

http://www.lavoz.com.ar/09/05/11/Respaldo-experto-advirtio-glifosato.html