Política económica seguida en México para controlar la inflación durante los primeros años de la década de los ochentas

Autor: Andrea Salas Ortiz


Introducción: Problema de investigación

La economía mexicana ha cursado por un largo período de transición del modelo de industrialización por sustitución de importaciones y su secuela del boom petrolero hacia el modelo de economía abierta. Esta transición no ha sido fácil y ha descrito un largo período para la estabilización de las variables macroeconómicas a través de la política económica de ajuste. Como primer acercamiento a nuestro objeto de estudio, se hace un análisis econométrico acerca de la importancia de la inflación durante la década de los 80´S. La conclusión es simple: durante la década de 1980 a 1990 la inflación fue una variable de gran peso para la dinámica económica del país. Como punto uno, la relación entre la variable inflación y el PIB es negativa esto se traduce como que a mayor inflación menor PIB, en segundo lugar el resultado que arrojó la regresión lineal es, por 1 unidad de aumento en la inflación el PIB descenderá 0.06 puntos porcentuales. Para más información, ver en Anexo la parte técnica de dicho análisis econométrico.

Por lo tanto, para comenzar la recuperación económica era prioridad estabilizar la inflación. El presente trabajo está centrado en las políticas económicas seguidas para controlar los precios y tiene como Hipótesis central: La política económica seguida por el gobierno a través del PIRE, no fue la correcta ante el elevado incremento de los precios durante la crisis de 1982.


PRIMERA GRAN INFLACIÓN 1982-1983

En 1983 la dinámica de la inflación estuvo determinada tanto por los desequilibrios económicos y financieros que se agravaron considerablemente a fines de 1982, como por los esfuerzos realizados durante 1983 para corregirlos.

Por lo que toca a la inercia inflacionaria que era preciso contener, las condiciones del mercado cambiario que imperaron en los últimos meses de 1982 afectaron desfavorablemente la evolución de los precios durante el año siguiente. La aguda escasez de divisas que se experimentaba entonces, y los problemas administrativos inherentes al control de cambios, sobre todo en sus inicios, dificultaron considerablemente la importación de los insumos requeridos por la planta productiva del país.


Asimismo, las sucesivas devaluaciones del peso se tradujeron en una elevación del costo en moneda nacional de los componentes importados y en una presión al alza en los precios internos de los bienes y servicios comerciables internacionalmente.

Los elementos anteriores plantearon restricciones a la oferta interna que sólo podrían corregirse gradualmente, y su efecto sobre el ritmo de la inflación se vio reforzado por la gran liquidez que había acumulado la economía a fines de 1982, como consecuencia del enorme déficit fiscal. Así, en diciembre de 1982 y enero de 1983, los precios al consumidor se incrementaron 10.7 y 10.9 por ciento, respectivamente.

De haberse repetido crecimientos mensuales de precios de ese orden durante el resto del año, en 1983 se habría llegado a una inflación cercana a 250 por ciento. Por ello, las expectativas de inflación se vieron afectadas adversamente. De hecho, al iniciarse el año, algunos analistas que siguieron de cerca el comportamiento de la economía mexicana pronosticaban que la inflación en 1983 sería aún superior a la observada en 1982.

Estructura de la inflación en 1982

Desde la segunda mitad de 1978 hasta el final de 1980, la proporción de los productos cuyos precios cambiaron a ritmos similares al promedio tendió a decrecer sustancialmente. En 1981, este fenómeno comenzó a revertirse y la magnitud de la dispersión de las tasas de crecimiento de los precios tendió a ser cada vez menor conforme transcurrió el año. Al observar las distribuciones mensuales de los precios relativos durante 1982, se puede concluir que, en promedio, el número de artículos cuyos precios siguieron a la inflación fue muy similar al de 1981. Sin embargo, debe mencionarse que los artículos que en 1982 eliminaron el rezago de sus precios tienen gran importancia en la “canasta” del consumidor, lo cual permitió que la estructura de precios suprimiera fuertes tensiones. Esto fue consecuencia de las más frecuentes revisiones de los precios y tarifas oficiales realizadas en 1982.

Todo lo anterior denota que la estructura de precios tuvo que sacudirse en un corto lapso las tensiones acumuladas durante varios años. No debe dejar de señalarse que la liberación de estas presiones, causó la fuerte aceleración que la velocidad de aumento de los precios experimentó en 1982, y que los llevó a registrar la más alta tasa de crecimiento de la historia.

Consecuencias: PRECIOS 1982

En 1982, el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró un crecimiento de 98.8 por ciento, medido de diciembre de 1981 a diciembre de 1982. En el mismo período, el Índice de Precios al Mayoreo en la Ciudad de México se incrementó en 92.6 por ciento y el Índice Nacional de Precios Productor lo hizo en 93.5 por ciento.

De acuerdo a la comparación de los niveles promedio de los índices respecto 1981, las variaciones son las siguientes: 58.9 por ciento en el caso de los precios al consumidor, 56.1 por ciento para los precios al mayoreo, y 57.5 por ciento para los precios productores.

La magnitud de los aumentos registrados por los precios se siguió asociando a la expansión de la demanda agregada -principalmente impulsada por el crecimiento del gasto público- que siguió haciendo frente a una oferta incapaz de responder con la misma rapidez. Por otra parte, a esto deben agregarse los efectos de los ajustes en la paridad cambiaria ocurridos a lo largo del año, y las alzas que se autorizaron en productos bajo control oficial de precios -sobre todo en los bienes y servicios producidos por el sector público- con el fin principal de reducir las erogaciones del sector por concepto de subsidios y, en algunos casos, de evitar el consumo excesivo. Estos dos factores explican la intensa aceleración que el ritmo de crecimiento de los precios experimentó en la segunda mitad del año. Puede observarse que en la primera parte del año el incremento de los precios de algunos servicios fue relativamente más vigoroso. En esta etapa, los prestadores de dichos servicios tuvieron cierta delantera en cuanto a ajustarse a las altas expectativas de inflación. Sin embargo, dicha ventaja se perdió en el transcurso del año.

Precios al consumidor

Al analizar la evolución mensual del Índice Nacional de Precios al Consumidor, puede encontrarse una clara tendencia hacia la aceleración en el ritmo de ascenso de los precios. En efecto, en el primer semestre del año la tasa media de crecimiento mensual del índice se fijó en 4.7 por ciento, con los incrementos menores en febrero y en marzo (3.9 y 3.7 por ciento, respectivamente).En contraste, durante el segundo semestre esa tasa media aumentó a 7.1 por ciento, con los movimientos más elevados en agosto y en diciembre (11.2 y10.7 por ciento).

El comportamiento de los precios en el segundo semestre se explica, como ya se apuntó, por la influencia de los ajustes en la cotización del peso y las autorizaciones para aumentar los precios de bienes y servicios tan importantes dentro del consumo familiar como el pan, las tortillas, la gasolina, el azúcar, y los servicios eléctricos y de transporte público.

Por otra parte, es interesante destacar el hecho de que, en 1982, por vez primera en los últimos seis años, las mercancías experimentaron un mayor crecimiento de precios que los servicios. El relativamente bajo incremento de los precios de las mercancías en esos seis años, pudiera ser explicado por la favorable contribución de las importaciones en la oferta agregada que la economía experimentó en el lapso. Efectivamente, mientras en el período 1977-81 el índice correspondiente a los servicios aumentó en 200.6 por ciento, el de las mercancías lo hizo en 169.6 por ciento. En 1982, el fenómeno se revirtió y los incrementos fueron de 106.1 por ciento para las mercancías y de 85.4 por ciento para los servicios. En 1981, los aumentos correspondientes fueron de 26.4 y 32.4 por ciento, respectivamente.

Otros bienes y servicios con crecimiento de precios mayor al promedio y que influyeron en el incremento del índice general son: leche fresca y procesada (101.2 por ciento en promedio), pan (116.7 por ciento), carne de res (104.5 por ciento), refrescos embotellados (135 por ciento), aceites y grasas vegetales comestibles (110.2 por ciento), carne de pollo (104.2 por ciento), servicios médicos (100.8 por ciento), servicios de restaurantes y bares (99.7 por ciento), azúcar (122.2 por ciento) y tortillas (99.5 por ciento). Como vemos estos son productos bastantes consumidos por toda la sociedad, ésta fue la que pago el costo del ajuste; Resultaba un verdadero lujo consumir azúcar, carne o tortillas a ese precio.

POLÍTICA ECONÓMICA LLEVADA A CABO BAJO EL PIRE (Programa inmediato de reordenación económica)

Ante éste panorama el gobierno entrante no podía hacer otra cosa que no fuera la puesta en marcha de un programa que revirtiera o solucionara la situación por la que atravesaba el país. De La Madrid reconoce la situación de emergencia y anuncia el PIRE. El Programa inmediato de reordenación económica cuyos objetivos generales fueron:

- reducir la inflación

- proteger el empleo y la planta productiva

recuperar el crecimiento sostenido de la economía

Para que esto se pudiera llevar a cabo se tomaron las siguientes medidas:

- Drásticos recortes al gasto público ( sobre todo el de inversión y el social )

- Incrementos sustanciales en los precios y en las tarifas de los bienes y de los servicios públicos (a fin de alinearlos con los costos de producción y los precios internacionales)

- Aumento en algunos impuestos indirectos (por ejemplo; elevar de 10 al 15% el IVA)

- El salario mínimo se fija en función de la meta inflacionaria que el gobierno establece año con año

Se inicia la reducción de aranceles y otros controles cuantitativos a la importación de mercancías.

Sin embargo el PIRE fracasó porque no se pudo llevar el PIB a pendiente cero, de hecho decreció, ni tampoco se pudo controlar la inflación Ver anexo cuadro 2 al grado que se pretendía.

El Fracaso del PIRE

Cuando se anuncio el PIRE se esperaba que a raíz de las medidas adoptadas el costo fuera un crecimiento nulo de la producción en 1983, para que después existiera una recuperación gradual hasta recuperar el ritmo de 5 % anual.

La expectativa era que la inflación bajará a 18 %, sin embargo el comportamiento de ambos indicadores fue muy diferente Se puede apreciar en la tabla 1 y 2 del Anexo el comportamiento de dichos indicadores. El PIB cayó y la inflación creció a un nivel alarmante, obviamente bajo este contexto fue imposible recuperar la tasa de crecimiento. Lo que si ocurrió fue el rebasar el saldo de la cuenta corriente, el superávit fue mayor al planeado. El déficit fiscal fue la única variable que se comporto según lo previsto.

La crisis de balanza de pagos de 1985 llevó a que el gobierno siguiera una política económica ortodoxa afrontándola mediante la devaluación del peso y la reducción del déficit fiscal. Pero hubo un deterioro en cuanto al relajamiento de la postura fiscal del gobierno, y la revaluación del tipo de cambio que condujeron a un deterioro nuevamente de la balanza de pagos.

La estrategia para combatir la inflación no tuvo éxito, porque no era suficiente aumentar los precios clave al mismo ritmo que la inflación esperada, de hecho el resto de los precios continuaba aumentando por inercia y como resultado de la falta de credibilidad del programa

La falta de credibilidad jugó un papel sumamente importante en el fracaso de estas políticas, dado que el sector privado estaba consciente de las implicaciones del peso de la deuda externa y lo difícil que era lograr la estabilidad en esas condiciones, y sumémosle el relajamiento del déficit fiscal y el deterioro de la balanza de pagos.

¨ Los hechos subsecuentes en México sugieren que las medidas incluidas en el PIRE no bastan para reducir la inflación y corregir los desequilibrios macroeconómicos. Las medidas se basaban en el supuesto de que una reducción del déficit fiscal nominal, combinada con una gran devaluación inicial seguida de un tipo de cambio fijo, bastaría para detener la inflación y restablecer el equilibrio en la balanza de pagos.¨ (LUSTING, 2002)

Sin embargo, este enfoque subestimo la tensión que se crea entre los objetivos de reducir el déficit fiscal y eliminar la distorsión de los precios relativos (incluido el tipo de cambio), por una parte, y en control de la inflación por la otra. Aunque los salarios no estuvieran plenamente indizados2 a la inflación pasada, la corrección de precios relativos, la devaluación de la moneda y el aumento en los precios de los bienes y servicios públicos, provocaban aumentos en otros precios y propiciaron una mayor inflación.

Conclusión

Se acepta la hipótesis de que efectivamente la Política económica a través del programa inmediato de reordenación económica fue incorrecta.

Lo anterior se asevera dado que; En 1982 se seleccionó, dentro de la gama existente de posibilidades, una estrategia en particularmente ortodoxa y un conjunto limitado de objetivos. En los últimos tres años las metas fijadas bajo estos criterios no han podido satisfacerse. Si bien ha sido posible cumplir los compromisos del gobierno frente al exterior, ello fue a costa de una gran depresión de la demanda interna. Ésta resultó muy superior a lo requerido para pagar los intereses de la deuda externa mediante la transferencia de recursos reales al resto del mundo. Estos acontecimientos tienen su principal origen en el énfasis puesto en la represión fiscal, que ha sido instrumento central de la política económica. Lejos de controlar la inflación, ha contribuido a exacerbarla. Es una paradoja preocupante que cuento más incide ésta política en perpetuar la inflación a través de los recortes en los ingresos reales, con la consecuente intensificación de las presiones de costos.

Otra paradoja que amerita reflexión es la de pretender, de manera simultánea, cubrir los intereses de la deuda externa, lo que requiere de elevados superávit en bienes y servicios no factoriales, e instrumentar una política de liberalización comercial. La contradicción, en las actuales condiciones internacionales, solo puede resolverse por la vía de estancamiento económico. El cambio estructural más probable que se deriva de ello es el que caracteriza a la desindustrialización. Difícilmente se elevara la eficiencia y la productividad del sector manufacturero cuando, a causa de una política fiscal y monetaria, la demanda interna se deprime y, a consecuencia de la comercial, una proporción creciente de esta se nutre de importaciones. En estas circunstancias es poco lo que el mecanismo del mercado puede lograr autónomamente. Se requiere una política industrial activa, el ausente más conspicuo de la estrategia gubernamental actual.

Autor: Andrea Salas Ortiz3

ANEXO:

Parte técnica del Análisis econométrico, Inflación en México de 1980-1990

Dicho análisis de realizo a través de un modelo de regresión lineal simple, teniendo como variables al PIB (Variaciones anuales porcentuales) e inflación (variaciones anuales porcentuales) mediante el método de mínimos cuadrados ordinarios.

Supuestos econométricos:

- El modelo de regresión es lineal en los parámetros;

- El valor medio de la perturbación u¡, es igual a cero. Homoscedasticidad o que la perturbación aleatoria o variable estocástica (u¡). Tiene la misma varianza.

- Las variables estocásticas son independientes entre sí

- Las variables estocásticas tienen una distribución normal.

- Las variables X y Y no tienen errores de observación

- Los parámetros son factores fijos de ponderación para toda la muestra.

Interpretación a partir de la ecuación estimada:

INFLACIÓN = 83.0252 – 6.6902 PIB + + ?T T

Si el PIB fuera cero, el valor promedio de la inflación es de 83.0252.

Considerando nuestras expectativas, la relación económica entre las variables del modelo estimado, la inflación en función del PIB sostiene una relación inversa o negativa, como efectivamente habíamos establecido.

La tasa de cambio del consumo con relación al ingreso se da con una ¨ Velocidad¨ de -6.7 puntos porcentuales.

La variable residual representa a las variables omitidas dentro del modelo. Es la base para medir los errores de todas las unidades de la muestra.

Si partimos del procedimiento de ¨ Data mínima ¨ y revisamos el valor de Student en la ecuación de referencia, y también en los valores de tablas, tanto al 99% como al 95% de confianza (2.539- 2.093) podemos concluir que estadísticamente los coeficientes obtenidos, de acuerdo al valor de los errores, son insesgados y consistentes.

La probabilidad de error es prácticamente cero.

El estadístico Durbin Watson, está por arriba del intervalo 0.738- 1.038 por lo tanto no existe autocorrelación en el modelo.

A continuación se muestra la regresión hecha mediante el paquete estadístico E-Views.


 

Dependent Variable: INFLACION

Method: Least Squares

Date: 11/10/11 Time: 21:20

Sample: 1978 1990

Included observations: 13

Variable

Coefficient

Std. Error

t-Statistic

Prob.

C

83.02526

11.30537

7.343878

0.0000

PIB

-6.690247

1.991340

-3.359670

0.0064

R-squared

0.506447

Mean dependent var

58.72423

Adjusted R-squared

0.461579

S.D. dependent var

42.69366

S.E. of regression

31.32741

Akaike info criterion

9.867502

Sum squared resid

10795.47

Schwarz criterion

9.954417

Log likelihood

-62.13876

F-statistic

11.28739

Durbin-Watson stat

2.069497

Prob(F-statistic)

0.006368

Fuente: Elaboración propia con datos consultados en BIE.

 

 

Cuadro 1; Balanza de pagos, saldo de la cuenta corriente México 1980-1985

Concepto

 

 

 

 

 

 

1980

1981

1982

1983

1984

1985

Saldo de la Cuenta Corriente

-10,434.1

-16,240.6

-5,890.1

5,859.6

4,183.4

799.5

Ingresos

24,860.7

31,111.5

30,972.0

32,928.6

37,830.5

35,858.9

Egresos

35,294.8

47,352.1

36,862.1

27,069.0

33,647.2

35,059.4

Fuente: www.cefp.gob.mx/intr/e-stadisticas/copianewe_stadisticas.html

 

Cuadro 2; Indicadores macroeconómicos de México. Inflación y PIB (Variaciones anuales)

AÑO

INFLACIÓN ANUAL

Variación anual del PIB a precios de 1993

1978

16.0767%

8.96

1979

20.0762%

9.7

1980

29.8413%

9.23

1981

28.6879%

8.53

1982

98.8600%

-0.52

1983

80.7643%

-3.49

1984

59.1614%

3.41

1985

63.7481%

2.19

1986

105.7460%

-3.08

1987

159.1668%

1.72

1988

51.6608%

1.28

1989

19.6941%

4.11

1990

29.9323%

5.18

Fuente: Elaboración propia en base a los datos de WWW.inegi.org.mx

Bibliografía

BRAILOVSKY Vladimiro, CLARKE Roland, WARMAN Natán (1989), ¨La política económica del desperdicio¨ México en el periodo 1982-1988. Facultad de economía de la UNAM.

INEGI; Sitio On Line www.inegi.org.mx Fecha de consulta: 03 de Noviembre de 2011

LUSTING Nora, (2002) ¨México: Hacia la reconstrucción de una economía¨ El colegio de México y Fondo de cultura económica.

SALINAS CALLEJAS Edmar, TAVERA CORTÉS Maria Elena ¨LA TRANSICIÓN DE LA ECONOMÍA MEXICANA 1982-2000¨ http://www.redcelsofurtado.edu.mx/archivosPDF/riosalinas.pdf

TELLO Carlos, (2007) ¨Estado y desarrollo: México 1920-2006¨ UNAM, Facultad de Economía.