Debilitamiento del Real

Por Horacio Pozzo



En este verano, muchos argentinos cambiaron a último momento el destino de sus vacaciones y se han ido a disfrutar de las playas de Brasil. Es que la fuerte devaluación del real brasileño desde principios del mes de setiembre del año pasado modificó significativamente el costo de veranear en Brasil haciéndolo más accesible.

En estos momentos el dólar en Brasil cotiza en alrededor de R$ 2,3, cuando el primer día del mes de setiembre de 2008 se ubicaba en R$ 1,63. Proyecciones preliminares de la autoridad monetaria consideran que el dólar se puede ubicar en el nivel actual hacia finales de 2009, pero el fuerte deterioro observado en la economía brasileña conjuntamente con el sombrío panorama internacional puede debilitar aún más a la moneda de Brasil.



La crisis financiera internacional ha provocado una gran salida de capitales de los países sudamericanos afectando el valor de sus monedas. En el caso de Brasil, dicha fuga de capitales aún no se ha detenido y sigue presionando sobre el valor del real, obligando al Banco Central de Brasil a intervenir para sostener su valor.

Durante el mes de enero, el flujo cambiario de Brasil mostró un rojo de US$ 3.018 millones (en diciembre el mismo había arrojado un saldo negativo de US$ 6.373 millones).

La huida de capitales de la economía brasileña producto de la estrategia de los inversores de migrar hacia posiciones más seguras, se potencia con el deterioro de los indicadores económicos de Brasil.



Las perspectivas de la economía brasileña en el corto plazo no son para nada positivas y ello ha llevado a que el pasado miércoles, el presidente Lula da Silva anunciara la ampliación en US$ 61.260 millones del Programa de Aceleración del Crecimiento con el objeto de sostener el crecimiento económico. Actualmente, el mercado espera que la economía brasileña alcance un crecimiento del 1,8% para este año.

Hace unos días se conoció que en el mes de diciembre, el indicador de producción industrial en Brasil sufrió la peor caída desde que el mismo se creó en el año 1991 al registrar una contracción del 12,4%. Ello tomó por sorpresa al mercado que esperaba una baja del 6,6%. Con el deterioro en el crecimiento económico la moneda brasileña se debilita en el corto plazo.

Se podría pensar que el fuerte debilitamiento del real podría mejorar la balanza comercial brasileña pero este no es el caso. En el mes de enero del presente año, la economía brasileña experimentó su primer déficit comercial desde el 2001, producto de la fuerte contracción en sus exportaciones. El rojo comercial ascendió a US$ 518 millones (en diciembre de 2008, la balanza comercial de Brasil había registrado un superávit de US$ 2.301 millones).

En Argentina existía temor acerca del efecto del debilitamiento cambiario en Brasil sobre el resultado de balanza comercial. Argentina arrastra más de 60 meses de déficit de balanza comercial continuados con Brasil. Pero a pesar del debilitamiento de la moneda brasileña, en el mes de enero, el déficit comercial de Argentina con Brasil cayó significativamente y fue el menor de los últimos cinco años y medio al alcanzar un valor negativo de US$ 88 millones.

El debilitamiento del real antes que beneficios para la economía de Brasil, puede generar problemas por el frente inflacionario lo cual pondría en una situación incómoda al Banco Central de Brasil sobre la decisión acerca de la dirección de su política de tasas de interés.

Si bien durante el mes de enero, la tasa de inflación minorista se aceleró, ello respondió a un aumento estacional en el precio de los alimentos y a un ajuste en tarifas del transporte público y no a una aceleración producto del traslado del debilitamiento del real sobre los precios internos.

Por el momento, las expectativas inflacionarias se mantienen ancladas y desde el mercado brasileño se espera una tasa de inflación para este año del 4,3%. Pero el Banco Central de Brasil no se puede descuidar en este aspecto por lo que no sería de extrañar que tome una actitud más prudente en el manejo de su política de tasas.

Si algo hay que decir a favor del gobierno de Lula es que el fuerte debilitamiento que está padeciendo el real no es producto de errores en su política económica. De hecho, la política económica llevada adelante por el mandatario brasileño, es bien vista por la población. Prueba de ello es que Lula alcanzó en esta semana un nuevo récord histórico de popularidad, al lograr una aprobación del 84 %. Este nivel de aprobación se hace más destacable si se considera que Lula hace ya varios años que está en el poder, lo que podría esperarse que ello le hubiera generado un cierto desgaste que en su caso no ha sido así.

Más allá de la existencia de errores o no en la gestión de política económica de Brasil, lo cierto es que al país le está costando detener la fuga de dólares. Desde el mercado existe una gran incertidumbre sobre la dinámica que observará el mercado cambiario en Brasil y el déficit en dicho mercado seguirá presionando al valor del real brasileño.

Para tranquilidad del mercado, el Banco Central de Brasil renovó recientemente su acuerdo de asistencia financiera con la Reserva Federal de los Estados Unidos. Dicho acuerdo se extendió hasta el mes de octubre del presente año y mediante el mismo, el Banco Central de Brasil dispone de US$ 30.000 millones de la Fed a cambio de una garantía en reales. Este dinero al que puede acceder en cuando lo disponga el Banco Central de Brasil, será usado en caso de necesidad para incrementar los fondos disponibles para proveer de liquidez el mercado cambiario local.

En todo este contexto, lo positivo es que los fundamentales económicos detrás del valor del real en el mediano y largo plazo son sanos y garantizan la fortaleza de la moneda brasileña. Brasil está pagando el costo de ser una economía emergente y como tal es castigada por los mercados cuando los temores y la incertidumbre se apoderan de los mismos.

Fuente: latinforme.com