Córdoba, 16 de junio de 2008
A la Presidenta de la Nación Argentina
Sra. Cristina Fernández de Kirchner
Su Despacho:
En un intento de comprenderla y comprender la política que este gobierno propicia, Sra. Presidenta, es que me tomé el trabajo de recopilar sus discursos referidos al conflicto que hoy estamos viviendo “todos los argentinos”. Espero que mi condición de mujer, “porque a las mujeres siempre todos nos ha costado más”, no me impida lograrlo.
Antes que nada perdón si me expresé mal utilizando el término “conflicto”, yo hubiera preferido quizás llamarle “crisis”, pero sé que este ultimo concepto no es aplicable al actual contexto. De todos modos, para hacer un uso apropiado de la lengua es que recurrí a la Real Academia y encontré algunos significados; aunque sólo lograron confundirme un poco más…
- Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.
- Escasez, carestía.
- Situación dificultosa o complicada.
Y para aclarar mis dudas me refugie en sus palabras…
“Me hablan, hace unos días atrás, un periodista me hablaba de crisis y yo le decía y lo corregía, que en realidad no estábamos viviendo una crisis. Crisis los argentinos vivimos en los días terribles del 2001, 2002, del 2003, con millones de argentinos sin trabajo, con los fondos y ahorros confiscados, sin reservas en el Banco Central, endeudados, sin trabajo, sin industrias, los comercios cerrados, con esa Buenos Aires desierta, desierta, acuérdense esa Buenos Aires del 2002: nadie en los restaurantes, sin autos en las calles.
Ahora entiendo un poco más, quizás el concepto de crisis es algo relativo y uno debe evaluar en función al pasado o quizás comparándonos con otros países y de ese análisis determinar la situación de crisis. Entonces, es cierto Sra. Presidenta, no estamos en crisis porque si bien hace ya más de 3 meses que no se permite la libre circulación en las rutas nacionales:
- porque los productores protestan porque quieren diálogo;
- el gobierno no dialoga porque exige un dialogo sin condicionamientos;
- los camioneros cortan rutas para que el campo dialogue y el gobierno se disponga a escucharlos.
Y uno quién sabe qué otro sector nos quitará algún derecho a todos los que creemos y queremos que las instituciones políticas de este gobierno democrático pueden resolver cualquier fuerza que se interponga ante el bienestar social. Al decir “a todos”, me refiero a los ciudadanos comunes, que no sólo no queremos violencia sino que no la propiciamos; pero día a día nos sentimos avasallados por aquellos que no respetan las leyes, e indignados porque aún con inocencia pensamos que las acciones del gobierno -o del pueblo- que se aparten de la ley serán juzgadas; que el poder legislativo en representación del pueblo establecerá las leyes necesarias para el ordenamiento y desarrollo social, y que el ejecutivo se encargará en forma eficiente de la administración general de nuestro país.
En uno de sus últimos discursos argumentó:
“No vivimos una crisis en estos 90 días, lo pueden observar todos los ciudadanos de Buenos Aires, que podían recorrer, ¿si es que se puede todavía recorrer, con tantos autos las calles de la Ciudad? Los restaurantes estaban llenos, el consumo creciendo, las exportaciones creciendo, las ventas creciendo, el consumo popular, millones de argentinos que han podido acceder a un auto nuevo, a un auto usado o a una moto, o a un plasma. En fin, a mejorar la calidad de vida”
Discúlpeme Sra. Presidenta de a poco voy entendiendo, quizás como no vivo en Buenos Aires y hace bastante que no voy, porque sabrá Ud. que además de los cortes de rutas, hay escasez de combustibles y los servicios de larga distancia están un poco complicados y por cierto, no se por qué tampoco me alcanza el dinero para poder hacerlo. Algunos dicen que hay inflación, pero sin embargo para el INDEC hubo una desaceleración en el último mes. Por supuesto, yo sigo creyendo en las instituciones, pero haciendo memoria en qué se me fue la plata en estos últimos meses, me di cuenta de que el boleto de colectivo aumentó, que tuve que ir a trabajar más de una vez en taxi porque había paro de transportes (o porque otros sectores que reclamaban subas salariales no los dejaban pasar). Recordé que cuando tuve suerte y conseguí pagué la leche, el pan y la carne a precios mucho mayores por problemas de desabastecimiento. Recordé que cada vez que voy al súper vuelvo con menos cosas y un nudo en el estomago de pensar cómo hacen los más pobres que no pueden estoquear alimentos, que cobran su changa diaria y corren con la suerte de si el almacén cercano a su casa tiene leche para sus hijos y si la tiene debe invertir gran parte de su salario diario para poder comprarla.
De todos modos, es cierto si después de 90 días de conflicto y ahora ya más de 100, hay gente que sigue yendo a comer a restaurantes, consumiendo y exportando: no hay crisis. Ahora bien Sra. Presidenta: ¿Es necesario que lleguemos a situaciones extremas? ¿Es necesario que dejemos de consumir, dejemos de producir, dejemos de trabajar para que Ud. reaccione?. Si es así, le ruego reaccione, porque ya miles de fábricas suspendieron empleados, perdieron millones de dólares en producción y el consumo real es cada vez menor, porque es menor el poder de compra de los asalariados. Espero que reaccione porque no sólo esta en juego la alimentación de nuestra población sino la vida. Porque así como faltan alimentos, faltan insumos médicos. Porque en esos bloqueos de rutas no sólo se detienen a turistas o a trabajadores que tienen que movilizarse, sino que hay muchas personas que con motivos de salud necesitan viajar a otras localidades porque en sus pueblos no tienen la infraestructura necesaria para curarse.
Ahora que ya pude entender que no estamos en crisis, me pregunto quién puede quejarse en un país en el que todo esta marchando tan bien y nuevamente recurrí a sus explicaciones…
“Recuerdo esa Argentina de los años 2003, 2002, 2001, miles de argentinos en piquetes, cortando calles, rutas porque les faltaba trabajo, porque hacía años que habían perdido su trabajo o, tal vez, en el 2001, porque se habían apropiado de los depósitos de pequeños ahorristas de la clase media, Eran los piquetes, como digo yo, de la miseria y la tragedia de los argentinos.(…) Este último fin de semana largo nos tocó ver la contracara, lo que yo denomino los piquetes de la abundancia, los piquetes de los sectores de mayor rentabilidad”
“Millones de argentinos han recuperado la dignidad del trabajo y curiosamente, entonces, aparecen nuevamente los piquetes, pero esta vez mucho más violentos y protagonizados por el sector, tal vez, de mayor rentabilidad de los últimos cuatro años y medio o cinco”
Bien, hay algo que sigo sin comprender: ¿Es acaso correcto pensar que los fines justifican los medios? Es decir, ¿Esta bien que se impida la libertad de tránsito porque alguien esta sin trabajo, pero no esta bien si lo impide un sector con alta rentabilidad?
Ante tanta confusión prefiero seguir escuchándola…
“Pregunto yo: si los que son asalariados tienen este nivel de comprensión, de articulación con los intereses de los demás sectores, de los que aún no consiguieron trabajo o de los que aún teniendo trabajos informales ganan mucho menos, ¿cómo no podemos obtener el tema de la sensibilidad de los que más ganan?”
“También, y permítanme la digresión, he visto que algunos diferencian según si el que hizo un piquete es de un color de piel y entonces está bien y si es el piquete de uno de color rubio está mal”.
Bien Ud. discriminó por ingresos, no por color de piel. Así que supongo que hará referencia a otra persona; quizás nuestro querido… bueno no se bien si tiene un cargo, una función específica, en fin su tan cercano D´Elia, quien a pesar de expresar las palabras que expongo a continuación se lo observó en los días próximos muy cerca suyo en el palco presidencial:
“Yo le estoy contestando que tengo un odio visceral por la puta oligarquía que tiene las manos llenas, pero llenas de sangre de pueblo, de sangre de trabajadores, pero nunca tuvieron ningún problema en matarnos masivamente y que siempre no quieren colocar en el lugar de los violentos (…) Ustedes, el norte de la ciudad, los blancos, aquellos que acumulan y concentran y que matan y que la única bandera que tienen en sus manos es la de su propia rentabilidad, les tengo un odio visceral, sépanlo de mi boca, lo único que me mueve es el odio contra ustedes"
Para ahorrarme palabras, sigo leyendo las suyas…
“Así no se construye sociedad, así no se construye democracia, así no se construye libertad de prensa. Se construye libertad de prensa cuando se trata a todos por igual, independientemente del color de la piel o del apellido. Eso es libertad de prensa y eso es democracia en la República Argentina y en todas partes”
“Quiero decirles también a quienes tiene la inmensa responsabilidad, la respetabilísima profesión de informar a la sociedad, que lo hagan sin crear antagonismos, sin diferenciar en los colores de piel, por favor, no dividan a los argentinos porque los argentinos queremos estar unidos, solidarios y trabajando”.
“Yo quería, finalmente, dirigirme a todos los argentinos y pedirles un esfuerzo muy grande de tolerancia, porque siempre las pujas distributivas y los enfrentamientos con sectores generan, en definitiva, violencia, violencia que por cierto he visto mucho más en los sectores de alto poder adquisitivo que en aquellos que no tenían trabajo”.
Ahora, me gustaría preguntarle a quiénes hacía referencia: ¿D´Elia estaría dentro de “los sectores de alto poder adquisitivo”?
Eso sí, no sabe la paz que siento en este momento por saber que con tanta claridad defiende la libertad de prensa, la equidad y la paz social…
RAZONES ECONÓMICAS DE LA MEDIDA
A esta altura que ya pude comprender que no hay crisis y quiénes tienen derecho a irrumpir contra los derechos de los demás y quienes no, y cómo este gobierno se preocupa por propiciar la libertad de prensa y la paz social, me atrevo a ahondar en las razones económicas y sociales del conflicto…
Para hacerlo, expongo las dos “finalidades esenciales” que tuvo por objeto la medida:
Primera Justificación (y principal): “la seguridad alimentaria, la soberanía alimentaria en la mesa de todos los argentinos”.
Bien, disculpe mi ignorancia Sra. Presidenta, pero nunca pensé que a través de las retenciones puede el gobierno asegurar la soberanía alimentaria de todos los argentinos. Si puedo en cambio notar que, desde la medida, cada vez me cuesta más conseguir alimentos en los supermercados y ya le comenté lo que sucede con los precios. Ni hablar de los almacenes de barrio y de las personas que se encuentran en poblaciones aisladas. No quiero ni imaginarme lo que les estará sucediendo, seguramente Ud. tampoco quiere pensarlo.
Sin embargo, esto es coyuntural. Seguramente de acá a unos tres meses más -o quién sabe cuando- si se levantan los paros puede que todo cambie; aunque recuerdo haber estudiado en algún libro respecto de la inflexibilidad de precios a la baja. No quiero complicarla con tecnicismos, pero trato de imaginarme cómo se hará para que después de todo este conflicto los precios vuelvan a niveles anteriores a él. Perdón, ya imagino, controles de precios!!! Aunque… y discúlpeme nuevamente, algo leí sobre controles de precios: que generan desincentivos a la producción porque se acota la rentabilidad de los productores (igual efecto causaría la política de retenciones móviles), se crean mercados negros en los que se venden a precios distintos a los oficiales, etc., etc. Pero supongo una vez más que estos libros son teorías inválidas en la práctica; podemos, sin embargo, ver el éxito de estas políticas en nuestro modelo de país: Venezuela!
Creo que fue un análisis precipitado, lo siento, prometo que ahora si voy a comprender. Veamos como justifica Ud. el tema de las retenciones de la soja…
“¿Por qué? Se preguntaran ustedes, qué tiene que ver la soja. Los argentinos no comemos soja. Precisamente, la totalidad prácticamente, hoy, de este producto se exporta casi el 95 por ciento y para que ustedes tengan una idea de cada 10 kilos de soja, 9 kilos y medio van al exterior, sin embargo, de cada 10 litros de leche, solamente podemos exportar 1 y medio; y de cada 10 kilos de carne solamente podemos exportar 2 kilos. Es que los argentinos, compatriotas y amigos, toman leche, comen carne, comen pan y ahora pueden hacerlo más, inclusive, porque muchos han conseguido trabajo y todos han mejorado su salario, con lo cual el consumo ha crecido”.
Esta bien, eso significaría que nos perfilamos a construir una economía al estilo de Robinson Crusoe, digamos “se produce lo que se consume”. Bueno, aquí si puedo ver una ventaja: al menos no estaremos tan expuestos a crisis externas, no? Hay que ser optimistas al respecto…
Coincido con Ud. sobre la buena alimentación que tenemos (claro, los que aún tenemos la fortuna de consumir leche, carne, etc. etc). Y con respecto a los salarios… es cierto, en términos nominales aumentaron en muchos sectores y en términos reales, en poder de compra, según el INDEC también. Yo sigo creyendo y la sigo escuchando:
“La soja se exporta, prácticamente, en un 95 por ciento, no se exporta en pesos argentinos, se exporta en euros, en dólares, pero los costos son argentinos que sostiene el peón rural, que es el peor pagado de toda la escala salarial. (APLAUSOS). Lo sostiene el peor pagado y el que más trabajo en negro hay, de esto se puede dar fe, también, en el Ministerio de Trabajo, pese a las constantes inspecciones y contralor que se hace desde el Ministerio de Trabajo”.
Bien, si se refiere a los costos laborales puede que tenga razón; pueden estar rezagados en relación a los ingresos del sector. Pero pienso y “reflexiono”; ¿qué función cumple el aumento en las retenciones en el blanqueo del trabajo en negro del sector agrícola?. Coincido con Ud. de que ello esta mal y confío en la capacidad de nuestros políticos, de su equipo y del Ministerio de trabajo en la factibilidad de regularizar esta situación. Pero sigo sin entender la relación que existe entre el trabajo en negro y el aumento de las retenciones; creo que debo seguir escuchándola…
“Quiero contarles que desde el boom sojero, en la República Argentina, el crecimiento ocupacional, del sector rural creció solamente en un 1,5, mientras que el resto de la economía, afortunadamente, (industria, servicio, comercio) pudo hacer crecer la tasa de ocupación en un 17 por ciento. Por eso hoy tenemos un 7,5 por ciento de desocupación”. (APLAUSOS).
Totalmente cierto, el sector agrícola no es mano de obra intensivo, por lo cuál es lógico que su crecimiento no conlleve crecimientos en el empleo del sector. Sin embargo, existen -y espero no equivocarme en mi apreciación- numerosas empresas industriales y de servicios ligadas al agro o a los beneficios que percibió el mismo en este último tiempo que sí generan empleo. Y supongo también Sra. Presidenta que su visionario equipo de gobierno, debe tener una estrategia de desarrollo de industrias y servicios vinculados al agro, supongo también que estarán pensando que este sostenido incremento en los precios de los commodities puede beneficiar no sólo a un sector de la economía, sino a todo el conjunto. Claro, si el país brinda el marco de seguridad jurídica e institucional y el aporte económico necesario para que las ganancias de un sector se derramen en el resto de los sectores y no se fuguen hacia otros países…
A ver, quizá si me cuenta en qué piensa cuando toma las decisiones me ayude a comprenderla un poquito más:
“¿Qué tengo que pensar, entonces, argentinos y argentinas, cuando tomo decisiones? En el conjunto de los argentinos y en el conjunto de las macropolíticas. Porque el campo genera riqueza, pero la industria, con su valor agregado, genera riqueza y trabajo que es lo que los argentinos necesitamos, aunque necesitamos de los dos. Pero esencialmente tenemos que saber que cuando se toma una decisión, se toma con esta mirada, con este grado de información”
Si Sra. Presidenta, por supuesto que tiene que pensar en el conjunto de argentinos y en el conjunto de macropolíticas. Pero no entiendo: ¿Por qué continuamos con ese antagonismo entre campo e industria? Si el campo es el sector competitivo ¿no deberían enfocarse los esfuerzos en el desarrollo industrial de productos vinculados al sector agrícola?. Bueno, que se yo, quizás el problema sea otro ¿Ud. qué piensa?
“Uno de los problemas, hablando en términos de política agropecuaria en serio, que tenemos hoy, en la República Argentina, es que por la altísima rentabilidad de la soja… cada vez es menor la producción de trigo, de maíz y de carne.”
Lo que estaría diciendo es que ¿La forma de incentivar la producción de maíz, de carne y de trigo es aumentar las retenciones de soja?
Este juego de retenciones que han sido tan criticadas, desde el sector agropecuario, son las que nos permiten no solo mantener el equilibrio de los precios internos, sino también, al mismo tiempo, incentivar determinados cultivos. Porque bueno es decirlo, esta resolución del 11 de marzo, además, por primera vez, en la Argentina reduce la retención de maíz y de trigo, que es lo que también nos interesa tener a los argentinos.
Bueno, por fin entendí, sirve para compensar las producciones de bienes consumidos localmente. Ahora estoy pensando en el laborioso trabajo que le implica al gobierno nacional este asunto de las retenciones, porque no sólo debe recaudarlas, sino evaluar cuánto debe compensar a los productores de otros productos. Pero supongo que la eficiencia del gabinete y los ministros tienen la capacidad para hacerlo. Sigo confiando, pero hay algo que aún me preocupa y es que si cuando se termine esta presidencia -en la cuál confío plenamente- ¿habrá un gobierno lo suficientemente honesto y eficiente como para administrar esta política de retenciones y subsidios sin que se pierda en el camino parte de la recaudación en corrupción? Digo, perdón por mi pesimismo, pero vivimos en uno de los países con mayor índice de corrupción en el mundo. Perdón nuevamente por desconfiar…
Me llamó la atención lo siguiente, quizá fue una especie de predicción suya, no lo se… pero algo falló:
“En principio, si no hubiera retenciones, quiero decirles a los argentinos, que el pollo, la carne la leche la verían por televisión…”
En estos últimos meses, Sr. Presidenta, todos los argentinos con indignación vimos la leche, los pollos y la carne por televisión. Vimos como se mataban millones de pollitos y como se derramaba millones de litros de leche…en el país de la abundancia… Lo que no vemos por televisión es la pobreza que crece en las calles, mientras los alimentos se tiran.
Pero sigo escuchando lo que tiene para decirnos…
“Quiero decirles que no es una política antisoja, es una política esencialmente pro-Argentina, pro-pueblo, pro-campo también, pro-pueblo”. (APLAUSOS).
¡Gracias Sra. Presidenta por pensar en todos nosotros!
Segunda Justificación: “la redistribución del ingreso, de aquellos sectores que mayor rentabilidad tiene por distintas circunstancias (…) Las retenciones, no son medidas fiscales, son profundas medidas redistributivas del ingreso. Escucho y leo muchas veces a periodistas que por allí tienen un marcado tinte progresista, encarar el tema de las retenciones desde una percepción únicamente fiscal”.
Permítame aclararle Sra. Presidenta que las retenciones son una medida fiscal y desde la política fiscal se puede ser progresista o no. En este caso, sería progresista si ayudara a frenar la inflación, uno de los impuestos más regresivos que existen (pues afecta a los que menos tienen). Sin embargo, dada las circunstancias que antes expliqué y otras referidas a la política monetaria y cambiaria; creo que todos, excepto el INDEC, sabemos que no es así. Y se puede ser progresista desde el punto de vista del gasto, pero esto no esta vinculado a un impuesto específico sino a la recaudación impositiva general.
Y déjeme decirle también que no tiene nada de malo de que sea una medida fiscal, pero si debería saber que para mantener un superávit fiscal no es necesario incrementar sostenidamente algunos impuestos. Sino que podría mejorar la recaudación, por ejemplo, con un mayor control de la AFIP o con la disminución de ciertos gastos superfluos (que no creo sean muchos, por supuesto).
Y permítame explayarme en esto, debería preocuparle la política fiscal. Porque a pesar de que estamos en niveles de recaudación records, gracias a los altos precios de los commodities que hacen factible esta política de retenciones altas: el gasto público esta en niveles similares al 2001 . Y sabemos, todos los argentinos, lo que pasa cuando el gasto público se expande sin control…
Pero, por lo visto, si está preocupada por el ingreso fiscal…
“Sostener un tipo de cambio competitivo, como lo hace el Estado argentino a través de un sistema, no de regulación cambiaria, sino de administración cambiaria, es decir, absorbemos dólares cuando entra y se liquida toda la cosecha para que se mantenga el valor porque sino el dólar se cae, se hace con una política que está siendo sustentada por el Gobierno y que también forma parte de la utilización del superávit fiscal”.
Es cierto, el mantener un tipo de cambio alto con el actual ingreso de divisas, tiene un costo cada vez mayor tanto para el BCRA como para el gobierno. Y es allí cuando me pregunto: ¿Es esta política de “administración cambiaria” sostenible en el tiempo? ¿Es que otra vez nuestra política económica y nuestro modelo de país depende de una variable ficticia sostenida por un gobierno? ¿Qué pensará el próximo presidente? ¿Volveremos a la convertibilidad para frenar la inflación?
Veamos que más tiene para decirnos…
“Pero además, ese superávit fiscal que ayuda a sostener a todos los argentinos, inclusive, los que menos tienen son los que más aportan, porque el IVA, que es el principal ingreso impositivo argentino, lo pagan todos, hasta los desocupados cuando van a comprar un litro de leche o un kilo de pan”. (APLAUSOS)
Ahora sí no comprendí. Nuevamente. Disculpas, soy mujer. Si es tan progresiva su política de gastos: ¿por qué desde los ingresos no intenta también ser progresiva? Ud. misma reconoce que el IVA lo pagan más lo que menos tienen ¿Por que no lo baja entonces?
Bueno, me rindo, dado que mi condición de mujer no me permitió finalmente comprenderla voy a interrumpir mi análisis, cerrando con lo que considero una de sus mejores frases…
“Lo importante no es de dónde se viene sino hacia dónde vamos todos juntos argentinos. Esta es la clave, el país que queremos”
Por último Sra. Presidenta, confió en Ud. que fue elegida por el pueblo y creo que este gobierno constitucional, respetará y hará respetar la constitución nacional. Confío en que existe un gobierno federal, en el que las atribuciones están repartidas equitativamente entre las provincias y municipios al igual que los ingresos. Confío que Ud. defiende el bienestar de todos los argentinos; y por eso, estará pensando en solucionar pronto un conflicto que no es de un sector, porque nos afecta a todos, afecta nuestro presente y nuestro futuro. Porque por la discontinuidad en la producción no sólo se pierde leche, pollos y carnes hoy, sino que se pierde algo que es crucial en un país emergente como el nuestro, CREDIBILIDAD. Sabrá Ud. a la velocidad en la que se mueve la inversión internacional en el mundo actual, sabrá lo difícil que es atraerla y lo fácil que es perderla.
Confió en que su gobierno que tiene un tinte social y le preocupan tanto nuestros pobres, estará pensando en políticas macroeconómicas que combatan la inflación, que existe, que es real, aunque el índice que la mide no lo refleje de manera fiel. Porque sabrá Ud. que son los pobres los que mas se perjudican de ella. Espero también que piense en ellos, en su educación y en su salud; que destine el gasto público a mejorar la calidad de vida de todo el pueblo; que lo destine a políticas educativas que les permita conseguir un trabajo digno y no planes sociales, que tengan que defender yendo a actos públicos de apoyo al gobierno.
Sepa Ud. Sra presidenta, que desde el lugar de ciudadana quiero y deseo que mi país crezca, en lo institucional, en lo social y en lo económico de manera real y sostenida. Quisiera que sepamos aprovechar este contexto internacional favorable para engrandecer nuestra nación y no para inflar el gasto público. Quisiera que se gobernara pensando en un futuro y no en cómo sacar provechos personales durante el lapso que dura el gobierno. Quisiera que pensáramos a quién queremos parecernos, hacia donde queremos ir, a la hora de tejer alianzas estratégicas. Quisiera que este gobierno y los subsiguientes me den las suficientes señales para seguir creyendo, para seguir confiando y para seguir soñando que este país se construye desde la paz, el trabajo y el esfuerzo de todos.
María Belén y María Virginia Gómez Mena
ARGENTINAS
Fuente: Todas los párrafos que hacen referencia a los discursos presidenciales fueron extraídos de la página de Presidencia de la Nación Argentina desde el 11 de Marzo al 9de Junio de 2008. http://www.casarosada.gov.ar/index.php?option=com_content&task=salaPrensa&categorias=7&Itemid=66.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/
Los comodities son bienes homogéneos sin una marca como cobre, petróleo, trigo, etc, los cuales se transan en mercados internacionales.