7 de Septiembre de 2008
Desde el inicio de la crisis hipotecaria con origen en Estados Unidos, estaba claro que la economía de Europa se iba a ver afectada, sin embargo lo que no estaba claro era en qué forma y magnitud se harían sentir los efectos de la crisis en el viejo continente.
Los vínculos que unen a la economía de Europa con la crisis hipotecaria eran fuertes, debido a que muchos grandes bancos e instituciones financieras de Europa tenían activos respaldados por hipotecas. Algunas de estas instituciones con mayor exposición fueron fuertemente golpeadas, como Northern Rock de Inglaterra, que fue nacionalizado, o Interhyp de Alemania. Otros bancos de menor tamaño fueron rescatados por el Estado para no declarar bancarrota, como los alemanes SachsenLB, IKB y WestLB. Con respecto a grandes bancos como el Deutsche Bank, el UBS o el HSBC sufrieron millonarias depreciaciones de activos.
Junto a los problemas financieros, cayó la demanda agregada interna y la demanda externa, lo que perjudicó directamente a las empresas. Sin embargo, los niveles de inflación no disminuyeron ante esta caída de la demanda porque los precios de los commodities, que venían subiendo desde principios de la década, aceleraron la subida en sus precios. Siendo la economía de Europa netamente importadora de commodities como petróleo y alimentos, esta suba de precios se trasladó al resto de los precios de la economía, aumentando aún mas la inflación a pesar de la caída en los niveles de actividad y demanda.
Es por este aumento de la inflación en la economía europea que, mientras la FED disminuía la tasa de interés de referencia en Estados Unidos, el BCE (Banco Central Europeo), mantuvo constante su tasa de interés. Priorizó la lucha contra la inflación ante el peligro de recesión. La tasa de interés de referencia del BCE se mantuvo al 4%, y en la última reunión de julio fue elevada al 4,25%.
Datos: durante el segundo trimestre, el área de la unión europea tuvo un crecimiento negativo del -0.2% y una inflación anual del 4%. Las tres mayores economías de la Unión Europea, Alemania, Francia e Italia también mostraron caídas en sus niveles de actividad.
La economía de Europa se encuentra en un proceso de estanflación. Evidentemente la política restrictiva del BCE influyó en estos datos negativos, pero la evaluación de la misma debería tener en cuenta que hubiese pasado con la inflación de no haber llevado a cabo esta política restrictiva.
Sin embargo, la evolución de los precios de los commodities suenan alentadores para la economía de Europa, porque desde principios de julio el precio del petróleo viene disminuyendo, acompañado de bajas en el precio de la gran mayoría de los commodities. Muchos analistas opinan que es probable que esta tendencia continúe, debido a que gran parte de la suba anterior fue por motivos especulativos.
Evolución del Precio del Petróleo: CLV8 - Crude Oil - Octubre08
De continuar la tendencia a la baja en el precio de los commodities, esto representaría una menor presión inflacionaria y daría un mayor margen para que el BCE baje sus tasas de referencia para evitar una mayor recesión. La baja en el precio de los commodities fue también uno de los motivos de la reciente apreciación del dólar con respecto al euro, que podría mejorar la competitividad de las empresas de la economía europea. Si bien la situación de la economía de Europa dista de ser favorable, se dan dos elementos que alivian su coyuntura.
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