El Boom Agrícola

La cosecha 2002/03, estimada en 71 millones de toneladas, será la más grande de la historia argentina, superando la anterior en mas de un millón de toneladas. Esto ha sido posible debido a la concurrencia de circunstancias favorables, tanto de carácter técnico como económico, que se tradujeron en un aumento del área sembrada y la mejora en los rendimientos de los cultivos.


Entre las ventajas económicas se destaca el fuerte incremento de los ingresos del productor, tanto en dólares como en pesos, motivado por dos factores. Por un lado, el alza del 20-25% de los precios internacionales, consecuencia de sequías y adversidades que afectaron la producción de EEUU y otros países competidores. Por otro, la superdevaluación del peso, que multiplicó en 3.3 veces su cotización respecto del dólar. Estos beneficios han permitido compensar con creces la carga impositiva adicional que representan las retenciones a las exportaciones, equivalentes al 20% de las ventas, y el mayor precio de los insumos y combustibles, que han duplicado los costos de producción medidos en pesos.

En consecuencia, los ingresos en pesos del productor agrícola se multiplicaron más de 3 veces (deducidas las retenciones) mientras que sus costos se duplicaron. La ventaja del sector agropecuario, de tener ventas dolarizadas y muchos costos pesificados, le ha permitido ser el gran beneficiario de la superdevaluación y pesificación de deudas del 2002.

Desde el punto de visto técnico productivo, los altos rendimientos obtenidos son expresión tanto de las buenas condiciones climáticas que acompañaron esta cosecha como de las modernas tecnologías utilizadas, desmintiendo las amenazas de sectores interesados que presagiaban una reversión tecnológica motivada por las retenciones.


El campo bajo la convertibilidad

La explosión agrícola es el fenómeno económico más importante de la última década. Durante la convertibilidad y a pesar de la rigidez del 1:1 la producción agrícola nacional logró duplicarse, pasando de un nivel de 35 millones de toneladas al actual de 70 millones. Ese crecimiento espectacular, que se produjo de la mano de la soja, encuentra su principal explicación en el aumento de la demanda mundial y la mejora de los precios internacionales.

El área sembrada se expandió en un 50%, pasando de 17 a casi 25 millones de hectáreas y las nuevas tecnologías, como la siembra directa y los transgénicos, permitieron un fuerte incremento de los rindes y la reducción de los costos de producción. La soja ha sido la principal protagonista de esta nueva revolución agrícola. En los últimos 10 años ha duplicado su área sembrada, ocupando casi la mitad de las tierras actualmente en cultivo, y cuadriplicado su volumen de producción.


Esta mayor presencia del agro en la producción también se reflejó en las ventas al exterior. En 1993 las exportaciones de productos agrícolas, incluyendo granos, semillas, aceites y otras manufacturas de ese origen, representaban la tercera parte del total exportado y su valor rondaba en los 4.700 millones de dólares. Para el 2003 se espera alcanzar los 10.000 millones de dólares.

Impacto económico

Si bien deberá esperarse hasta fines de mayo para tener los datos finales de maíz y soja las buenas condiciones climáticas en desarrollo permiten prever una cosecha superior a los 70 millones de Tm. Ese volumen se distribuye, principalmente, entre soja (34 millones), maíz (14.5 millones), trigo (12.5 millones) y girasol (4.5 millones). Las exportaciones de granos, aceites y harinas se estima alcanzarán en el 2003 los 10 mil millones de dólares, de los cuales la soja suma 6.300 millones, el maíz 1.100 millones, el trigo otros 1.300 millones y el girasol 800 millones.

Esta exitosa campaña agrícola tendrá importantes consecuencias sobre la economía. Los 10.000 millones de dólares de exportaciones de origen agrícola estimados para este año, contribuirán decisivamente en la obtención de un sustancial superávit comercial, del orden de los 18.000 millones de dólares. La liquidación de esas divisas incrementará la oferta de dólares presionando a la baja el tipo de cambio. Esta situación pondrá al gobierno frente a la disyuntiva de incrementar la compra de divisas, para evitar una caída del precio del dólar por debajo de los $ 3, lo que redundará en un incremento de la liquidez monetaria.

Por otro lado, el Fisco se verá beneficiado por la recaudación de 2.000 millones de dólares en concepto de retenciones a las exportaciones agrícolas, que le proporcionarán casi el 10% del total de ingresos estimados para el 2003.

Comentarios

Una vez más Argentina se ve beneficiada por la conjunción de circunstancias favorables de origen externo. Las perspectivas del mercado mundial resultan alentadoras, a pesar de la resistencia a la eliminación de subsidios agrícolas por parte de EEUU y la Unión Europea. Por otro lado, es posible incorporar nuevas tierras y alcanzar una superficie cultivada de 35 millones de hectáreas y superar los 100 millones de toneladas. El mercado esta.

Para ello se requiere planificación e inversiones que permitan encarar la puesta en producción de nuevas tierras, incluyendo la recuperación de las ricas áreas anegadas de la provincia de Buenos Aires, la realización de obras destinadas a facilitar los sistemas de transporte y producción de energía, así como la promoción de actividades industriales vinculadas al sector agroalimentario.

Este desafío requiere del esfuerzo conjunto del sector privado y público. Los recursos financieros para encarar una revolución productiva de esta magnitud están disponibles. La recesión y el desplome de la inversión en los países industrializados han generado disponibilidad de capitales y liquidez, que se manifiestan en las bajisimas tasas de interés.

¿Qué falta? Sólo una dirigencia animada de interés nacional, que lidere un equipo de funcionarios probos y competentes y que dote al Estado de los instrumentos necesarios para enfrentar este desafío.

Por Alberto Pontoni.Febrero 2003