Conclusiones de la Segunda Parte

1. La situación de Ferrocarriles Argentinos en la década del '80 era pésima, dado que los bienes de capital o bienes de uso no eran adecuados para prestar un servicio eficiente e eficaz para el usuario, no sólo lo que hace al material rodante sino también a la infraestructura. Los problemas de los ferrocarriles radicaba por un lado en una infraestructura (vías y estaciones) totalmente deterioradas por la falta de servicios de mantenimiento y un material rodante de antigua data que no se había renovado durante décadas.


2. La situación de los ferrocarriles se debía sobre todo a que estaba sujeta a los vaivenes de la política gubernamental, por ende las limitaciones de los recursos del Estado, provocaba la falta de recursos de la empresa, con lo cual, la innovación para mejorar la prestación del servicio nunca se producía ni tampoco los planes se cumplían. Por otra parte, la falta de planificación estratégica (largo plazo con objetivos globales) no se realizaba, en parte porque los planes debido a las limitaciones de los recursos se cumplían en el corto plazo. Por ende , la falta de planificación estructural que tanto caracterizó al Estado traía como consecuencia que la inversión no haya tenido importancia para reconstruir un ferrocarril moderno en base a las necesidades de los usuarios.

3. Otras de las causas de la falta de inversión e innovación radicaba en la protección que gozaba mediante la regulación y a que estaba sujeta a las políticas económicas sectoriales, lo que hacía que no exista estímulos para innovar y ofrecer un servicio de calidad.

4. Sobre todo en la década de 1980 se produce la declinación de la inversión por parte del sector público, debido a la crisis económica. Esta declinación hace que el ferrocarril se convierta en un medio de transporte que prestaba un servicio de pésima calidad, lo que trae aparejado la disminución drástica de la demanda en favor de los automotores.


5. Desde la década del '60 a la década del '80 la demanda del ferrocarril sufrió un retroceso extraordinario en todos sus niveles, la demanda había caído a menos de la mitad de la que se registraba 30 años antes. En sus tres negocios se registraron caídas importantísimas, tanto en el transporte de carga como en el transporte interurbano.

6. Las principales necesidades que tenían las empresas ferroviarias eran: la renovación de los bienes de uso, recuperación y renovación de la infraestructura, optimización de la calidad del servicio y mejor manejo de las finanzas de la empresa. Por ende, en estas tres primeras necesidades se encontraba enmarcado el usuario, dado que tanto la renovación de los bienes de uso como la recuperación y renovación de la infraestructura como la optimización de la calidad del servicio traería como consecuencia un servicio moderno prestado en función de las necesidades de los usuarios, superando la situación de deterioro en que se encontraba la empresa estatal.

7. Otro gran inconveniente del ferrocarril fue y sigue siendo la competencia con el automotor, qué fue otro factor que produjo la disminución de la demanda. Por lo cual, sería erróneo atribuir solamente a la mala calidad del servicio que prestaba la disminución de la demanda, dado que el desequilibrio que se produjo con la revolución de los automotores trajo como consecuencia que el ferrocarril decline por contar con una estructura de costos y física totalmente desventajosa frente al automotor.


8. Para mejorar la empresa ferroviaria era necesario destrabar las regulaciones con la finalidad de lograr una mayor competitividad que lleve a la misma a prestar un servicio en función de las necesidades de los usuarios, teniendo en cuenta criterios empresariales en la prestación del servicio y modernizándose; dejando de lado el cumplimiento de políticas económicas sectoriales que la convertían en ineficiente.

7. La concesión de los ferrocarriles estuvo orientada a superar la situación de deterioro de los ferrocarriles e imprimir una nueva visión en la prestación del servicio basado en la filosofía que el cliente tiene la razón, y privilegiando en la toma de decisiones la relación costo benéfico.

8. En los contratos de concesión se tuvo en cuenta al usuario del servicio ferroviario, dado que en los mismos se establece como objetivo fundamental el mejoramiento del servicio ferroviario mediante una mayor inversión que provoque: la renovación del capital físico y de la infraestructura, y que mejore la calidad del servicio con una mayor cantidad de trenes programados, una mayor puntualidad, menor cantidad de trenes atrasados, menor cantidad de trenes camelados, etc.

9. La calidad del servicio de Ferrocarriles Argentinos durante la década del '80 tuvo una tendencia decreciente en sus dos negocios: transportes de cargas y pasajeros, metropolitanos e interurbanos, provocado por las circunstancias antes mencionadas, razón por la cual los contratos de concesión trataron de prever estas circunstancias alegando que el sistema ferroviario concesionado debe prestar un servicio seguro y confiable y que proporcione un servicio cuya calidad y frecuencia sea superior al actual.

10. Después de la concesión se notó claramente un aumentó de la demanda de los ferrocarriles, tanto los de cargas como los de pasajeros, urbanos e interurbanos, inclusive el ferrocarril logró una mayor peso en la estructura de transportes de carga terrestres.

11. Los primeros años de la concesión de los ferrocarriles metropolitanos dejaron en evidencia que fue un objetivo vital la necesidad de mejorar el servicio ferroviario, elevando los estándares de calidad. La comparación de la gestión estatal y la privada dilucida la mala calidad del servicio que prestaba la gestión estatal y como mediante la concesión se procuró mejorar el servicio para el usuario.

También se pudo probar la segunda parte de la hipótesis. La empresa Ferrocarriles Argentinos prestaba un servicio de pésima calidad y además no se había renovado el parque ferroviario en varias décadas, lo que llevó a que la demanda se contrajera. La falta de inversión e innovación tecnológica era el principal problema de los ferrocarriles. Por esa razón se tuvo tan en cuenta en los contratos de concesión la obligación de invertir por parte de los concesionarios y de mejorar el servicio para el público usuario. La finalidad de la concesión, no solo apuntaba a reducir el déficit contrayendo el gasto y generando ingresos, sino también respondió a mejorar la eficiencia del transporte ferroviario estimulando la innovación tecnológica mediante el ingreso de capitales y alentando nuevas inversiones que mediante modernas técnicas de administración mejore la calidad de las prestaciones.

Autor: Richard Amaro