Estatización del Mercado de Granos de Argentina

¿El gobierno argentino pretende estatizar el comercio de granos? Era la pregunta que más se escuchaba entre los productores agropecuarios. Existe una gran preocupación en el sector tan golpeado en el último tiempo por el intento fallido de aplicar retenciones móviles, la fuerte caída de los precios de los commodities agrícolas, la elevada inflación de costos que sufre el sector y últimamente, una histórica sequía.

Peores cosas no podrían sucederle al campo argentino. En realidad parece ser que sí, y ello se vincula al proyecto de creación de un ente mixto (obviamente controlado por el Estado que se quedaría con el 51% del mismo), para controlar el mercado de granos en Argentina.


Desde el gobierno se ha desmentido la existencia de este proyecto, aunque se ha corrido una fuerte versión que indica que el mismo sería dado a conocer a las entidades del campo en el día de hoy. Lo cierto es que la versión cobra más fuerza a cada instante.

No todos creen en la existencia de tal proyecto de “estatización” del mercado de granos. Más de un analista especulaba con la posibilidad de que el Gobierno hizo correr la versión para forzar a los productores a desprenderse de un remanente de soja, calculado por la Bolsa de Rosario en 5,5 millones de toneladas y que está valuado en alrededor de US$ 1.900 millones.

Más allá de la existencia real o no del proyecto, el campo se ha puesto en alerta ante la posibilidad de que el mismo se concrete. Prueba de ello, el viernes, el mercado de granos de Argentina no registró prácticamente negocios dado que los productores prefirieron no vender mercadería, entre otros motivos, por la incertidumbre respecto del proyecto oficial. Un operador del mercado de Rosario (la mayor plaza de granos de Argentina), decía en el día de ayer a Reuters: “Por ahora no hay nada de negocios. Todos están viendo a ver qué pasa, hasta ahora no he recibido ningún llamado de productores que quieran vender por este tema (de la iniciativa del Gobierno)”.


Guiándonos por las versiones que han surgido hasta el momento, el mayor interrogante que nos debemos realizar es el siguiente: ¿Cómo funcionaría este ente mixto? En principio se sabe que la entidad actuaría como una suerte de empresa testigo. La empresa mixta podrá actuar en el mercado como un operador más, comprando y vendiendo con el objetivo de mantener bajo control el precio de los granos, determinando una especie de precio sostén para el productor.

El objeto que tendría el ente mixto, según se ha insinuado, es aumentar la transparencia en el mercado de granos y evitar abusos por parte de las grandes empresas que controlan el mercado. Además podría tener poder sancionatorio contra conductas monopólicas de los grandes acopiadores. Por otra parte, con la creación de este ente, el gobierno lograría el objetivo de evitar que los productores retengan parte de la cosecha como está ocurriendo en estos momentos con los productores de soja.

En Argentina ya ha existido una entidad que cumplía un rol similar. La Junta Nacional de Granos que fijaba un precio mínimo para los productores agrícolas.


Desde los diferentes representantes del campo existe temor acerca de las implicancias del proyecto oficial. Mario Llambías, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), no quiso apurar un juicio al respecto hasta no conocer en detalle el proyecto: “Cuando veamos la letra chica, sabremos de qué se trata”.

En el site “Agro Parlamentario” se criticaba la iniciativa diciendo: “Un proyecto de ley que recrea la Junta Nacional de Granos (JNG) fue presentado recientemente en el Senado de la Nación y ya ha tenido amplia difusión entre operadores, analistas y entidades. En un momento en el que el sector agropecuario está luchando en el frente interno para lograr un trato no discriminatorio respecto de la política impositiva y en el frente externo para que los países centrales destraben el mercado de granos, parece extemporáneo proponer la creación de una organización estatal para que regule el comercio de nuestra producción”.

Alejándose de la polémica generado en torno al proyecto de creación del ente mixto, el diputado oficialista José María Diaz Bancalari criticaba el actual sistema de comercialización de granos remarcando al mismo tiempo la necesidad de mejorarlo: “Seguramente habrá que encontrar algún método para corregirlo”. Bancalari reconoció la existencia de varios proyectos al respecto: “Hay muchos proyectos. Pero lo que se está buscando es la transparencia para el comercio de granos y que los recursos vayan a los destinos que tienen que ir”.

La posible creación de este ente mixto, se pretende mostrar como un hecho positivo principalmente para el pequeño productor. Pero las necesidades del sector agrícola son otras y es por ello que una y otra vez han manifestado su disconformismo con las diferentes propuestas acercadas por el gobierno. Desde el sector agrícola se le reclama al gobierno rebajas impositivas y otros beneficios (entre ellos, mayores facilidades crediticias), para paliar los efectos de una grave sequía y de los bajos precios actuales de los granos en el mercado internacional.

Es cierto que de la manera en que está planteada la iniciativa, la misma aparece atractiva. Sin embargo, los representantes del campo se muestran temerosos acerca de derivaciones indeseadas de dicho proyecto. Básicamente se teme que el nuevo ente sea utilizado para dividir al sector e incrementar las presiones sobre el mismo.

La división del sector podría provenir de un posible apoyo a la iniciativa por parte de entidades que representan a productores pequeños. Desde el gobierno argentino se ha intentado en oportunidades anteriores provocar una división en el sector. Recordados fueron los intentos del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno de asistir directamente a productores en problemas para separarlos de las entidades agropecuarias que los agrupan. Los múltiples intentos por dividir a las entidades representantes del campo hacen que el proyecto sea tomado como una nueva amenaza para el sector.

Pero este proyecto no solamente mantiene preocupados a los productores locales. También los mercados internacionales siguen de cerca lo que está sucediendo en Argentina. Es que el país es el segundo exportador mundial de maíz, el tercero de soja y el mayor exportador de derivados de la oleaginosa. Es por ello que cualquier decisión que afecte la producción y el comercio de granos en Argentina puede implicar un gran impacto en los mercados internacionales.

La iniciativa, al aumentar la incertidumbre para el productor, podría provocar un desincentivo en la producción agrícola (dada la triste experiencia que padecieron los productores con las retenciones a las exportaciones). Ello sumado a la situación climática reduce las expectativas para la campaña 2009-2010.

Por otra parte, la iniciativa, al generar incertidumbre sobre el volumen de producción de granos, produce dudas acerca del cumplimiento de las obligaciones externas. Así por ejemplo, Brasil ha comenzado a alejarse de la vinculación comercial que tenía con Argentina en materia de granos y así ha decidido abrir su mercado de trigo ante las constantes interrupciones de envíos desde Argentina. En estos momentos, el gobierno brasileño está estudiando iniciativas tendientes a incentivar la producción de trigo en Brasil y así reducir aún más su dependencia de la producción argentina.

En estos momentos en que el gobierno argentino debe reconstruir la confianza, la iniciativa de creación de este ente mixto genera más dudas que certezas. Quizás el gobierno logre implementar el proyecto y alcanzar sus objetivos de controlar la cotización de los granos y su rápida liquidación. Pero debe tener presente que cualquier intervención desmedida que altere las reglas de juego puede provocarle efectos negativos mayores en la economía. Así por caso, vale recordar los múltiples costos que le ha implicado a la economía argentina el control de precios como mecanismo para contener la dinámica inflacionaria.

No es el intervencionismo estatal la alternativa que mayores beneficios puede producirle a la Argentina. El país necesita incentivos para producir y la confianza de que se respetarán las reglas de juego.

Autor: Horacio Pozzo

fuente: Latinforme.com