El gobierno sigue tomando medidas, y anunciando otras, con el único objetivo de controlar los precios atacando las consecuencias y dejando prácticamente intactas las causas de los incrementos.
Al momento de escribir estas líneas no se conoce todavía el incremento en el índice de precios al consumidor, pero las estimaciones oscilan entre el 0,5% según datos oficiales y 0,9% si partimos de informaciones privadas. La diferencia es llamativa, dado que una estimación es prácticamente el doble de la otra, pese a que en términos absolutos no estemos hablando de grandes cifras. Digamos que el margen de error llama la atención por lo enorme.
Según información periodística, en una reunión en el Ministerio de Economía entre funcionarios y empresarios vinculados a la industria frigorífica y consignatarios de hacienda, se ha manifestado la preocupación por el fracaso de los acuerdos de precios para 5 cortes cárnicos. Al mismo tiempo, la veda al faenamiento de animales de menos de 300 kg, que regirá desde el 1° de noviembre y apunta a aumentar la oferta de hacienda en estos meses, apunta según los funcionarios al mediano plazo y se vincula, según dicen, con la necesidad de aumentar los stocks vacunos del país. Y como se espera que de todas maneras haya una merma estacional en la oferta, se plantea la necesidad de tomar “medidas más drásticas” que en principio serían las de establecer un tope en los precios de toda la res por un lapso de 90 días.
También en materia de retenciones a las exportaciones se habla de la posibilidad de cambios. En principio se trataría de aumentar los derechos de exportación a los cueros. Aunque no hay mayores precisiones, al parecer existe una puja entre lo que pagan los frigoríficos por los cueros y lo que esperan recibir por ellos las curtiembres, pese a que un acuerdo entre ambos sectores había concluído en la promesa de un aumento. Esta cuestión afecta, naturalmente, al precio de la carne, ya que la rentabilidad de los frigoríficos tiene que ver también con la comercialización de los cueros..
La prórroga y modificación del PUREE, es decir del sistema de premios y castigos por consumo de electricidad, apuntó no solamente a evitar el problema de sus usuarios que recibieron juntas multas del año 2004 y del 2005, sino también a bajar la incidencia del rubro electricidad del hogar en el índice de precios. Es decir, a morigerar los indicadores inflacionarios.
El gobierno sigue comprando excedentes de dólares y colocando Lebacs para esterilizar el impacto de la emisión de moneda. Hasta el momento, el costo financiero del endeudamiento en estas letras no supera el llamado señoreaje, es decir la tasa obtenida por la colocación de las reservas en poder del BCRA, pero indudablemente neutraliza al menos parcialmente el ingreso por ese concepto. Y la tendencia como se sabe es a achicar más la diferencia entre el ingreso y el gasto financiero. Cabe decir que viene mermando el ingreso de dólares por liquidación de exportaciones por razones puramente estacionales, pero también porque existe una tendencia a la suba del tipo de cambio que hace que ingresen menos dólares para colocaciones en pesos, sobre todo teniendo en cuenta que las nuevas ofertas de Lebacs siguen sin ser indexadas, como se había anunciado que lo serían.
Otro dato que puede interesar es que está estudiándose otorgar créditos hipotecarios a tasa subsidiada del 5% anual para préstamos por cifras de hasta $ 80.000.-. Esta medida se enmarca en el rubro promociones, como venimos diciendo, y apunta a corregir la tasa de interés del 13 o 14% sobre este tipo de préstamos atacando la consecuencia y trasladando la diferencia a otros sectores de la comunidad, dado que el subsidio naturalmente saldrá del Tesoro, es decir de la recaudación tributaria y de la inflación generada por la expansión de circulante.
Como se sabe, las bajas tasas de interés son consecuencia siempre de una política monetaria seria y estable en el tiempo, sin cambios bruscos y arbitrarios mediante decretos o resoluciones motivados incluso por razones electorales, como puede verse en estos días lamentablemente. La garantía de una moneda sana, la seguridad jurídica y la estabilidad en las normas tributarias y financieras que deberían emanar siempre del Poder Legislativo, como lo establece la Constitución Nacional, sin duda ayudarían a crear las condiciones para que el precio del dinero baje por la baja del riesgo.
Y para ir terminando, diremos que se han tomado medidas limitantes de la importación de juguetes y calzado, que impactarán lógicamente sobre China y Brasil esencialmente. La idea, una vez más, es proteger a la industria local, lo cual implica, lógicamente, que los precios de estos productos no bajarán por efecto de la competencia externa. Hay que recordar que tanto el real brasileño como el yuan chino han venido apreciándose con respecto del dólar, lo cual iría en contra de las exportaciones de estos países, pero, sin embargo, la explicación que ha dado es que esta apreciación en el caso de Brasil ha dificultado la exportación de su producción de calzado a Europa y EEUU, y ello generaría la necesidad de canalizar los excedentes hacia nuestro país. En el caso de China simplemente las exportaciones a la Argentina vienen creciendo y de 26 millones de dólares en 2003 llegarían a 74 millones en el corriente año.
Y un dato final es que se permitirá la cotización en Bolsa de los certificados de plazo fijo. Con esta medida se pretende extender los plazos de colocación de fondos en los bancos, que en general son cortos al no ser indexados a menos de un año y ante la incertidumbre reinante. La propuesta la había hecho el presidente del Banco Central Martín Redrado a poco de asumir en esa función, y finalmente se concretará, al parecer.
Sin embargo, una medida de este tipo puede tener un efecto adverso para quien tenga la necesidad de vender un certificado por una colocación a una tasa determinada que haya sufrido un alza. Es decir, un certificado colocado al 5% anual bajará su precio si la tasa para el mismo lapso sube al 6%, dado que el adquirente querrá obtener por el título la tasa vigente al momento de comprarlo.
Buenos Aires, 31 de agosto de 2005
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