Nuestra historia como país es un claro ejemplo de marchas y contramarchas, signadas de profundas crisis políticas, económicas y sociales. Es difícil encontrar un período histórico de desarrollo sostenido en el tiempo, salvo el transcurrido desde Caseros hasta la crisis del 30. Creemos que para ser una nación exitosa se requiere el esfuerzo del conjunto de la sociedad y para ello es necesario alcanzar un consenso nacional que siente las bases de un plan para el desarrollo de la república.
El gobierno es quien debe asumir la iniciativa de una convocatoria abierta y comprensiva de todos los sectores para debatir un proyecto de país que beneficie a todos a través de un crecimiento sostenido y un reparto equitativo de la riqueza. En la agenda de ese gran encuentro deben figurar los siguientes temas:
1. Qué producir . Deberán analizarse con realismo las posibilidades competitivas de los diferentes sectores y transformarlos en locomotoras del desarrollo conjugando el esfuerzo privado y público. Las inversiones deberían estar orientadas hacia actividades productivas eficientes en lugar de aquellas de carácter especulativo que terminan perjudicando la economía. Necesariamente deberán considerarse problemas que hoy frenan el crecimiento o pueden transformarse en amenazas futuras, como la falta de crédito para inversiones industriales y la creciente tendencia al monocultivo en el agro.
2. Seguridad jurídica . Crear un marco jurídico e institucional sólido y transparente, con reglas claras y estables que fomenten las iniciativas. Es necesario mantener políticas de largo plazo y no sujetas al gobierno de turno. Se deben fijar lo que los países desarrollados establecen como “políticas de estado”. El cambio de reglas permanente, hace de nuestro país un destino lleno de inestabilidad e incertidumbre que impide el planeamiento a largo plazo.
3. Inclusión social . Es necesario contemplar el acceso a un trabajo digno de los excluidos, ya que no es factible un modelo con gran parte de la población fuera del sistema. La capacitación y la educación son las llaves para esa integración. Asegurar una educación de excelencia en todos los niveles es fundamental. Para esto se debe mejorar el sistema educativo primario de las zonas marginales, especializar en los niveles medios para que los jóvenes cuenten con conocimientos técnicos adecuados para su rápida inserción laboral y fomentar las carreras que cubran las necesidades profesionales de acuerdo al modelo adoptado.
4. Tecnología . Invertir en I&D en busca de tecnologías que permitan elevar la competitividad nacional y alcanzar niveles óptimos de calidad para nuestros productos. En un mundo de acelerados cambios es necesario buscar la innovación permanente para no retrasarse frente a futuros competidores.
Conclusión . Luego de analizar las posibilidades del país nos damos cuenta de la necesidad fundamental es mirar en positivo y a largo plazo, para conseguir un crecimiento sustentable en el tiempo. Si no se logra un consenso nacional que se plasme en un proyecto de país seguiremos perdiendo tiempo y oportunidades en discusiones inútiles.
Por Norberto Quiroga Vergara y Ramón Fernández Casares
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