LA VISIÓN DE LA PRESIDENTA EL BANCO CENTRAL
La Dra. Marcó del Pont concedió dos reportajes a medios afines al gobierno durante el fin de semana, lo cual de por sí no deja de ser un síntoma de la realidad que vivimos. Sin demasiada abundancia, tal vez hubiera sido mucho mejor una ordenada conferencia de prensa en la que diversos medios pudieran asistir con periodistas especializados en economía y finanzas públicas. No ha sido el caso y ya de por sí es una limitación que debemos mencionar.
No tenemos nada para decir ni a favor ni en contra de la persona de esta funcionaria, por lo cual leímos de la manera más desapasionada posible sus opiniones en estos reportajes, del mismo modo que lo hicimos cuando asistió al Congreso hace unos días.
Pero la verdad es que, al menos en materia de política monetaria, siempre esperamos explicaciones técnicas que tal vez no nos convenzan, pero cuyos fundamentos podremos tal vez refutar. O no.
Pero cuando leemos, en el inicio mismo de la nota algo como lo que sigue: “damos vuelta la página de la que fue una de las etapas más perversas en término de abandono de soberanía para hacer política económica”, no podemos menos que destacar nuestra perplejidad.
¿No debería explicar la señora Marcó del Pont por qué consintió durante todos estos años como funcionaria en el Banco de la Nación y ahora en el Banco Central esta “etapa perversa” en buena medida refundada por el ex presidente Néstor Kirchner cuando estableció el ahora famoso recurso de las “reservas de libre disponibilidad”? ¿E incluso lo hizo el gobierno al que ella tan fervientemente pertenece?
La verdad es que este tipo de afirmaciones se acercan mucho más a consignas de barricada que a explicaciones más o menos técnicas. Esto es obvio. Y tal vez por eso se explica que hubiera elegido a dos medios oficialistas para ser reporteada probablemente por periodistas no especializados, además.
Luego podremos analizar si el hecho de fijar pautas para garantizar con reservas en moneda dura el circulante es abandonar la soberanía para hacer política económica o no. Y a su vez si eso en sí mismo es “perverso” o no lo es. Pero al menos debemos decir que este tipo de afirmaciones no nos parece en absoluto serio.
En los reportajes la funcionaria hace aclaraciones sobre la nueva función a cumplir por el Banco Central, respecto de la orientación del crédito y en general sobre regulación de tasas de interés, protección del consumidor y designación o asignación de prioridades de inversión en todo el universo conocido.
Nuestra opinión es que toda forma de intervencionismo tiende a incrementarse porque las distorsiones que provoca genera la necesidad de nuevas intervenciones, hasta que se llega a un punto en el que prácticamente todo se halla intervenido y un funcionario, o un grupo de ellos, obtiene facultades para decidir prácticamente sobre todo lo que ocurre en materia económica y financiera. Algo parecido a lo que se da con el secretario de comercio Moreno, para dar un ejemplo concreto. No compartimos esa idea porque consideramos que genera permanente incertidumbre e incluso arbitrariedad.
Ahora bien, ¿opinar de este modo y fundamentar nuestra opinión nos convierte por ese sólo hecho en ideólogos que nos oponemos a la profundización del “modelo”? ¿Deberíamos callarnos para no ser considerados entregadores de la soberanía de la política económica? ¿O simplemente somos profesionales que no coincidimos con este tipo de visión de la función del Banco Central y mucho menos con la acusación masiva a quienes no comparten la línea argumental de la funcionaria?
Transcribimos ahora otro párrafo de la entrevista: “Es totalmente falso decir que la emisión genera inflación. Solamente en Argentina se mantiene esa idea de que la expansión de la cantidad de dinero genera inflación. El pánico que se quiere transmitir alrededor de la capacidad de financiar al Estado es muy parecido al debate sobre el uso de reservas para pagar deuda. Es el mismo discurso. Descartamos que financiar al sector público sea inflacionario, porque según esa afirmación los aumentos de precio son por exceso de demanda, algo que no vemos en Argentina. En nuestro país los medios de pago se adecuan al crecimiento de la demanda y las tensiones de los precios están por el lado de la oferta y el sector externo”
En este párrafo la funcionaria niega rotundamente que la emisión de moneda genere inflación. Atribuye arriesgadamente una intencionalidad al afirmar que “se quiere transmitir” pánico, como si se tratara de no de opiniones diferentes, sino de una especie de conformación diabólica, una conjura para provocar daño. ¿No es excesivo? ¿Puede probar tamaña acusación? Pero de inmediato afirma que los aumentos de precio ocurren por exceso de demanda…y que las tensiones en los precios están por el lado de la oferta. ¿De qué manera se coadyuva a provocar una mayor demanda sin que tenga efecto en ello el incremento de la cantidad del circulante en torno de un 40% anual?
Las críticas al financiamiento del Estado “no tienen fundamento alguno, tienen un condimento ideológico; lo que subyace es que, o bien el sector público tiene que hacer ajustes, o bien tiene que salir a tomar deuda en el exterior”
Hablar de “condimento ideológico” resulta en nuestro modo de ver fantasmagórico y malintencionado, descalificador, digamos. Porque que alguien piense que el sector público deba volverse más eficiente y menos gastador parece bastante fundamentado. Por otro lado la misma funcionaria dijo días pasados que si no se modificaba la carta orgánica como se hizo, habría que hacer ajustes de envergadura. Es decir que en conclusión lo que se ha logrado es una forma de financiar para no ajustar. Esa parecería ser la idea. Y financiar gastándose las reservas podrá llamárselo como se quiera, pero ES ajustar.
Hay en el reportaje acusaciones de falsedad a quienes no comparten el punto de vista oficial, lo que obviamente equivale a tratar de mentirosos a profesionales que difieren en su apreciación. Las respuestas que uno espera de una funcionaria técnica, la verdad es que son otras.
No queremos cansar a nuestros lectores, de manera que copiamos un último párrafo del reportaje para que pueda verse claramente esa especie de “no pero sí” tan recurrente y tan lamentable en las opiniones de muchos políticos y funcionarios, de un lado y del otro.
“El Banco Central no va a hacer ninguna política de expansión de la cantidad de dinero que crea que es inconsistente con la demanda de dinero, porque la tensión inflacionaria puede surgir de eso, de una política de creación de dinero que no sea acompañada de una demanda acorde”.
Si el Banco Central no va a expandir la cantidad de dinero por encima de la demanda, la señora está claramente coincidiendo con quienes afirman que la emisión sin respaldo produce inflación. Porque la mayor demanda de dinero solamente se producirá si existen bienes y servicios adicionales que la justifiquen. Si esto es así, y si la señora coincide, entonces ¡estamos de acuerdo! Porque nadie que se sepa se opone a la creación de dinero, a lo que se opone es a que se expanda el circulante un 40% anual cuando la economía crece al 8%.
Entonces, ni falsedades ni contubernios diabólicos. Solamente conclusiones técnicas.
Pero la funcionaria termina no explicando por qué la inflación viene del lado de la oferta con semejante expansión monetaria dado un crecimiento de la economía importante, pero muchísimo menor que tal expansión, como queda dicho.
Demasiados fantasmas, demasiados demonios, pero ninguna explicación sobre un hecho tan fácilmente demostrable.
HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 26 de marzo de 2012
ECOTRIBUTARIA
Economía y tributación
ESTUDIO
HÉCTOR BLAS TRILLO
www.hectortrillo.com.ar
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