AÑO ELECTORAL: UN MAR DE DUDAS
En un interesante trabajo publicado por el economista Enrique Szewach en el diario Ámbito Financiero del miércoles 29 de abril se plantean distintos escenarios para el día posterior a los comicios de junio.
Esencialmente, el economista habla de la incertidumbre, tal como tantas veces la hemos referido en nuestros comentarios. Incertidumbre provocada entre otras cosas por el enorme grado de improvisación y la creciente arbitrariedad reinante.
Szewach habla del contexto político según el resultado electoral. También se refiere a la situación internacional y finalmente el grado de arbitrariedad con que se maneja la economía desde el gobierno.
De estos tres aspectos el que podemos resaltar como no contemplado mayormente por nosotros hasta ahora es el del resultado electoral y sus implicancias.
Si en el actual contexto vemos con frecuencia el alto grado de improvisación reinante, o la forma en que se generan conflictos absolutamente inútiles, a los que se suman anuncios a las apuradas sin contenido ni adecuación práctica, todo ello sin ningún tipo de referencia institucional, podemos deducir que el panorama es, hoy mismo, bastante turbio.
Qué pasará luego del 28 de junio si el partido gobernante pierde las elecciones en términos generales es una gran incógnita. Y también lo es si gana.
Porque la realidad es que mientras los ingresos podrán crecer, digamos un 15%, el gasto está en vías claras de duplicación en cuanto a crecimiento. Las importaciones se limitan o cierran de mil maneras, las exportaciones están restringidas, la sequía ha jugado su papel en la producción primaria, sumada al conflicto agropecuario.
Las provincias tienen crecientes problemas y los déficit han comenzado a multiplicarse. La verdadera andanada inconstitucional recaudatoria llevada a delante por la provincia de Buenos Aires, de la mano de un aparentemente bonachón gobernador es terrible. Y todo con el único objeto de rapiñar fondos de donde fuere y como fuere.
Y si en este marco se ha suspendido la retención a los cheques a cobrar en ventanilla con destino a ARBA en concepto de unos ingresos brutos provinciales a sujetos que no son contribuyentes de ese impuesto pero que no tienen recursos a la mano como no sea acudir a la Justicia, el panorama es realmente patético.
Aún así, las provincias deberán emitir deuda forzosa y probablemente retornar a las llamadas cuasi monedas. También podrán ir a canje voluntario de deuda pública o directamente al default. A todo esto los sindicatos y en especial la CGT pero también la C.T.A. pretenden ocupar espacios de poder solicitando aumentos absolutamente inaplicables, mientras intentan incorporar en las listas sábana cargadas de candidatos testimoniales a sindicalistas para defender la quintita indefendible de un trabajo que merma día a día a la luz de los acontecimientos descriptos.
¿Cuál será la política fiscal, cuál la cambiaria, cuál la monetaria o la de deuda pública para el segundo semestre del año? No existe que sepamos un solo borrador que permita colegir qué se hará. NI tampoco qué se propone para el caso de que el oficialismo pierda las elecciones.
El discurso de que si el kirchnerismo pierde viene la explosión es un discurso chabacano, alarmista, de muy poco vuelo. Y esencialmente es un discurso tendiente a atemorizar a la población, como el recordado voto cuota en su momento.
La realidad es que los mismos políticos que hoy siguen defenestrando un sistema que hace 10 años que no se aplica, formaban parte de ese sistema hasta la médula, como puede verse en tantos videos en Internet, para dolor de cabeza de los antidemocráticos miembros del organismo de origen dictatorial llamado COMFer.
Nosotros no somos, como se sabe, analistas políticos. Pero es obvio que si la composición del Congreso se modifica y desaparece la mayoría automática que levanta la mano cuando lo pide el jefe, podemos llegar a estar en problemas. Vendrá seguramente una lluvia de D.N.U. (o medidas autóctonas violatorias de la ley, como las recordadas resoluciones prohibiendo exportaciones) con infinidad de normas y contra normas tendientes a incentivar lo inincentivable.
Actualmente la actividad interna está muy vinculada a la demanda externa. Hoy por hoy el sector externo representa casi el 40% del P.B.I., cuando en los 90 no superaba el 20%. De manera que la crisis internacional puede producir (y de hecho está produciendo) una notable desaceleración de la demanda externa, ello más allá de las increíbles decisiones de organismos como la O.N.C.C.A. o de funcionarios como el secretario de comercio en materia de importaciones y exportaciones.
Szewach recuerda que en estos tiempos se han venido aplicando normas de lo más contradictorias, tales como cancelar anticipadamente deuda pública no vencida (FMI) o defaultear. Subsidiar consumos energéticos o incrementar hasta un 400% las tarifas eléctricas. Usar fondos públicos para alentar el consumo privado o secar el sistema financiero de crédito para dicho sector, con el objeto, agregamos, de alentar la inversión de las Pymes.
Se han expropiado las AFJP para que discrecionalmente un funcionario del P.E. disponga de los fondos. Se ha puesto en marcha un blanqueo de capitales sin tomar en cuenta datos básicos tales como la ley penal cambiaria que hoy pretende subsanarse con un dictamen del Banco Central (¡dos meses después de estar en vigencia el blanqueo!). Se ha dispuesto coparticipar de alguna manera las retenciones de la soja, cuando la merma en la producción ha sido notable por efecto de la crisis del campo, de los valores internacionales y de la sequía. Se insiste en que si la 125 se hubiera aplicado la cosa no sería tan grave, pero eso no se corrige como correspondería, dado que implica un daño a la producción de ser así.
Acá se pasa de la heterodoxia a la ortodoxia sin solución de continuidad, afirma el economista que venimos citando.
Y, claro, la amenaza de la explosión , una verdadera ironía del destino peronista que ha gobernado la Argentina la mayoría de los 26 años de democracia que llevamos a cuestas. Incluso ha gobernado la mayoría de las provincias, en casi todo ese lapso, en especial la de Buenos Aires, hoy deficitaria y con innúmeros problemas que la llevan a violar la propiedad privada de manera grosera, torpe y hasta infantil.
No podemos colegir con exactitud qué ocurrirá en el segundo semestre en materia política. Si la presidenta renunciará como anticipó el piquetero-inocente Emilio Pérsico, funcionario del gobierno que es una mezcla del surrealismo patotero de D Elía y el neorrealismo de barricada de Jorge Ceballos.
Pero que repite el discurso oficial, sin duda alguna.
En este cuadro de situación todo es posible. Por eso en los primeros tres meses del año casi 6.000 millones de dólares salieron del país, mientras el gobierno intenta atraer capitales con el blanqueo. Intenta impedir importaciones para que no se usen dólares para pagarlas. Intenta que los exportadores saquen la soja de los silos bolsa para sumar divisas, y también intenta vía encajes bancarios favorecer la posición en reservas del Banco Central.
El futuro es hoy por hoy un mar de dudas. Nada está encarrilado y nadie sabe cómo seguirá la película.
La campaña iniciada en estas horas apunta a defenestrar a opositores con discursos descalificadores, como cuando Kirchner se detiene a afirmar que De Narváez tiene plata, como si ese hecho por sí sólo lo descalificara para ejercer un cargo político. Y como si el propio Néstor Kirchner fuera poco menos que un indigente.
Es realmente notable la baja calidad de los discursos y esto no es nuevo. No se conoce una sola idea coherente casi en ningún sector. Y desde el oficialismo se habla del modelo cuando en realidad tal modelo no existe ni jamás existió. Artilugios monetarios, controles de precios, falseamientos de datos estadísticos, prohibiciones inconstitucionales, no devoluciones de impuestos con argumentos fuera de la ley, proliferación de regímenes de retención tributaria provincial violatorios de los derechos elementales de los ciudadanos y habitantes en general, etc.
Con este cuadro de situación se sale también a hablar de los agoreros que pretenden que el gobierno tal vez no llegue a su fin. Pero ¿a qué agoreros se refieren? ¿A Pérsico?, ¿a Néstor Kirchner y su explosión ? ¿A los anuncios oficiales en los que se reitera que se intenta retornar a los 90 donde los mismos actores también estaban?
Solo nos queda reiterar lo que dijimos al comienzo: UN MAR DE DUDAS
DR. HÉCTOR BLAS TRILLO
Buenos Aires, 30 de abril de 2009
ESTUDIO
HÉCTOR BLAS TRILLO
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