Para la Argentina, el hallazgo de petróleo en Comodoro Rivadavia en 1907 da inicio a un ciclo de fructífero desarrollo de su industria, aunque ésta iría sufriendo los avatares de los cambios de rumbo asociado al ciclo político1. En esa época la Argentina formaba parte de un selecto grupo de países con un gran poderío económico y una clase dirigente comprometida con el desarrollo económico e institucional de la Nación. Si bien la legislación consideraba que el recurso debía ser explotado por el sector privado, el peso político y estratégico de mantener la producción petrolera bajo la órbita del Estado condicionó fuertemente la organización de la industria en esos primeros años de vida. La consecuencia posterior de esa decisión fue la creación de “Yacimientos Petrolíferos Fiscales” (Y.P.F.).
(1) El hecho de haberse producido en tierras fiscales costeras, más allá de haber sido o no fortuito, permitió crear una reserva estatal de fácil movilidad, que de alguna manera condicionó la fuerte presencia del Estado desde los inicios de la explotación petrolera argentina.
Si bien la expectativa inicial era muy grande, los sistemas petroleros de las cuencas no responderían a tamaña proyección y la Argentina, desde los comienzos de esta nueva era, no sería considerada un país petrolero sino sólo un país con petróleo. Esta característica y su lógica económica asociada limitarían en todo momento la posibilidad de disociar los precios domésticos de los valores de importación.
Asimismo, el mejor desempeño de la empresa tendría lugar en los períodos de mayor independencia de las metas del negocio petrolero respecto de los objetivos políticos; es decir, toda vez que estuviera presente la meta de maximizar la renta petrolera derivada de una gestión eficiente de los recursos. En particular esto tuvo lugar en los inicios de la actividad de Y.P.F. bajo la conducción del Ingeniero Mosconi entre 1922 y 1932, y posteriormente en los dos períodos históricos que hemos caracterizado como los grandes booms de la actividad petrolera argentina: 1958-62 y 1990-1999.
Según la Organización Internacional del Trabajo, OIT (2002), la extensión de la explotación de YPF en Salta, Neuquén, Mendoza, Chubut y Santa Cruz desde la década de 1920, implicó una movilización de recursos y trabajo en la construcción de la infraestructura. Además de abrir nuevos polos de producción, se construyeron barrios para los obreros, se abrieron caminos, se mejoró la comunicación y se instalaron escuelas para las poblaciones que se creaban alrededor de la explotación del petróleo. YPF no sólo implicó un salto en la instalación de infraestructura sino que también marcó un cambio en la vinculación de la empresa con otro tipo de actividades: promovió el desarrollo del turismo y las carreras automovilísticas en ruta. Esta empresa petrolera fue pionera en un tipo de concepción del trabajo que involucraba, junto con el empleo, la preocupación por la satisfacción de la vivienda, la educación y el tiempo libre de los trabajadores.
Por orden de incorporación, la cuenca del Golfo San Jorge representa la más antigua, no obstante ello actualmente se ha vuelto el área más productiva junto a la cuenca Neuquina. Sus principales descubrimientos tuvieron lugar entre los años 1930’ y 1950’ y en su mayoría tuvieron como protagonista a la empresa petrolera del Estado. Entre los mayores hallazgo: Diadema, El Tordillo, Cerro Dragón, El Huemul, se destacan los campos de Cañadón Seco y Cañadón León, cuyo descubrimiento vino a desafiar los modelos tradicionales de perforación para su época (Turic y Ferrari, 2000).
En el caso de la cuenca Neuquina, los mayores logros se dieron a partir de mediados de los años 1970’ en Loma La Lata y posteriormente, en los años 1980’ en Chihuido de la Sierra Negra, aunque es de destacar los hallazgos vinculados a la gestión privada en Puesto Hernández (YPF en asociación con Perez Companc) y El Trapial (Petrolera San Jorge).
En el caso de la cuenca Cuyana los más importantes descubrimientos corresponden al
primero de los dos destacados períodos en términos de gestión de la producción. Entre fines de los años 50’ y comienzos de los 60’ se incorporan los yacimientos de Vacas Muertas y Vizcacheras, en este último hubo una importante participación de la firma Astra. Mientras tanto, la cuenca Noroeste encuentra su mayor reservorio a partir de la firma de contratos de riesgo a fines de los años 70’. El yacimiento de Ramos contó con la activa participación de la firma Pluspetrol.
Por último, en la más recientemente incorporada cuenca Austral, la empresa Total Austral junto con YPF inició el desarrollo de los reservorios gasíferos de gran envergadura de Ara y Cañadón Alfa, y el más promisorio de Carina en la plataforma continental
La experiencia histórica, a su vez, se encargaría de mostrar la existencia de una relación positiva entre el alineamiento de precios domésticos con los internacionales por un lado, y el aumento en la capacidad productiva y la productividad por el otro. Esta relación generalmente se dio en forma conjunta con la apertura de la industria hacia el capital privado de origen nacional o extranjero.
Gráfico 1
Fuente: Boletines de YPF, S.E.
Los grandes saltos productivos se dieron en el marco de procesos de desregulación y de incentivo a la mayor participación del sector privado en el negocio (1930-1937, 1958-1962, 1966-1972, 1992-1998). Téngase en cuenta que las políticas de esas épocas incluyeron la vigencia de los precios internacionales como señales a las empresas del sector.
El sector productor de hidrocarburos depende de grandes inversiones que maduran en el largo plazo. Esto implica que la calidad institucional de un país, condiciona fuertemente los niveles de inversión, especialmente los realizados en exploración. No es de extrañar que un país de débil seguridad jurídica y con reglas de juego históricamente inestables como la Argentina haya tenido dificultades para desarrollar este sector. Tampoco el hecho que los capitales que se dirigen a la producción de hidrocarburos se asignen en mayor medida en la extracción; ya que es un negocio de menor plazo y, por ende, menor riesgo que el de exploración.