Por Juan Antonio Falcón Blasco
Recientemente se ha puesto de moda hablar de las relaciones entre Africa y China, pero el contexto es mucho más amplio que esta visión parcial. Y es que el aumento del comercio en el hemisferio sur tiene como mejor ejemplo las relaciones entre los países en vías de desarrollo de Africa y de Asia.
Los verdaderos motores de estas relaciones han sido, por una parte, el florecimiento de la clase media en los gigantes asiáticos de China y la India, cuya demanda d productos básicos africanos está en continuo incremento. Y por otra parte, el dinámico crecimiento de las economías de Africa subsahariana, que estimula la demanda de manufacturas asiáticas.
El comercio internacional estimulado por estas dos tendencias es cualitativamente muy diferente del que mantiene Africa con la Unión Europea y los Estados Unidos, apoyado en acuerdos preferenciales de corte, en alguna manera, paternalista caritativo. En cambio, el comercio Sur-Sur de Africa con Asia, basado en complementariedades entre dos regiones en desarrollo, tiende a ser más fuerte, verdadero y, probablemente, acabará siendo un comercio sostenible.
Con un mercado mundial que cada vez está más integrado, los millones de habitantes de Africa subsahariana se juegan mucho si no se integran definitivamente en ese mercado integrado.
Muchos países subsaharianos han conseguido un desarrollo económico sustancial durante el último decenio. Dado el egocentrismo de los medios de comunicación occidentales, se conoce muy poco sobre los éxitos económicos de Africa. En el mencionado periodo, el 34% de la población africana vivía en países que, sin ser productores de petróleo, han disfrutado de un crecimiento del 4,5% o incluso superior.
Sin embargo, las cifras comerciales de Africa siguen siendo desalentadoras, sobre todo porque son muchos los países pequeños sin salida al mar y por la fuerte segmentación geográfica. Africa subsahariana abarca un grupo heterogéneo de países con economías, poblaciones y superficies de diferentes tamaños y con un PIB per cápita que va desde menos de 200 a 7.000 dólares. A nivel mundial, un tercio de las economías dependientes de recursos naturales se encuentran en Africa.
Existen 45 economías pequeñas y 2 potencias regionales (Nigeria y Sudáfrica) que juntas constituyen el 55% de la actividad económica del continente. De todas formas, 18 países que alojan al 36% de la población africana experimentaron un crecimiento sostenible durante la última década. Otros 14, con una quinta parte de la población, tuvieron un pequeño crecimiento o negativo del PIB durante el mismo periodo. Y muchos de ellos (como Burundi, República Democrática del Congo o Eritrea) sufrieron conflictos armados.
Igualmente Africa es excepcional desde el punto de vista de la geografía física y humana. Es la región en desarrollo que posee más países y cada uno de ellos limita en promedio con otros cuatro. Gran parte de la población de Africa habita en países con una geografía y una economía desfavorable para el desarrollo.
El 40% de la población vive en países sin salida al mar (en comparación con el 23% de la Europa oriental y de la ex Unión Soviética). La baja densidad de población se acentúa por el elevado coste del transporte interno, que duplica el de cualquier otra región en desarrollo. Como resultado de esto: mercados pequeños y poco profundos (a excepción de Sudáfrica y Nigeria). Y estas condiciones encarecen el comercio en Africa.
Estas condiciones originan que, mientras el comercio mundial originó el 16% del producto mundial en 1991 y el 20% en 2004, la cuota de exportación de Africa haya disminuido sin cesar desde hace sesenta años.
Frente a este horizonte, los precios de los principales productos básicos que exporta Africa han subido sustancialmente desde 1999, gracias al crecimiento de las economías asiáticas en desarrollo, sobre todo de China e India. Al mismo tiempo, como hemos apuntado, la clase media de estos países adquiere cada vez más manufacturas, lo cual permite incrementar y diversificar las exportaciones africanas. Y, sobre todo, se abre la posibilidad de que los empresarios africanos obtengan más valor localmente al elaborar los productos básicos antes de exportarlos.
CARACTERISTICAS DEL COMERCIO ENTRE AFRICA Y ASIA
A lo largo de 15 años, los flujos comerciales entre Africa y Asia se incrementaron rápidamente y hoy son el prototipo del comercio Sur-Sur.
- Evolución de las cuotas. De 1990 a 1995 las exportaciones de Africa a Asia aumentaron un 15%, y en los cinco últimos años un 20% (por encima de todas las otras regiones). Asia es el tercer destinatario más importante de las exportaciones africanas, después de la Unión Europea y Estados Unidos. Las importaciones africanas de productos asiáticos crecieron también, pero no tanto como las exportaciones.
- Complementariedades incipientes. Los productos manufacturados representan solamente el 20% de las exportaciones totales de Africa, y las exportaciones a Asia coinciden con esta media mundial. Los productos básicos representan el 86% de las exportaciones de Africa subsahariana a Asia, en tanto que las importaciones de productos asiáticos manufacturados es el 80%. Pero existe una dinámica interna que apunta a una complementariedad entre ambas regiones.
Africa puede suministrar a Asia materias elaboradas para el crecimiento de la industria y el consumo. La creciente población china e india con un cada vez mayor poder adquisitivo estimula la compra de productos africanos. Por su parte, Africa está importando manufacturas asiáticas para el consumo del hogar y bienes de capital para el floreciente sector manufacturero.
- Papel de China e India. Estas dos economías son de las más dinámicas del mundo y han duplicado la tasa de crecimiento anual de las exportaciones africanas. Esto mismo se observa también en el caso de la importación, especialmente en el caso de China.
Africa exporta sobre todo petróleo y materias primas a China y minerales no petroleros a India. El petróleo y el gas natural representan más del 62% del total de la exportación a China, seguidos de minerales y metales (17%) y materias primas agrícolas (7%). La exportación a India también se compone de recursos naturales: el 61% de minerales y metales y el 19% de materias agrícolas.
Por el contrario, Africa subsahariana importa de China e India productos básicos con un valor añadido mayor, especialmente textiles y vestimenta, equipos y maquinaria eléctrica, y productos de consumo como medicamentos, cosméticos y baterías de cocina. Las manufacturas constituyen el 87% de la importación de China.
- Políticas comerciales. El tema del acceso de los países menos avanzados a los mercados de los países ricos es el tema de moda en los foros regionales y bilaterales, especialmente de la Ronda de Doha. La reducción de las barreras arancelarias y no arancelarias de los países industrializados aumentará las exportaciones africanas. Pero Africa se enfrenta a estas mismas barreras también en los países del Sur y asiáticos en desarrollo. A su vez, algunos países africanos han erigido barreras de este tipo que frenan las corrientes comerciales y que, en casos, provocan un sesgo en contra de sus exportaciones.
Aunque los aranceles asiáticos sobre las exportaciones africanas están disminuyendo, esta tendencia se produce muy lentamente. De hecho, los tipos arancelarios que Asia aplica a ciertos grupos de productos son más elevados para los países menos avanzados de Africa. Estos grupos de productos (materiales crudos no comestibles, alimentos y ganado en pie) representan dos tercios de la exportación total de los países africanos menos avanzados a Asia.
Recientemente, se están dando datos que demuestran que Asia ha implantando elevados tipos arancelarios para ciertos productos africanos que frenan su exportación. Y si nos fijamos en los aranceles indios para los productos agrícolas, que suponen la posibilidad de crecer para Africa, la situación es preocupante. En cambio, China es un país relativamente liberalizado, cuyos tipos arancelarios sobre el 45% de la importación rondan o igualan el cero. Los chinos tienen previsto bajar aún más los aranceles y reducir la dispersión de la estructura arancelaria.
Al mismo tiempo, la estructura de los aranceles asiáticos es problemática para las exportaciones africanas. Los productos de mayor elaboración están sometidos a aranceles más altos para conservar en el mercado nacional actividades con un valor añadido alto. Por otra parte, las materias primas disponibles localmente tienen aranceles más bajos, así se incentiva a la industria nacional a obtener insumos baratos en el extranjero y elaborarlos en el país. Lo cual desalienta la elaboración de productos en Africa antes de exportarlos a Asia.
En otros casos, simplemente, los productores africanos no tienen capacidad de producción y no pueden aprovechar los tipos arancelarios bajos de Asia.
REFORMAS DENTRO DE AFRICA
Siendo lógico que es necesario modificar los aranceles progresivos, también es esencial que los países africanos sigan trabajando para realizar reformas internas: supresión de barreras al ingreso y a la salida, instituciones que fomenten la competencia entre las empresas nacionales, creación de un régimen de incentivos y disciplina para la gobernabilidad, y medidas que flexibilicen el mercado de trabajo y de capitales. Sin olvidar que la simple reducción de aranceles no conduciría a nada si los países africanos no actúan para producir de manera rentable y detectar focos de demanda.
Las exportaciones de Africa a Asia no presentan una gran diversificación, pero la dotación de factores de Africa complementa a las de China y la India. Africa al ser rica en recursos cuenta con una ventaja competitiva natural para la producción de materias primas y energéticas. China e India poseen una gran cantidad de mano de obra cualificada que les ofrece una ventaja cualitativa para la elaboración de productos.
Pero, ante todo, hay que apuntar una evolución favorable de la complementariedad entre Africa y Asia. Para fortalecer esto se deberían de tomar tres medidas:
-en relación a los productos manufacturados de valor añadido basadas en productos naturales, que China y la India importan. Africa no desea continuar como “canasta de recursos” naturales, sino que espera poder aprovechar el beneficio de su elaboración. Aunque hasta ahora solamente Sudáfrica y Nigeria han entrado en esta fase, China e India importan bastantes materias susceptibles de elaborar.
-las perspectivas de mayor participación en las cadenas de valor mundiales aumentan. Las complementariedades verticales a lo largo de la cadena valor entre Africa y China e India aumentan. Los estudios dicen que los productores africanos podrían participar en las redes comerciales mundiales del sector de la vestimenta
-hay que trabajar en la diversidad entre los países africanos y los beneficios que proporciona la integración regional. Sudáfrica se ha transformado en un centro de desarrollo industrial y comercial dentro y fuera de Africa subsahariana. Las complementariedes tecnológicas entre Sudáfrica y China e India podrían incrementar el comercio intraindustrial. A través de la integración regional, las complementariedades intrasectoriales entre los líderes industriales de Africa y China e India podrían producir mejores resultados en los mercados subregionales.
Africa está en condiciones de sacar ventaja del crecimiento del mercado chino e indio para alcanzar un desarrollo económico generalizado. Los países africanos deben ir en la dirección de transformar las materias primas antes de venderlas y participar en cadenas de ofertas mundiales.
INVERSION EXTRANJERA DIRECTA
Gran parte de la inversión extranjera directa que llega a Africa subsahariana está destinada al sector del petróleo. El 70% de la inversión se destinó a cinco de los siete exportadores africanos y en Sudáfrica. Éste país es el que más inversión extrajera atrae, incluso en el sector financiero, tras sus medidas de liberalización de los años noventa.
Aunque entre el 50 y el 80% de la inversión en Africa se destina en la explotación de recursos naturales, actualmente algunos países están atrayendo cada vez más inversión en otros sectores como las telecomunicaciones, la elaboración de alimentos, el turismo, la construcción, la electricidad, el comercio minorista, la transformación y los equipos de transporte. Se trata de un fenómeno reciente, en el que China e India han tomado la delantera.
La inversión china en Africa representa el segundo destino de ésta después de Asia. China mantiene lazos con el continente negro desde la Guerra Fría y es un inversionista importante en infraestructuras. Alrededor de 700 empresas chinas están presentes en Africa. China se volcó en el sector terciario, pero últimamente se ha concentrado en los países con petróleo.
La India está igualmente presente en Africa desde hace tiempo. Su presencia se ha concentrado en la manufactura y en el sector servicios. Hoy está prestando una mayor atención al petróleo. Africa oriental y meridional es un potente imán para India a causa de los inmigrantes indios allí asentados.
Como conclusión hay que recalcar que si bien el boom de las exportaciones de productos naturales africanos hacia China e India está dando sus frutos, los países subsaharianos necesitan estrategias para transformarlos a largo plazo.
Los países africanos deben ir mucho más allá de las simples liberalizaciones de política comercial para abordar las reformas internas pendientes.