Historia del Pensamiento Económico

Saint-Simon

Claude Henri de Rouvroy, Conde de Saint-Simon (1760-1825)



Nació en la nobleza francesa y afirmo ser descendiente de Carlomagno, él cual le había encomendado "salvar la Republica francesa tras la revolución".

Publico una obra en 1817 titulada "De l' industrie", luego publico en 1819 "Catécisme des Industriels" y finaliza en 1825 con la obra "Le Nouveau christianisme".

El conde de Saint-Simon fue más bien precursor de la sociología que teórico de la economía, siendo este unos de los primeros en proponer crear una "ciencia positiva de la moral y la política, y de la humanidad en general", es decir, que la sociedad puede ser objeto de un estudio científico. Logro fundar una escuela de seguidores que influyo en una serie de pensadores importantes que incluían a Auguste Comte, Karl Marx y John Stuart Mill.



Muchos autores critican a Saint-Simom por no haber definido claramente ningún concepto, y que su terminología (pobres, ricos, abejas, zánganos, industriales, sabios, hombres representativos) no corresponde a una clasificación rigurosa de las funciones económicas. Además hay algunos autores que han negado que el conde de Saint-Simon hubiera sido un socialista, ya que no llego a presenciar la primera revolución proletaria. Sin embargo, los que opinan que Saint-Simon fue socialista, se basan en que su doctrina fue tomada por los posteriores socialistas y que sus propuestas fueron de carácter netamente socialista (como la de una economía planificada).

Pensamiento y propuestas del conde de Saint-Simon:

Para Saint-Simon la propiedad privada era una fuente de desorden, al ser la causa de que los productores no consiguieran capitales baratos y en suficiente cuantía, pues " las abejas carecían de capitales; para procurárselos". También para el conde la propiedad privada era un tipo de "monopolio", porque permitía a aquellos que no producen, como los propietarios, apoderarse sin esfuerzo alguno de la renta de los que si producen, como los industriales o los obreros.



Saint-Simon desarrollo una teoría evolutiva de la historia, donde se yuxtaponían dos sistemas sociales contradictorios, una que correspondía a la Francia prerrevolucionaria basada en fuerza militar y la aceptación de la fe religiosa, y otra que correspondía a la Francia después de la revolución basada en la capacidad industrial y en la aceptación voluntaria del conocimiento científico. Para Saint-Simon "la ciencia y la industria constituían los sellos de la edad moderna".

Manifiesta que la clase de los industriales (médicos, químicos, albañiles, mecánicos, banqueros, etc.) es el sector trabajador y creador de la sociedad, mientras el sector de los nobles y propietarios son los "parásitos" de la sociedad. Realiza una critica al orden social establecido y propone y predice para el futuro un orden social guiado por la clase industrial, pero de "bases igualitarias" (que seria el igualitarismo liberal de igualdad de oportunidades).

Pensaba que la cooperación económica y la organización industrial surgirían por si solos en el progreso de la sociedad. Manifestaba haber descubierto gracias al estudio histórico que una creciente comunidad de intereses y no en el egoísmo, acompaña el avance de la civilización.

El principal objetivo del nuevo orden social era "el control de los seres humanos sobre las cosas, no sobre las personas". Para ello se necesitaría una administración de tipo tradicional y evitar que el gobierno intervenga en la esfera industrial. Diversos escritores o cronistas critican la falta de coherencia en sus programas de reorganización.

Realizo un plan para constituir un "parlamento industrial", que según se cree fue inspirado en el gobierno británico. Para algunos autores el parlamento industrial es un anteproyecto de una economía totalmente planificada. Este parlamento estaría constituido por tres cuerpos:

El primero (Cámara de los Inventos) estaría compuesto por 300 miembros: 200 ingenieros civiles, 50 poetas, 25 artistas, 15 arquitectos y 10 músicos. Su primer cometido, según Saint-Simon, seria redactar un plan de obras publicas. La segunda asamblea (la Cámara de Examen) también tendría 300 miembros, en su mayoría matemáticos y físicos. Su tarea consistiría en evaluar la viabilidad y deseabilidad de los proyectos propuestos por la primera camera y también desarrollar un plan director de educación publica. Finalmente, una tercera asamblea (la Cámara de ejecución), de un numero indeterminado de miembros, incluiría representantes de cada sector industrial. La tercera camera era la mas importante en el plan general. Ejercía derecho de veto sobre todos los proyectos propuestos y aprobados por las cámaras de inventos y examen, y también podría recaudar impuestos. (Ekelund & Herbert; 1991).

En la producción de bienes privados, Saint-Simon propuso una "confederación de asociaciones profesionales", que fuera numerosa y que tuviera un "objetivo industrial común" (que era el aumento del producto). Así se podría contribuir a la eficiencia económica, compartir el conocimiento y la tecnología entre sus miembros.

La escuela de Saint-Simon:

Fue una escuela que se convirtió en un culto y que llego extenderse por toda Francia y a otros países. Su doctrina procedía de la obra escrita por Saint-Simon "Le Nouveau christianisme"(El nuevo cristianismo), la cual se trata de un dialogo imaginario entre un conservador y un innovador, en la que el innovador gana gracias a la exposición de la doctrina de Saint-Simon (demostrando que la sociedad necesita reorganizarse mediante una nueva escala de valores, y que en la nueva sociedad las oportunidades serán iguales para todos y las capacidades de todos los hombres serán aprovechadas, sin importar su origen social). El valor mas importante de la iglesia es "el mayor bien para el mayor numero posible". Profesaban la idea que la clase social más numerosa y más pobre es la que poseía los verdaderos resortes del nuevo orden del futuro.

Tuvieron a lideres como Olinde Rodríguez, Enfantin, Bazard. Muchos de sus miembros se convirtieron en prósperos hombres de negocio, que incluso llegaron a intervenir en la construcción del canal de Suez. Además, muchos de sus miembros fueron tildados de fanáticos en extremo, mientras que otros ganaban fama por su búsqueda del placer físico y sus frecuentes orgías.

Sus miembros se manifestaban a favor de desmembrar y limitar la propiedad privada; ya que esta no es por derecho natural, sino que es por "un hecho social sometido, como todos los hechos sociales, a la ley del progreso; por tanto puede ser entendida, definida y regulada de mil maneras, según las épocas". También proponían la supresión de la herencia para favorecer a los que producen (abejas), a expensas de los que no producen (zánganos).

Proudhon

Pierre Joseph (1809-1865)



Proudhon nació en el seno de una familia de artesanos que logro cierta holgura económica con la explotación de un pequeño comercio, haciéndose posteriormente en propietarios de varias parcelas de tierra.

De niño trabajo como pastor de bueyes hasta que una bolsa de estudios lo hace ingresar en el colegio real de Besa?on. Obtiene un oficio de tipsgrafo. Aprehende el hebreo y estudia la Biblia, para atacar con mas elementos a la religión (según algunos de sus biógrafos). Posteriormente obtiene de la academia de Besa?on la pensión Suard.

Se instala en París donde colabora con una enciclopedia católica, en donde trabaja en el estudio de las lenguas y de la economía política.



En 1840 publica un ataque contra la propiedad privada titulada "Qu’ est-ce que est la propieté?", donde le sirvió para adquirir notoriedad y acusaciones de conspiración contra el estado, pero de la cual fue absuelto. Luego en 1846 publica la "Philosopie de la misére". Con Proudhon al nivel de la propia teoría empieza a divergir el anarquismo con el socialismo.

En 1848 es elegido diputado y posteriormente es condenado a tres años de prisión por una serie de artículos contra Luis Napoleón Bonaparte. Mientras cumple su condena se casa. Luego en 1858 publica su obra esencial acerca de la justicia en la revolución y en el Iglesia, por lo cual fue procesado por ultraje a la religión y a la moral, escapando por consiguiente a Bruselas. Vuelve a París en 1863, donde muere dos años después.

Pensamiento y propuestas de Proudhon:



Para Proudhon el contrato de trabajo libre establece el salario según la importancia del servicio prestado; luego si se produce explotación es porque el trabajo en conjunto con otros obreros es más productivo que el de esos mismos obreros trabajando aisladamente; lo que logra el empresario es el valor del trabajo en conjunto, mientras que paga al trabajador un salario determinado por la productividad individual; de modo que el beneficio es la plusvalía o "surplus" dada por los diversos trabajos; por lo que la explotación es un fenómeno necesario.

En la tesis "la propiedad es un robo" el autor afirma que incluir la propiedad como un derecho natural seria una contradicción porque el propietario se atribuye unas riquezas que por origen natural deberían seguir siendo comunes, pues Dios hizo la tierra y de él es la tierra. La propiedad llegaría a destruir la libertad y la igualdad al permitir que algunos individuos acaparen instrumentos de trabajo que existen limitadamente, por lo que los trabajadores que desean utilizarlos no pueden hacerlos sin comprar a los propietarios este derecho de uso sin pagar unos "derechos de aubana" (que es la renta del trabajo del obrero). Luego afirmaba que la propiedad en el conjunto de las funciones sociales es causa de grandes males como de bienes, es la que garantiza la libertad del individuo frente a las presiones sociales (lo que es indispensable); por lo que la institución de la propiedad es una realidad antinómica fuente de a la vez del despotismo y la libertad. Proudhon proponía no eliminar la propiedad, sino universalizarla, ya que si todos tuvieran una propiedad lograrían garantizar así la libertad. Para lo anterior el estado no intervenía en la división de la propiedad, siendo necesario para lograrlo realizar créditos gratuitos.

Proudhon argumentaba que los poderes políticos tienden siempre hacia la centralización y hacia la tiranía. Proudhon quería una libertad que fuese absoluta en todas partes y para siempre, arraigada en un orden social consistente en una organización industrial en lugar de gobierno, de contratos en lugar de leyes, de fuerza colectiva en lugar de fuerza publica, asociaciones industriales en lugar de ejércitos y centralización económica en lugar de centralización política. Quería reemplazar las clases de nobles, burgueses y campesinos, o de hombres de negocio y obreros por títulos generales y departamentos especiales de la industria. Proudhon declaraba que "la verdad y la realidad son esencialmente históricas" y que "el progreso es inevitable", luego continuaba diciendo que "la ciencia y más que la autoridad, tiene la llave del futuro, y ella, más que el egoísmo es la única capaz de establecer la armonía social".

Proudhon refutaba algunos argumentos de los economistas clásicos, como lo hacia con una premisa del liberalismo clásico, que la consideraba falsa y hacia que se abortara sus conclusiones. Esa premisa era que mecanismo de precios servia para conseguir los fines sociales, pero Proudhon afirmaba que dicho mecanismo era tan opresivo (a causa de la difusión extremadamente desigual del poder del mercado y no como decían los clásicos de que el poder económico era mas o menos igual para todos) como el gobierno y la ley.

Ekelund y Herbert considera injusto la critica hacia el liberalismo económico de Proudhon, porque este criticaba al monopolio y no a la competencia. Proudhon afirmaba que la competencia era "el sabor del intercambio, la sal del trabajo. Suprimir la competencia es suprimir la misma libertad".

Autor: José Herrera herrerajd@hotmail.com

Bibliografía


Dennis, Henri; "Historia del pensamiento económico", Ed. Ariel, Barcelona, 1973.

Ekelund, Robert B. & Herbert, Robert F.; "Historia de la teoría económica y de su método", Ed. Mc Graw Hill, 1991.

Fergusson, John M.; "Historia de la economía", México, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1958.

Giner, Salvador; "Historia del pensamiento social", Ed. Ariel, 1975.

James, Emile; "Historia del pensamiento económico", Ed. Aguilar, Madrid, 1974.

Macionis, John J. & Plumer, Ken; "Sociología", Ed. Prentice Hall, Madrid, 1999.

Menger

Carl Menger (1840-1921) fue el fundador de la Escuela Austriaca, al haber sentado sus fundamentos característicos desarrollando la teoría austriaca del valor y el método de investigación en economía que caracteriza a la economía austriaca. Carl Menger se considera uno de los tres líderes de la “Revolución Marginalista” de mediados de 1870, junto con Jevons y Walras. Menger se diferencia de Jevons y Walras por su planteamiento metodológico subjetivista y que no utiliza a las matemáticas.



Joseph Schumpeter djio: “Menger no es alumno de nadie y lo que creó dura…la teoría del valor, de los precios y de la distribución de Menger es la mejor que tenemos por ahora.”

Ludwig von Mises escribió: “Lo que conocemos como la Escuela Austriaca de Economía comenzó en 1871 cuando Carl Menger publicó un volumen bajo el título Grundsätze der Volkswirtschaftslehre (Principios de Economía)…Hasta el fin de los setentas no existía una ‘Escuela Austriaca’. Sólo existía Carl Menger."

Para F.A. Hayek (1992, p.62) las ideas fundamentales de la Escuela Austriaca pertenecen totalmente a Carl Menger. “Lo que es común a los miembros de la Escuela Austriaca, lo que constituye su peculariedad y proveyó los fundamentos de sus contribuciones, es la aceptación de la enseñanza de Carl Menger.”



Pero, mientras no existe discusión sobre el rol de Carl Menger como creador de los principios característicos de la Escuela Austriaca, existe una especie de confusión acerca de la naturaleza de su contribución. Los economistas clásicos habían formulado una teoría que intentaba explicar los precios de mercado como el resultado de las leyes de oferta y demanda. Carl Menger estableció un vínculo causal entre los valores subjetivos que están detrás de las elecciones de los consumidores, y los precios objetivos utilizados para cálculos monetarios. Carl Menger, al contrario de lo que a veces se dice, no intentó destruir la economía clásica, sino completarla estableciendo la teoría de determinación de los precios y cálculos monetarios en una teoría general de acción humana.

Carl Menger nació en 1840 en Galicia, que es hoy parte de Polonia. Su padre era abogado. Luego de haber estudiado economía en las universidades de Praga y Viena desde 1859 hasta 1863, Carl Menger comenzó a trabajar como periodista. Rápidamente se hizo conocido escribiendo novelas y comedias. En 1865 entrevistó al en ese entonces primer ministro austriaco. En 1866 dejó de trabajar en el periódico de Viena, un periódico oficial en el que trabajaba cubriendo la información bursátil, para preparar su examen oral para su doctorado en leyes. Luego de haber aprobado este examen, Carl Menger comenzó a trabajar como practicante abogado en 1867. Sin embargo, volvió rápidamente a trabajar como periodista económico.

A partir de 1867, Carl Menger se abocó a la economía. Durante los siguientes años, Carl Menger trabajó en el sistema que mas tarde expondría en los Grundsätze der Volkswirtschaftslehre. Según palabras de Hayek: “al estudiar lo hechos relacionados al mercado, se dio cuenta del marcado contraste existente entre las teorías tradicionales sobre los precios y los hechos que las personas de experiencia práctica consideraban decisivos para la determinación de los precios”.



En 1870 Carl Menger obtuvo un puesto en el departamento de prensa del Gobierno de Austria, que estaba compuesto por miembros del partido liberal. Con un trabajo publicado y el examen pertinente aprobado, Carl Menger comenzó a dictar clases en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Viena.

En 1871 Carl Menger publicó Gründsätze der Volkswirtschaftslehre (Principios de Economía). Los principios fueron concebidos como el primer volumen de un gran tratado, pero el resto no vio la luz. El valor de un bien, es igual al último uso al que se aplicó, sin embargo, Carl Menger no utilizó el término “marginal”, Wieser sería el que aplicaría el término “Utilidad Marginal Decreciente” para el fenómeno que describía Menger. Carl Menger no concibió que las necesidades fuesen medibles cardinalmente.

En 1876, Carl Menger obtuvo un nombramiento para ser tutor del príncipe Rudolph de Ausburgo. Durante los dos años siguientes, Carl Menger viajó con Rudolph por Europa. A su regreso a Viena, Carl Menger fue nombrado en la Junta de Economía Política de la Facultad de Viena, donde trabajó como Profesor hasta 1879.

Como profesor, Carl Menger se dedicó también a la formulación y defensa del método que adoptó en los Principios de Economía. Este libro había sido ignorado en Alemania, debido que en los 1870s, Alemania estaba bajo la influencia de la Joven Escuela Histórica Alemana, dirigida principalmente por Gustav Schmoller era muy hostil al estilo “abstracto” de “teorizar” de Carl Menger.

Los resultados de la investigación de Carl Menger sobre metodología fueron publicados en 1883 en un libro titulado Untersuchungen uber die Methode der Sozialwissenschaften und der politischen Okonomie insbesondere (Investigaciones sobre el Método de las Ciencias Sociales y de la Economía Política en particular). Mientras los Principios de Economía fueron ignorados en Alemania, las Investigaciones causaron furor entre los economistas alemanes que respondieron acaloradamente atacando a Carl Menger. El término “Escuela Austriaca” surgió desde los economistas alemanes para enfatizar el aislamiento de Carl Menger y sus seguidores de la corriente principal de los economistas alemanes. Carl Menger respondió a los ataques de los alemanes con un panfleto publicado en 1884 denominado Irrthumer des Historismus in der deutschen Nationalokonomie (Errores del Historicismo en la Economía Alemana). El debate continuó y es denominado Methodensteit (Discusión sobre los Métodos).

Los escritos y enseñanzas de Carl Menger atrajeron a muchos seguidores, entre los que se destacaron Eugen von Böhm-Bawerk y Friedrich von Wieser, que luego de Carl Menger continuaron desarrollando la Economía Austriaca. A fines de los 1980s, la influencia de Carl Menger llegó a países de habla no germánica: Francia, Países Bajos, Estados Unidos y Gran Bretaña.

A partir aproximadamente de mediados de los 1880s, los intereses de Carl Menger se dirigieron desde temas metodológicos hacia teoría económica pura y economía aplicada. En 1888 publicó Zur Theorie des Kapitals (Sobre la Teoría del Capital). También fue miembro de una comisión encargada de reformar el sistema monetario austriaco, lo que lo llevó a interesarse por temas monetarios y a publicar diversos artículos sobre el tema en 1892, entre los que se puede mencionar a Geld (Dinero), que constituye una contribución a la teoría monetaria. Carl Menger continuó sus actividades académicas hasta 1903, pero durante este período y hasta su muerte en 1921 no publicó ninguna obra de envergadura.

  • Algunas de las mayores obras de Carl Menger son:
  • Principios de Economía, 1871
  • Investigaciones sobre el Método de las Ciencias Sociales y de la Economía Política en particular, 1883
  • Errores del Historicismo en la Economía Alemana, 1884
  • Sobre la Teoría del Capital 1888

Lasalle

(1825-1864) Nacido en el seno de una familia aristócrata judía de Silesia, fue caracterizado como "individualista, brillante y emprendedor". Trabajo con Marx y Engels en la "nueva gaceta Renana" en Colonia, y ayudo a Marx desde Berlín financiera y editorialmente a salir de la cárcel, cuando estuvo preso por revolucionario. Sin embargo las relaciones entre Lasalle y Marx no fueron buenas, sobre todo del lado de Marx.



Escribió un libro titulado "El sistema de los derechos adquiridos", donde expresa su filosofía política con un marcado tinte de idealismo Hegeliano al tratar de explicar la producción de bienes y las diferentes formas de distribuir la propiedad.

En 1863 fundo la Allgemeine Deutsche Arbeiterverein (Unión General Alemana de Trabajadores) y con ella una tendencia socialista llamada "socialdemocracia". Luego en 1875 durante el congreso de Gotha la Unión General Alemana de trabajadores se unió a otro grupo formado por partidarios de Marx, dicha unión se llamo Partido Socialdemócrata de Trabajadores; que en 1891, luego del congreso de Erfurt, paso a llamarse Partido Socialdemócrata Alemán.

Lasalle murió al batirse a duelo por una condesa en 1864.



Pensamiento y propuesta de Lasalle:

Lasalle critico al capitalismo, centrándose en torno a la ley de hierro del salario (tema ya tratado por los fisiócratas, Ricardo, Malthus y Rodbertus) que dice que "el aumento en la productividad del trabajo no redunda en beneficio de los trabajadores, sino en beneficio de los receptores de beneficios y de renta". Además "si suben los salarios, aumenta la población, con lo que se vuelve de nuevo al mero nivel de subsistencia, y a los salarios mínimos otra vez". Los ataques de Lasalle al capitalismo y la propiedad privada se basaron en la creencia que la humanidad estaba regida por oportunidades fuera de control del individuo, por lo que se hacia necesario que el estado tomase a su cargo la producción y distribución a favor del bienestar social.

Como propuesta Lasalle promovía el dominio del estado por el proletariado, mediante los votos de estos (vía democracia); ya que Lasalle "confiaba en el poder omnímodo del estado" para llevar adelante las reformas necesarias, para encaminar a toda la sociedad hacia el socialismo.



La política de Lasalle difería de la política de Marx en la táctica revolucionaria a seguir, en la que Lasalle proponía el sufragio universal, aunque ayudo a Bismarck a unificar Alemania por la fuerza, siendo a la vez esta el punto más álgido de la discusión con Marx.

Autor: José Herrera herrerajd@hotmail.com

Bibliografía

Dennis, Henri; "Historia del pensamiento económico", Ed. Ariel, Barcelona, 1973.

Ekelund, Robert B. & Herbert, Robert F.; "Historia de la teoría económica y de su método", Ed. Mc Graw Hill, 1991.


Fergusson, John M.; "Historia de la economía", México, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1958.


Giner, Salvador; "Historia del pensamiento social", Ed. Ariel, 1975.


James, Emile; "Historia del pensamiento económico", Ed. Aguilar, Madrid, 1974.


Macionis, John J. & Plumer, Ken; "Sociología", Ed. Prentice Hall, Madrid, 1999.

Auguste Comte

(1798-1857)

Fue un filosofo Francés nacido en Montpellier. Fue secretario del conde de Saint-Simon y creador de la escuela positivista y de la ciencia de la sociología. Expuso la popular teoría de los "tres estadios" de la historia y fue autor de "Un curso de filosofía positiva" y de "Por una religión de la humanidad".



Critico al pensamiento clásico considerándola como "esa tendencia vana e irracional al no admitir más orden que el que se establece por si mismo". La clasificó como pseudociencia, ya que concebía como ciencia algo diferente de lo que era para Smith o Say, pues la ciencia para Comte es "más amplia" al incluir todas las reglas para la conservación de las sociedades humanas; y "más realista" al estudiar las leyes que gobierna la evolución de las estructuras sociales, especialmente el de las instituciones liberales.


Auguste Comte

Comte criticaba a la escuela clásica porque presentaba como invariable en el tiempo las leyes de la sociedad humana, sin tener en cuenta que las situaciones sociales evolucionan sin cesar y que todo es relativo. Además, consideraba como una falacia el haber aislado uno de los móviles humanos para edificar sobre el una ciencia autónoma. Finalmente consideraba que la escuela clásica aceptaba implícitamente que las sociedades obedecen a la misma psicología y que tiene las mismas necesidades que los individuos, sin tener en cuenta que se tratan de organismos que son muy diferentes, cada uno con una personalidad propia y preocupados por la propia supervivencia.



Louis Blanc

Blanc fue en vida un político e historiador francés. Fue miembro del gobierno provisional en 1848. Escribió una obra titulada "Historia de la revolución francesa" y de otra denominada "La organización del trabajo", esta ultima publicada en 1841.



Blanc consiguió fundar unos "talleres sociales" que tenían la función de dar trabajo al proletariado en paro, sin explotarlo capitalisticamente. Fue criticado por parte del socialismo, porque estaban en desacuerdo con el enfoque estatista y actitud reformista de Blanc. Blanc profesaba el principio "a cada cual según sus necesidades", y consideraba que el estado era el único capaz de poner en vigencia y garantizar su cumplimiento. El principio nombrado anteriormente se convertiría en la base de su teoría posterior. Blanc había elaborado un programa que contaba con la ayuda del estado para crear lo que él llamaba "almacenes de trabajo social", y que los consideraba como los futuros sustitutos de la industria privada. Los almacenes de trabajo social estarían unidas en una federación subvencionada y dirigida por el estado. Autor: José Herrera herrerajd@hotmail.com Bibliografía


Louis Blanc

Dennis, Henri; "Historia del pensamiento económico", Ed. Ariel, Barcelona, 1973.


Ekelund, Robert B. & Herbert, Robert F.; "Historia de la teoría económica y de su método", Ed. Mc Graw Hill, 1991.


Fergusson, John M.; "Historia de la economía", México, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1958.


Giner, Salvador; "Historia del pensamiento social", Ed. Ariel, 1975.


James, Emile; "Historia del pensamiento económico", Ed. Aguilar, Madrid, 1974.


Macionis, John J. & Plumer, Ken; "Sociología", Ed. Prentice Hall, Madrid, 1999.




Bawerk

Eugen Boehm Bawerk (1851 - 1914) fue uno de los principales contribuyentes de la escuela austriaca y al desarrollo de la teoría moderna de la tasa de interés. Eugen Boehm Bawerk es conocido por su teoría del capital e interés y pos su crítica al sistema socialista.



Eugen Boehm Bawerk provino de una familia con tradición de funcionarios públicos. Nació en 1851. Cuando joven se interesó por las ciencias y en particular por la física teórica. Luego se decidió estudiar derecho en la Universidad de Viena. Finalizados sus estudios ingresó al servicio del gobierno de Austria.

Luego de terminados sus estudios doctorales en derecho, Eugen Boehm Bawerk comenzó a prepararse para enseñar economía en Austria. Eugen Boehm Bawerk fue muy influenciado por la obra de Carl Menger. Bawerk tenía veinte años cuando apareció la obra "Principios de Economía" de Menger. Esto, sumado a la fuerte influencia de su compañero Wieser, llevó a Eugen Boehm Bawerk a ser uno de los principales expositores de la Escuela Austriaca.

Durante su período en la Universidad de Innsbruck publicó dos de los tres volúmenes de su mayor obra, "Capital e Interés". Luego su vida estuvo dominada por los servicios como ministro de economía en Austria, posición que mantuvo, si bien no continuamente, durante la década de 1890. Eugen Boehm Bawerk regresó a las tareas de enseñanza en 1904. Joseph Schumpeter y Ludwig von Mises fueron alumnos de Eugen Boehm Bawerk durante este período.



Comentarios sobre la Obra Capital e Interés

El primer volumen de su principal obra: "Capital e Interés", denominado "Historia y Crítica de las Teorías del Interés", (1884) es una investigación de los diferentes tratamientos del interés. Incluye una crítica devastadora de la teoría de la explotación de Carl Marx y sus predecesores.

El segundo volumen de la obra se denominó "Teoría Positiva del Capital" (1889) y contiene una profunda explicación del pago de intereses que implican las actividades económicas que consumen tiempo. Además, ofrece una explicación de la teoría del valor de Menger que constituye una versión alternativa del marginalismo austriaco.




Imagen de Böhm-Bawerk alrededor de 1890

Los apéndices del segundo volumen aparecieron como un tercer volumen en 1921 bajo el título de "Ensayos sobre Capital e Interés". En este volumen Eugen Boehm Bawerk ofrece explicaciones, extensiones y aplicaciones de su teoría, además de respuestas a las críticas que habían surgido. Se pueden observar los métodos retóricos utilizados por el autor. Al respecto se dice que Eugen Boehm Bawerk razona como economista y argumenta como abogado. Según Schumpeter, Eugen Boehm Bawerk escribe poco o nada sobre el método, y trabaja energéticamente con todos los métodos disponibles.

La economía moderna no presta demasiada atención al capital en el sentido de su análisis ínter temporal como bienes intermedios. La producción consume tiempo, y el tiempo que separa la formulación del plan de producción y la satisfacción de las necesidades a través de bienes es salteado con capital. La carrera de Eugen Boehm Bawerk estuvo signada por la explicación de la relación entre capital e interés y la extensión de la teoría austriaca del valor a la asignación ínter temporal. Esto se resume en la pregunta: ¿Hay alguna justificación para el pago de intereses a los dueños del capital? La visión de Eugen Boehm Bawerk se puede resumir en el hecho de que los individuos valoran mas los bienes presentes que los bienes futuros. El pago de intereses refleja este hecho. Esto se relaciona con la teoría austriaca del valor, en la cual el valor de los bienes intermedios proviene de su capacidad para producir bienes finales. La teoría de Eugen Boehm Bawerk fue fundamental para comprender el funcionamiento del sistema capitalista y constituye una refutación del sistema socialista.

Su teoría positiva culmina en un modelo macroeconómico de equilibrio general que explica aspectos como la acumulación de capital y el progreso tecnológico. Resuelve el problema neoclásico de la determinación de la tasa de interés. Eugen Boehm Bawerk vincula la estructura ínter temporal de la producción con la estructura ínter temporal de las preferencias de los trabajadores y del resto de los agentes económicos. Medio siglo antes que Keynes relacionó los mercados de trabajo con los mercados de fondos prestables.

A Eugen Boehm Bawerk le faltó un paso para desarrollar la teoría austriaca de los ciclos económicos. Este paso fue tomado por Mises y Hayek. Se dice que Eugen Boehm Bawerk no desarrolló la teoría austriaca de los ciclos debido a que no se inmiscuyó en temas monetarios. En una carta escrita en 1907 a Knut Wicksell escribió: "No he trabajado en el problema del dinero (...) y por lo tanto estoy inseguro vis-á-vis en el tema". En 1912 escribió: "Tu sabes que realmente no me siento competente debido a la extrema dificultad de la teoría del dinero".

Críticas

Eugen Boehm Bawerk ha recibido críticas desde la misma escuela austriaca debido a la escasa orientación subjetivista de su teoría. Su defensa de la teoría del interés no posee suficientes consideraciones psicológicas. Desde fuera de la escuela austriaca las críticas se centran en las ilustraciones aritméticas y en intentos de llevar su teoría al lenguaje formal de la economía neoclásica.

Bibliografía:

Roger W. Garrison. Eugen Boehm Bawerk Biography

Joseph Schumpeter, Biographie von Böhm-Bawerk http://www.mises.de/literatur/boehmbio3.html

Definición de Anarquismo

Anarquismo es la teoría o doctrina que sostiene que toda autoridad política es innecesaria y nociva, aunque otros tipos de autoridad (jurídica, religiosa) son también considerados perjudiciales. El anarquismo sostiene que, mediante la abolición de la autoridad se puede crear una sociedad justa, basada en la bondad innata del hombre y en su voluntad de cooperar pacíficamente con sus prójimos. (Giner, S.; 1975).


Autor: Lic. José Herrera

Bibliografía:

· Giner, Salvador; "Historia del pensamiento social", Ed. Ariel, 1975



Teoría Clásica

La teoría clásica vista desde los keynesianos


La obra " Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero " publicada por Keynes en 1936, es la culminación a la crítica de uno de los aspectos de la Teoría del Equilibrio. Dicha crítica se refiere a la afirmación de que un sistema competitivo dejado a si mismo, readquiere inmediatamente la plena ocupación de los factores productivos disponibles y en particular del factor trabajo. Por lo tanto, lo que Keynes pretende demostrar es la posibilidad de un equilibrio con desocupación (Napoleoni; 1964).

Para poder valorar el aporte realizado por Keynes es necesario considerar dos afirmaciones de la Teoría Clásica:

La renta que corresponde al pleno empleo es siempre una renta posible.


Esta afirmación se basa en la " Ley de Say ", la cual expresa que la oferta crea su propia demanda y por lo tanto niega que puedan existir fenómenos de superproducción general y que puedan darse niveles de producción y de renta de acuerdo con los cuales la demanda global sea insuficiente con respecto a la demanda agregada.

Existen en el sistema mecanismos que tienden a conseguir aquella posición de plena ocupación.

Respecto a la demanda global, esta puede subdividirse en:

Demanda para consumo.

Demanda para inversiones. Aquí se trata de ver si existe algún mecanismo que asegure siempre la igualdad entre ahorro e inversión, dado el nivel de ahorro. Según los ortodoxos tal mecanismo existe y depende de la tasa de interés.


En particular los clásicos pensaban que los inversores eran sensibles a los cambios en el tipo de interés y que siempre existe un nivel de tipo de interés, aunque sea muy pequeño, a partir del cual el volumen de inversión está en condiciones de absorber cualquier nivel de ahorro, por elevado que este pueda ser.

Otro argumento que exponían los clásicos para demostrar el equilibrio de pleno empleo, consistía en decir que si los salarios se mantenían iguales al valor de producto marginal del trabajo, siempre existirían incentivos para ocupar todas las unidades de trabajo disponibles.

De esta manera el problema de la desocupación podría ser explicado recurriendo únicamente a la existencia de fricciones o interferencias en el mecanismo competitivo.

Entonces, fue a partir de estas afirmaciones que Keynes en su intento por demostrar el equilibrio con subempleo, planteo las tres condiciones que lo harían posible.

La trampa de la liquidez.

La baja elasticidad con respecto al interés de la inversión.

La fijeza de los salarios monetarios.

Escuelas Económicas

Las escuelas económicas, también llamadas corrientes de pensamiento económico, son grandes sistemas filosóficos o doctrinas sobre la economía.. No tomes la palabra "escuela" en su sentido literal. En general, los economistas adhieren a alguna escuela económica en particular, aunque esto no significa que todos los adhirientes a una misma escuela económica estén de acuerdo entre sí, aunque tengan muchos puntos en común. Hay períodos históricos donde alguna escuela económica tuvo predominancia sobre las demás, y también períodos donde varias escuelas conviven simultáneamente, sin que haya alguna predominante.


Dentro de una misma escuela económica hay varias "corrientes", que difieren entre sí por algunos aspectos pero que comparten una misma base que caracteriza a su escuela. Por ejemplo las corrientes Austriaca y la Inglesa, ambas pertenecen a la escuela neoclásica.

Principales Ecuelas Económicas

 Características PrincipalesÉpocaPrincipales Exponentes
Mercantilismo

Se preocuparon principalmente sobre la forma de financiar los gastos de la monarquía. Su recomendación fue aumentar las exportaciones a cambio de metales preciosos (oro y plata) y reducir las importaciones (proteccionismo).



Siglos XVI, XVII y mediados del siglo XVIII.

Juan Bodino

Jean-Baptiste Colbert



Escuela ClásicaAnalizan agregados económicos. El valor surge del coste de producción para producir una mercancía. Proponen eliminar algunas barreras al comercio internacional. Desregulación de la economía.1776 - 1870

Adam Smith

Jean-Baptiste Say

David Ricardo

Thomas Malthus

John Stuart Mill

Escuela MarxistaAl igual que la escuela clásica, el valor de la mercancía surge del trabajo, por esto muchos la consideran una corriente de la escuela clásica, por su método. El capitalista obtiene una plusvalía al vender la mercadería a un precio superior al costo de producirla. Predice el fin del capitalismo por fuerzas intrínsecas al mismo.Aproximadamente 1850 - actualidad

Karl Marx

Friedich Engels

Escuela NeoclásicaSe concentran en analizar el comportamiento de unidades económicas individuales. El valor no surge del trabajo o del coste de producción, sino de la utilidad que brinda y de su escasez relativa.1850 - actualidad

Karl Menger

Alfred Marshall

Stanley Jevons

Leon Walras

Wilfredo Pareto

Eugen von Böhm-Bawerk

Friedrich von Wieser

Escuela Keynesiana

Se concentra en el estudio de agregados. La demanda agregada no necesariamente es igual a la oferta agregada. Un aumento de la demanda agregada es necesario para reducir el desempleo. El gobierno puede aumentar la demanda agregada aumentando el gasto público. El gasto público tiene un impacto mucho mayor en la demanda agregada, porque el multiplicador keynesiano expande el mismo.

 

1930 - Actualidad

John Maynard Keynes

Escuela MonetaristaEnfatiza el rol del gobierno en su función de regulador de los agregados monetarios. Una expansión del gasto público financiada con emisión monetaria causará inflación, lo cual tendrá un efecto negativo en el nivel de producción. Reducir la intervención del mercado en la economía. Libertad de precios. El mercado, sin intervención del estado, solucionará las crisis. El Banco Central debe ser independiente.1970 - ActualidadMilton Friedman

Imágen: Exportaciones e Importaciones Inglesas hacia y desde Dinamarca y Noruega, desde 1700 hasta 1780

Impacto del Pensamiento Económico Martiano para la Emancipación Nacional y Social

Autores:

1. MSc. Osmany Aguilera Almaguer

2. MSc. Madelín Aguilera Borjas


El presente artículo posee el mérito de reunir en un solo texto con coherencia histórica y teórica, el inagotable caudal del pensamiento económico martiano y su impacto para la emancipación nacional y social en Cuba y en otros pueblos de América Latina, forjado en el debate sobre el futuro desde las posiciones del liberalismo pequeño-burgués y en el juicio crítico sobre los profundos cambios económicos.

PALABRAS CLAVES: Impacto, pensamiento, martiano, problemas económicos, imperialismo.

IMPACT OF ECONOMIC THOUGHT FOR MARTI NATIONAL AND SOCIAL EMANCIPATION

SUMMARY

The present study has the merit of bringing together in one text with historical and theoretical consistency, the endless flow of economic thought Marti and its impact on the national and social emancipation in Cuba and other Latin American peoples, forged in the debate on the future from the positions of petty-bourgeois liberalism and critical judgment about the profound economic changes.

KEYWORDS: Impact, thought, Martiano, economic problems, imperialism.

Introducción

En la historia de la humanidad no ha habido ningún cambio importante que no esté precedido por una elaboración intelectual. No hay Imperio Romano sin derecho romano y la cultura que se acumuló en el Mediterráneo; no hubiera existido ascenso del capitalismo en el tránsito entre la Edad Media y la Moderna sin el Renacimiento; tampoco hubiera existido revoluciones burguesas y ascenso del capitalismo europeo en los finales del siglo XVIII y XIX sin la ilustración y los enciclopedistas; no habría tampoco movimiento emancipador de nuestra América sin la enorme cultura que representan Bolívar, Martí y los próceres y pensadores de nuestras patrias. Muchos otros pueden ser los ejemplos. (1)


A Martí, como a cualquier personaje o acontecimiento histórico, para comprenderlo con toda su magnitud, para estudiarlo con profundidad para derivar de su conocimiento las enseñanzas aplicadas al presente, es necesario situarlo en su tiempo, en las peculiares condiciones en que se formó su liderato revolucionario, en el medio y el objeto, de sus luchas y sus acciones.

Ernesto Che Guevara planteó: Martí fue el mentor directo de nuestra Revolución, el hombre a cuya palabra había que recurrir siempre para dar la interpretación justa de los fenómenos históricos que estábamos viviendo y el hombre cuya palabra y cuyo ejemplo había que recordar cada vez que se quisiera decir o hacer algo trascendente en esta Patria... … así deben recordar a Martí, al Martí que habla y que piensa hoy, con el lenguaje de hoy, porque eso tienen de grande los grandes pensadores y revolucionarios: su lenguaje no envejece. Las palabras de Martí de hoy no son de museo, están incorporadas a nuestra lucha y son nuestro emblema, son nuestra bandera de combate.

Mientras que Fidel en su alegato “La Historia me Absolverá" decía que: Martí es y será guía eterno de nuestro pueblo. Su legado no caducará jamás". Nuestra patria cuenta con el privilegio de poder disponer de uno de los más ricos tesoros políticos, una de las más valiosas fuentes de educación y de conocimientos políticos, en el pensamiento, en los escritos, en los libros, en los discursos y en toda la extraordinaria obra de José Martí...


... Porque soy cubano que desea el bien de todos y no el de un grupo, porque queremos una patria con todos y para el bien de todos eduqué mi mente en el pensamiento martiano que predica el amor y no odio, y es el Apóstol el guía de mi vida…

Igualmente, los contenidos del pensamiento económico de José Martí están referidos a las imbricaciones entre las urgencias de la economía latinoa­mericana como imperativo para la consolidación de la independencia nacio­nal, y a crear un estado de desarrollo económico que sirviera como garante de la vida nacional independiente, así como de valladar al expansionismo impe­rialista norteamericano.

José Martí representa el símbolo más alto de dos siglos de historia cubana y americana. Una cultura, que desde su gestación y nacimiento está volcada hacia la acción y vinculada por tanto a los problemas inmediatos de nuestra actualidad. Amar y pensar, he ahí el mensaje martiano que debemos asumir frente a desafíos que tiene ante sí la humanidad. (2)

A tales desafíos, nos surge la necesidad de una reflexión en torno al impacto del pensamiento económico martiano para la emancipación nacional y social, el cual trasciende en el tiempo y se arraiga en cambios que ha surtido a la humanidad. Para encontrar el camino de este pensamiento económico debemos partir de sus antecedentes e identificar cuáles son los problemas concretos de hoy.

Desarrollo

La época histórica en que vivió Martí impuso tareas singularmente complejas para la fundación del Estado nacional moderno en Latinoamérica. Crear una estrategia para la consecución de ese propósito imponía la necesidad de ser, profundamente, un hombre de ese tiempo, cualidad indispensable para deve­nir hombre de todos los tiempos. Y ello suponía conocer a plenitud todo lo que acontecía en su entorno. Razón que está en la esencia de la diversidad y la profusión de la vida y la obra del insigne cubano.

Para José Martí el logro de la independencia de Cuba y Puerto Rico era el requisito insoslayable para completar la formación del Estado nacional latino­americano. Pero alcanzar semejante propósito tenía que atender a lo peculiar de la situación hispanoamericana, que impedía una reproducción acrítica de los principios que en otras latitudes —las del desarrollo— habían guiado el devenir del capitalismo. Sobre las ruinas del legado colonial español había que constituir naciones con una peculiar composición socio-clasista.

Aunque los fundamentos económicos de la república democrática tienen que enraizarse, necesariamente, en el sistema general capitalista, Martí quiere que la república cubana – satisfaga el anhelo y la necesidad de cada ciudadano, sin distinción de razas ni de clases, mediante la abolición de todas las desigualdades sociales y de una equitativa distribución de la riqueza. Su criterio, a este respecto, no admite dudas. Martí encarna, en América, las esencias más puras y protagonistas del pensamiento democrático. (3)

Pero otro asunto de trascendental importancia tenía que ser analizado y sopesado por sus probables implicaciones para la América hispana. El último tercio del siglo XIX era el escenario de un rápido proceso de consolidación territorial, política y económica en los Estados Unidos, proceso en el que velozmente se dibujaban los contornos de un país imperialista, cuyas prime­ras pretensiones de dominio económico externo tenía las miras puestas desde las débiles repúblicas vecinas del sur hasta la lejana Asia.

De ahí que la época histórica que singularizaba el final del siglo XIX e impusiera a José Martí, en su condición primera de líder revolucionario, la necesidad de crear una estrategia de lucha en la que se armonizaran el logro del fin del colonialismo español en América, la creación y el afianzamiento de los Estados nacionales en las repúblicas latinoamericanas independizadas de España desde la tercera década de la centuria y la constitución de un valladar al expansionismo norteamericano hacia la América Latina, el cual se anunciaba pujante. Martí dedicó su breve, pero fecunda existencia a impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de Amé­rica, porque viví en el monstruo, y le conozco las entrañas.(4)

Para la realización de ese proyecto, el revolucionario cubano debió adentrarse en la comprensión del complejo mundo de las relaciones económicas internacio­nales. Una estrategia de desarrollo económico y social para la América Latina y el análisis del novísimo fenómeno del surgimiento del imperialismo en los Estados Unidos, constituyen las dos direcciones fundamentales del pensamiento econó­mico contenido a lo largo de las obras periodísticas y políticas de Martí.

La confirmación de los desvelos que el tema de la economía provocó en Martí es entendible si consideramos la importancia del asunto, tanto para las naciones latinoamericanas por constituirse y para los territorios coloniales de Cuba y Puerto Rico como por las implicaciones económicas y políticas de la emergencia del imperialismo. Ser líder revolucionario, elaborar una estrategia de lucha acertada, no podía dar la espalda al principio históricamente compro­bado de los vínculos indisolubles entre economía y política.

El carácter de tránsito de la época histórica en la que viviera Martí era la causa de que aún el nivel de desarrollo de la ciencia económica fuera insufi­ciente para la explicación de la realidad que debía racionalizar. Los estudios que en España realizara de Economía Política —en el texto del economista español Álvaro Flórez Estrada, divulgador de los postulados de los clásicos ingleses Adam Smith y David Ricardo—no resultaban suficientes para que el revolucionario cubano dispusiera de los instrumentos cognoscitivos nece­sarios para la interpretación de la cambiante situación que debía razonar. Por otra parte, no es hasta 1903 que se publica la primera obra de ciencia econó­mica en la que se hace referencia al fenómeno del imperialismo. (5)

Ya en aquel entonces ya Cuba vivía una vida anímica y empantanada, a merced de las barreras arancelarias norteamericanas, de los unilaterales tratados de reciprocidad y de los préstamos intervenidos, por lo que la curra del sojuzgamiento económico marcó sus temperaturas más altas.

En conse­cuencia, el pensamiento económico martiano no puede ser inscrito en una de las escuelas de economía política universalmente reconocidas y que han tenido su origen en latitudes en las que el desarrollo del capitalismo es el resultado de un devenir histórico autóctono.

La justificada importancia que siempre se le ha concedido al estudio de las doctrinas económicas, ha determinado cierto abandono del estudio del pensa­miento económico. Es claro que en aquellos países en los que las condiciones materiales y espirituales de vida de la sociedad han sido necesarias y suficientes para la elaboración de cuerpos teóricos que explican las leyes que rigen un desenvolvimiento económico original, sean cuna de doctrinas económicas.

En el vasto mundo de la dependencia que creó el sistema capitalista mundial no es válido pretender encontrar una producción intelectual que pue­da ser conceptuada como tal, siguiendo los mismos presupuestos que son útiles para situaciones de desarrollo económico autóctono. Allí en los países dependientes lo general es el pensamiento económico, reflejo sinuoso de los aspectos medulares de lo particular y lo general de una realidad económica que resulta del efecto de determinaciones externas sobre realidades que seguían un curso diferente al que le fue abruptamente impuesto.

Por eso, no parece aventurado considerar que el pensamiento económico de los países del Sur adquiere la relevancia y la significación que se les concede a las doctrinas económicas surgidas de los países de auténtico de­sarrollo capitalista. Doctrinas que son tenidas como ciencia capaz de explicar los fenómenos propios de la economía, ya sea en el polo del desarrollo o en el de la dependencia.

El desarrollo desigual del capitalismo como sistema mundial engendra tam­bién desigualdades en su comprensión y en los objetivos que se proponen el pensamiento económico y la doctrina económica. Esto explica la razón de ser de una de las características más significativas del pensamiento económico, del Sur: constituir programas de lucha por la implantación de un orden económico, político y social en correspondencia con los intereses de sus promotores.

Desde su más temprana juventud, Martí se definió como un liberal ameri­cano, en la conciencia de que la formación del estado nacional en Latinoamé­rica debía atender las particularidades propias de un desarrollo histórico en el que se conjugaban disímiles factores internos y externos y en la que había que superar el atraso económico y social desde una voluntad.

Crear el pensamiento económico de su estrategia para la emancipación nacional y social fue un imperativo del ejercicio del liderazgo político martiano. Pero ese pensamiento económico para resultar eficaz como programa de lucha debía ser profundamente autóctono y raigalmente universal, pues cada pueblo se cura conforme a su naturaleza, que pide diversos grados de la medicina, según falte este u otro factor en el mal, o medicina diferente. Ni Saint-Simón, ni Karl Marx, ni Mario, ni Bakunin. Las reformas que vengan al cuerpo. // Asimilarse lo útil es tan juicioso, como insensato imitara ciegas. (6)

Por ello, las fuentes de la formación del pensamiento económico martiano —aspecto consustancial de su programa de lucha— han de ser identificadas en su profundo conocimiento de la voluntad latinoamericana por crear una política económica autóctona, apropiada para encauzar los empeños de la constitución de estados nacionales independientes.

Su conocimiento de pri­mera mano de los problemas económicos y de los debates que ellos suscita­ban en México, Guatemala y Venezuela, al igual que sus contactos de diversa índole con otros países hispanoamericanos como Uruguay, Argentina, Para­guay, Honduras, Puerto Rico, etc., son sustrato del programa de lucha de José Martí para enfrentar una nueva forma de dominación económica —el neocolonialismo— que por entonces era imposible de predecir si, como él, no se entendían los acontecimientos económicos como interdependientes.

Igualmente, los tres lustros que Martí viviera en los Estados Unidos le dieron la oportunidad de conocer las cualidades del tránsito del capitalismo de la etapa de libre concurrencia a la monopolista, no sólo en sus determina­ciones para la sociedad norteamericana, sino también las derivaciones para la constitución de un nuevo sistema de relaciones entre la América del Norte y la del Sur, en detrimento de la última.

El análisis martiano, en el que se conjugaba una perspectiva histórica de los acontecimientos políticos, es lo que explica que para la indagación sobre la realidad económica que le fuera contemporánea, Martí se hiciese de un método histórico-político para la aprehensión de sus aspectos esenciales. (7)

En ausencia de un cuerpo teórico desde el que racionalizar el complejo de cambios que tenían lugar en el devenir capitalista mundial y que atañía tanto al capitalismo desarrollado como a su variante dependiente, "Martí debió desentrañar de esa realidad sus determinaciones. Para ello se valió de la más profunda observación de su contexto desde una perspectiva en la que el historicismo y el sentido político fueron las claves para la creación de una estrategia de lucha por la emancipación nacional y la justicia social.

Sin dudas, este factor tuvo mucha más fuerza en la configuración de su ideario económico que las doctrinas eco­nómicas que le fueron contemporáneas, incapaces de explicar las novedades de la nueva etapa del desarrollo capitalista mundial, con implicaciones decisi­vas para la expansión de la interdependencia entre países y territorios que desde su surgimiento había ido forjando el capitalismo.

Esto es tanto necesario cuando observamos a menudo la tendencia a utilizar las proporciones del pasado con fórmula enteramente aplicables a los problemas y necesidades del presente. Y al decir esto –entiéndase bien- no negamos que muchos criterios de pensadores económicos pasados y aun de sus indicaciones concretas sobre cuestiones particulares, mantengan toda vigencia en el presente, no ya como fórmulas terminantes, sino como líneas generales de la acción necesaria.

El contacto íntimo con las realidades de la América Latina y los Estados Unidos nutrió en José Martí un pensamiento económico que no es la obra de un científico social interesado —desde la abstracción— en poner en claro el curso seguido por la economía mundial. Es, comodantes ha sido declarado, una indagación realizada desde la perspectiva de un político acicateado por la necesidad de hacer viable un programa de lucha, para las conquistas que conformaban el interés de un conglomerado de naciones, en proceso de cons­tituirse en estados nacionales, y de dos islas que eran el último reducto del colonialismo en la América hispana. Pero no por ser la obra de un político podemos considerar al pensamiento económico martiano como carente de valor científico.

En las reflexiones económicas de José Martí está el funda­mento de la aprehensión, desde el lado de la dependencia capitalista, de las particularidades de una coyuntura histórica de implicaciones raigales para nuestra contemporaneidad. Desde Martí, el pensamiento revolucionario en la América Latina, expresión de los intereses nacionales legítimos, ha sido aquel que se caracteriza por ser profundamente antiimperialista y latinoamericanista. La referencia al liberalismo pequeñoburgués latinoamericano como la pri­mera de las fuentes de la formación del pensamiento económico martiano obedece a un criterio cronológico. Sin embargo, la exposición del contenido de ese pensamiento económico resulta más comprensible si se obra a la inver­sa.

Explicar primero el contenido de las consideraciones martianas sobre el surgimiento del imperialismo en los Estados Unidos, permite entender sin saltos, cómo la estrategia de desarrollo económico que Martí elaborara para la América Latina en el segundo lustro de la década de 1860-1870 fue adecuada, varios años después, entre 1889 y 1891, a las exigencias que imponían los primeros ejercicios del capitalismo monopolista norteamericano en pro del establecimiento de mecanismos de sujeción económica para Hispanoamérica.

De ese modo, Martí superaba las limitaciones que habían provocado la quiebra del liberalismo pequeñoburgués latinoamericano, que había confiado el desarrollo económico de la región al establecimiento de fuertes lazos con la economía norteamericana. Pero además, para los Estados Unidos la frustración de la independencia de Cuba y Puerto Rico era un asunto clave. De ahí que no resulte ocioso reiterar, una vez más, la subordinación del pensamiento econó­mico de José Martí a la causa de la independencia de la América hispana.

Pero analizar los cambios económicos en los Estados Unidos y la América Latina, así como sus interrelaciones, suponía asumir una actitud creadora, revolucionadora, ante la ciencia económica. En 1875, Martí afirmaba en los Boletines de Orestes lo que sería su credo científico en esta área del pensa­miento social: La economía ordena la franquicia; pero cada país crea su especial economía. Esta ciencia no es más que el conjunto de soluciones a distintos conflictos entre el trabajo y la riqueza: no tiene leyes inmortales: sus leyes han de ser, y son reformables por esencia [...] A propia historia, solucio­nes propias. A vida nuestra, leyes nuestras. (8)

Los años de 1889 a 1891, como antes se ha señalado, son básicos para el entendimiento del desarrollo del nivel alcanzado hasta entonces por el capita­lismo monopolista en los Estados Unidos. Pero también lo fueron para la maduración del pensamiento económico de José Martí. Él describió, con inigualable hondura, los rasgos que definían la nueva situación: el surgimien­to de los monopolios, la aparición de la oligarquía financiera y los primeros intentos por instaurar la dependencia neocolonial. En 1893, Federico Engels, en el «Complemento al Prefacio» (9) que redactara para el tercer tomo de El capital, de Carlos Marx, señalaba esos mismos rasgos como la evidencia de las transformaciones que se anunciaban en el devenir capitalista.

Lo particularmente valioso de las conclusiones martianas acerca de los rasgos del imperialismo arriba mencionados fue el resultado de una obser­vación atenta de la evolución de los acontecimientos que cualificaban la sociedad norteamericana desde su llegada en 1881. La capacidad demostrada para la interpretación de esos nuevos fenómenos es una de las cualidades distintivas del carácter revolucionador del pensamiento martiano, también en el tema de los cambios económicos internacionales.

No es casual que en su análisis del proceso de monopolización de la economía norteamericana, y de sus implicaciones para el resto de las esferas de la sociedad de esa nación, Martí haya aportado valiosos elementos de juicio sobre ese momento especialmente crítico de la evolución de la sociedad norteamericana.

El análisis de la imbricación entre Estado y economía, tanto en sus determinaciones internas como internacionales, están presentes en el ideario doctrinal martiano sobre el imperialismo estadounidense. Igualmente ocurre con el estudio que realizara sobre el proceso de concentración y cen­tralización de la producción; sobre los aciertos y debilidades del movimiento social antitrust; sobre los problemas monetarios y agrarios; sobre las causas del surgimiento de los monopolios.

Es poco probable que para 1884 haya una definición del fenómeno del monopolio de mayor alcance que la del revolucionario cubano. Desde fecha tan temprana señaló que el monopolio ha centralizado en enormes compañías, empresas múltiples, las cuales impiden con su inaudita riqueza y el poder social que con ella se asegu­ra, el nacimiento de cualquiera otra compañía de su género, y gravan con precios caprichosos, resultado de combinaciones y falseamientos inicuos, el costo natural de los títulos y operaciones necesarias al co­mercio [...] Todo aquello en que se puede emprender está en manos de corporaciones invencibles, formadas por la asociación de capitales desocupados a cuyo influjo y resistencia no puede esperar sobrepo­nerse el humilde industrial [...] El monopolio es un gigante negro [...] Este país industrial tiene un tirano industrial. (10)

La indagación martiana acerca de las causas que favorecieron la aparición de los monopolios en la economía norteamericana y de la repercusión que ello tuvo en las condiciones de vida de la clase trabajadora, constituye un aporte al conocimiento de las particularidades del tránsito, en los Estados Unidos, de la economía capitalista de libre concurrencia a la economía monopolista. La bibliografía económica sobre el asunto, producida con posterioridad, reconoció en el proteccionismo y en el abuso de la propiedad pública los elementos aceleradores del proceso de monopolización.

En un informe al Ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay, el Héroe cubano había apuntado: Hoy han variado profundamente las condiciones de la industria norte­americana, que con los provechos excesivos que le permitió allegar durante su infancia un proteccionismo exagerado, ha terminado por producir mucho más de lo que puede vender, a causa del alto precio que se ve forzada a demandar por sus productos, en consecuencia de ese mismo sistema de protección que la estimuló a aglomerar los me­dios de elaborarlos en exceso."

El abuso de las tierras públicas, por el contubernio entre el gobierno y los magnates financieros, fue la causa de un fuerte movimiento agrarista en los Estados Unidos encabezado por el economista Henry George.

Coinci­diendo con el líder agrario norteamericano que tantas simpatías le mereciera, Martí señaló: Del abuso de la tierra pública, fuente primaria de toda propiedad, vie­nen esas atrevidas acumulaciones de riquezas que arruinan en la com­petencia estéril a los aspirantes pobres: vienen esas corporaciones monstruosas, que inundan o encogen con su avaricia y estremecimien­tos la fortuna nacional: vienen esos inicuos consorcios de los capitales que compelen al obrero a perecer sin trabajo, o a trabajar por un grano de arroz: vienen esas empresas cuantiosas que eligen a su costo sena­dores y representantes; o los compran después de elegidos, para ase­gurar el acuerdo de las leyes que les mantienen el goce de su abuso; y les reporta, con la autoridad de la nación, nuevas porciones de la tierra pública, en cuyo producto, siguen amasando su tremenda fuerza. (11)

Las implicaciones sociales del monopolio identificadas por José Martí, no desconocieron el impacto que también tuvieron en la composición social de la clase burguesa norteamericana y que diera como resultado la aparición de una oligarquía financiera, expresión del maridaje entre los intereses de las burguesías industrial y financiera, constituida desde entonces en una élite que se hizo del poder. El nuevo papel del Estado en la sociedad norteamericana lo definió como: el sistema de los bolsistas que estafan, de los representantes que compran la legislación que les conviene, de los representantes que se alquilan, de los capataces electorales que sobornan a estos, o los defienden contra la ley, o los engañan; el sistema en el que la magistratura, la representación nacional, la Iglesia, la prensa misma, corrompidas por la codicia, habían llevado, en veinticinco años de consorcio, a crear en la democracia más libre del mundo la más injusta y desvergonzada de las oligarquías."

El antagonismo engendrado por el capitalismo monopolista norteamericano fue visto por Martí como la causa de la finitud de esa situación. La agitación que vive la clase obrera de los Estados Unidos desde la segunda mitad de la década de 1880 fue vista desde la perspectiva martiana como un época de reenquiciamiento y remolde, pues por la libertad fue la Revolución del siglo XVIII; por la prosperidad será la de este.

La magistral comprensión martiana del proceso de monopolización de la economía norteamericana y sus implicaciones para la América Latina en la más clara expresión de que su pensamiento económico es parte consustancial de su programa de lucha por la emancipación nacional y social latinoamericana. Su concepción acerca del imperialismo fue puesta en función de establecer las vías a través de las cuales la América Latina podía hacer frente al peligro que desde el norte se abalanzaba.

La desembozada pretensión norteamericana de crear un sistema panamericano que le garantizara el predominio sobre la América Latina, pretensión de la que no hubo dudas a partir de la convocatoria de la Conferencia Internacional que se celebrara en Washington en 1889-1890, había sido prevista por Martí desde que comenzaron los primeros pasos en esa dirección.

El objetivo perse­guido por el Tratado de Libre Comercio propuesto a México por los Estados Unidos en 1883 fue uno de esos primeros indicios que Martí advirtiera. En 1885, en «Cartas centroamericanas», subrayó: Un conjunto de medidas que implica­ban el cambio más grave que desde la guerra han experimentado acaso los Estados Unidos. De nada menos se trata que de ir preparando, por un sistema de tratados comerciales o convenios de otro género, la ocupación pacífica y decisiva de la América Central e islas adyacentes por los Estados Unidos. (12)

El panamericanismo inspirado en los preceptos de la Doctrina Monroe y que expresaban las contradicciones anglo-norteamericanas de la época de Martí, fue desentrañado por él en doce grandes reportajes a La Nación, de Buenos Aires, y nueve cartas definitorias en las que dibuja el más consistente y penetrante ideario antiimperialista de su tiempo. (13)

Los móviles que animaban a los Estados Unidos en los cónclaves de 1889-1890 y 1891 los estudió a través de los objetivos de los monopolios, de los representantes de estos y de los imperativos internacionales de la política interna del país. (14)

La voracidad con que se anunciaba desde su gestación el imperialismo norteamericano, obligaba, según la perspectiva martiana, a establecer con precisión las diferencias entre el Norte y el Sur del Continente americano, único modo de identificar las vías para impedir que el nuevo coloso se abalan­zara sobre Latinoamérica.

Por eso señala: La colonia continuó viviendo en la república; y nuestra América se está salvando de sus grandes yerros [...] por la virtud superior, abonada con sangre necesaria, de la república que lucha contra la colonia. [...] Pero otro peligro corre, acaso, nuestra América, que no le viene de sí, sino de la diferencia de orígenes, métodos e intereses entre los dos factores continen­tales, y es la hora próxima en que se le acerque, demandando relaciones íntimas, un pueblo emprendedor y pujante que la desconoce y la desdeña. (15)

La consolidación de una estructura económica viable en lo interno e internacional, era uno de los requisitos para la definitiva fundación nacional latinoamericana y para evitar los riesgos de una nueva forma de sujeción.

En la estrategia martiana para el desarrollo económico y social latinoame­ricano, cuyas raíces están en el liberalismo pequeñoburgués latinoamericano, se considera que «es imposible, por otra parte, que un gran territorio agrícola y minero no sea también un gran territorio industrial [...] Es, pues, de alentar toda industria que tenga raíces constantes en el territorio que la inicia». (16)

La necesaria participación de esa producción en las relaciones económi­cas internacionales requería de una conducta heterodoxa en cuestiones de comercio, como la que habían propugnado los liberales pequeñoburgueses. En tal sentido Martí consideró que: Fuera impolítico y erróneo cerrar hoy los puertos a los efectos extranje­ros: parece necesario limitar la introducción con derechos relativamen­te crecidos; pero sólo una manera se ofrece de destruir la vacilante situación actual de la riqueza: la competencia es esta manera única; la competencia que no se podrá establecer con los arbitrios generales de la hacienda, que de la misma manera gravan al efecto de consumo que se introduce, que al instrumento de trabajo que nada debería pagar. (17)

Una economía con dinámica propia sería, además, fuente de justicia social, en la convicción martiana de que El mejor ciudadano es el que cultiva mejor una mayor extensión de tierra. (18)

De ahí que la educación para el ejercicio de derechos democráticos, y para la aplicación de técnicas modernas de cultivar, fuera uno de los fundamentos de las consideraciones martianas acerca de la relación economía-vida social. Pues el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir guiándolos en junto, para llegar, por métodos en instituciones nacidas del país mismo, a aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y se ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que la Naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su trabajo y defienden con sus vidas. [...] Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas. (19)

No se trata, como puede constatarse en la referencia anterior, de una ex­temporánea defensa de los postulados de la fisiocracia francesa de finales del siglo XVIII. Todo lo contrario. Es el caso de un modo creador de hacer viable un proyecto en el que se armonizan los postulados universales del comercio internacional de su época —las ventajas comparativas como factor clave en la decisión de las ramas productivas de un país—y de las particularidades de una región en la que son denominador común la tierra y la minería como medios fundamentales para esa producción en países en los que, además, la estructura socio-clasista impone la necesidad de atender con criterios origi­nales el tema de la utilización de la fuerza de trabajo. Desarrollo económico y justicia social para el engrandecimiento de los pueblos latinoamericanos, son la clave de la estrategia martiana para consolidar la independencia y hacerle frente a una nueva forma de dominación económica y política.

Conclusiones

El paradigma martiano continúa nutriéndose de decisivas batallas, ante los grandes desafíos que hoy enfrenta el pueblo cubano en un mundo complejo y convulso, donde el imperialismo –que oportunamente vislumbrara y denunciara el Apóstol- pugna por afianzar su hegemonía internacional y una ideología de raigambre fascista, mientras que movimientos crecen y se afianzan en diversas regiones del orbe, en especial Latinoamérica, donde las ideas del Maestro, junto al legado de hombres de la estirpe de Bolívar, sirven de acicate e inspiración para librar la última gran batalla para la independencia de América latina y lograr así un desarrollo económico más sostenible.

Referencia Bibliográfica

(1) Hart Dávalos, Armando. El legado filosófico de José Martí. Revista Cederista. Año XI.’No. 53, enero-marzo de 2007, p 23. revista@cdrt.co.cu.

(2) Roa, Raúl. Rescate y proyección de Martí. Siete enfoques marxistas sobre José Martí. Editorial Política, La Habana, 2005, p 18-19.

(3) Ídem, p. 23.

(4) Carta a Manuel Mercado, O.C., La Habana, 1963-1973, XX, 161.

(5) Flores Estrada, Álvaro. Curso de Economía Política, 2 t., 6ta. Ed., corregida y aumentada, Madrid, Imprenta Nacional, 1848; M. Jiménez Catalán y J. Simón y Urbiola: Historia de la real y Pontificia Universitaria de Zaragoza, Tipografía La academia, Cinegio 3, 1923, t.II, pp. 73-104.

(6) Desde el Hudson, O.C., XII, 378.

(7) Monal Isabel. José Martí: del liberalismo al democratismo antimperialista. Casa de las Américas, La Habana, no. 76, enero-febrero de 1973, pp. 24. 24-41.

(8) Graves motines, O.C., VI 311-312.

(9) Federico Engels: La Bolsa, en Carlos Marx: El capital, La Habana, Venceremos, 1965, t. III, p. 44.

(10) O.C., X, 84-85.

(11) Carta al Ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay, O.C., VIII, 65.

(12) Cartas centroamericanas, O.C., VIII, 87.

(13) Juan Marinello: Balance y razón de una universalización creciente. El antiimperialismo de José Martí. Dieciocho ensayos martianos, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Editora Política, 1980, p.111.

(14) Sobre el panamericanismo pro imperialista, ver O.C., VI, 33, 56-58 y 61; sobre la acción de los Estados Unidos contra Inglaterra en la América Latina, VI, 34, 41, 45, 57, 61 y 109; sobre los delegados norteamericanos al Congreso Internacional de Washington, O.C., VI, 34/38, 40, 42, 43, 45, 58, 75, 78, 81 y 91; sobre la identificación de los intereses norteamericanos en la América Latina, VI, 35, 39, 43, 44, 49, 50, 51, 58, 59, 60; VII, 48.

(15) Nuestra América, O.C., VII, 27-28.

(16) La industria en los países nuevos, O.C., VII, 27-28.

(17) Escasez de noticias electorales, O.C., VI, 2690270.

(18) Reflexiones, O.C., VII, 164.

(19) Nuestra América, O.C., VI, 17-18.

Bibliografía

Borrego Díaz, Orlando. Rumbo al Socialismo. Problemas del sistema económico y la dirección empresarial. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 2006, 279 p.

Castro Ruz, Fidel. Alegato “La Historia me Absolverá”.

Colectivo de autores. Derecho ambiental cubano. Editorial Félix Varela, La Habana, 2007.

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La Economía Neoclásica

Alrededor de 1870, luego de un período en el que el análisis clásico dominó la escena del pensamiento económico, comenzó a gestarse una nueva corriente que daría un nuevo y fuerte impulso al análisis en economía. La economía neoclásica modificó profundamente a la ciencia económica, su influencia fue enorme y decisiva para la formación actual del pensamiento económico y también para el desarrollo de las políticas económicas de los gobiernos.


Repasemos brevemente sus principales aportes teóricos. Partiendo de una nueva teoría del valor, llegan a una nueva teoría de formación de precios y de la distribución de la renta. En estos tres aspectos, sus conclusiones se oponen a la teoría clásica, que era la predominante en esa época.

Con respecto a la teoría del valor, los economistas clásicos consideraron como fuente del valor al coste de producción. Los neoclásicos, tuvieron en cuenta que el valor de un bien depende de la utilidad que brinda el bien en cuestión a las personas, y de la escases del bien en cuestión. Existe una paradoja del valor que se pregunta porqué el agua, que brinda gran utilidad, tiene tan escaso valor en relación a los diamantes. La economía neoclásica resuelve esta paradoja indicando que no se debe considerar la utilidad brindada por el stock de agua en su conjunto, sino la utilidad variable de las unidades de ese stock a medida que se va consumiendo. Así, el valor del agua es tan bajo, debido que su stock era tan grande que para las últimas unidades la utilidad era muy baja. Si el agua fuese muy escasa (por ejemplo si estuviésemos a punto de morir de sed en un desierto), la utilidad de las últimas unidades de agua sería muy elevada, en este caso, su valor va a ser probablemente mas elevado que el valor de los diamantes.

En relación a la formación de los precios y la distribución de la renta, hasta la aparición de la economía neoclásica era usual concebir a las categorías de ingresos como resultados de un proceso histórico. Se concebían tres categorías de factores de producción: tierra, trabajo y capital, y cada uno de estos factores tenía una categoría de renta: renta de la tierra, interés del capital y salario por el trabajo. Los neoclásicos consideraron a estas rentas como precios de los factores de producción, y los analizaron de acuerdo a las leyes de oferta y demanda. Es decir que dejan de ser elementos institucionales vinculados a un régimen jurídico en particular, porque esos precios son el resultado de la interacción entre la oferta y la demanda, lo que implica que no dependen del régimen económico.


Con la economía neoclásica cobró impulso una forma de investigación muy utilizada hasta nuestros tiempos, que consiste en la utilización de supuestos y la construcción de modelos, que son simplificaciones abstractas de la realidad. Los neoclásicos estudiaron el comportamiento de las personas bajo situaciones perfectamente caracterizadas, como la competencia perfecta o el monopolio. Estos economistas no ignoraban que estas situaciones era hipotéticas. Consideraron que para estudiar fenómenos complejos, era necesario partir de situaciones simples que les permitan aislar y estudiar ciertos fenómenos en forma individual, para luego ir analizando situaciones mas complejas y cercanas a la realidad. Algunos supuestos importantes en los que se basan sus modelos es la concepción de un individuo racional y guiado exclusivamente por principios hedonistas.

Grandes Economistas del Pensamiento Neoclásico

Los principales protagonistas del surgimiento de la economía neoclásica trabajaron en la misma época pero en forma aislada. Fueron influenciados por algunos trabajos precursores y sus pensamientos tienen grandes y sorprendentes similitudes. Fueron muy influyentes y dieron nacimiento a la economía neoclásica. Ellos son Carl Menger, que trabajó en Austria, Stanley Jevons, que trabajó en Inglaterra, y Léon Walras, que trabajó en Francia.


Un gran contribuyente a la economía neoclásica fue Alfred Marshall, que elaboró una elaborada síntesis y excelente representación del pensamiento de estos autores.

Si bien Menger, Jevons y Walras son considerados los primeros grandes representantes de la economía neoclásica, tienen diferencias entre sí, y cada uno de ellos dará lugar a posteriores "discípulos" que se pueden agrupar en diferentes subescuelas, entre los cuales podemos mencionar a Eugen von Böhm-Bawerk, Friedrich von Wieser, Wicksell, Von Mises (influenciados mas por la escuela austríaca), Pareto (influenciado mas por Walras). Si bien la mayoría de estos economistas contribuyeron al análisis neoclásico, también tomaron elementos de otras corrientes y no necesariamente coinciden entre sí o con el marco general de la economía neoclásica.

Así, la economía neoclásica fue mejorando con el pasar de las generaciones de economistas, logrando realizar análisis cada vez mas fecundos y sólidas desde el punto de vista teórico. Por ejemplo, la economía neoclásica termina rechazando la psicología exclusivamente hedonista del individuo. (James, pp 256). También introdujeron nuevamente el coste como elemento de valor.

La economía neoclásica fue decisiva en la formación de la economía moderna: todos los economistas actuales se encuentran profundamente influenciados por la economía neoclásica. La mayor parte de lo que se que se enseña a nivel de grado en las universidades proviene de la economía neoclásica.

Algunas críticas a la economía neoclásica

Entre las críticas a la economía neoclásica se puede mencionar que su análisis suele ser exclusivamente estático, es decir, que no tienen en cuenta el elemento tiempo. Sus modelos tienden a observar una situación inicial y una final (equilibrio), junto con elementos que impulsan el cambio de una situación a la otra, pero no tienen en cuenta que el equilibrio no se alcanza inmediatamente, que el mismo puede ser inestable, o bien que debido a situaciones relacionadas con la dinámica, el mismo puede que nunca se alcance.

Otra crítica es que se fundamentan casi exclusivamente en el análisis de la psicología individual, sin tener en cuenta la interdependencia que se puede producir entre los individuos al formar parte de grupos o agregados mas grandes, que introducen elementos que influyen en su comportamiento, o bien que los agregados tienen un comportamiento que difiere de la suma del comportamiento de sus individuos.

También descuidaron el estudio del marco institucional en el que se desarrolla la actividad económica.

Debido a sus supuestos de racionalidad, o "homo economicus", descuidaron el estudio del papel del dinero en la economía, considerándolo "neutral". (James pp 621).

Referencias:

  1. Émile James (1956) "Historia del Pensamiento Económico"

Historia de la Teoría del Consumidor

Preferencias, utilidad…..curvas de indiferencia.



Desde Jeremy Bentham hasta William Stanley Jevons, es el camino que debemos recorrer en la historia del pensamiento económico para arribar al concepto de utilidad, que es uno de los dos pilares sobre los que se construye la teoría neoclásica de la elección del consumidor.

Recorramos un poco este camino…

“La naturaleza ha puesto a la humanidad bajo el gobierno de dos amos soberanos, el dolor y el placer. Sólo ellos señalan lo que tenemos que hacer, así como determinan lo que haremos…El principio de utilidad reconoce esta sujeción…”



 “Por el principio de utilidad se entiende aquel principio que aprueba o desaprueba toda acción según la tendencia que demuestre tener para aumentar o disminuir la felicidad de la parte cuyo interés está en juego…” (Principles of Morals and Legislation, p.17) 1

Bentham (1748-1832) sostenía que el bienestar y el malestar se podían medir objetivamente y, de hecho mencionaba un método de cálculo mediante el cuál se obtenía como resultado un número que representaba el bienestar o el malestar de la persona o grupo de personas.

Más adelante Nassau Senior, diría que la utilidad “no denota ninguna cualidad intrínseca en las cosas que llamamos útiles; expresa simplemente sus relaciones con los dolores y placeres de la humanidad” (Political Economy, p.7)2.



Pero además esbozaría la noción de utilidad marginal decreciente y su relación con la escasez relativa:

“No sólo está limitado el placer que las mercancías de una clase dada pueden permitir, sino que el placer disminuye en proporción rápidamente creciente, mucho antes de que se alcancen aquellos límites. Dos artículos de la misma clase raramente proporcionarán el doble del placer de uno, y todavía menos diez proporcionará cinco veces el placer de dos. Por lo tanto, en proporción, a medida que cualquier artículo es abundante, el número de aquellos que disponen de él, y no lo desean, o lo desean pero poco, para aumentar su provisión, es probable que sea grande; y en cuanto a ellos les interese, la oferta adicional pierde toda, o casi toda, su utilidad” (Political Economy, pp.11-12)

Jules Dupuit desarrolló y presentó con gran claridad la teoría de la utilidad marginal. Dupuit señaló que la utilidad que un individuo obtiene de un stock homogéneo de bienes se determina por el uso a que se destinan las últimas unidades del stock; es decir, la utilidad marginal de un stock de un determinado bien disminuye a medida que aumenta la cantidad.

Jevons: “Una unidad de placer o de dolor es difícil aún de concebir; pero es la magnitud de estos sentimientos la que nos está incitando continuamente a comprar y vender, a endeudarnos y prestar, a trabajar y descansar, a producir y a consumir; y es de los efectos cuantitativos de los sentimientos que debemos estimar sus magnitudes comparativas. No podemos conocer más ni medir la gravedad, en su propia naturaleza, de lo que podemos medir un sentimiento; pero, de la misma manera que medimos la gravedad por sus efectos en el movimiento de un péndulo, podemos estimar la igualdad o desigualdad de los sentimientos por las decisiones de la mente humana (Teoría de la economía política, p.11 de la edición americana citada por los autores).3

El mayor aporte de Jevons es la diferenciación entre los conceptos de utilidad total y utilidad marginal: “el grado de utilidad de una mercancía varía con la cantidad que se posee de dicha mercancía y va disminuyendo a medida que aumenta la cantidad de la misma mercancía”4.

Vemos entonces cómo a través de la historia del pensamiento económico el concepto de utilidad, que no es otra cosa más que el intento de mesurar el placer, fue evolucionando desde algo que se suponía se podía medir en forma exacta, es decir asignarle un valor, hasta un concepto de descarta esa posibilidad de medición cardinal y se conforma con una “medición” ordinal.

También se muestra, en forma resumida sólo esbozada, cómo va surgiendo el concepto de utilidad marginal y la importancia del mismo en la teoría neoclásica de la elección del consumidor.

Estos son, entonces, los temas que iremos desarrollando: utilidad cardinal, utilidad ordinal, función de utilidad, utilidad marginal y luego pasaremos a la construcción de las curvas de indiferencia.

Robert B. Ekelund, J.R., Robert F. Hébert: Historia de la Teoría Económica y su Método, tercera edición.

Robert B. Ekelund, J.R., Robert F. Hébert: Historia de la Teoría Económica y su Método, tercera edición.

Idem nota 2.

Ibidem.

Socialismo

Socialismo es la teoría, doctrina o practica social que propugna (o ejercita) la posesión publica de los medios de producción y su administración también publica en pro del interés de la sociedad en general, y no a favor de clases o grupos particulares. (Giner, S.; 1975).

El llamado "pensamiento socialista" agrupa tanto al socialismo como al anarquismo, siendo ambas corrientes comunistas


Existen diversas clasificaciones que agrupan a los diferentes pensadores socialistas, de las cuales una muy usada es la siguiente:

- Socialismo Utópico: Saint-Simon, Owen, Fourier.

- Críticos socialistas: Simón de Sismondi.

- Anarquistas: Godwin, Proudhon.

- Socialismo de Estado o de Cátedra: Wagner, Rodbertus, Lasalle

- Socialismo "Combativo": Babeuf, Blanc, Blanqui.

- Institucionalismo: Veblen.

- Socialismo Democrático

- Socialismo Científico

Bibliografía:

· Giner, Salvador; "Historia del pensamiento social", Ed. Ariel, 1975.



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