Los incrementos en la productividad laboral son relevantes a la hora de cuantificar la competitividad pues generan una disminución en el costo laboral unitario en relación a otros países, creando de este modo ventajas comparativas.
Como se analizó anteriormente, los costos laborales unitarios en la industria argentina disminuyeron considerablemente desde la devaluación; sin embargo, esta caída obedeció más a la reducción en los salarios nominales que a incrementos en productividad. En el gráfico 4 puede observarse que el crecimiento interanual de la productividad ha sido negativo desde 1998 y recién a partir de 2003 se evidencia un crecimiento.