Marco general
Una de las características fundamentales de la economía argentina de la década del '70, '80 y principios del '90 fue el persistente y constante desequilibrio fiscal que constituyó la principal causa de la crisis económica, dado que (...) si bien no puede afirmarse que la economía argentina obedece a una causa única - son varias siempre - si puede decirse, en cambio, que su motor principal lo constituye el déficit fiscal (...)
RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 814..
Los gastos públicos tuvieron una tendencia creciente desde la década del '70 hasta fines de la década del '80, mientras que los ingresos fiscales no se incrementaban en la misma proporción, esto generaba el cuantioso déficit.
Los factores o variables que incidían en el incremento del gasto público eran principalmente:
• el gasto de la administración gubernamental;
• intereses de la deuda;
• el déficit de las empresas públicas.
Este déficit traían importantes consecuencias, dado que el Estado para solventar o reducir los mismos debía elegir una o más alternativas seguidamente enumeradas:
1º endeudarse:
1.1. pedir prestado a los organismos internacionales,
1.2. emitir títulos de deuda interna o externa,
1.3. recurrir al crédito de bancos nacionales o internacionales;
2º emitir dinero (emisionismo);
3º aumentar la presión tributaria;
4º reducir el gasto (recorte o reforma).
El gobierno argentino combinó estas cuatro alternativas durante las dos décadas anteriormente mencionadas, aunque hay que destacar que si bien siempre se tocaba el tema de reforma administrativa en los discursos políticos, estas nunca llegaron a ser eficaces dado que para solucionar el problema se requería de una reforma estructural y no coyuntural, por lo cual el gasto público luego de disminuir por un tiempo producto de los recortes, volvía a incrementarse por efectos de otras partidas. Todo esto hacía que la situación se agravara, dado que al endeudarse el Estado aún más, aumentaba la deuda pública y por ende el pago de intereses, y por lo tanto, se generaban mayores déficit. Por otra parte, al recurrir al emisionismo, esto generaba inflación que a su vez alteraba la economía en su conjunto dado que el signo monetario variaba constantemente y sumado a la política fiscal contractiva reflejada mediante una mayor presión tributaria se generaba una recesión profunda. Y como dice Mochón y Beker (...) los déficit no son necesariamente malos. Cualquier medida destinada a eliminarlos, especialmente durante la recesiones, empeoraría la situación. Pero si son extremadamente grandes y persistentes (nuestro caso), pueden crear un círculo vicioso (...)
BEKER Víctor A. - MOCHÓN Francisco. Economía: principios y aplicaciones. Madrid. Editorial McGraw-Hill 1997. Página 362..