Desarrollo

Economía Social

Definición de Economía Social



La Economía Social, también llamada Economía Solidaria, se refiere al conjunto de aquellas organizaciones de productores, consumidores, ahorristas, trabajadores, etc., que operan regidas por los principios de participación democrática en las decisiones, autonomía de la gestión y la primacía del ser humano sobre el capital. Las prácticas de estas organizaciones se circunscriben en una nueva racionalidad productiva, donde la solidaridad es el sostén del funcionamiento de las iniciativas. Diferenciándose de la racionalidad capitalista que no es ni solidaria ni inclusiva y de la economía pública que no permite la posibilidad de autogestionarse.

Estos emprendimientos buscan la articulación con entidades públicas o privadas que le permitan llevar a cabo una verdadera participación democrática en la vida económica y política de una sociedad. En ellas encuentran refugio categorías sociales puestas al margen de los sistemas de empleo y distribución de la riqueza convencionales dependientes del mercado y del Estado.

Como integrantes de la economía social es posible incluir a las cooperativas, las mutuales, las fundaciones, las organizaciones civiles, las cooperadoras y las fábricas recuperadas que funcionan como cooperativas en su gran mayoría; pero también a las organizaciones de desocupados que organizan comedores, huertas o demás emprendimientos.


En los últimos 20 años se ha ido extendiendo el concepto de “tercer sector”. Este término pone énfasis en la idea de que la organización económica y social de los países se constituye en torno a tres sectores de la economía.

1- Un primer sector que corresponde al sector de la economía pública,

2- Un segundo sector que corresponde a las empresas privadas


3- Y un tercer sector que reúne a todos las otras formas de empresa y organizaciones, que por lo general no tienen fines de lucro y se basan en una gestión democrática y en la generación de bienes y servicios de interés público.

Quienes utilizan el concepto clásico de empresas de economía social subrayan en su análisis el desarrollo de empresas que operan en el mercado transando sus bienes y servicios pero por medio de la gestión de empresas democráticas, centradas en la ayuda mutua y el interés público.

Finalmente cabe indicar (aunque es posible encontrar otros términos de uso común como economía popular, economía de interés general, sociedad civil y otros), que otro término de uso frecuente es el de “sector sin fines de lucro”, en donde el acento es puesto en al trabajo voluntario de interés general que es realizado con ánimo solidario. En los últimos años esta línea de acción y pensamiento se ha potenciado con el desarrollo de iniciativas vinculadas a la gestión ética de las empresas y las distintas vertientes de la responsabilidad social empresarial.

Esquema de Ubicación de la Economía Social

El siguiente cuadro ilustrativo pretende ayudar a la comprensión del concepto de economía social, agrupando las organizaciones productivas en cuatro regiones de acuerdo al tipo de propiedad de los mismos (privada o pública) y a si tienen objetivos de lucro u objetivo social.

Siguiendo el esquema del cuadro, las instituciones pertenecientes a la Economía Social tienen cierto grado de propiedad privada (aunque el Estado puede participar en su propiedad) y no tienen el lucro como único objetivo, sino que tienen un fin social (pueden tener el objetivo de lucro, pero este no es el único). Se debe mencionar que los límites trazados en el cuadro son ilustrativos y que no siempre están perfectamente definidos (puede haber un emprendimiento con participación tanto del estado como del sector privado, que tenga objetivos comerciales y sociales al mismo tiempo).

Características de la Economía Social

Podemos distinguir, entre otras, como características sobresalientes en los emprendimientos sociales o solidarios:

a)La democracia participativa y la autogestión. Se debe verificar la total igualdad en la participación en la toma de decisiones de todos sus miembros o en la elección de sus autoridades en el caso de estar delegada esta función, tal que si se trata de una organización productiva por ejemplo, el capital debe encontrarse repartido en porciones iguales entre los socios.

b)La práctica de la solidaridad con especial énfasis en los más desfavorecidos del grupo o de la comunidad en general. Las entidades que promueven la economía solidaria dan prioridad a las asociaciones de desempleados, trabajadores en vías de perder el empleo y de los que menos tienen posibilidades de encontrar trabajo debido a la edad, la falta de calificación, discriminación de raza o de género, etc.

c)El desarrollo local. Los emprendimientos solidarios surgen en un área específica por un grupo de individuos que sufren una particular problemática utilizando recursos endógenos, la vida común del grupo es lo que refuerza la cohesión de la comunidad.

d)La sustentabilidad. La economía social se fundamenta en los principios de desarrollo económico respecto del cuidado del medio ambiente y el compromiso con la cohesión social, siendo pionera en las prácticas de responsabilidad social.

Génesis de las iniciativas solidarias

Normalmente el surgimiento de los emprendimientos solidarios, por las características antes mencionadas, parte de la conjunción de ciertos eventos entre los que Gaiger (2004) menciona: (a) La presencia en los medios populares de prácticas y tradición asociativa comunitaria o de clase, motivada por el sentimiento de un pasado y una problemática común, en la cual los individuos se reconocen mutuamente; (b) la dotación de liderazgos populares legítimos y activos en las organizaciones y movilizaciones colectivas; (c) el descenso de las modalidades habituales de subsistencia debido a la regresión del mercado de trabajo conjuntamente con la ineficacia o desidia en las políticas públicas destinadas a resolver el problema y generar oportunidades económicas; (d) la actuación de organismos de apoyo capaces de canalizar las demandas de este tipo de emprendimientos sobre todo en lo referente a los instrumentos materiales y pedagógicos; y (e) un escenario político donde se reconozca la relevancia de este tipo de demandas sociales y se permita que estas alternativas penetren en los movimientos sociales y en la institucionalidad política.

Antecedentes y desarrollo de la Economía Social

La economía social tiene como antecedente al cooperativismo obrero surgido de la resistencia contra la Revolución Industrial y el consecuente desarrollo del capitalismo. Robert Owen en 1832 creó la Labour Exchenge (Bolsa de Trabajo) en Londres, luego surgieron otras con la misma forma, donde se intercambiaban productos cuyo valor dependía del número de horas trabajadas en su producción. El emprendimiento comenzó su final en 1834 con los paros patronales (lock outs), con el cual conjuntamente colapsaban los sindicatos. Es claro antecedente de los “sistemas locales de empleo y comercio” en Canadá y de los “clubes del trueque” en Argentina.

También relacionado a la economía social podemos mencionar el movimiento de las comunas, de igual forma vinculado a Owen, en las que se buscaba practicar el principio de repartición “a cada uno según sus necesidades, de cada uno según su capacidad”, llevando a cabo simultáneamente diversas actividades económicas donde regía la solidaridad. El patrimonio de la comuna era colectivo y administrado por todos en conjunto, tomando las decisiones en asambleas. Éstas se han difundido a lo largo de los años y continúan expandiéndose activamente.

Otro antecedente muy importante es la cooperativa de consumo Pioneros Equitativos de Rochdale formada por obreros ingleses en 1844. Los principios adoptados por la misma fueron tomados como modelo en otros emprendimientos similares donde primaron, entre otras, las ideas de igualdad política, educación cooperativa y reparto justo y periódico de las ganancias. Todo ello hace que hoy Rochdale sea conocida como la madre de las cooperativas.

Hacia las primeras décadas del siglo XX las cooperativas se convertían cada vez más en convencionales empresas, quedándoles solo el nombre de cooperativa. Para Singer (2004) el crecimiento del tamaño de la cooperativa y la cantidad de sus miembros dificulta la vigencia de la democracia participativa porque la autogestión es dejada de lado por falta de interés de los participantes en el emprendimiento. Es que antes que las cooperativas, fueron sus miembros quienes cambiaron, hasta finales del siglo XIX las condiciones de vida y de trabajo del proletariado eran tan bajas que sus opciones eran someterse o sublevarse, pero por ese entonces la situación de la clase trabajadora comenzó a cambiar con el aumento de los salarios reales, el derecho a la organización sindical y con ella la posibilidad de parar las actividades, junto con la aprobación de las bases del Estado de Bienestar. Reconciliados con la forma salarial, los trabajadores perdieron el entusiasmo por la autogestión.

La situación cambió en 1980 con la vuelta atrás de concesiones otorgadas a los trabajadores décadas atrás, el sector financiero se volvió hegemónico e impuso sucesivos ajustes fiscales y monetarios; y el libre comercio con el flujo irrestricto de capitales permitió a las transnacionales transferir cadenas de producción a países de bajos salarios y sin un verdadero Estado de Bienestar. Es por eso que hoy es posible ver en diversos países un resurgimiento de la economía solidaria a partir de la contra-revolución neoliberal.

El resurgimiento de la economía solidaria sólo se hace posible con el apoyo de las instituciones gubernamentales y de la sociedad civil, en esto la participación de las universidades resulta particularmente importante debido a su capacidad de investigación y de elaboración teórica.

https://www.econlink.com.ar/economia-social

Autor: Lic. Pablo DÍAZ ALMADA

Referencias

Barrera Cerezal, J. J. (2008) “The Social Economy and public policies” Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa n.62 CIRIEC. España. pp 183 – 198.

Cattani, A. D. (2004) “La otra economía: los conceptos esenciales” En La Otra Economía. Altamira. Argentina.

Gaiger, L. I. (2004) “Emprendimientos económicos solidarios.” En La Otra Economía. Altamira. Argentina.

Radrigán Rubio, M.; Barria, K. C. (2005) “Situación y proyecciones de la Economía Social en Chile.” En La Economía Social en Iberoamérica: un acercamiento a su realidad. FUNDIBES. Madrid.

Ravina, A.; Ravina, M. N. (2005) “Radiografía de la Economía Social en Argentina.” En La Economía Social en Iberoamérica: un acercamiento a su realidad. FUNDIBES. Madrid.

Razeto, L. (1997) “Los caminos de la economía de solidaridad.” Lumen-Humanitas. Buenos Aires. Argentina.

Singer, P. (2004) “Economía solidaria.” En La Otra Economía. Altamira. Argentina.

Calidad Institucional

La Importancia de la Insitucionalidad

La Calidad Institucional y la Decadencia Económica Argentina

Por el Lic. Aldo M. Abram



Desde hace tres años, contamos con un Índice Internacional de Calidad Institucional, que elabora el director del CIIMA-ESEADE, Dr. Martín Krause. Esto nos permite ver cómo está evolucionando la Argentina en esta materia, respecto al resto de los 191 países del mundo calificados. El resultado no es bueno; ya que pasó del lugar 93, en 2007, al 114 en el de este año y, dentro de los 36 países americanos, descendió del 22 al 28. A nadie sorprenderá este resultado; pero lo grave es la poca importancia que los argentinos le damos a esta decadencia, a pesar de ser determinante de nuestro nivel de vida.

Si dividimos a los 191 países en dos subconjuntos, los que muestran alta calidad institucional y los que no, veremos que los primeros son todas naciones desarrolladas o en camino a serlo y que tienden a mejorar los estándares de vida de su gente. En cambio, los otros son economías subdesarrolladas y con creciente pobreza relativa. Alguno podría preguntarse si la calidad institucional no es una consecuencia del desarrollo. Sin embargo, la historia muestra que, primero, los países se organizaron normativa y políticamente y, luego, empezaron a crecer. De hecho, eso le sucedió a la Argentina desde la sanción de la Constitución Nacional de 1853 y la llevó a estar entre las primeras 10 naciones desarrolladas a principios del siglo siguiente. Lamentablemente, hacia fines de la década de 1920 empezamos a abandonar ese camino e iniciamos uno de decadencia institucional, con una seguidilla de golpes de Estado y gobiernos populistas.

Ud., si tuviera que invertir en algún lado sus ahorros, ¿no optaría por hacerlo en donde se respeta el derecho de propiedad y tienen reglas de juego estables, transparentes y generales? Sí, pues no es el único, casi el 80% de la inversión extranjera directa se dirige a los 20 primeros países mejor calificados por su institucionalidad. Es más, la mala evolución de la argentina en dicho indicador de calidad se refleja también en una continua tendencia a perder participación en el total de fondos que vienen a América Latina.



Es cierto que la actual crisis se originó en economías donde la calidad institucional es alta; pero eso solamente confirma que, dado que los seres humanos somos imperfectos, el sistema ideal no existe y que las comparaciones son solamente relativas. Es decir, todos los países tienen que bregar continuamente por mejorar sus sistemas de gobierno y la estabilidad y transparencia de su normativa. Por ejemplo, se puede demostrar que, en EE.UU., lo que falló son sus instituciones monetarias y financieras, que incentivaron y posibilitaron asumir cualquier nivel de riesgo para ganar un poco más, generando las “burbujas” que luego estallaron. Más allá de que todos deberán realizar correcciones, los países con mayor institucionalidad o que tienden a mejorarla lograrán salir primero de esta crisis. Por ello, no extraña que haya dudas de que la Argentina comience un proceso de recuperación sostenido una vez que el “tembladeral” mundial se revierta.

Para los argentinos fue un gran logro institucional consolidar la democracia; pero nos falta entender que igual nivel de importancia tiene el concepto de república. Es decir, cuando uno vota, le está delegando un enorme poder a quién ha elegido para un determinado cargo. Para que, con estas atribuciones, los funcionarios no violenten los derechos de sus conciudadanos, la Constitución Nacional divide este poder entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Además, establece los límites para el ejercicio de las funciones de cada uno y les manda controlarse mutuamente el cumplimiento de los mismos.

Lamentablemente, los argentinos tenemos una cómoda cultura caudillista y paternalista, que hace que, cada cuatro años, votemos líderes iluminados para que, con la suma del poder público, resuelvan mágicamente nuestros problemas y nos releven de nuestras responsabilidades, para así dedicarnos a nuestras cosas. Por lo tanto, los legisladores oficialistas y opositores, que surgen de esa misma cultura, a pesar que la Constitución lo prohíbe expresamente, tienden a delegar, al Poder Ejecutivo, sus funciones exclusivas (ej. superpoderes, leyes de emergencia, imposición de las exportaciones, etc.).



Por ello, cuando se votan diputados o senadores, pocos son los argentinos que eligen un representante por su honestidad, sus propuestas y su capacidad para defender los intereses de sus conciudadanos y el bien común. La mayoría vota un liderazgo político, que puede estar identificado con un partido, pero en general es personalista. No es de extrañar entonces que haya tantas dudas sobre qué pasará después del 28 de junio. En las naciones maduras, una elección legislativa solamente determina la composición de las Cámaras en las que se discutirán las políticas que hacen al bien común y las soluciones a los problemas de la gente. Acá, votamos si le renovaremos la suma del poder público al líder de turno o corremos el riesgo de que se diluya la gobernabilidad y tengamos dos años y medio de espera para que se resuelvan los incontables problemas que tiene la Argentina. Esto genera una tremenda incertidumbre que motiva la fuga de capitales, la caída de la demanda interna y, por ende, del nivel de actividad.

Para cambiar esta triste realidad, lo primero es comprender que la decadencia argentina no es responsabilidad de los políticos, de un sistema de elección o de que la “gente” vota mal. Eso es desentenderse, nuevamente, de la propia responsabilidad cívica y no tener en cuenta que la construcción de nuestro futuro y el de nuestros hijos es demasiado importante para delegárselo a otro. Somos cada uno, en las pequeñas y grandes acciones diarias, los que contribuimos a la calidad institucional. Cuando respetamos nuestro lugar en la “cola” o las normas de tránsito o pagamos nuestros impuestos o no tiramos papeles en la calle. A partir de allí, es que se gana el derecho a exigirles lo mismo a los demás y, a nuestros representantes y funcionarios, que cumplan con lo que dice la Constitución Nacional. El siguiente paso es votar legisladores que, por sus propuestas, idoneidad y honradez, consideremos serán nuestros mejores representantes en el Congreso y, luego, controlar que cumplan con el mandato que le dimos. Ser ciudadano es un trabajo de tiempo completo.

En la generación de este cambio cultural que el país necesita, la dirigencia empresarial, intelectual y profesional tiene la mayor responsabilidad; ya que cuenta con los medios, conocimientos o recursos económicos para llevarlo adelante. Si, por miedo o interés, es poco lo que hacen quiénes más “talentos” recibieron, ¿cómo se le puede pedir mayor compromiso a Doña Rosa?

Por último, recordemos que, cuando uno cede sus responsabilidades, cede sus derechos. Entonces, luego, no nos quejemos cuando los veamos avasallados con el poder que delegamos al votar; sino mejor evaluemos en que medida somos culpables, ya sea por acción u omisión.

Autor: Aldo M. Abram - 3 de Junio de 2009 www.exante.com.ar

Mercados Emergentes

Se ha considerado que los mercados emergentes son aquellos países que se encuentran en vías de desarrollo. En la actualidad, se consideran emergentes los mercados del sudeste asiático, de Latinoamérica y de países europeos del antiguo bloqueo comunista.


En cuanto a las características esenciales de los mercados emergentes, los mismos cuentan con un gran crecimiento de su economía en forma acelerada pero con un riesgo de situación política y financiera inestable.



El funcionamiento de los mercados emergentes se describen por padecer de ciclos económicos irregulares y variables donde su política monetaria amerita de ciertas variables teniendo como indicadores esenciales a la inflación, la balanza de pagos y la evolución del PBI, siendo sensibles ante la existencia de crisis o inestabilidades económicas que se reflejan a largo plazo.

Otra de las características de los mercados emergentes es su volatibilidad en materia monetaria, lo cual hace en muchos casos que estén afectadas por su carencia de liquidez en sus activos, provocando desaceleraciones y cambios bruscos en su funcionamiento.


Uno de los indicadores claves de los mercados emergentes es la inversión seguida del consumo, reflejando el comportamiento de los inversores y consumidores en la economía doméstica de la demanda agregada.

Autor: Andrea Fabiana Mac Donald - 2009

Crisis Alimentaria en México

Nuestro país no es ajeno a la llamada crisis alimentaria que afecta al mundo, expresada en incrementos de los precios internacionales de los principales productos agrícolas y, en consecuencia, de los alimentos. Desde 2007 se registro un aumento en el precio de la tortilla, uno de los principales componentes de la dieta de los mexicanos, que se acompaño de movimientos similares en otros productos de consumo básico; en apenas cuatro meses del presente año, los precios del arroz, los aceites comestibles, carnes, huevos y legumbres también se han elevado, afectando el poder adquisitivo de la población y en mayor medida a aquella en condiciones de

pobreza. Los datos indican que estamos ante una situación que no es pasajera ni temporal sino de largo plazo, en particular cuando se señala que los precios elevados en las materias primas, entre ellas los granos, se mantendrán por lo menos 10 años mas y que estos nunca desenredan a los precios que tenían antes iniciada esta crisis. Hay quienes aseguran que esta situación deberá ser aprovechada por los productores mexicanos para capitalizarse al vender mas caro, sin considerar que la venta de productos no es un hecho aislado, sino parte de un proceso dinámico en donde interrelacionan varios factores que lo hacen muy complejo.

SITUACION ACTUAL

En México se producen los comestibles suficientes para satisfacer la demanda de la población, pues al año se generan 200 millones de toneladas, pese a lo cual 14.4 millones de personas en el país se encuentran en pobreza alimentaria, planteó Luciano Aimar Reyes, presidente de la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA), quien expresó que así como la actual crisis mundial alimentaria no es por escasez, sino por los altos precios que han alcanzado esos productos, la inseguridad alimentaria en que viven millones de mexicanos se deriva del hecho de que no perciben lo necesario para comprar comestibles.

El presidente Felipe Calderón anunció que su país eliminará aranceles a la importación de productos comestibles, ante lo que denominó un asunto de Estado, Entre las acciones que se tomarán están la eliminación de impuestos para importación de trigo, maíz blanco y amarillo, así como la fijación de una cuota de importación del fríjol libre de impuestos, y la garantía de que habrá suficiente abastecimiento en productos como la leche en polvo.

Calderón también anunció medidas para beneficiar a los campesinos, entre las que se encuentran la eliminación de tarifas a la importación de fertilizantes nitrogenados y a sustancias químicas necesarias para fabricar fertilizantes.

EFECTOS

Los altos precios coadyuven a mejorar el mercado nacional (producción, abasto y comercialización), han ocasionado un exponencial crecimiento de los costos de los productos básicos impactando a más de la mitad de la población mexicana que se encuentra en condiciones de pobreza y profundizando la pobreza alimentaria en la que viven cerca de 18 de cada 100 mexicanas/os.

En términos generales, el incremento del costo de los alimentos fue de 10.2% para las familias con ingresos de hasta tres salarios mínimos (unos 15 USD aproximadamente)4 quienes representan la mitad de la población que cuenta con algún tipo de empleo.

La gente resiente fuertemente esta crisis por dos razones. La primera es porque destinan más de la mitad de su salario diario a la compra de estos productos. La segunda es que el incremento de su salario en el 2008 fue de solo 3.5% mientras que el crecimiento de algunos productos básicos para la alimentación como el maíz, arroz y frijol fue sencillamente desmedido: el kilo de tortilla (producto principal de la dieta básica de sectores en pobreza) se incrementó -a principios del 2008- a más del 40% respecto a finales del año pasado, o el arroz -cuyo precio creció 57% en el mismo lapso.

PERSPECTIVAS

El pronóstico de la FAO tiene como su lado positivo los aumentos previstos en la producción de los principales cereales del planeta. Como ejemplo, el maíz impulsará la producción de los llamados cereales secundarios, que crecerá 5.6 por ciento para llegar a mil 33 millones de toneladas. La cosecha de trigo aumentará, en las previsiones de la FAO, 4.8 por ciento para llegar a 626 millones de toneladas. El aumento en la producción de arroz será marginal. Se esperan 423 millones de toneladas (tres millones más que en 2006).

La crisis mundial de los alimentos podría prolongarse más allá de 2008, debido a la caída de los inventarios internacionales, el uso de granos para producir combustibles y a la especulación que hay sobre los commodities, además, de otros factores como las subidas en los precios de los alimentos, una menor producción debido al cambio climático, mayor consumo de carne y productos lácteos en países emergentes y un mayor costo de la energía y transporte. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) los precios mundiales de los alimentos han aumentado alrededor de 45 por ciento en los últimos nueve meses y hay una grave escasez de arroz, trigo y maíz, en lo que va de 2008, el precio internacional del arroz ha aumentado en más de 70 por ciento. Con base al índice de precios de la FAO los precios para todos los tipos de arroz subieron 14 por ciento de septiembre a diciembre de 2007, en dicho año, los costos fueron por término medio 17 por ciento más altos que en 2006.

El presidente de la Confederación Nacional de Productores de Maíz, Efraín García Bello, afirmó que México es autosuficiente en maíz blanco pero en amarillo es deficitario hasta en 10 millones de toneladas, lo cual afecta a la cadena pecuaria.

Recordó que el consumo anual de maíz blanco es de 16 millones de toneladas y la producción se estima en 22 millones, mientras que el del maíz amarillo es de sólo de dos millones, por lo que recomendó un programa de reconversión hacia el maíz amarillo. Así como establecer una reserva estratégica para amortiguar los efectos de la inestabilidad externa y la especulación.

García Bello coincidió en que los altos precios de los alimentos se reflejarán en la canasta básica pero pidió también tomar en cuenta que las alzas al consumidor final se deben a los incrementos de insumos y en particular al gas y la luz.

 





El Subdesarrollo y América Latina



Autor:

Walter Nicolás Pepicelli

Siendo este el caso esencial en el que las contiendas de la economía globalizada, incrustadas en las sociedades, afectan directa e indirectamente en la economía de cada país en particular, ya sea a favor o en contra, esto, va a depender de la estructura económica del país en cuestión.

Es que nos encontramos en una situación en la que el análisis nos lleva a observar las consecuencias que ha tenido la mundialización de la economía sobre los países en desarrollo, más precisamente sobre América Latina. El quid de la cuestión, sin duda, se halla en saber el porque. Aunque, veremos en el transcurso del trabajo, que el porque se halla embestido dentro de la medidas alentadas para hacer frente a sendas crisis internacionales, sin la planificación y el estudio necesario para sortear el obstáculo suscitado. Además, como fue el caso de la crisis de la Deuda y con la década que le siguió, prácticamente, pérdida, vemos que la misma fue lanzada desde un país en vías de desarrollo.


En este humilde trabajo sobre los Países Subdesarrollados, con énfasis en Latinoamérica, y sus problemas, intentaremos exponer distintos matices de estas naciones menos favorecidas a nivel mundial en cuanto al aspecto económico. Además, buscaremos explicar las características básicas que suscitan al Subdesarrollo y, la diferencia, que tiene este con el Desarrollo. Así, quiero recordar una explicación breve, pero concisa, del desarrollo expresada por Mariano Grondona, quien decía "el desarrollo integral es un triángulo cuyos lados son el desarrollo económico, la democracia política y la modernidad cultural". Nos identificamos y compartimos este concepto expresado en el libro Las Condiciones Culturales del Desarrollo Económico.

Volviendo al tema que nos suscita, los países menos desarrollados y sus problemas (deuda, estabilización), acotamos que nos limitaremos a explicar el período comprendido entre las últimas tres décadas, o sea, entre los principios del lustro 1980 hasta nuestros tiempos. Observamos, si nos detenemos a pensar un segundo, que en el período analizado han sacudido en el mundo tres cambios fundamentales a principio de cada uno de ellos, que dio inicio a un nuevo paradigma, a un cambio de mentalidad sobre las cuestiones económicas y políticas.

Queremos expresar, con esto, que a comienzos de los ochenta desplomó la economía mundial la crisis mexicana, de la deuda, con el default naciente y el cambio de modelo a nivel mundial; posteriormente, a fines de esa década y comienzos de los noventa, con el Consenso de Washington, que trazó en los países subdesarrollados una nueva idea sobre la economía, abriéndola y aplicando, casi a rajatabla, las políticas inspiradas en el neoliberalismo estadounidense; y, finalmente, en el umbral del ciclo que nos enclaustra, un cambio de las reglas de juego en el mercado internacional, con un aumento constante de los precios de las materias primas y con un crecimiento elevadísimo de la tecnología, que ha llevado a la disminución progresiva de los precios industriales, creando un cambio en los términos de intercambio internacional.


Así, como vemos, la realidad ha cambiado, ya que los productores de materias primas tienen el tren del crecimiento enfrente de sus narices, para salir del subdesarrollo y incrustarse definitivamente en la desarrollo.

Pero, ese no es el motivo del trabajo, así que dejémoslo para otra ocasión. Pasemos, en realidad, a lo que nos importa. Entonces, en este breve hecho verbal, sobre los países subdesarrollados y sus inconvenientes, cabe aclarar que se expondrá el contenido dividiéndolo en dos partes.

En la primera, donde se intenta dar una exposición teórica sobre el Subdesarrollo, confluyen dos cuestiones que, a nuestro considerar, son fundamentales. Aquí, se desarrollarán las características principales del subdesarrollo y, además, las implicancias de la globalización con las naciones menos desarrolladas.

La segunda parte, también con tres secciones esenciales, divididas por décadas, mostrará en la primera, lo que ha dado en llamarse la Década Pérdida. En la segunda, expondremos los matices que revistieron a la década neoliberal de los noventa. Por último, la tercera, desarrollará la pregunta con la que nos encontramos cuando estudiamos el tema, es esta una (nueva) oportunidad.

Finalmente, queda la tan conocida conclusión, donde se tratará de cerrar la idea que se ha extraído del trabajo cometido. Sin dudas, el interés es satisfacer al lector, pero también existe el interés personal, con el cual el economista vive día a día, y este es el de realizar un trabajo satisfactorio, valioso, que significa "no escribir por escribir". Que nos compense interna y personalmente.

Modelo ISI

El modelo ISI (Modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones) es un modelo de desarrollo que busca el reemplazo de bienes importados por bienes producidos localmente. Las políticas económicas derivadas del modelo ISI fueron aplicadas principalmente durante las décadas de 1950 y 1960 en América Latina.


Objetivos del Modelo ISI

Los principales objetivos del modelo ISI fueron:

- Aumentar el empleo local.

- Lograr una menor dependencia de los mercados extranjeros y de su volatilidad.

- Mejorar los términos de Intercambio

Medidas de Política Económica



A nivel de política económica, el modelo ISI significó:

- Aplicación de barreras arancelarias y no arancelarias a las importaciones.

- Intervención en los mercados cambiarios, para mantener un tipo de cambio artificialmente alto. El tipo de cambio alto encarece las importaciones y favorece las exportaciones en el corto plazo.

- Producción estatal en sectores considerados clave.

- Financiamiento a sectores compatibles con el modelo ISI.

La CEPAL y el Modelo ISI



En la década de los cincuenta, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) fue la institución que mas promovió el modelo de industrialización por sustitución de importaciones en las economías latinoamericanas. La CEPAL es un organismo dependiente de las Organización de las Naciones Unidas, que tiene como objetivo promover el desarrollo de América Latina.

La CEPAL argumentaba que la evolución natural del sistema capitalista llevaba a un deterioro de los términos de intercambio, es decir, un aumento del precio de las importaciones de los países centrales (países desarrollados), junto con una baja del precio de las exportaciones de los países de la periferia (América Latina).

Según esta hipótesis, la causa principal era que las importaciones de los países latinoamericanos tenían un fuerte componente de valor agregado industrial, mientras que las exportaciones eran mayormente primarias. El crecimiento económico hace que el precio de los bienes manufacturados aumente mas en relación al precio de los bienes primarios, debido a que tienen una mayor elasticidad ingreso. Al mismo tiempo, el progreso tecnológico sustituiría productos primarios por manufacturados, profundizando la caída de los términos de intercambio entre el centro y la periferia.

La CEPAL consideró que la caída de los términos de intercambio era un fenómeno interno del sistema capitalista, y se intensificaría con el paso del tiempo. Entonces, para evitar las consecuencias negativas del deterioro de los términos de intercambio, era necesario fomentar la industrialización por sustitución de importaciones.

La historia demostró que la hipótesis de la CEPAL fue incorrecta. Los precios de las exportaciones primarias aumentaron sustancialmente. Por ejemplo, los precios del cobre, la soja y el petróleo aumentaron considerablemente. Al mismo tiempo, los precios de los productos manufacturados disminuyeron. Es decir, que la hipótesis de la caída secular de los términos de intercambio no se verificó.

Resultados del Modelo ISI

La evaluación de los resultados de la aplicación del modelo ISI en los diversos países es variada y controversial. Algunos economistas e historiadores resaltan que llevó a un aumento del empleo, nacimiento de sectores industriales nacionales, ahorro de divisas y disminución de la influencia y dependencia del extranjero. Otros investigadores recalcan que el modelo ISI condujo a elevados precios de bienes manufacturados, ineficiente asignación de recursos, pérdida de oportunidades de exportaciones, monopolios estatales ineficientes, saldos comerciales negativos y endeudamiento externo. Además, la posterior apertura de la economía llevó al cierre de empresas creadas durante el período de la aplicación del modelo ISI, debido a su incapacidad para competir con empresas extranjeras, ya sea por su menor escala o por desventajas comparativas o competitivas.

Desarrollo

Un concepto de desarrollo ampliamente difundido es aquel que indica que



El desarrollo es una condición social, en la cual las necesidades auténticas de su población se satisfacen con el uso racional y sostenible de recursos y sistemas naturales. La utilización de los recursos estaría basada en una tecnología que respeta los aspectos culturales y los derechos humanos. Todos los grupos sociales tendrían acceso a las organizaciones y a servicios básicos como educación, vivienda, salud, nutrición y que sus culturas y tradiciones sean respetadas.

En términos económicos implica que para la población hay oportunidades de empleo y satisfacción de al menos las necesidades básicas. Esto indica cierta distribución de la riqueza para lograr el acceso de toda la población a servicios básicos, pero una vez satisfecho esta condición, pueden existir numerosas distribuciones de la riqueza que la satisfagan.

Este concepto de desarrollo también choca con ciertos tipos de crecimiento económico, específicamente contra aquel que no utilice de modo sustentable los recursos naturales, o que no respete las tradiciones o las culturas. En este sentido se puede mencionar por ejemplo la tala de bosques en el norte de la Argentina, que en términos contables genera crecimiento económico en el corto plazo, va en contra del desarrollo al eliminar recursos naturales y no respetar los derechos humanos, tradiciones y cultura de los habitantes de la zona.

Asimismo, vemos que los conceptos de desarrollo suelen incluir cierta ideología correspondiente al paradigma o marco de pensamiento en el que se encuentra ubicado el autor. Por ejemplo, un concepto de desarrollo ligado a la sociedad moderna y al sistema de producción capitalista, contiene la intención de maximización del beneficio y el estímulo para lograr avances tecnológicos. Esto se vio reflejado en el énfasis que se le dio a la acumulación de capital en los conceptos de desarrollo utilizados en las décadas del 1950 y 60.



Luego, en la década de los 70, comienza a tener mas importancia el concepto de Desarrollo Sustentable, y así, durante los años 80 y 90 la preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad son objetivos fundamentales del desarrollo. En 1972 en la conferencia de las Naciones Unidas se indicó que un desarrollo justo sería aquel cuyo objetivo básico consistiera en utilizar los recursos naturales para la satisfacción de las necesidades del hombre, asegurando al mismo tiempo la mejora de la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras. (Lidia Inés Díaz Gispert)

Amartya Sen tuvo una gran influencia en las actuales definiciones del concepto de desarrollo, fijando el concepto de libertad al concepto de desarrollo. Organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas incorporaron esta idea, viéndose plasmada al menos en sus documentos de trabajo. En su informe anual de desarrollo humano, indican que el desarrollo es básicamente un proceso de vida que permite contar con alternativas u opciones de selección para las personas. Las aspiraciones de las personas se pueden agrupar en tres categorías:

  • La búsqueda de conocimientos.



  • La posibilidad de tener una vida prolongada y saludable.

  • Tener acceso a los recursos que permitan un aceptable nivel de vida.

De estas amplias condiciones se derivan muchas otras que son necesarias para satisfacerlas. Por ejemplo, si bien es necesario cierto grado de satisfacción material, se requiere la formación de capacidades humanas y que esas capacidades puedan ser ejercidas en otros ámbitos además del económico, como ser el social, el cultural o el político. Por ejemplo, una dictadura que satisfaga ampliamente las necesidades materiales de los individuos de un país, choca con este concepto de desarrollo ya que no permite contar con alternativas de selección para las personas en los ámbitos políticos, y eventualmente tampoco en el ámbito cultural.

Según Rondo Cameron, el concepto de desarrollo económico implica crecimiento económico acompañado por una variación de las estructuras o la organización de la economía.

Prebish tiene en cuenta que el concepto de desarrollo, además de incluir conceptos cuantitativos como la acumulación de capital, incluye elementos cualitativos. “no es un mero aumentar de lo que hoy existe sino un proceso de intensos cambios estructurales" “la industrialización es la clave del crecimiento del nivel de vida latinoamericano ...La industrialización y la tecnificación de la agricultura...”

Desarrollo y Crecimiento

Ha sido frecuente mezclar el concepto de desarrollo con el de crecimiento económico. Desde la teoría neoclásica, se ha evolucionado desde incluir conceptos de la distribución del ingreso entre trabajadores y capitalistas, como en el modelo de Solow Swan, en el cual determina el coeficiente de ahorro y así influye en el crecimiento económicos. En muchos casos, de la aplicación de los modelos a países particulares, se llega a conclusiones que pueden parecer opuestas a otros conceptos de desarrollo, como que sería necesario un mayor ingreso para los empresarios (y un menor ingreso para los trabajadores), para que así aumente la tasa de ahorro y lograr un mayor crecimiento económico (la derivación particular de cada modelo escapa a este artículo, pero el concepto es básicamente el mismo en varios modelos neoclásicos). Aunque a largo plazo, la mayor tasa global de crecimiento económico, según estos modelos, se traduciría no sólo en un mayor ingreso para los empresarios, sino también para los trabajadores. Los modelos de crecimiento endógeno incorporan conceptos de optimización e innovación empresaria, lo que significó un avance en la comprensión del fenómeno de crecimiento, pero aún no logran explicar problemas de distribución como las profundas desigualdades, de riqueza y de desarrollo, dentro de países menos desarrollados.

Bibliografía:

Lidia Inés Díaz Gispert (?) Una reflexión al concepto de desarrollo sostenible desde la óptica económica de Carlos Rafael Rodríguez en el ámbito de la globalización neoliberal

Pico, Augusto Aleán (2006) El concepto de desarrollo: una breve síntesis de su evolución

Reyes, Giovanni E. (2007) Comercio y Desarrollo: Bases Conceptuales y Enfoque para América Latina y el Caribe

Agua Potable

Por Alberto Pontoni. Septiembre 2006


A fines del siglo pasado Ismael Serageldin, ex directivo de la Sociedad Mundial del Agua y del Banco Mundial, acuñó una frase llamada a ser objeto de grandes controversias: "Las guerras del siglo XXI serán por el agua". Recientemente, los devotos de teorías conspirativas han encontrado una nueva fuente de inspiración e interpretan movimientos militares y compras de tierras en función de los grandes cursos o reservas de agua. En ese contexto, Bush no fue sólo a Irak por su petróleo sino por el Eufrates y el Tigres, dos ríos caudalosos en una región árida, la amenaza terrorista en la triple frontera encubre el verdadero propósito de controlar militarmente el acuífero Guaraní y las compras de tierras por grandes corporaciones y las privatizaciones de los sistemas de distribución de agua están guiadas por el objetivo de tener el control monopólico de este recurso vital. “Ahora vienen por el agua” es la consigna movilizadora de esta nueva fe. ¿Fantasía a realidad?

Hechos

Unas pocas cifras permiten tener una idea del alcance del drama del agua en el mundo. Una quinta parte de la población mundial, unos 1200 millones de personas, carece de acceso al agua potable mientras que un 40% no cuenta con instalaciones higiénicas adecuadas para un saneamiento aceptable. En América Latina la situación es igualmente grave, ya que sobre un total de 550 millones de habitantes hay 80 millones que carecen de agua potable y otros 120 millones no cuentan con saneamiento adecuado.

El reflejo de esta situación son enfermedades y calamidades, que se suman a las hambrunas, y que castigan severamente a los sectores más pobres y, en particular, a los más vulnerables: los niños. De allí, que entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio figure como una de las 18 metas a alcanzar para el año 2015 el reducir a la mitad el porcentaje de quienes carezcan de agua potable.


¿Es esto consecuencia de una escasez de agua o de la mala distribución social de este recurso?

Con el agua sucede lo mismo que con los alimentos. La carencia de agua y el hambre no son consecuencia de la escasez ya que hay recursos suficientes para atender de forma satisfactoria la demanda de todos. El problema es de apropiación y distribución.

A pesar que la mayor parte del agua dulce no se destina al consumo humano directo sino que se utiliza para la agricultura, resulta útil tener una somera idea del potencial disponible. Tan sólo el Río de la Plata vuelca al océano Atlántico unos 35.000 metros cúbicos de agua por segundo, que representan unos 3 billones de litros por día, lo suficiente para atender adecuadamente las necesidades de tres veces la actual población mundial, a razón de 200 litros diarios por habitante. Lo mismo ocurre con los ríos que desagotan otras grandes cuencas, como el Amazonas y Mississippi.


Es más, se considera que mejorando los actuales sistemas de riego y distribución se podría ahorrar una porción sustancial del agua dulce disponible, ya que las perdidas por ineficiencia y mala gestión alcanzan a un 50 por ciento.

Por lo tanto y por más que el consumo del agua se duplique cada 20 años hay recurso suficiente para atender las necesidades en cualquier escenario alternativo. El problema es otro ya que disponer de agua, al igual que los alimentos, tiene un costo. Por lo tanto, y de no cambiarse el orden actual, el recurso estará disponible sólo para quien tenga ingresos suficientes para adquirirlo.

Las hipótesis de guerra

Quienes levantan las hipótesis de una “guerra del agua” más que atender al levantamiento o rebeldía de los más pobres y excluidos en defensa de su derecho a la vida, se refieren a la posibilidad de enfrentamientos de carácter nacional, de matiz neocolonial.

Al respecto resulta de interés subrayar que esos pronósticos fueron tildados de irreales, exagerados y absurdos por los expertos que recientemente se reunieron en Estocolmo con motivo de la Semana Mundial del Agua. La opinión prevaleciente fue que las tesis sobre las guerras por el agua ignoran las investigaciones recientes según las cuales los países con escasez hídrica que comparten un organismo vinculado con el agua tienden a hallar soluciones cooperativas más que ingresar en conflictos violentos.

Para Arunabha Ghosh, a cargo de un estudio sobre el agua encargado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -que será el eje del próximo Informe sobre Desarrollo Humano- hay más acuerdos bilaterales, multilaterales y transfronterizos para compartir el agua que conflictos.

En todo el planeta hay 262 cuencas de ríos internacionales: 59 en África, 52 en Asia, 73 en Europa, 61 en América Latina y el Caribe, y 17 en América del Norte. Un tercio de esas cuencas son compartidas por, al menos, dos países. Sin embargo, a pesar del problema potencial, la historia demostró que en las cuencas compartidas es más probable que surja cooperación que conflicto, ya que en los últimos 50 años ha habido en este campo 500 conflictos y 1200 instancias de cooperación.

A título de conclusión

En este tema es conveniente comenzar el análisis a partir de la distinción entre producción y distribución. La producción de agua, como cualquier otro bien y servicio, puede reconocer diferentes formas y, en el sistema actual, ser un objeto de negocio como cualquier otro. Las corporaciones que venden agua embotellada no son responsables de la exclusión de las poblaciones que no tiene acceso a la salubridad

Por otro lado, el derecho al agua es un derecho humano fundamental, pues hace a su supervivencia al igual que el alimento, y corresponde al conjunto de la sociedad, a través de su expresión organizada, garantizar su alcance para todos.

Respecto de las disputas referidas a la disponibilidad territorial de este recurso la historia muestra la tendencia al manejo conjunto de los recursos hídricos compartidos y, a través de esta via, construir confianza e impedir conflictos.

No hay ni habrá guerra del agua. La unica guerra es la que debe darse contra la pobreza y la marginación.

Objetivos de Desarrollo del Milenio

En el año 2000 los gobiernos líderes del mundo, en el marco de las Naciones Unidas, asumieron el compromiso de mejorar la situación de los postergados. En ese contexto consensuaron un plan de acción que comprende ocho objetivos fundamentales para lograr un mundo mejor, los denominados Objetivos de Desarrollo del Milenio (OMD), y 18 metas específicas a alcanzar en el transcurso de los siguientes 15 años.


Los resultados obtenidos hasta el momento, superada la tercera parte del plazo fijado para alcanzar esos objetivos, ilustran sobre el carácter discursivo de ese compromiso, la falta de una voluntad real de integrar económica y socialmente a los más desposeídos y la hipocresía de las grandes potencias. Hay regiones del mundo, como la mayor parte de África, que requieren necesariamente de asistencia externa para salir del atraso y la marginación en que se encuentran sumidas y las grandes potencias deben comprometerse seriamente con ese propósito tanto por razones humanitarias como por el grado de responsabilidad que tienen en la pauperización y desintegración de esos pueblos .

De continuar la actual situación las dos metas más importantes de la Declaración del Milenio, la reducción a la mitad de la pobreza extrema y el hambre, se están convirtiendo sólo en buenas intenciones. Se estima que hay unos 1200 millones de personas, de los cuales una tercera parte residen en África, que viven en situación crítica, con ingresos inferiores a un dólar diario. A principios de los 90 el número total era similar y la única diferencia apreciable en el lapso transcurrido es que el número de pobres africanos ha ido en aumento mientras que en el resto del mundo han disminuido. A esto se suma el agravante que los más pobres son cada vez mas pobres, ya que el promedio de ingresos de este sector de la población se ha reducido.

Algo similar ocurre con esa vergüenza que salpica la condición humana: el hambre. En este campo los retrocesos superan los avances y poco ha variado la situación de los 900 millones de personas que sufren este flagelo. Las consecuencias resultan alarmantes, ya que más de la cuarta parte de los niños del mundo en desarrollo padece de malnutrición.


Las recetas para transformar el mundo y dejar que sea un calvario para una quinta parte de quienes habitan en él son simples y conocidas. Su implementación depende, fundamentalmente, de un pequeño grupo de países que concentran el grueso de los ingresos. Sin su contribución, tanto directa como a través de la eliminación de subsidios que distorsionan el comercio internacional, es imposible lograr cambios sustanciales.

La ayuda para el desarrollo ronda los 80 mil millones de dólares anuales y representa el 0.25% de los ingresos nacionales de los países donantes, cifra muy inferior a la recomendación realizada en Naciones Unidas de destinar un 0.7% de los ingresos para asistir a las naciones más postergadas (sólo 5 países cumplen con este objetivo: Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Luxemburgo). A esta escasez de recursos debe agregarse la mala calidad de la ayuda y los desvíos que se suelen producir .

A su vez, las políticas comerciales de los países centrales obstaculizan enormemente la posibilidad de los más pobres al aplicar subsidios a su producción agrícola y establecer barreras a las importaciones provenientes de las naciones menos desarrolladas.

Desarrollo

Argentina y los ODM



El 24 de octubre del 2003, en oportunidad de celebrarse el Día de las Naciones Unidas, el gobierno argentino definió los Objetivos de Desarrollo del Milenio a nivel nacional, entre las que destacan las siguientes metas autoasumidas:

META 1. Erradicar la indigencia y el hambre.

META 2. Reducir la pobreza a menos del 20%.

META 3. Asegurar que en el año 2010, todos los niños y adolescentes puedan completar los 3 niveles de educación básica (10 años de educación).

META 4. Asegurar que en el año 2015, todos los niños y adolescentes puedan completar todos los niveles de educación (3 niveles de EGB y polimodal).

¿Cómo alcanzar las metas? ¿Con que medios? ¿Quiénes son los responsables?

Obviamente, si las metas no se alcanzan no pasa nada, absolutamente nada. Sólo se habrán frustrado buenas intenciones y siempre habrá justificaciones del fracaso. Nada cuesta prometer cuando no hay forma de exigir el cumplimiento de lo prometido.

No cabe duda alguna que Argentina cuenta con los recursos suficientes para alcanzar estas metas. Sin embargo, lo difícil es definir como lograrlo y quien lo hará.

Consideramos que este no es el caso de países como el nuestro, cuyo retraso encuentra mejor explicación en la mezquindad de sus clases dirigentes y con responsabilidad social.

Llegar con un dólar diario a todos los pobres extremos del mundo representa unos 400 mil millones de dólares, suma inferior al gasto militar de EEUU.

El inventario completo de objetivos y metas puede consultarse en el portal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de Argentina: www.undp.org.ar

Por Alberto Pontoni y Azul Coppari. Agosto 2006

Microcréditos en Bolivia

¿Pueden las instituciones microfinancieras enfocarse en los pobres, tener un impacto relevante en su nivel de vida y ser financieramente autosuficientes? La respuesta es sí. A continuación se analizan dos casos exitosos, los programas Crecer de Bolivia y Share de la India, dos países en los cuales gran parte de la población nace, vive y muere en condiciones de pobreza extrema.



Crecer de Bolivia

El Crédito con Educación ha demostrado ser una de las estrategias más exitosas en el terreno de las microfinanzas. Suele tener por principal destinataria a la mujer, ya que mejorando el ingreso, la salud, la educación y el status social de ella se eleva el nivel de vida de toda la familia. Combinando crédito en efectivo y educación en salud y nutrición, las mujeres compran más y mejores alimentos, invierten en la educación de sus hijos, controlan la salud de su familia y se ayudan entre sí para tener mayor influencia en la sociedad.

En Bolivia, país con 8.3 millones de habitantes de los cuales el 83% vive en la pobreza, se puso en marcha el proyecto Crecer, cuyo propósito es brindar crédito con educación. Actualmente, este programa brinda servicios financieros a 37 mil mujeres indigentes en más de mil comunidades rurales y urbanas marginales. Los préstamos son complementados con acciones de capacitación en salud, nutrición, autoestima, negocios y manejo de asociaciones comunales. La entidad se basa en el sistema de créditos grupales (“banca comunal”) difundido por Muhammad Yunnus de Bangladesh (Banco Grameen).


Crecer centra su acción en la mujer en situación de pobreza que a su condición de pobre suma el rol secundario que le suele asignar la sociedad. Las mujeres son atraídas por el programa, que llega con sus servicios hasta los pueblos donde viven y respetan su cultura e idioma, sea quechua, aymará o español.

Cada grupo destinatario de crédito esta compuesto por 15 a 30 mujeres (ellas mismas seleccionan los miembros del grupo) organizadas para administrar los recursos financieros y participar de los módulos educativos. Los préstamos se otorgan sin garantías reales, pero todo el grupo esta comprometido en el cumplimiento de las condiciones y reintegro.

Crecer no analiza la capacidad de pago de la socias ni de los grupos. El riesgo de insolvencia o mora se controla comenzando con montos muy bajos, del equivalente a 15 dólares, que en la medida que se cumplen los objetivos y condiciones se va incrementando hasta alcanzar un máximo de 850 dólares. El préstamo promedio es de unos 160 dólares.


Al solicitar un microcrédito, las socias deben ahorrar el 10%, que es administrado por la asociación y devuelto a la beneficiaria al finalizar el ciclo de préstamo. De esta forma se genera una cultura del ahorro en gente que nunca tuvo capacidad para hacerlo.

La metodología de educación no formal busca que las mujeres aprendan de su propia experiencia y conocimientos de un modo participativo y en conjunto. Los módulos de salud, por ejemplo, abordan la prevención de la salud sexual y reproductiva, atención del menor de cinco años, lactancia materna, alimentación complementaria y nutrición, higiene y saneamiento básico. La temática de autoestima procura que las mujeres sepan fijar sus propias metas, conocer y exigir sus derechos y tomar decisiones.

Share de la India

El fundador de Share, Udaia Kumar, un especialista en capacitación de emprendedores rurales pobres, inició en 1993 un programa microfinanciero. Debido a su rápido crecimiento se convirtió en 1997 en una compañía financiera no bancaria. Actualmente provee servicios de apoyo financiero a mujeres en la provincia de Andhra Pradesh, que tiene 80 millones de habitantes, de los cuales el 40% es pobre.

Su capital es de 3,3 millones de dólares, de los cuales 1,2 millones fueron aportados por 26 mil mujeres pobres que se hallaban entre sus clientes. Como estas accionistas tienen representantes en el directorio es un caso notable de institución financiera cuya administración y propiedad esta, principalmente, en manos de mujeres pobres.

La metodología de crédito comienza con un sondeo inicial en la aldea y una reunión pública de orientación. A continuación se forman grupos de prestamistas de cinco mujeres. El criterio es que entre los miembros no haya relaciones de parentesco, pero que sean de la misma edad, buenas amigas y procedan de la misma zona.

Según estudios de seguimiento el 77% de los clientes de Share mejoraron sustantivamente su nivel de vida en pocos años y más del 30% logró salir de la pobreza.

Reflexión final

El microfinanciamiento constituye un insumo participativo y no paternalista de desarrollo, pues equipa a los pobres para ejercer sus propias opciones y salir de la pobreza en forma sostenida y autónoma, genera una cultura del trabajo y del ahorro y fomenta el consumo. Es importante destacar que, en ambos casos, se consideró a la mujer como la principal beneficiaria no solo por ser la parte más débil de la sociedad, sino por el efecto multiplicador que genera con su ingreso.

En donde estos programas fueron implementados, las familias necesitadas pudieron planificar su futuro y enviar a más hijos durante más tiempo a la escuela. Asimismo aumentó la seguridad en sí mismas y la confianza de las mujeres, permitiéndoles enfrentar adecuadamente las desigualdades de género.

Uno de los desafíos en nuestro país es diseñar programas con mecanismos específicos para incluir a los pobres y mejorar su nivel de vida. Las instituciones microfinancieras son una alternativa pero para poder lograr exitosamente su objetivo deberían adoptar una cultura institucional adecuada que se refleje en la visión de la organización y en el compromiso del staff de todos los niveles.

por Maria Laura Lorenzo

Condiciones de Desarrollo Económico

Vivimos en un mundo globalizado, en el cual el intercambio de bienes y servicios es cada vez mayor, al igual que la movilidad de capitales, tanto de inversiones como especulativos. Los países se encuentran cada vez más entrelazados e intercomunicados y como consecuencia de ello se ha producido el derrumbe de las fronteras políticas y económicas. Las naciones enfrentan un interrogante: ¿Cómo insertarse en este nuevo contexto, aprovechando las oportunidades que ofrece, de la mejor manera posible?



A partir de las experiencias de diferentes países, tanto de aquellos que han obtenido resultados positivos en términos de desarrollo como de aquellos que no, consideramos que, a rasgos generales, hay ciertos puntos a tener en cuenta que pueden llegar a ayudar a un país a alcanzar el desarrollo económico. Se plantean a continuación, relacionados con los cuatro sectores principales de la sociedad:

Estado . Es fundamental entender que sin un Estado eficiente, no hay desarrollo. Desde el gobierno se debe fomentar un acuerdo nacional entre los distintos sectores de la sociedad, sin dejar de lado a los excluidos, con objetivos claros y comunes, y generando un clima de seguridad jurídica. A su vez, se debe realizar una fuerte inversión, tanto en el desarrollo de la tecnología como en el sistema educativo, fomentando, sobre todo, carreras que generen valor agregado, como las ingenierías y el diseño.

Empresas privadas . A menudo los empresarios en la búsqueda de sus propios beneficios olvidan el sentido de crecimiento a nivel nacional. Creemos que sería necesario que exista cierto grado de cooperación tanto con el gobierno como con otras empresas y con sus empleados. Estos últimos son quienes la mayoría de las veces sufren las consecuencias del egoísmo empresarial.



Sociedad civil . Consideramos que las organizaciones de la sociedad civil deben sentar las bases para que el pacto social planteado por el gobierno pueda ser llevado a cabo. El objetivo de las mismas debe ser lograr una sociedad más igualitaria a partir del consenso y no de la confrontación.

Individuos . Tanto el gobierno, como las empresas y organizaciones civiles están formados por personas. El cambio, por lo tanto, está en nosotros. Si esperamos que los demás actúen y seguimos delegando responsabilidades va a ser difícil lograr el desarrollo buscado. Debemos establecer valores comunes que prioricen la solidaridad y el bien común por sobre el individualismo.

Reflexión final



La Argentina de hoy es uno de los países que aún no ha encontrado el camino para el mejor aprovechamiento de las ventajas que plantea este nuevo mundo globalizado para el desarrollo económico.

Consideramos que para alcanzarlo deben canalizarse los esfuerzos en la búsqueda de la solución de problemas estructurales, como son la corrupción y la marcada desigualdad social. La experiencia de políticas de gobierno anteriores nos dejaron una clara enseñanza de lo que no debemos hacer pero hay poco positivo por rescatar.

Es necesario buscar la estabilidad a través del planteo de estrategias productivas de largo plazo, y no de parches que sólo solucionen problemas coyunturales, poniendo especial énfasis en el desarrollo de un sector productivo solido. Para ello, es fundamental que el gobierno fije sus objetivos claramente y dirija su accionar en favor de éstos, canalizando inversiones productivas y poniendo trabas a la entrada de capitales especulativos, que fueron una de las principales causas del fracaso de la década pasada. Consideramos, que estos son pasos necesarios para lograr un nuevo proyecto de país.

 

Tatiana Larrabure, Jesica Gruskin y Tatiana Jewreiski

Concertación y Desarrollo

Han transcurrido cuatro años desde aquellas desesperanzadas elecciones de octubre del 2001 que anticiparon el inicio de la debacle económica más profunda vivida por el país. Es mucho lo avanzado en tan corto lapso lo cuál debe ser motivo de reconocimiento para quienes tuvieron a su cargo la responsabilidad de administrar la crisis.


Los principales ejes de la actual gestión económica fueron la fijación y consolidación de una paridad cambiaria más conveniente para el sector productivo, la renegociación con quita y espera de la asfixiante deuda pública, la aplicación de retenciones a las exportaciones (que en la práctica constituyen impuestos a la renta de recursos naturales), la expansión controlada de la oferta monetaria y un manejo ordenado de las cuentas públicas.

Esto permitió alcanzar una buena performance macroeconómica expresada en los siguientes indicadores:

· tasas de crecimiento global del orden del 9% anual


· sustancial mejora del nivel de uso de capacidad instalada y ocupación industrial,

· incremento de las exportaciones y del superávit comercial,

· contención de las presiones inflacionarias


· recomposición del sector financiero y de las reservas

· aumento de la recaudación y reversión del crónico déficit del sector público

Como consecuencia, la Argentina de fines del 2005 muestra un nivel productivo similar al de inicios de la crisis (1998) pero esta mejor situada tanto en su inserción internacional, comercial y financiera, como en el manejo de las cuentas públicas. Sin embargo, esto no es suficiente, ya que este proceso de recuperación se ha hecho a costa de serios sacrificios, principalmente de los sectores más vulnerables, y es poco lo avanzado en materia de modernización y adaptación a los cambios que revolucionan el mundo.

La tarea macroeconómica ya fue hecha y se realizó satisfactoriamente. Ahora llegó el momento de enfrentar el desafío del desarrollo. ¿Por donde empezar?

La punta del ovillo

Hay algunas cuestiones que para los argentinos deberían resultar obvias, después de las frustradas experiencias de las últimas décadas, tanto de la "perdida" (80s) como de la "desperdiciada" (90s).

Hoy es un anacronismo el plantear opciones como mercado vs planificación o empresa privada vs Estado, ya que todos ellos constituyen factores fundamentales en una estrategia de desarrollo adaptada al nuevo milenio. El desafío consiste, justamente, en armonizarlos en lugar de contraponerlos.

De allí que en una sociedad compleja como la nuestra la senda del desarrollo y de la inclusión social deba comenzar por la búsqueda de consensos para la definición de objetivos y estrategias, es decir, de acuerdos democráticamente alcanzados entre los diferentes actores sociales y económicos. Es la necesidad de una paritaria del desarrollo.

Consenso amplio y acuerdos sectoriales

Recientemente, la Unión Industrial Argentina (UIA), preocupada por la amenaza de una espiral de conflictos gremiales que pueda repercutir en una suba sostenida de salarios, propuso un pacto para acordar con el sector gremial pautas de remuneraciones, precios e indemnizaciones, por un mínimo de dos años con revisiones semestrales.

En principio, los empresarios aceptarían un aumento de los salarios rezagados por la evolución del costo de vida en los últimos años y, a partir de allí, proceder a una actualización periódica en función del incremento de productividad. Asimismo, están reclamando cambios en el régimen actual de indemnizaciones por despido y riesgos de trabajo, incluyendo una reducción de aportes patronales A cambio de ello se comprometerían a mantener sus precios en sintonía con la pauta de inflación oficial.

A pesar que iniciativas de este carácter resultan siempre positivas corresponde señalar que este no es el consenso amplio arriba propuesto.

Una paritaria UIA-CGT/CTA resulta insuficiente para atender la problemática nacional de ingresos y modernización productiva, así como limitada en su alcance. Cabe recordar que de los 20 millones de personas con capacidad laboral que cuenta el país menos de una cuarta parte se vería representada en esa mesa de negociación, ya que el número de trabajadores del sector privado que se desempeña "en blanco" es de sólo 4.5 millones.

Paritaria del desarrollo

Un acuerdo nacional para el desarrollo debe ir mucho mas lejos y atender la situación del conjunto de excluidos, obligando a un análisis profundo de la estrategia productiva del país y el papel que deberán asumir los principales actores en ese proceso. Estado, empresas, trabajadores y desempleados deberán estar presentes en esa mesa de negociación.

Una clara diferencia entre paises desarrollados respecto de otros como el nuestro es, justamente, el alto porcentaje de población excluida. De allí, que en los primeros las propuestas de acuerdo social revistan el carácter de negociaciones tripartitas.

En el caso argentino se suma una particularidad que refuerza la necesidad de una mesa de concertación de cuatro patas. Esa característica esta dada por el desarrollo reciente de organizaciones que agrupan a desocupados y excluidos, así como la aparición de nuevas formas de activismo social, como el piquete. Quienes menosprecian estas organizaciones o impugnan su representación deberían también considerar las falencias que muestran el conjunto de nuestras organizaciones sindicales y empresariales.

En la capacidad de acordar un consenso global reside el gran desafío nacional. Sin duda alguna corresponde al Gobierno realizar la convocatoria, proponer agendas y facilitar la realización de una experiencia tan valiosa como inédita, sentando las bases de una nueva cultura de concertación que contribuya a desterrar las perjudiciales practicas de confrontación y mesianismo, tan frecuentes en el accionar de nuestras dirigencias.

Por Alberto Pontoni. Octubre 2005

Desarrollo Humano en Argentina

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) acaba de publicar el informe anual de Desarrollo Humano (DH) colocando, una vez más, a Argentina dentro del grupo de naciones con "alto" DH. ¿Puede calificarse así a un país con más del cuarenta por ciento de su población sufriendo carencias y donde uno de cada cinco habitantes no cuenta con los medios suficientes para alimentarse?



En el mencionado informe Argentina ocupa el puesto 34 de una muestra que abarca a 177 naciones de todo el mundo encabezando el grupo latinoamericano de alto desarrollo, seguido por Chile (37), Uruguay (46), Costa Rica (47), Cuba (52) y México (53).

Sólo la arbitrariedad (no carente de intencionalidad) en la elección de indicadores y cierta insensibilidad estadística pueden hacer que Argentina comparta la clasificación de vanguardia con paises como Noruega, Japón y España y permita a los gobernantes de turno y alguno que otro cándido regodearse con la idea de formar parte del "primer mundo" o encabezar el ranking de las naciones latinoamericanas. Más patético aún resulta el caso de México, igualmente clasificado como de alto DH a pesar de que más de una cuarta parte de su población percibe ingresos inferiores a dos dólares diarios.

De allí el cuestionamiento a la utilización del calificativo "alto" que complementado con el termino "desarrollo" tiene un claro sentido de valoración positiva que desnaturaliza la realidad y constituye una verdadera afrenta a los numerosos contingentes de población que sufren cotidianamente todo tipo de privaciones en estos paises.



Como se elabora el IDH

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es un indicador que clasifica a los paises en tres grupos (desarrollo humano alto, medio y bajo) atendiendo a los logros promedio alcanzados en materia de salud, educación y economía, medidos respectivamente por:

  • La esperanza de vida al nacer, en el caso de la salud,
  • Una combinación de tasas de alfabetización y de matriculación, para la educación, y

  • Un PBI per cápita adaptado según poder adquisitivo, en economía


Sin duda el IDH es una forma de medición del bienestar un poco más amplia que el clásico ingreso per capita pero sigue adoleciendo del serio defecto de ser poco representativo para el conjunto de la población, lo cual resulta una deficiencia seria para el caso de paises muy segmentados por la regresiva distribución de ingresos, como es el nuestro.



Cualquier estudio serio sobre desarrollo debe necesariamente incorporar indicadores de distribución de ingresos, no como un complemento estadístico sino como insumo sustancial del análisis. Lamentablemente, vivimos la influencia de un economicismo restringido e interesado que descalifica la búsqueda de justicia social en aras de una supuesta eficiencia. Esta postura se refleja, entre otros, en la actual presión de EEUU por restar importancia al compromiso asumido en las Metas del Milenio de erradicar la pobreza.

Equidad y Desarrollo

En el cuadro que se muestra a continuación se comparan los ingresos anuales per capita, en dólares equivalentes (ajustados por poder adquisitivo), de Noruega, Japón, España y Argentina, ubicados, respectivamente, en los puestos 1, 11, 21 y 34 del IDH. La tabla permite apreciar el ingreso medio nacional y de los sectores más pobres y ricos de la población de cada país, así como las brechas que separan las puntas.

 

INGRESOS ANUALES PER CAPITA EN U$S EQUIVALENTES

BRECHAS

 

Media Nacional

10% más pobre

20% más pobre

20% más rico

10% más rico

10% + rico vs 10% + pobre

20% + rico vs 20% + pobre

Noruega (1)

37,000

15,000

18,000

70,000

87,000

6

4

Japón (11)

28,000

13,000

14,000

51,000

62,000

5

4

España (21)

22,000

6,100

8,200

44,000

55,000

9

5

Argentina (34)

12,000

1,100

1,800

33,000

44,000

40

18

Elaboración propia sobre la base de datos del informe de Desarrollo Humano del PNUD

De la lectura del cuadro se desprenden algunas conclusiones de interés:

  1. Las brechas entre el ingreso medio de los más ricos y los más pobres son brutales en Argentina: la diferencia entre "picos" y "valles" alcanza a ¡¡¡40 veces!!!, mientras que en el resto no supera las 9 veces. Resulta obvio que el concepto de alto desarrollo no puede estar asociado a tan grotesca falta de equidad.
  2. Los más pobres argentinos son muchisimo más pobres que los más postergados de los paises de vanguardia, a diferencia de los más ricos que gozan de un bienestar similar. Los más pobres de España tienen un poder de compra 5 a 6 veces mayor que los nuestros mientras que la brecha entre los más ricos es de sólo un 20%.

El desafío es nacional

La experiencia de las naciones más desarrolladas indica que para alcanzar el bienestar colectivo distribuir resulta tan importante como crecer. Es más, existen variados argumentos que avalan la tesis que vincula el crecimiento con una mejor distribución de ingresos.

Mejorar el bienestar de los más pobres y aplanar la actual topografía de ingresos es teóricamente simple, pero muy difícil de llevar a la práctica por la fuerza de los intereses en juego y la falta de voluntad política de las dirigencias.

A efectos ilustrativos se señala que en nuestro país la brecha entre las puntas podría reducirse de 40 a sólo 8 veces si se transfiriera a los más pobres, vía impuestos, un diez por ciento de los ingresos del decil más rico, permitiendo que el ingreso medio de aquellos se cuadriplique. De realizarse el mismo ejercicio entre los quintiles más rico y más pobre, la brecha entre ambos grupos se contraería de 18 a 6 veces y el ingreso del veinte por ciento más pobre casi se triplicaría. De esta forma estaríamos muy cerca del nivel de España.

Sin duda es más fácil para nuestra dirigencia victimizarse y recurrir a peroratas que buscan descargar culpas en terceros o "los de afuera" antes que asumir los cambios internos necesarios para mejorar la situación a partir del sacrificio de los argentinos que más tienen y pueden, como ocurre en otros paises. Este es el camino para un mejor desarrollo humano.

Por Alberto Pontoni. Setiembre 2005


La Crisis del Ferrocarril

Una de las circunstancias positivas de la actual coyuntura es la apertura del debate acerca de la necesidad de un protagonismo activo del Estado en el desarrollo económico. Esto no ocurría desde la década del 60. Dos generaciones se vieron bombardeadas con repetidos discursos que culpaban de todos nuestros males al gasto público y el déficit fiscal, para concluir en la necesidad de confiar en el mercado como motor del desarrollo y justificar la transferencia al sector privado de sus funciones económicas.


El estrepitoso fracaso de la revolución privatizadora y el retroceso del país están atrayendo la atención sobre temas que parecían condenados al olvido, como la explotación de los hidrocarburos y el diseño de un nuevo sistema de transporte. De allí, que los candidatos presidenciales y el gobierno se hayan venido refiriendo a la situación de los ferrocarriles.

El sistema ferroviario argentino esta aniquilado. Sin embargo, cabe reconocer que no fue la privatización quien mató al tren, sólo descuartizó un moribundo. La contribución de diferentes sectores a la destrucción de este valioso instrumento de desarrollo e integración nacional es una clara muestra de la mediocridad de nuestra clase dirigente. Si bien la agonía del ferrocarril se inicia en la década del 30, con la reducción de inversiones de las empresas extranjeras propietarias del tendido, es a partir de 1947 que se acelera el colapso. Durante 45 años ineficientes administraciones estatales, civiles y militares, peronistas y radicales, en connivencia con una dirigencia sindical prebendaria, se sucedieron en el saqueo de Ferrocarriles Argentinos y generaron la mayor fuente de déficit público.

Hace mucho que la Argentina dejó de ser la potencia ferroviaria de otrora. En 1930 nuestra red ferroviaria de 40.000 km representaba el 45% del tendido total de América del Sur y nos situaba en el tercer lugar continental, después de EEUU (400.000 Km) y Canadá (65.000 Km). En esos tiempos, el tren cargaba más de 50 millones de toneladas/año, mientras que ahora se despachan sólo 18 millones. La declinación también alcanzó al tráfico interurbano de pasajeros, que actualmente es de 2.5 millones de personas/año y que representa la décima parte de quienes se movilizaban por ferrocarril 25 años atrás.


La red operativa se ha reducido sustancialmente. La actual extensión de la red de carga ronda los 31.000 Km, sin embargo el 60% del tráfico esta concentrado en sólo 5 ramales, de una extensión de 2.500 km. La contracción de la capacidad operativa también se expresa en la limitada disponibilidad de material rodante, compuesto por unas 500 locomotoras y 25.000 vagones de carga. En la década del 70 el sistema contaba con 3.000 locomotoras y 90.000 vagones.

Del ferrocarril integrador al tren de empresa

Para los argentinos el tren representa algo mucho más profundo que la nostalgia de las viejas locomotoras a vapor y los sueños de viajar, ya que la integración económica y demográfica de nuestro territorio esta íntimamente asociada a la traza ferroviaria. A diferencia de otros paises en la Argentina el riel se anticipó a los caminos, reemplazando el tren a la carreta y los arreos de mulas. Muchos son los pueblos que nacieron, crecieron y se apagaron acorde el movimiento de sus estaciones.


A partir de la privatización esto cambió. Las principales concesionarias del sistema de transporte de cargas son, básicamente, empresas que utilizan el ferrocarril como un medio de transporte "interno", tanto de insumos hacia sus plantas de producción como de sus productos hacia puntos de distribución o embarque.

El tendido del Nuevo Central Argentino, de propiedad de la aceitera Gral. Dehesa, es utilizado como colector de granos hacia las plantas de la empresa y de despacho de aceite a los distintos puertos de embarque, como el que la misma firma tiene sobre el Paraná. Casi el 80% de las cargas del Ferrosur Roca, que pertenece a Loma Negra, se compone de cemento y otros materiales que moviliza esta empresa entre su planta de Olavarria y Buenos Aires. Lo mismo, pero en menor medida, ocurre con el transporte de acero por el Ferroexpreso Pampeano, del grupo Techint.

A continuación se muestra la composición de la red nacional de carga.

Ferrocarriles de carga

1. Buenos Aires al Pacífico (BAP), Pescarmona, 5.300 km

2. Mesopotámico-Urquiza (FMGU), Pescarmona, 2.600 km

3. Ferrosur Roca (FR), Loma Negra, 3.400 km

4. Ferroexpreso Pampeano (FEPSA),Techint , 5.200 km

5. Nuevo Central Argentino (NCA), Aceitera Deheza, 4.500 km

6. Gral. Belgrano (FGBSA), varios, 10.000 km

Perspectivas y alternativas

En síntesis, el sistema ferroviario ha quedado reducido a su mínima expresión y sobrevive concentrado en franjas menores y cargas específicas, con una estructura obsoleta y equipos en condiciones de chatarra. La casi totalidad de los tendidos no sirven para el transporte de cargas pesadas ni permiten desplazamientos veloces y gran parte de ellos se encuentran apoyados directamente sobre la tierra, como cuando fueron construidos. De allí, la poca relevancia de analizar la eventual reestatización del sistema existente.

El debate de fondo pasa por la revisión integral del sistema de transporte para una Argentina moderna y, en particular, el rol que le corresponde al ferrocarril. Existen excelentes posibilidades para el desarrollo del ferrocarril en la Argentina, facilitadas por su geografía y las características de su producción. Actualmente, menos del 15% de la producción de granos y oleaginosas se transporta por tren.

La inversión requerida para el tendido de una moderna red ferroviaria de 10.000 km de vías, incluyendo equipos y material rodante, es del orden de 5.000 millones de dólares. Un esfuerzo de esta magnitud no puede ser asumido en forma individual por empresas locales. Cabe recordar que la inversión realizada por las nuevas concesionarias en los años previos a la actual crisis fue del orden de 50 millones de dólares/año y que el único tendido nuevo realizado fueron los 17 km del Tren de la Costa.

La única alternativa de realizar un emprendimiento de esta magnitud y sacar provecho de sus evidentes ventajas económicas, sociales y ambientales es a través del liderazgo del Estado. La participación del sector privado resultará útil, pues evitará malgastar recursos en proyectos inconsistentes, como la cuantiosa inversión realizada para alcanzar una salida al pacífico a través de los Andes, que terminó como un servicio turístico (Tren a las Nubes).

Cabe esperar que las promesas de rescatar al tren, que despiertan una natural simpatía en todos los argentinos, no queden en la retórica demagógica ni que sucumban frente a los intereses de sectores inmobiliarios, interesados en la desafectación de las tierras del ferrocarril, o de las corporaciones automotrices y concesionarios de autopistas, que se expresan en las llamativas "ausencias" del tren en proyectos claves, como los cruces del Paraná y Uruguay y la ampliación del puerto de Buenos Aires.

Por Alberto Pontoni. Abril 2005

Globalización y Desarrollo

Por Alberto Pontoni.Noviembre 2003


Globalización se ha convertido en una categoría difícil de definir que, por un lado, refiere a la descripción de una nueva realidad y, por otro, sirve de ropaje a una vieja ideología, que enmascara el tradicional propósito hegemónico de toda potencia dominante. Abrirse ingenuamente al comercio de mercancías y capitales no equivale a facilitar la expansión de las comunicaciones e Internet. Tampoco deben confundirse las particularidades de la actual etapa de internacionalización de la economía con el intento de imponer un modelo cuyo principal objetivo es desarmar las iniciativas de desarrollo nacional.

¿A que realidades se refiere la globalización en economía? Básicamente, a dos fenómenos. Por un lado, el incremento del comercio mundial de bienes y servicios, favorecido por el derrumbe de fronteras políticas y el desmantelamiento de barreras a las importaciones como consecuencia de numerosas negociaciones y acuerdos, incluyendo la creación y puesta en marcha de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Por otro, el aspecto más novedoso de esta etapa, el explosivo crecimiento y alta movilidad de los fondos de inversión, sumado a una mayor apertura de los mercados de capitales. Las transacciones mundiales de dinero y los flujos de capitales especulativos se han multiplicado, contribuyendo al boom y colapso de muchas economías. Asimismo, han acelerado y amplificado la transmisión de las convulsiones, transformando problemas nacionales en crisis regionales o mundiales, como sucedió en los casos de México, Rusia, el sudeste asiático y, mas recientemente, Argentina.

¿En qué consiste la ideología globalizadora? En tratar de demostrar la conveniencia, particularmente para paises en desarrollo, de implementar políticas de "mercados abiertos". Esto es aprovechar el empuje que proviene de los mercados, favoreciendo las inversiones de las corporaciones transnacionales y el ingreso de capitales. La traducción práctica de esta idea se expresa en el paquete de medidas que impulsa el llamado Consenso de Washington. Entre ellas destacan la desregulación de mercados, baja de aranceles, facilidades al ingreso de capitales e inversiones extranjeras, garantía de la propiedad intelectual y patentes y el achicamiento del sector público.


Tiempo atrás, los fundamentalistas de mercado solían recurrir al ejemplo de los llamados tigres asiáticos, como Indonesia, Corea y Taiwan, para demostrar las bondades de las políticas globalizadoras. Sin embargo, dos hechos dieron por tierra con estos argumentos. Por un lado, los trabajos del Premio Nobel y ex economista del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, revalorización otras causas y brindaron otro enfoque sobre el éxito de esos paises. La apertura comercial fue un importante motor del crecimiento, pero el despegue se produjo en el marco de políticas nacionales que orientaron la producción, brindaron fuerte protección al mercado interno e impidieron el ingreso de entidades financieras y capitales especulativos del exterior. A su vez, cuando esos paises cedieron a la presión del FMI y levantaron sus barreras al ingreso de capitales se sucedieron una serie de maniobras de especulación financiera que derivaron en la crisis que asoló el sudeste asiático en 1997.

Alternativas exitosas

Frente a los desafíos de la globalización hay dos tipos de respuestas exitosas. Una, la de aquellos paises que en forma individual adoptaron vías autónomas y supieron aprovechar las ventajas de la modernización y la globalización conteniendo sus efectos nocivos, como son los casos de China, las economías del sudeste asiático e Irlanda, entre otros.


Otra, la experiencia integradora de la Unión Europea, que supo construir su propia globalización al regular bajo una misma legislación la circulación de bienes, capitales, servicios y personas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la construcción europea se concretó a través de una política dirigida a la corrección de las disparidades nacionales. Esto permitió que en 10 años el PBI per capita de los tres países menos prósperos de la Unión -España, Grecia y Portugal- creciera del 68% al 80% de la media comunitaria. Fue la conjunción de ambas estrategias la que permitió avanzar en la convergencia regional.

Lamentablemente, no existe a escala global una capacidad similar de construcción. Sin una estrategia correctiva la mayor apertura económica internacional se traducirá en mayores ventajas para las economías más prósperas y competitivas, que son las que obtendrán un mayor provecho de las oportunidades derivadas de la ampliación de los mercados. Si no se introducen los necesarios mecanismos correctores la globalización continuará generando una agudización de los desequilibrios económicos internacionales.

Una clara expresión de esta falta de voluntad niveladora es la resistencia de las naciones desarrolladas al reclamo de los paises más pobres de abrir sus fronteras y desarmar las barreras proteccionistas que dificultan el ingreso de materias primas. En lugar de ello se continúa practicando una solidaridad mal entendida, incluso perversa, como en el caso de las donaciones de alimentos que realizan los paises ricos, que terminan agravando aún más la agricultura de los países hambrientos, haciendo más miserable a su población.

La experiencia argentina

¿Fue la globalización la causa del colapso argentino? En primer lugar, hay que señalar que la Argentina de los 90 fue uno de los paises más favorecidos por el proceso de globalización, atento la afluencia masiva de recursos atraídos por buenas oportunidades de negocios y la confianza suscitada por un gobierno amigable con los centros de poder y las transnacionales. Entre 1992 y 2000 ingresaron al país más de 110 mil millones de dólares. Si se contabilizan los egresos por intereses y utilidades, el saldo neto de los flujos financieros alcanzó a 65 mil millones de dólares.

De allí, que la responsabilidad del fracaso argentino deba ser rastreada, antes que en los nuevos fenómenos de la globalización, en las políticas "bobas" implementadas y la confianza ciega depositada en los mecanismos de mercado. A diferencia de los paises exitosos, se descuidó la defensa del mercado interno y poco se hizo para transformar en valor agregado –es decir, industria- la afluencia de capitales, desperdiciando una oportunidad histórica para el desarrollo del país.

El colapso argentino ha contribuido mas que el movimiento antiglobalización a frenar el huracán globalizador, asestando un duro golpe a los fundamentos de esa ideología. A su vez, el default de la deuda ha servido para poner un freno a las maniobras especulativas del capital financiero. No sería de descartar que, de mantenerse la intransigencia del ministro Lavagna respecto del pago de la deuda, su imagen pase a ocupar un lugar de privilegio junto a la escritora Susan George y el agricultor José Bové (en referencia a los lideres de ATTAC, organización que impulsa el establecimiento de un impuesto a los movimientos de capitales (Tasa Tobin) y de Vía Campesina, famosa por sus ataques a McDonalds en Francia),

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