La Tablita de Machinea

La llamada tablita de Machinea responde a la filosofía según la cual quien más tiene más paga. Entendiendo por tal cosa no solamente que paga más proporcionalmente, sino que paga más todavía.


La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas Constitución Nacional (Art. 16)

La ley del impuesto a las ganancias se subdivide en cuatro categorías, que son las siguientes: La primera es la renta del suelo, la segunda es la renta de los capitales, la tercera es la renta de las empresas y ciertos auxiliares de comercio y la cuarta es la renta producida por el trabajo personal.

Dice la ley que las personas de existencia visible podrán deducir, de su ganancia neta, determinados montos en concepto de ganancia no imponible , cargas de familia y deducción especial (para aquellas personas que trabajen personalmente en la empresa o en relación de dependencia).

Esta descripción inicial la hacemos para ubicar a aquellos lectores que desconozcan en profundidad el funcionamiento de este impuesto y no es objeto de este trabajo explayarnos en su funcionamiento sino más bien adentrarnos un poco en las razones filosóficas en las que se basa el concepto de ganancia (o rédito) para el legislador. Ello a su vez antes de pasar a la famosa tablita que da origen a estas líneas.


La ley de este impuesto considera que los ingresos obtenidos por los trabajadores en relación de dependencia, o por aquellos autónomos que realicen trabajos de todo tipo (desde profesionales hasta plomeros o taxistas) constituyen ganancias de la cuarta categoría. Es decir, define como ganancia el fruto del trabajo. Este criterio no es universal y en nuestra opinión constituye un sofisma. El concepto de ganancia se asocia al de utilidad o de renta, nunca al del salario o el honorario por un servicio personal.

Probablemente la carga de culpa que implica desarrollar la idea de que percibir un emolumento es obtener una ganancia haya obligado a sus autores a considerar atenuantes , por así llamarlos, y tal vez es por eso que se permiten las deducciones que más arriba mencionamos y que la misma ley llama Ganancias no imponibles y cargas de familia.

Desde todo punto de vista, cualquier individuo (con independencia incluso de su sexo) puede tener cargas de familia, y por lo tanto necesidad de deducir de sus ingresos a las personas a su cargo. Pero la denominada deducción especial contemplada en el inciso c) del artículo 23, no es aplicable a quienes no se desempeñen activamente. Es decir que quienes obtienen rentas provenientes de alquileres, por ejemplo, no podrán deducirse el importe de este inciso. Cabe agregar que esta deducción no la misma para aquellas personas que obtengan rentas de su trabajo en relación de dependencia, en cuyo caso se incrementa el monto 3,8 veces. De tal modo que un carpintero que trabaja en forma independiente podrá deducir $ 9000.- al año por este concepto, y un gerente de una sucursal bancaria tendrá derecho a descontar $ 43.200.-. Esta verdadera discriminación perjudica de manera notoria a quien no trabaja en relación de dependencia, que en definitiva es el que está más desguarnecido en lo que se refiere a la continuidad de su empleo.


Dejando anotado lo antedicho, agregamos que el esquema de deducciones presenta lo que podríamos llamar una contracara. Y tal contracara es la famosa tablita de Machinea, que por supuesto forma parte de la ley que estamos comentando y que rige desde el 31 de diciembre 1999 con algunos cambios que más adelante comentaremos. En aquel año fue promulgada la ley 25.239 que incluyó una modificación en el sistema de deducciones según fuera el monto de la ganancia neta obtenida en el año.

En la actualidad, cuando una persona física obtiene una ganancia neta anual que no supere los $ 91.000, puede deducir la totalidad de la ganancia no imponible, las cargas de familia y la deducción especial. Pero si tal ganancia neta supera esa cifra, la deducción se reduce automáticamente a la mitad. Y quien obtenga una ganancia neta más de $ 221.000.- en el año, no podrá deducir ninguno de los conceptos señalados en ningún caso. Es decir, deja de regir definitivamente la idea de que esas personas tienen una ganancia no imponible o familiares a cargo.

Originalmente la tablita era bastante más escalonada, y arrancaba con una reducción del 10% en el monto de las deducciones cuando la ganancia neta superara, en aquel año, los $ 39.000. Aunque ya en ese entonces había que superar los $ 221.000 para no poder deducir monto alguno.

La presidenta de la Nación anunció hoy viernes que elevaría un proyecto al Congreso para que esta escala fuera eliminada de la ley, volviéndose entonces al criterio anterior en el cual no existían estas diferenciaciones. Hizo una referencia a que durante la gestión de su marido al frente del Poder Ejecutivo, la escala se suavizó, pero no tuvo en cuenta el detalle no menor de que los topes continuaron vigentes a partir de los $ 91.000. Los $ 221.000, que en 1999 eran 221.000 dólares, en la actualidad no alcanza a los 64.500 dólares. La escala o tablita ha conservado los mismos valores en pesos y porcentajes desde los 91.000.-

Hasta $ 130.000 puede deducirse el 50% señalado, y entre ésta última cifra y $ 195.000.- el 30%. Finalmente entre % $195.000 y $221.000, únicamente el 10%. Todo eso no ha sido modificado, pese a que, como decimos, en 1999 era muchísimo más dinero que ahora. De tal modo que a la señora presidenta se le olvidó este detalle, probablemente en el afán de recalcar la suavización de los primeros tramos de la tabla.

La verdad de esta historia es que el criterio seguido por los representantes del pueblo al votar a fines de 1999 la hoy cuestionada tablita, no es otro que el mantenido en todas y cada una de las actividades que generan renta por el Estado argentino desde hace ya muchos años. Estamos ante el conocido sofisma de que quien más tiene más paga, simplemente. Cuando el Sr. De Vido recuerda por ejemplo que pagarán más caro el gas quienes lo usen para calefaccionar su piscina o que las tarifas de electricidad sobrecargarán a aquellos que consuman más de determinados topes, no está haciendo, ni él ni quien lo manda, nada diferente a lo que hicieron los legisladores durante el primer mes de gestión de Fernando De la Rúa en 1999 al instaurar la tablita en cuestión. Es el concepto de la llamada tarifa social. El exitoso debe pagar no sólo proporcionalmente, sino que debe hacerlo más que proporcionalmente.

Sin desviarnos mayormente del tema que estamos comentando, la propia ley del impuesto a las ganancias establece una escala de ganancias netas (una vez efectuadas las deducciones personales) con alícuotas crecientes. Actualmente una ganancia neta de hasta $ 10.000 anuales paga el 9%. Esta escala que surge del artículo 90 de la ley va subiendo hasta el 35% para ganancias netas superiores a $ 120.000, valor este último que se mantiene, dicho sea de paso, desde 1998.

Lo que estamos tratando de decir es que, si bien se pretende culpar al Dr. Machinea (y por elevación al gobierno de la Alianza) de esta diferenciación, el economista en cuestión no hizo otra cosa que presentar un proyecto siguiendo el mismo criterio que han seguido la mayoría de los políticos a lo largo de por lo menos 70 años en la Argentina.

No trajimos a cuento el comentario de De Vido porque sí. Lo trajimos a cuento porque encierra una justificación de un castigo que atenúa de ese modo el disfrute del pudiente. Hubiera sido suficiente con señalar que alguien que gana mucho debe pagar más y listo. Pero esa necesidad de justificar el tratamiento discriminatorio hacia quien más puede, lo lleva a mostrar la hilacha, por así decirlo. Como gana mucho y calefacciona su piscina, que pague más caro el gas. Que pague más cara la energía eléctrica. Que pague más caro el impuesto a las ganancias. Que pague más caro todo, que para eso puede. Y podríamos seguir. Que no despida gente si le baja la producción, pese a que la ley establece un mecanismo indemnizatorio. Que se aguante las retenciones a las exportaciones sin chistar porque ya ganó mucho. Que soporte pérdidas si es preciso que antes ya le fue bien, etc. El basamento jurídico de todo gravamen, es el sostenimiento del Estado y sus funciones esenciales, y las alícuotas a aplicar se basan en la capacidad contributiva que por su parte debe encajar en los principios constitucionales de igualdad ante la ley y de equidad. Los impuestos no son un castigo, sino una carga pública. Y tal carga debe ser igualitaria. Es evidente que la sobrecarga tarifaria del gas para quien calefacciona su piscina aparece como un castigo por disfrutar de lo que gana, y no como un acto de justicia tributaria tendiente a sostener al Estado sobre la base de los sanos principios del derecho tributario.

Alguna vez hemos comentado la anécdota de un funcionario en tiempos de la presidencia del Dr. Alfonsín, que tenía a su cargo la tarea de instalar medidores en las casas para que el consumo de agua potable sea abonado según el caudal consumido, precisamente. Este señor afirmaba en un reportaje radial que ya habían empezado a instalar medidores en la zona de las piletas, en el Norte del G.B.A. para evitar el derroche de agua. Sin embargo quienes tienen piscinas, más grandes o más chicas, no están derrochando agua sino consumiéndola. Derrochan los encargados de edificios cuando dejan las mangueras con el agua corriendo en las veredas mientras conversan con su vecino, pero no quien usa el agua para llenar una piscina. Entiéndasenos: no decimos que el agua no deba ser abonada según el consumo, que es lo que corresponde. Lo que decimos es que el funcionario resaltaba la palabra derroche, como indicador de una injusticia que debe ser castigada. Exactamente del mismo modo en que De Vido se refiere a la calefacción de esas mismas piscinas. Es el mismo criterio con el que los legisladores de fines del 99 consideraron que quienes ganaban más, no tenían por qué deducir sus cargas de familia, como si éstas no existieran igual. Es la misma base filosófica. Inconstitucional a nuestro entender, por otra parte. Podríamos usar incluso otros calificativos, pero preferimos abstenernos.

En este tipo de criterio subyace uno de los grandes malos de la Argentina: el castigo del éxito . El éxito resulta castigado por las normas que pretenden que alguien no solamente debe pagar sino que debe pagar más que proporcionalmente. Además de ello, se incita a la población a odiar al exitoso en lugar de admirarlo e imitarlo. Nivelar para abajo sería otro concepto perfectamente aplicable.

Siempre hemos señalado que la violación de las leyes de mercado no es gratuita. Lo hemos dicho de muchas formas y en muchos contextos diferentes. Normalmente quien compra grandes cantidades de algo, de lo que sea, recibe descuentos y plazos especiales de pago. Pero en los ejemplos que estamos dando es exactamente al revés. Y esto no es gratis.

Profesionalmente sabemos de los esfuerzos de las personas por no subir al escalón siguiente y evitar la sobretasa. Y esta es una de las razones por las cuales los capitales huyen, además. Porque también debe recordarse que las escalas de los impuestos patrimoniales, y aún las correspondientes a los impuestos que se aplican únicamente a los activos (sin considerar los pasivos) como las del gravamen sobre los bienes personales o el inmobiliario, suben más que proporcionalmente según los montos que se gravan.

Todo ello para finalmente llegar a la paradoja de que es necesario llevar adelante regímenes de promoción de inversiones y rebajas impositivas y crediticias de todo tipo para incentivar al mercado. Y como si esto fuera poco, acaba de votarse en Diputados un blanqueo de capitales y una moratoria impositiva y previsional más.

El sistema tributario argentino es absolutamente injusto y discriminatorio. Y no porque grave los consumos, como suele decirse. Sino porque grava más que proporcionalmente a quienes más tienen, desalentando el éxito, fomentando el mercado negro e incentivando la salida de capitales. Un sistema tributario integrado a la Constitución Nacional debería ser federal en un todo, sin coparticipación de tributos sino con las provincias y municipios a cargo de la recaudación. Las tasas deberían ser razonables y no prohibitivas en los impuestos a los consumos (v. gr. la tasa de IVA), y si se mantienen gravámenes al patrimonio o las ganancias, las tasas deberían ser iguales para todos. Porque es obvio que pagará más quien más tiene o incluso quien más consuma, pero sin tratamiento discriminatorio alguno.

Dicen que en economía es posible hacer cualquier cosa menos evitar las consecuencias. La tablita de Machinea fue resistida por los sindicatos, cuyo inmenso poder está dado, hay que decirlo, por la ley de asociaciones profesionales y la personería gremial que acaba de trastabillar (por suerte) ante un memorable fallo de la Corte. Por eso se cae, no porque hubiera cambiado la filosofía autodestructiva existente.

Porque la otra pata de esta filosofía a la que aludimos, consiste en gravar el trabajo de la gente a tasas inconmensurablemente elevadas. Basta analizar lo que abona cualquier empresa por un empleado y lo que éste recibe efectivamente en su bolsillo a fin de mes, para tener una cabal idea de lo que decimos. Una empresa mediana que paga sueldos brutos de $ 10.000 a sus empleados, verá que éstos perciben en realidad $ 8.000, y que el total de aportes y contribuciones superará los $ 4.500. Estamos hablando de más de un 56% de cargas sobre el salario de bolsillo. Salario de bolsillo que luego está sujeto al impuesto a las ganancias, como explicamos más arriba.

Por supuesto que los salarios deben superar determinados montos para que la ganancia anual a su vez esté por encima de los mínimos deducibles en concepto de ganancias no imponibles y cargas de familia. Pero si ello ocurre, vemos que para llegar esa escala la empresa contratante y el propio empleado han debido abonar montos que globalmente superan el 56% del monto percibido en el bolsillo al cabo del año. Por lo demás, y sin querer con esto dar un golpe bajo, hay que recordar que determinadas personas físicas en la Argentina se encuentran exentas de impuestos a las ganancias y al patrimonio en virtud de recibir tratamientos específicos. Es el caso de los jueces y de los políticos. &n bsp; &n bsp; &nbs p; &n bsp; &nbs p;

Resulta ocioso decir que la tristemente célebre tablita (Cristina Fernández dixit) no es menos triste ni menos célebre que todo el sistema tributario que someramente hemos descripto. Y también resulta ocioso insistir en que acá parece que nadie fuera responsable de nada de lo que nos ocurre, cuando en verdad muchos de los actuales legisladores y la propia presidenta de la Nación estaban en funciones y han continuado en ellas durante el gobierno del matrimonio presidencial.

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 12 de diciembre 2008

www.hectortrillo.com.ar

Economía de Europa



7 de Septiembre de 2008

Desde el inicio de la crisis hipotecaria con origen en Estados Unidos, estaba claro que la economía de Europa se iba a ver afectada, sin embargo lo que no estaba claro era en qué forma y magnitud se harían sentir los efectos de la crisis en el viejo continente.



Los vínculos que unen a la economía de Europa con la crisis hipotecaria eran fuertes, debido a que muchos grandes bancos e instituciones financieras de Europa tenían activos respaldados por hipotecas. Algunas de estas instituciones con mayor exposición fueron fuertemente golpeadas, como Northern Rock de Inglaterra, que fue nacionalizado, o Interhyp de Alemania. Otros bancos de menor tamaño fueron rescatados por el Estado para no declarar bancarrota, como los alemanes SachsenLB, IKB y WestLB. Con respecto a grandes bancos como el Deutsche Bank, el UBS o el HSBC sufrieron millonarias depreciaciones de activos.



Junto a los problemas financieros, cayó la demanda agregada interna y la demanda externa, lo que perjudicó directamente a las empresas. Sin embargo, los niveles de inflación no disminuyeron ante esta caída de la demanda porque los precios de los commodities, que venían subiendo desde principios de la década, aceleraron la subida en sus precios. Siendo la economía de Europa netamente importadora de commodities como petróleo y alimentos, esta suba de precios se trasladó al resto de los precios de la economía, aumentando aún mas la inflación a pesar de la caída en los niveles de actividad y demanda.

Es por este aumento de la inflación en la economía europea que, mientras la FED disminuía la tasa de interés de referencia en Estados Unidos, el BCE (Banco Central Europeo), mantuvo constante su tasa de interés. Priorizó la lucha contra la inflación ante el peligro de recesión. La tasa de interés de referencia del BCE se mantuvo al 4%, y en la última reunión de julio fue elevada al 4,25%.

Datos: durante el segundo trimestre, el área de la unión europea tuvo un crecimiento negativo del -0.2% y una inflación anual del 4%. Las tres mayores economías de la Unión Europea, Alemania, Francia e Italia también mostraron caídas en sus niveles de actividad.

La economía de Europa se encuentra en un proceso de estanflación. Evidentemente la política restrictiva del BCE influyó en estos datos negativos, pero la evaluación de la misma debería tener en cuenta que hubiese pasado con la inflación de no haber llevado a cabo esta política restrictiva.

Sin embargo, la evolución de los precios de los commodities suenan alentadores para la economía de Europa, porque desde principios de julio el precio del petróleo viene disminuyendo, acompañado de bajas en el precio de la gran mayoría de los commodities. Muchos analistas opinan que es probable que esta tendencia continúe, debido a que gran parte de la suba anterior fue por motivos especulativos.

Evolución del Precio del Petróleo: CLV8 - Crude Oil - Octubre08

De continuar la tendencia a la baja en el precio de los commodities, esto representaría una menor presión inflacionaria y daría un mayor margen para que el BCE baje sus tasas de referencia para evitar una mayor recesión. La baja en el precio de los commodities fue también uno de los motivos de la reciente apreciación del dólar con respecto al euro, que podría mejorar la competitividad de las empresas de la economía europea. Si bien la situación de la economía de Europa dista de ser favorable, se dan dos elementos que alivian su coyuntura.

El Subdesarrollo y América Latina



Autor:

Walter Nicolás Pepicelli

Siendo este el caso esencial en el que las contiendas de la economía globalizada, incrustadas en las sociedades, afectan directa e indirectamente en la economía de cada país en particular, ya sea a favor o en contra, esto, va a depender de la estructura económica del país en cuestión.

Es que nos encontramos en una situación en la que el análisis nos lleva a observar las consecuencias que ha tenido la mundialización de la economía sobre los países en desarrollo, más precisamente sobre América Latina. El quid de la cuestión, sin duda, se halla en saber el porque. Aunque, veremos en el transcurso del trabajo, que el porque se halla embestido dentro de la medidas alentadas para hacer frente a sendas crisis internacionales, sin la planificación y el estudio necesario para sortear el obstáculo suscitado. Además, como fue el caso de la crisis de la Deuda y con la década que le siguió, prácticamente, pérdida, vemos que la misma fue lanzada desde un país en vías de desarrollo.


En este humilde trabajo sobre los Países Subdesarrollados, con énfasis en Latinoamérica, y sus problemas, intentaremos exponer distintos matices de estas naciones menos favorecidas a nivel mundial en cuanto al aspecto económico. Además, buscaremos explicar las características básicas que suscitan al Subdesarrollo y, la diferencia, que tiene este con el Desarrollo. Así, quiero recordar una explicación breve, pero concisa, del desarrollo expresada por Mariano Grondona, quien decía "el desarrollo integral es un triángulo cuyos lados son el desarrollo económico, la democracia política y la modernidad cultural". Nos identificamos y compartimos este concepto expresado en el libro Las Condiciones Culturales del Desarrollo Económico.

Volviendo al tema que nos suscita, los países menos desarrollados y sus problemas (deuda, estabilización), acotamos que nos limitaremos a explicar el período comprendido entre las últimas tres décadas, o sea, entre los principios del lustro 1980 hasta nuestros tiempos. Observamos, si nos detenemos a pensar un segundo, que en el período analizado han sacudido en el mundo tres cambios fundamentales a principio de cada uno de ellos, que dio inicio a un nuevo paradigma, a un cambio de mentalidad sobre las cuestiones económicas y políticas.

Queremos expresar, con esto, que a comienzos de los ochenta desplomó la economía mundial la crisis mexicana, de la deuda, con el default naciente y el cambio de modelo a nivel mundial; posteriormente, a fines de esa década y comienzos de los noventa, con el Consenso de Washington, que trazó en los países subdesarrollados una nueva idea sobre la economía, abriéndola y aplicando, casi a rajatabla, las políticas inspiradas en el neoliberalismo estadounidense; y, finalmente, en el umbral del ciclo que nos enclaustra, un cambio de las reglas de juego en el mercado internacional, con un aumento constante de los precios de las materias primas y con un crecimiento elevadísimo de la tecnología, que ha llevado a la disminución progresiva de los precios industriales, creando un cambio en los términos de intercambio internacional.


Así, como vemos, la realidad ha cambiado, ya que los productores de materias primas tienen el tren del crecimiento enfrente de sus narices, para salir del subdesarrollo y incrustarse definitivamente en la desarrollo.

Pero, ese no es el motivo del trabajo, así que dejémoslo para otra ocasión. Pasemos, en realidad, a lo que nos importa. Entonces, en este breve hecho verbal, sobre los países subdesarrollados y sus inconvenientes, cabe aclarar que se expondrá el contenido dividiéndolo en dos partes.

En la primera, donde se intenta dar una exposición teórica sobre el Subdesarrollo, confluyen dos cuestiones que, a nuestro considerar, son fundamentales. Aquí, se desarrollarán las características principales del subdesarrollo y, además, las implicancias de la globalización con las naciones menos desarrolladas.

La segunda parte, también con tres secciones esenciales, divididas por décadas, mostrará en la primera, lo que ha dado en llamarse la Década Pérdida. En la segunda, expondremos los matices que revistieron a la década neoliberal de los noventa. Por último, la tercera, desarrollará la pregunta con la que nos encontramos cuando estudiamos el tema, es esta una (nueva) oportunidad.

Finalmente, queda la tan conocida conclusión, donde se tratará de cerrar la idea que se ha extraído del trabajo cometido. Sin dudas, el interés es satisfacer al lector, pero también existe el interés personal, con el cual el economista vive día a día, y este es el de realizar un trabajo satisfactorio, valioso, que significa "no escribir por escribir". Que nos compense interna y personalmente.

Teoría del Consumidor

La teoría del consumidor forma parte de la microeconomía y se encarga del estudio del comportamiento de los agentes económicos en su carácter de demandante de bienes y servicios. La teoría del productor, por contraste, los estudia en su carácter de oferentes de bienes y servicios.


Autor: Lic. Florencia Montilla - Mayo de 2008



La Crisis Financiera Internacional

La preocupación, incertidumbre y desconcierto esta ya instalada en todos los ámbitos relacionados al mundo financiero y económico. La intensa cohesión que existe entre los mercados globales implica que una crisis desatada en cualquier lugar del planeta tenga inmediata influencia la economía de cualquier país, primero por el lado financiero y luego formando parte de la economía real de todos los individuos que la conformamos.



Este artículo busca interpretar el origen y efecto que tiene esta crisis financiera, donde es conveniente estar muy atentos, ya que todo esta indicando que estamos solo en la punta de un iceberg y que probablemente nos encontremos con una crisis más grandes de la historia. Hay quienes la comparan con la depresión del 29’ y otros que van mas allá.

Mucho se ha hablado del ingreso de china e india  al mercado mundial, como los grandes sostenedores de la marcha de la economía mundial. Los cambios estructurales del comercio en el mundo mutaron, provocando que los precios relativos de bienes relacionados a la tecnología descendieran por el acceso e incidencia de la producción de China principalmente, lo que acarreo a que una gran masa de consumidores ingrese anualmente a conformar un mercado cada vez mas grande.

Este cambio ha obligado a girar los enfoques apuntando mas hacia Asia que al mismo EEUU. Cuando observamos los datos, el consumo de EEUU es responsable de 9.5 trillones del comercio mundial, siendo que China es responsable de 1 trillón en el comercio mundial. Por lo que si se genera una recensión en EEUU, los números hablan por si solos. Directa o indirectamente  China tiene un alto grado de dependencia de la economía de EEUU. ¿Qué ocurrió en EEUU para que se desate esta ola de desconcierto? La respuesta son las hipotecas subprime.



En los años setentas en los EEUU los bancos daban créditos hipotecarios a individuos y una ves que dichos bancos llegaban a un porcentaje determinado de su cartera de colocaciones, los bancos dejaban de prestar. Una agencia gubernamental (Ginnie Mae) comenzó a comprar la cartera hipotecaria de los bancos para que estos tuvieran el dinero liquido para seguir prestando y moviendo la rueda. Con esas carteras se armaban paquetes de hipotecas y se emitían títulos valores con las hipotecas como garantía, para que otros inversores lo financien, que no es otra cosa que ceder el crédito para tener inmediata liquidación y seguir prestando.

En 1998 se produjo una innovación financiera en EEUU que consistía en que los fondos para generar prestamos hipotecarios para adquirir propiedades inmobiliarias, ya no provenían solo de fuentes locales sino que podían comerciarse mediante la bolsa, generando que inversores extranjeros puedan invertir en este tipo de activo financiero. Uno de estos instrumentos son los CDOs (collateralized debt obligations). En otras palabras, inversores extranjeros colocaban dinero para que este pueda financiar la compra de bienes inmuebles por parte de familias o individuos de EEUU.

Inicialmente estos préstamos eran un monopolio de bancos, pero cuando llega la competencia, las instituciones comienzan a buscar alternativas mas rentables en la inversión de bienes inmuebles, para darle mas rendimiento a su cartera de clientes. Paralelamente inversores de todo el mundo venían con grandes flujos de efectivo producidos por el boom asiático y los crecientes precios del petróleo, demandando buenos retornos para sus potenciales inversiones.



 Allí es donde aparecen las hipotecas subprime, que buscan otorgarle créditos a individuos cuyo nivel de ingresos estaba catalogado como “riesgoso” como para concederle un préstamo tradicional. Al tener mayor riesgo, la tasa que pagan es mayor a la de aquellos individuos que al pedir un crédito califican para recibir los prestamos tradicionales. De esta forma lograban darle rentabilidad a los fondos líquidos disponibles de inversores de todo el mundo.

Los lógica de los inversores que apostaron a este tipo de inversión fue la siguiente “los precios de las propiedades inmobiliarias  están destinados a subir (nunca han caído antes), si las personas que reciben el crédito no pueden pagarlo, entonces que se vendan las casas y yo recupero lo invertido.” Todo se baso en un erróneo análisis sobre los futuros precios del mercado inmobiliario de EEUU.

En el 2002 el volumen de créditos subprime representaba el 7% del mercado hipotecario, en el 2007 era del 12,5%. Cualquier observación rápida concluiría que es bajo el nivel que representan estos créditos, pero las apuestas a este tipo de inversión no fueron con dinero genuino de un hedge fund o banco de inversión, sino que a su vez ellos tomaron deuda para invertir en las hipotecas subprime. Se hicieron inversiones de 100 millones de dólares por ejemplo, 1 millón de los cuales eran con recursos propios (de un banco de inversión por ejemplo), y los 99 restantes eran prestados. Todo bajo la confianza que supuestamente sugería el mercado inmobiliario de EEUU. Esto implica que si el precio de los inmuebles va bien, las ganancias son extraordinarias, pero bajo un contexto de precios decrecientes, el 1% de caída de esos 100 millones, implica que el inversor perdió todo su dinero y es ahí donde se desata en forma creciente lo peor.

La importancia radica en que gran parte del sistema financiero global incursiono en estas inversiones y la caída de los precios de inmuebles en los EEUU genero, además de  perdidas abismales y caída de instituciones importantes, una crisis de confianza. Los mercados también son esencialmente psicológicos; en contextos buenos las expectativas pueden verse demasiado eufóricas y hacer crecer los precios de manera geométrica, aunque los peores casos son cuando las expectativas son negativas, las caídas o ajustes son violentos, con pánico. Las instituciones involucradas en las inversiones de hipotecas subprime se enfrentan a varios problemas, los inversores quieren recuperar su dinero y a su vez los prestamistas no quieren seguir financiándolos.

Bajo esta crisis de confianza, los inversores se han vuelto mas conservadores, y han llegado tan lejos, que ha afectado a sólidos prestamistas, frenando la inyección de crédito necesaria para el funcionamiento normal de una economía. Esto acarrea a una recesión que pone en riesgo los prestamos para tarjetas de crédito y otros tipo de deuda, generando asi un circulo vicioso negativo.

¿Por qué esto puede generar un crack en la economía mundial?

Desde agosto del 2007, desde donde la crisis comenzó a repercutir en el mercado accionario entre otros, hubo economistas que no le dieron importancia a la situación argumentando que la crisis de hipotecas subprime estaba aislada a EEUU solamente y que representaba una porción menor del mercado crediticio. Cuestión que no ha sido comprobada en estos meses ya que sí hubo influencia en todo el mundo debido al efecto contagio y este efecto es la clave para entender que es lo que puede venir.

La capitalización en acciones (stocks) en todo el mundo en 1990 fue de 37 trillones y en el 2006 creció hasta 51 trillones. De acuerdo a Morgan Stanley el valor nominal de los derivados financieros (derivatives) en 1990 era de 5.7 trillones de dólares, mientras que a finales del 2006 era de 415 trillones de dólares. Es decir hoy tenemos un valor en derivados que es 8 veces mas alto que la capitalización de acciones (símil de la economía real), mientras que en 1990 el valor de las acciones eran 6.5 mas grandes que los derivados.

Vamos a detenernos en entender que es un derivado y como puede influir en la crisis. A grandes rasgos un derivado es un instrumento que se negocia y que sus variaciones de precios están relacionadas a un activo subyacente, es decir derivan del valor de otro activo (por ejemplo del precio de determinadas acciones). De hecho los CDOs antes explicados son un derivado. Estas innovaciones financieras son creadas para que los operadores financieros tengan un instrumento para la gestión de riesgo (cubren sus inversiones en los activos subyacentes con derivados), con bajos costos de intermediación (conviniendo participar en el mercado del derivado que en el del subyacente) y un apalancamiento importante (con poco capital puedo realizar grandes inversiones y tener rendimiento mas altos sobre mi pequeño capital inicial – lo que no tengo para realizar la inversión me lo prestan-). De esta forma el capital inicial que se invierte o margen, puede verse en riesgo en caso de una evolución desfavorable del precio del derivado y en caso de que la inversión este sufriendo perdidas mayores a el margen que invertí, se debe aportar mayor cantidad de dinero liquido para cubrir esa perdida de margen sufrida. Entonces, debido a que los derivados tienen una fluctuación mas volátil que el subyacente, en contextos de crisis todos los agentes tienen problemas de margen y se ven obligados a liquidar inversión en todos los mercados donde estén posicionados (recordamos que los grandes bancos de inversión y hedge funds -3.000 en el mundo-, diversifican su carteras en muchos mercados). Esto provoca un gran derrumbe interconectado en todos los mercados, lo que explica una vía por donde se produce el efecto contagio que existe actualmente.

Adicionalmente encontramos aspectos que dan argumento en porque esto puede conllevar a una fuerte crisis:

  1. No parece que los derivados este cumpliendo su función de reducir riesgos y nunca antes se habían enfrentado a un serio testeo ante un posible cambio en el ciclo del crédito.
  2. El patrimonio privado de los inversores individuales esta más interconectado a los derivados que lo que puede llegar a parecer.
  3. Ante una crisis puede que las contrapartes en un mercado de derivados quiebre  generando mas desconfianza en inversiones en derivados
  4. El mundo de los derivados representa mas que el 700% del PBI real mundial

Influencia en los Mercados

Los últimos años en los mercados internacionales se han caracterizado por reflejar una lógica de apetito por el riesgo. Una vez que el análisis económico de la economía mundial se manifiesta en forma positiva, básicamente uno de los mecanismo para tomar ganancia de un mundo creciente es tomando prestamos en Japón (con tasas rondando el 0.5%) y colocarlo en diferentes activos financieros del resto del mundo donde pueda tomar ganancias apalancado, es decir utilizando el dinero prestado para incrementar en altos niveles mi inversión inicial. Este proceso se denomina “carry trade” y algunos autores señalan las bajas tasas de Japón como las grandes causantes de distorsiones de precios, tanto en mercados inmobiliarios (EEUU, Inglaterra), como en las acciones de los principales países. La confianza se fue retroalimentando al punto que el negocio parecía continuar y no tener fin. Esta misma lógica produjo una depreciación del yen, es decir al salir dinero de Japón para financiar la compra de otros activos financieros, hay que vender los yenes para comprar las demás monedas. A su ves este apetito por el riesgo también se vio reflejado en el comportamiento de los índices bursátiles como el standar and poors, dow jones, ftse, etc.

Cuando la fase de confianza y de apetito por el riesgo termina, comienza la liquidación de estas posiciones bajo el procedimiento explicado. La aversión al riesgo implica que los inversores venden sus acciones o liquidan sus inversiones en los activos que eran más prometedores y devuelven sus préstamos a Japón (por ejemplo), con lo cual provocan una demanda de yenes que termina apreciando la moneda respecto a todas las demás. Entre los aspectos a remarcar de este proceso es la violencia o rapidez con que se suscitan. Las caídas en los mercados accionarios son cada vez peores y mucho autores coinciden de que no es un mero ajuste para seguir avanzando sino que es un comienzo de una tendencia negativa de largo plazo.

Mucho se ha hablado del dólar últimamente,  el consenso coincide en que el dólar se depreciará o mantendrá la perdida de valor respecto a otras monedas como el euro o yen. La lógica de la evolución del dólar en los últimos años se puede ver desde este enfoque: El dinero real de los inversores de EEUU se puede dividir en 4 partes (fondos mutuales, fondos de pensión privados, fondos de pensión estatales-locales, seguros de vida. – sin incluir fondos privados ni hedge funds-) el total de estos fondos ha llegado a 20.7 trillones de dólares. Desde el 2003 se ha producido una diversificación de estas inversiones, un dato significativo de dicha diversificación puede observarse en los fondos mutuales que en el 2003 la inversión de esos dólares en el resto de la economía mundial era del 15%, llegando al 22.5% actualmente. Esa tendencia explica la debilidad que ha sufrido el dólar ya que la continua diversificación hacia activos financieros fuera de los EEUU (off-shore) provoca la depreciación del dólar. La actual crisis financiera incrementa los riesgos y ante dicho contexto probablemente toda esa masa monetaria vuelva a repatriarse a los EEUU significando una inminente apreciación del dólar.

En este último gráfico vemos la relación que existe entre las mejoras en el déficit de cuenta corriente de EEUU y las recesiones que sucedieron (líneas grises). Dos de los tres círculos reflejan las mejoras del déficit que fueron seguidos por un crash en el mercado accionario (1987 y 2000), dejando la incógnita para el último círculo.

Conclusión

Según la opinión de George Soros: “Actualmente hay una preocupación de que nos estamos aproximando a una recesión mundial, la suposición general es que es una recesión como cualquier otra, el hecho de que esta fase recesiva sea una declinación de un ciclo de largo plazo, no esta en los análisis. Todas las recesiones que existieron luego de la segunda guerra mundial ocurrieron mientras el ciclo del crédito estaba en expansión, pero la recesión que actualmente estamos o no enfrentando ocurriría  cuando la capacidad de préstamo  en la economía real se esta contrayendo. Esto crea una situación que no tiene precedentes en la historia”

Los últimos movimientos de la economía financiera mundial contienen las características de una burbuja crediticia. Las consecuencias de una ruptura de una burbuja es bien conocidas por todos. Para los que aceptan este enfoque, interpretar las  consecuencias le permitiría evitar pérdidas importantes en la cartera de inversión actual o incluso pueden generar oportunidades históricas de inversión. Si hay algo que ha enseñado la historia de los mercados es que el futuro nunca se puede predecir a ciencia cierta, existen analistas y asesores que tienen enfoques que van de un extremo al otro. Solo hay que estar preparados y tener un plan de acción ante distintos escenarios ya que en esta etapa de la globalización nadie es inmune a las crisis mundiales, por mas remoto o lejano que sea el lugar de origen.

Mayo de 2008

El autor es Licenciado en economía, cualquier sugerencia o consulta escribir a latininvestor@gmail.com. Este articulo se realizó con fines educativos no debe interpretarse como recomendación de inversión alguna.

Modelo ISI

El modelo ISI (Modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones) es un modelo de desarrollo que busca el reemplazo de bienes importados por bienes producidos localmente. Las políticas económicas derivadas del modelo ISI fueron aplicadas principalmente durante las décadas de 1950 y 1960 en América Latina.


Objetivos del Modelo ISI

Los principales objetivos del modelo ISI fueron:

- Aumentar el empleo local.

- Lograr una menor dependencia de los mercados extranjeros y de su volatilidad.

- Mejorar los términos de Intercambio

Medidas de Política Económica



A nivel de política económica, el modelo ISI significó:

- Aplicación de barreras arancelarias y no arancelarias a las importaciones.

- Intervención en los mercados cambiarios, para mantener un tipo de cambio artificialmente alto. El tipo de cambio alto encarece las importaciones y favorece las exportaciones en el corto plazo.

- Producción estatal en sectores considerados clave.

- Financiamiento a sectores compatibles con el modelo ISI.

La CEPAL y el Modelo ISI



En la década de los cincuenta, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) fue la institución que mas promovió el modelo de industrialización por sustitución de importaciones en las economías latinoamericanas. La CEPAL es un organismo dependiente de las Organización de las Naciones Unidas, que tiene como objetivo promover el desarrollo de América Latina.

La CEPAL argumentaba que la evolución natural del sistema capitalista llevaba a un deterioro de los términos de intercambio, es decir, un aumento del precio de las importaciones de los países centrales (países desarrollados), junto con una baja del precio de las exportaciones de los países de la periferia (América Latina).

Según esta hipótesis, la causa principal era que las importaciones de los países latinoamericanos tenían un fuerte componente de valor agregado industrial, mientras que las exportaciones eran mayormente primarias. El crecimiento económico hace que el precio de los bienes manufacturados aumente mas en relación al precio de los bienes primarios, debido a que tienen una mayor elasticidad ingreso. Al mismo tiempo, el progreso tecnológico sustituiría productos primarios por manufacturados, profundizando la caída de los términos de intercambio entre el centro y la periferia.

La CEPAL consideró que la caída de los términos de intercambio era un fenómeno interno del sistema capitalista, y se intensificaría con el paso del tiempo. Entonces, para evitar las consecuencias negativas del deterioro de los términos de intercambio, era necesario fomentar la industrialización por sustitución de importaciones.

La historia demostró que la hipótesis de la CEPAL fue incorrecta. Los precios de las exportaciones primarias aumentaron sustancialmente. Por ejemplo, los precios del cobre, la soja y el petróleo aumentaron considerablemente. Al mismo tiempo, los precios de los productos manufacturados disminuyeron. Es decir, que la hipótesis de la caída secular de los términos de intercambio no se verificó.

Resultados del Modelo ISI

La evaluación de los resultados de la aplicación del modelo ISI en los diversos países es variada y controversial. Algunos economistas e historiadores resaltan que llevó a un aumento del empleo, nacimiento de sectores industriales nacionales, ahorro de divisas y disminución de la influencia y dependencia del extranjero. Otros investigadores recalcan que el modelo ISI condujo a elevados precios de bienes manufacturados, ineficiente asignación de recursos, pérdida de oportunidades de exportaciones, monopolios estatales ineficientes, saldos comerciales negativos y endeudamiento externo. Además, la posterior apertura de la economía llevó al cierre de empresas creadas durante el período de la aplicación del modelo ISI, debido a su incapacidad para competir con empresas extranjeras, ya sea por su menor escala o por desventajas comparativas o competitivas.

Keynes

Economista británico. Keynes cursó sus estudios secundarios en Eton, para posteriormente graduarse en matemáticas y economía en el King’s College de Cambridge, donde fue discípulo de Marshall y Pigou. En esta universidad entabló amistad con escritores y artistas del denominado grupo de Bloomsbury.


Keynes en 1920

Terminados los estudios, en 1905 ingresó en la Oficina de Asuntos Indios. Tras permanecer en el país asiático hasta 1908, de regreso en Cambridge se dedicó la docencia hasta 1915, cuando, ya iniciada la Primera Guerra Mundial, entró a trabajar en el Tesoro. Fue asesor económico del primer ministro británico Lloyd George en la conferencia de paz de Versalles, en la que no fueron atendidas sus recomendaciones de disminuir las reparaciones de guerra alemanas para lograr así una rápida recuperación de la economía de los vencidos. Expuso sus desavenencias sobre este tema en "Las consecuencias económicas de la paz" (1919), obra en la que mostraba también su oposición al retorno al patrón oro.

En 1930 publicó Tratado sobre el dinero, donde avanzó algunas de las ideas que expondría en obras posteriores. Durante la Gran Depresión mostró su preocupación por el paro permanente de los trabajadores británicos.


Sobre la "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero"

Los especialistas aún no están de acuerdo acerca del genuino contenido de la obra mas importante de Keynes, ya que hay seguidores que admiten no sólo que la obra está mal escrita y es confusa, sino que además es inconsistente. Mientras que otros indican que tales inconsistencias no existen, sino que los elementos de la obra conforman una unidad interna que unifica la teoría del valor con la teoría del dinero.

En 1936 apareció su monumental "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero", obra revolucionaria en la que atacó el mecanismo de ajuste automático del desempleo mediante el descenso de los salarios reales que se encontraba en la base de las teorías clásicas y neoclásicas sobre el mercado de trabajo. Por el contrario, Keynes sostuvo que el equilibrio económico no tenía necesariamente por qué conllevar una situación de pleno empleo. El modelo keynesiano partía de considerar la renta nacional como dependiente de la demanda efectiva (en términos agregados), concepto que recogió de Malthus. En consecuencia, la renta pasaba a depender de los componentes de dicha demanda, a saber: el consumo y la inversión. A su vez, el primero estaba determinado por la propensión marginal al consumo (o parte de la renta personal que se destina al mismo), mientras que la segunda estaba influenciada por la propensión a invertir, el multiplicador de la inversión y la relación entre la eficiencia marginal del capital y el tipo de interés. El tipo de interés adquiría el valor de equilibrio entre la preferencia por la liquidez y la cantidad de dinero en circulación. Cuanto más alta fuera la diferencia entre eficiencia marginal del capital y el tipo de interés, mayor sería la propensión a invertir.

La relación entre la economía monetaria y la real vendría de la mano del mismo tipo de interés, ya que, por medio de la preferencia por la liquidez, dependería el comportamiento del ahorro, y, en consecuencia, de su variable complementaria: la propensión al consumo. De este modelo se desprendía pues, como medidas para la disminución del paro permanente involuntario, la adopción de una serie de políticas económicas intervencionistas, a saber: aumento de la creación de dinero, lo que redundaría en un descenso del tipo de interés; aumento del gasto público, especialmente en inversión en infraestructuras, con el fin de potenciar la demanda efectiva; una activa redistribución de la renta y, por último, una política comercial proteccionista, para defender los empleos de las industrias nacionales.

En todos estos aspectos, las teorías económicas keynesianas se convirtieron en el nuevo paradigma que deberían seguir los gobiernos occidentales tras la posguerra, y pueden considerarse como las bases del moderno Estado del Bienestar.


En 1944, Keynes participó en la conferencia de Bretton Woods, en la que presentó el plan británico, de carácter fuertemente expansivo, que no fue adoptado en aras del Plan White, auspiciado por Estados Unidos, partidario de la vuelta al patrón oro.

Precio del Dólar



Datos en Pesos Argentinos

Los Mercados Cambiarios y el Precio del Dólar

En los mercados cambiarios confluyen la oferta y demanda de monedas. En la actualidad, el mercado de cambios Argentino funciona a través de dos segmentos bien diferenciados, el Segmento Mayorista y el Minorista. El primero opera grandes volúmenes y generalmente maneja precios menores a los del segmento minorista. El precio que se obtiene en el mercado mayorista es más bajo con respecto al dólar libre, pero hay un stock determinado de dólares que el Central le otorga a los diferentes Bancos para la venta y provoca que se vendan muy rápidamente por sus atractivos precios. Mientras que en el segmento minorista, el precio se fija en función de la oferta y demanda de dólares que tiene el público minorista. En este caso, las casas de cambio se financian con recursos propios, es decir que van funcionando a través de un stock determinado de dólares y van reponiendo los mismos a un precio menor por medio de dólares que el mismo público minorista les vende. También existe la posibilidad de que adquieran dólares en el otro segmento.

Tipo de cambio



Definimos tipo de cambio nominal (usualmente nombrado por E), como el precio de la divisa en unidades monetarias domésticas, para el caso de Argentina, pesos por dólar. Un aumento en E implica una depreciación, es decir, para comprar un dólar, deberemos entregar más pesos. Por el contrario, una disminución de E indica una apreciación del peso.

Desde julio de 2005 el peso se ha depreciado frente al dólar, pasando este último de cotizar $2.87 a $3.13 en noviembre de 2007. Si bien el aumento en el precio del dólar ha sido continuo, parece encontrar un techo alrededor de los $3.15.

Los tipos de cambio reales y el precio del dólar



La cuestión no se agota en conocer cuántos pesos debo entregar por cada dólar, o cuántos pesos obtengo por cada dólar que poseo, sino en saber cuántos bienes puedo adquirir con dichos dólares. Definimos el tipo de cambio real como el precio de los bienes extranjeros expresado en bienes nacionales.

¿Cómo calculamos, entonces, el tipo de cambio real del peso? Deberíamos tomar el precio en dólares de cualquier bien norteamericano y convertirlo a pesos, según el tipo de cambio nominal actual. El próximo paso consiste en convertir esa expresión nominal en una real; para lograrlo deberíamos deflactar el precio transformado en pesos del bien extranjero, según el precio de un bien nacional que sea similar.

Ahora bien, si intentamos medir en forma más general el tipo de cambio real, o sea el precio de los bienes extranjeros en términos de bienes nacionales debemos recurrir a los índices de precios, además de los tipos de cambio nominales. En el cálculo del tipo de cambio real, utilizaremos entonces un índice de precios de los bienes del país extranjero, P*, y un índice de precios de los bienes nacionales, P. Entonces definimos el tipo de cambio real, que nombramos con la letra e como:

e= EP*/P

Una apreciación real se corresponde con una situación en que los bienes nacionales son más caros en términos relativos y esto implica una disminución en e. Por el contrario, cuando los bienes nacionales se abaratan relativamente, e aumenta y se dice que ha habido una depreciación real.

Paridad de los tipos de interés

Pasemos ahora a considerar la relación entre el tipo de cambio y los tipos de interés domésticos y extranjeros. Esta relación puede guiarnos para decidir sobre la decisión de invertir en bonos extranjeros o nacionales; aunque también puede ayudarnos a tomar una decisión mucho más sencilla como la que se plantea ante realizar un plazo fijo en pesos o en dólares.

Empecemos a analizar las opciones de inversión que se nos presentan. Por una parte podemos comprar bonos nacionales. Si compramos bonos nacionales, por cada peso que invertimos obtendremos al cabo de un año (1+it) pesos. Por otra parte, podemos destinar nuestros ahorros a comprar bonos extranjeros, supongamos que escogemos bonos del Tesoro de Estados Unidos. Entonces tendríamos que convertir cada peso que poseemos en dólares, o sea que por cada peso tendríamos (1/Et) dólares, con los que compraríamos los bonos extranjeros que rendirán un interés it*. Al cabo de un año mi inversión en el extranjero habrá generado (1/Et) (1+ it*) dólares, que debo comparar con la primera opción que se me había presentado, la inversión en pesos. Para poder compararlas, ambas deben estar definidas en la misma moneda, para esto utilizo el tipo de cambio esperado a un año Ee t+1. Entonces, en la toma de decisiones debemos evaluar, el tipo de cambio, la tasa de interés doméstica, la tasa de interés extranjera y el tipo de cambio esperado.

Si suponemos que ambos tipos de activos tienen el mismo riesgo, o lo que es lo mismo, suponemos que sólo nos interesa la tasa esperada de rendimiento, entonces la relación de arbitraje se define como:

1 + it = (1 / Et)(1 + i*t)(Eet+1)

En un análisis más realista no deberíamos olvidar los costes de transacción de la compraventa de bonos, y el riesgo propio de cada activo además de la incertidumbre a cerca del valor futuro del tipo de cambio.

Realizando algunas operaciones algebraicas, podemos definir la relación anterior como:

it=i*t+[(Eet+1-Et)/Et]

Esta relación indica que el tipo de interés nacional debe ser aproximadamente igual al tipo de interés extranjero más la tasa esperada de depreciación de la moneda nacional. Si suponemos que podemos prestar nuestros pesos a una tasa del 19% anual y nuestros dólares a una tasa del 12% anual, entonces ¿qué negocio es más conveniente? Depende de la variación esperada en el tipo de cambio. Si esperamos que el peso se deprecie más del 7% en un año, un dólar a $3.37 aproximadamente, es más conveniente convertir ahora nuestros pesos en dólares y prestarlos durante un año, ya que al cabo de dicho plazo con los dólares que obtenga podré comprar más pesos. Sin embargo, si esperamos que el peso se deprecie a una tasa menor que el 24%, la opción más ventajosa es prestar nuestros pesos a la tasa de interés doméstica.

Los sistemas cambiarios y el precio del dólar

Tipo de cambio fijo

Bajo un sistema de tipo de cambio fijo, la autoridad monetaria del país local liga el precio de su moneda a una moneda extranjera, generalmente el dólar, y se manifiesta dispuesto a intervenir el mercado de divisa con el fin de mantener el valor que se fijó por la divisa.

Cuando se presenta un exceso de oferta de divisas, el banco central interviene mediante la compra para evitar la caída en el valor de la moneda extranjera, o sea una apreciación de la moneda local. Lo contrario ocurre cuando se presenta un exceso de demanda de moneda extranjera, en este caso la autoridad monetaria debe intervenir ofreciendo divisas hasta equilibrar el mercado en el valor fijado.

Estas intervenciones del banco central para mantener el valor de la divisa, se reflejan en cambios en la oferta monetaria. Así, la oferta monetaria aumenta cuando el banco central compra divisas y disminuye cuando interviene el mercado como oferente.

Tipo de cambio flexible

En un sistema de tipo de cambio flexible no existe un compromiso por parte de la autoridad monetaria para mantener un valor determinado de la divisa. Por el contrario, todas las fluctuaciones del mercado de la moneda extranjera se traducen en variaciones en su precio. Bajo este modelo, el objetivo que se fija el banco central es un nivel de la oferta monetaria y permite fluctuaciones en el tipo de cambio en respuesta a las perturbaciones económicas. Se dice que si el banco central no interviene en absoluto en el mercado cambiario, la flotación es limpia. Por el contrario, si se realizan operaciones con el fin de influir sobre el valor de la divisa, se denomina flotación sucia.

Políticas de los bancos centrales

Tipo de cambio fijo

Bajo tipo de cambio fijo, la Autoridad Monetaria, fija en forma explícita o implícita el valor que asumirá el tipo de cambio, renunciando a su posibilidad de fijar el valor que asuma la oferta de dinero.

La política monetaria en este sistema cumple el rol de intervenir para mantener el tipo de cambio en el nivel pretendido. Si suponemos que un aumento en el nivel de producción eleva la demanda de dinero, se produce entonces una presión al alza de la tasa de interés, el Banco Central debe intervenir y elevar la oferta monetaria con el fin de evitar que varíe el tipo de cambio.

Preguntémonos qué pasaría en este caso si el Banco Central no interviene. Dada la presión sobre los tipos de interés, aumenta el atractivo de los bonos nacionales, por lo que agentes, domésticos como extranjeros, cambiarán sus existencias líquidas por bonos nacionales, esto se traduce en una reducción de la cantidad de dinero circulante. Recordemos, además que estamos en una situación de auge por la cual se demanda mayor efectivo. Tenemos ya dos presiones sobre los tipos de interés que tarde o temprano repercutirán sobre el valor de la moneda. Si el Banco Central no interviene incrementando la cantidad de circulante, el tipo de cambio se apreciará.

Tipo de cambio flexible

Bajo tipo de cambio flexible, suponemos que el Banco Central puede decidir el nivel de la oferta monetaria y modificarlo mediante la política monetaria. Para decidir sobre el nivel de la oferta monetaria debe renunciar a la posibilidad de controlara el valor que asuma el tipo de cambio, este quedará fijado en el mercado de divisas.

Supongamos una contracción monetaria. Dado un nivel de producción, una reducción de la cantidad de dinero provocará un aumento en la tasa de interés (si tenemos en mente el modelo IS-LM, esto implica un movimiento de la LM hacia arriba, mientras que la IS permanece en el mismo lugar). La subida del tipo de interés provoca una apreciación de la moneda nacional, por la paridad de los tipos de interés. En resumen, una contracción monetaria tiene como resultado una reducción en la producción, una subida del tipo de interés y una apreciación de la moneda.

Según este modelo, los resultados de una expansión monetaria serían los siguientes. Dado el nivel de producción inicial, un aumento en la cantidad de dinero impulsará una disminución en las tasas de interés, razón por la cuál disminuirá el atractivo de los bonos nacionales y se desencadenará una depreciación. La disminución del tipo de interés y la depreciación conducen, ambas, a un aumento en la producción. Al aumentar la producción, el aumento inducido en la demanda de dinero aumenta la tasa de interés, contrarrestando parte del descenso inicial y parte de la depreciación inicial.

Oferta y demanda de divisas

Ya tenemos algunos instrumentos que nos permitirán analizar algunas de las posibles consecuencias de los movimientos en el mercado de las divisas, principalmente la demanda y oferta de dólares.

Por la economía real, exportaciones e importaciones

Preguntémonos cuál será el resultado de un boom de exportaciones, que se mantenga durante varios años seguidos, y que provoque en forma constante un superávit en la balanza comercial.

Tenemos en principio, un ingreso de dólares que provienen de la liquidación de dichas exportaciones; desde la crisis de 2001 todos los ingresos de divisas deben convertirse a pesos, ya no pueden circular más los dólares como en la época de la convertibilidad. Los dólares que ingresan por exportaciones se convierten a pesos al tipo de cambio que prevalece en el mercado, esto implica una inyección continua de dólares en el mercado, es decir un aumento sostenido en la oferta de dólares. Si nadie interviene, tarde o temprano el peso terminará incrementando su valor frente al dólar, es decir, el tipo de cambio disminuirá o, lo que es lo mismo, se producirá una apreciación del peso. Pero, como la autoridad monetaria considera que parte de la competitividad de las exportaciones proviene de mantener una moneda devaluada respecto al dólar, interviene en el mercado cambiario comprando dichos dólares para lograr equilibrar el tipo de cambio alrededor de los $3.15.

Lo contrario ocurriría si se presentara un déficit de cuenta corriente. En tal situación, la salida de divisas es lo que ocurre en forma constante. En este caso lo que encontramos es un exceso de demanda de dólares para hacer frente a los pagos por las importaciones. Esta situación implica una presión hacia abajo en el valor del peso, si la autoridad monetaria no tiene como objetivo mantener el valor del tipo de cambio, entonces la moneda doméstica sufrirá una pérdida en su valor, es decir, aumentará el tipo de cambio, o lo que es lo mismo habrá una devaluación.

Por demanda y oferta de activos financieros

Suponiendo que existe movilidad de capital, pasamos a ver cuál es el efecto que los movimientos financieros pueden provocar sobre el tipo de cambio.

Pensemos por un momento que los tipos de interés nominal doméstico y extranjero son iguales inicialmente, de tal manera que i=i*. Continuando con nuestro ejercicio, imaginamos que el Banco Central lleva a cabo una operación expansiva de mercado abierto, comprando la cantidad de bonos ?B en el mercado de bonos y creando dinero a cambio. Esta compra de bonos provoca una reducción del tipo de interés nacional.

Ahora que el tipo de interés doméstico es menor que el extranjero, los inversores financieros prefieren tener bonos extranjeros. Para comprarlos, deben comprar primero divisas. En el mercado de divisas entregarán pesos a cambio de dólares, o en forma más general, cambiarán la moneda doméstica por moneda extranjera. Si el banco central no interviene, el precio del peso bajará y habrá una depreciación, o sea aumentará el tipo de cambio. Si la autoridad monetaria se ha comprometido a mantener un valor fijo por el cambio de la divisa, debe intervenir el mercado y ofrecer la moneda extranjera a cambio de moneda nacional. Al hacerlo y comprar moneda nacional, la oferta monetaria disminuye. El banco central deberá vender divisas hasta que la oferta monetaria retorne al nivel en el que se encontraba antes de realizar la operación de mercado abierto, a fin de que el tipo nacional vuelva a ser igual al extranjero.

Autor: Lic. Florencia Montilla

Diciembre de 2007

Macroeconomía

La macroeconomía es la perspectiva de la economía que se ocupa de analizar el comportamiento de agregados.


Si bien la economía, como fenómeno social, constituye una unidad, puede ser analizada desde varias perspectivas. Es frecuente dividir estas perspectivas en “microeconomía” y “macroeconomía”. La microeconomía analiza los problemas desde el punto de vista de unidades individuales, como lo son el individuo, las familias o las empresas individuales. La macroeconomía analiza el comportamiento de agregados económicos, como son el producto interno bruto, la inflación o el desempleo. La distinción entre la macroeconomía y la microeconomía es una construcción humana y artificial, que no existe en la realidad, ambas son sólo perspectivas diferentes del fenómeno económico y se relacionan profundamente entre sí.

Análogamente se puede decir que la economía como subsistema del sistema social, es una construcción abstracta y en la realidad los fenómenos económicos se ven influenciados por fenómenos culturales o políticos. El sistema social se integra por conjuntos de subsistemas que constituyen dimensiones parciales del sistema social. Dichos subsistemas (como por ejemplo el cultural, el político o el económico) constituyen sistemas en sí, pero no son partes aisladas(Di Marco pp. 2).


Las distinciones entre la micro y la macroeconomía, a pesar de que sean materia predilecta para los cursos de economía y las tesis doctorales, ya no corresponden a la realidad. Probablemente sean incluso un obstáculo para la comprensión de una realidad económica compleja y dinámica

En el terreno de la economía, toda especialización, toda delimitación artificial del análisis, es fuente de error. Es imposible aproximarse a la verdad si no se estudia el conjunto de la actividad económica (Galbraith pp. 33)

En las últimas décadas, se ha avanzado hacia modelos macroeconómicos que parten de ecuaciones de comportamiento microeconómicos, lo que refuerza la idea de que ambas son sólo dos perspectivas diferentes de analizar un mismo problema.

En el centro de la macroeconomía se encuentran las cuestiones de la creación, distribución y utilización del Ingreso Nacional y la ocupación de los factores de producción durante los ciclos coyunturales. En el siguiente gráfico se representa la evolución del producto bruto interno y de la tasa de desempleo en Argentina desde el año 1990 hasta 2003.


Evolución del Producto Bruto Interno de Argentina en el período 1990-2003

Evolución de la tasa de desempleo en Argentina en el período 1990-2003

El estudio de temas macroeconómicos es motivado por problemas como caídas en el nivel de ingreso nacional y persistencia de elevados niveles de desempleo. La discusión sobre temas macroeconómicos cobró un fuerte impulso gracias al economista británico John Maynard Keynes, su obra “The General Theorie of Employment, Interest and Money” (Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero) (Londres 1936), marcó la dirección para el desarrollo de la macroeconomía moderna y dio lugar al keynesianismo, que dotó a las ideas de Keynes de un instrumental gráfico y matemático. Luego, estas ideas fueron incorporadas en la corriente dominante de pensamiento económico, que sintetiza elementos de las corrientes clásica, neoclásica y keynesiana.

Otro economista que contribuyó grandemente al desarrollo de la macroeconomía fue el fisiócrata Francois Quesnay, quién, con su famosa “Tableau Economique” fue uno de los primeros en analizar relaciones entre agregados económicos. De su obra, que data del año 1758, se desprenden dos principios fundamentales para la macroeconomía:

  1. Los procesos macroeconómicos se forman de numerosas acciones y reacciones de agentes económicos individuales. Actualmente, los modelos macroeconómicos parten de ecuaciones de comportamiento macroeconómicas, para, mediante un proceso de agregación, deducir el comportamiento de agregados, lo que les otorga un mayor fundamento científico.
  2. Los procesos macroeconómicos son interdependientes entre sí. Esto se refleja actualmente en el hecho de que los modelos macroeconómicos tienen en cuenta las interdependencias existentes entre las diferentes magnitudes (producción, desempleo, inflación, etc.) y sectores macroeconómicos (familias, empresas, gobierno, sector externo, etc.).

Bibliografía:

Galbraith, John Keneth y Salinger, Nicole (1997) “Introducción a la economía: una guía para todos (o casi)”

Demarco, Gustavo (2003) “Manual de Economía”

Desarrollo

Un concepto de desarrollo ampliamente difundido es aquel que indica que



El desarrollo es una condición social, en la cual las necesidades auténticas de su población se satisfacen con el uso racional y sostenible de recursos y sistemas naturales. La utilización de los recursos estaría basada en una tecnología que respeta los aspectos culturales y los derechos humanos. Todos los grupos sociales tendrían acceso a las organizaciones y a servicios básicos como educación, vivienda, salud, nutrición y que sus culturas y tradiciones sean respetadas.

En términos económicos implica que para la población hay oportunidades de empleo y satisfacción de al menos las necesidades básicas. Esto indica cierta distribución de la riqueza para lograr el acceso de toda la población a servicios básicos, pero una vez satisfecho esta condición, pueden existir numerosas distribuciones de la riqueza que la satisfagan.

Este concepto de desarrollo también choca con ciertos tipos de crecimiento económico, específicamente contra aquel que no utilice de modo sustentable los recursos naturales, o que no respete las tradiciones o las culturas. En este sentido se puede mencionar por ejemplo la tala de bosques en el norte de la Argentina, que en términos contables genera crecimiento económico en el corto plazo, va en contra del desarrollo al eliminar recursos naturales y no respetar los derechos humanos, tradiciones y cultura de los habitantes de la zona.

Asimismo, vemos que los conceptos de desarrollo suelen incluir cierta ideología correspondiente al paradigma o marco de pensamiento en el que se encuentra ubicado el autor. Por ejemplo, un concepto de desarrollo ligado a la sociedad moderna y al sistema de producción capitalista, contiene la intención de maximización del beneficio y el estímulo para lograr avances tecnológicos. Esto se vio reflejado en el énfasis que se le dio a la acumulación de capital en los conceptos de desarrollo utilizados en las décadas del 1950 y 60.



Luego, en la década de los 70, comienza a tener mas importancia el concepto de Desarrollo Sustentable, y así, durante los años 80 y 90 la preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad son objetivos fundamentales del desarrollo. En 1972 en la conferencia de las Naciones Unidas se indicó que un desarrollo justo sería aquel cuyo objetivo básico consistiera en utilizar los recursos naturales para la satisfacción de las necesidades del hombre, asegurando al mismo tiempo la mejora de la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras. (Lidia Inés Díaz Gispert)

Amartya Sen tuvo una gran influencia en las actuales definiciones del concepto de desarrollo, fijando el concepto de libertad al concepto de desarrollo. Organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas incorporaron esta idea, viéndose plasmada al menos en sus documentos de trabajo. En su informe anual de desarrollo humano, indican que el desarrollo es básicamente un proceso de vida que permite contar con alternativas u opciones de selección para las personas. Las aspiraciones de las personas se pueden agrupar en tres categorías:

  • La búsqueda de conocimientos.



  • La posibilidad de tener una vida prolongada y saludable.

  • Tener acceso a los recursos que permitan un aceptable nivel de vida.

De estas amplias condiciones se derivan muchas otras que son necesarias para satisfacerlas. Por ejemplo, si bien es necesario cierto grado de satisfacción material, se requiere la formación de capacidades humanas y que esas capacidades puedan ser ejercidas en otros ámbitos además del económico, como ser el social, el cultural o el político. Por ejemplo, una dictadura que satisfaga ampliamente las necesidades materiales de los individuos de un país, choca con este concepto de desarrollo ya que no permite contar con alternativas de selección para las personas en los ámbitos políticos, y eventualmente tampoco en el ámbito cultural.

Según Rondo Cameron, el concepto de desarrollo económico implica crecimiento económico acompañado por una variación de las estructuras o la organización de la economía.

Prebish tiene en cuenta que el concepto de desarrollo, además de incluir conceptos cuantitativos como la acumulación de capital, incluye elementos cualitativos. “no es un mero aumentar de lo que hoy existe sino un proceso de intensos cambios estructurales" “la industrialización es la clave del crecimiento del nivel de vida latinoamericano ...La industrialización y la tecnificación de la agricultura...”

Desarrollo y Crecimiento

Ha sido frecuente mezclar el concepto de desarrollo con el de crecimiento económico. Desde la teoría neoclásica, se ha evolucionado desde incluir conceptos de la distribución del ingreso entre trabajadores y capitalistas, como en el modelo de Solow Swan, en el cual determina el coeficiente de ahorro y así influye en el crecimiento económicos. En muchos casos, de la aplicación de los modelos a países particulares, se llega a conclusiones que pueden parecer opuestas a otros conceptos de desarrollo, como que sería necesario un mayor ingreso para los empresarios (y un menor ingreso para los trabajadores), para que así aumente la tasa de ahorro y lograr un mayor crecimiento económico (la derivación particular de cada modelo escapa a este artículo, pero el concepto es básicamente el mismo en varios modelos neoclásicos). Aunque a largo plazo, la mayor tasa global de crecimiento económico, según estos modelos, se traduciría no sólo en un mayor ingreso para los empresarios, sino también para los trabajadores. Los modelos de crecimiento endógeno incorporan conceptos de optimización e innovación empresaria, lo que significó un avance en la comprensión del fenómeno de crecimiento, pero aún no logran explicar problemas de distribución como las profundas desigualdades, de riqueza y de desarrollo, dentro de países menos desarrollados.

Bibliografía:

Lidia Inés Díaz Gispert (?) Una reflexión al concepto de desarrollo sostenible desde la óptica económica de Carlos Rafael Rodríguez en el ámbito de la globalización neoliberal

Pico, Augusto Aleán (2006) El concepto de desarrollo: una breve síntesis de su evolución

Reyes, Giovanni E. (2007) Comercio y Desarrollo: Bases Conceptuales y Enfoque para América Latina y el Caribe

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