Historia

La Crisis de 1929

La Crisis de 1929 fue la crisis económica mas importante en la historia occidental. Comenzó con la caída de Wall Street en Estados Unidos, en 1929 y duró mas de una década.


Luego de un largo período de prosperidad económica, el jueves 24 de Octubre de 1929 (Jueves Negro) se derrumba la bolsa de Wall Street, presionada por problemas económicos de Estados Unidos y en el resto del mundo. La crisis se extendió rápidamente del sector financiero de Estados Unidos al resto de la economía y a otros países.


Durante los primeros años, la respuesta del gobierno de Estados Unidos fue débil. Millones de personas cayeron en la pobreza y la desocupación. El gobierno no brindó ayuda directa a las personas. El descontento era generalizado.

Marzo de 1936, California

Una madre con sus hijos. Los días anteriores se habían alimentado de la cosecha de los alrededores y de pájaros cazados por los niños

Luego asumió el presidente Roosevelt, quien tomó enérgicas medidas para salir de la crisis, además de brindar ayuda a los desocupados y pobres. Estados Unidos comenzó a recuperarse de la Crisis de 1929, pero en Europa la crisis persistía.


Hacia finales de la década del 30 aumentó la preocupación de una guerra mundial. Cuando Estados Unidos ingresó a la Seguna Guerra Mundial, la demanda aumentó y el desempleo en ese país bajó a niveles previos a la crisis.

Las Causas de la Crisis de 1929

Existen variadas y complejas explicaciones de las causas de la Crisis de 1929. Diversos factores económicos y sociales se influenciaron recíprocamente.

Entre las causas mas importantes se encuentran:

- La estructura económica establecida luego de la segunda guerra mundial, que se caracterizaba por tener a Nueva York como centro financiero mundial y el patrón oro como mecanismo de regulación de la oferta monetaria

- Las sanciones que se establecieron a Alemania luego de la segunda guerra mundial

- La falta de regulación del mercado de capitales en Estados Unidos

- La fuerte expansión de la economía de Estados Unidos. El consumo de bienes durables de producción financiado con deuda había causado un sobredimensionamiento de ciertas industrias y del sector bancario, y una burbuja en Wall Street.

La primera guerra mundial y la Crisis de 1929

Estados Unidos salió fortalecido de la primera guerra mundial. Nueva York se convirtió en el nuevo centro financiero mundial.

Al finalizar la guerra, los principales líderes de Inglaterra y Francia (ganadores de la guerra) se reunieron con la vencida Alemania para acordar los términos del fin de la guerra. En esta reunión se firmaría el Tratado de Versailles, que impondría fuertes sanciones a Alemania.

Keynes, prestigioso economista inglés y miembro de la delegación de Inglaterra, se retiró de la reunión indicando que las sanciones impuestas tendrían importantes consecuencias negativas para las economías de toda Europa, no solo de Alemania.

Luego de la guerra, muchos países restringieron fuertemente el flujo de inmigrantes provenientes de Europa, lo que provocó un aumento de la desocupación en Europa.

La Situación en Estados Unidos antes de la Crisis de 1929

En 1926 el PBI de Estados Unidos comienza a crecer rápidamente. Se ingresó en una etapa de fuerte crecimiento económico. Se vivía un clima de prosperidad.

La industria de bienes durables de producción florecía. Las familias se endeudaban para comprar autos, heladeras y otros bienes durables. Surgían nuevas fábricas y el desempleo era muy bajo.

El sector financiero también crecía. La escasa regulación permitió otorgar préstamos para invertir en la bolsa. Personas que desconocían el funcionamiento del mercado comenzaron a invertir en la bolsa.

Ante un posible recalentamiento de la economía y la creación de una burbuja financiera, la FED (Reserva Federal de Estados Unidos) decidió en 1927 aplicar una política monetaria mas restrictiva.

Esta nueva política monetaria no tuvo el efecto deseado de desalentar la especulación, pero sí subió la tasa de interés. Esto tuvo consecuencias negativas en el resto del mundo. En 1927 se derrumba el mercado de valores de Alemania. En 1928 se derrumbó el mercado de valores de Gran Bretaña y en febrero de 1929 el de Francia.

El clima de prosperidad parecía haber terminado y ya existían ciertos motivos de preocupación. Si bien los precios de las acciones seguían subiendo, la economía real se estaba desacelerando.

El Crac de Wall Street en 1929

En 1929, la enorme especulación comenzó a cobrarse sus primeras víctimas en Estados Unidos. A partir del 19 de Octubre de 1929 la bolsa de valores comenzó a tener pequeñas caídas seguidas de subas. Muchos comenzaron a seguir con interés la evolución de las acciones. Mientras algunos opinaban que las acciones estaban sobrevaloradas, otros decían que seguirían subiendo.

El Jueves 24 de Octubre de 1929 (Jueves Negro) se pusieron a la venta un gran número de acciones, mientras que la demanda era casi nula. Estalló el pánico en Wall Street y la bolsa de Nueva York cayó 11%.

Una multitud se agolpa en Wall Street para seguir de cerca el precio de las acciones

Un grupo de grandes inversores se puso de acuerdo para evitar la caída y durante el Viernes y el Sábado colocaron órdenes de compra que evitaron que la caída continuara durante los días siguientes. Pero este freno no se asentaba sobre bases sólidas y el Lunes 28 de Octubre de 1929 se produjo la caída mas grande de Wall Street: el índice Dow Jones bajó 13%. El día siguiente, el Martes 29 de Octubre de 1929 (Martes Negro), Wall Street cayó 12% mas.

La caída de la bolsa continuaría durante los siguientes meses. Recién en 1931 culminaría una caída que acumuló una baja de 89%.

La Crisis en la Economía Real

La caída de Wall Street terminó definitivamente con el clima de opulencia reinante. Las ventas de bienes durables, como automóviles y heladeras cayó. Las familias dejaron de endeudarse.

Ante la baja en la demanda, comenzaron a cerrar fábricas y el desempleo comenzó a aumentar.

La respuesta de Herbert Hoover fue débil. Pidió a los grandes industriales que no despidan gente y a los gobiernos federales que aumenten el gasto público.

Pero con a medida que la crisis continuaba, las grandes industrias disminuyeron las horas trabajadas y redujeron salarios. Las industrias mas pequeñas comenzaron a despedir.

Al ver la recaudación disminuida, los gobiernos federales comenzaron a reducir su gasto e incluso algunos entraron en default. No hubo un plan central para salir de la crisis.

La Crisis de 1929 en el Sector Financiero

En un primer momento, la mayor parte de los oficiales de la FED tenía la opinión de que la crisis haría que los bancos mas débiles caigan y que el sistema en su conjunto saldría mas fortalecido. En ese entonces, el sistema financiero consistía en una red de bancos que no estaban tan interconectados como ahora.

Cuando los primeros bancos comenzaron a caer, la FED no intervino. Las personas comenzaron a retirar su dinero de los bancos, por temor a nuevas caídas, lo que causó mas cierres de bancos que en un principio parecían sólidos.

La Ley Hawley-Smoot

Ante el aumento generalizado del desempleo y también porque el sector agropecuario también se vio afectado, Hoover firmó una ley que aumentaba las tarifas de importación.

Muchos países tomaron represalias comerciales y una ola de proteccionismo se expandió por todo el mundo. El comercio internacional disminuyó y la asignación de recursos entre los países se hizo menos eficiente.

El consenso entre los historiadores en que la Ley de Hawley-Smoot exacerbó la crisis de 1929 e hizo que se prolongue mas en el tiempo.

La Severidad de la Crisis de 1929

En 1932, el desempleo en Estados Unidos ya había aumentado hasta el 23.6%. El producto interno bruto seguía cayendo y la pobreza aumentando. El descontento era generalizado. Muchas mujeres comenzaron a buscar trabajo y adolescentes dejaban sus familias para buscar trabajo en granjas y zonas rurales.

Salida de la Crisis. El New Deal

Tras el fracaso de la administración de Hoover (1929-1933), el demócrata Franklin D. Roosevelt gana las elecciones y asume el 4 de marzo de 1933. En su campnaña, Roosevelt prometió mas ayuda directa a la población y medidas mas enérgicas para salir de la crisis.

Luego de asumir, tomó numerosas medidas de fuerte impacto. Rápidamente pasó leyes al congreso y en otros casos se salteó la aprobación del congreso para la implementación de diversas medidas, lo que le valió críticas de opositores. Pero gran parte de la población confiaba en el carismático Roosevelt, aunque tenía el rechazo de la burguesía.

El conjunto de medidas y programas implementados por la administración de Roosevelt se conoce como el New Deal (literalmente: Nuevo Trato). El New Deal se puede dividir en dos etapas:

1- Medidas que buscan reformar la economía. El conjunto de leyes elaboradas en la primavera de 1933

2- Medidas para brindar ayuda social a la población, tomadas principalmente a partir de 1935

Los tres pilares en los que se basó el New Deal fueron:

- Recuperación económica

- Reforma del sistema financiero

- Alivio para los pobres y los desempleados

Recuperación Económica

Las medidas mas importantes para recuperar la economía ante la crisis fueron:

- La devaluación del dolar, lo cual favoreció las exportaciones y permitió salir de la deflación.

- La limitación de cosechas con el fin de disminuir los excedentes de la producción de granjas. La Agricultural Adjustement Act indemniza a los granjeros de reduzcan las superficies cultivadas.

- Se crea la National Industrial Recovery Act (NIRA), que regulaba salarios y precios con el fin de establecer ciertos parámetros que logren estabilizar la economía ante la crisis. Establece convenios colectivos que garantizan un salario justo a los trabajadores, reconociendo sindicatos y sistemas de contratación colectiva.

- Se implementa un fuerte programa de obras públicas, la Tennessee Valley Authority (TVA).

Reforma del Sistema Financiero

Para evitar que en el futuro se repitan crisis causadas por la falta de regulación del mercado, se crean dos nuevas agencias encargadas de regular los mercados: la Securities and Exchange Comission (SEC) y la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC).

La SEC regulaba el mercado de valores estableciendo reglas para las transacciones en el mercado secundario. La FDIC protegía a los inversores, asegurando los depósitos de ciertos bancos ante eventuales caídas de bancos y regulando las actividades bancarias.

Ayuda Social

Se toman medidas para proteger a los desempleados y a los ancianos. Se fija la jornada laboral máxima en 40 horas semanales y se abole el trabajo infantil.

Gran parte de los programas del New Deal, además de ayudar a salir de la crisis de 1929, sentaron las bases del sistema de bienestar moderno.

Evolución de la Crisis

La economía de Estados Unidos comienza a recuperarse.

Se inicia un período de fuerte crecimiento económico que duraría varios años. Ya en 1937, la mayor parte de los indicadores se había recuperado a niveles previos a la crisis. Sin embargo, el desempleo se mantenía cercano al 15%, por el crecimiento poblacional y el aumento de la productividad.

En Europa la situación no era tan buena. Los presagios de Keynes parecían haberse vuelto realidad. Alemania sufría económicamente. El partido Nazi se ganaba el apoyo de la población y se culpaba a los costos impuestos en el tratado de Versailles. En 1933 Hitler asume como canciller y se establece un régimen totalitario.

El proteccionismo económico instalado principalmente por la política de Hoover afectó particularmente a los países que no tenían colonias para colocar sus productos manufacturados, como Alemania, Italia y Japón. Estos países invadieron territorios con el fin de anexarlos a sus economías. Japón invade Manchuria, Italia Etiopía y Alemania ocupa Checoslovaquia.

Las preocupaciones políticas aumentaban y el dinero fluye desde Europa hacia Estados Unidos, lo que contrajo aún mas la base monetaria en países europeos y expande la base monetaria de Estados Unidos.

Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, la demanda de los aliados en Estados Unidos aumenta y el desempleo comienza a bajar. Cuando Estados Unidos ingresa directamente en la guerra, luego de que Japón invada Pearl Harbour, el impulso por la guerra hace que el desempleo disminuya a niveles similares a los registrados antes de la crisis de 1929.

Conclusión

Podemos afirmar que la crisis de 1929 fue la mas grande de la historia occidental moderna. Lamentablemente, la crisis brindó numerosas lecciones en el terreno político, económico y monetario. Las primeras respuestas del gobierno de Estados Unidos fueron débiles y permitieron que la crisis se expanda rápidamente a todos los sectores y al resto del mundo.

Ante futuras crisis, como la crisis financiera de Estados Unidos de 2008, la respuesta del gobierno fue mas enérgica y en parte evitó que la crisis tenga un impacto tan fuerte.

Comunismo

Comunismo es aquel estado social en el cual no existe ni la propiedad privada de los medios de producción, ni el Estado, ni las clases sociales. En él un grupo humano no explota a otro, ni lo hacen entre si. También se entiende por comunismo la doctrina que aboga por el establecimiento de tal estado social, o que asevera que el mismo será inevitablemente el estado del futuro. (Giner, S.; 1975).


La idea del comunismo es muy abstracta y tiene una gran gama de interpretaciones un tanto teóricas como practicas en cuestiones políticas, históricas y económicas; destacándose entre esta gran gama el socialismo y el anarquismo. Así tanto socialismo como el anarquismo son ambas corrientes comunistas, agrupándose estas corrientes dentro de lo que se conoce como "pensamiento socialista" en general.

Bibliografía:

· Giner, Salvador; "Historia del pensamiento social", Ed. Ariel, 1975.


Página relacionada: Socialismo

Conclusiones de la Primera Parte

1. El gasto público en su conjunto tuvo una tendencia creciente a lo largo de 1965 a 1992, sobre todo, los picos de mayor crecimiento se lograron en la década de 1980, pero sólo hasta el año 1988 dado que en este año el Estado se encuentra prácticamente en bancarrota, reconocido por el mismo Carlos Saúl Menen al año siguiente. Las variables que más presionaron para lograr la sobredimensiòn del gasto público fueron de mayor a menor: los gastos de bienestar social, los gastos económicos, los gastos de la administración gubernamental y los intereses de la deuda.


2. La deuda pública desde 1975 a 1989 creció sin cesar, lo que trajo como consecuencia que las cuotas de servicio también se incrementen en esa misma medida; por esa razón los intereses de la deuda se convirtieron en un pesada carga para el Estado, sobre todo desde 1973 a 1985. En los años posteriores el Estado empieza a cumplir con sólo una parte de la deuda, hasta que a principios de 1988 entra en cesación de pagos, dado que los intereses aceleraban constantemente el crecimiento del gasto, lo que provocaba el desequilibrio de las cuentas públicas. Cuando en 1989 asume el nuevo gobierno, se encuentra con el problema de la renegociación de la deuda y el desequilibrio fiscal. Por lo cual, la única manera de poder llegar a un acuerdo con los acreedores, era reduciendo el gasto total del Estado y generando nuevos ingresos, es decir, primero debía sanear las cuentas públicas, dado que ¿Cómo podría afrontarse el pago de los intereses a los acreedores, si ni siquiera se tenía fondos para solventar las necesidades de la Nación? ¿Con qué recursos se solventaría los intereses? Esa era la única forma de pensar en la renegociación, dado que el Estado no hubiese podido afrontar las cuotas de servicios de la deuda, si no se pensaba en "achicar" el gasto y generar ingresos porque el gobierno no tenía recursos y encima había que afrontar las partidas del presupuesto. Por esa razón, se busco el fortalecimiento de las finanzas públicas mediante la privatización de las empresas públicas, entre ellas, Ferrocarriles Argentinos y Ferrocarriles Metropolitanos S.A.

3. En numerosas oportunidades se planificó la restricción o racionalización del gasto público con el fin de arribar al equilibrio de las cuentas públicas, y frenar el emisionismo para solventar la brecha entre gastos e ingresos públicos. Sin embargo, todos estos planes fueron a corto plazo, coyunturales, por lo cual, nunca alcanzaron objetivos globales a largo plazo. La falta de planificación estratégica hacía que los problemas estructurales de la economía argentina, como la inflación y el déficit fiscal nunca se solucionen, inclusive no sólo a nivel gubernamental sucedía la falta de planificación a largo plazo sino también en las empresas públicas ocurría lo mismo. El discurso político promulgaba principios que no se veían reflejados en el comportamiento de las variables; la administración gubernamental era ineficiente e ineficaz, lo que provocaba un crecimiento desmedido del Estado, lo cual hacía imposible el equilibrio de las cuentas públicas. El gasto de la administración gubernamental, no sólo tuvo una tendencia totalmente creciente sino que también era tan elevado que incluso en 1986 superó al gasto económico, y además, como pudo verse claramente en los gráficos, desde 1965 a 1992 el período donde este registro el mayor crecimiento fue desde 1983 a 1987. Esa fue una de las razones por la cual, el justicialismo buscaba disminuir el gasto de la burocracia. El gobierno de Menen para enfrentar los enormes gastos de la burocracia, no sólo tuvo que recurrir a racionalizar el gasto sino también a generar recursos, mediante una reforma fiscal y privatización. Con esta última, también se lograba la eliminación de muchas secretarías y subsecretarías que tenían a cargo la administración de las empresas públicas, totalmente ineficaces.

4. Sin duda alguna, los gastos económicos jugaron un rol de primerísima importancia en el desequilibrio de las cuentas públicas y en el crecimiento desmedido del Estado, inclusive más relevancia que los intereses de la deuda y el gasto gubernamental. Fue la variable, después del gasto de bienestar social, que más evolucionó, inclusive en el año 1983 alcanzó el record del gasto más elevado de la historia del presupuesto, superando notablemente al gasto social. El comportamiento de esta variable reflejó la importancia que tenía el sector público empresario convirtiéndose en una pesada carga onerosa para el Estado, sobre todo durante la década de 1980. Debido a ello y a los graves problemas para equilibrar las cuentas públicas, a partir de 1985 aparece en el discurso político la necesidad de privatizar. En 1984 el déficit fiscal logró alcanzar el 21% del PBI, el más alto en el período comprendido entre 1973 y 1995, por esa razón, los radicales estaban convencidos que la única manera de solucionar el problema estribaba en la racionalización del gasto económico y en la generación de nuevas fuentes de recursos, lo que podría lograrse mediante la privatización.


De esta manera, el análisis de los gastos económicos dio por sentado que el sector público empresario era una cuantiosa carga de comportamiento creciente debido a la ineficiencia e ineficacia, y que la única salida como lo pensaron los radicales y más tarde los justicialistas para solucionar el problema del déficit, radicaba en privatizar.

5. La dependencia que tenían las empresas públicas con el Estado era una de las principales causas de lo ineficiente que eran. Estas fueron utilizadas como herramienta de política económica sectorial, estaban sujetas a los vaivenes del gobierno de turno, y además debido a la falta de estímulos para innovar producto de la protección que gozaban del Estado mediante la regulación, provocaba que no sólo dieran pérdidas continuamente sino que también presten un servicio de pésima calidad o produzcan un producto de pésima calidad. En el caso de Ferrocarriles Argentinos, luego que desde 1965 a 1981 la cantidad de pesos que el Estado le destinaba mediante el presupuesto tuviera una tendencia decreciente, a partir de 1982 empezó a crecer en forma acelerada respecto de años anteriores, por lo cual, su concesión durante la década del '90 se dio en parte para reducir este gasto, dado que su evolución creciente en lo últimos años de gobierno era uno de los factores que más contribuían al déficit.

6. El gran mal de la economía argentina durante varias décadas fue la inflación, que era impulsada por el déficit fiscal, dado que el Estado para solventar una parte de este último, recurría al impuesto inflacionario; emitía dinero provocando inflación para recaudar más. Con el régimen de convertibilidad, que limitó el uso de política de monetaria por parte del Estado con el fin de volver a un Estado previsible con el fin de alentar la confianza de los inversores y reconstruir la Argentina Productiva, sino se solucionaba el problema del déficit, este se incrementaría dado que ya no podría recurrirse al impuesto inflacionario. Esta circunstancia provocó que la necesidad de privatizar para solucionar las cuentas públicas se vuelva más imperiosa aún y además, que se lleve a cabo en el corto plazo, porque si no se llevaba a cabo esa reforma estructural, con la dolarización de la economía en 1991, el déficit fiscal se hubiera elevado a niveles muchísimos más altos que los niveles que alcanzó durante el gobierno radical.


7. El problema estructural del déficit fiscal no radicaba solamente en una cuestión de gastos públicos sobredimensionados, dado que a pesar que en 1988 el gasto en su conjunto disminuyó en forma totalmente abrupta como nunca se había hecho y además disminuyendo años posteriores; sin embargo el déficit fiscal se elevó desde 1987 a 1989. Por lo cual, el problema radicaba también en la insuficiencia de los recursos tributarios ordinarios. Por ende, la privatización en general, se debió también a la necesidad de generar recursos.

8. La privatización de Ferrocarriles Argentinos y Ferrocarriles Metropolitanos S.A. se debió a la necesidad de reducir el gasto y generar recursos ordinarios a través del canon. En cuanto a la reducción del gasto, era sumamente necesario, dado que esta empresa estatal era la más ineficiente e ineficaz de todas las empresas públicas, las pérdidas que producía debían ser solventadas por el presupuesto. Durante la década del '80, los diferentes resultados económicos fueron negativos, las ventas estaban muy por debajo del costo del servicio, por ende, la trasferencia de la explotación de los ferrocarriles implicaba terminar con esa fuente de egresos de recursos fiscales. En cuanto a la necesidad de generar recursos ordinarios, la concesión fue necesaria dado que como se vio en el trabajo de investigación el problema no sólo radicó en gastos elevados sino también en ingresos de recursos escasos.

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Por ende, podemos decir que se cumple la primera parte de la hipótesis, dado que como se vio claramente, el déficit fiscal constituía un problema estructural en la economía argentina, que se había intentado de varias formas eliminarlo pero nunca con resultados satisfactorios, sobre todo en el gobierno radical, donde el discurso radical no se veía plasmado en la práctica.

La situación de la economía se agravaría aún más porque había que renegociar la deuda y retomar los pagos de la deuda externa. El elevado endeudamiento producto de las dos crisis energéticas va a producir que la Argentina entre en cesación de pagos a comienzos de 1988. Por lo cual, el gobierno menemista a comienzos de 1990 planeó realizar una reforma estructural, con el fin de reducir el elevado gasto público del Estado (sobre todo el gasto gubernamental y el económico) y generar nuevos recursos (mediante la privatización) y renegociar la deuda, que finalmente se logra en 1991 ingresando al Plan Brady.

Se pudo demostrar como el desequilibrio fiscal provocaba el principal problema de la economía argentina: la inflación, dado que el Estado recurría al emisionismo para recaudar más vía impuesto inflacionario, y de esa manera reducir el déficit fiscal., la explicación monetarista de este fenómeno fue la que adoptamos para entender la inflación argentina dado que se vio reflejado en el comportamiento de las variables de la economía argentina. Por ende, si el Estado no hubiese recurrido al impuesto inflacionario, el déficit durante las décadas de 1970 y 1980 hubiese sido notablemente superior, dado que si bien no era suficiente para cubrir todo el déficit, cubría una parte importante del mismo.

El gobierno justicialista pensó en poner fin a la inflación con en la dolarización de la economía que traería como efecto secundario la eliminación del impuesto inflacionario dado que ya no podría recurrirse al emisionismo para recaudar más vía impuesto inflacionario, esto produciría que el déficit se agravará, el impuesto inflacionario siguió el mismo comportamiento que los índices de precios. Al no haber inflación, no se incrementaba la recaudación producto del impuesto inflacionario.

Por ende, el justicialismo realizó una reforma estructural, con la finalidad de solucionar el desequilibrio de las cuentas públicas y renegociar la deuda, por esas razones, se planificó la concesión de los ferrocarriles, dado que transfiriendo la explotación a los particulares no sólo se lograría reducir el gasto sino también se lograría aumentar los ingresos para solventar las necesidades de la Nación, dado que los concesionarios debe pagar el denominado canon. En los primeros años se llegó inclusive al superávit fiscal, luego que desde 1973 a 1992 los presupuestos fueran deficitarios..

Autor: Richard Amaro

La Convertibilidad

La Convertibilidad: Fin de la Inflación y del Impuesto Inflacionario



El objeto de analizar la ley de convertibilidad no es en absoluto establecer sus resultados positivos o negativos, o si fue o no beneficiosa, o si a la Argentina le convenía o no. Simplemente el objeto es demostrar como la ley de convertibilidad término con el impuesto inflacionario, para lo cual se analizará el mecanismo de funcionamiento de la política monetaria en función de la convertibilidad, y como ello llevó a poner fin a la inflación.

FINALIDAD: Según Mario Rapoport (...) el programa (de reformas menemista) tenía tres ejes principales de acción (...):


1º "(...) la Ley de Convertibilidad, que al establecer una paridad cambiaria fija y exigir un respaldo total de la moneda en circulación, trataba de lograr una estabilidad de precios a largo plazo (...)";

2º "(...) apertura comercial, que buscaba disciplinar al sector privado, inhibiendo incrementar sus precios por la competencia externa (...)";



3º "(...) reforma del estado y, especialmente, el programa de privatizaciones. Por medio de esta reforma se trataba de arribar al equilibrio de las cuentas fiscales; reduciendo el gasto, incrementando los ingresos regulares y sumándole una fuente importante de ingresos transitorios con la venta de las empresas públicas RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 973.".

Por ende, una de los principales objetivos era la estabilidad de los precios, alterados constantemente por la inflación. Ello implicaba limitar la política monetaria, dado que el Estado durante las dos décadas anteriores a la del 1990 había abusado de las políticas macroeconómicas, y en especial la monetaria, tratando de obtener una mayor recaudación. Además, a eso deberíamos agregar, que se buscaba también incrementar la previsibilidad del accionar del Estado, dado que la inestabilidad también se debía a los cambios repentinos de la política trazada por el gobierno. Las políticas nunca se llegaban a implementar totalmente debido a que siempre se hacían modificaciones periódicas y repentinas, lo que llevaba a la falta de confianza de los inversores. Esto se generalizó sobre todo en los '80, donde la especulación se va a ser moneda corriente. Por eso, para recuperar la confianza era necesario recortar drásticamente las funciones gubernamentales. Las medidas tomadas apuntaron, entonces, a limitar drásticamente las herramientas tradicionales del Estado para elaborar las políticas económicas. En los hechos, éste quedaría impedido de implementar políticas cambiarias y monetarias y su margen para el diseño de políticas fiscales y sectoriales seriamente reducido RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 973. Página 974.(...) un número creciente de dirigentes políticos empezó a adoptar una nueva visión de la política económica basada en las fuerzas de mercado, la competencia internacional y una función limitada del estado en los asuntos económicos EDWARDS Sebastián. Crisis y reforma en América Latina: del desconsuelo a la esperanza. Buenos Aires. Emecé ediciones 1998. Página 16.. Aunque más halla de esta transformación estructural que implicó el neoliberalismo, la finalidad principal del plan de convertibilidad era la estabilidad de los precios.


Ley de Convertibilidad Ley 23398

“DECLÁRESE LA CONVERTIBILIDAD DEL AUSTRAL A PARTIR DEL 1 DE ABRIL DE 1991, A UNA RELACIÓN DE: AUSTRALES 10.000 POR CADA DÓLAR ESTADOUNIDENSE, PARA LA VENTA EN LAS CONDICIONES ESTABLECIDAS POR LA PRESENTE. PROMULGADA POR DEC.524 DEL 27-3-91.

Sancionada: 27/03/1991

Promulgada por Dec. 524 del 27/03/1991

P. Boletín Oficial: 28/03/1991

TITULO I

DE LA CONVERTIBILIDAD DEL AUSTRAL

ARTICULO 1º.- Declárase la convertibilidad del Austral con el Dólar de los Estados Unidos de América a partir del 1º de abril de 1991, a una relación de DIEZ MIL AUSTRALES (A 10.000) por cada DOLAR, para la venta, en las condiciones establecidas por la presente ley.

ARTICULO 2º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA venderá las divisas que le sean requeridas para operaciones de conversión a la relación establecida en el artículo anterior, debiendo retirar de circulación los Australes recibidos en cambio.

ARTICULO 3º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA podrá comprar divisas a precios de mercado, con sus propios recursos, por cuenta y orden del GOBIERNO NACIONAL, o emitiendo los Australes necesarios para tal fin.

ARTICULO 4º.- En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes a por lo menos el CIENTO POR CIENTO (100 %) de la base monetaria. Cuando las reservas se inviertan en depósitos, otras operaciones a interés, o en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a los fines de esta ley se efectuará a valores de mercado.

ARTICULO 5º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA deberá introducir las modificaciones pertinentes en su balance y estados contables para reflejar el monto, composición e inversión de las reservas de libre disponibilidad, por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por el otro.

ARTICULO 6º.- Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en australes está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, en cuenta corriente o cuentas especiales.

TITULO II

DE LA LEY DE CIRCULACIÓN DEL AUSTRAL CONVERTIBLE

ARTICULO 7º.- El deudor de una obligación de dar una suma determinada de Australes, cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En ningún caso se admitirá la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con posterioridad al 1º del mes de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del Austral.

Quedan derogadas las disposiciones legales y reglamentarias y serán inaplicables las disposiciones contractuales o convencionales que contravinieren lo dispuesto.

ARTICULO 8º.- Los mecanismos de actualización monetaria o repotenciación de créditos dispuestos en sentencias judiciales respecto a sumas expresadas en Australes no convertibles, se aplicarán exclusivamente hasta el día 1º del mes de abril de 1991, no devengándose nuevos ajustes por tales conceptos con posterioridad a ese momento.

ARTICULO 9º.- En todas las relaciones jurídicas nacidas con anterioridad a la convertibilidad del Austral, en las que existan prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes, o en aquellas de ejecución continuada con prestaciones y contraprestaciones periódicas, el precio, cuota o alquiler a pagar por el bien, obra, servicio o período posterior a ella, se determinará por aplicación de los mecanismos previstos legal, reglamentaria o contractualmente, salvo que dicho ajuste fuera superior en más de un DOCE POR CIENTO (12 %) anual al que surja de la evolución de la cotización del Austral en Dólares estadounidenses entre su origen o el mes de mayo de 1990, lo que fuere posterior, y el día 1º del mes de abril de 1991, en las condiciones que determine la reglamentación. En este último caso la obligación de quien debe pagar la suma de dinero, se cancelará con la cantidad de Australes que corresponda a la actualización por la evolución del Dólar estadounidense por el período indicado, con más un DOCE POR CIENTO (12 %) anual, siéndole inoponibles las estipulaciones o condiciones originales.

ARTICULO 10. - Deróganse, con efecto a partir del 1º del mes de abril de 1991, todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional -inclusive convenios colectivos de trabajo- de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de Australes que corresponda pagar, sino hasta el día 1º de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del Austral.

ARTICULO 11. - Modifícanse los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil, que quedarán redactados como sigue: "Artículo 617: Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero."

"Artículo 619: Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o calidad de moneda, cumple la obligación dando la especie designada, el día de su vencimiento."

"Artículo 623: No se deben intereses de los intereses, sino por convención Çexpresa que autorice su acumulación al capital con la periodicidad que Ç acuerden las partes; o cuando liquidada la deuda judicialmente con los Çintereses, el juez mandase pagar la suma que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo. Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de plaza."

ARTICULO 12. - Dado el diferente régimen jurídico aplicable al Austral, antes y después de su convertibilidad, considéraselo a todos sus efectos como una nueva moneda. Para facilitar dicha diferenciación, facúltase al PODER EJECUTIVO NACIONAL para reemplazar en el futuro la denominación y expresión numérica del Austral, respetando la relación de conversión que surge del artículo 1º.

ARTICULO 13. - La presente ley es de orden público. Ninguna persona puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se oponga a lo en ella dispuesto. La vigencia se fija a partir del día siguiente de su publicación oficial.

ARTICULO 14. - Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

ALBERTO R. PIERRI

EDUARDO A. DUHALDE

Esther H. Pereyra Arandia de Pérez Pardo

Hugo R. Flombaum"


El mecanismo de la convertibilidad:

La ley de convertibilidad se sancionó el 27 de marzo 1991 y entró en vigencia el primero de abril de ese mismo año. La ley dispuso la libre convertibilidad de 10.000 australes por dólar (artículo 1) y a partir del primero de enero de 1992, y en virtud del artículo 12 que facultó al poder ejecutivo para cambiar la denominación y expresión numérica del Austral respetando la relación de conversión de 10.000 australes por cada dólar, tienen curso legal los billetes y monedas, emitidos por el Banco Central de la República Argentina que circulan con la denominación de pesos y con el símbolo $, denominándose centavo a la centésima parte del peso. De esta manera, a partir de 1992 un peso es igual a un dólar.

En este régimen de libre convertibilidad, el Banco Central de la República Argentina debía respaldar por lo menos el 100% de la circulación monetaria con las reservas de libre disponibilidad: oro, divisas, títulos de otros países y títulos nacionales emitidos en moneda extranjera (artículo 4). De esta manera, se procuraba evitar que el Estado emita dinero para solventar el déficit público. La creación y la absorción de dinero quedan limitadas al ingreso y egreso de divisas, lo que transforma la oferta monetaria en una variable exógena o externa, que no puede ser controlada por la política económica.

Si la demanda de dólares era mayor que la oferta, teóricamente debía subir el precio de cotización. Y si la oferta de dólares era mayor que la demanda, teóricamente debía bajar el precio de cotización. Pero en el régimen de convertibilidad el precio de cotización del dólar era fijo (peso igual a dólar), por ende, cuando la demanda era mayor a la oferta el Banco Central salía a vender dólares para mantener la relación de conversión, y los pesos recibidos a cambio de los dólares debían ser destruidos, dado que la emisión sin respaldo estaba prohibida (artículo 2); y en el caso contrario, si la oferta era mayor que la demanda, para evitar que el precio de cotización baje, el Banco Central salía a comprar divisas (dólares) para mantener la relación de conversión (artículo 3). Esto constituía la esencia de la ley de convertibilidad, dado que con estas medidas se evitó la emisión espuria de dinero, dado que para aumentar la masa monetaria (dinero existente en el mercado más depósitos) era necesario aumentar las reservas, por lo cual la emisión quedaba limitada al ingreso de divisas. Pero obstante, quedaba un gran hueco abierto, dado que la ley de convertibilidad en su artículo 4 estableció que la circulación monetaria también podía ser respaldada con los títulos públicos, nacionales o extranjeros emitidos en moneda extranjera. Con esto se dejaba abierta la posibilidad de incrementar la masa monetaria, dado que emitiendo títulos públicos se podía incrementar la masa monetaria, en la cual las entidades financieras sustituyen al Banco Central como emisor. Pero pese a ello, el Gobierno Argentino durante la convertibilidad fue discreto en la utilización de esta política de deuda, dado que si la hubiese utilizado en forma indiscreta se hubiera entendido que el Estado no estaba cumpliendo el espíritu de la ley, lo que hubiese provocado la desconfianza del sector privado.

La ley de convertibilidad establecía otras medidas como la anulación de la indexación con el fin de evitar que la inflación pasada se trasladará al futuro así como también la reforma del código civil, pero como la esencia de este trabajo de investigación era reflejar la razón por la cual, debido a la ley de convertibilidad, el Estado ya no pudo recurrir al impuesto inflacionario, el análisis de todos los artículos de la ley de convertibilidad exceden esta investigación. Por ende, podemos decir en síntesis, que como dijo Lopez Murphy (...) se eligió un instrumento que generó inmediatamente una reacción de credibilidad; lo hizo al costo de prácticamente colocar el sistema económico, y básicamente todo el proceso de estabilización en una camisa de fuerza; en realidad, en una camisa de fuerza cerrada por un candado cuya llave había sido arrojada ". "Las autoridades suponían que, para generar mayor confianza en la perdurabilidad de la estabilidad de precios, se debía renunciar explícita e irreversiblemente a un conjunto de herramientas de política económica que podría desarticular el nuevo modelo económico. Entre ellas, se destacaban el financiamiento del déficit por medio de emisión monetaria espuria y la devaluación; por eso, la convertibilidad era una de las piezas centrales del programa Lopez Murphy, Ricardo. Los planes de estabilización en el Mercosur, en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad Nº 8. Buenos Aires, primer semestre de 1995, página 12.

El fin de la inflación

La ley de convertibilidad logró su objetivo principal de estabilizar el nivel general de precios. El cuadro a continuación muestra la evolución de los índices de precios al consumidor en porcentajes anuales desde 1973 a 1994, puede verse claramente que desde 1989 a 1991 cayeron abruptamente a tal punto que en 1992 en adelante la inflación es notoriamente menor con respecto a años anteriores. Si vemos los comportamientos anteriores de los índices de precios, vamos a ver claramente una tendencia creciente. De 1985 a 1986 sufre una disminución notoria debido al Plan Austral que como ya se dijo logró sus objetivos a corto plazo. Pero debido a ciertas circunstancias, luego se hicieron ajustes al mismo lo que determinaron su fracaso, por lo cual, a partir de 1986 la inflación se incrementa nuevamente hasta llegar al pico hiperinflacionario de 1989 con 4923,60%. Si analizamos la evolución del índice de precios durante el gobierno radical vamos a ver que salvo el periodo 1985 y 1986, la tendencia fue creciente.

Hay que destacar que la ley de convertibilidad rige a partir del primero de abril de 1991 en adelante, pero ya en 1990 la inflación descendió debido a la adopción por parte del gobierno de políticas monetarias más discrecionales. Domingo Felipe Cavallo cuando asumió como ministro de economía en reemplazo de Erman González, una de sus primeras medidas consistió en (...) la fijación de una banda de fluctuación del tipo de cambio, con un tope de 10.000 australes por dólar y un piso de 8000 y en el caso de alcanzar el superior, el Banco Central debía vender dólares y en el caso del alcanzar el inferior comprarlos. De esta forma se avanzaba hacia el establecimiento de un régimen de tipo de cambio fijo.

Esto explica la reducción del índice de precios de 4923,6 en 1989 a 1343,9 en 1990.

A continuación se exponen los cuadros que muestran la evolución del índice de precios durante el gobierno radical y durante el gobierno menemista. Resulta importante exponerlos, sobre todo en el último caso, donde se puede distinguir claramente la disminución de la inflación

La evolución de la inflación en el gobierno radical

AÑO

INDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR

1983

433,7

1984

688

1985

385,4

1986

81,9

1987

174,8

1988

387,7

1989

4923,6

La evolución de la inflación en el gobierno menemista

AÑO

INDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR

1989

4923,6

1990

1343,9

1991

84

1992

17,5

1993

7,4

1994

3,9

1995

1,6

1996

0,1

1997

0,3

1998

0,7

1999

-1,8

El fin del impuesto inflacionario

Como puedo verse precedentemente, la dolarización de la economía o el régimen de convertibilidad puso fin al cáncer de la economía argentina: la inflación.

Esto traería aparejado otra consecuencia: el fin del impuesto inflacionario, que constituía uno de los recursos con los cuales los gobiernos argentinos solventaban parte déficit fiscal, aunque nunca lo eliminaron.

A continuación se expone el cuadro que muestra la evolución del impuesto inflacionario en porcentajes

AÑO

IMP. INFLAC.

1983

11,5%

1984

11,2%

1985

7,1%

1986

1,3%

1987

1,4%

1988

3,6%

1989

9,1%

1990

4,3%

1991

0,4

1992

0,2%

1993

0,2%

El persistente déficit fiscal

Como ya se dijo anteriormente, la evolución del gasto público fue tan importante que provocó déficit alarmantes, esto a su vez llevó al Estado a solventar una parte del exceso de gasto mediante el impuesto inflacionario, es decir, emitía en forma descontrolada para tener una mayor recaudación lo que provocaba la inflación que constituía el principal problema de la economía argentina. Pero cuando el gobierno menemista empezó a planear la dolarización de la economía con el fin de poner fin a la inflación, surgió un nuevo problema: el déficit se iba a incrementar, dado que con la convertibilidad se pondría fin a la inflación, y por ende al impuesto inflacionario. Esto llevó a la idea no sólo de seguir tratando de reducir el gasto sino también de generar nuevas fuentes de ingresos, dado que como se vio anteriormente en 1988 todo el gasto en su conjunto cayó abruptamente, pero sin embargo el déficit en 1988 se incrementó con respecto a 1987. Entonces: ¿cómo se explica que en 1988 el gasto público general haya tenido la disminución más abrupta desde 1965 a 1992 y que sin embargo el déficit haya seguido incrementándose?. Este fenómeno de la disminución abrupta del gasto público desde 1987 a 1988 puede verse claramente en el gráfico A de la primera parte que trata del presupuesto nacional y el déficit.

El cuadro más abajo muestra como evolucionó el déficit fiscal desde 1973 a 1995, en el puede verse lo antes dicho, en 1988 el déficit se incrementó con respecto a 1987 a pesar de la disminución histórica del gasto público.

Esto puede explicarse de la siguiente manera: el problema no sólo radicaba en que el Estado mantenía un nivel de gasto elevado, sino también se fundaba en la escasa recaudación, por ende, el problema no se iba a solucionar solamente disminuyendo el gasto, sino generando nuevas fuentes de recursos. Esa nueva fuente de recursos se iba a procurar mediante la privatización. Esto permitiría al gobierno obtener dos diferentes tipos de fuentes de recursos:

1º las transitorias: esta fuente la constituía la venta de las empresas públicas dado que el precio de venta se percibía como es lógico una sola vez:

2º las permanentes: básicamente esta fuente la constituye la privatización mediante la modalidad de la concesión, el Estado percibe regularmente el canon.

Según Sebastián Edwards Al enfrentarse a la necesidad imperiosa de abordar los grandes desequilibrios fiscales (...), numerosos planificadores pensaron que la venta de los bienes de propiedad pública era la única forma de obtener liquidez a corto plazoSebastian Edwards. Los gobiernos tiene habitualmente objetivos múltiples cuando inician la privatización: incrementar los ingresos (netos) del gobierno, reducir la dimensión del sector público, aumentar la eficacia y extender el alcance de la propiedad

Por ende, la privatización se debió:

1º a la necesidad imperiosa de generar recursos;

2º a la necesidad del Estado de reducir el gasto económico,

3º mejorar la prestación del servicio público.

Por esa razón, 1990 empieza en Argentina la oleada de la privatización, comenzando con Entel que en noviembre de 1990 se vende el 60% y con Aerolíneas Argentinas con la venta del 42%. En el caso de Ferrocarriles Argentinos, que es el que nos interesa, la primera concesión se da en noviembre de 1991 por 30 años, se concesiona el ramal Rosario - Bahía Blanca, carga con 5287 kilómetros. Los ferrocarriles de carga se concesionan entre 1991, 1992 y 1993, y los ferrocarriles metropolitanos entre 1994 y 1995.

Por ende, el problema de las cuentas fiscales se solucionó por varias causas, entre las cuales podemos mencionar:

1º los ingresos de las privatizaciones y la reforma fiscal;

2º la reducción del gasto económico trasladando las empresas públicas a los particulares.

En el recuadro más abajo se muestra como evolucionó el déficit fiscal desde 1983 a 1995 vamos a ver como en 1991, año en el cual empiezan las privatizaciones y concesión de Ferrocarriles Argentinos el déficit es notablemente inferior a años anteriores, en 1992 año en que siguen la concesión de los trenes de carga se logra un superávit al igual que en 1993, pero en este año disminuye el superávit.

A continuación se exponen lo datos del déficit fiscal desde 1973 a 1995:

Año

Déficit fiscal

1973

7,51

1974

7,92

1975

15,15

1976

11,73

1977

5,13

1978

6,83

1979

6,26

1980

7,55

1981

15,62

1982

16,52

1983

15,77

1984

21

1985

15,3

1986

16,9

1987

11,4

1988

12,8

1989

15,2

1990

2,5

1991

0,3

1992

-1

1993

-0,5

1994

0,6

1995

-0,3

En síntesis: el gobierno justicialista advirtió esta circunstancia, es decir, cuando se pensaba poner fin a la inflación mediante la convertibilidad, se advirtió que la brecha entre gasto públicos e ingresos públicos se ampliaría, por ende, la necesidad de privatizar el sector público adquirió más fuerza aún, porque si bien es cierto que con el impuesto inflacionario había un elevado déficit fiscal, sin el se elevaría aún más.

Autor: Richard Amaro

Gastos de la administración gubernamental

Introducción. Objeto.



Dentro de este rubro de gastos se encuentran los siguientes gastos:

1º conducción nacional;

2º administración fiscal;

3º control fiscal;

4º legislación;

5º justicia;

6º asuntos exteriores;

7º culto;

8º apoyo a gobiernos provinciales y municipales;

9º administración general sin discriminar.

Económicamente se puede decir que son una clase de gastos corrientes, y vulgarmente se denominan gastos de la burocracia, y son estos gastos hacia los cuales se enfocaron los planes de reforma tanto en la década del '70 con Martínez de Hoz como en la década del '80 con Raúl Alfonsín y en la década del '90 con Carlos Saúl Menen. Como veremos más adelante este tipo de gasto junto al gasto social y al gasto económico son los que más evolucionaron en la historia del presupuesto público, pero no obstante, el tratamiento que recibieron los gastos gubernamentales y los gastos económicos fue totalmente distinto al que recibió el gasto social.

Martínez de Hoz en la década del '70 propugnaba una reforma administrativa (reducción del gasto gubernamental) y proponía que el Estado ceda en la prestación de ciertos servicios en donde el mercado podía llegar a ser más eficiente (reducción del gasto económico). Raúl Alfonsín luego del fracaso del Plan Austral de Sourrouille, propuso en 1986 un plan de reformas cuyos principales objetivos eran: aumentar la eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios públicos mediante la privatización (reducción del gasto económico) y reformar la administración centralizada y descentralizada (reducción del gasto gubernamental). A fines de los años '80, Menem propuso el gran plan de reformas luego del fracaso radical que contemplaba dos grandes temas: privatización (reducción del gasto económico) y reconversión de la administración estatal (reducción del gasto gubernamental). Por ende, el énfasis se puso en estos dos tipos de gastos, dejándose de lado el gasto social, aunque esto no indica que no haya habido recortes en los mismos, todo lo contrario, si los hubo pero en menor medida dado que al estar en crisis el país durante mucho tiempo, año tras año aumentaba el número de familias en la indigencia, por lo cual se justificaba el elevado gasto social (que en términos del presupuesto se denominan gasto de Bienestar social). Un recorte radical de los mismos hubiera implicado un descontento general, dado que en los años '70 y '80 imperó la inflación y la recesión.


En cambio, si se trataba de atacar al gasto gubernamental dado que se consideraba que el Estado estaba sobredimensionado de manera innecesaria, y que el gasto económico podía reducirse si se lograba una mayor eficiencia y eficacia. Como puede observarse en el gráfico F, el gasto gubernamental en general fue inferior al económico. Las tendencias de ambos gastos no son homogéneas. La razón de este gráfico es señalar la gran brecha entre uno y otro gasto.

El objeto de analizar el gasto gubernamental es el mismo que en el caso de los intereses de la deuda: analizar como incidió en la evolución del déficit fiscal, dado que en la parte introductoria dije que las principales variables que incidieron en el déficit fueron: los intereses de la deuda, el gasto gubernamental y los déficit de las empresas públicas (que en términos del presupuesto lo podemos denominar gasto económico). Existe una cuarta variable de gran incidencia que es el gasto social, pero debido a que lo considero un gasto necesario y fundamentado; y además porque excede el campo de análisis de esta investigación la vamos a considerar como una variable constante. Además, las dos principales variables que se utilizaron como fundamento para los diversos planes de reformas contemplaban el gasto económico y gubernamental.


Como puede observarse en el gráfico F el gasto social (o de bienestar social) evolucionó mucho más que el gasto gubernamental, inclusive en ningún año es superado por el gasto gubernamental; la tendencia experimentada por el gasto social fue creciente desde 1965 a 1992 con algunas oscilaciones.

De ese gráfico se desprende que la jerarquía de gastos desde 1965 a 1992 de mayor a menor es la siguiente: 1º Gasto de Bienestar Social, 2º Gasto Económico y 3º Gasto Gubernamental.

Lo que quiero demostrar, como ya se dijo, es que debido a la evolución de estos tres tipos de gastos principalmente, el déficit se convirtió en una variable incontrolable que evolucionaba en forma constante. Los planes de racionalización del gasto sólo producían efectos en el corto plazo, porque eran totalmente coyunturales. No había una planificación estructural a largo plazo y seria. Este es un fenómeno muy interesante, dado que como se verá en la segunda parte de esta investigación, lo mismo ocurrió con Ferrocarriles Argentinos.

Cuando asumieron los justicialistas se encontraron con los grandes problemas de la economía argentina: la inflación y el déficit fiscal.

La solución al primero consistió en un sistema de convertibilidad rígido, que limite el uso por parte del Estado de la política monetaria; dado que los sucesivos gobiernos solventaban una parte del exceso de gasto mediante el emisionismo lo que generaba inflación; y la necesidad de tomar políticas fiscales contractivas mediante reformas fiscales que se traducían en aumento de la presión tributaria generaba a su vez más recesión. Digo que solventaban sólo una parte del exceso del gasto, dado que el impuesto inflacionario no era tan suficiente para cubrir toda la brecha que separaba los gastos de los ingresos.

La solución al segundo problema consistió en la privatización de las empresas, proceso que se no sólo se vio fundamentado por el persistente déficit fiscal de años anteriores, sino también con la convertibilidad, dado que con este régimen el mismo se incrementaría producto de la eliminación del impuesto inflacionario.

Este es el objeto del análisis de la evolución de los gastos antes mencionados: analizar como incidió en el presupuesto incrementando el déficit lo que trajo como consecuencia la privatización. Aunque la segunda parte de la investigación recaerá en la otra causa de la concesión de los ferrocarriles: la necesidad de generar nuevas inversiones a fin de mejorar la prestación del servicio y racionalizar los costos ferroviarios.

Tal vez resulte repetitivo mencionar el porqué del análisis de ciertas variables, pero creo que esa repetición permite que el lector pueda establecer la relación de las variables analizadas.

Evolución del gasto gubernamental y los intentos de reforma:

En la parte introductoria dije que fueron numerosos los intentos que se centraron en reducir la dimensión del Estado con el fin de terminar con el déficit. Sin embargo esto no quedó plasmado en la evolución de las variables, lo que quiere decir que los planes de reforma administrativa fueron coyunturales, lograron sus objetivos a corto plazo dado que en el largo se volvía a la situación anterior o peor, salvo excepción la reforma menemista dado que esta no fue coyuntural sino estructural y tuvo cierta permanencia en el tiempo.

Los primeros intentos los tenemos durante el último gobierno militar con Martínez de Hoz, dado que si vemos el gráfico G vamos a ver que desde 1965 hasta principios de 1975 la evolución de gasto de la administración general experimentó una evolución acelerada y absolutamente constante, hasta tal punto que en 1975 el gasto gubernamental supero los gastos económicos. Luego, a partir de ese año empieza a descender y se mantiene en baja durante seis años. Con el retorno de la democracia de la mano de Raúl Alfonsín los gastos gubernamentales crecieron en una proporción mucho mayor que en la década del '70, inclusive el pico máximo que se alcanzó en 1987 superó al de 1975. El descenso del gasto desde 1975 se debe a las políticas de racionalización tomadas por Martínez de Hoz tendientes a reducir la dimensión de la burocracia, el plan se denomino "Plan permanente de racionalización administrativa".

En general los intentos de reforma lo podemos dividir en tres:

• El primer intento: Grispun (1983-marzo 1985)

• Segundo intento: Sourrouille y el Plan Austral.

• El último intento: el Plan Primavera.

Estos intentos sólo dieron resultados a corto plazo debido a que la administración gubernamental era totalmente ineficiente e ineficaz, lo que llevaba a un crecimiento desmedido del Estado, lo que hacía imposible controlar las cuentas fiscales. Estos problemas persistieron, aún durante el gobierno menemista. El justicialismo para enfrentar los enormes gastos de la burocracia, no sólo tuvo que recurrir a racionalizar el gasto sino también a generar recursos, mediante una reforma fiscal y privatización. Con esta última, también se lograba la eliminación de muchas secretarías y subsecretarías que tenían a cargo la administración de las empresas públicas.

Autor: Richard Amaro

Las Crisis Energéticas y el Endeudamiento Argentino

Introducción. Origen de la deuda.



El endeudamiento del gobierno argentino lo podemos dividir en dos etapas de 1973 a 1974 y de 1978 a 1979, dado que la razón principal de este proceso de acumulación de deuda se debió a la crisis energéticas mundiales de 1973 y 1978 que afectó especialmente a los países en vías de desarrollo, en particular a América Latina, hasta tal punto que la gran mayoría entraría en cesación de pagos debido a la falta de recursos, como en el caso de la Argentina que en 1986 empieza a destinar una parte menor de los recursos fiscales al pago de intereses, hasta que a principios de 1988 entra en cesación.

Estas crisis energéticas desembocaron en la peor crisis financiera mundial luego de la gran depresión de 1929, los países endeudados debido a las altas tasas de interés experimentaron aumentos espectaculares en su factura de intereses.

El objeto de analizar la crisis energética y el endeudamiento argentino estriba en que los intereses de la deuda van a convertirse en la década del '70 y '80 en uno de los rubros más importantes que incidieron en el desequilibrio fiscal (...) los intereses de la deuda pública implicaban una fuente de egresos fiscales muy grande, que complicaba el equilibrio de las cuentas públicas. Por otra parte, la necesidad de divisas para la cancelación de dichos intereses presionaba fuertemente sobre el mercado cambiario y generaba tensiones inflacionarias importantes (...) RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 811., por ende, el déficit del presupuesto no sólo se debió a la ineficaz e ineficiente administración gubernamental, sino también al endeudamiento.


También se tendría que tener en cuenta que la privatización de las empresas públicas permitió la capitalización de la deuda. Esta es una de las razones por las cual también se privatizó. Pero no obstante, en el caso de Ferrocarriles Argentinos y Ferrocarriles Metropolitanos SA este elemento no estuvo presente; en la concesión no se capitalizó deuda, por ende este tema escapa a este trabajo de investigación.

En el gráfico C se muestra la deuda externa argentina desde 1975 a 1980 en miles de millones de dólares; y en el gráfico D se muestra la deuda externa desde 1981 a 1992 en miles de millones de dólares. El gráfico E muestra la evolución de la deuda pública argentina en millones de dólares desde 1966 a 2001. En dicho gráfico se puede ver claramente la tendencia creciente del endeudamiento argentino a lo largo de la historia.



La primera crisis energética (1943-1974):

Afines del año 1973, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el marco de la guerra árabe - israelí, dispuso elevar drásticamente el precio del crudo. De enero de 1973 a enero de 1974, el precio del barril del petróleo subió casi un 500 por ciento, esto provocó que las economías occidentales entraran en una profunda crisis que repercutió en la balanza comercial. Entonces, la mayoría de los países desarrollados implementó medidas de ajuste con el fin de reducir las importaciones y aumentar las exportaciones para poder hacer frente a la factura petrolera.

Nuestro país sufrió el cierre del mercado europeo para nuestras exportaciones cárneas y la caída del volumen de otros productos vendidos al exterior.

Los déficit en cuenta corriente eran cuantiosos dado que la salida de divisas era mayor que el ingreso, esto llevó a financiar esos déficit mediante el crédito o deuda pública.

Los países exportadores de petróleo (países de la OPEP) habían tenido excedentes importantes que fueron canalizados por la banca hacia los países importadores de petróleo.

Esto conllevó a que aumentará el peso del pago de intereses en el presupuesto, aunque hay que destacar que esta primera crisis energética no repercutió de manera muy significativa, dado que los préstamos de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo ayudaron a salir del problema del déficit en cuenta corriente. Además hay que considerar que los países en vías de desarrollo se endeudaron moderadamente y que la economía mundial experimentaba un crecimiento positivo. Los efectos de esta primera crisis van a ser importantes cuando se suceda la segunda crisis energética, dado que el endeudamiento producto de la primera más el endeudamiento de la segunda van a generar una situación insostenible que va a culminar con la crisis de la deuda hacia fines de la década del '80.

La segunda crisis energética (1978-1979):

El segundo período de aumento acelerado del petróleo se vivió a fines de la década del '70. En el primer año 1978, la inflación mundial se intensificó, la cuenta corriente de los países importadores de petróleo se tornó marcadamente negativa y la recesión se impuso. En primer lugar, cuando sobrevino el primer aumento del precio del petróleo, la mayoría de los países tenían posiciones sostenibles de cuenta corriente y niveles moderados de endeudamiento, pero esto no fue así cuando sobrevino el segundo aumento. La actividad económica de los países más desarrollados implantaron políticas antiinflacionarias. Estas políticas originaron los siguientes efectos:

1º recesión;

2º reducción del comercio internacional;

3º descenso del precio de las materias primas;

4º aumento de las tasas de interés nominales y reales.

Esta situación hizo que la economía mundial sufriera un retroceso que trajo graves perjuicios a la economía argentina que ya tenía serios problemas, dado que esto generó desempleo, disminución de las exportaciones, caída de los precios de nuestros productos agrícolas y los más importante, las tasas de interés de los préstamos se elevaron radicalmente. Pero a pesar de ello, el endeudamiento argentino siguió creciendo hasta tal punto que el volumen de préstamos que se dirigió a nuestro país sólo va a ser superado por México y Brasil.

En nuestro país (...) buena parte de los préstamos se dirigió a la formación de una importante reserva de divisas (...), y que tenía por objeto fortalecer las condiciones para la posterior implementación de una política de estabilización basada en la utilización del tipo de cambio como ancla del sistema de precios (...) RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 811.

La economía Argentina atravesaba el problema de la inflación ya que el Estado intentaba solventar los déficit del presupuesto con el impuesto inflacionario, por ende los particulares recurrían al cambio de pesos por dólar para evitar la pérdida del poder adquisitivo, lo que provocaba la suba del tipo de cambio, y por ende más inflación dado que los insumos del exterior se encarecían con el tipo de cambio más elevado. Entonces, el Estado se endeudaba para intervenir en el mercado cambiario mediante la política monetaria puesta en práctica por el Banco Central de la República Argentina a fin de lograr la disminución de la cotización del dólar para frenar la inflación. Además parte de esos recursos provenientes del exterior servía para compensar la salida de divisas producto del saldo negativo de la cuenta corriente, y por otra parte, financiar el déficit fiscal.

Este proceso de endeudamiento siguió (o mejor dicho se acentuó) a principios de la década del '80, pero en esta circunstancia el endeudamiento no se vió reflejado en el crecimiento de las reservas, dado que en la década del '80 imperó la patria especulativa y no la productiva. "(...) Las salidas de divisas representaron, entonces más del 60 por ciento del incremento del nuevo endeudamiento contraído (...) "

La salida de divisas se producía por la fuga de capitales y la especulación. Uno de los mecanismos de especulación muy difundido en nuestro país era el siguiente: se introducían dólares prestados por bancos extranjeros, se los pasaba a pesos, se realizaban las ganancias por la tasa de interés nominal interna mucho mayor que el costo del crédito, fijado por la tasa de interés externa, después se reconvertían los pesos (capital más intereses) a dólares, se los sacaba del país y depositaba en un banco extranjero, y se obtenía un nuevo crédito en dólares de ese banco con la garantía del depósito, y así se repetía la operación.

(...) Al igual que los otros países fuertemente endeudados, la Argentina se enfrentó en los ochenta con la combinación letal de alta tasas de interés y, por ende, crecientes servicios de deuda (...) Esta situación desembocaría finalmente en una cesación de pagos a comienzos de 1880
BEKER Víctor A. - MOCHÓN Francisco. Economía: elementos de micro y macroeconomía. Madrid. Editorial McGraw-Hill 1994. Página337.

En el caso de las tasas de interés (...) pasó a un promedio de 3,4 por ciento entre 1970 y 1980 a 19,9 por ciento en 1981, 27,5 por ciento en 1982 y 17,4 por ciento en 1983 EDWARDS Sebastián. Crisis y reforma en América Latina: del desconsuelo a la esperanza. Buenos Aires. Emecé ediciones 1998. Página 35.

La plataforma del partido radical en 1983 decía al respecto: El objetivo de la renegociación será reprogramar los vencimientos con tasas de interés tan bajas como sea posible, a través de la obtención de nuevas líneas de crédito de los organismos internacionales y de los organismos oficiales extranjeros que cobran tasas más bajas y otorgan plazos más largos (...) SAN MARTINO DE DROMI Laura. Argentina contemporánea de Perón a Menem. Buenos Aires. Ediciones Ciudad Argentina 1996. Página 1109.. Pero igualmente los elevados intereses repercutía en el equilibrio de las cuentas fiscales dado que el Estado debía adquirir divisas para cancelar los intereses, por lo cual se recurrían a nuevos préstamos, y esto desembocaba en un círculo vicioso.

Para solucionar el problema se tuvo que renegociar la deuda en numerosas oportunidades a fin de que se flexibilicen las condiciones financieras de la deuda (tipos de interés, vencimientos, comisiones, etc.). La Argentina a partir de 1986 empieza a destinar una parte mucho menor de los ingresos fiscales al pago de intereses de los que en realidad debía destinar, lo cual ya daba indicios de las dificultades que tenía el país con el equilibrio de las cuentas fiscales y del peso que tenía los intereses en el presupuesto.

Cuando los justicialistas suceden a los radicales, se encontraron con el problema de la renegociación de la deuda, la inflación y el desequilibrio fiscal. La única manera de poder llegar a un acuerdo con los acreedores, era reduciendo el gasto total del Estado y generando nuevos ingresos. Esa era la única forma de pensar en la renegociación, dado que el Estado no huebiese podido afrontar las cuotas de servicios (capital amortizado más el interés correspondiente) de la deuda, si no se pensaba en "achicar" el gasto y generar ingresos porque el gobierno no tenía recursos y encima tenía un largo historial de déficit fiscal. Con respecto a este último, el análisis de esta variable dilucidó el problema que tenía el Estado con el equilibrio de las cuentas públicas, los intereses de la deuda no sólo constituyeron un grave problema para los radicales sino también para los justicialistas, la única manera de pensar en llegar a un acuerdo con los acreedores para continuar con los pagos correspondientes, y a su vez, mantener una adecuada relación ente gastos públicos e ingresos públicos, eran fortaleciendo las finanzas públicas mediante la privatización de las empresas públicas, entre ellas, Ferrocarriles Argentinos y Ferrocarriles Metropolitanos S.A.

Quiero dejar en claro, que el análisis de esta variable y de la otras dos que vendrán a continuación no es vano e incoherente con la investigación, sino que dejan en claro lo que quiero probar: el creciente déficit fiscal, provocado por un creciente gasto (principalmente los tres en cuestión), va a provocar la concesión de los ferrocarriles.

Autor: Richard Amaro

Déficit del Presupuesto Público

Marco general



Una de las características fundamentales de la economía argentina de la década del '70, '80 y principios del '90 fue el persistente y constante desequilibrio fiscal que constituyó la principal causa de la crisis económica, dado que (...) si bien no puede afirmarse que la economía argentina obedece a una causa única - son varias siempre - si puede decirse, en cambio, que su motor principal lo constituye el déficit fiscal (...) RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 814..

Los gastos públicos tuvieron una tendencia creciente desde la década del '70 hasta fines de la década del '80, mientras que los ingresos fiscales no se incrementaban en la misma proporción, esto generaba el cuantioso déficit.

Los factores o variables que incidían en el incremento del gasto público eran principalmente:


• el gasto de la administración gubernamental;

• intereses de la deuda;

• el déficit de las empresas públicas.

Este déficit traían importantes consecuencias, dado que el Estado para solventar o reducir los mismos debía elegir una o más alternativas seguidamente enumeradas:

1º endeudarse:

1.1. pedir prestado a los organismos internacionales,

1.2. emitir títulos de deuda interna o externa,

1.3. recurrir al crédito de bancos nacionales o internacionales;

2º emitir dinero (emisionismo);

3º aumentar la presión tributaria;

4º reducir el gasto (recorte o reforma).


El gobierno argentino combinó estas cuatro alternativas durante las dos décadas anteriormente mencionadas, aunque hay que destacar que si bien siempre se tocaba el tema de reforma administrativa en los discursos políticos, estas nunca llegaron a ser eficaces dado que para solucionar el problema se requería de una reforma estructural y no coyuntural, por lo cual el gasto público luego de disminuir por un tiempo producto de los recortes, volvía a incrementarse por efectos de otras partidas. Todo esto hacía que la situación se agravara, dado que al endeudarse el Estado aún más, aumentaba la deuda pública y por ende el pago de intereses, y por lo tanto, se generaban mayores déficit. Por otra parte, al recurrir al emisionismo, esto generaba inflación que a su vez alteraba la economía en su conjunto dado que el signo monetario variaba constantemente y sumado a la política fiscal contractiva reflejada mediante una mayor presión tributaria se generaba una recesión profunda. Y como dice Mochón y Beker (...) los déficit no son necesariamente malos. Cualquier medida destinada a eliminarlos, especialmente durante la recesiones, empeoraría la situación. Pero si son extremadamente grandes y persistentes (nuestro caso), pueden crear un círculo vicioso (...) BEKER Víctor A. - MOCHÓN Francisco. Economía: principios y aplicaciones. Madrid. Editorial McGraw-Hill 1997. Página 362..

La Reforma Marcha sobre Rieles

Autor:Richard Leonardo Amaro Gómez


En la década del 80 y principios del 90 América Latina transitó por un proceso de profunda y radical transformación que se conoció con el nombre de REFORMA, que estuvo orientada hacia una economía de mercado y a limitar el rol del Estado, dejando de lado las tradicionales políticas proteccionistas.

La República Argentina fue un fiel reflejo de ese proceso de Reforma, a principios de la década del 90 mediante un programa neoliberal se llegó: al plan de convertibilidad, al plan de ajuste fiscal, al plan de privatizaciones, el plan de reforma laboral, el plan de desregulaciones, el plan de apertura comercial y de reforma de la administración pública.

Todos esos planes fueron necesarios para poner fin a la situación económica social que era pésima y marcar una nueva senda de crecimiento sostenido; dado que con el retorno de la democracia de la mano de Raúl Alfonsín, "el gobierno militar dejaba una herencia económica poco menos que catastrófica: el país se hallaba en plena recesión, con una desocupación creciente, una inflación de más del 400%, una deuda externa de casi 45000 millones de dólares (casi el 70% del PBI) y sin reservas internacionales". Pero la herencia económica que luego dejo el gobierno radical no sería más favorable que la que había heredado: inflación, recesión, deterioro de las cuentas fiscales, elevado endeudamiento interno y externo, retroceso de las reservas, la huída de capitales y el tipo de cambio incontrolable. Con este fin se llevó a cabo el proceso de reformas que incluyó a Ferrocarriles Argentinos y a Ferrocarriles Metropolitanos S.A. que se concesionaron principalmente por dos causas:


a) El déficit fiscal; que constituía un problema estructural en la economía argentina, que se había intentado de varias formas eliminarlo pero nunca con resultados satisfactorios. Inclusive, la situación se agravaría aún más porque había que renegociar la deuda y retomar los pagos de la deuda externa. Por lo cual, el gobierno menemista planeaba realizar una reforma estructural, con el fin de reducir el sobredimensionado gasto del Estado y generar nuevos recursos para satisfacer las necesidades de la Nación y renegociar la deuda.

A esta situación se le sumaba otro gran inconveniente en virtud del cual el equilibrio de las cuentas públicas se hizo más imperiosa aún: el fin del impuesto inflacionario.

El desequilibrio fiscal provocaba el principal problema de la economía argentina: la inflación, dado que el Estado recurría al emisionismo para recaudar más vía impuesto inflacionario, y de esa manera reducir el déficit fiscal. Por ende, si el Estado no hubiese recurrido al impuesto inflacionario, el déficit durante las décadas de 1970 y 1980 hubiese sido notablemente superior.


Cuando el gobierno justicialista pensaba en poner fin a la inflación, se pensó en la dolarización de la economía que traería como efecto secundario la eliminación del impuesto inflacionario dado que ya no podría recurrirse al emisionismo para recaudar más vía impuesto inflacionario, esto produciría que el déficit se agravará.

Por ende, el justicialismo realizó una reforma estructural, con la finalidad de solucionar el desequilibrio de las cuentas públicas y renegociar la deuda, por esa razones, se planificó la concesión de los ferrocarriles, dado que transfiriendo la explotación a los particulares no sólo se lograría reducir el gasto sino también se lograría aumentar los ingresos ordinarios para solventar las necesidades de la Nación, dado que los concesionarios debe pagar el canon.

b) La mala calidad del servicio ferroviario. La empresa Ferrocarriles Argentinos prestaba un servicio de pésima calidad y además no se había renovado el parque ferroviario en varias décadas, lo que llevó a que la demanda se contrajera en favor de los automotores, y por ende se redujo la rentabilidad. La falta de inversión e innovación tecnológica era el principal problema de los ferrocarriles. En un reportaje del diario Clarín a Roberto Dromi, principal impulsor del proceso de reforma en los servicios públicos, dijo: (...) el Estado se ha acostumbrado a prestar servicios deficitarios en calidad y tampoco se ha preocupado por el mantenimiento de los bienes afectados a la prestación del servicio. Como ocurre, por ejemplo, con Ferrocarriles Argentinos, que cuenta con bienes virtualmente de archivo Diario Clarín. Domingo 2 de julio de 1989. "Reportaje exclusivo a José Roberto Dromi, futuro ministro de Obras y Servicios Públicos", por Liliana Franco. Suplemento económico, páginas 6 y 7.. Entonces la finalidad de la concesión, no solo apuntaba a reducir el déficit contrayendo el gasto y generando ingresos, sino también respondió a mejorar la eficiencia del transporte ferroviario estimulando la innovación tecnológica mediante el ingreso de capitales y alentando nuevas inversiones que mediante modernas técnicas de administración mejore la calidad de las prestaciones.

Autor:

Contador Público

Licenciado en Administración de Empresas

Richard Leonardo Amaro Gómez

2do Gobierno de Yrigoyen (1928 – 1930)

La redefinición de los apoyos sociales



En 1928, Hipólito Yrigoyen fue elegido nuevamente como presidente de la República. Su segundo gobierno se desarrolló dentro de un panorama económico internacional muy complicado por la profunda crisis mundial que estallo en 1929 y por la creciente oposición interna.

El presidente Yrigoyen trato de reafirmar su apoyo social entre los sectores medios. Además, los representantes radicales en el congreso eran en su mayoría hijos de inmigrantes y muchos de ellos profesionales universitarios. Esta era una diferencia importante en relación con el primer gobierno de Yrigoyen, en el que un gran numero de legisladores radicales pertenecía a la familias de la oligarquía.

Yrigoyen en 1916



El golpe militar de 1930 y el Derrocamiento de Yrigoyen

El 6 de septiembre de 1930. Un golpe militar encabezado por los generales Agustín P. Justo y José F. Uriburu puso fin a la segunda presidencia de Yrigoyen. La oligarquía terrateniente retomo el control del Estado y de la administración pública.

El ejercito estaba conducido por oficiales que compartían los principios del liberalismo conservador. Muchos de ellos pertenecían a tradicionales familias de la elite dirigente.

El golpe fue iniciado por Uriburu pero, debido a sus intentos de reformas a la constitución liberal conservadora de 1853, en 1932 asumió la presidencia el general Justo


La reorientación de la política económica

Con el fin de beneficiar a los sectores medios dependientes de la administración estatal, el tercer gobierno radical continúo impulsando un desarrollo industrial limitado. Los Yrigoyenistas impulsaron la nacionalización de los recursos petroleros del país, que en esos años eran explotados por empresas de capital estadounidense, y también el monopolio estatal.

Esta nueva actividad económica generaría una necesaria ampliación de la burocracia estatal y la consecuente oferta de nuevos cargos que serian distribuidos entre sectores medios urbanos dependientes del Estado.

El Yrigoyenismo se negó a considerar las leyes sobre el petróleo, esta negativa fue impulsada por las oligarquías de las provincias petroleras.

Con esto el presidente Yrigoyen se propuso obtener el control del Senado. Esta política económica se limito a enfrentar a los Estados Unidos.

El gobierno radical acordó la libre importación de material rodante para los ferrocarriles, redujo los derechos aduaneros sobre las importaciones de seda y acordó también la importación para la refinación de petróleo.

El impacto de la crisis económica mundial

En Octubre de 1929 se produjo una grave crisis económica que afecto a todo el sistema capitalista mundial. Sus repercusiones en la Argentina se notaron de inmediato, los ingresos de la aduana disminuyeron debido a la contracción del comercio internacional. Se sucedieron numerosas quiebras de empresas y comercios. El peso nacional perdía valor, disminuyeron las importaciones y exportaciones, y esto fue acompañado por una disminución de los salarios y por una elevada desocupación.

Las principales entidades que agrupaban a los terratenientes y a los exportadores se aliaron contra Yrigoyen y Buscaron el apoyo de grupos descontentos del ejercito.

Autor: Sergio Elmer

La Generación del 80

Por Alberto Pontoni. Enero 2003


La poca claridad de la dirigencia argentina por plantear una salida nacional frente a la actual crisis económica se refleja en la devoción que desde diferentes sectores se rinde a la Generación del 80 y su supuesta claridad para definir un proyecto de país. Paradójicamente, esa actitud incluye a quienes, presumiblemente, expresan un compromiso con un desarrollo de carácter autónomo.

Más allá de los confusos, que son mayoría, existe un grupo interesado en mantener vivo el culto a aquella dirigencia y el mito sobre la intencionalidad patriótica de sus acciones. La finalidad es demostrar que la bancarrota argentina se encuentra asociada al desplazamiento del patriciado local del gobierno y al intervencionismo estatal que produjo el cierre de la economía con propósitos industrialistas. Democracia e industrialización serían, justamente, las dos principales causas de la decadencia de los últimos 60 años, en contraste con la bonanza del periodo 1880-1940, de hegemonía conservadora.

En realidad, la expansión productiva y el fuerte auge exportador de aquel periodo se produjo a pesar de esa clase dirigente que, por otro lado, fue la principal responsable de la continuidad del rezago histórico nacional y de desaprovechar una de las grandes posibilidades que tuvo el país para sumarse al grupo de las naciones industrializadas.


La incorporación de la Argentina a la economía mundial es consecuencia de la conjunción de varios factores que permitieron el aprovechamiento de su potencial agropecuario. Por un lado, las innovaciones tecnológicas, principalmente el ferrocarril, la navegación a vapor y el frigorífico, que hicieron factible el transporte a grandes distancias de granos y carnes. Por otro, la inversión extranjera, principalmente británica, que asumió el financiamiento, la realización e, incluso, la operación de la infraestructura requerida para posibilitar las exportaciones agropecuarias. Al iniciarse la primera guerra mundial un 90% de la red ferroviaria y de la infraestructura ligada a la exportación de granos y carnes era extranjera.

La formidable afluencia de recursos destinados a poner en marcha el aparato productivo transformó el perfil del país y produjo una modernización del tipo "llave en mano". Todo se importaba desde los centros. Desde la red ferroviaria, con vías, trenes y estaciones, hasta el diseño urbano de las nuevas ciudades. La Argentina se modernizaba antes de alcanzar su industrialización, convirtiéndose en un paradigma de modernización sin desarrollo.

En este proceso, el papel de la Generación del 80, fue subordinado y sus mayores tareas fueron, en lo institucional, la integración del territorio y consolidación de un gobierno nacional, y en lo económico, allanar el camino para el ingreso del capital extranjero y promover la inmigración. Poco o nada hizo para aplicar al desarrollo la extraordinaria masa de excedentes generados durante este periodo.


La resistencia de esta dirigencia a la implementación de una estrategia de desarrollo industrial, que permitiera aprovechar la excepcional bonanza del momento, era la consecuencia lógica de un espíritu mercantilista que se arrastraba del pasado. Por otro lado, esta visión se correspondía con el interés de una clase terrateniente que había aumentado en forma extraordinaria su patrimonio, debido tanto a la incorporación de nuevas tierras, por la llamada "campaña del desierto", como al incremento de su cotización, derivada del aprovechamiento agrícola y de las inversiones en infraestructura.

Resulta sencillo de comprender la poca disposición de esa dirigencia en adoptar cambios que podrían llegar a resultarle perjudiciales, ya que promover la industrialización requería mejorar la distribución del ingreso, para estimular el desarrollo del mercado interno, y la adopción de políticas activas, para proteger las industrias nacientes.

Mejorar la distribución del ingreso implicaba, principalmente, provocar cambios en el régimen de tenencia de la tierra, que se encontraba concentrado en pocas manos. En Argentina la tierra no fue una recompensa al sacrificio de pioneros sino el botín de conquistadores. Sin duda, un sistema de producción basado en pequeños propietarios, del tipo colonos o chacareros como el sistema de farmers promovido en EEUU, habría favorecido el proceso de industrialización pero afectado el poder político y económico del sector dominante.

Las dificultades para acceder a la propiedad de la tierra fueron, justamente, una de las principales razones del alto porcentaje de inmigrantes "retornados". Un 70% de los casi 5 millones de extranjeros ingresados antes de 1920 regresó a sus paises de origen frustrados por la falta de posibilidades de incorporación estable, fenómeno que nos diferencia de lo sucedido en otros paises de evolución similar, como Canadá y Australia.

Por otro lado, la protección de industrias a través de la prohibición de importaciones o establecimiento de aranceles, como hizo EEUU a principios del s. XIX para estimular el desarrollo de su industria textil, habría encarecido el costo de los bienes y de la mano de obra, reduciendo el margen de utilidad obtenido en la actividad agropecuaria.

Obviamente, era más fácil y lucrativo usufructuar la renta de una riqueza territorial obtenida con poco esfuerzo –y valorizada por las inversiones de terceros- y acrecentar sus beneficios reinvirtiendo el excedente en el sector financiero, que abordar el desafío de la industrialización. El proyecto de la Generación del 80 fue la mera salvaguarda del interés particular de un sector reducido y concentrado de la sociedad, no el desarrollo nacional. Es más, favoreció la modernización de la Argentina pero obstaculizó su desarrollo.

Justamente, una de las grandes confusiones proviene de no distinguir modernidad de desarrollo. Toda nación desarrollada es moderna pero no toda nación que disfruta de los adelantos de un momento es desarrollada. Desarrollo indica la ubicación en un puesto de vanguardia en la transformación productiva, esto es, en la elaboración de bienes, en el posicionamiento industrial. Desarrollo es industrialización.

Hoy, paradójicamente, esta herencia sigue vigente a pesar de haber desaparecido aquella clase terrateniente. La confianza en las fuerzas del mercado y la carencia de un proyecto industrializador se vuelven a expresar con toda intensidad en los programas de los candidatos para las próximas elecciones presidenciales.

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