Artículos de Economía

Minería en el Perú... ¿una nueva prosperidad Falaz?

Luis Sánchez A


...En los años del siglo XXI, en el Perú se vivió una época dorada... éramos vistos como un país de gran inversión y oportunidades en el contexto global... sin embargo... no se planificó.





El naturalista y científico italiano Antonio Raymondi alguna vez dijo que el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro; pues al maravillarse de tantos y diversos recursos naturales que había conocido y estudiado pronunció dicha expresión muy recordada cada cierto tiempo. Y es que desde el siglo XIX el Perú ha ido experimentando una suerte de luz al final del túnel haciendo uso de sus variados y gratis recursos naturales; recursos que efectivamente salvaron su economía, pero el uso no sostenible de estos y la débil administración del Estado, terminaron por brindar prosperidades cortas, la historia las llama en su sentido singular, como prosperidad falaz.

Hacia la cuarta década del siglo XIX el capital, como hoy en día, era el eje que empezaba a mover la economía peruana. En Inglaterra, como consecuencia de la revolución industrial, se requería con suma urgencia cambios profundos en la agricultura, cambios que tomarían como materia prima a los fertilizantes, por lo tanto la demanda de estos aumentaron. Para suerte del Perú las numerosas aves costeras dejaron generosamente la materia prima para el impulso de la agricultura inglesa, es decir el guano.



La economía peruana reprimida por los gastos que ocasionó el proceso de independencia y otros conflictos, vio la luz al final de túnel con la comercialización del guano, y como la historia nos lo recuerda el guano fue comercializado de varias maneras.

En el año de 1879 el 80% de los ingresos fiscales totales provenían de la comercialización del guano. Entre 1840 y 1879 se exportaron directamente 12 millones de toneladas de guano, de esta cantidad el Estado peruano retuvo aproximadamente 525 millones de pesos. Para esa fecha, dicha cantidad representaba el capital para el inicio del desarrollo nacional, pero no fue así.

¿Cómo se gastó las rentas del guano?

El investigador Heraclio Bonilla en su trabajo “Guano y Crisis en el Perú del XIX”, indica que la mayor parte de la renta proveniente del guano fue usada para expandir la burocracia civil y militar, sólo el 20% fue usado para la construcción de ferrocarriles, ferrocarriles que se construyeron como corredores económicos, que servirían para la exportación de materias primas. No se incentivaron las actividades productivas del país y sólo una minoría de la población se enriqueció. Pensando que el guano duraría para siempre, el Estado se endeudó abusando del poder de crédito que el guano les permitía, el resultado fue la paralización de muchos ferrocarriles y una gran deuda con el capital inglés.

Pero las necesidades inglesas cambiaron y aparecieron los fertilizantes artificiales. Con la firma del contrato Dreyfus termina una época de prosperidad desaprovechada, la época del guano.

Otro recurso natural explotado fue el caucho, alrededor de la década de 1870 se originó una importante extracción indiscriminada del recurso natural en la selva peruana. El descubrimiento de la vulcanización y la cámara neumática desató una fiebre de extracción del recurso que trajo consigo la explotación de la población nativa en los centros de extracción caucheros, por otro lado las ganancias obtenidas migraron mayormente al exterior o a la capital, pero no se realizaron inversiones territoriales ni hubo industrialización; cabe resaltar que el capital inglés se llevó las semillas de la shiringuera (árbol donde provenía parte del caucho) a sus respectivas colonias, originándose la llamada crisis del caucho. Así acabó otra época de prosperidad falaz.

Han transcurrido varios años desde el guano, el salitre y el caucho, recursos naturales en sus estados más puros que fueron extraídos sin tener cuidado alguno, es probable que en aquellos tiempos no existiera la noción del uso sostenible de los recursos naturales que tanto se pronuncia hoy en mesas de debates entre economistas y diferentes profesionales. Sin embargo parece paradójico que los economistas de años atrás no hubieran reparado en la sostenibilidad de los recursos naturales, ya que la esencia de la economía como ciencia es administrar de la mejor manera los recursos limitados para satisfacer necesidades ilimitadas.

Hoy en día después de más de 10 años de operación, la minera más grande de oro en Sudamérica, Yanacocha en Cajamarca, nos deja ciertas interrogantes acerca de cómo el Estado peruano sigue administrando los recursos naturales y los réditos que su extracción otorga. Es importante también resaltar que el presente no pretende criticar la responsabilidad social ni ambiental que las empresas mineras efectúan en el Perú, es más muchas de ellas poseen certificados a nivel ISSO y también participan con aportes económicos a las necesidades de las poblaciones dentro de las áreas de influencia. Ese es otro tema, el punto principal es la administración del Estado peruano, la administración pública.

Según el último censo de población y vivienda realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática, la región Cajamarca posee una de las tasas de analfabetismo más altas en comparación con los demás departamentos, con una tasa de 17,1% ocupa el cuarto puesto dentro de los departamentos con mayor incidencia; donde la tasa más alta es de Apurímac con 21,7%.

El distrito de la Encañada que es el área de influencia directa del campamento Yanacocha posee la tasa de analfabetismo de 28.1%, superior a la de la provincia de 13,8%.

En el distrito sólo el 35,8% de la población posee algún tipo de seguro de salud, y a nivel departamental sólo el 44,3%.

Según el mapa de desnutrición que el INEI ofrece, el departamento de Cajamarca ocupa el tercer lugar con porcentaje de desnutrición crónica para niños menores de 5 años, con 15,2%.

El distrito de la Encañada tiene el 58,2% de niños menores de 5 años con desnutrición crónica.

Las estadísticas del MINSA para el año 2007, muestran que no existen profesionales nutricionistas en el distrito de la Encañada.

A su vez el indicador de salud muestra que por cada 10 000 habitantes, existen 2,6 profesionales médicos para su atención.

Estos indicadores muestran la incongruencia que existen entre ingresos altos e índices de desarrollo humano; una evidente correlación negativa entre las variables socioeconómicas en el contexto de la extracción de los recursos naturales nos revela que las autoridades locales y el mismo gobierno central no han sabido administrar de manera eficiente los recursos que tiene el Perú.

Es menester pues indicar que los gobiernos locales deben tener fuertes y sólidos instrumentos de gestión para así la administración pública en todo su contexto, deje de ser una administración centralista. Los recursos naturales no sólo deben ser valorados desde el punto de vista natural, sino también por la importancia de reconocerlos como el capital natural y partícipe no sólo del crecimiento sino del desarrollo de un país.

Todo capital produce renta, y como se mencionó la economía trata de satisfacer necesidades ilimitadas con estos recursos limitados; es decir los recursos mineros que son no renovables, producirán las rentas necesarias para satisfacer las necesidades de esarias la población; ¿de qué población?, la respuesta es, de toda la población pero población, primordialmente la población de influencia del proyecto. Necesidades básicas que reflejen desarrollo, como salud, educación, vivienda y posibilidades de desarrollo individual.

La renta también deberá satisfacer las necesidades comunes de toda la región; deberá impulsar a las actividades económicas, mejorarlas o reconvertirlas, de manera que a largo plazo, los recursos no renovables de donde provino la renta se nde conviertan en el tiempo en recursos sostenibles, bien aprovechables y que hayan satisfecho las necesidades de todos.

Los gobiernos regionales que reciben el canon minero tienen el deber de administrarlo de manera eficaz de forma eficaz, que las necesidades de la población sean ue cubiertas en su totalidad y así no sólo se alcance grandes cifras de crecimiento sino de desarrollo socioeconómico.

Mejores instrumentos de gestión local y regional, una adecuada gestión en asesoramiento y seguimiento del gobierno to central, lograrán pues que en suma todos los indicadores socioeconómicos mejoren, sólo en ese momento se podrá decir que existe crecimiento y desarrollo en las regiones.

Que la extracción minera no se convierta en una etapa del país donde más tarde se diga: En los años del siglo XXI, en el Perú se vivió una época dorada, se hizo una gran extracción de los minerales, el PBI era grande, se crearon grandes ministerios y programas, éramos vistos como un país de gran inversión y oportunidades en el contexto global; sin embargo el país siguió con indicadores socioeconómicos iguales o peores, no se planificó, ni se administró correctamente; se vivió una nueva época de prosperidad falaz. Que sea sólo un párrafo mal redactado.

Fuentes:

*HISTORIA DEL PERÚ CONTEMPORANEO HISTORIA CONTEMPORANEO-ELIAS TOLEDO ESPINOZA. Profesor de Historia.

*INEI. Censo de Población y Vivienda 2007.

*MINSA. Estadísticas de Salud 2007.

*INEI. Mapa de Desnutrición 2007.

Medición del Desempeño y la Productividad Empresarial Mediante Indicadores

Autores:

M.C. Ana Paola Sánchez Arrioja, ESCA-IPN México

DCA. Victor M. Alvarado V., ESCA-IPN México


Los indicadores proporcionan información que debe ser analizada e interpretada con el fin de conocer el comportamiento de la empresa durante su operación de manera que se le pueda gestionar más eficientemente.

Todo administrador debe tener en mente siempre las siguientes interrogantes:

¿Administro bien mi compañía?

¿Cómo se compara mi empresa con las otras?

Estas preguntas pueden ser contestadas si se aplica la técnica de análisis por indicadores la cual refiere el estudio de las tendencias y las relaciones de las causas efectos entre los elementos que forman la estructura operativa de la empresa.


El análisis por indicadores de ninguna manera pretende suplir a la evaluación por criterio y buen juicio; sin embargo, es una herramienta muy útil que sirve al administrador como base para la toma de decisiones y para auxiliarlo en muchas de las que toma en forma intuitiva por carecer de ésta información. El objetivo del análisis por indicadores es simplificar y reducir los datos que examinan en términos más comprensibles para estar en posibilidad de interpretarlos y hacerlos significativos.

El enfoque de la técnica de análisis puede variar según sea aplicado por una analista externo de la empresa -que seguramente buscará como fin la conveniencia de invertir o extender crédito al negocio- o por un analista interno, que buscará la eficiencia de la administración y para explicar cambios significativos en la estructura financiera y el progreso de los resultados obtenido en comparación con lo planeado.

Para opinar adecuadamente sobre la situación financiera y la productividad de un negocio, no es suficiente analizar los datos internos. Es necesario complementar el análisis mediante el conocimiento del entorno donde se desenvuelve la empresa, como las condiciones de mercado, localización de la empresa respecto a las fuentes de abastecimiento de materias primas, mano de obra, vías de comunicación, condiciones políticas tributarias, etc., que definitivamente tienen gran influencia en el desempeño y productividad empresarial.


Es muy recomendable, para manejar e interpretar más fácilmente la información, que las cifras de las dimensiones operativas se expresen, dependiendo de su importancia, en razones, porcentajes o comparaciones para aquellas relaciones que permanezcan sin cambiar.

Los indicadores se estructuran a efecto de ayudar a los ejecutivos de empresa a evaluar el desempeño de las operaciones, así como el facilitar la identificación de puntos de evolución competitiva. La importancia de los indicadores radica en la conversión de unidades de actividad, como lo son unidades de tiempo, costo, energía, entre otras, a unidades de valor como lo son la productividad, calidad o eficiencia a través de razones o ratios (ordenes de magnitud). Bajo esta perspectiva, la medición del desempeño, bajo enfoques particulares, se simplifica, ya que muchas veces es deseable la creación de nuevas razones o ratios que complementen el esquema de evaluación y control del desempeño empresarial.

En atención a lo expuesto las razones o ratios del desempeño de uso común refieren medir qué tan bien se están utilizando los recursos empresariales; que matemáticamente refiere la proporción existente entre las salidas o productos y las entradas o insumos aplicados en los procesos empresariales.

Una de las condiciones más difíciles para un administrador es la definición de los elementos que permitirán la medición y seguimiento de las acciones planeadas en la planeación y concepción de la estrategia empresarial.

No cabe duda que la definición de los indicadores se expone como un verdadero dilema, ya que es a través de ellos como una empresa debe evaluar el grado de cumplimiento de las acciones pudiendo establecer oportunamente los momentos en que se deben de realizar ajustes a los planes de acción o dar origen a una planeación contingente.

Una encuesta desarrollada por Fitzgerald et. al. (1991) permitió definir que el desempeño empresarial se debe de medir considerando seis dimensiones:

  • Desempeño competitivo.

  • Desempeño financiero.

  • Calidad en el servicio (SERVQUAL, Service Quality)

  • Flexibilidad de adaptación en las actividades.

  • Innovación.

  • Aplicación de los recursos.

Sin embargo a continuación se presentan algunos indicadores que se consideran relevantes para completar todo análisis sobre el desempeño empresarial como lo son:

a) Medición de la eficiencia. El concepto de eficiencia por lo regular se interpreta como el “grado de desperdicio”, considerando que un proceso se dice eficiente cuando se generan muchos productos con pocos insumos, pero de hecho existe un importante grado de abstracción y subjetividad en cuanto a señalar ¿qué tan eficiente es un proceso?.

De manera simple la eficiencia es un indicador que permite señalar que cantidad de producto se generaron a partir de la cantidad de insumos aplicados, donde a este indicador se le denomina Eficiencia Técnica.

Cuando diversas unidades de negocios desarrollan el mismo proceso entonces debe de medirse la eficiencia de cada unidad con fines comparativos estableciendo las diferencias entre las medidas, dando origen a un conjunto de mediciones denominadas eficiencia absoluta los cuales tienen fines comparativos, aunque también se puede computar la eficiencia promedio considerando los resultados del cálculo de la eficiencia de cada unidad de negocio que desarrolla el mismo proceso con fines comparativos entre las unidades. Debe hacerse notar que cuando existe la posibilidad de contar con el cálculo de una eficiencia planeada o teórica se puede considerar esta como un estándar que sirva como marco de referencia.

Un tipo importante de eficiencia es la denominada eficiencia alocativa o eficiencia en precio la cual queda definida como,

b) Medición de la efectividad. La medición de la efectividad es similar a la de eficiencia, aunque este indicador relaciona la cantidad de recursos aplicados para el logro de los objetivos empresariales, donde matemáticamente queda expresada como sigue.

Múltiples propuestas de medición y evaluación pueden encontrarse en la literatura, pero se reconoce que la propuesta más completa para cubrir estas dimensiones es el Balance Score Card de Kaplan y Norton (1992) debido a que se fundamenta en la definición de indicadores para cubrir cada uno de los ámbitos, así como entre ellos.

Sin embargo, es importante el recalcar que para el análisis del desempeño y la productividad empresarial toda organización debe de contar con varios métodos para la medición de los mismos de manera que se pueda determinar el grado de cumplimiento de los objetivos y metas propuestos en los planes de acción; en otras palabras, es necesario el establecimiento de estándares de desempeño y productividad de manera equilibrada con respecto a los objetivos específicos definidos en los planes.

Referencias.

Darton, Geoffrey y Darton Moksha (1997), Business Process Analysis, International Thomson Business Press.

Fitzgerald,L., Johnston R, Brignall S., Silvestro R., Voss C. (1991), Performance Measurement in service Business, Chartered Institute of Management Accountans.

Política Distributiva

Las políticas distributivas (o redistributivas), son aquéllas políticas llevadas a cabo por los gobiernos que tienen efectos sobre la distribución del ingreso, ya sea mejorándola o empeorándola.


Existen diferentes tipos de políticas distributivas según su tipo:

Pueden ser políticas distributivas de oferta o de demanda, según al lugar donde estén dirigidas, o pueden ser dentro del gobierno, en políticas distributivas de impuestos o de gastos.

Las políticas distributivas de oferta son aquéllas donde se subsidia la producción de ciertos bienes o servicios o se reducen los impuestos aplicables a su producción, de forma tal de reducir su precio final y de esta forma hacer a dichos bienes más accesibles para la población. Este tipo de políticas suelen tener un efecto redistributivo indirecto, ya que generan mayor ingreso disponible para incrementar el consumo mediante la reducción de la participación de los bienes subsidiados en el consumo total de la población. Un ejemplo de este tipo de políticas son los subsidios al transporte de pasajeros o a los consumos de electricidad o gas.


Las políticas distributivas de demanda son aquellas destinadas a incrementar el consumo de la población de forma más directa, a través de transferencias o de incrementos en el monto total disponible para gastar.

Dentro de este tipo de políticas se encuentran dos tipos de calificaciones: por tipo de transferencia y por requisitos.

Según el tipo de transferencia, la misma puede ser en dinero o en especie, según si lo que se transfiere es dinero en efectivo exclusivamente, o si se realiza cualquier otro tipo de transferencia, ya sea en bienes y/o servicios, o en dinero para uso exclusivo en ciertos bienes o servicios. Un ejemplo de este tipo de políticas son los bouchers para compras en supermercados, ya que si la transferencia fuese en efectivo, podría destinar el dinero a comprar otro tipo de bienes.


En cuanto a los requisitos, las transferencias pueden ser condicionadas o no condicionadas, aduciendo esto a si los receptores de las transferencias deben presentar ciertas condiciones para ser beneficiarios de la política o no. Las transferencias no condicionadas suelen ser las menos utilizadas, ya que no permite realizar una buena focalización (ver más adelante) en los grupos de interés para redistribuir el ingreso. Un caso práctico de transferencias condicionadas es el caso de la Asignación Universal por Hijo en Argentina, donde se deben cumplir las condiciones de que el sustento familiar se encuentre desempleado formalmente, y que los niños por los cuales se recibe la transferencia estén inscriptos en la escuela y tengan la libreta sanitaria con los controles médicos al día.

El único ejemplo que existe de transferencias no condicionadas de dinero en efectivo es el caso de Namibia, quien comenzó con transferencias de dinero de U$S 13,5 aproximadamente por mes para toda la población menor a 60 años (los mayores reciben una jubilación), con resultados extraordinarios en materia de desnutrición, pobreza, educación, y otros indicadores sociales relevantes.

Clasificación de políticas de demanda

Políticas de demandaCondicionadasNo Condicionadas
DineroAsignación Universal por HijoTransferencias universales de dinero en Namibia
EspecieBouchers universitarios para compra de librosDonación de Chapas y Colchones

En el otro tipo de calificación, se puede distinguir entre las políticas de impuestos, que se producen cuando se reduce la carga de impuestos sobre las clases de menos ingresos y/o se eleva en las de más ingresos, y las políticas de gastos, donde se realizan distintos tipos de gasto desde el estado para generar la redistribución del ingreso.

Las clasificaciones son perfectamente compatibles entre ellas, existiendo en la práctica múltiples combinaciones posibles:

Tipo de políticaOfertaDemanda
ImpuestosReducción de IVA a productos de primera necesidad

Exención de pago de impuesto a las ganancias a persona con ingresos menores a X ingresos

Gastos

Subsidios a los precios de los servicios públicos

Transferencias de dinero

Focalización de la política distributiva y errores de política

La focalización de las políticas distributivas tiene por objetivo mejorar la efectividad de las mismas restringiendo su aplicación a ciertos grupos poblacionales o a personas que cumplan ciertas condiciones.

Dentro de las políticas distributivas se suelen cometer dos tipos de errores, los llamados errores de inclusión, y los denominados errores de exclusión.

El primer error se comete cuando se incluye población que no es deseable que reciba beneficios de la política redistributiva. Las políticas de oferta suelen tener grandes errores de inclusión, ya que toda la gente puede acceder a los bienes con precios más bajos, por lo que las clases con mayores ingresos se apropian de los beneficios de la política sin ser la población objetivo de la misma.

Los errores de exclusión se dan cuando la política distributiva deja sin beneficios a población que es deseable que los reciba. Esto suele suceder cuando los planes sociales tienen altos errores de inclusión y están limitados en su cantidad, ya sea en monto de gasto total o en cantidad de planes otorgados.

Autor: Ezequiel Frandsen

Bibliografía:

Béjar, Héctor; Artículo “Te doy plata si… Las transferencias monetarias condicionadas” http://www.hectorbejar.com/docs/articulos/tedoyplatasi.pdf

Efectos de las transferencias monetarias condicionadas: http://www.elobservadoreconomico.com/articulo/664

Políticas de transferencias no condicionadas en Namibia: http://www.eldis.org/index.cfm?objectid=786CDF62-A7EA-D6E3-8C67C2BB9A35C3BA

¿Qué es forex?

¿Qué es el mercado forex?



Con el término mercado forex nos referimos al mercado de divisas. Se denomina forex por la abreviatura del inglés Foreign Exchange.

¿Qué se comercia en el mercado forex?

En el mercado forex se intercambian divisas. Las divisas son las monedas utilizadas en los diferentes países o regiones, por ejemplo, el dólar, el euro, la libra, etc. Una operación de ejemplo del mercado forex sería entregar dólares a cambio de euros.

¿Quiénes forman el mercado forex?



En el mercado forex participan muchas instituciones financieras, como bancos privados, bancos centrales, casas de inversión, brokers y personas. Estas instituciones y personas están interconectadas por una red electrónica que posibilita que la información fluya en tiempo real, y que las transacciones de divisas sean casi inmediatas.

¿Dónde se encuentra ubicado el mercado forex?

A diferencia del los mercados de acciones, que se encuentran centralizados en las bolsas de comercio, el mercado forex no tiene una ubicación geográfica, debido a que se trata de una red interconectada de instituciones que se encuentran dispersas por todos los países.


¿Para qué se compran y venden las divisas?

Hay varios motivos por los cuales usted puede estar interesado en comprar y vender divisas. Actualmente, uno de los principales motivos es obtener una ganancia por la variación en las tasas de cambio de las divisas. Por ejemplo, si usted tiene dólares y compra yenes, y luego el precio del yen con respecto al dolar aumenta, podrá vender esos yenes y hacerse de una ganancia. Otros motivos pueden ser para cubrirse ante eventuales apreciaciones o depreciaciones de divisas para futuras operaciones comerciales o simplemente para diversificar su portafolio.

¿Porqué fluctúan las tasas de cambio de las divisas?

La mayoría de los tipos de cambio no son fijos, es decir, los bancos centrales no buscan mantener paridades cambiarias fijas. Entonces, los precios de las divisas varían por su oferta y demanda. Para ver porqué cambian las tasas de cambio o cotizaciones de las divisas, debemos analizar las causas por las cuales varían la oferta y demanda de divisas. A continuación, mencionaremos algunas de estas causas:

- Exportaciones y exportaciones. Déficits y superávits comerciales.

- Diferencias en las tasas de interés de los países.

- Flujos de capital entre los países.

- Especulación.

¿Cómo debo hacer para participar en el mercado forex?

La mayoría de los individuos que participan en el mercado forex para obtener un rendimiento aprovechando la variación en las cotizaciones de las divisas lo hace a través de un broker. Un broker es una empresa que recibe su dinero, y le da acceso a una plataforma de operaciones, donde usted podrá indicarle al broker que quiere comprar o vender tal o cual divisa. Puede encontrar una lista de brokers aquí.

¿Cuánto debo invertir para poder participar en el mercado forex?

En realidad menos de lo que en general se imagina. Esto es debido al "apalancamiento", el apalancamiento es la posibilidad de invertir mas de lo que uno tiene depositado, mediante un crédito del broker. Por ejemplo, si su broker le ofrece un apalancamiento de 100, esto significa que con 100 dólares, podremos negociar 10.000 dólares. Ocurre que los 100 dólares iniciales son la garantía del broker, por lo que si la cotización de la moneda en la cual invertimos los 10.000 dólares cae, usted podrá perder rápidamente los 100 dólares iniciales si no repone la garantía. Por otro lado, si la cotización sube, quizás pueda multiplicar su inversión inicial rápidamente.

En general, los brokers permiten abrir cuentas con montos tan pequeños como USD $25 o USD $50. También hay que tener en cuenta que abriendo cuentas con montos mayores tiene acceso a otras condiciones, por ejemplo, comisiones menores o servicios de asesoramiento.

¿Es seguro invertir en forex?

No.

Como habrá visto en el ejemplo anterior, el mercado forex ofrece grandes posibilidades de ganancias que no se encuentran en otros mercados. Sin embargo, las posibilidades de pérdida debido a cambios inesperados en las cotizaciones también son enormes.

También debe analizar bien el broker en el cual invierte su dinero, para no ser víctima de una estafa. Tenga en cuenta que la mayoría de los brokers serán empresas que no están físicamente es el país que usted se encuentre, por lo tanto puede que no estén sujetos a las regulaciones de la autoridad local. Muchos brokers están regulados por autoridades regulatorias prestigiosas como la Futures Commission Merchant de Estados Unidos, o son monitoreados por la Nationa Futures Association, también de Estados Unidos. Si el broker está regulado por autoridades gubernamentales de Estados Unidos, Europa, Australia o Canadá, esto es una buena señal, dado que estos países tienen altos requerimientos de capital.

La Oferta Agregada

La oferta agregada está constituida por la cantidad de todos los bienes y servicios ofrecidos en la economía.


En la teoría económica se la suele modelar a través de una ecuación de tipo Cobb-Douglas donde los coeficientes de elasticidad suelen diferir entre las distintas corrientes de pensamiento.

Formalmente:

Yt = A L tα Ktβ


Donde Yt es la oferta agregada para el período t, Lt es el stock de trabajo y Kt el de capital para el período t, α y β las elasticidades producto del trabajo y del capital respectivamente, y A es el factor de productividad total. La suma de los coeficientes α y β definen la elasticidad de la oferta.

Elasticidad y Economías de Escala



Para la escuela de pensamiento neoclásica esta elasticidad suma 1, lo que implica que la oferta tiene rendimientos constantes a escala, y justifica entonces la existencia de mercados de competencia perfecta en la economía.

Existen otras escuelas de pensamiento económico como el regulacionismo que cuestionan esta afirmación al encontrar coeficientes mayores a 1 para la elasticidad, lo que implica que existen economías de escala, lo que permitiría mediante impulsos sobre la demanda agregada, generar mayor producción y abaratar los costos medios y por lo tanto los precios.

Críticas y Problemas de Medición

Sin embargo, la definición y medición de esta función y de sus parámetros ha generado grandes discusiones en el ámbito teórico.

La mayor discusión fue la controversia de las dos Cambridge, donde la universidad situada en Reino Unido tenía una postura Keynesiana con Joan Robinson como principal argumentadora, y la del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos) una postura neoclásica, siendo sus principales intervinientes Paul Samuelson y Robert Solow.

En esta discusión se puso en tela de juicio la idiosincrasia del capital en su participación como argumento en la función de producción.

Se discutió sobre su definición, respecto de si el mismo se describe como la suma de cantidad de bienes físicos en la economía, o si se deben medir por su capacidad de producir bienes, o en su vida útil, ya que la agregación de estos bienes a un solo valor “K” es necesario para poder realizar estimaciones empíricas de la función y de sus coeficientes (Problema de Agregación).

El acuerdo en general sobre este punto es el de medir el stock de capital a través de su valor monetario, a precios constantes de un año base. Esta solución planteó nuevos interrogantes durante la controversia acerca de la determinación del precio de los bienes de capital, ya que los mismos determinan la tasa de ganancia del capital que interviene en la producción, pero a su vez, el aumento del capital disminuye la rentabilidad y por lo tanto el precio, lo que implica la existencia de una circularidad donde el precio determina la ganancia y viceversa. Si no podemos determinar los precios de mercado sin conocer la tasa de ganancia, ni podemos determinar la tasa de ganancia sin conocer los precios de mercado, no conocemos ni los precios ni la tasa, por lo que no podemos valuar las inversiones, y, por lo tanto, no se puede determinar el valor del capital.

Similares inconvenientes surgen con el trabajo, ya que el mismo es heterogéneo (calificado o no calificado, físico o intelectual, etc.) y por lo tanto surgen los mismos problemas de agregación y circularidad.

Con las nuevas corrientes de pensamiento en la academia se comenzó a criticar la ausencia de micro fundamentos en esta ecuación, como un nuevo problema de agregación. La única forma de arribar a la fórmula de tipo Cobb-Douglas desde las ofertas de cada empresa en una economía requiere supuestos altamente restrictivos e irreales. Entre ellos se encuentra la condición de que todas las empresas produzcan los mismos bienes homogéneos y con las mismas dotaciones de capital y trabajo, lo que implica la inexistencia de especialización de las empresas.

Utilización Empírica

Pese a los problemas de medición de sus argumentos y los inconvenientes respecto de su fundamentación teórica, en la actualidad se continúa utilizando la función de Oferta Agregada de tipo Cobb-Douglas en los trabajos empíricos.

La forma clásica utilizada en este tipo de trabajos es su linealización mediante logaritmos de la forma:

ln Yt = ln A + α ln Lt + β ln Kt

Donde la suma de los coeficientes de y de nos indican la elasticidad de la oferta.

Autor: Ezequiel Frandsen

Bibliografía

Felipe J. y McCombie J.S.L. (2005), “La Función de Producción Agregada en Retrospectiva” en Revista Investigación Económica, vol. LXIV, 253, pp. 43-88

Medición de la Pobreza

Definición de Pobreza: La pobreza es una condición humana relacionada con la carencia. Es la incapacidad para alcanzar un mínimo nivel de vida.


De esta definición surge el principal problema de medición de la pobreza, y es el de identificar quién es pobre.

Para ello se deben conjugar distintas características:

1-Espacio en el que medir la carencia. Puede ser midiendo una sola variable (Ingreso/consumo total, ingreso potencial, riqueza, utilidad, etc.) o varias (Consumo de varios bienes y servicios, conjunto de oportunidades/capacidades).


2-Restringir el espacio de medida a una variable cuantificable. Por ejemplo, si es el ingreso (pobreza monetaria), es pobre quien no supera un umbral dado de ingreso/consumo en pesos o “Línea de la Pobreza” (z).

3-Fijar el umbral z (Línea de la Pobreza). En el caso de la pobreza monetaria, se fija un monto de dinero que asegure la subsistencia del individuo en cuanto a su consumo calórico. Este monto de dinero fija la línea de la Indigencia, o pobreza extrema. La Línea de la Pobreza se establece computando la inversa del coeficiente de Engels, es decir, el cociente entre consumo total y el consumo en alimentos. En Latinoamérica suele ser 2, es decir, el gasto en alimentos es la mitad del gasto total, por lo que la Línea de la Pobreza suele ser el doble de la línea de Indigencia o pobreza extrema.

Existe una característica más a considerar, que suele surgir en función de la necesidad del análisis y es previo a la definición de las características antes enunciadas, y es la definición del sujeto a examinar. Éstos suelen ser hogares o personas.


Una vez identificados los individuos pobres (ya sean hogares o personas), la forma clásica de agregar la pobreza es realizar el cociente entre los individuos pobres y los totales multiplicado por cien, lo que nos da el “headcount” o porcentaje de incidencia de la pobreza.

Formalmente:

Donde Np es el total de individuos pobres, N es el total de individuos, xi es el ingreso monetario del individuo i, z es la línea de la pobreza y el término entre paréntesis es una función indicadora que adopta el valor 1 si x < z (si el individuo es pobre) y 0 si x > z (si no lo es).

La forma de medir la pobreza ejemplificada anteriormente es la más usual utilizada en el mundo, ya que es sencilla de interpretar y es muy útil para evaluar rápidamente las medidas de política para paliar la pobreza. Además su actualización suele ser sencilla, ya que la canasta de bienes que define la línea de la pobreza es medida cada 10 años o más, y luego es actualizada periódicamente a través de los Índices de Precios al Consumidor (IPC).

Para el caso de la Argentina, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos (ENIG) efectuada entre los años 1988 y 1990 permitió obtener la canasta básica de alimentos, la cual fue cuantificada en pesos y determinó la nueva línea de Indigencia a ser utilizada en este país. El cálculo de la inversa del coeficiente de Engels se realiza de forma mensual, y determina la Línea de la Pobreza oficial.

Pobreza absoluta y Pobreza relativa.

Hasta ahora, el concepto manejado ha sido de pobreza absoluta, definida como la imposibilidad de alcanzar el consumo de una canasta fija.

Sin embargo, existe el concepto de pobreza relativa, donde ser pobre implica no alcanzar un nivel de vida relativo al conjunto de la población.

De esta forma lo que varía respecto del enfoque anterior es que se consideran medidas relativas de la línea de la pobreza, como por ejemplo en Francia, donde se utiliza el 50 % del ingreso mediano como línea de la pobreza. La imputación de la incidencia de la pobreza se sigue realizando de la misma manera que en la pobreza absoluta. Sin embargo, al evolucionar los ingresos del país y de su población, esta línea se mueve, muchas veces en forma acelerada respecto de una línea de pobreza actualizada por IPC.

Esta medida es de utilidad cuando se compara respecto de la medida de pobreza absoluta, ya que el comportamiento de ambas puede diferir en su evolución temporal, y evidenciar de esta manera la redistribución del ingreso.

Si cae la pobreza relativa y no la absoluta, se está produciendo una caída de ingresos en el sector no pobre, que reduce la línea de la pobreza relativa, mientras que los pobres permanecen con sus ingresos sin variar, y por lo tanto no salen de la pobreza según su concepción absoluta. Si cae la pobreza absoluta pero no la relativa, se está produciendo un aumento de los ingresos en toda la población de forma proporcionada, lo que genera que la línea de la pobreza relativa se mueva junto con los ingresos, pero permitiendo a los más pobres salir de la pobreza absoluta. Si ambas pobrezas caen simultáneamente, se está produciendo un aumento en los ingresos de los pobres, lo que les permite salir de la pobreza absoluta, y este aumento es mayor al del resto de la población, lo que mueve la línea de pobreza relativa menos que la distribución del ingreso.

Pobreza multidimensional.

Existen otros criterios para cuantificar la pobreza, que pese a seguir el mismo esquema que el enunciado en la definición para identificar a los individuos pobres, utilizan más de una variable y no son cuantificados en términos monetarios.

Un ejemplo claro de este tipo de medidas es la pobreza medida por Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) que se mide en los hogares.

En la pobreza medida por NBI se tienen en cuenta 5 características básicas, de las cuales si al menos una no se cumple, se considera al hogar como pobre según NBI. Ésta es la forma de establecer la línea de la pobreza en esta medida.

Las 5 características consideradas en pobreza por NBI son:

Hacinamiento: hogares con más de tres personas por cuarto.

Vivienda: hogares que habitan una vivienda de tipo inconveniente (pieza de inquilinato, vivienda precaria u otro tipo, lo que excluye casa, departamento y rancho).

Condiciones sanitarias: hogares que no tienen retrete.

Asistencia escolar: hogares que tienen al menos un niño en edad escolar (6 a 12 años) que no asiste a la escuela.

Capacidad de subsistencia: hogares que tienen cuatro o más personas por miembro ocupado, cuyo jefe no hubiese completado el tercer grado de escolaridad primaria.

Medición de pobreza por NBI conlleva 2 problemas. Uno de ellos está relacionado con su medición propiamente dicha, ya que requiere realizar encuestas que releven las 5 características de la medida, siendo que con la medida de pobreza absoluta típica, solamente se le tiene que consultar al individuo u hogar su monto de ingresos mensual. El segundo problema surge de sus cinco características, ya que las mismas son de carácter estructural, por lo que resultan ser bastante invariantes ante el paso del tiempo.

Es por esto que las Agencias nacionales de estadísticas suelen relevar periódicamente tanto la incidencia de la pobreza como la medición de NBI, como forma de complementar el análisis.

Autor: Ezequiel Frandsen

Bibliografía:

Gasparini L., Cicowiez M. y Sosa Escudero W., “Pobreza y Desigualdad en América Latina: Conceptos, Herramientas y Aplicaciones”, Caps 4 y 5.

INDEC - Documento: “Aquí se cuenta Nº 7: Mapa de Necesidades Básicas Insatisfechas 2001

INDEC - “Metodología de Cálculo de la Línea de Pobreza y Canasta Básica”.

Acceso a la Vivienda en Argentina

LA VIVIENDA Y LA POLÍTICA


“Es la economía, estúpido” James Carville, asesor de campaña de Clinton

El problema del acceso a la vivienda se manifiesta de diversas formas en el mundo entero. En los países menos desarrollados se da de forma parecida a la que nosotros conocemos. En los más desarrollados se ven barrios donde la gente vive hacinada y en condiciones de higiene francamente precarias. En ciertos regímenes totalitarios se observa gran cantidad monoblocs que se asemejan a las estructuras que se obtienen de los juegos para armar de los niños, en los que se amontonan las familias y se acomodan como pueden. En lugares más primitivos, la gente sobrevive en chozas e inclusive en cavernas. Y, todavía peor, una gran cantidad de seres humanos vive directamente a la intemperie.

En el mundo viven, con sus más y sus menos, unos 7.000 millones de habitantes. Hace poco más de un siglo, la cifra total no superaba, según las mejores estimaciones, los 1.000 millones.


Las necesidades habitacionales crecieron de manera inusitada ante el notable mejoramiento de la expectativa de vida producto, a su vez, de los avances científicos y tecnológicos.

Así, acceder a una vivienda se ha convertido cada vez más en un drama de dimensiones inusitadas.

Si bien en cada región del mundo esta ingente cuestión intenta resolverse, no en todas partes se utilizan las mismas políticas, obviamente. Lo cierto es que, en general, salvo escasísimas excepciones, el problema persiste y se acrecienta.


Si bien nuestra intención es referirnos a lo que ocurre en la Argentina, la mención del problema a nivel mundial tiene por objeto contextualizar la cuestión. De ninguna manera intentamos caer en el conocido proverbio del “mal de muchos...”

Para intentar paliar al menos esta situación es necesario cuantificarlo. Luego definir qué se supone que es posible hacer. Y finalmente, asignar urgencias.

Desde nuestra perspectiva, todas las políticas seguidas desde hace no menos de 6 décadas han fracasado u obtenido resultados muy parciales e insuficientes. Por el contrario, las distorsiones y abusos producto de legislaciones populistas y supuestamente asistencialistas no han dejado de destruir lo poco o mucho que podría haberse avanzado en la materia.

Durante 30 años (hasta mediados de los 70) rigió en el país una ley que congelaba los alquileres, impedía los desalojos y manifiestamente mostraba la absoluta negación del problema inflacionario, producto precisamente de políticas monetarias erradas y erráticas. Así las cosas, aquellos inmigrantes que en la primera mitad del siglo XX construían alguna piecita con sus ahorros para tener un alquiler que le sirviera de paliativo en sus últimos años en este mundo, vieron cómo un Estado omnipotente y abusador les destruía su sueño de manera definitiva. Propietarios e inquilinos llegaron a matarse por esta absurda política surgida durante el gobierno peronista de los años 40 y 50. Hemos conocido casos en donde el monto mensual llegó a ser tan ridículo que ni valía la pena molestarse a intentar cobrarlo.

El Estado, en su furibundo intervencionismo, ideó una y otra vez políticas de construcción de barrios y casas para entregar de manera más o menos organizada, a todos aquellos que se anotaban en los diversos planes. Pero también, y muy especialmente, a aquellos a los que se deseaba favorecer por conveniencias políticas.

Surgieron así barrios en algunos casos tristemente célebres, como el conocido como Fuerte Apache.

Para no hacer esto demasiado largo, podemos decir que todos los planes de viviendas encarados por organismos como el FONAVI y los sistemas de créditos blandos como la circular 830 del Banco Hipotecario, en tiempos de la presidencia de Raúl Alfonsín, o aquella famosa circular 1050 de los años de la dictadura militar, no lograron ser otra cosa que tímidos paliativos en el mejor de los casos, mientras la mayoría aparecía adornada de corruptelas y asignaciones a “los amigos” del poder de turno.

En la actualidad, los planes consisten en entregar fabulosas sumas de dinero a fundaciones o a personas vinculadas con el llamado “campo social” lo cual equivale a violar elementales normas de control de gastos de Estado. Y no sólo eso, sino que parte del prejuicio de suponer que ciertas gentes son más buenas que otras según sea su ideología. La vieja confusión entre virtudes e ideas, que lleva a algunos a pretender apropiarse de la ética. Y de los fondos públicos.

A todo lo antedicho se ha venido sumando, en los últimos años, esa especie de dormidera de la autoridad constituida para establecer o restablecer el orden público, en general con el argumento falaz de no “criminalizar la protesta social”, razonamiento que constituye la antesala de la anomia, que finalmente termina aplicándose a las ocupaciones ilegales de tierras.

Está muy fresco en la memoria de la población lo ocurrido en el Parque Indoamericano, donde luego de una intervención de la Policía Federal un día, al siguiente se permitió la ocupación del predio en medio de una verdadera oda a la barbarie. Gente arrojándose piedras, exhibiendo armas de fuego, incendios y cortes de calles y autopistas mientras la presidenta de la República interrumpía la transmisión en vivo de semejante despropósito para, mediante la cadena nacional, ocuparse de otra cosa. Un despropósito mayor aún.

Más allá de cómo y quiénes organizan y lucran con las “tomas” de espacios públicos o de predios particulares, lo cierto es que existe una convalidación expresa o tácita, de tal modo que quienes usurpan obtienen un premio por ello. Una y otra vez ha quedado demostrado que así es. Todas las villas de emergencia que pululan en la Capital Federal se han originado en ocupaciones ilegales. Y ahí están, creciendo todos los días sin que nadie se atreva a poner las cosas en su lugar, sino todo lo contrario.

Lo mismo está ocurriendo por estas horas en Jujuy, donde luego de la represión que terminó costando nada menos que cuatro vidas, se ha presentado un proyecto de expropiación de un solar privado a fin de lotearlo entre los ocupantes. Una verdadera ignominia, si se toma en cuenta que la función del Estado es, antes que ninguna otra, hacer respetar los derechos adquiridos, ello con independencia de ocuparse de ayudar a quienes lo necesiten mediante el uso de fondos públicos. Dicho de otra manera: una cosa es que se asignen tierras fiscales o incluso se expropien terrenos de particulares con la debida indemnización, y otra muy distinta es que se convalide una usurpación.

Pero, con todo, la cuestión es intentar imaginar cómo debe encararse la solución de fondo. Porque es sabido que los planes de ayuda de la índole que fueren constituyen artilugios que son usados políticamente para comprar voluntades. Esto dicho en general y casi sin excepciones es lo que ha ocurrido desde hace varias décadas. Ningún gobernante regala nada, y mucho menos de su propio peculio. En los últimos tiempos, por el contrario, tal peculio crece de manera exorbitante sin que aparezca una justicia supuestamente independiente que investigue. El dinero para construir viviendas es obvio decirlo que proviene de las arcas públicas. Todo el dinero utilizado en todos los planes oficiales, cualquiera sea su modalidad, surge de la recaudación tributaria o de la emisión espuria de moneda. Inclusive en los casos en los que los favorecidos deben pagar una cuota, es obvio que la misma se encuentra subsidiada fuertemente, siendo toda la población la encargada de pagar la diferencia.

El problema de la vivienda responde, en sí mismo, a una cuestión bastante más general y tiene que ver con la concepción económica y política de un Estado soberano. La existencia de seguridad jurídica y de una moneda o unidad de cuenta confiables son esenciales. Las tasas de interés no son producto de especulaciones o de teorías conspirativas y “golpes de mercado”, sino la consecuencia de la inestabilidad monetaria y jurídica.

La razón por la cual un país como el nuestro no recibe inversiones a gran escala y no avanza en ningún proyecto industrial serio, es precisamente esa. No hay otra forma de lograr el crecimiento dentro del llamado capitalismo que no sea la de volverse menos burocráticos, más eficientes, menos arbitrarios.

La tendencia a una mayor estabilidad fiscal, jurídica y monetaria, es la base para una mejora en la productividad. No es inflando el valor del dólar como nos volveremos competitivos. Es insólito que las inversiones no lleguen masivamente a estas playas siendo que, como se afirma, nos va fenómeno y crecemos a tasas chinas.

No es subsidiando o estableciendo tarifas diferenciales como se logra el crecimiento y en definitiva el desarrollo. Cualquier ayuda es un paliativo. No un método para combatir la pobreza o el subdesarrollo. Esto hay que entenderlo de una buena vez. Y ya es hora.

El actual gobierno reparte todo tipo de prebendas, subsidios, asignaciones familiares. Interviene en todos los mercados, fija los precios, cambia los índices, usa las reservas del Banco Central, emite moneda, reparte feriados. Todo parece estar mal hecho a menos que el omnipresente gobierno nacional organice un acto en el que la presidenta pontifique, ante la amalgama de funcionarios afines que están allí para aplaudir, la verdad revelada que los argentinos no hemos entendido.

Y la verdad es que los funcionarios y los políticos no son más que seres iguales que nosotros que un día se vistieron la casaca. Tan buenos y tan malos, tan justos y tan descarriados como cualesquiera de los habitantes de este suelo.

Que tengan o no una cuota de poder, no los convierte en omnisapientes. Esto también es una obviedad que claramente la presidenta de la Nación no ha entendido. En verdad no parecen haber entendido este razonamiento tan simple la inmensa mayoría de los políticos. Primero se destruye la moneda mediante políticas expansionistas, luego se destruye el Estado de Derecho porque la realidad no se condice con su parecer, y finalmente se pretende resolver el descalabro económico y financiero con más y más intervencionismo. Intervencionismo que llevan a cabo personas de carne y hueso como cualesquiera de nosotros.

Si observamos la realidad económica y social, rápidamente podremos comprobar que se multiplica todo tipo de subsidios, controles, asignaciones, rebajas, planes “para todos”, ayudas, repartos, y mil etcéteras. Y sin embargo el estándar de vida ha caído de manera segura y seguida a lo largo de varias décadas.

La moneda se ha deteriorado al punto de haber perdido trece ceros en algo más de 40 años. Y como vamos, más temprano que tarde perderá algún cero más.

La construcción de edificios de todo tipo se ha multiplicado en las ciudades en los últimos años. La razón fundamental es que para muchos ahorristas constituye una reserva patrimonial mucho mejor que la tenencia de cualquier papel. Pero hay otra razón que no se menciona actualmente: el Estado ha dejado de intervenir en el mercado de los alquileres. Es eso lo que posibilita que mucha gente “ahorre en ladrillos”, como ocurría antes de la desastrosa sanción de la ley de congelamiento de los alquileres que señalábamos al comienzo.

Quienes contamos algunos años, recordamos las sucesivas intervenciones en el mercado de alquileres en los años 70 y 80. Todas ellas posteriores a la derogación de la funesta ley de congelamiento.

Sólo en los años 90 se dejó de lado esta política. Y curiosamente, si bien hubo algunos amagues durante éste y el anterior gobierno, la cosa no pasó a mayores y finalmente al menos hasta ahora no se ha tocado el mercado, excepto por la prohibición de colocar cláusulas de ajuste monetario en los contratos, cuestión que obliga a tomar recaudos y muchas veces infla los precios iniciales.

Pero sí se ha producido un fenómeno que podríamos llamar concomitante. La prohibición de construir edificios por falta de infraestructura en cloacas, agua de red o tendido eléctrico y de gas domiciliario. Es decir, en lugar de reclamar que el Estado o las empresas concesionarias mejoren la infraestructura, lo que se hace es intentar impedir que se construya, violando así el derecho de propiedad de quienes en su terreno desean construir. Sin indemnización alguna, por supuesto.

La verdad es que el asistencialismo es funcional a la compra de votos. El llamado Estado benefactor regala y subsidia, creando la ilusión en las gentes de que todo aquello que necesiten lo obtendrán sin esfuerzo alguno.

En términos económicos termina siendo preferible estar siempre de lado de los que reciben; y no de quienes hacen el esfuerzo de producir. Es así como la productividad no mejora como debería, mientras los empleos públicos o aquellos trabajos inventados por las leyes mediante subsidios, crecen y crecen sumando más y más ineficiencia.

No hay aliento a la producción o a la inversión lisa y llana cuando no se respetan contratos, derechos o condiciones. No hay aliento al ahorro en moneda nacional cuando se sabe que la moneda pierde rápidamente su valor y que encima el propio Estado miente al respecto.

Una economía sólida, ordenada, respetuosa de la ley y sostenida en el Estado de Derecho es la base para el crecimiento sostenido y ordenado, que alienta la llegada de capitales, la inversión y el trabajo.

Este tipo de concepción jurídico política no existe casi en la Argentina. Y no existe desde hace muchos años. Tantos como los que llevamos debatiendo la falta de viviendas.

Intereses de clase, facciosos, arribistas, se agregan a esta verdadera puesta en escena. Los llamados “pueblos originarios” reclaman tierras de sus antepasados, reclamo al que se suman intereses políticos arribistas y facciosos. Los “sin techo” se constituyen en una forma de poder de clase o de casta. No importa demasiado dónde vivían y dónde dormían el día anterior. Basta que estén donde deben estar en el momento indicado para la “toma”, y luego anotarse para percibir la ayuda

El camino de la bondad puede estar plagado de buenas intenciones por parte de gente de bien y que intenta ocuparse de las necesidades de los demás. El camino elegido favorece el populismo y la facciosidad política.

Acceder a la vivienda desde la política es, casi de seguro, entrar en la prebenda y en la dádiva. En la transacción a cambio de votos. A la vivienda se accede desde la economía.

Quizás lleve mucho tiempo, quizás no haya para todos. Eso puede ser. Pero entonces sí el Estado puede aportar lo suyo, desde organizaciones no gubernamentales y apolíticas, con el debido control de los fondos, las auditorías y las rendiciones de cuenta. Como también marca la Constitución Nacional

Héctor Blas Trillo Buenos Aires, 7 de agosto de 2011

Dólares vs. Acciones

La presidenta de la república volvió a plantear una vieja dicotomía como si se tratara de una elección que puede motivarse mediante un consejo vertido por la dirigencia política.


¿Quién no recuerda aquella famosa afirmación de Lorenzo Sigaut “el que apuesta al dólar pierde”? ¿Quién no tiene presente aquella otra de Juan Carlos Pugliese “le aposté al corazón y me contestaron con el bolsillo”? Más atrás en el tiempo, pero no por ello menos vigente, Juan Domingo Perón decía “¿alguien vio alguna vez un dólar?”

Sucesivos gobiernos y sucesivos políticos en la Argentina han intentado desactivar la preferencia por el dólar como refugio de valor, incluso con afirmaciones nacionalistas del tipo “yo vivo en la Argentina y me manejo en pesos”; repetida incluso por comentaristas políticos o periodistas a lo largo de muchos años.

Hace ya muchos años que la economía en serio se maneja en dólares. Incluso en los tiempos de la llamada convertibilidad, el dólar siguió siendo la unidad de cuenta para la inmensa mayoría de la población. La apelación a que “somos argentinos” y “debemos defender lo nuestro”, nunca sirvió para nada.


Sin embargo parece tener más rédito político seguir recurriendo “al corazón” en lugar de buscar las causas por las cuales los argentinos hemos decidido proteger nuestros ahorros en moneda extranjera y no en la moneda local.

La respuesta entendemos que es obvia y no entraremos en detalles en aras de la brevedad, como se dice habitualmente.

La moneda argentina ha sido degradada una y otra vez, y sigue siéndolo. La evidencia de los controles de precios no hace sino corroborar este aserto. Nadie confía en aquello cuyo valor debe ser respetado por obligación y no porque conviene. Y los controles de precios, vistos desde el ángulo opuesto, implican intentar a lo bruto que la moneda no se desvalorice. Algo así como las “lomas de burro” en lugar de los semáforos o los indicadores de velocidad máxima.


Ahora la presidenta ha recurrido a una variante que también ha sido utilizada otras veces. Aquella según la cual lo mejor para los argentinos es invertir en acciones en lugar de comprar dólares. Sin embargo, hay sobradas razones por las cuales esto no ocurre y por eso es necesario pedirlo.

Por un lado, las acciones están sujetas a un mercado bastante reducido y las variaciones de sus precios pueden ser muy grandes de un día para el otro y por razones incluso políticas. Un ministro que salga a decir que tal o cual empresa no puede ajustar sus tarifas, o que debe seguir tal o cual política de dividendos pueden ser motivos para grandes bajas. Inversamente, una política intervencionista que redunde en un proteccionismo a tal o cual actividad, puede provocar un incremento notable en minutos.

Además de la injerencia estatal, existe un sinnúmero de factores que puede dar lugar a grandes cambios. En definitiva, tener acciones implica estar atentos a lo que puede ocurrir cotidianamente, dedicarse a estudiar lo que pasa y en definitiva estar encima del negocio. Los ahorristas no hacen eso. Por eso prefieren masivamente comprar dólares o, en su caso, colocar el dinero en plazos fijos para comprar luego dólares con el resultado de sus colocaciones. En estos momentos el dinero puesto en tales condiciones oscila los 25.000 millones de dólares, una cifra nada desdeñable que muestra además que cuando existe una cierta garantía de conservación del valor de la moneda, la gente opta por los pesos. Y no es que la garantía la ponga Guillermo Moreno y sus controles de precios. No. La garantía es la de que la tasa de interés sea superior a la devaluación de la divisa norteamericana.

Otro dato que es de suma importancia es que las acciones actualmente no son al portador. Cualquier adquisición de acciones es nominativa y por lo tanto el comprador queda registrado como tal. No ocurre lo mismo con los títulos públicos, que sí son al portador. Una curiosa heterogeneidad tratándose en definitiva de inversiones por parte de la gente.

Lo cierto es que todos sabemos lo que puede llegar a ocurrir por quedar “escrachados” y sujetos a verificación. Lo mismo está ocurriendo en la compra de dólares, y es por eso que ha aumentado considerablemente el volumen operado en el llamado dólar libre, o “blue”.

Otro aspecto que hay que considerar es que mucha gente tiene temor a que le apliquen un nuevo impuesto a las operaciones financieras. Las operaciones financieras como tales no están exentas del impuesto a las ganancias para las empresas, sí lo están para las personas físicas. Pero esto puede cambiar. Hay proyectos presentados al respecto.

Y como hemos dicho muchas veces a la hora de la creación de nuevos impuestos acá no hay oposición. Tardan minutos en ponerse de acuerdo opositores con oficialistas. En estos momentos existen diferencias vinculadas a cuestiones más de fondo, como ser la función que debe cumplir el Banco Central, de lo contrario muy probablemente ya estaría consumada la nueva figura tributaria.

La apropiación de los fondos de las AFJP ha servido una vez más para no confiar en el Estado en lo que respecta a una futura jubilación. La gente no espera que el día que se jubile podrá irse de vacaciones a las Islas Baleares, como los alemanes o los ingleses. Sabe que eso no va a ocurrir nunca, que el aporte jubilatorio es en realidad un impuesto y que en definitiva y con mucha suerte obtendrá una remuneración mínima, que ni para la subsistencia le alcanzará. Es decir que sus posibilidades de pasarla más o menos bien en los años otoñales, dependerán antes que nada de conservar sus ahorros sin dejarlos jamás en manos del Estado.

Por lo tanto, he ahí una razón más para intentar aportar lo menos posible y colocar en dólares lo más que se pueda. Esto es lo que hace la mayoría de la gente que tenga alguna capacidad de ahorro.

Y quien nos lee, si está en tal situación, lo sabe muy bien.

Los argentinos tienen fuera del país algo así como 150.000 millones de dólares y por supuesto esto no es casualidad. A lo largo de los años, las políticas monetarias e también las impositivas han sido desastrosas. La absoluta falta de confianza en el respeto al estado de derecho ha invadido a toda la sociedad. Es inútil mantener discursos de ocasión. No son creíbles.

A tal punto no lo son, que el propio Néstor Kirchner derivó las regalías petroleras de su provincia al extranjero, como todo el mundo sabe. Y se comenta en el mundillo político que no son pocos los representantes del pueblo que protegen sus dinerillos en dólares, en el colchón o donde sea.

La historia es recurrente. Rodrigazo, plan Bónex, corralito, corralón, default. Vaciamiento de las cajas de jubilaciones, apropiación de los fondos de las AFJP. Estafas devaluatorias, pesificaciones. Es lógico que la gente no quiera correr riesgos. O por lo menos que sean los menos posibles.

Por lo tanto, volvemos al comienzo de este comentario: no es pidiéndole a la población que compre acciones como se logra que se compren acciones, sino adoptando políticas que lleven a comprar acciones. Más bien el pedido presidencial produce el efecto inverso.

Nadie nos pide que hagamos aquello que vemos que nos conviene. Lo hacemos directamente. Y si tienen que pedírnoslo, lo más probable es que revisemos cualquier decisión tomada en esa dirección.

HÉCTOR BLAS TRILLO

ESTUDIO

HÉCTOR BLAS TRILLO

Buenos Aires, 19 de julio de 2011

ECOTRIBUTARIA

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

La deducción del Impuesto a los Bienes Personales en el Impuesto a las Ganancias

Objeto: el fin del presente informe fiscal es analizar la incidencia en la base imponible del Impuesto a las Ganancias del Impuesto a los Bienes Personales, tanto en lo que respecta al responsable sustituto como del impuesto a cargo del titular del sujeto pasivo de ambos gravámenes. Su objeto final y último es impartir al lector el conocimiento necesario a los fines de adoptar las decisiones fiscales correctas a la luz de la normativa.


Aclaración de conceptos preliminares: cabe destacar que en el presente informe fiscal y debido a la necesidad de repetir determinado nombres, se utilizarán las siguientes abreviaturas:

  • IG : Impuesto a las Ganancias.
  • IBP: Impuesto a los Bienes Personales.
  • DDJJ: Declaración Jurada.
  • LIG : Ley del Impuesto a las Ganancias.
  • LIBP : Ley del Impuesto a los Bienes Personales.

Impuesto a los Bienes Personales. Conceptos Preliminares.

Hecho Imponible: el hecho imponible del impuesto a los bienes personales esta dado por la posesión de bienes al 31/12 de cada año, siempre y cuando su valuación conforme a los criterios fiscales que marca la ley supere el mínimo exento establecido en la norma.


Objeto del hecho imponible: esta dado por los bienes, en principio tangibles e intangibles, pero sólo en principio dado que estos últimos gozan de una exención.

Sujeto del hecho imponible: son las personas físicas (o de existencia visible) y las sucesiones indivisas, todos domiciliados en el país.

Elemento temporal del hecho imponible: estamos frente a un impuesto de hecho imponible instantáneo, es decir, se perfecciona por la posesión de bienes al 31/12 de cada año.


Elemento espacial del hecho imponible: aquí tenemos que el impuesto adopta para los domiciliados en el exterior el criterio de la fuente, dado que están gravados por lo bienes situados en el país; y para los sujetos en el país aplica el criterio del domicilio dado que están sujetos por los bienes situados en el país y en el exterior.

Elemento material del hecho imponible: surge de aplicar las respectivas alícuotas a la cuantificación de los bienes conforme a los criterios establecidos en la ley.

Régimen de liquidación e ingreso: la ley marca dos grandes regimenes según el tipo de contribuyente que lo vamos a dividir en:

a) Responsables por deuda propia:

b) Responsable por deuda ajena – Responsable sustituto:

Responsable por deuda propia:

El sujeto titular de los bienes es el sujeto pasivo del impuesto y por ende, quien lo liquida e ingresa.

Responsable por deuda ajena – Responsable sustituto.

Un responsable por deuda ajena es el sujeto que debe liquidar e ingresar el tributo, con los recursos que administra, percibe y dispone, siendo solidariamente responsable por la obligación jurídica tributaria, en el supuesto caso que obre con dolo o culpa. Dentro de los responsables por deuda ajena (como lo son los padres por los menores, los administradores de las sociedades, el síndico en los concursos y quiebras, etc.) está el Responsable Sustituto, que es una figura que la ley del Impuesto a los Bienes Personales aplica. En este caso tenemos un responsable directo por el cumplimiento de la obligación, dado que debe liquidar e ingresar el gravamen aún con sus propios recursos, aunque la ley otorga el derecho de obtener el reembolso de lo pagado aún ejecutado los bienes que dieron origen al nacimiento de la obligación jurídica tributaria.

Analizare el caso de el responsable sustituto pero para acciones y participaciones sociales, no así para el resto de lo casos que será objeto de un informe fiscal posterior.

Esta división de los responsables es muy importante dado que los efectos de la deducción del Impuesto a los Bienes Personales es diferente según se trate de un sujeto u otro. Primeramente analizaré los efectos en el Impuesto a las Ganancias del los sujetos pasivos responsable por deuda propia, y luego analizaremos el otro caso, o sea el responsable por deuda ajena y más precisamente el responsable sustituto.

Deducción del Impuesto a los Bienes Personales en el Impuesto a las Ganancias en el caso de los responsables por deuda propia

Supongamos el caso de un sujeto que tiene varios inmuebles de su propiedad y los alquila, con lo cual es sujeto pasivo del Impuesto a los Bienes Personales por los bienes que posee y lo es también en el Impuesto a las Ganancias por la renta anual que producen los inmuebles.

Este sujeto debe pagar el Impuesto a los Bienes Personales por las existencias de ellos al 31/12 de cada año: efectivo en moneda local y extranjera, inmuebles con diferentes destinos (casa habitación, alquiler, veraneó recreo y otros fines, etc.), créditos, bienes del hogar, etc., esto conlleva a que no todos los bienes por los cuales se tributa el impuesto están afectados a actividades que producen ganancias. Los bienes del hogar no están afectados a producir ningún tipo de renta gravada en el Impuesto a las ganancias. En consecuencia, como no todos los bienes por los cuales se tributa el Impuesto a los Bienes Personales están afectados a producir ganancias gravadas, esto hace que no todo el Impuesto a los Bienes Personales vinculado a ellos, es deducible por no cumplir el principio del artículo 80:

Los gastos cuya deducción admite esta ley, con las restricciones expresas contenidas en la misma, son los efectuados para obtener, mantener y conservar las ganancias gravadas por este impuesto, y se restarán de las ganancias producidas por la fuente que las origina Impuestos a las Ganancias. Trivia. Edicon Fondo Editorial Consejo. Buenos Aires 2008.

A su vez el artículo 17 dice:

Para establecer la ganancia neta se restarán de la ganancia bruta los gastos necesarios para obtenerla o, en su caso, mantener y conservar la fuente, cuya deducción admita esta la ley, en la forma que la misma dispongaImpuestos a las Ganancias. Trivia. Edicon Fondo Editorial Consejo. Buenos Aires 2008.

Por ende no todo el Impuesto a los Bienes Personales es necesario para mantener, conservar u obtener la fuente de ganancias gravadas por el Impuesto a las Ganancias. Lo cual hace que solo un parte del mismo sea deducible de la base imponible del mismo, y en este caso, sólo la parte proporcional del Impuesto a los Bienes Personales que representan los bienes vinculados con ganancias gravadas.

Antes de entrar a analizar como calcular dicha proporción, hay que destacar que el criterio de deducción de gastos debe ser correlativo al criterio de imputación de ingresos, donde la ley estipula los siguientes:

  1. Primera categoría --- Criterio de lo devengado.
  2. Segunda categoría ---- Criterio de lo percibido.
  3. Tercera categoría --- Criterio de lo devengado o devengado exigible.
  4. Cuarta categoría --- Criterio de lo percibido.

En consecuencia, esto significa separar bien los siguientes conceptos:

Criterio de lo percibido – Deducción del Impuesto a los Bienes Personales:

Supongamos que estamos analizando la situación de un contribuyente que tributa el IBP pero también por el ejercicio de su profesión obtienen honorarios que son rentas gravadas de cuarta categoría en el IG, que se rige por el principio de lo percibido. Ahora supongamos que estamos en el año X, y que el Impuesto a los Bienes Personales determinado por este año fue de $ 4.000 del cual se detrajo $ 1.500 en concepto de anticipos dando un impuesto a pagar por el periodo fiscal X de $ 2.500. Como la declaración jurada del año X se determina, se liquida y se paga en el año X + 1, el impuesto pagado en el año X no es $ 2.500. Razón por la cual hay que ver cual fue el saldo de la declaración jurada del Impuesto a los Bienes Personales en el año X – 1, dado que este saldo se pago en el año X. Esto hace que de dicha declaración jurada hay que determinar la proporción que representan los bienes productores de ganancias y aplicarlos al saldo de de la declaración jurada para determinar el importe deducible. En consecuencia tenemos: que el Impuesto a los Bienes Personales deducible para las ganancias de cuarta categoría, en la situación hipotética de encontrarnos en un año X, es el impuesto que surja de la declaración jurada del año X – 1, y que se paga en el año X, aplicándole obviamente la proporción que representa los bienes gravados.

Tabla 1

Ejemplo A

Impuesto a los Bienes Personales

Proporción que representan los bienes gravados40%70%
Año X-1Año X
Impuesto determinado4.600,006.000,00
Anticipos1.500,003.456,00
Impuesto a pagar3.100,002.544,00
Impuesto deducible1.240,00

En este ejemplo, el IBP a deducir en el año X esta dado por el 40% de $ 3.100, o sea, $ 1.240. Recordemos que el saldo de la DDJJ del año X – 1 se paga en el año X, y de acuerdo al criterio de lo percibido es deducible en ese año.

Criterio de lo devengado – Deducción del Impuesto a los Bienes Personales:

Supongamos ahora el caso de estar frente a ganancias de primera categoría. También supongamos que estamos en el año X y que estamos analizando la situación de un contribuyente que tributa tanto el Impuesto a las Ganancias como el Impuesto a los Bienes Personales, en el caso de este último impuesto tiene un parte de los bienes gravados que son productores de ganancias gravadas en el primero del impuesto. En este caso para determinar la parte deducible en el Impuesto a las Ganancias se debe aplicar el criterio del IBP determinado por el año X. Cabe mencionar que el IBP determinado en el año X es el impuesto devengado en dicho periodo fiscal. Veámoslo con un ejemplo numérico: en el año X el IBP determinado ascendió a $ 2.300, del cual se computaron $ 1.000 en concepto de anticipos cancelados, con lo cual el impuesto a ingresar ascendió a $ 1.300. Por ende la proporción del impuesto deducible debe aplicarse a los $ 2.300. En conclusión podemos decir, que para los sujetos que tributan el Impuesto a las Ganancias bajo el criterio de lo percibido, el Impuesto a los Bienes Personales deducible, en el caso hipotético de estar en una año X, esta dado por el impuesto determinado proporcional de ese año X, que es en definitiva el impuesto devengado del año.

Tabla 2

Ejemplo B

Impuesto a los Bienes Personales

Proporción que representan los bienes gravados

40%

70%

Año X-1

Año X

Impuesto determinado

4.600,00

6.000,00

Anticipos

1.500,00

3.456,00

Impuesto a pagar

3.100,00

2.544,00

Impuesto deducible

2.400,00

En este caso el IBP deducible en el IG del año X, esta dado por el 70% de 6.000, que representa el impuesto determinado del año X de acuerdo al principio de lo devengado.

Criterio de lo percibido y devengado – Deducción del Impuesto a los Bienes Personales

Puede darse el caso de un sujeto que tributa ganancias de categorías diferentes que se rigen por el principio de lo percibido y de lo devengado (como puede ser un profesional que factura honorarios profesionales por su actividad y a su vez tiene inmuebles en alquiler, aquí tenemos rentas de cuarta categoría y de primera categoría respectivamente). A su vez este contribuyente puede ser sujeto pasivo del IBP, en donde puede tener bienes gravados afectados a la generación de rentas de primera categoría (los inmuebles dados en alquiler) y rentas de cuarta categoría (el inmueble donde tiene su oficina, la computadora que utiliza para prestar su servicio, etc.). En este caso se aplica las dos alternativas vistas en los dos apartados anteriores:

  • El Impuesto a los Bienes Personales deducible para la categoría primera que se rige por el criterio de lo devengado, esta dado por la proporción de bienes gravados afectados a la generación de ganancias de esta categoría por el Impuesto a los Bienes Personales determinado del año en que se determina y liquida el impuesto.
  • En cambio, para el segundo caso, el Impuesto a los Bienes Personales deducible para la cuarta categoría que se rige por el principio de lo percibido, esta dado por la proporción de activos gravados afectados a esta categoría por el impuesto pagado en el año por el cual se esta liquidando el Impuesto a las Ganancias y el Impuesto a los Bienes Personales, pero que corresponde al periodo fiscal anterior (o sea, el saldo resultante de la declaración jurada del periodo X – 1, que se ingresa en el año X).

Tabla 3

Ejemplo C

Año X – 1

Año X

Proporción que representan bienes gravados que generan rentas de 1 categoría

30%

65%

Proporción q representan bienes gravados que generan rentas de 4categoría

15%

30%

Año X-1

Año X

Impuesto determinado

4.600,00

6.000,00

Anticipos

1.500,00

3.456,00

Impuesto a pagar

3.100,00

2.544,00

Impuesto deducible para la primera categoría

3.900,00

Impuesto deducible para la cuarta categoría

415,00

Para todos los casos supongamos que estamos determinando y liquidando el impuesto correspondiente al año X.

Para las ganancias de primera categoría el IBP deducible está dado por el 65% (proporción que representan los bienes gravados en el IBP afectados a la ganancia de primera categoría en el IG en el año X) por $ 6.000 (que es el impuesto devengado en el año X, que se paga en el año X+1). En definitiva se termina deduciendo $ 3.900,00.

Para las ganancias de cuarta categoría el IBP a deducir esta dado por el 15% (proporción de bienes gravados en el IBP afectados a la generación de ganancias de 4 categoría en el año X-1) por $ 3.100 (que representa el IBP que surge de la DDJJ del periodo X-1 pero que se paga en el año X). En definitiva se deduce $ 415.

A continuación ejemplificaremos como calcular la proporción de bienes gravados en el IBP afectados a la generación de ganancia gravada en el IG.

La metodología para determinar este porcentaje en que resulta deducible se puede ver con un claro ejemplo, supongamos el caso de una persona que tiene el siguiente patrimonio al 31/12:

Tabla 4

Afectados a Ganancias

Bienes

Valor Fiscal

No

Si

Moneda nacional

1.000,00

1.000,00

Moneda Extranjera

2.000,00

2.000,00

Casa Habitación

200.000,00

200.000,00

Inmuebles en alquiler

560.000,00

560.000,00

Crédito de inquilinos

3.000,00

3.000,00

Bienes del hogar

10.000,00

10.000,00

Total

776.000,00

213.000,00

563.000,00

Porcentajes

100%

27%

73%

Según vemos en el cuadro, el total de bienes valuados conforme a los criterios que marca la ley del Impuesto a los Bienes Personales asciende a $ 776.000,00, de los cuales el 27% de esa valuación representan bienes que no están afectados a actividad generadora de rentas gravadas mientras que el resto sí.

En consecuencia el primer paso en la metodología del cálculo es determinar el porcentaje que de la valuación fiscal representan los bienes generadores de renta, y luego este porcentaje se debe aplicar sobre el Impuesto a los Bienes Personales pagado o determinado, según lo antes explicado. A continuación ejemplificaremos la diferencia entre Impuesto Determinado e Impuesto a ingresar.

Impuesto Determinado = Base Imponible X Alícuota

Impuesto a Ingresar = Impuesto Determinado - Anticipos - Pagos a cuenta - Saldo a Favor de la Declaración Jurada Anterior (en definitiva es el impuesto pagado una vez que se realiza tal acto).

Por ende, son dos conceptos diferentes que en ocasiones puede llegar asimilarse, por ejemplo, por lo general cuando no hay anticipos, pagos a cuenta ni tampoco saldos a favor del periodo anterior, el importe del impuesto determinado es igual al importe a ingresar. En este caso, tanto los anticipos como los pagos a cuentas constituyen también pagos anticipados del impuesto, razón por la cual son pagos efectuados por un tributo cuya obligación jurídica tributaria todavía no se genero o perfeccionó.

Otros criterios

Cabe destacar que Marcelo Rodríguez sostiene que el impuesto sobre los bienes personales determinado, que grava en forma indistinta los bienes afectados a la obtención de rentas que se liquidan por el criterio de lo devengado y de lo percibido, se deducirá como gasto en el ejercicio en que se pagueRodríguez, Marcelo Daniel. Ganancias 2007. Editorial: Omar D. Buyatti. Febrero de 2008. Página 117.. Dichos en otros términos, todo se deduciría bajo el criterio de lo percibo dado que el artículo 18 de la LIG establece que los gastos que no se puedan imputar a una determinada fuente de renta se deducirán en el ejercicio que se paguen. Este es otro criterio, que de ninguna manera invalida el esbozado, dado que nada impide el determinar el impuesto que le corresponde a cada categoría con la metodología antes explicada a lo largo del informe.

También hay una parte del Tribunal Fiscal de la Nación que sostuvo que debido a la universalidad el patrimonio (Reynoso, Pedro Alberto – TFN – Sala D- 16/07/04), todos ellos son productores de rentas y que tiene ese origen razón por la cual todo es deducible. Que a mi entender, este criterio no es razonable con el espíritu de la ley del Impuesto a las Ganancias.

Aclaración especial para el caso de los anticipos del Impuesto a los Bienes personales

Un inconveniente se presenta con los anticipos de impuestos que representan pagos anticipados de una supuesta obligación jurídica tributaria futura cuyo hecho imponible todavía no se perfeccionó. Este inconveniente se presenta sólo cuando se deduce el Impuesto a los Bienes Personales bajo el criterio de lo percibido. Esto se puede ser fácilmente con un ejemplo:

Tabla 5

Años

X-3

X-2

X-1

X

Impuesto determinado

3.500,00

2.300,00

5.000,00

4.500,00

Anticipos

234,00

1.222,00

4.545,00

4.545,00

Impuesto a ingresar

3.266,00

1.078,00

455,00

-45,00

Si estamos en el año X-1, la proporción del IBP a deducir se aplica sobre el saldo de la DDJJ del año X-2, que se paga en el año X-1. Esto sucede con todos los años en cuestión, siempre se deduciría el saldo a ingresar que resulta de la DDJJ del año anterior pero que se cancela el periodo posterior. Pero si esto fuera así nunca se podrían deducir el importe real pagado, porque los anticipos representan impuesto pagado. Esto hace necesario agregar la siguiente deducción:

  • Cuando se deduce el IBP bajo el criterio de lo percibido, hay que agregar que los anticipos cancelados en el periodo fiscal por el cual se está liquidando los impuestos IBP e IG a cuenta de la futura obligación, resultan deducibles en la proporción que representan los bienes generados de esas rentas. Ejemplo: si estamos en el año X, será deducible el saldo a pagar de X – 1 ($ 455 pagado en X) por la proporción que representan los bienes grabados en el IB, más los anticipos cancelados en el año X aplicándoles la misma proporción. Esto trae aparejado como efecto que los anticipos siempre sean deducidos junto a la obligación a pagar. Caso contrario, tendríamos que un parte del impuesto pagado es no deducible, cuando en realidad no hay ningún fundamento para que así lo sea. Quiero dejar expresamente en claro que este es un criterio que según mi juicio profesional debía evaluarse y aplicarse, pero habría que considerar diferentes hipótesis que pueden surgir.

Aclaración especial para lo regimenes de facilidades de pago

Cabe destacar que hay que hacer otra aclaración importante para los casos de la deducción bajo el criterio de lo percibido y es que en el supuesto caso de que el IBP se incluya en un plan de facilidades de pago, el impuesto cancelado será deducible aplicándola la proporción respectiva, en los periodos en los cuales se pague. O sea, las cuotas serán deducibles aplicándoles la proporción en los periodos fiscales en que pague.

Deducción del Impuesto a los Bienes Personales en el Impuesto a las Ganancias en el caso de los responsables por deuda ajena – Responsable Sustituto – Acciones y Participaciones Sociales

En este caso seguimos estando en presencia del Impuesto a los Bienes Personales, pero se trata del impuesto que recae sobre las acciones y participaciones societarias que las personas de existencia visible o sucesiones indivisas deben excluir de su determinación y liquidación personal del impuesto, pero que esto no quiere decir que no estén gravadas sino que sí lo están pero tienen un mecanismo especial de determinación e ingreso, dado que la ley pone en cabeza de la sociedad emisora de las acciones y participaciones societarias la obligación directa de determinar, liquidar e ingresar el impuesto, aún con sus propios recursos pero otorgándole la facultad de exigir el pago al responsable genuino de la obligación (accionista o socio). Como puede verse el impuesto en realidad corresponde al responsable genuino, es decir, al propietario de las acciones o participaciones societarias, pero sin embargo la sociedad lo determina, liquida e ingresa.

Esto trae aparejado lo siguiente y es que: para la sociedad el impuesto es no deducible dado que no se trata de un impuesto cuyo hecho imponible se vincule con la obtención de ganancias gravadas por parte de la sociedad.

Conclusión

A lo largo de este informe fiscal he analizado con una visión amplia la deducción del Impuesto a los Bienes Personales en el Impuesto a las Ganancias, para las personas físicas (o sucesiones indivisas) y en última instancia, el caso particular del responsable sustituto acciones y participaciones sociales.

El informe fiscal refleja una opinión profesional en cuanto a la posibilidad de seguir diferentes criterios para la deducción del Impuesto a los Bienes Personales, que si bien en la práctica pareciera todo resumirse a tomar lo pagado en el año y aplicarle la proporción de los bienes gravados, hay dudas y inquietudes que surgen al momento de analizar la deducción de este gasto, dado que no está del todo claro el criterio a seguir, no para el caso del responsable por deuda ajena (responsable sustituto acciones y participaciones societarias), pero si en el caso del responsable por deuda propia, donde podría plantearse el seguir un criterio diferente para el IBP determinado generado por aquellos bienes vinculados a rentas de primera categoría y tercera, como así también el tema de lo anticipos de impuestos.

Espero que el lector a través del mismo hay obtenido una visión global de la metodología para la deducción de este gasto así como el conocimiento necesario para aplicar el criterio que según su juicio profesional sea el más razonable.

Richard Leonardo Amaro Gómez

Contador Público

Licenciado em Administración de Empresas

Email: richardamaro2003@hotmail.com

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Boudou y la Economía Argentina

Por el Lic. Aldo Abram, director del Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados de Argentina (CIIMA-ESEADE)


En su viaje a París, el Ministro de Economía Amado Bodou hizo muy interesantes declaraciones que fueron publicadas por Ámbito Financiero el 18 de febrero. Dijo: ¨Lo que nosotros vamos a defender es la posición de la Argentina -que también es la que lleva Brasil- respecto a que no es una buena propuesta intentar que nuestros países no cobren los precios que los mercados dan por los bienes que producimos”. “Si ellos piensan -continuó- que hay que aumentar la oferta de alimentos, no va a ser por este camino por el cual lo van a lograr.” Creo que estos dichos merece un análisis que permita aprender de esta lección de economía que está dándoles a algunos funcionarios de organismos internacionales y de gobiernos de los países del G20 e incluso lleve a mejorar la política económica que estamos aplicando localmente.

En primer lugar, cabe suponer que, cuando habla de “los bienes que producimos”, se refiere a los productores argentinos y brasileños; ya que, hasta donde yo sé, los países no producen, sino que lo hacen sus habitantes. Hecha esta aclaración, no cabe más que coincidir en “que no es buena la propuesta que no se cobren los precios que los mercados dan a dichos productos” y que no va a ser por este camino que se va a incrementar la oferta de alimentos. El gran problema es que la Argentina es el mejor ejemplo de que dicha idea es absurda; ya que aquí se aplica y ha logrado que produzcamos menos granos y carne de los que podríamos.

Desde 2006, el stock ganadero ha tendido a disminuir por los controles de precios y las restricciones a la exportación de carne para garantizar que “todos los argentinos tengan acceso a su asado dominical” y lo único que se está logrando es que cada vez se produzca menos y, algún día, tengamos que viajar a Uruguay para recordar lo que era comer un buen “churrasco”.


En el caso del trigo y el maíz, los empresarios agrícolas no solamente tienen que lidiar con absurdas retenciones, sino que les limitan las posibilidades de vender al exterior. Por lo tanto, no es raro que los precios locales no sean equivalentes a los internacionales menos los impuestos a la exportación (FAS), como pretenden el gobierno y los productores. Al no dejar que se venda libremente el trigo al exterior, se genera un excedente de oferta en el mercado doméstico. Para que el mismo se absorba, el precio debe bajar disminuyendo el costo de producción de la harina y sus derivados para que los molineros tengan más demanda y la trasladen a los productores. Para el gobierno, esto tiene el demagógico beneficio de reducir el valor del pan y otros productos a los consumidores argentinos.

Por eso, la respuesta del PEN a los reclamos ha sido mantener las restricciones a las exportaciones; aunque intentando forzar a los molineros y exportadores para que paguen el precio FAS. Sin embargo, si lo lograra (cosa más que improbable), no existirían los beneficios para comprar toda la producción, debido al mayor costo para los molineros, y, dado que los exportadores no pueden adquirir más, quedaría un remanente de trigo sin poder colocarse, perjudicando a aquellos que hayan llegado tarde a vender su cosecha. Lo interesante es que, de lograrse esta solución, implicaría precios similares para el pan a los que surgirían de liberar las exportaciones; ya que, si esto sucede, es muy difícil que el costo local del trigo supere el FAS, porque implicaría que los exportadores están vendiendo a pérdida. La pregunta: Dado que el precio a los consumidores argentinos va a ser el mismo, ¿no es más razonable permitir el comercio libre de trigo y dejar de generarle un perjuicio a los productores? Lamentablemente, parece que algunos dirigentes agropecuarios tampoco ven, o quieren ver, dónde está el problema y, por lo tanto, demandan soluciones que nunca resolverán el problema.

Por lo tanto, aplaudo al Ministro de Economía por sus declaraciones; pero espero que empiece a aplicar tanta sabiduría desde el cargo que le toca ejercer y, así, revierta el daño que se le está ocasionando a la producción local de alimentos y al bienestar económico de todos los argentinos.

O nascimento das fábricas

O nascimento das fábricas

Autor: Dhiogo José Caetano

O objetivo do artigo é mostra a “verdade” histórica do nascimento das fábricas, as influências provocadas no meio social, político e econômicas; visando ressaltar os conflitos e barreiras os quais a burguesia teve que enfrentar para implantar o seu objetivo pessoal no meio de produção; utilizando os saberes e a técnicas para desenvolver o processo de transformação do trabalho que passa de um sistema primitivo, para um modelo de produção capitalista.


Para explicar esta relação, antagônicas em decorrer do processo do trabalho, que visava o capital, como fonte principal, foram utilizadas ideais de Marx, Weber e Durkheim que trás a complexidade da vida social em sua varias modalidades, que descreve a realidade social em um processo concreto, um conjunto de características fundamentais de uma sociedade. Podemos perceber que a revolução industrial acelerou o conceito de alienação do trabalho dos meios sociais e produtivos; promovendo uma relação entre os homens de oposição, antagonismo e exploração; o capital transformou o trabalho em uma mercadoria.

As classes sociais, não apresentam apenas uma diferença por status, mas também posições, interesse e consciências diversas. Mas a partir da construção do artigo, foi possível perceber, que as fabricas nascem, mas junto com elas surgi à tecnologia e a modernidade de imediato, ficando claro que a burguesia, queria acabar com o trabalho individual, para ter o controle total não só no capital, mas até mesmo o controle dos saberes e técnicas.

Portanto as fábricas foram introduzidas com grande interesse, de fundamentar e organizar a sociedade, uma relação marcada por conflitos e revoltas de classes, que ao mesmo tempo rejeitavam e aceitavam o ideal, empregado pelas as classes superior, ou seja, a classe proletariado, cujo objetivo é manter a sua subsistência.


PALAVRA - CHAVE: trabalho, fábrica, capital, Marx e conflitos.

INTRODUÇÃO

A partir do século XVI, podemos percebe que dos vários acontecimentos e idéias, nenhum se realizou tão desgraçadamente com a sociedade do trabalho; fábricas-prisões, fábricas-convento, fabricassem salário, sonhos realizados pelos patrões, que tornou possível a glorificação do trabalho; palavra que tinha como significo penalidade, cansaço, dor, esforço extremo, um estado de pura miséria e pobreza; mas uma nova concepção da palavra trabalho surgiu no século XVI, uma visão que trás positividade.


Adam Smith afirma que o trabalho e fonte de toda a riqueza, alcançando o topo do “sistema de trabalho de Marx”, pois o trabalho passa ser a fonte de toda a produtividade e expressão da própria humanidade do homem. A glorificação do trabalho se fortalece com o surgimento das fábricas mecanizadas, a qual alimenta a ilusão, que a partir dela há limites para produtividade humana. Percebemos que as fábricas ao mesmo tempo em que confirmavam a potencialidade criadora do trabalho, anunciava a dimensão ilimitada da produção.

A presença da máquina, trás com sigo a superação de barreiras da própria condição humana, uma reflexão que propõe uma imagem cristalizada do pensamento do século XIX, que se reduz a um acontecimento tecnológico, que apresenta uma intervenção de organizar e disciplinar o trabalho. Durkhein divide o trabalho em dois momentos identificado como uma espécie social, que estabelece a passagem da solidariedade orgânica; tipicamente relacionado às fábricas, ao conceito de solidariedade orgânica, afirmamos a aceleração da divisão do trabalho social, os indivíduos se tornam interdependentes. Essa interdependência garante a união social ao mesmo tempo em que os indivíduos são mutuamente dependentes, cada qual se especializa numa atividade e tende a desenvolver maior autonomia pessoal.

VIDA OU SUBSISTÊNCIA

O trabalho nas fábricas, não permitia, ao homem, pensar além do que já foi dado, o mercado estabelecia ao homem o que pensar e agir, empregando regras, portanto o comércio não só impõe aos homens determinadas tecnologias, como também impede que seja possível pensar em outras tecnologias.

Portanto deve-se pensar segundo regras já definidas, e a sua oposição, em relação à sociedade é juntamente a impossibilidade de pensar além das regras. Falar de mercado ou divisão social do trabalho do é apropriar-se da idéia, que o homem está vetado e impossibilitado de saber; um saber que restitui e serve hoje para manter a ordem de domínio político, técnico, cultural e etc.

Os mecanismos permitem o reconhecimento de uma imposição de normas de valores próprios de determinadas sociedades em que aparece dotada de universalidade; podemos utilizar como exemplo, o pensar do desenvolvimento de uma sociedade burguesa no seio da sociedade feudal, que logo imaginamos a instituição do mercado como esfera universalizadora de uma nova ordem que se impõe.

A autodisciplina, proposta pela classe dominante, torna-se idéias dominantes de toda a sociedade uma aplicação de novas normas, idéias e valores, que enfrenta conflitos gerados pelos trabalhadores que não, estava disposto a seguir normas, a cumprir horário e aceitar ordem de um superior; mas com o processo de organização das fábricas que constituía em primeiro momento de um trabalho manufatureiro, portanto fica claro que a tecnologia não surgiu juntamente com as fábricas. Em primeiro momento foi utilizada a força de trabalho como mercadoria, não se tratando de uma mercadoria qualquer, pois o trabalho significa a criação de valor, sendo reconhecido como verdadeira fonte de riqueza da sociedade. Afirma os marxistas que “o capitalismo transformou o trabalho em mercadoria”; portanto o valor da mercadoria dependia do tempo de trabalho que era estabelecido, da habilidade individual media e a condição técnicas vigentes na sociedade. Por isso o valor de uma mercadoria era incorporado ao tempo de trabalho socialmente necessário para a produção.

Sabemos que o capitalista produz com intuito de obter lucro, isto é quer ganhar com sua mercadoria, mas do que investiu. Podemos citar o exemplo da mais-valia de Marx, onde o trabalhador trabalha mais tempo e ganha o mesmo valor, ou seja, gera um valor maior do que e pago na forma de salário.

Porém, nota-se que a insuficiência do valor correspondente, do salário pago para o trabalhador, não sendo suficiente para a sua subsistência, provoca uma luta entre as classes, de um lado encontra-se a burguesia, do outro os menos favorecidos, que agora fazem parte de uma dimensão na qual o homem pensa e age, tornando o seu lugar imaginário e real, onde se opera efetivamente a divisão do social. As desigualdades sociais eram provocadas pelas relações de produção do sistema capitalista que divide os homens em proprietários e não proprietários dos meios de produção, afirma Marx que “As desigualdades são à base da formação de classes sócias”. Podemos perceber uma relação entre os homens, de oposição, antagonismo e exploração da classe proprietária, ou seja, a burguesia, sobre os trabalhadores a classe proletariada.

DESIGUALDADE SOCIAL E CONFLITOS

Em meio ao confronto nasce o sujeito social a imagem de que existe a imperiosidade da figura do capitalismo como elemento indispensável para o próprio processo de trabalha. A discussão está diante de uma situação história na qual o domínio da sociedade, embora esteja delimitado pelo dispositivo do mercado, não se transformou ainda em domínio técnico; no caso a razão técnica, por mais que esteja sob o domínio de quem participa do processo de trabalho, ainda não representa um instrumento através do qual se possa exercer o controle social.

Marglin mostra que nenhuma tecnologia avançada determinou a união dos trabalhadores no sistema de fábricas, seguindo em direção de como esse sistema possibilitou a disciplina e a hierarquia na produção, baseado na dispersão dos trabalhadores domésticos, que gerava problema ao capitalista, isto é desvio, de parte de produção a falsificar dos produtos, utilizando a matéria-prima de qualidade inferior àquelas fornecidas pelo capitalista.

O sistema fabril representou a perda desse controle dos trabalhadores domésticos; pois nas fábricas a hierarquia, a disciplina, a vigilância e outras formas de controle, tangíveis que tornaram pontos que os trabalhadores acabaram se submetendo ao regime de trabalho, ou seja, o domínio do capitalista sobre o processo de trabalhadores. Em primeiro lugar os comerciantes precisavam controlar e comercializar toda a produção dos artesãos com desejo de reduzir ao mínimo as praticas de desvio dessa produção; assim as fábricas transformam-se no marco organizador do desejo empresarial, um sistema ditado com necessidade de organização que teve como resultado uma ordem disciplinar durante todo o transcorrer da modernidade.

Na realidade as máquinas só foram desenvolvidas e introduzidas depois que os tecelões já haviam sido concentrados nas fabricas; os tecelões, os ceramistas não estavam acostumados com esse novo tipo de disciplina; segundo um historiador inglês, os ceramistas haviam gozado de uma independência durante muito tempo para aceitar amavelmente as regras, procurava implantar, a pontualidade, a presença constante, as horas prefixadas, as escrupulosas regras de cuidado e de limpeza a diminuição dos desperdícios, a proibição de bebidas alcoólicas; promovendo uma formação de um conjunto magnífico de mão.

O desenvolvimento foi crucial no que se refere ao estabelecimento do sistema fabril contribuído na efetivação de uma disciplinarização geral na força de trabalho; ocorrendo um impacto de poderosas forças, atrativas ou repulsivas, que o trabalhador ou artesão inglês se transformou em mão-de-obra fabril, afirmando uma nova relação de poder hierarquizado e autoritarista. Alguns historiadores ingleses afirmam mesmo que o êxito alcançado por alguns empresários capitalistas, em meio a tantos fracassos que rodearam as primeiras tentativas de instalação das fábricas, deve-se muito mais á qualidade de direção dessas empresas do que a uma substância de mudanças de qualidade do trabalho ou das máquinas.

O processo descrito esclarece a dependência do capitalismo em relação ao desenvolvimento das técnicas de produção; mostrando, ainda como o trabalho, sob o capital, perde todo o atrativo e faz do operário mero apênde da técnica, o homem, torna-se o principal elemento da força produtiva, e é o principal responsável pela ligação ente natureza e a técnica e os instrumentos. Porém os revoltosos e os destruidores de maquinas, se manifestava em varias regiões, como maneira criteriosa de como lutar, desencadeada não contra a mecanização em geral, mas em direção a determinadas máquinas em particular. Mas apesar de toda a resistência e das vitórias alcançadas pelos quebradores de máquinas, já por volta de 1820 “os avanços tecnológicos” adicionais mudaram de nova geração de operários acostumados à disciplina e á precisão da fábrica.

CONCLUSÃO

A utilização da maquinaria não só visava conseguir a docilização e a submissão do trabalho fabril e, neste sentido assegurar a regularidade e a continuidade apresentou um forte obstáculo do trabalhador fabril. As maquina vão sendo introduzidas, ajudando a criar um marco dentro do qual se podia impor uma disciplina, mas sua introdução se deu uma ação de contra partida dos patrões para controlar as greves e as outras formas de militância industrial.

Marx em O Capital, embora saudasse o advento do universo fabril como o limitar de uma nova era, deixa de ficar profundamente apreensivo com relação à introdução das máquinas automáticas no processo de trabalho o qual dizimaria a sociedade trabalhadora; nesse sentido enfatiza o determinismo pelo saber a técnica, cujo fundamento estava ligado ao inerente bojo de implicação relacionada à hierarquia, disciplina e controle do meio de trabalho, ao mesmo tempo em que separa crucialmente a produção do saber técnico.

Enfim, as relações sociais, produzidas a partir da expansão do mercado capitalista, com a união das fábricas, geraram uma relação antagônica na sociedade tornando possível o desenvolvimento de uma determinada tecnologia que impõe, não apenas aos instrumentos que incrementa a produtividade, mas como principal instrumento de controle, disciplinar que enfrenta conflitos da relação entre consciências e realidade e principalmente a dinâmica histórica.

Autor: Dhiogo José Caetano

Crisis de Tipo de Cambio

Inflando una Nueva Burbuja



Es creciente la preocupación mundial por lo que se ha dado en llamar la “guerra de divisas”. En ese sentido, leí recientemente una frase adjudicada al Secretario del Tesoro del Presidente Nixon, John Connolly, que cuando estaba en funciones dijo; “La moneda es nuestra, el problema es de Uds.“. Una gran verdad que da una pista sobre por qué los errores de política monetaria de la Reserva Federal se globalizan.

En el mundo, se ha impuesto el mito de que, para la economía de un país, siempre es malo que el tipo de cambio caiga. El problema es que, para medirlo, casi todos toman como referencia al dólar. Por lo tanto, si la Reserva Federal decide inundar su economía con su divisa y eso genera una caída en su valor, la mayoría de los bancos centrales del mundo tenderán a evitar que baje en su propio mercado, para lo que comprarán la divisa estadounidense emitiendo su propia moneda. Por lo tanto, también, esta última tenderá a perder valor y dicho aumento de liquidez se sumará al generado por la Fed. Esto explica por qué cuando la autoridad monetaria de los EE.UU. incentiva el surgimiento de burbujas, éstas tienden a globalizarse.

Por lo comentado anteriormente, no tiene sentido proponer nuevos indicadores de tipo de cambio contra una canasta de monedas o contra el oro; ya que es la gente la que decide qué mercado va a tomar como referencia. Por lo tanto, Connolly tenía razón, el problema no está en que la Fed hace las cosas mal, sino en la tara de los demás que los lleva a seguir sus pasos.


Para evitar la recesión del 2000-2001, Alan Greenspan se dedicó a inundar el mundo de dólares depreciándolo fuertemente. Cuando la economía tendió a recuperarse, se demoró demasiado en quitar el pie del acelerador y lo hizo muy despacio. Todo esto fue imitado, en mayor o menor medida, por los demás bancos centrales del mundo, lo que incentivó una enorme burbuja que empezó a estallar en 2007. No es raro que la que más rápido se infló explotara primero. Debido a la disminución de las condiciones para dar crédito para que “todos tuvieran casa propia”, gran parte de los excesos de liquidez se canalizaron al mercado hipotecario e inmobiliario de EE.UU. Allí los inversores encontraron mayores rendimientos prestándole a cualquiera para que compre viviendas; pero en todos los mercados de activos financieros se estaban gestando futuros estallidos que derivaron en la crisis del 2008.

Todos saben que si una persona organiza una fiesta y “tira la casa por la ventana”, de alguna forma deberá abonarla, ya sea al contado o en cuotas. Las mismas opciones de pago había para el ajuste necesario por la jarana monetaria de 2002-2008. Una alternativa era permitir una fuerte recesión, gran caída de los mercados y el nivel desempleo volando por las nubes. Una vez que esta debacle tocara fondo, la salida hubiera sido rápida.

La otra alternativa, que fue la que se eligió, implicaba moderar la merma del nivel de actividad y de los precios de los activos financieros con políticas monetarias y fiscales expansivas, para luego irlas desarmando en la medida que se produce la reactivación. Sin embargo, esto modera la recuperación y mantiene altos niveles de desocupación por largo tiempo. El problema es que, ahora, muchos reputados economistas y funcionarios dicen que con más desmadre de emisión y de gasto público se puede evitar pagar lo que está pendiente del ajuste. En Economía es celebre la frase: “No hay almuerzos gratis”.


Durante 2008-2009, la Fed aumentó pavorosamente la oferta de base monetaria. Mientras la gente tuvo miedo a la crisis, atesoró liquidez y evitó que el dólar perdiera valor. Sin embargo, en la medida que se recupera la confianza, los inversores buscan activos rentables y esos excedentes se vierten en los mercados. Con mayor razón cuando el Comité de Política de Mercado Abierto de la Fed les confirma que emitirá todo lo necesario para dinamizar la economía y, por ende, los mercados.

Aquí aparece otro problema, como son muy bajas las tasas de interés en los países desarrollados y todavía están pagando los costos de la crisis que los tuvo como protagonista, la plata busca las economías emergentes donde los rendimientos son mucho más altos. Esto está formando burbujas en los mercados de activos financieros de las naciones en vías de desarrollo y debilita el esfuerzo de la Reserva Federal por dinamizar el nivel de actividad de EE.UU. Si esta estrategia continúa, habrá una nueva crisis que tendrá como epicentro a las naciones en desarrollo; lo cual implicará altísimos costos sociales y económicos para las que no lo prevean.

Va a ser difícil que alguien zafe del impacto de este potencial futuro estallido. Sin embargo, hay algunas formas de minimizar el daño. Una de esas vías es dejando que el dólar caiga en el mercado doméstico, para evitar una mayor inflación y moderar la burbuja local. El otro sistema es comprando divisas con ahorro fiscal; ya sea para atesorarlas en un Fondo de Estabilización para enfrentar la futura crisis o cancelar deuda pública. También, ayuda el incrementar las exigencias de liquidez y capital del sistema financiero para fortalecerlo ante el futuro impacto de la reversión de tan favorable escenario. Por último, se recomienda tomar medidas normativas, tributarias y de inversión en infraestructura que permitan ganar eficiencia al sector exportador.

En la Argentina, venimos depreciando nuestra moneda más que lo que cae el dólar; por lo que “inflacionamos” la economía local. En tanto, el gobierno gasta a más no poder sus propios recursos y los que obtiene de las transferencias de reservas y otros fondos del Banco Central. Además, la autoridad monetaria fomenta el crédito bancario al sector privado y los sectores exportadores se ven acosados por impuestos y restricciones comerciales. La perspectiva es que esto no se modifique, sino que se profundice; ya que los funcionarios responsables del tema han confirmado el actual rumbo de la política fiscal y monetaria, a lo que hay que sumarle la aceleración que le dará el contexto electoral en 2011. Los argentinos deberíamos rezar para que prime la cordura en las decisiones de la Reserva Federal; porque por acá difícilmente la encontremos y, si estalla una nueva burbuja, pagaremos un altísimo costo social y económico.

Por el Lic. Aldo Abram, director del Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados de Argentina (CIIMA-ESEADE)

¿Porqué una economía social y solidaria?

Muchas veces nos preguntamos que es la economía social y solidaria? Es otra economía? Y la pregunta que se suma automáticamente es porque hacer otra economía? La respuesta es única: no, toda la economía es social y no sólo eso sino que es fundamentalmente política. El objetivo del proyecto de la economía Social y Solidaria es dejar en claro cual son los valores centrales de esta propuesta. Una economía donde el eje central sea el trabajo del hombre, la sociedad y no el capital, donde los valores de de competencia y maximización de ganancia del mercado sean supeditados a otro tipo de valores como el de la solidaridad.


Quizás una buena forma de reflexionar sobre estas preguntas sea pensar que es la economía. Para muchos son números, y según las teorías económicas más citadas por los libros es la ciencia o actividades que tratan la administración de los recursos escasos. Esta definición que parece tan simple y certera deja muchos interrogantes como ¿Cuales son esos recursos y porque son escasos? La respuesta se debe a que esta corriente ideológica define a la economía como una simple relación de elección entre alternativos fines y escasos medios, ante un hombre de infinitas necesidades. Dicha escasez engloba a todos los bienes y la forma de distribuirlos es el mercado. A través de los precios se irán dando los intercambios garantizando, según ellos, una justa distribución ya que es imparcial. Así se plantea una sociedad centrada en los valores de competencia e accionar individual. Por ejemplo, si existe un terreno y dos interesados quien pague más lo obtendrá.

Desde la economía social y solidaria tomamos otra definición de economía que remite al intercambio entre el hombre y su entorno natural y social. Este intercambio provee al hombre de los medios para satisfacer sus necesidades Polanyi, 1957. Así la economía es el conjunto de actividades a través de las cuales los seres humanos garantizan la reproducción de si mismo e intergeneracionalmente, es decir al hombre hoy y a las futuras generaciones es por eso que la relación con la naturaleza debe estar presente.

Esto nos plantea la necesidad de un análisis más complejo, donde es difícil que simplemente a través de números representativos de costos conmensurables, como los precios, se pueda dar una justa distribución de los bienes. Pensar sólo en los precios genera que lo que no tiene precio no valga, como por ejemplo un río o incluso que cuando se les coloca precio este no sea representativo porque es imposible saber el valor de la perdida de un río. A esto debe sumarsele que si la distribución la realiza sólo el mercado, accederán a esta sólo quienes cuentan con poder en el mercado, es decir, quienes pueden afrontar esos precios sin importa la necesidad.


Es central revisar la concepción que se adopta de economía. Si la concepción sigue siendo la de administración de recursos escasos de nada sirve plantear una economía solidaria, o el tercer sector definido por el Banco Mundial, ya que el lugar es el de administrar aquellos sectores donde la lógica capitalista no es eficiente como pueden ser el cuidado ambiental o la asistencia a los pobres, convirtiéndose así en una forma de solucionar las fallas del sistema capitalista.

Es ante esta lectura de la economía donde nuestra propuesta de una Economía Social y Solidaria se diferencia y lo hace a partir de resaltar los componentes que ésta ya tiene, como el social y el solidario. Es alí donde nos diferenciamos del tercer sector porque la economía social y solidaria no viene a subsanar ningún tipo de error del capitalismo sino a plantarse como una propuesta de construcción de otra economía centrándose en valores de solidaridad y en la reproducción de la vida, con prácticas que parten desde la economía popular y van ampliándose, incorporando nuevas practicas incluso en los sectores publico y privado.

Es importante resaltar que no hablamos de una solidaridad de asistencia donde donamos o regalamos, sino de construir en una solidaridad ampliada a cualquier otro ser humano desde una mirada como a un igual. Es ejemplo de esto el sistema de reparto de las jubilaciones donde todos aportamos para acceder mañana a una jubilación sin saber cuantos años vivirá cada uno de nosotros. Otro ejemplo es el sistema de salud donde todos aportamos a su mantenimiento sin importar cuantas veces nos enfermemos, incluso esperando no hacerlo.


En estos ejemplos que vemos rápidamente como las dos concepciones se contraponen. La primera concepción nos propone llevar la vida como una administración eficiente, donde cada uno administre su vejez o sus enfermedades de la manera mas conveniente convirtiendo el sentido de la economía, la reproducción de la vida humana, en un negocio más.

Cuando hablamos de una economía social y solidaria pensamos en una economía centrada en el hombre, en la búsqueda de mejorar las condiciones de vida de todos y todas. Una economía donde acciones como las de la empresa Nidera, descubiertas recientemente, donde los trabajadores se encontraban hacinados, tomando agua de tachos donde se transportan los agrotoxicos son inconcebibles porque las condiciones del trabajador dejan de ser un insumo a reducir y pasan a ser el objetivo a maximizar.

Este debate no pretende desterrar el análisis costos-ganancia de cada negocios sino aportar a desmitificar que la economía sea sólo eso y entender que deben ser objetivos supeditados al central que es garantizar y mejorar cada día la vida de todas y todos.

Autor: Lorena Putero - Economista CEMoP - Madres de Plaza de Mayo

Empresas Recuperadas y Crecimiento

Las empresas capitalistas tienen como principal objetivo la maximización de ganancias, esto implica minimizar costos, entre ellos los sueldos. Así también existe un costo empresario, es decir, para que la empresa funcione el empresario necesita tener garantizada una determinada tasa de ganancia sino no invertirá.


En un periodo de crecimiento económico el empresario obtendrá una mayor ganancia por el aumento de las ventas. Mientras que en caso de una recesión, ante la reducción de sus ventas, buscará reducir costos y esto incluye la posibilidad de despidos ya que los trabajadores son un costo más a reducir. Así también, existe la posibilidad de que cuando no esté garantizada su ganancia empresarial el empresario decida cerrarla.

En el caso de las empresas recuperadas, y de las cooperativas de trabajo en general, el objetivo principal es el trabajo. Una de sus características es que no existe el costo empresario, es decir, los ingresos ahora solo se distribuyen entre los socios-trabajadores en forma de retiros (que serian los salarios en una empresa capitalista) y los salarios dejan de ser un costo.

En periodos de crecimiento económico estas unidades productivas potencian las virtudes del mismo. Además de los puestos de trabajo que generan, dado que la mayoría de ellas son trabajo- intensivo, realizan inversiones en maquinaria buscando aumentar la productividad (sin que implique reducción de personal) para aumentar el excedente que luego será distribuido a través de los retiros entre los trabajadores. Ante un ciclo de recesión y una caída de las ventas, estos trabajadores decidirán entre: reducir la producción, trabajar menos horas e incluso reducir sus retiros pero no habrá despidos, ya que los trabajadores ya no son un insumo más.


En la empresa capitalista, la expansión económica beneficia al empresario, ya que aumentan sus ingresos pero la distribución a los trabajadores se dará ante un reclamo de éstos. Así también la decisión de invertir dependerá de la tasa de ganancia que esa inversión le genere porque si puede mantener salarios bajos elegirá mantener maquinaria vieja e incorporar más trabajadores baratos.

En las recuperadas y cooperativas ante la misma expansión, el aumento de ingresos por mayores ventas repercute directamente en un aumento de los retiros de los socios-trabajadores. El aumento de la inversión es la forma que tienen estas empresas de aumentar su productividad junto a su capacidad de innovación. Dicho aumento es necesario para aumentar sus ingresos ya que ellos no pueden reducir salarios para ganar más, esto potencia el efecto del crecimiento.

La comparación arroja que las empresas capitalistas amplían el efecto del crecimiento económico de manera limitada ya que dependerá de la decisión del empresario en redistribuir o invertir. En cambio, las cooperativas de trabajo potencian el efecto del crecimiento debido a su rápida redistribución entre los trabajadores de los beneficios obtenidos. En caso de recesión las primeras profundizan los efectos negativos de la crisis, por el contrario, las recuperadas amortiguan la caída y tienden a contener los puestos de trabajo.


Es importante dejar en claro que las ventajas de las empresas recuperadas y de las cooperativas de trabajo en su conjunto, no se agotan en las descriptas, y no caben en esta nota. Las relacionadas al desarrollo local, el medio ambiente y el efecto de practicas participativas en el crecimiento personal de los trabajadores son, entre otras, algunas de las ventajas por sobre las experiencias de empresas de capital.

Autor: Lorena Putero

Economista CEMoP - Madres de Plaza de Mayo

Una mirada sobre la inflación

La inflación, conceptualmente, es un aumento generalizado y constante de precios. Al respecto se decía que si llegaba a un 20 o 25% anual, se iba a desmadrar. Pero no ha sido así y son pocos los que creen que se pueda gestar una espiral inflacionaria. Algunos dicen que falta inversión, que falta crédito, que cada vez hay más pobres. Según algunos economistas No se dispara porque [Néstor] Kirchner entendió que hay que tener muchas reservas en el Central; porque la cuestión fiscal, más allá de haberse deteriorado un poco en el último tiempo, aún es manejable y finalmente, porque el contexto internacional es muy benigno con el país.


La explicación de estos economistas tiene sus números . Desde que Kirchner llegó al poder en 2003 las reservas internaciones que atesora el Banco Central pasaron de US$ 13.810 millones a 52.145 millones a fines de 2010, según datos de la entidad monetaria (habiendo pagado casi u$s15.000 millones para sacarnos de encima la lacra del FMI). Los dólares en el tesoro del Central son una fenomenal herramienta para manejar el valor de dólar y evitar cualquier corrida que pueda causar inflación. Pero hay inflación. Respecto a la cuestión fiscal, Nadin Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), dice que el resultado fiscal ya no es superavitario. De aquel 2,6% del PBI al que llegó el superávit en 2004 se pasó a un -0,6% en 2009 y se estima que en 2010 también se repetirán números rojos. Pero claro: tampoco se está necesitando mucho financiamiento -salvo el que algunas agencias estatales le hacen al Tesoro- para pagar sus obligaciones. Eso, según el economista consultado, es otra de las fortalezas que hacen posible que la inflación no crezca.

Por último, la balanza comercial mide lo que se compra en el exterior y lo que se vende fronteras afuera. Es otra de las fortalezas del modelo. De acuerdo con datos de Orlando J. Ferreres, compilados en el libro Dos siglos de economía argentina , en 2003 hubo un superávit de la balanza comercial de US$ 15.733 millones y en 2009 la cuenta llegó a u$s16.979 millones. Para 2010, según el relevamiento de expectativas del mercado (REM), estará en u$s 13.645 millones. Fortalezas que diferencian a esta época de otras. También se dice que las tarifas públicas al estar congeladas y subsidiadas crean expectativas inflacionarias porque las empresas no invierten por no tener rentabilidad. Ahora bien, si las tarifas están congeladas éstas no mueven el termómetro de la inflación y si las empresas reciben un susidio por la diferencia, están cobrando la tarifa plena; la pregunta es ¿Por qué no invierten? ¿Porque no ganan?.

Se dice también que la falta de billetes genera un problema; pregunto, el cliente del banco ¿tiene el dinero en su cuenta? Lo que faltaron fueron billetes, no es que la gente no tenga el dinero o el ingreso.


Ahora se dice que si bien la sequía podría jugarle al Gobierno una mala pasada en términos de recaudación fiscal y de crecimiento, también contribuiría a reducir las expectativas de inflación. Los que dicen esto estaban en contra de las retenciones pero evidentemente, con dichos de esta naturaleza, las están convalidando.

Para seguir analizando el problema y tratar de rebatir los comentarios de muchos medios, podemos decir que el primer indicador que debemos examinar es el ingreso real (poder adquisitivo) proveniente de la ocupación principal de los asalariados. La nueva encuesta trimestral provee datos desde el tercer trimestre de 2003. Entre ese momento y el primer trimestre de 2007 el ingreso real medio se incrementó 34% en forma prácticamente continua.

Posteriormente, el ingreso tendió a contraerse durante 2007 y 2008 y se recuperó en 2009. En el segundo trimestre de 2010 el ingreso real medio resultaba prácticamente igual al pico de comienzos de 2007, mientras que el producto (desestacionalizado) era 11% más alto.


Entre el segundo trimestre de 2003 y el primero de 2007 la proporción de pobres se redujo a casi la mitad, de 49,9% a 26,5%. La reducción se frenó casi totalmente en adelante. A mediados de 2009 la proporción de pobres era de 25%. Después, el índice de pobreza tuvo una reducción de 1,7 puntos porcentuales, asociada con la instrumentación de la asignación universal por hijo, llegando a 23,3% en el primer trimestre de 2010,

Por lo tanto podemos decir: Inflación hay, es cierto; no esta desbocada, ni se va a desbocar como quisieran algunos, es cierto. Entonces ¿dónde está el problema? ¿En el aumento de los ingresos de los asalariados?. Eso es una falacia, ya que un aumento del 25% del ingreso del salario no incide en el 25% del aumento del producto.

Nos podemos remitir a lo que dijeron en la Mesa de Enlace: que un aumento del trigo, no incide en la misma proporción en el aumento del pan por ser éste una parte del costo del producto final.

A que no hay inversión. Otra falacia, la inversión está hoy en el 24% del PBI cuando, técnicamente, se calcula que, en promedio, debe ser aproximadamente de un 14% para reponer equipos y bienes de uso; el 10% restante es lo que se llama inversión inducida, que es la que crea lo nuevo para seguir un crecimiento sostenido.

La inflación es sin ninguna duda un hecho político que se está dando en Argentina con una gran transferencia de ingresos a los sectores concentrados formadores de precios y que cuando el gobierno los toca saltan y se refugian el la consabida libertad de mercado y la falta de institucionalidad: nueva palabra usada por esos sectores y sus cómplices de la oposición (le pediría al lector que observe los dichos en cada entrevista).

Entonces, si el gobierno hace los deberes como debe ser, maneja las variables macroeconomías como nunca pasó en 200 años, tratando mediante políticas públicas de inversión (mucha obra pública); consumo (dándole a los que menos tienen, 2500000 de jubilados nuevos y la asignación universal por hijo); distribución del ingreso (haciendo que todos tengan algo para gastar); que los agentes económicos se encuentren con una actividad que les permita desarrollarse y que los que viven en estas tierras puedan hacerlo cada vez mejor, entonces; ¿ qué pasa? ¿dónde está el problema? Aparecen los oligopolios formadores de precios que en vez de producir más -al estar dadas todas las condiciones para hacerlo- secan el mercado con la complicidad de los políticos que hacen sus discursos alrededor del problema pero no dicen cómo se soluciona, lo mismo hacen los medios de prensa que si aumentan las reservas encuentran el pero negativo, si pagan la deuda encuentran el pero negativo, si aumentan las exportaciones encuentran el pero negativo, si subsidia el gobierno los servicios públicos le encuentran el pero negativo. Lo lamentable que dentro de todo eso está la gente bombardeada y que realmente no sabe cual es la verdad y la verdad es la realidad. Miremos la realidad.

Todos los que pronosticaron desde hace cinco años a esta parte lo hicieron para crear un clima de incertidumbre en forma negativa. Yo creo que cuando hay actividad y el río tiene caudal, seguramente las cosas van a ser mejor; por supuesto con conflictos, porque cuando una sociedad avanza aparecen los conflictos, los que no son ni buenos ni malos, pero hacen que se empiecen a entender ciertas cosas, por ejemplo, que la inflación que tenemos es causada por un sector muy pero muy poderoso acostumbrado históricamente a apropiarse, vía precios, de lo que no le pertenece.

Prof. José Manuel Fernández

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