Artículos de Economía

Plan de Rescate Economía Estadounidense

¿Ahora sí EE.UU. puede liderar la recuperación de la economía mundial?



“Es esencial que todo estadounidense entienda que la batalla por la recuperación económica debe combatirse en dos frentes. Tenemos que hacer arrancar la creación de empleo y la inversión privada, y debemos hacer que el crédito fluya de nuevo a las empresas y las familias”. Palabras del Secretario del Tesoro de los EE.UU., Timothy Geithner, al anunciar el nuevo plan de salvataje para el sector bancario.

Ayer dos buenas noticias surgieron desde los Estados Unidos: el lanzamiento de lo que se ha dado en llamar el Plan de Estabilidad Financiera, anunciado por Geithner y el Paquete de Estímulo Económico (llamado Plan de Recuperación y Reinversión para EE.UU.), pero los mercados no reaccionaron de la manera esperada y cerraron en rojo, en una de las peores jornadas del año. En EE.UU. el Dow Jones perdió un 4,6% de su valor, S&P 500 cerró 4,91% abajo, mientras que el Nasdaq lo hizo 4,2% en rojo.

La poca información, principalmente relacionada al Plan de Estabilidad Financiera, en donde por ejemplo, no se precisó cuánto iba a pagar el gobierno estadounidense por los activos tóxicos, generó una gran desilusión en los mercados de valores, un mal inicio para un plan que busca cambiar las expectativas para reestablecer el crecimiento económico.


El paquete de estímulo económico, por su parte, que contempla un monto total de US$ 838.000 millones, no las tuvo fácil y fue aprobado por 61 votos a favor y 37 en contra (apenas un voto más del necesario para que resulte aprobado). Ahora resta que entre el Senado y la Cámara de Representantes se consensúe el proyecto de ley final.

Las diferencias entre los programas de estímulo económico aprobado por ambas cámaras se encuentran principalmente en el destino de esos fondos. Mientras que la Cámara baja aprobó exenciones fiscales por un monto estimado en US$ 182.300 millones, el Senado contempla en el proyecto que acaba de aprobar, exenciones por un valor de US$ 292.500 millones. Por otra parte, en relación a la cobertura de salud, trabajo y educación, el texto del Senado destina US$ 66.800 millones a ser destinados, mientras que el documento aprobado por la Cámara baja estipula un monto de US$ 92.300 millones.

El Plan de Recuperación y Reinversión para EE.UU. incluye inversiones en infraestructura, energías renovables y transporte, además de ayudas a los estados que están teniendo problemas para cumplir con sus presupuestos. Las estimaciones realizadas por el propio presidente estadounidense indican que el plan salvará o creará entre tres y cuatro millones de empleos.


En relación al plan de rescate financiero se estima que el mismo podría movilizar cerca de US$ 2 billones en dinero público y privado. En el plan de rescate del sector bancario, habrá un programa para la compra de activos tóxicos que captará fondos privados y se iniciará con una inversión de US$ 500.000 millones. Posiblemente se ampliará hasta US$ 1 billón.

De manera complementaria al plan de rescate del sector bancario, la Reserva Federal respaldará nuevos créditos hasta US$ 1 billón. El plan tiene estipulado además intervenir en el mercado inmobiliario (por un monto de entre US$ 50.000 y US$ 100.000 millones) con el objeto de evitar que las familias sufran el embargo de sus viviendas e incluso puedan acceder a la refinanciación de sus créditos hipotecarios.

Con este plan para el sector bancario se pretende limpiar los balances de las entidades para evitar nuevos episodios de crisis, lograr que las mismas cumplan con su fin que es generar financiamiento. Pero el plan también cuida que la calidad de la cartera hipotecaria no se deteriore producto de la preocupante situación económica. Con estos condimentos, el plan de estabilidad financiera pone en condiciones al sector bancario para que reactive el circuito crediticio, necesario para recuperar el crecimiento económico. En este sentido, Geithner decía: “En lugar de catalizar la recuperación, el sistema financiero es un freno para la recuperación y la recesión está poniendo presión sobre los bancos. Esa es una dinámica peligrosa que tenemos que cambiar”.

Si bien el mercado no ha recibido de la mejor manera estas noticias, la pregunta a responder es qué implicancias pueden tener estos dos anuncios para la economía estadounidense en particular y para la economía global en general.

Luego de los múltiples anuncios previos que incluían multimillonarios paquetes de estímulo económico y rescate del sistema financiero, hay que reconocer que existe un cierto nivel de desconfianza acerca de la eficacia de estas medidas para sacar a la economía estadounidense de la situación recesiva en la que se encuentra.

Todavía habrá que esperar un poco más para conocer más detalles sobre dichas medidas y con qué timing se implementarán las mismas. Estas cuestiones no son menores en términos de su efectividad.

El plan de rescate del sistema financiero es de gran relevancia para lograr que el mismo comience a generar el financiamiento necesario para las familias y las empresas. En este sentido quizás sea necesario lograr un compromiso explícito por parte de las entidades financieras para que apoyen a la economía estadounidense generando crédito a la recuperación de la economía. Después de todo, son las mismas grandes responsables de esta crisis y su salvataje se produce con dinero de los contribuyentes estadounidenses.

Por su magnitud, el plan de estímulo económico puede lograr un impacto sensible en la economía estadounidense dándole el empujón necesario para que la misma comience a recuperarse, aunque ello se produciría a un ritmo lento.

La recuperación de la economía estadounidense modificaría las perspectivas para el resto de las economías desarrolladas ya que la reversión en la dinámica de la demanda estadounidense de productos externos producirá un estímulo (aunque probablemente débil), en el resto de las economías.

Pero lo más importante para que el inicio de la recuperación de la economía estadounidense y su influencia positiva en el resto de las economías tenga lugar se relaciona a cómo evolucionarán las expectativas tanto de las familias como de las empresas ya que ello influirá en la dinámica de la demanda interna. Si las familias y las empresas no confían en el efecto positivo de ambos planes sobre la economía, no consumirán ni invertirán por lo que no se reactivará el círculo virtuoso que lleva al crecimiento.

Tanto el programa de estímulo económico como el Plan de Estabilidad Financiera son de utilidad en función de la recuperación económica estadounidense, pero no logran ser una condición suficiente para asegurar la misma ya que los temores que puedan permanecer en los mercados puedan jugar en contra de los mismos.

Luego de que tanto el plan de salvataje como el de estímulo económico estén claramente definidos en su metodología de implementación y en el alcance de los mismos, habrá un tiempo de espera que se tomará el mercado para evaluar la utilidad de los mismos. Este tiempo será clave para discernir si comienza el ciclo ascendente en la economía estadounidense y mundial o si deberemos seguir navegando en los mares tempestuosos de la crisis con la amenaza de que la situación pueda agravarse aún más.

Fuente: latinforme.com

Distorsiones en las Estadísticas del INDEC

04 de febrero de 2009.


INDEC. Un país sin brújula ni responsabilidad cívica.

Por el Lic. Aldo M. Abram

Lo más grave de la manipulación oficial de las estadísticas públicas tiene que ver con la obligación ciudadana de controlar a quienes elegimos como funcionarios. El principal objetivo de los organismos públicos que elaboran información es proveernos de los instrumentos para poder ejercer dicha responsabilidad cívica. Cosa que no podremos hacer si están intervenidos por aquellos a los que tenemos que controlar y se distorsionan los datos para engañar a los que les cedieron el poder con su voto; lo cual hace difícil hablar de la vigencia de una verdadera democracia republicana en la Argentina.

Otro perjuicio tiene que ver con que esos datos distorsionados son la base sobre las que se proyectan los escenarios que se utilizan para evaluar la viabilidad de posibles inversiones productivas. Si la información pública que se usa es dudosa, eso tiñe de mayor incertidumbre los marcos económicos estimados y, por ende, vuelve más riesgoso el encarar cualquier proyecto en el país, disminuyendo la producción, empleo y bienestar futuro de los argentinos. Es cierto que los consultores tendemos a tratar de elaborar cifras propias más confiables; pero difícilmente lo podamos hacer mejor que un organismo estatal que cuenta con mucho más recursos y capacidad de relevamiento de datos.

Por otro lado, cuando las cifras oficiales pierden credibilidad, la economía tiende a funcionar mucho más ineficientemente, bajando nuestro nivel de vida; ya que, por ejemplo, la inflación es un dato vital para negociar salarios, alquileres, tasas de interés, etc. Si no existe una estadística que todos consideren confiable, ¿en base a qué se llegará a un consenso en esas tratativas? Cada uno utilizará el que le venga mejor a sus intereses y las brechas a cerrar serán muy grandes, aumentando la conflictividad y la probabilidad de tomar decisiones erradas.


En forma generalizada se asume que los índices de precios al consumidor se “dibujan”; pero esto afecta a otras estadísticas que se toman a valores moneda corriente y luego se les quita la inflación para saber como evolucionaron en cantidades, como muchas cifras sobre ventas. También, al tomar precios más bajos que los reales, el gobierno “reduce” el nivel de pobreza e indigencia; ya que dichos menores valores se utilizan para calcular el nivel de gasto mínimo para que alguien no califique en estas categorías, dando montos artificialmente bajos. Otro cambio que se realizó en el INDEC fue modificar arbitrariamente el cronograma con el que se dan a conocer los datos. Si son malos, se publican a última hora del viernes, sabiendo que así tendrán menos impacto en los medios. Si son buenas noticias, los adelantan altos funcionarios del gobierno, aprovechándolos para el marketing oficial. También, sucede en algunas estadísticas que se da la cifra preliminar del último mes, que es la que toman los medios; pero que es corregida a la baja cuando se informa el definitivo junto al preliminar del mes siguiente, que es en ese momento la noticia. De esta forma, nadie se entera de que la evolución de dicha estadística es peor de lo que se publica.

Por último, para resolver este problema, el Congreso debería sancionar una ley por la que le de autarquía al INDEC y lo ponga bajo su órbita. Esto permitirá ir recuperando en el tiempo la credibilidad que supo tener en el pasado. Hasta principios de 2007, fecha en la que fue intervenido por el gobierno, era uno de los organismos de estadística más reconocidos de la región y servía de ejemplo a seguir. Lamentablemente, el haber permitido que esa confiabilidad se destruyera, habla de la pobre responsabilidad ciudadana de todos los argentinos.

Por el Lic. Aldo M. Abram

www.exante.com.ar - editoriales@exante.com.ar

Debilitamiento del Real

Por Horacio Pozzo



En este verano, muchos argentinos cambiaron a último momento el destino de sus vacaciones y se han ido a disfrutar de las playas de Brasil. Es que la fuerte devaluación del real brasileño desde principios del mes de setiembre del año pasado modificó significativamente el costo de veranear en Brasil haciéndolo más accesible.

En estos momentos el dólar en Brasil cotiza en alrededor de R$ 2,3, cuando el primer día del mes de setiembre de 2008 se ubicaba en R$ 1,63. Proyecciones preliminares de la autoridad monetaria consideran que el dólar se puede ubicar en el nivel actual hacia finales de 2009, pero el fuerte deterioro observado en la economía brasileña conjuntamente con el sombrío panorama internacional puede debilitar aún más a la moneda de Brasil.



La crisis financiera internacional ha provocado una gran salida de capitales de los países sudamericanos afectando el valor de sus monedas. En el caso de Brasil, dicha fuga de capitales aún no se ha detenido y sigue presionando sobre el valor del real, obligando al Banco Central de Brasil a intervenir para sostener su valor.

Durante el mes de enero, el flujo cambiario de Brasil mostró un rojo de US$ 3.018 millones (en diciembre el mismo había arrojado un saldo negativo de US$ 6.373 millones).

La huida de capitales de la economía brasileña producto de la estrategia de los inversores de migrar hacia posiciones más seguras, se potencia con el deterioro de los indicadores económicos de Brasil.



Las perspectivas de la economía brasileña en el corto plazo no son para nada positivas y ello ha llevado a que el pasado miércoles, el presidente Lula da Silva anunciara la ampliación en US$ 61.260 millones del Programa de Aceleración del Crecimiento con el objeto de sostener el crecimiento económico. Actualmente, el mercado espera que la economía brasileña alcance un crecimiento del 1,8% para este año.

Hace unos días se conoció que en el mes de diciembre, el indicador de producción industrial en Brasil sufrió la peor caída desde que el mismo se creó en el año 1991 al registrar una contracción del 12,4%. Ello tomó por sorpresa al mercado que esperaba una baja del 6,6%. Con el deterioro en el crecimiento económico la moneda brasileña se debilita en el corto plazo.

Se podría pensar que el fuerte debilitamiento del real podría mejorar la balanza comercial brasileña pero este no es el caso. En el mes de enero del presente año, la economía brasileña experimentó su primer déficit comercial desde el 2001, producto de la fuerte contracción en sus exportaciones. El rojo comercial ascendió a US$ 518 millones (en diciembre de 2008, la balanza comercial de Brasil había registrado un superávit de US$ 2.301 millones).

En Argentina existía temor acerca del efecto del debilitamiento cambiario en Brasil sobre el resultado de balanza comercial. Argentina arrastra más de 60 meses de déficit de balanza comercial continuados con Brasil. Pero a pesar del debilitamiento de la moneda brasileña, en el mes de enero, el déficit comercial de Argentina con Brasil cayó significativamente y fue el menor de los últimos cinco años y medio al alcanzar un valor negativo de US$ 88 millones.

El debilitamiento del real antes que beneficios para la economía de Brasil, puede generar problemas por el frente inflacionario lo cual pondría en una situación incómoda al Banco Central de Brasil sobre la decisión acerca de la dirección de su política de tasas de interés.

Si bien durante el mes de enero, la tasa de inflación minorista se aceleró, ello respondió a un aumento estacional en el precio de los alimentos y a un ajuste en tarifas del transporte público y no a una aceleración producto del traslado del debilitamiento del real sobre los precios internos.

Por el momento, las expectativas inflacionarias se mantienen ancladas y desde el mercado brasileño se espera una tasa de inflación para este año del 4,3%. Pero el Banco Central de Brasil no se puede descuidar en este aspecto por lo que no sería de extrañar que tome una actitud más prudente en el manejo de su política de tasas.

Si algo hay que decir a favor del gobierno de Lula es que el fuerte debilitamiento que está padeciendo el real no es producto de errores en su política económica. De hecho, la política económica llevada adelante por el mandatario brasileño, es bien vista por la población. Prueba de ello es que Lula alcanzó en esta semana un nuevo récord histórico de popularidad, al lograr una aprobación del 84 %. Este nivel de aprobación se hace más destacable si se considera que Lula hace ya varios años que está en el poder, lo que podría esperarse que ello le hubiera generado un cierto desgaste que en su caso no ha sido así.

Más allá de la existencia de errores o no en la gestión de política económica de Brasil, lo cierto es que al país le está costando detener la fuga de dólares. Desde el mercado existe una gran incertidumbre sobre la dinámica que observará el mercado cambiario en Brasil y el déficit en dicho mercado seguirá presionando al valor del real brasileño.

Para tranquilidad del mercado, el Banco Central de Brasil renovó recientemente su acuerdo de asistencia financiera con la Reserva Federal de los Estados Unidos. Dicho acuerdo se extendió hasta el mes de octubre del presente año y mediante el mismo, el Banco Central de Brasil dispone de US$ 30.000 millones de la Fed a cambio de una garantía en reales. Este dinero al que puede acceder en cuando lo disponga el Banco Central de Brasil, será usado en caso de necesidad para incrementar los fondos disponibles para proveer de liquidez el mercado cambiario local.

En todo este contexto, lo positivo es que los fundamentales económicos detrás del valor del real en el mediano y largo plazo son sanos y garantizan la fortaleza de la moneda brasileña. Brasil está pagando el costo de ser una economía emergente y como tal es castigada por los mercados cuando los temores y la incertidumbre se apoderan de los mismos.

Fuente: latinforme.com

El Plan Anticrisis y el Turismo

Autor: Jorge A. Scalise


Días atrás, algo alarmado, un alumno se preguntaba en voz alta si las medidas anticrisis podrían hacer que el turismo reiniciara la senda de fuerte expansión a la cual nos habíamos acostumbrado en los últimos años. Se inició allí un interesante debate en donde se mezclaban datos de la realidad y opiniones personales de los presentes, en su doble condición de usuarios y estudiosos del turismo.

En general se coincidió en que el turismo y la recreación están habitualmente en relación directa con los ingresos de la población y con sus expectativas. Por ello el aumento a los jubilados y la eventual asignación extra a los trabajadores en relación de dependencia es una medida positiva, toda vez que contribuye a aumentar el ingreso del consumidor. También lo es la eliminación de la “tablita de Machinea” dado que libera fondos que los sectores de ingresos medios y medio altos deberían asignar al pago de impuestos, si bien no hay seguridad sobre su destino final. Por su parte líneas de créditos orientadas a la compra de paquetes turísticos facilitarían el acceso al turismo a los sectores de menores ingresos.

Las voces más críticas alertaban acerca de lo exiguo de las asignaciones a los jubilados. Reparaban además en que la suma otorgada a los trabajadores en relación de dependencia alcanzaría a sólo la mitad de la población en esa situación, ya que el resto está en condiciones de marginalidad. El crédito, finalmente, es una condición necesaria pero no suficiente para desencadenar un proceso virtuoso de aumento de demanda. El crédito soluciona problemas financieros, y únicamente aporta a la solución de problemas económicos cuando está fuertemente subsidiado, y este no es el caso. En particular, si se va a prestar al 15 ó 20% de interés con una inflación declarada de alrededor del 8%. Cuando un fabricante tiene un pedido y debe comprar insumos y contratar mano de obra para cumplirlo, necesita un crédito, pero de poco le vale si no recibe el pedido. En el caso del consumo, sin dudas, el crédito lo alienta y favorece, pero sólo cuando existe la voluntad de consumir. Y la voluntad de consumir – especialmente en servicios como el turismo – se da en los que tienen expectativas de crecimiento o al menos de estabilidad en lo laboral, entendiendo como tal la conservación del empleo o el nivel de actividad de su comercio o empresa.

La síntesis del debate fue que el turismo no puede ser desvinculado de la actividad económica general. Y si bien esperamos que este plan revitalice la economía para que de esa forma se revitalice el turismo, apreciamos que no parece ser éste un plan que tire la casa por la ventana. Y tampoco podría serlo, dado el desventajoso contexto internacional en que le toca desenvolverse. La caída de los precios internacionales y de la demanda externa de nuestros productos introducen un toque de alerta a las previsiones presupuestarias, especialmente cuando se avecinan años de fuertes vencimientos de la deuda pública.


Pero más allá de los contenidos del plan, es tanto o más importante el sentimiento de credibilidad que estas medidas generen en la población. Si la sociedad entiende que el plan de obras públicas a encarar efectivamente se va a cumplir – más allá de que se hayan anunciado obras que estuvieran previstas o iniciadas – con su efecto multiplicador sobre la actividad de las industrias conexas; que, por tanto, los esfuerzos por retener la mano de obra en las unidades de producción serán exitosos y el consumo no se verá mayormente afectado; que algunos problemas que hoy dificultan el razonable desarrollo de sectores productivos como el rural se verán superados por la lógica de la racionalidad y el consenso, el plan será exitoso y el turismo y el resto de los sectores podrán emerger de esta crisis con heridas que cicatrizarán en el corto plazo. Ocurrirá únicamente si se dan estos supuestos, y sólo así.

El problema a solucionar es entonces más político que económico. No estamos en el año 2001 y finalmente los precios externos son casi los mismos que un año atrás. Sin embargo, el sentimiento de desasosiego y sorpresa parece campear en una sociedad que hasta hace pocos meses vivía una sensación casi de euforia. Preocupada por los aumentos de precios en bienes y servicios provocados por una demanda muy firme, de pronto, conflicto con el campo mediante, piquetes de rutas y crisis internacional -al principio sin repercusiones previstas en el país -, ve abrirse un futuro al menos incierto y en donde la toma de decisiones se llena de incertidumbre. El efecto más inmediato de la crisis se evidencia en ese brusco cambio de expectativas.

En este contexto, al igual que los alumnos de la Maestría, es hora de que también los productores turísticos comencemos a reflexionar.


Jorge A. Scalise

Director de la Maestría en Economía y Desarrollo del Turismo

Escuela de Economía y Negocios – Universidad Nacional de San Martín

jscalise@unsam.edu.ar

Crisis Global

Es negro el panorama que se avecina para América Latina en este 2009 que apenas empieza, no logro hacerme de optimismo ante lo que observo. Tengo que reconocer que estoy emocionalmente agotado cuando me esfuerzo por comprender el alcance de esto, y que a veces es tentador simplemente cerrar los ojos y hacer eco a lo que dicen los optimistas empedernidos. Si lo que usted busca es que le digan que estamos tocando fondo, sus ojos están en la lectura equivocada.


Creo que el reto más difícil al hacer este análisis es distinguir entre los problemas temporales y circunstanciales, de las tendencias que serán irreversibles y seculares. Sin la perspectiva que sólo da el tiempo, es fácil equivocarse; pero nada hay más fácil que decir qué se debió hacer o en qué se debió invertir, si simplemente se mira hacia atrás cuando el vendaval ha pasado.

Se ha hablado mucho de la inusual dependencia del consumo estadounidense que la economía mundial desarrolló. También se habla sobre el abuso del crédito que permitió a los estadounidenses gastar mucho más allá de sus posibilidades reales. La pregunta clave es si lo normal es que gasten, o no lo es; la abundancia de crédito es una condición ya intrínseca a nuestra realidad, o fue simplemente el resultado de desbalances temporales.

Mientras más lo analizo, más me convenzo de que la contracción del consumo que viene no es una reacción temporal sino un cambio secular que tiene raíces mucho más profundas. Igualmente, creo que la abundancia de crédito más que una bendición ha sido el reflejo de un desbalance anómalo, enfermizo e insostenible entre las economías del mundo.


Empecemos por el consumo. Éste tiene que reducirse por tres razones fundamentales: por el altísimo endeudamiento de las familias estadounidenses, por la fuerte caída en el patrimonio de éstas, y por el envejecimiento de la población.

Es interesante observar el fuerte incremento en la tasa marginal de ahorro de los estadounidenses a lo largo de 2008. Ésta pasó de 0.2% a 2.7% del PIB. Sin embargo, a pesar de los sacrificios, hoy están más endeudados que antes.

Parece lógico medir el endeudamiento en términos relativos al patrimonio. Si debo cien, y tengo mil de patrimonio es mucho menos grave que deber los mismos cien pero teniendo cincuenta. Siguiendo esta lógica, los estadounidenses hicieron un esfuerzo épico para pagar 29 mil millones de dólares de lo que debían durante el tercer trimestre de 2008. Pero si consideramos que perdieron casi siete billones de dólares de su patrimonio (9%) durante el año, como consecuencia de las caídas en los mercados inmobiliario y de valores, su pago fue intrascendente y están hoy mas endeudados que antes.


Comparemos, por otra parte, esta crisis inmobiliaria con la última que ocurrió, en 1990. La diferencia sustancial es demográfica. Recuerde que el mayor crecimiento poblacional en Estados Unidos se dio entre 1946 y 1964, cuando nacieron 78 millones de personas en el llamado "baby boom" de la postguerra. En 1990 el "baby-boomer" promedio tenía 35 años, hoy tiene 54. A los 35 años uno está en pleno proceso de hacerse de una casa, de acumular cosas; a los 54, los hijos se han ido de casa y las necesidades cambian.

Es vital entender que los estadounidenses acumularon muchas cosas en los últimos años, y por ello su capacidad de ajustarse el cinturón es mucho mayor. Recuerde, no lo harán por gusto sino por necesidad.

La familia estadounidense promedio tiene 40 mil dólares de bienes duraderos (además de su casa), 2.2 automóviles (1.2 por cada persona que tiene licencia para conducir), y 68% de las familias viven en casa propia cuando el promedio histórico es de 64%.

Por primera vez, la demanda anual por automóviles es inferior a la tasa de reposición del parque vehicular, diez millones versus doce millones de autos.

Hay un mito que se repite una y otra vez con respecto a lo que ocurrirá cuando los bancos sean recapitalizados por el gobierno, se dice que los tienen que forzar a prestar. Es absurdo el concepto.

La primera regla que debe respetar un banco es que sólo hay que dar crédito a quien tenga la capacidad para pagarlo. Ha habido un claro deterioro en la calidad crediticia de los estadounidenses. El desempleo, la merma patrimonial y el endeudamiento excesivo se reflejan en ésta. La calificación crediticia promedio es de 690 puntos. Para obtener una hipoteca a 30 años, se requiere de 760 puntos, para el préstamo para comprar un auto 720.

Es importante subrayar que los estadounidenses están muy endeudados y tienen que gastar menos para poder pagar lo que deben y para acumular ahorro para su retiro. Una vez más, el envejecimiento de la población es más que relevante. En cuanto al endeudamiento, imagine lo siguiente: la familia promedio gasta más haciendo pagos anuales de capital e intereses sobre lo que ya deben que lo que gastan en comida.

Y con respecto al tema de la abundancia de financiamiento, hay también situaciones insostenibles. Imaginemos el caso de un país que tiene gran poderío manufacturero y que provee al mundo de bienes. Un país que acumule un superávit comercial equivalente a 0.5% del producto mundial, y acumule tantas reservas internacionales que tiene con qué financiar los déficit de sus socios comerciales. No me refiero a China hoy, sino a Estados Unidos en 1929.

En aquel entonces, después del desplome bursátil, cuando cayó la demanda internacional por bienes estadounidenses, el congreso decidió imponer exorbitantes aranceles a las importaciones para forzar a la demanda local de los productos que antes se exportaban. Los socios comerciales de Estados Unidos, al verse afectados por la brutal medida, impusieron medidas similares a los productos de éste país. El resultado final fue una contracción de 70 por ciento en el comercio internacional y la resultante depresión a nivel mundial que culminó en la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, China tiene la capacidad de inundar a los mercados financieros con las abundantes reservas que han acumulado al mantener su moneda artificialmente baja. Al hacerlo, imposibilitan que los chinos demanden "carísimos" productos importados y subsidian la compra de sus productos por los habitantes de los países que los importan (pero que no pueden producirlos y competir con sus precios). Esta medida les permite a los chinos mantener empleada a su población, por lo que están "exportando" desempleo.

Los enormes superávit de China (399 mil millones), Alemania (279 mil millones), Japón (195 mil millones), y de los países exportadores de petróleo (813 mil millones) financian los grandes déficit -y el consumo excesivo- de Estados Unidos (664 mil millones).

En el entorno actual, los países que se han acostumbrado a exportar desempleo sufrirán al ver la enorme contracción en los déficit de los países cuyo consumo se está contrayendo. Estimular la demanda local no es trivial, y sufrirán mayores niveles de desempleo.

El abundante financiamiento que proviene de los países superavitarios dejará de ser la constante en los mercados financieros internacionales. Esto ocurrirá en un año en el cual muchas economías emergentes tienen que salir a renovar emisiones de deuda que vencerán en 2009. Brasil tiene 205 mil millones de dólares de vencimientos, Rusia 605, la India 257 y China 2.4 billones. Argentina esta vez tuvo suerte, no logro ingresar a los mercados internaciones y esto lo ha beneficiado.

Los enormes desbalances entre las cuentas corrientes de las economías del mundo pueden provocar sanciones comerciales, aranceles, subsidios y prácticas desleales que podrían, como en 1930, generar proteccionismo y una contracción en el comercio internacional que sería más que inoportuna.

Mientras duró, fue cómodo contar con el colosal financiamiento que provino de los insostenibles vicios comerciales chinos. Como en el caso del consumo estadounidense, corregir los desbalances no es una tendencia temporal sino un cambio secular indispensable.

Siempre he tenido cierta fascinación con la posibilidad de saber qué depara el futuro. Claramente, no soy el único. El analista de una casa de bolsa, por ejemplo, difícilmente pronosticará una fuerte y prolongada baja en los precios de las acciones pues, al hacerlo, va en contra del negocio de la empresa para la cual trabaja. Ha sido, también, común ver a analistas de grandes fondos que pronostican "talking their book" (término que se usa para quienes están simplemente promoviendo escenarios convenientes para las posiciones en las que se encuentran invertidos). Probablemente, el analista pueda tener la honestidad para decir lo que realmente piensa, pero su siguiente observación será hecha desde la perspectiva del analista "independiente" (también conocido como "desempleado").

Muchos analistas y expertos quieren ver la situación actual como un ajuste temporal y una corrección menor. Pero desear que así sea no es razón suficiente para provocarla. Es más, muchos observadores del mercado están esperando a que haya verdaderamente una "capitulación" desesperada y generalizada que señalará el punto en el que, finalmente, hay que zambullirse en el mercado.

En mi opinión, muchos economistas han caído en la trampa keynesiana de pensar que es la voluntad de los gobiernos la que puede evitar que una crisis se profundice, que es cuestión de gastar con suficiente determinación y contundencia para lograr salir de la tormenta. Otros pensamos que el camino es harto más sinuoso y que requiere de provocar cambios profundos antes de generar las condiciones que nos regresen a un desarrollo sano y bien sustentado.

Pronosticar qué va a pasar es siempre difícil. Hoy lo es más, debido a la alta sensibilidad del mercado a rescates y decisiones políticas. Un mundo financiero que ha movido su centro de gravedad de Wall Street a Washington es no sólo inusual, sino también altamente volátil.

Le ofrezco, por ello, decirle qué creo que va a pasar. No lo hago desde la arrogancia del analista que cree tener la bola de cristal, sino con el sano intento de hacer que usted esté de acuerdo conmigo o no, el proceso intelectual de llegar a una u otra conclusión le será de mayor utilidad que la tediosa alternativa que yo tendría de darle muchos escenarios diferentes y docenas de conclusiones probables y mutuamente excluyentes.

La crisis actual no es, como se dice, producto de un par de años de laxa política monetaria, expansión crediticia y especulación inmobiliaria. Esas condiciones, sin duda, exacerbaron y agravaron el problema, pero el proceso ha sido mucho más largo y gradual, por lo que la salida también lo será.

Hemos visto a la economía estadounidense perder casi 2.6 millones de empleos en un año. El desempleo ha pasado de 3.5% en su mínimo a alrededor de 7.2% en este momento. Sin embargo, esa cifra es muy conservadora. Las estadísticas de empleo cuentan sólo a la gente activamente buscándolo. Hay una base mucho mayor de gente desempleada que se ha dado por vencida y no busca más, y otro numeroso grupo de gente subempleada quien se ha resignado a trabajar menos horas y por menor paga.

Como dije anteriormente, los cambios en el comportamiento de los consumidores no son temporales. El crecimiento en el ahorro marginal que vimos que el año pasado aumentó de cero a más de dos por ciento podría eventualmente regresar a 8%, como ocurría antes de la formación de las burbujas en los mercados de activos. Esa premisa implicaría un comportamiento de los consumidores radicalmente diferente al que ha tenido en las últimas décadas.

Todo esto me lleva a hacer algunos pronósticos poco atractivos.

Creo que el desempleo seguirá aumentando a un ritmo acelerado hasta rebasar 9% u 10 %. Esta condición contribuirá a una enorme contracción en el consumo. Provocará también que continúe el deterioro del crédito. Los problemas para los bancos van a seguir. El crédito al consumo, las tarjetas de crédito, el deterioro en las hipotecas serán los mecanismos para el deterioro de los balances. Los bancos tendrán que seguir siendo recapitalizados y seguirá la consolidación entre estas instituciones. Habrá mucho menos de ellas a fines de este año, ya sea porque se fusionen o porque quiebren.

Los grandes grupos financieros internacionales retendrán tanto cash como sea posible en el desesperado intento por sobrevivir más tiempo y en mejores condiciones que sus competidores. La reciente venta de Smith Barney nos recuerda que aún falta mucho para sanear los balances bancarios.

La situación de los bancos será, además, golpeada por la caída de los bienes raíces comerciales (cuya deuda está mucho menos bursatilizada -o titularizada- que la deuda residencial), y por los precios de bienes raíces residenciales que caerán 20% más en el año. No veremos a los precios de éstos tocar fondo sino hasta que haya una fuerte reducción en el inventario de propiedades por vender, el cual equivale a más de once meses de demanda en este momento.

Seguramente habrá decisivos planes para fomentar la demanda por inmuebles. Éstos incluirán la deductibilidad fiscal de enganches ("down payments"), tasas agresivamente subsidiadas y todo tipo de estímulo que, de funcionar, pudieran retardar -más no evitar- la caída. Al final del día, sólo la gradual digestión del exceso de inventario parará la caída, pero no hay razones ni demográficas, ni rezago en la demanda que justifique perspectivas optimistas.

La inversión privada también va a contraerse. Las empresas van a retener el "cash" que logren generar. Será un año de evidente presión deflacionaria y algunas empresas tendrán dificultades en ese entorno, particularmente las empresas apalancadas y más aún aquellas necesitadas de acudir al mercado para renovar líneas de financiamiento este año.

Recordemos que la economía estadounidense está más de 8% por debajo de su producción potencial y, por ello, el principal problema provendrá de encontrar qué hacer con la gigantesca proporción de la capacidad instalada que se encuentra ociosa. En su afán de sobrevivir más tiempo que el vecino, los productores estarán dispuestos a estrangular sus utilidades, con tal de seguir generando flujo. Repito, por ello, que la deflación será un tema dominante.

Los inversionistas tendrán una clara aversión al riesgo y también se mantendrán en cash. Esto reducirá la velocidad del dinero en forma determinante, por lo cual los estímulos fiscales tendrán un impacto mucho menor a lo esperado. Habrá más dinero, pero cambiará de menos manos; el efecto neto es que se sentirá como si hubiese menos.

En su esfuerzo por reducir las tasas hipotecarias, el banco central seguirá comprando bonos del tesoro, haciendo que las tasas de los bonos a plazos más largos sigan bajando (lo cual presenta una oportunidad de inversión a corto plazo). El dólar se fortalecerá contra el euro cuando la tasa en este último baje y desincentive la especulación de quienes se financian en dólares a tasas cercanas a cero para invertir en euros. El yen seguirá estando fuerte, y la libra llegará a estar a la par con el euro.

El crecimiento chino va a ser mucho menor a lo esperado, calculo que debería estar entre cinco y seis por ciento, y las economías desarrolladas considerarán imponer sanciones comerciales a las exportaciones de este país, dada su desesperada persistencia de mantener el yuán artificialmente barato.

Será un pésimo año para mercados emergentes. Los de Europa oriental y la vieja esfera soviética estarán particularmente afectados. Creo que Rusia tendrá una recesión severa, y los paises de la ex union sovietica, que intentan incorporarse a la Eurozona, tendrán igual resultado (vean Clarín 5/3/2009, Letonia, "paraíso del consumo y crédito fácil, a la ruina económica") y eso les hará mucho menos predecibles en temas geopolíticos. España enfrentará niveles de cesantía sin precedente, y la pésima situación económica generará tensión política.

A pesar de que se espera que el enorme estímulo fiscal estadounidense provoque presión inflacionaria y que genere escepticismo sobre el dólar, creo que esas no serán tendencias que veremos aún en 2009. Posteriormente (quizá después de 2010), sin embargo, parece probable un entorno de tasas a largo plazo más altas -ante las altas necesidades de financiamiento estadounidenses- e inflación.

El petróleo se mantendrá entre las bandas de los 40 a 60 dólares, a no ser que haya tensiones geopolíticas crecientes, en las cuales Irán debe estar involucrado. Otras materias primas industriales estarán débiles, pero la perspectiva de altos niveles de gasto público en infraestructura -más relevantes en 2010 que en este año- pudieran comenzar un ciclo de recuperación.

El oro, sin embargo, es la gran interrogante. Un entorno deflacionario parece ser negativo para el metal amarillo cuyo precio tiende a fortalecerse en períodos inflacionarios. La incertidumbre sobre las monedas duras y las tasas de interés cercanas a cero, por otra parte, pudieran incrementar el interés de los ahorradores. Creo, sin embargo, que pudiéramos ver ventas por parte de bancos centrales en este año.

En fin, como dije, pocas veces ha sido más difícil pronosticar de lo que lo es ahora. Seguramente, habrá incontables sorpresas en todos los niveles. Recuerde que hace apenas un año los analistas se debatían sobre si habría o no una recesión en los Estados Unidos. Aun quienes éramos muy pesimistas, jamás hubiéramos imaginado el desmoronamiento del sistema financiero mundial y el nivel de contracción económica que hemos visto.

En mi opinión, Obama, esta intentado sostener la demanda interna vía reducciones impositivas y generando un aumento colosal de inyecciones de liquidez al sector crediticio. Es ahí donde se está haciendo un esfuerzo fútil y poco sensato. Considerando que la descomunal demanda estuvo financiada con endeudamiento, y que el valor de los activos que fueron ofrecidos como colateral para obtener ese crédito se ha desplomado, ha llegado la hora de que esas familias endeudadas se aprieten el cinturón y paguen lo que deben.

Mientras tanto, los bancos quedarán lamiéndose las heridas y viendo cómo paulatinamente se vuelven a hacer de capital para compensar el enorme deterioro que han tenido y seguirán teniendo en su base de activos, conforme no puedan cobrar, las garantías que tienen no valgan lo que se creía, y sus propias inversiones bajen de valor.

¿Y esto qué tiene que ver con los países pobres? Nuevamente, mucho; la inusual abundancia de crédito se dio como consecuencia de los enormes sobrantes de ahorro que provenían de los países superavitarios. Idealmente, más que irse a financiar consumo, esa alta generación de ahorro debió irse a financiar inversiones de capital, a financiar el desarrollo de capacidad productiva y de infraestructura en países en vías de desarrollo. Si eso hubiese sido posible, ahora tendríamos una base de demanda mucho más amplia y balanceada.

En su lugar vemos un desesperado esfuerzo por hacer que los países deficitarios sigan demandando, lo cual equivaldría a convencer a un drogadicto en sobredosis de que se inyecte la última ración de heroína. Este ejercicio me recuerda al desatinado esfuerzo que los países en desarrollo hacen por incrementar sus ingresos fiscales recurriendo siempre al mismo pequeño grupo de causantes cautivos, en vez de incrementar la base de contribuyentes motivando incluso a los contribuyentes menores a que paguen impuestos.

Éstos pueden tener una menor capacidad individual de pago, pero su número los puede volver una fuente de recaudación más estable. La otra alternativa sería que sean los propios países superavitarios los que se lancen a consumir, a pesar de que muchos de ellos no tienen (a corto plazo) las condiciones sociales básicas que les permitan frivolizarse, pues no tienen sus necesidades básicas cubiertas por una red de servicios sociales eficientemente provistos.

Eso es lo que ocurre en China, por ejemplo, con los deficientes servicios de salud estatales que fuerzan a que la población acumule ahorro en caso de que requieran acudir a los proveedores de medicina privada. Pretender que los problemas actuales se resuelvan con las mismas herramientas que provocaron el colapso, si bien puede generar frutos en un plazo más corto, garantiza que eventualmente volveremos al mismo punto del cual partimos. Se habla de la necesidad de recapitalizar a los bancos, con la cual estoy de acuerdo, pero se condiciona el proceso a que éstos se comprometan a volver a empezar a prestar. Eso es absurdo.

Tenemos que entender que el problema requerirá de soluciones mucho más realistas y, desafortunadamente, de más lento efecto. El principal problema de los balances de los bancos hoy es de opacidad. Hace veinte años, en éstos había activos fáciles de valuar y, por lo mismo, susceptibles de ser fácilmente liquidados -aunque fuese con descuento- en caso necesario.

Hoy tenemos bancos con estructuras de alta complejidad en sus libros. Algunas de éstas son el resultado de haber titularizado o bursatilizado hipotecas de baja calidad crediticia (el infame "subprime"), pero donde el banco no tiene directamente la hipoteca en sus libros sino una rebanada de un pastel donde hay muchas de éstas mezcladas. No sabemos si en esa rebanada hay estructuras tóxicas o si tiene otras que no lo son tanto.

Para agravar la situación, la necesidad de liquidez de los bancos para rehacer su capital ha provocado ventas de emergencia de estos valores. Al no tener éstos una valuación transparente, sus precios se han colapsado pues los inversionistas institucionales evitan comprarlos (aunque puedan hacerlo con enorme descuento) ante el miedo a no poder deshacerse de ellos después. Desafortunadamente, la probabilidad de que la rebanada del pastel sea tóxica seguirá aumentando conforme los precios de los bienes raíces sigan cayendo y conforme el crédito al consumo también se siga deteriorando. Y no, la solución no pasa por artificialmente crear demanda por inmuebles para que los precios dejen de caer.

Al final del día, de una u otra forma tenemos que volver a niveles razonables de los precios de éstos relativos al nivel de ingreso de la población y al posible rendimiento que éstos generan si son ofrecidos en renta.

Personalmente creo que los parámetros que hoy se usan para analizar el mercado inmobiliario están sesgados por un periodo de bonanza demasiado largo. Por ejemplo, se estima que más de 25% de la demanda por inmuebles en los últimos años provino de gente buscando especular, no tratando de hacerse de vivienda. Ésta se ha retirado del mercado y no va a volver.

También creo que todo mercado que produce una burbuja genera también una corrección excesiva en la baja. Esta condición es necesaria para volver a atraer capital a invertir en un activo a todas luces barato. Estamos aún lejos de ese punto. El problema está en que ese ajuste seguirá erosionando el capital de los bancos cuya única posibilidad de acción sensata es concentrarse en sanear su balance -ya sea incrementando su base de capital o disminuyendo sus pasivos- olvidándose de paliativos cortoplacistas y utópicos que sólo posponen la posibilidad de soluciones reales.

Desafortunadamente, tomará años que nos deshagamos de los excesos provocados por la euforia y el comportamiento irracional. Sería absurdo pensar que la solución está en que éstos continúen. El sistema bancario mundial está herido y la preocupación tiene que estar más en sanarlo que en asegurarnos de que se levante de la cama y empiece a correr pronto. Hacerlo garantiza simplemente una recaída. Los consumidores tienen que regresar a patrones razonables y vivir de acuerdo a su realidad. Hacerlos ver como las inocentes víctimas del engaño bancario es irresponsable y suscita un peligroso precedente.

Los bancos tienen que regresar a modelos de negocios prudentes y los excesos tienen que castigarse. Algo que "opaca" aún más la situación de los bancos es la enorme proporción del negocio que ni siquiera está formalmente en sus balances. Citibank, hoy en boca de todos, tiene más activos fuera de su balance que en éste. Quienes propiciaron esta situación tienen que mostrar que llegaron a ésta manteniéndose dentro de parámetros legales. La globalización de la economía provocó la aceleración de la fase expansiva del ciclo económico. Esa misma interacción entre las diferentes regiones y mercados tiene que sentar las bases para un desarrollo balanceado y realista.

En su discurso de toma de posesión, Barack Obama dijo que "la riqueza de Estados Unidos se mide no por el tamaño de su PIB sino por el alcance de su prosperidad". Lo mismo podemos decir del mundo. Las soluciones sustentables tienen que afrontar el problema de desigualdad porque sólo en la medida en que se desarrollen soluciones que incorporen a los miles de millones de marginados a la economía mundial, podremos generar niveles de demanda que no requieran de la frivolidad excesiva y el endeudamiento a niveles peligrosos de los habitantes de países como Estados Unidos, Inglaterra o España que ahora tendrán que sufrir la resaca posterior a la larga fiesta.

El mundo entero parece estar gradualmente dándose cuenta de que la tremenda crisis económica que empezó a manifestarse en Estados Unidos el año pasado no es un problema exclusivo de ese país. Las absurdas teorías que hablaban de la inmunidad de ciertos países o regiones al "contagio" están aún más devaluadas que todas las clases de activo en los mercados. España tiene una fenomenal crisis, el crédito ya extinguido empieza a generar incertidumbre en la cadena de pagos, los bancos mas importantes comienzan a demostrar flaquezas. Argentina es vulnerable en cierta medida, ya que los bancos españoles impactan directamente sobre sus acciones. No obstante bancos de primera línea que ya se han visto en problemas en España, sus repercusiones en el mercado local fueron rápidas y directas, los depositantes reaccionaron comúnmente a la cancelación de plazos fijos y retiros de ahorros, generando hacia el banco en cuestión una aumento de sobre tasas de "call" (prestamos entre bancos con el sencillo fin de llegar al encaje determinado por el Banco Central) para disipar una corrida.

En fin, el mundo globalizado tiene infinidad de mecanismos de conexión financiera no sólo por el vigoroso comercio internacional, sino también por la presencia de intermediarios financieros con exposición global. Ésta se da ya sea por la presencia física en otros países, o por haber invertido en valores emitidos por gobiernos o empresas de países diferentes al de origen.

Según una excelente publicación escrita por Olivier Blanchard, profesor de MIT (The crisis: Basic mechanisms and appropriate policies; diciembre 29, 2008), la exposición al resto del mundo de los bancos procedentes de los cinco países más industrializados se incrementó de 6.3 billones (millones de millones) de dólares en el año 2000 a 22 billones en junio de 2008, 4 billones de los cuales estaban en mercados emergentes. Ese nivel de inversión asegura un fugaz contagio.

Es significativo preguntarnos qué hizo que creciera tan rápidamente el apetito por tomar riesgo originado en otros mercados. Según otro prominente economista de la misma universidad -MIT- Ricardo Caballero (A global perspective on the great financial insurance run: Causes, consequences, and solutions; enero 23, 2009), lejos de que la explicación esté en el deseo de alto rendimiento, el origen se explica por la escasez de instrumentos financieros para proteger valor que se manifestó a fines de los noventa.

El incremento en la demanda provino no sólo del envejecimiento de las poblaciones de Japón y Europa, sino también de la integración de países altamente ahorrativos a la demanda global por instrumentos financieros, a la precavida respuesta de países emergentes como consecuencia de crisis financieras previas y a la estabilidad de economías productoras de materias primas.

Según Caballero, esa creciente demanda por instrumentos "seguros" es lo que explica la fuerte baja en las tasas de interés estadounidenses, no sólo la relejada política monetaria de la Reserva Federal de Greenspan.

¿Por qué es esto relevante? Lo es por dos motivos. Primero, porque para saciar esa demanda los "creativos" banqueros de Wall Street diseñaron instrumentos "seguros" cuya calidad crediticia se explicaba no por la fortaleza financiera del emisor, sino por la certeza de que si se empaquetaba a cientos de emisores de baja calificación de crédito en una canasta, éstos no dejarían todos de pagar al mismo tiempo.

Eso, entonces, satisfacía dos propósitos. Primero, alimentaba a esa creciente demanda por instrumentos que fuesen refugio de valor, mientras que permitía incrementar la cantidad de crédito disponible para deudores de baja calidad crediticia. Esta demanda creció exponencialmente en respuesta al "American Dream Downpayment Act" firmado en 2003 por la administración Bush para proveer de 5.5 millones de viviendas a familias de escasos recursos. Es aquí donde Geespan le guiño el ojo a Bush bajando drásticamente la tasa de referencia desde la reserva federal.

Como dije anteriormente, es precisamente la creación de estas complejas estructuras lo que le quitó transparencia a los balances bancarios, haciendo imposible valuar a ciencia cierta el nivel real de riesgo -y descomposición- que hay en éstos. Esto no sólo ha llevado a que a los bancos comerciales les sea imposible emitir papel comercial para fondearse, o convencer al público de que les pierda el miedo; incluso ha provocado que la única parte donde los ahorradores se sienten seguros es en la parte más conservadora y de corto plazo de las emisiones gubernamentales donde está hoy estacionado todo el ahorro.

Este análisis puede generarnos un cierto grado de esperanza. Por una parte, esas enormes cantidades de recursos no se quedarán para siempre inmóviles y resignadas a rentabilidades nulas. Cuando los mercados recuperen la confianza -lo cual no ocurrirá pronto, pero sí ocurrirá- es posible que se genere una redistribución colosal y rápida hacia activos más rentables conforme se generalice la sensación de que no pueden perderse las gangas que hoy abundan en el mercado. Por otra parte, si ese es el caso, quizá es en esa necesidad de tener "seguros" donde deben enfocarse los esfuerzos de los gobiernos que intentan estabilizar la situación.

Sin duda, uno de los factores más devastadores de esta crisis ha provenido de la sensación que tienen muchos inversionistas que pensaban haber comprado algún tipo de seguro, y que hoy descubren que esa cobertura no existe. Por ejemplo, en el mercado había tres billones de dólares de emisiones aseguradas por "monoliners" (Empresas aseguradoras dedicadas a cubrir el riesgo de no pago de un emisor de deuda. Es decir, si una empresa que emitió un bono pierde la capacidad para pagarlo, la monoliner lo hace. Esto permite que el emisor tenga una mejor calificación de crédito y un menor costo de financiamiento, a cambio de pagarle una prima de seguro a la monoliner.)

Sin embargo, esa sensación de seguridad desapareció cuando en una situación de riesgo extremo el mercado ponderó que las monoliners no podrían cubrir ese nivel de emisiones teniendo tan sólo 34 mil millones de dólares de capital propio.

Esa realización llevó a que hubiera ventas masivas de instrumentos que se percibían como de bajo riesgo sólo bajo el amparo de la monoliner, pero no sin éste.

Lo mismo pasa con los CDS's ("credit default swaps"), otro tipo de seguro contra riesgo crediticio, en el cual la inestabilidad de los intermediarios financieros que ofrecen cubrir el riesgo generó duda que se ha manifestado en la fuerte caída en los precios de las emisiones.

Esa es la teoría de Caballero, que la estabilización de los mercados comenzará cuando regrese la confianza por el seguro. Eso permitirá el gradual regreso hacia activos que no estén tan a prueba de balas como un bono de corto plazo emitido por el Tesoro estadounidense.

Sin embargo, entendamos que de lo que se está hablando es de que simplemente empiece el proceso de normalización de los mercados, de que gradualmente se vuelva a distribuir el ahorro entre diferentes clases de activo, lo que llevaría a una paulatina recuperación de los precios y que se reflejaría, por ejemplo, en un incremento en los niveles de capitalización de los bancos y de recuperación de los patrimonios familiares. Conforme esto ocurra, el consumo pudiera empezar lentamente a recuperarse.

Claramente, no estamos hablando -por mucho- de regresar a la bonanza en la cual estábamos. Esa se fue y quizá no regrese en décadas. Como dice David Rosenberg, el analista de Merrill Lynch, en este entorno no estamos hablando realmente de una recesión sino de una depresión. La diferencia entre una y otra es que un ciclo recesivo es mucho más corto -típicamente alrededor de año y medio- pues es provocado por un incremento en los niveles de inventarios conforme la demanda cae. En el proceso de reducir los inventarios, las empresas dejan de comprar y hay altos niveles de capacidad instalada que quedan ociosos. Eventualmente, la demanda se logra reactivar y la situación se normaliza. En una depresión el problema es de endeudamiento excesivo, cuya normalización pasa por una prolongada contracción de la demanda y un fuerte crecimiento del ahorro. Ese es un proceso más largo y lento, pues implica una venta masiva de activos y un prolongado cambio en patrones de consumo e inversión para ir pagando lo que se debe.

Si ésta es una depresión, es la primera desde la de los años treinta, y sólo hubo otras cuatro en el siglo XIX. Si lo es, el proceso de ajuste será largo y delicado. Considerando que alrededor de 30% de la capacidad industrial estadounidense está parada, tomará mucho para que la capacidad vuelva a utilizarse y el empleo se recupere. El proceso de contracción de éstos, de hecho, apenas está empezando.

La situación laboral contribuirá necesariamente a complicar el ciclo. La tasa de desempleo real en Estados Unidos es de alrededor de 13.5%, si tomamos una definición más amplia que la de desocupación entre quienes activamente están buscando trabajo (en cuyo caso es 7.2%). La Organización Mundial de Trabajo dijo el miércoles 28 de enero que más de cincuenta millones de trabajadores perderán su empleo este año, como consecuencia de lo que vivimos.

Como esperaba, la presión sindical ha comenzado. La primera huelga general en Francia paralizará al país ante la muy "francesa" demanda por "proteger al empleo y al poder adquisitivo". Habrá que preguntarle a los obreros franceses de dónde creen que vienen los recursos para proveer esa protección.

La depresión económica empieza y la psicológica va de la mano de la primera.

Desde mi humilde posición, quiero hacerles saber que la única y mejor forma de proteger el empleo es aumentando los esfuerzos y optimizando recursos. Los tiempos que se vienen son de una fuerte y ardua competencia, pero debemos tener presente que toda crisis genera cambios y estos pueden ser una oportunidad, solo hay que verlo como un desafio.

Luis A Sebastián Cuadros

luissebastianc@hotmail.com

La Economía Argentina ante la Crisis

Argentina: Ejemplo del Mundo... de Perseverante Decadencia



Lic. Aldo M. Abram - 12 de enero de 2009.

Desde que estalló la crisis en EE.UU. nos hemos cansado de escuchar a nuestros funcionarios decir que es la muestra del fracaso del capitalismo, poniendo como ejemplo de modelo alternativo a la Argentina. Pues ni esta interpretación ni la supuesta inmunidad argentina se han demostrado ciertas. A continuación demostraremos que el origen de los problemas estadounidenses es el resultado de la “argentinización” de la política económica de la potencia del norte. También, concluiremos a dónde llevará a nuestro país, nuestra perseverancia populista y el actual “régimen económico” que el gobierno promueve mundialmente.

EL COMPORTAMIENTO DE LAS BOLSAS DEL MUNDO



Base Diciembre 1998=100



Fuente: ESEADE en base Bloomberg

Se puede anticipar un escenario internacional muy desfavorable; ya que quienes tienen que “curar” al paciente parten de un diagnóstico equivocado. Suponen que un grupo de especuladores se dedicó a prestarle irresponsablemente a gente que quería comprar una vivienda y no calificaba para un crédito. Sin embargo, cuando uno ve lo ocurrido en el mundo, observa que las tasas de riesgo país de las economías emergentes nunca bajaron tanto como hasta principios de 2007. En tanto, los mercados de activos financieros e inmobiliarios alcanzaron valores récords medidos en dólares en casi todo el planeta. Entonces, parece que fue generalizado el incentivo desmesurado a asumir riesgo para ganar un centavo más; lo cual sólo pasa cuando la liquidez abunda y, estos excesos, sólo los pueden generar los bancos centrales. ¿Cómo sucedió? En el año, 2000, la economía de EE.UU. amenazaba con iniciar un proceso de ajuste. Por ello, la Reserva Federal, dirigida por Alan Greenspan, en pos de alentar la demanda interna, empezó a inyectar fuertes dosis de liquidez, bajando su tasa de referencia hasta un 1%. Por otro lado, el Presidente Bush empieza a desandar el camino de superávit fiscal de la administración “Clinton” y aumenta la colocación de deuda del Estado; lo que se agravó desde el 11 de septiembre de 2001. Luego, en 2003, el nivel de actividad comenzó a crecer y el sector privado, también, incrementó su demanda de crédito. Ante dichas presiones al alza sobre la tasa de interés de mercado y para evitar que subiera por encima de la que había fijado como referencia, la Reserva Federal respondió comprando, con emisión, bonos del Tesoro de los EE.UU.



PRODUCTO BRUTO INTERNO y TASA DE INTERÉS DE REFERENCIA



Fuente: ESEADE en base BEA y FED

El problema es que la gente y el gobierno demandaban crédito para gastar y la Fed les daba dólares, que no necesariamente contaban con una demanda para atesoramiento. Por lo tanto, el exceso de oferta hizo bajar a la moneda estadounidense desde 2002, incentivando la suba de precios domésticos, de los bienes comercializables internacionalmente y de los activos financieros e inmobiliarios. En mayor o menor medida, esta política monetaria flexible de la Fed fue seguida por otros bancos centrales; por lo que no extraña que las presiones inflacionarias hayan alcanzado, también, a sus unidades monetarias. Tampoco lo es que, en pos de mejorar los menguantes rendimientos, los inversores se vieran incentivados a asumir riesgo, en forma exagerada.

Desde 2004, la Reserva Federal decidió combatir la aceleración de la inflación aumentando muy gradualmente la Federal Fund Rate. Hacia fines de 2005, había un amplio consenso sobre la necesidad de un “aterrizaje suave”. En mayo de 2006, luego de nuevos récord en los precios de los activos financieros, empezó a crecer la expectativa de un ajuste y pareció iniciarse un ajuste (excesivamente) moderado. Pero la Reserva Federal, con su nuevo Presidente Ben Bernanke, decidió detener, en 5,25%, la suba de su tasa de referencia por temor a las señales de debilidad del sector inmobiliario de los EE.UU. y su impacto negativo en la economía. Para agosto, quedó claro que no habría nuevas subas e, incluso, los inversores comenzaron a descontar una baja, lanzándose nuevamente a maximizar ganancias.

INFLACIÓN ACUMULADA DOCE MESES DE LAS PRINCIPALES ECONOMÍAS DEL MUNDO



Fuente: ESEADE en base BEA, Eurostat, UK Statistics Authority, Statistics Bureau of Japan

Hasta junio de 2007, se siguieron batiendo récord de precios. El “avión” lejos de apuntar la trompa hacia abajo y reducir la velocidad para aproximarse a la pista, siguió acelerando y mirando al cielo. Lo que nos trajo a la tierra fue el estallido de la crisis del sector inmobiliario e hipotecario de los EE.UU. Explotó primero allí porque debía ser el mercado más “inflado”, pero los efectos de los excesos afectaban a los valores de todos los bienes y activos internacionales. Ya no era posible un “aterrizaje suave”, porque la Fed obligó al avión a subir demasiado alto; pero pudimos haber tenido un aterrizaje algo brusco, aunque controlado. Simplemente, se necesitaba que los Bancos Centrales del mundo siguieran proveyendo liquidez a los bancos para evitar una crisis del sistema financiero, como hizo al principio el Banco Central Europeo. Mientras tanto, convenía dejar que los precios de activos financieros e inmobiliarios ajustaran a la baja y que la economía internacional se desacelerara o incluso fuera a una, relativamente, menor recesión. Empero, la Reserva Federal decidió bajar la tasa de interés e incrementar los excedentes de liquidez existentes, respondiendo complacientemente a los ruegos de los inversores, que querían seguir ganando con el alza de los mercados, y de los políticos, deseosos de sostener un crecimiento económico artificial. Según parece, la misma política monetaria expansiva que nos metió en este lío, es la que nos va a sacar de él. Parece difícil, ¿no? Esta historia es una vieja conocida de los argentinos y sabemos como termina. Se postergan los costos de los errores de los funcionarios gubernamentales y/o de los bancos centrales; pero se potencia el ajuste cuando éste se vuelve inevitable. A esta altura, lo que queda claro es que lo que fracasó no es el capitalismo. Fue la eterna vocación de los funcionarios y de los economistas de pensar que pueden hacer crecer “mágicamente” los mercados y la economía más allá de sus posibilidades. Por supuesto, en todo el mundo, el fracaso de estos “curanderos” siempre lo pagan los sufridos ciudadanos. La resolución de la crisis política en EE.UU., por la elección y asunción de un nuevo y más creíble Presidente, más los salvatajes, políticas fiscales y monetarias expansivas, puede que traigan algún alivio. Sin embargo, el definitivo ajuste económico y de los mercados estadounidenses está aún por venir y será muy duro.

“RIESGO PAÍS” – ARGENTINA VS EMERGENTES Promedios mensuales - En puntos básicos



Fuente: ESEADE en base JP Morgan

En ese sentido, es bueno preguntarse cómo está la Argentina para enfrentarlo. En las peores condiciones, con una absoluta falta de credibilidad debido, entre otras cosas, a: a) la estafa a los tenedores de títulos de deuda pública en CER que significan los “dibujos” de la inflación por parte del INDEC; b) el desgaste del gobierno debido a la pésima gestión de la crisis con el campo; c)) las políticas de manotazos de ahogado, como el blanqueo de capitales y las moratorias, que confirman la falta de moralidad e institucionalidad de la Argentina; d) las propuestas de políticas fiscales expansivas para las que no hay recursos y diluirán la solvencia fiscal de un Estado sin crédito; e) las “estatización” o “argentinización” de empresas extranjeras mediante expropiaciones o del “enorme poder de convicción del gobierno”; y f) la clara opción demostrada en el articulado del Presupuesto 2009, de utilizar las reservas internacionales del Banco Central para financiarse, debilitando sus posibilidades de controlar una corrida cambiaria y/o bancaria. Así es que, si bien es difícil que nuestro país entre en crisis por un default de la deuda estatal, los títulos públicos cotizan a valores de cesación de pagos y se observa una continua fuga de capitales. La inconstitucional confiscación de los ahorros para la vejez de los afiliados del sistema de capitalización terminó de diluir el derecho de propiedad y de importar una crisis financiera internacional que, hasta entonces, lográbamos “navegar” con dificultad. Por lo tanto, los orígenes de una debacle local, que en inicios sería cambiaria y bancaria para con el tiempo devenir en default, empiezan a multiplicarse. No solamente pasan por un posible “tsunami” internacional, sino que suma una probable debacle electoral oficialista en 2009, dado un escenario de creciente caída de la imagen gubernamental, debido a la mala evolución de la economía, la pobreza y el empleo. En el mejor de los casos, cuando pase el temporal externo, nos encontraremos con una gestión oficial sumamente desgastada y una elección presidencial en ciernes. Serán tres años duros; ya que es improbable que el gobierno cambie el rumbo y cuanto más haga, más acelerará hacia el precipicio. Ante esta nueva desilusión y fracaso como sociedad, podemos aprender y tener una visión de largo plazo. Deberíamos pensar si no es hora de que abandonemos esta historia de Presidentes populistas de izquierda y de derecha, que caracterizó los últimos casi 80 años de decadencia argentina. Eso exige un cambio de cultura, que nos lleve a asumir nuestras responsabilidades cívicas, lo cual incluye a “Doña Rosa”; pero que no podemos esperar que sea quien la lidere y difunda. Esa es tarea de la dirigencia empresaria, intelectual y profesional de la Argentina, que es quien tiene los medios económicos y de comunicación para lograrlo. Sin embargo, ya sea por acción u omisión, la mayoría de este sector de la comunidad fue cómplice de este continuo avasallamiento de los derechos e instituciones que están en nuestra Constitución Nacional. El temor o la codicia primaron, hoy deberían preguntarse cuál fue el resultado. El Dr. Carlos Escudé dijo en una conferencia que “el populismo, es la única alternativa democrática para los pueblos con altos niveles de pobreza”; lo cual los condena al subdesarrollo. Yo creo que la Argentina es el ejemplo de que “el populismo es la única alternativa democrática para los países con dirigencia pobre”.

Lic. Aldo M. Abram - 12 de enero de 2009.


CONSULTORA EXANTE

Economía Argentina 2008

Qué exige la riqueza de parte de la ley para producirse y crearse?: lo que Diógenes exigía a Alejandro: que no le haga sombra J.B. Alberdi.


Exactamente el 27 de noviembre de 2007 escribimos un artículo que titulamos El ajuste llegó para quedarse . En él reflejábamos la necesidad que ya tenía el entonces gobierno del presidente Néstor Kirchner de generar caja para poder seguir adelante dentro del esquema trazado.

Nada nuevo: subir retenciones, bajar subsidios mediante suba de tarifas, aumentar impuestos o generar inflación adicional constituían los recursos a mano para aumentar la disponibilidad de las arcas. Así fue desde el final del gobierno de Néstor Kirchner y continuó siendo en los primeros meses del gobierno de Cristina Fernández. El drama se puso de manifiesto cuando el 11 de marzo el ministro de economía Lousteau dictó la ya famosa resolución 125 fijando retenciones móviles a las exportaciones de ciertos cereales y oleaginosas. El mecanismo no era original, dado que ya venía aplicándose a las exportaciones de petróleo (y continúa hoy).

Pero la inesperada reacción de las entidades rurales descolocó a propios y extraños. En verdad, la reacción fue de las llamadas bases antes que de los dirigentes. Es que el sistema de la resolución 125 implicaba abolir los mercados de futuros, y fijaba el monto de ingreso máximo en pesos, moneda que viene perdiendo su valor a un ritmo del 20 o 25% anual.


Ante el fracaso de esta medida evidentemente recaudatoria, el gobierno de Cristina Fernández decidió atacar otros flancos. Ya en 2007 se había modificado por medio de la ley 26.222 el sistema de adhesión a las AFJP. Luego de un año de publicidad tendenciosa y francamente malintencionada, se logró que un millón de personas aproximadamente se pasaran del régimen mixto de las AFJP, al sistema enteramente estatal, lo cual implicaba que el Estado se hiciera de los fondos acumulados por estas personas y de los aportes corrientes de ahí en más.

El afán recaudatorio continuó su curso. La necesidad de caja se hizo cada día más elocuente. Así, a pocos meses de modificado el sistema de adhesión a las AFJP, se decidió su eliminación y la expropiación de los fondos acumulados. Al mismo tiempo, de dispusieron aumentos tarifarios del orden del 200% en electricidad y gas (según se comenta, en algunos consorcios el aumento en la electricidad llega al 400%). También se ajustaron los valores de los combustibles líquidos en promedio un 50% o más durante el transcurso de 2008, pese a las bajas producidas en la cotización del petróleo en el mundo, que significaron que pasara a valer prácticamente la cuarta parte de su precio máximo en el mes de julio pasado.

Hasta acá lo que podríamos llamar la previa. Obviamente la frutilla de la torta fue la sanción de la ley de blanqueo de capitales y moratoria impositiva y previsional. Al momento de escribir estas líneas se rumorea que el nuevo Secretario de Ingresos Públicos piensa enviar un proyecto para producir una nueva modificación a la ley penal tributaria para agravar las penas de los evasores. En realidad, lo que se intenta hacer es prácticamente obligar al blanqueo con amenazas de mayores sanciones. También está planeándose una modificación al Monotributo mediante un (cuándo no) régimen de información de parte de los contribuyentes que implique declarar su patrimonio. La razón de esto es que el atraso en el ajuste de los valores de ingresos de las distintas categorías del Monotributo se ha vuelto un incentivo al llamado enanismo fiscal. Esto es: mantenerse en categorías de esta forma de tributar en lugar de inscribirse en el régimen general de ganancias e IVA.


En dirección contraria, y por razones político-gremiales esencialmente, se ajustaron los mínimos no imponibles en Ganancias y se eliminó la llamada tablita de Machinea.

Con estos antecedentes y ante esta realidad local , por así llamarla, entramos entonces en el plano internacional. Los conflictos en Oriente Medio entre israelíes y palestinos, o entre indios y paquistaníes pueden repercutir seriamente en la incertidumbre general que tiñe de negro el horizonte económico y financiero. La crisis no ha concluido por más que se sostenga lo contrario.

Las voces tranquilizadoras se oyen por doquier. Todo parece haberse ajustado y resuelto mediante la inyección ilimitada de billetes de banco para favorecer el crédito a bajas tasas y el consiguiente salvataje de empresas en problemas. Esta política se ha extendido a nivel mundial.

Los Estados devalúan sus monedas. Los ahorristas se refugian en el dólar. Las pérdidas de los tenedores de títulos y acciones de las entidades con problemas han sido monstruosas. La gente no quiere correr riesgos y pocos son los dispuestos a endeudarse en estas condiciones. Todo el mundo parece preferir esperar, y esto desespera a los encargados de la política monetaria de los bancos centrales del mundo industrializado. Es lógico que así sea. Es lógico que los funcionarios se desesperen y es lógico que los ahorristas no quieran correr riesgos.

Ahora el presidente electo norteamericano anuncia un plan de reducción de impuestos que se financiará con el incremento de la deuda pública, ya que la corrida hacia el dólar ha venido incluyendo la compra de títulos del tesoro. El plan consiste en salvar y asistir. Ayudar y perdonar. Y endeudarse para poder pagarlo. Esperemos dé resultados positivos y no signifique tirar la pelota hacia adelante.

A muchos les ha ido muy mal. Incluso fueron estafados. O defaulteados miserablemente con argumentos tales como si pusieron la plata a tasas tan altas en la Argentina, sabían los riesgos que corrían (Dr. Lavagna dixit). Los países emergentes son riesgosos. Los países industrializados son riesgosos. El mundo es riesgoso.

Únicamente se salva, al parecer, la moneda norteamericana. Y eso es así porque la economía de EEUU es una de las más dinámicas del mundo. Y, con todos los problemas que ha presentado, lo cierto es que el Estado norteamericano no supera el 25% del PBI de esa nación, mientras que el de Europa alcanza y supera el 50%. Es decir que EEUU se mueve mucho más dentro de las leyes del mercado que la vieja Europa. India o China, por su parte, con todo lo que puedan ser, representan un aporte mínimo al PBI mundial al lado del europeo o el norteamericano.

Entre nosotros las cosas no terminan de adaptarse a la situación que se vive internacionalmente. En materia de exportaciones estamos cayendo en razón de los problemas con las retenciones, las prohibiciones y los precios máximos. El tipo de cambio no se ha dejado ajustar a los niveles que el mercado indica porque el intervencionismo lo ha impedido en razón de la fuga de capitales que viene produciéndose. Los planes de créditos blandos, ayudas varias, heladeras baratas y autos económicos sabemos dónde terminan antes de que empiecen (¡y no terminan de empezar!, con lo cual no se vende ni con planes ni sin ellos).

La presión tributaria es insoportable y supera cómodamente el 50% para quienes trabajan en blanco. El INDEC sigue falseando estadísticas e índices de precios. La devaluación no puede acelerarse por las razones apuntadas (y porque además exacerbaría la inflación por la aceleración de la velocidad de circulación de la moneda que se produce con la huída hacia el dólar).

Así las cosas, el 2009 será un año francamente recesivo. Con crecimiento cero o decrecimiento. Fuga de capitales y tipo de cambio oscilante provocado por el Banco Central para tratar de evitar la huída masiva al dólar.

La Argentina no está acomodándose al mundo. Las expectativas por el cambio de gobierno en EEUU se han magnificado como suele ocurrir entre nosotros, porque siempre esperamos soluciones mágicas. La búsqueda de inversiones en el mundo no dará resultados y la política de blanqueo de capitales arrojará problemas legales adicionales.

El gobierno kirchnerista no ha pensado ni un segundo en abrir la economía. Al contrario. Solamente piensa en cerrarla. Limitar importaciones. Restringir exportaciones para supuestamente favorecer el mercado de consumo local. Ofrece créditos con el dinero habido de las AFJP a gente que tiene miedo de tomarlo porque no sabe si conservará su trabajo para pagar. Prácticamente quiere obligar al blanqueo como obligó a los ahorristas a perder sus fondos en las AFJP. Succionar recursos de donde sea y como sea, cerrar fronteras, estrechar filas, y vivir con lo nuestro, como sugiere desde que lo conocemos el inefable Aldo Ferrer. Claro que lo nuestro es el yuyito, es la producción primaria, son las vacas. Y todo eso se lo persigue con argumentos psicodélicos, en lugar de promoverlo (es decir, no castigarlo) porque es la base del desarrollo productivo sostenido y eficiente.

Bien, digamos que no pensamos, pese a todo lo que estamos afirmando, que el año 2009 vaya a resultar tan dramático como han sostenido no pocos economistas. Más bien creemos que será complicado pero que no habrá un nuevo default explícito de la deuda, ni aumentará tan dramáticamente la desocupación. Probablemente sea necesaria una refinanciación, pese a que también se sostiene que no hará falta.

En estos días se han recuperado un poco los precios de las commodities. Esto puede significar un cierto respiro en materia de ingresos por retenciones a las exportaciones. Claro que para eso habrá que permitir exportar y terminar con esta historia de que vamos a poner de rodillas al campo.

El aumento del costo de la vida afectará mucho a la clase media. Los peajes, las tarifas, los combustibles, los transportes de pasajeros, etc. Todo lo que se ha mantenido congelado durante un lustro pegará el gran salto como ya está ocurriendo. Lo que podría haberse hecho progresivamente termina haciéndose de golpe con el resultado traumático consecuente. Probablemente el impacto en el bolsillo, y en la psique, de los sectores medios será bastante más dramático que el cierre de las cuentas públicas. Cuando la población empieza a sentir el cimbronazo, se contrae más y más. Deja de salir. Deja de ir de vacaciones. No cambia su auto. Se detiene como en esas imágenes del terror que producen los grandes cataclismos. Eso también hay que achacárselo al gobierno kirchnerista, por no haber ajustado los valores ante la depreciación forzada de la moneda por el sostenimiento del dólar alto durante tanto tiempo.

Bajarán los alquileres, bajarán las propiedades. Bajarán las ventas y muchos negocios bajarán sus persianas o negociarán bajas en las locaciones. Eso está ocurriendo en estos momentos y con creces, además. Y continuará ocurriendo.

Suben las prepagas, las cuotas de los colegios privados. Los ajustes se generalizan. EL AJUSTE se generaliza.

Demasiado intervencionismo para complicar la vida de la gente. Demasiada soberbia. Demasiado desparpajo cargado de mentiras estadísticas. La clase media prefiere guardarse. Responde así al contradictorio mensaje que significa no consuma electricidad o gas, pero sí consuma comprando electrodomésticos y automóviles.

Apagar luces, usar menos combustibles, no cambiar de auto, gastar menos gas, cambiar las lamparitas, no salir a comer afuera, no viajar y pagar peajes insólitos, no calefaccionar sus piletas . Y ahora que la clase media no gasta porque todo es más caro y supuestamente puede pagarlo, el Estado sale a ofrecer créditos para que sí gaste. En el bizarro mundo intervencionista las contradicciones no sólo son posibles, son inherentes al modelo.

Si observamos que en estos años el Poder Ejecutivo la señal fue no permitiremos exportar para garantizar la mesa de los argentinos, el resultado alcanzado resulta absurdo. Suben los índices de pobreza, la gente no compra, el consumo se retrae. La inflación no reconocida por la mentira oficial ha destruido los salarios en muchos sectores. La economía informal sigue representando prácticamente el 40%.

En este mar de paradojas hay que incluir el reparto de $ 200 por única vez y las llamadas tarifas sociales. El criterio sigue siendo discriminar hacia la clase media y media alta, pero al mismo tiempo se elimina la tablita de Machinea y se ofrecen créditos para autos. Paguen más pero sigan consumiendo lo mismo. La negación de la ley de oferta y demanda en estado puro.

La realidad es que, como decíamos hace poco más de un año: EL AJUSTE LLEGÓ PARA QUEDARSE.

HÉCTOR BLAS TRILLO

Buenos Aires, 9 de enero de 2009

Impacto de la Crisis en el Turismo

La crisis mundial no se toma vacaciones.



Efectos del fenómeno global en el turismo local.

Las llegadas turísticas internacionales crecieron en torno a 5 % a escala mundial entre enero y abril de 2008 en relación con el mismo periodo de 2007. Los ingresos por turismo internacional se elevaron a 856.000 millones de dólares en 2007, lo que equivale a un aumento de 5,6 % en términos reales frente a 2006. Las llegadas turísticas internacionales ascendieron a 903 millones en 2007, con un incremento de 6,6 % frente a 2006 (actualizado) Se esperan 1600 millones de entradas de turistas para el año 2020.

"La experiencia nos enseña que el turismo es resistente, pero no puede negarse que hay cierto grado de deterioro de la situación a partir del cual todos los sectores económicos empezarán a sufrir". El Consejo Ejecutivo decide la creación de un “Comité de Reactivación del Turismo” para apoyar a sus Miembros con análisis económicos precisos y mecanismos de respuesta. El sector turístico está sufriendo ya por la reducción de la demanda de los consumidores (tanto de viajes de negocios como de vacaciones) y las empresas turísticas empiezan a resentirse de la contracción del crédito, informó oficialmente el organismo


¿Cuál es el denominador común y cuáles, las diferencias entre ambos párrafos? La coincidencia es que ambos provienen de la Organización Mundial del Turismo (el texto entre comillas pertenece al Secretario General al dirigirse al Consejo Ejecutivo), y la principal diferencia es el lapso de algunas semanas que separa el momento en que fueron pronunciados. ¿Qué es lo que ha cambiado tan abruptamente la percepción sobre la marcha del turismo en el mundo y sus perspectivas? La crisis financiera mundial, que hizo eclosión en ese breve lapso.

El mundo se muestra convulsionado por una situación iniciada en una “burbuja inmobiliaria” en Estados Unidos y que los especialistas se esfuerzan por explicar a quienes nos sentimos muy lejos y por esa razón a salvo, pero que al explotar, y globalización mediante, nos salpicará brutalmente.

En nuestro país, algunos referentes del sector turismo niegan aún los posibles efectos de este tsunami financiero en nuestra actividad. Lo hacen en algunos casos para no despertar el pánico y con la loable intención de no caer en la famosa profecía autocumplida. Pero entendemos que los operadores racionales de la actividad – y los responsables oficiales de la política del sector – debemos promover la discusión sobre este punto para que cada productor turístico tome lo recaudos que crea conveniente, adecúe sus planes de promoción para el futuro inmediato a la nueva situación o bien, se siente a esperar.

Hemos predicado siempre por trabajar sobre la base de estadísticas y de cuantificaciones: en esta oportunidad proponemos basarnos en la información disponible y trabajar sobre escenarios posibles y estimaciones con hipótesis de máxima y de mínima.


La pregunta del millón es finalmente ¿puede haber un efecto significativo sobre el turismo en Argentina por causa de la crisis financiera internacional?

Sugerimos tratar por separado los turistas no residentes (coloquialmente, “los extranjeros”) y ocuparnos luego a los residentes.

Los turistas no residentes se movilizan en función del tipo de cambio, por las ventajas competitivas y últimamente, por cuestiones de seguridad en el país de destino. Pero también lo hacen en función del tipo de cambio y de la situación económica y de sus expectativas en el país de origen. En el año 2007 entraron al país por Ezeiza 2.295.866 turistas, que gastaron u$s 3.033 millones. Se quedaron un promedio de 13.61 días. De ese total, el 24% provino de Europa, el 21%, de Brasil y el 15% de Estados Unidos y Canadá. Hoy las estadísticas disponibles para el turismo - como la Encuesta de Turismo Internacional del INDEC - no indican señales de alarma, pero es muy difícil que esto se perciba en forma inmediata. Los turistas no residentes planean sus viajes a destinos lejanos como el nuestro con mucha anticipación, en todo caso desde antes de la hecatombe financiera. Basta leer los titulares de los diarios para advertir que este tsunami financiero afecta la situación económica de los residentes de nuestros principales países emisores.

¿Y qué pasa con los residentes?

El gasto en viajes de los residentes se mueve exclusivamente en función del bienestar de la población, entendiendo por tal, un conjunto de variables como la ocupación, el salario real, el crecimiento de la economía, las expectativas económicas y los precios en los destinos. El lector puede agregar otras variables, luego de lo cual le dejamos el ejercicio de predecir y cuantificar la evolución de las mismas en los próximos meses/años y determinar sobre cuáles de ellas tiene posibilidades de actuar.

Según una encuesta finalizada en el año 2007 por el INDEC y que corresponde al total de aglomerados urbanos de más de 100.000 habitantes que abarcan el 65% de la población total del país, 8.6 millones de personas realizaron viajes y 5.0 millones realizaron excursiones de un día en un período de 12 meses. El 93.1% de esos viajes se realizaron dentro del territorio argentino y representaron un total de 133 millones de pernoctes. El gasto por pernocte fue de $47.8 a precios de abril del año 2007, lo que arroja un resultado. Primera conclusión: el turismo interno es económicamente más importante que el turismo internacional, por más que este último esté rodeado de un mayor glamour y suela medirse en divisas que no siempre llegan íntegramente al país. Y esto es así incluso en países como Francia, España o Estados Unidos.

Tenemos finalmente un turista no residente que viene de países fuertemente castigados por la crisis; un turista residente que comienza a oír hablar de desocupación, suspensiones, retracción económica, y por si esto fuera poco, un destino competidor como Brasil, cuya devaluación se presenta como amenaza múltiple. No sólo es posible que provoque una invasión de productos importados como ya se ha encargado de denunciar la Unión Industrial Argentina - ante lo cual se tomaron medidas aduaneras para tratar de minimizar el daño -, sino que también genere una eventual salida de turistas argentinos.

Entendemos que se avecina una “ralentización” notable de la actividad turística en los próximos meses. Y que este efecto no será homogéneo en todo el país. Aquellos destinos con mayor afluencia de turistas extranjeros se comportarán probablemente de manera distinta (ni mejor ni peor) que los destinos con mayoritaria presencia de argentinos. También los de alta gama tendrán consecuencias diferentes a los más modestos. Aquellos que reciben turismo de negocios tendrán un comportamiento diverso al de sol y playa. Pero algo es seguro: muchas cosas se van a transformar y es perentorio discutir y reflexionar sobre ello.

Este es el objetivo de las líneas anteriores. Debemos identificar los problemas y cuantificarlos, y diseñar planes de acción si lo creemos necesario y pertinente. Dejar paso a la imaginación y a la acción no es una opción sino una necesidad en momentos como el actual. Cuando los hechos están consumados, habitualmente es tarde. Conocemos muy poca gente arrepentida por haber reaccionado en forma activa, pero mucha por no haberlo hecho. Y esto es válido no sólo para el turismo.

Está de moda repetir que cada crisis representa una oportunidad, pero sería bueno recordar que también abre la posibilidad de la desaparición económica para el que la ignore o la subestime.

Por Lic. Jorge Scalise

jscalise@unsam.edu.ar

¿El Blindaje Deteriorado?

Como consecuencia de distintos informes y notas expuestas en los últimos meses en la República Argentina, es que me veo en la impronta de indagar sobre las reales consecuencias del famoso blindaje económico nacional o, desde la otra orilla del río, del acoplamiento a la infructuosa crisis internacional financiera.

Pues, durante este último tiempo, han salido del “freezer” varios economistas remarcando las grietas que posee nuestra economía con vistas a que las aguas de la crisis mundial nos mueva el barco. Pero, a principios de año y en medio del conflicto (casi armado) entre el campo y el gobierno, se escuchaban voces avizorando que nuestra economía se encontraba perfectamente y, era muy posible, que no sufriera daños colaterales cuando nos chocara de frente la turbulencia internacional.

La idea es analizar las debilidades y fortalezas que posee la economía nacional para poder sacar la conclusión más acertada. Por ello, es conveniente empezar por las debilidades y concluir con las fortalezas, pues, así, concluiremos de manera más adecuada.

Debilidades

Desde que los Kirchner, en 2003, amarraron la economía a los dos pilares más esenciales de su modelo, a saber, superávit comercial y fiscal, los argentinos nos sentimos mejor, pues el empleo comenzó a crecer y la desigualdad disminuyó claramente. Es que, tanto el desempleo como la desigualdad, fueron dos de las más grandes ausentes a finales de la década del noventa, repercutiendo en el malestar de la gente que se sentía insegura y con alta incertidumbre a futuro a mediano plazo.

De esta manera, las debilidades más acuciantes que posee la economía nacional son, de acuerdo con voces desde el freezer, las siguientes:

1. La Inflación: a estas alturas se encuentra en niveles excesivamente alta, alrededor de los 30 puntos porcentuales, que perjudica al poder de compra de los ciudadanos, pues, además, los salarios dejarán de crecer y se estancarán o disminuirán. Es que la crisis a golpeado a sendos sectores que han empezado a despedir personal, más por miedo que por necesidad. Aunque, así, es probable que la inflación deje de crecer, pero en estos momentos sigue con la escala del año, ubicándose en niveles altos.

2. Disminución del Precio de los Commodities: esto, se debe a que la crisis afectó a países que demandaban grandes cantidades de nuestros recursos exportables y los especuladores se retiran de este mercado volviendo a invertir en países más seguros. Esta disminución afectará a las cuentas fiscales y externas, reduciendo los superávit y dejando al gobierno con menos margen de maniobras discrecionales.

3. Disminución del Crecimiento Económico: la misma afectará claramente a la recaudación de impuestos y desmejorara las cuentas fiscales, además de que la cantidad de empleo se verá reducida y la incertidumbre de los argentinos volverá a aflorar.

4. Industria: los sectores de la industria nacional vienen sufriendo las consecuencias de la turbulencia, pues han empezado a despedir personal y ven una disminución de sus ventas que les imposibilita invertir (inversión que escatimaban desde siempre). Esto, convergirá aún más en el crecimiento económico frenándolo todavía más.

Ahora, se observa claramente que las debilidades no son para dejar de lado, más precisamente, son desequilibrios que pueden afectar el bienestar de los ciudadanos argentinos. Pero, como contrapartida de estos factores negativos, existen algunos factores positivos que atenúan las consecuencias de la crisis internacional.

Fortalezas

Cuando analizamos las fortalezas, debemos centrarnos en factores que puedan servir de barrera para frenar o amortiguar la turbulencia internacional. Es que el modelo kirchnerista con sus dos pilares esenciales, superávit comercial y fiscal, posee algunos baluartes interesantes. Estos, haciendo eco de varios comentarios, en este caso son voces desde el gobierno, son los siguientes:

1. Nivel de Reservas: éstas, que ascienden a los casi 50.000 millones, es una impresionante fortaleza, aunque no es la muralla China. Por esto, el gobierno puede actuar discrecionalmente por un tiempo necesariamente prudente y de mediano plazo. Éstas, son consecuencia de las actuaciones del gobierno en los superávit y, también, por el crecimiento de los últimos años. Así, el gobierno se permite actuar sobre algunas variables para que las secuelas de la perturbación no sea demasiada profunda.

2. La Baja del Precio del Petróleo y Gas: esto conlleva a que el gobierno deba destinar menos dinero a los subsidios para frenar la inflación, mitigando el impacto de menores ingresos por retenciones por la baja del precio de las materias primas.

3. Menores Importaciones: la disminución de las importaciones por el menor nivel de actividad será un importante factor que mejorará el blindaje por la caída de las exportaciones. Así, el país se beneficiará con respecto al balance comercial, que podrá lograr que no caiga en rojo o, si lo hace, que sea apenas naranja.

4. Aislamiento Externo: con respecto al cierre de endeudamiento externo por la creciente crisis financiera internacional, Argentina se encuentra satisfactoriamente bien. Pues no depende en gran medida, como otros países, de préstamos globales para hacer frente a sus obligaciones de deuda y para financiar sus actividades.

Conclusión

Para finalizar, podemos afirmar que si bien Argentina se encuentra en mejor situación que cuando emergió la crisis de finales de los noventa, pues hay dinero para afrontar una posible recesión de corto plazo, también hay que saber observar que existen algunas variables que, si no se normalizan y se equilibran, pueden arrastrar a la economía nacional a una debacle peor de lo esperado.

Nicolas Pepicelli

walternicolasp@hotmail.com





Crisis y evolución de las PYMES Argentinas desde 1984

Lic. En Economía Jesùs Manrique



Noviembre de 2008

Para entender mejor lo que aconteció en nuestro país sobre el tema a desarrollar, haremos una breve reseña de cómo se inicio el endeudamiento externo, que hoy en día es una carga pesada, que todavía hace peligrar la estabilidad económica y política del país .Esta deuda es la madre de todos nuestro males.



AÑO

PRESIDENTE  DE LA NACIÒN

PARTIDO DE GOBIERNO



MONTO DEUDA EXTERNA EN MILLONES DOLARES

% AUMENTO DE LA DEUDA EN EL PERIODO DE GOBIERNO

1966

1967

1968

1969

1970

1971

1972

ONGANÌA

     

LEVINGSTON 

LANUSSE

MILITAR

"

3.276

3.240

3.395

3.970

4.765

4.800

4.800

46%

             

           

1973

1974

1975

CÀMPORA/PERÒN

MARTINEZ DE PERÒN

PERONISTA

4.890

5.000

7.800

62%

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

VIDELA

VIOLA

GALTIERI

BIGNONE

MILITAR

9.700

11.700

13.600

19.000

27.200

35.700

43.600

45.100

364%

1984

1985

1986

1987

1988

1989

ALFONSÌN

ALFONSÌN/MENEN

UNIÒN CÌVICA RADICAL

46.200

49.300

52.500

58.500

58.700

65.300

44%

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

MENEN

PERONISTA

62.200

61.334

62.586

72.209

85.656

98.547

109.756

124.832

140.884

146.219

123%

           

A partir del año de 1976, las empresas privadas son alentadas a tomar créditos internacionales, debido al auge de los petrodólares, que son depositados por los países petroleros, en los bancos internacionales, quienes ofrecen créditos a tasas bajas. y con mínimos requisitos de garantías. Con ello empieza el gran endeudamiento del estado argentino, al estatizar estas deudas años después.(1980).

A principios  de 1976, cada habitante argentino "debía" al exterior, 320 dólares. A fines de 1983, cuando los militares se fueron del poder esta deuda paso a 1.500 dólares por habitante.

La deuda trepo con los militares de 8 mil a 45 mil millones de dólares, que se fueron en compra de armas, en la corrupción y en cubrir la deuda estatizada de las empresas privadas.

Entre las empresas aludidas se contaban: Celulosa argentina (1.500 millones), Cogasco  (1.350), Autopistas urbanas(950), Pérez Companc (910), Acindar (650), Bridas(600), Banco de Italia(550), Alpargatas(470), Techint (350), etc. La mayoría de éstas empresas actualmente están en manos de empresas transnacionales.

A fines del año 2000 cada habitante argentino "debía" al exterior por la deuda externa 3.800 dólares.( Fuente Ministerio de Economía)

Con esta información sobre la deuda externa, que incidió directamente en el proceso económico, pasamos analizar la crisis econòmica.

El proceso de industrialización nacional de dio con fuerza, entre los años de 1945 a 1975.Que perduro con innovaciones con tecnología nacional hasta la culminación intempestiva del gobierno radical en 1989.

Al caer la dictadura allá por la década del 80, è instalarse la democracia con el gobierno de Raúl Alfonsin. La economía argentina en general se manejaba dentro de un contexto de mercado cerrado al mundo exterior.

Las importaciones se realizaban en bienes y servicios que no se producían dentro de nuestras fronteras y en bienes de capital con tecnología  modernas, las exportaciones se realizaban generalmente con productos tradicionales agropecuarios y ganaderos en su fase inicial o con valor agregado (derivados de la leche) y el sector automotor.

El proceso económico funcionaba de acuerdo a la demanda interna y la competencia se realizaba solo a nivel Nacional. Dentro de ella predominaba la calidad en la producción (siempre la argentina mantuvo un cierto nivel de desarrollo en tecnología, hasta el advenimiento de la crisis). Pero adolecía de una producción a gran escala, como para exportar.

Este proceso, se desarrollaba ya en democracia con el presidente Alfonsìn, quién protegió en todo su gobierno a la industria Nacional. No permitiendo la invasión de productos internacionales que ya se daban en ésos momentos a nivel mundial.

Ya finalizando la década del 80 y con ello también el gobierno de Raùl Alfonsin. 3 fuerzas poderosas que venían socavando la renaciente democracia. Tuvieron sus frutos al instalarse en el país la inflación que culmino con la hiperinflación, que arrastró con ella al gobierno radical, que tuvo que entregar el poder meses antes de lo previsto.

Esas fuerzas poderosas fueron: Los militares que aún mantenían poder y no estaban de acuerdo con el juzgamiento  a militares por terrorismo de estado. Ante la presión de estos y las otras fuerzas. Se dicto la ley de punto final y obediencia debida.

Las otras fuerzas fueron los grandes empresarios Nacionales, las transnacionales, productores  y comerciantes agrícolas que lucraron con el gobierno Militar y que con la democracia fueron desplazados del poder económico y político.

Y la tercera fuerza fue el gobierno Norteamericano, que nunca estuvo de acuerdo con las políticas de centro izquierda y menos con las de Raùl Alfonsin y además por que éste se negó a pagar  la deuda externa contraída por los militares y otros gobiernos anteriores.

Llegado al poder el nuevo gobierno peronista con Carlos Menen a la cabeza, elegido en forma democrática. Sus primeras medidas fueron, abrir el mercado interno a la competencia mundial. Permitiendo el ingreso indiscriminado de productos de todo el mundo.

En esta situación el empresario argentino se vio superado, apabullado por productos que el fabricaba, pero que ingresaban al país con precios con los cuales le era imposible competir.

Estos precios se debían a muchas razones como:

Los países exportadores tanto desarrollados como subdesarrollados, venían con mucha experiencia en la producción en gran escala, lo que reducía considerablemente el costo de la producción. Agregado a ello los subsidios otorgados por sus gobiernos incentivando las exportaciones, la tecnología muy avanzada que utilizaban (países desarrollados), los sueldos míseros que pagaban a los trabajadores (países emergentes o subdesarrollados).Donde el empresariado en su mayoría , no aportaba al estado los derechos que les correspondían a sus empleados, que trabajaban en negro, Lo cuál incidía en reducir también el costo del producto.

Sumado a todo esto la inexperiencia del empresario argentino a competir con una producción  en gran escala, se vio superado en todo aspecto.

El gran error del gobierno peronista, fue abrir de la noche a la mañana el mercado interno al mundo globalizado, no dándole tiempo a la industria Nacional a producir en gran escala, a innovarse , a aumentar la productividad en sus empresas, a capacitar a su personal  para reducir sus costos y poder enfrentar la competencia internacional.

Pero lo que termino de liquidar  a la industria Nacional, principalmente a las PYMES, fue la política del DUMPING, utilizado por gobiernos exportadores desleales.

Con este sistema los industriales internacionales vendían sus productos por debajo de su costo real.

El DUMPING funciono de la siguiente manera:

El productor-exportador extranjero, en acuerdo o convenio con su gobierno, vendía su producción por debajo de su costo real, con la condición de que su gobierno le reintegraba por sus exportaciones, la diferencia en la pérdida de su costo y las utilidades que dejaba de percibir por sus ventas internacionales.

Con esta modalidad desleal, no prevista, no detectada, no prohibida por las autoridades correspondientes de ése entonces, se termino de matar a la industria Nacional.

Baste mencionar que en los negocios comerciales locales importadores (antes industriales), se vendían al público consumidor, por ejemplo: lapiceras tipo PARKET a 15ctvs.de peso. bicicletas para niños de 3 a 6 años a 10 pesos.

Con éstos precios ¿Qué industrial Nacional podría competir?.Algunos economistas adeptos al gobierno de ese entonces, decían que se estaba aplicando una economía Social , al permitir a la población consumir productos muy baratos, Pero eso se dio a costa del cierre de la industria .

Debido a esta competencia desleal en la década de los noventa desaparecieron mas de 350 mil PYMES (según el Ministerio de Economía) y la desocupación rondo el 30% de la población activa.

Entre los años del 2003 al 2005, se fundaron o refundaron mas de 153 mil PYMES, en todo el país (según el Ministerio de Economía) de ellas un poco mas del 50% logra sobrevivir mas de 5 años.

Ya pasada la crisis y en constante evolución la Economía con el renacimiento de las PYMES, que se están erigiendo en la columna vertebral del proceso productivo. Con un mercado internacional habido de consumo, especialmente comestibles, que es lo que más produce nuestro país, están dadas las condiciones para el resurgimiento de nuestra economía..

Es con este renacimiento industrial, donde nuestros empresarios, están aprendiendo en la práctica como ser competitivos en el mercado mundial .están aumentando su productividad, capacitando técnicos (que durante mas de una década dejaron de existir por la desaparición de la industria Nacional), incorporando tecnología interna y externa a sus productos. En suma están dando rienda suelta a su creatividad, capacidad innovadora.

Es oportuno el momento actual para consolidar la economía, ya que según expertos internacionales y nacionales, la demanda de alimentos es a largo plazo. Donde los precios seguirán subiendo hasta por lo menos el año 2017.

China è India, países emergentes y próximos a encontrar su desarrollo, con mucha densidad poblacional, decidieron debido a su acumulación de riquezas, otorgar un mejor nivel de vida a su población, al decidir consumir menos productos básicos como el arroz y aumentar más el consumo de carne y derivados de la leche. Los cuáles deben importarlos .Lo mismo sucede con los países pobres en alimentos, pero ricos en petróleo.

Estos países con crecientes riquezas, para asegurar su consumo futuro, están planificando la compra de grandes extensiones de terrenos cultivables en diferentes partes del mundo, especialmente en América Latina. Con ello garantizar su seguridad alimentaría y reducir su exposición a las fluctuaciones del mercado mundial.

Actualmente están surgiendo muchas PYMES novedosas dentro del país, especialmente en el sector servicios, donde los líderes (emprendedores) en base a su capacidad, inteligencia, están innovando, mejorando, ampliando servicios que se dan en otras naciones, incluso desarrollados y las exportan a estos mismos países.

EL GOBIERNO DEBE INCENTIVAR CON MEDIDAS ECONÓMICAS Y POLÍTICAS PARA APUNTALAR EL ÉXITO DE LAS PYMES.

De un lado ningún país latinoamericano por separado, puede tener un desarrollo tecnológico comparable con los desarrollados. Por lo tanto la cooperación Regional en este aspecto es fundamental. Hay compañías norteamericanas que tienen capacidades de inversión muy superiores a muchos países latinoamericanos. En este aspecto los países de la Región tienen un papel preponderante.

Es fundamental impulsar un modelo económico que requiera de empleo calificado, y eso se puede lograr a través del Ministerio de Ciencia y tecnología, lo cual generara mucho valor agregado a nuestros productos, fomentando a la vez la inclusión social.

Créditos baratos y subsidios que incentiven las exportaciones

Préstamos blandos en sectores prioritarios

Crear un fondo soberano para impulsar la internacionalización de las empresas exportadoras en el exterior

Implementar un sistema financiero orientado al capital de riesgo

Debe recabar información actualizada y comprensible de la estructura actual de las PYMES, para poder definir estrategias específicas para cada sector.

Debe definir, precisar con mayor exactitud sus políticas: financiera, industrial, exterior, científica y tecnológica, su política comercial externa, para que las empresas nacionales puedan pensar en el futuro.

Todas éstas medidas deben apuntar:

A elevar las exportaciones nacionales.

Aumentar la tasa de inversión directa en la economía.

Fomentar la inversión privada en investigación y desarrollo de tecnología

Elevar el mayor número de PYMES exportadoras, etc.

Aparte de todo esto debe incentivar el desarrollo sustentable en el largo plazo, sobre la base de crear sectores productivos con mayor valor agregado y nichos de innovación tecnológica, lograr la plena ocupación con empleos formales y hacer mas equitativa la distribución de los ingresos.

Para ser un país emergente con posibilidades ciertas de desarrollar nuestra economía, el gobierno debe lograr con políticas socio/económicas revertir los siguientes aspectos negativos que todavía subsisten en nuestro país, que son indicadores del subdesarrollo:

Reducir el índice de desempleo, aumentando el empleo calificado.

Combatir la corrupción generalizada tanto en el sector publico como privado, enraizada también en los sectores medios y bajos de la sociedad.

Tratar de reducir las desigualdades económicas de sus habitantes, con la redistribución de las riquezas.

Implementar políticas agrarias para reducir el agotamiento de los suelos por la práctica del monocultivo.

Invertir mucho mas en el desarrollo de la tecnología, estrechando lazos con los empresarios y centros educativos de diferentes niveles.

Incentivar la exportación cada vez más de productos manufacturados y reducir la exportación de materias primas.

Evitar la emigración de científicos y técnicos a otros países. En este caso ya se han repatriado mas de 370 científicos que emigraron del país en la década del 90.muchos de ellos están trabajando en el nuevo Ministerio de Ciencia  y  tecnología de la Nación

También implementar políticas que reemplacen los combustibles derivados del petróleo a través de la incorporación de calderas de carbón y otras fuentes energéticas alternativas.

Tratar de generar biocombustibles pero de algas marinas, biomasa, algún tipo de pastos y otros desperdicios vegetales.

LA  DEUDA  EXTERNA SIGUE CRECIENDO Y COMPLICA SERIAMENTE EL PROCESO PRODUCTIVO.

Por otro lado muchos analistas políticos/económicos, nacionales e internacionales afirman que los países con deuda elevadas como la argentina, están al borde constante de crisis políticas, por que estas deudas se convierten en frenos para el desarrollo nacional y que la única solución posible es el no pago de la deuda.

Esto es posible, por que el gobierno actual,  esta pasando por momentos muy difíciles, por su abultada deuda externa, que no lo genero.

Pese a sus denodados esfuerzos para salir del subdesarrollo .Parece ser que estos son vanos. Pese a haber negociado el canje de la deuda externa en el 2005, que fue calificada como la más exitosa de la historia.

En ese primer momento hubo mucha euforia y esperanzas de salir adelante. Pero los problemas empezaron con la crisis hipotecaria de los EE.UU. que impacto en los llamados países emergentes, por que con ella el periodo de gran liquidez  concluyo y por lo tanto el financiamiento se encareció. Es por esta razón principalmente que nuestro país tiene serias dificultades para conseguir financiamiento internacional para cubrir vencimientos de intereses y capital de las deudas vencidas. A pesar de que todas sus variables macroeconómicas son positivas.

Previendo estos acontecimientos negativos, es que el gobierno decidió subir al 4% del superávit fiscal para hacer frente al pago de la deuda. En principio estaba previsto el 2%.

Para lograr este superávit, es que el gobierno  subió las retenciones a las exportaciones de granos y oleaginosas y también para desacoplar los precios internos de los internacionales, en el marco actual de la crisis alimentaría. Lo cual origino una rebelión del campo y todo término en fracaso. .

Buena parte de la deuda externa en bonos emitida en pesos (40%).Cuyo capital se ajusta con el coeficiente que surge de la tasa de inflación interna,(CER) que implica que por cada punto de inflación la deuda crece en 600 millones de dólares, que según cálculos no oficiales, la inflación para todo el año del 2008, estaría rondando del 20 al 25%, lo cual ajustado la deuda emitida en pesos con el CER, seria el doble o triple del actual. Es por ello que el gobierno Nacional  intervino el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), para controlar los índices de precios.

Por otro lado, otra  parte de los bonos emitidos en moneda extranjera, tienen sus cupones atados al crecimiento del PBI. Como es conocido, nuestro país esta creciendo a tasas superiores del 8% anual. Se estima que esta cláusula significa pagos adicionales de intereses del orden de los 1.200 millones de dólares anuales.

Por ultimo, un 20% de la deuda esta emitida en euros y yenes, que se están valorizando frente al dólar y el peso argentino esta atado al dólar y se desvaloriza con el. Por lo tanto hay un ajuste técnico por diferencia de cambio que incide en el aumento de la deuda..

Todas estas razones nos lleva a predecir momentos muy difíciles para nuestra economía.

AFJP - Emergencia Previsional

20 de noviembre de 2008



Se viene la Emergencia Previsional

Por el Lic. Aldo M. Abram

La estatización del sistema de capitalización tuvo media sanción de la Cámara de Diputados y marcha hacia una casi segura aprobación en el Senado. El nivel de discusión del tema dejó claro el grado de desconocimiento con el que votan nuestros legisladores.

Cuando los representantes argumentan que no hay confiscación porque es un derecho en expectativa, desconocen que el sistema de capitalización no funciona como el de reparto, en el que con los aportes se compra el derecho a una futura jubilación. En la ley que dio origen a los fondos de jubilaciones y pensiones, se estableció que los aportes eran ahorros para la vejez de los afiliados y que les pertenecían. Se acotó su disponibilidad a poder decidir quién administraría ese flujo de recursos y, una vez cumplidas las condiciones para jubilarse, a qué empresa se destinaría para la compra de una renta vitalicia. Es más, la norma determina que el Fondo no es parte del patrimonio de las administradoras, sino propiedad de los aportantes; por lo que la administradora puede quebrar y el afiliado mudar sus ahorros intactos a otra AFJP. Uno puede disponer de tal forma de algo que es un ahorro; pero, eso no es posible hacerlo con un derecho en expectativa. Tampoco, nadie caracterizaría así a un fideicomiso; a pesar de que, al igual que en el caso de los fondos, para recibir los resultados, el beneficiario debe esperar que se cumplan determinadas condiciones prefijadas, mientras un administrador se hace cargo de su gestión.



Según los legisladores y funcionarios oficialistas, habría que esperar hasta la edad de jubilación para poder determinar si el aportante se vio perjudicado por el cambio, por lo que eso impediría que pudieran actuar judicialmente. Esta es una visión corta del derecho de propiedad que está preservado en nuestra Constitución y que incluye nuestros ahorros, para cualquier fin que deseemos asignarlos. Por ejemplo, para nuestra vejez, como los recursos acumulados en las AFJP, que no son un aporte para adquirir un derecho a una jubilación determinada. Por ello, la apropiación de dichos recursos por el Estado es una confiscación de la propiedad de los afiliados y va en contra del mandato de nuestra carta magna. Por lo tanto, nuestros legisladores están sentando un triste precedente que diluirá aún más nuestra ya mínima seguridad jurídica. Cabe imaginarse cuánta gente querrá ahorrar o invertir en un país en el cual sus gobiernos y congresales no tienen ningún límite para tomar lo que es propiedad de sus residentes.

Diferencia

Distinto hubiera sido si el gobierno hubiese pedido a nuestros legisladores que, hacia delante, eliminaran la posibilidad de aportar a una AFJP, obligándonos a hacerlo al sistema de reparto. Esto sería un atropello a la voluntad de permanecer en el sistema de capitalización manifestada por los actuales afiliados el año pasado cuando el gobierno, argumentando darles más libertad, permitió pasarse al régimen estatal, cosa que pocos hicieron. Sin embargo, formalmente no estaría afectando ningún derecho constitucional.

Según nuestros legisladores y funcionarios, su intención es salvar a los afiliados a las AFJP, ya que sus fondos se han depreciado con la crisis internacional. No obstante, gran parte de las inversiones están en bonos del sector público que, es cierto, valen poco, pero debido a que cotizan como los de un país en «cesación de pagos». Esto último implica que la gente considera que es baja la probabilidad de que el Estado argentino cumpla con sus compromisos. Es decir, nos pretenden «salvar» transfiriendo nuestros ahorros para nuestra vejez, pasados y futuros, a un Estado que todos opinan que no pagará lo comprometido.



Compromiso

Para entender mejor la gravedad de lo expuesto anteriormente, es mejor tener clara la naturaleza de nuestro sistema de reparto. Cuando uno aporta a él, está comprando un compromiso futuro del Estado a abonarle un determinado pago mensual a partir de su jubilación. Es decir que está adquiriendo una deuda pública que le pagará cupones todos los meses durante su etapa pasiva. Sin embargo, el Estado lo contabiliza como ingreso corriente y puede gastárselo sin que ello signifique mostrar un déficit fiscal.

Con la reforma previsional del año pasado, también nos aseguraron que se gestaban los controles para que no se utilizaran los recursos para gasto público, creando el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Régimen Previsional Público. El resultado fue que el gobierno usó los recursos para «disfrazar» el resultado fiscal y poder gastar $ 11.000 millones más para las elecciones. ¿Alguien puede dudar que los recursos de esta nueva reforma terminarán financiando la política económica y fiscal expansiva del gobierno para los comicios de 2009?

Algunos cálculos indican que, tras la sanción del proyecto oficial, el déficit previsional se incrementará en casi u$s 500.000 millones. Si tenemos en cuenta que nuestra deuda pública es de unos u$s 160.000 millones, queda claro que la aprobación de este proyecto es lo que nos llevará a un futuro default previsional y no el mantener el sistema de capitalización, como aseguró en el Congreso un ministro.

Dado que esa cifra es impagable, en el futuro algún gobierno declarará una emergencia previsional más y les dirá a los jubilados que no puede abonarles lo que les prometieron, porque otros se gastaron la plata. Además, tendrá que pedirles un mayor esfuerzo a los contribuyentes, nuestros « agradecidos» hijos y nietos, para tratar de moderar en algo el perjuicio del sector pasivo. Historia repetida, ¿o alguien conoce algún jubilado que haya aportado por más de la mínima y que hoy cobre lo que corresponde?

Lo más grave es la pasividad ciudadana ante el atropello de sus derechos constitucionales. Empero, cómo podemos exigirle a doña Rosa que cumpla con su responsabilidad cívica, cuando en la dirigencia empresaria, académica y profesional, que cuenta con más medios, ha brillado por su ausencia o sólo manifestado alguna temerosa preocupación ante este hecho de enorme gravedad institucional. Alguna vez escuché decir al Dr. Carlos Escudé que «el populismo es la única alternativa democrática para países con altos niveles de pobreza». En realidad, creo que el populismo es la única alternativa democrática para países con una pobre dirigencia, lo cual condena a la Argentina a una permanente decadencia.

Ecofinanzas.Net E-mail: editoriales@exante.com.ar Para ver los artículos anteriores, consulte nuestro sitio http://www.exante.com.ar

AFJP: Responsabilidad Ciudadanda

Es Hora de Empezar a Ejercer Nuestra Responsabilidad Ciudadana*



Los afiliados al sistema de capitalización todavía no salimos del shock generado por el avasallante e inconstitucional proyecto de ley que ante el Congreso está impulsando el gobierno y que, de aprobarse: (i) va a dejar sin efecto la ley aprobada en 1994 que permite a los trabajadores activos aportar un porcentaje de nuestro sueldo para la futura jubilación optando entre el sistema de capitalización privado (9 millones de personas actualmente estamos ejerciendo esta opción) y el sistema de reparto y (ii) nos sacará la propiedad de los ahorros aportados durante 14 años (en el agregado de los aportantes son cerca de U$30 mil millones), dándoselos al ANSES.

Disfrazan esta brutal confiscación en un discurso de que "es para rescatarnos de una sistema jubilatorio que se va a pique". Con este intento de expropiación en realidad el gobierno busca asegurarse "más caja" para poder enfrentar el gasto electoral propio y el de las administraciones provinciales y municipales leales, manteniendo el equilibrio de las cuentas públicas.

El gobierno sabe los tiempos difíciles que se vienen en el país por la crisis generada por EEUU y en algunos países de Europa. Nadie estará muy dispuesto a financiar a esta administración, considerando la forma en que ha tratado a los inversores. Por ello, el manotazo a los recursos de los aportantes al sistema de capitalización.


¿Cómo nos podemos dejar confiscar de esa manera?

De hecho, gran parte de las pérdidas incurridas por los Fondos de Jubilaciones y Pensiones se debe a que fueron “incentivados”, por la regulación oficial, a invertir la mayor parte de sus recursos en deuda o de fondos de infraestructura del Estado. Los títulos públicos nacionales han caído a valores de default. Es decir que masivamente se piensa que el gobierno argentino no cumplirá con sus compromisos futuros. Entonces, la idea sería salvarnos pasando nuestros ahorros, pasados y futuros, para nuestra vejez a manos de un Estado que debería pagarnos nuestras jubilaciones; pero que nadie cree que vaya a cumplir con sus compromisos.

Ya hace 7 años durante el gobierno de De la Rúa, de la noche a la mañana se afectó nuestro derecho de propiedad al obligar a las AFJPs a invertir más del límite preestablecido (50%) en bonos públicos. Luego, el Estado declaró el default; lo que nos perjudicó patrimonialmente al igual que a los ahorristas del exterior.


En dos meses celebramos los 25 años del renacimiento de nuestra democracia. En vez de quejarnos inútilmente, debemos ser autocríticos y ponernos más en acción.

Un gobierno es como un consorcio de un departamento (aunque con una mayor escala): todos sabemos que es "un garrón" dedicarle tiempo, pero si nadie se responsabiliza de participar, hay chances de que pagues esa no participación con expensas altas u otros problemas. Cuando un gobierno se extralimita en sus funciones es muchísimo más peligroso que los desmanejos en un consorcio, ya que el Estado decide sobre jueces, seguridad, educación, hospitales, moneda, impuestos, etc. El sector privado no está formado "por ángeles" y por ende requiere de supervisión (si las AFJP no están bien supervisadas es responsabilidad de la Superintendencia de AFJPs, un organismo del Estado), pero este gobierno está aprovechando las críticas al accionar de las administradoras para lisa y llanamente confiscar lo que es de los afiliados.

Pasemos del shock de la noticia a la reflexión y a la acción. Conversemos de temas cívicos como estos con familiares, con amigos, con vecinos, en el trabajo.

Ayudemos a concientizar a los que no han comprendido lo que significan estas posibles medidas del actual gobierno. Sigamos la postura del oficialismo y de la oposición por los medios de comunicación y, a aquellos legisladores que consideremos que expresan nuestra opinión apoyémoslos. Vayamos a las movilizaciones que consideremos coinciden con nuestros reclamos.

Escribamos nuestra opinión en los diarios y participemos de las encuestas en los medios. Por favor no engañemos nuestra conciencia buscando la solución en “que se vayan todos" los políticos, a los que en definitiva nosotros votamos. Alguien tiene que ejercer el poder y representarnos en el Congreso. Por eso, quienes diseñaron la idea de una república democrática crearon otros dos poderes separados del Poder Ejecutivo e insistieron en lo primordial de educar a la población, para que entre

otras cosas se involucre cívicamente. Por lo tanto, para que la Argentina abandone décadas de decadencia la demanda tiene que ser "PARTICIPEMOS TODOS". Si no nos involucramos, no nos quejemos después de las consecuencias.

(*) Este artículo fue supervisado para su publicación por el Lic. Aldo M. Abram, economista y Director del Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados de Argentina (

Crisis Financiera - Reserva Federal

02 de octubre de 2008



EE.UU. cae por argentinización

Por el Lic. Aldo M. Abram

En la Argentina, hemos escuchado a varios funcionarios públicos y economistas hablar de que la crisis muestra el fracaso del modelo de libre mercado y de que el paquete es una solución que muestra un cambio de rumbo. Ninguna de ambas cosas es cierta. Lo que observamos en la potencia del Norte lo podemos definir como el fruto de la «argentinización» de la política económica y monetaria estadounidense. En tanto que el paquete de salvataje es sólo una muestra más de ello.

Dado que el gobierno estadounidense tiene déficit fiscal, para poder absorber los activos «basura» de su sistema financiero deberá tomar fondos en el mercado. De esta forma, presionará al alza de las tasas de interés; pero como, hasta ahora, la Reserva Federal ha decidido que ésta debe permanecer en 2%, deberá proveer los recursos necesarios a través de operaciones de mercado abierto. Es decir, el Banco Central emite dólares para comprar bonos del Tesoro de los EE.UU. y financia al gobierno. Esto debería sonarle conocido a cualquier argentino medianamente informado ya que es una historia repetida en nuestro país y terminará de la misma forma que aquí.



El exceso de oferta de dólares presionará a su baja y, dado que es la unidad de medida de los valores de los bienes y servicios en los EE.UU. y del comercio internacional, pronto la reducción del « metro» se notará en el alza de los precios domésticos y de los bienes comercializables. Por lo tanto, los tenedores de moneda estadounidense ayudarán a los contribuyentes de dicho país a sufragar el salvataje, pagando el impuesto inflacionario, o sea perdiendo poder adquisitivo.

El paquete de absorción de créditos «tóxicos» puede que permita evitar una crisis sistémica en EE.UU., lo que no está mal; aunque no resolverá el problema de fondo. Esta coyuntural «solución» parte del diagnóstico de que un grupo de especuladores se dedicó a prestarle irresponsablemente a gente que quería comprar una vivienda y no calificaba para un crédito. Sin embargo, cuando uno ve lo ocurrido en el mundo, observa que las tasas de riesgo-país de las economías emergentes nunca bajaron tanto como hasta fines de 2006. En tanto, los mercados de activos financieros e inmobiliarios alcanzaron valores récord medidos en dólares en casi todo el planeta. Entonces, parece que en todas partes hubo un incentivo desmesurado a asumir riesgo para ganar un centavo más; lo cual sólo pasa cuando la liquidez abunda y, estos excesos, sólo los pueden generar los bancos centrales. ¿Cómo sucedió?

En el año 2000, la economía de EE.UU. amenazaba con iniciar un proceso de ajuste y se inició un proceso muy «argentino» de acumulación de déficits fiscales extravagantes y de excesos monetarios. En 2001, la Reserva Federal, dirigida por Alan Greenspan, en pos de alentar la demanda interna, empezó a inyectar fuertes dosis de liquidez, bajando su tasa de referencia hasta 1%. Por otro lado, el presidente Bush empieza a desandar el camino de superávit fiscal de la administración Clinton y aumenta la demanda de crédito del Estado; lo que se agravó desde el 11 de setiembre de 2001.



Luego, en 2003, el nivel de actividad comenzó a crecer y el sector privado, también, incrementó su demanda de financiamiento. Ante dichas presiones al alza sobre la tasa de interés de mercado y para evitar que subiera por encima de la que había fijado como referencia, la Reserva Federal respondió comprando, con emisión, bonos del Tesoro de los EE.UU.

El problema es que la gente y el gobierno demandaban crédito para gastar y la Fed les daba dólares, que no necesariamente contaban con una demanda para atesoramiento. Por lo tanto, el exceso de oferta hizo bajar a la moneda estadounidense desde 2002, incentivando la suba de precios doméstica, de los bienes comercializables internacionalmente y de los activos financieros e inmobiliarios.

Incentivos

En mayor o menor medida, esta política monetaria flexible de la Fed fue seguida por otros bancos centrales, por lo que no extraña que las presiones inflacionarias hayan alcanzado, también, a sus unidades monetarias. Tampoco lo es que, en pos de mejorar los menguantes rendimientos, los inversores se vieran incentivados a asumir riesgo, en forma exagerada.

Desde 2004, la Reserva Federal decidió combatir la aceleración de la inflación aumentando muy gradualmente la Federal Fund Rate. Hacia fines de 2005, había un amplio consenso sobre la necesidad de un «aterrizaje suave» o ajuste moderado en 2006.

En mayo de dicho año, luego de nuevos récords en los precios de los activos financieros, empezó a crecer la expectativa de un ajuste y pareció iniciarse un «aterrizaje (excesivamente) suave». Pero la Reserva Federal, con su nuevo presidente Ben Bernanke, decidió detener, en 5,25%, la suba de su tasa de referencia por temor a las señales de debilidad del sector inmobiliario de los EE.UU. y su impacto negativo en la economía. Para agosto, quedó claro que no habría nuevas subas e, incluso, los inversores comenzaron a descontar una baja, lanzándose nuevamente a maximizar ganancias. El «avión» lejos de apuntar la trompa hacia abajo y reducir la velocidad para aproximarse a la pista, siguió acelerando y mirando al cielo.

Hasta junio de 2007, se siguieron batiendo récords de precios y, más que un aterrizaje, parecía un alunizaje. No obstante, todos sabemos que es imposible que un avión alunice y lo que nos trajo a la tierra fue el estallido de la crisis del sector inmobiliario e hipotecario de los EE.UU.

Explotó primero allí porque debía ser el mercado más «inflado», pero los efectos de los excesos afectaban a los valores de todos los bienes y activos internacionales.

Ya no era posible un « aterrizaje suave» porque la Fed obligó al avión a subir demasiado alto. Sin embargo, pudimos haber tenido un aterrizaje algo brusco, pero controlado.

Simplemente, se necesitaba que los bancos centrales del mundo siguieran proveyendo liquidez a los bancos para evitar una crisis del sistema financiero, como lo viene haciendo el Banco Central Europeo. Mientras tanto, convenía dejar que los precios de activos financieros e inmobiliarios ajustaran a la baja y que la economía internacional se desacelerara.

Empero, la Reserva Federal decidió bajar la tasa de interés e incrementar los excedentes de liquidez existentes, respondiendo complacientemente a los ruegos de los inversores, que querían seguir ganando con el alza de los mercados, y de los políticos, deseosos de sostener un crecimiento económico artificial. Desde entonces, se continúa en este rumbo de colisión.

Esta historia también es una vieja conocida de los argentinos y sabemos como termina. Se postergan los costos de los anteriores errores de funcionarios gubernamentales (en general, fiscales) y/o de los bancos centrales (excesos monetarios); pero se potencia el ajuste cuando éste se vuelve inevitable. Ahora estamos en esa etapa y el paquete de salvataje es un paso más. Más allá del « veranito» que su aprobación pueda traer, la Reserva Federal deberá optar por subir sus tasas y evitar que se acelere la inflación, profundizando la recesión que se viene, o seguir con la «fiesta» y meter a EE.UU. en una « estanflación».

El Lic. Aldo Abram es economista de la UBA con un master en economía del CEMA. Es director-socio de Exante SRL y director del CIIMA – ESEADE-

Pueden leer más artículos en http://www.exante.com.ar donde además encontrarán artículos desde el 2004 presagiando la crisis.

Si quieren recibir más artículos solicitar suscripción gratuita a editoriales@exante.com.ar

Crisis



--El gran batacazo del siglo XXI –

- Crisis - (lecciones que se deberían tener en cuenta)

En los años 20, miles de ciudadanos invirtieron en bolsa, buscando beneficios rápidos, en el año 1929, se produjo hasta el día de hoy la mayor crisis de la historia, la principal causa fue el desproporcionado tamaño que alcanzo la burbuja de crédito, -las grandes corporaciones- utilizaban el dinero de los depósitos de los clientes minoristas para prestarlos a las grandes empresas, que después titularizaban esta deuda en forma de bonos, estos bonos se volvían a colocar entre los clientes que habían abierto los depósitos, se cerraba el circulo y se creo –la burbuja de crédito–, la inyección de capital de los bancos no pudo frenar la crisis, se expandió el pánico, y llego el crack del 29.



La gran depresión se extendió por todo el mundo, por la influencia económica de EEUU, actualmente también se extenderá a todo el mundo por el efecto de la globalización económica mundial

Roosevelt, creo un entramado legal o aparato normativo, con una fuerte regulación del sistema bancario (New Deal).

-En 1933, la ley Glass-Steagall, tenia como objetivo evitar la concentración, obligo a separar la banca comercial de la banca de inversión, dejaron de existir las grandes corporaciones. Los bancos comerciales estaban ahora limitados a captar depósitos y conceder prestamos, los depósitos estaban garantizados por el estado, que se encargaría de controlar y supervisar.
Los bancos de inversión se dedicarían a la emisión de acciones y bonos, controlada por la comisión del mercado de valores.



– En 1938, F.D.Roosevelt, fundo la Agencia nacional hipotecaria, Fannie Mae, organismo dependiente del gobierno, teniendo el respaldo financiero del tesoro, esta empresa creada por un político tenia la misión de conceder hipotecas garantizadas por agencias federales, para desarrollar el sector inmobiliario.
Esta empresa no prestaba el dinero directamente al cliente, compraba créditos a los pequeños bancos locales, de esta forma los bancos pequeños podían ofrecer a sus clientes un tipo de interés mas asequible. (mercado secundario)

– La economia se recupero al crearse una potente industria belica a raize la segunda guerra mundial

– En 1956, se aprobó la ley de Holdings bancarios, que prohibió a los bancos comprar aseguradoras

– En los años 1960, la política de -control de la inflación- originó una contracción en la economía, incrementando el desempleo.(relacionado con c. de Philips)

– En 1968, la guerra del Vietnam, provoco un gran déficit en las cuentas de USA, entonces se impulsaron las privatizaciones.

En este año el presidente Lyndon Johnson privatizo al 100 %, Fannie Mae, creándose una nueva empresa Ginnie Mae, privada pero con ventajas relacionadas con el dinero publico, beneficios privados con dinero publico (exenta de pagos de impuestos federales, acceso a líneas de crédito del gobierno a tipos subvencionados, fuera de la regulación de la comisión de mercado de valores)
En estos años el modelo económico norteamericano –estaba agotado–, no tenían crecimiento y la inflación empezaba a ser preocupante, entonces el presidente Nixon abandono el patrón oro el 15 de agosto de 1971, provocando la caída del precio del oro en los mercados internacionales, se provoco un caos en el sistema monetario internacional.

Se dio por finalizado el sistema Bretón Woods -el acuerdo creado después de la segunda guerra mundial- que permitió un crecimiento sostenido de la economía mundial, se le denomino “la época dorada del capitalismo”.

En esta decada , el estado intervino en la economía, se forzo el incremento de gasto público con motivo de la guerra de Vietnam, se demostro que la anterior explicación de la curva de Philiphs, solo tenia validez en una economia que evolucionara de forma natural, esta curva de Phillips pasó a ser un conglomerado de datos aleatorios (periodo de 1969-1973) donde no se aprecia ninguna tendencia o relación entre las variables de inflación y desempleo.

Se provocaron varias devaluaciones del dólar, que crearon graves tensiones mundiales, provocando también la caída del precio del petróleo. (precios que estaban fijados en dólares), mejoro la productividad americana, pero aumento la tensión sobre el control de las materias primas, energéticas y las tensiones en Oriente medio.

– En 1970, se creo Freddie Mac, para que Fannie Mae, no estuviese en monopolio, se les denomino las gemelas. R.Nixon retiro las restricciones que impedían que estas dos entidades pudiesen comprar hipotecas corrientes, creándose un mercado secundario.
Entonces ya sabían que el gobierno intervendría si había una crisis grave (2008).
Estas empresas al tener una ventaja competitiva tan grande, crecieron de una forma espectacular, podían pagar por las hipotecas que sus competidores (los competidores no tenían las mismas ventajas), llegaron a tener una cartera de bonos hipotecarios que alcanzaba el billón de dólares, aquí estaban incluidas las famosas hipotecas sub prime, que tenían el alto riesgo “escondido”, al estar mezcladas con otras hipotecas de riesgo “normal”. Esta gran cantidad de hipotecas concedidas permitía el gran crecimiento del sector de la construcción

–En la decada de los 70, aparecio el fenomeno de la estanflación, surgió una alta inflación junto con un estancamiento económico.

–En el año 1973, se produjo la primera crisis del petróleo, la OPEP freno la producción de crudo, negándose a exportar a los países que apoyaron a Isarael, en la guerra del Yom Kippur,del luego vino el embargo, los cortes de suministro, entrando en una etapa de recesión e inflación. Esta nueva incertidumbre provoco el alza del oro, otra vez como valor refugio.
Posteriormente existió un abaratamiento político del dinero, creando la estanflacion de los años 70, la disminución del consumo, provoco el aumento de paro, que se agravo al aplicar nuevos métodos de producción al aplicar nuevos avances tecnológicos (Fue la segunda gran lección de las crisis)

- En el año 1977, el presidente J.Carter, propuso una ley para facilitar a todos los norteamericanos un acceso a la vivienda, obligando de mala gana a las instituciones financieras a reinvertir en las comunidades donde colocaba hipotecas a familias con dificultades para acceder a una vivienda

- En los años 1980-1982, se produjo la segunda crisis del petróleo, debido a la guerra de Irak e Iran, se frenaron la exportaciones de crudo de estos dos países, provocando la subida de precios, los especuladores aprovecharon la ocasión de escasez de oferta.

- En 1995, el presidente Clinton, también modifico las leyes para que las tuviesen acceso a las viviendas las minorías raciales con mas dificultades, incluso si no se les concedía estas hipotecas baratas, podían reclamar al banco una tasa . En estos años se presiono a las gemelas para que bajara aun mas las condiciones para que se pudiese obtener una hipoteca, ahora los limites ya sobrepasaban los riesgos mínimos de prudencia, con estas facilidades extra, familias que estaban de alquiler pasaron a ser propietarios.

-En 1997, se produjo la crisis asiática, esta zona fue un polo de atracción para muchos inversores, hasta que los escándalos financieros y la mala gestión económica provocaron una gran devaluación de su moneda.
También en esta época estallo -la burbuja japonesa- el precio de sus activos se derrumbo, afectando a los mercados internacionales. Japón tardo 10 años en salir de esta grave estanflacion.

- En 1993-1994, Crisis del Sistema Monetario Europeo (SME), también provoco la subida en el valor del oro.

- En 1999, otro salto, para rebajar la regulación, se debía de conseguir revocar la mencionada ley Glass-Steagall, (de 1933) los “lobbies” contrataron a ex políticos de alto nivel y ex secretarios del tesoro, ex presidentes republicanos, para que dejasen fusionar otra vez la banca comercial con la banca de seguros.

En esta década los matemáticos, se dedicaron a crear nuevas formulas, para obtener nuevos productos financieros, productos que no tenían en cuenta todos los riesgos, no se podían prever los riesgos al entrar el producto en la dinámica del mercado. En otros casos era la mezcla de productos rentables con productos de alto riesgo. Las agencias de Rating seguramente no valoraban todos estos productos uno por uno, se fiaban mas de la fiabilidad de los bancos por su histórico (algunos del siglo XIX). También se debe tener en cuenta los sistema de incentivos variables a los directores de estas entidades, cuantas mas hipotecas colocaban, mas mejoraban sus cuentas particulares.

En los años 90, las nuevas grandes corporaciones, crearon nuevos instrumentos para saltarse otra vez la regulación, los” hedge funds”, que también incluían entre sus inversiones las emisiones de bonos de las gemelas, estas famosas -subprime- que tanta rentabilidad ofrecían, y que se expandieron rápidamente. Financiaron estos fondos, los colocaron y recolocaron entre sus mismos depositarios, se volvía a repetir el caso del crack del 29.

–En el año 2001, se produjo la crisis de las punto.com, las nuevas tecnologías de Internet provocaron una perspectiva eufórica de crecimiento, subieron las acciones, creándose una -burbuja especulativa- cuando los inversionistas vieron que era un bluff, se retiraron a otros sectores, provocando esta crisis. En España podemos recordar el fenómeno del portal –ole-, vendido a po una importante cantidad de dinero a Terra, siendo un negocio catastrófico, al pasar sus acciones de 155 euros a 5 euros en pocos años.

–En el año 2003, la guerra de Irak, supone un gran gasto para EEUU, deben endeudarse, deben conseguir que el sistema siga proporcionando liquidez, el acoplamiento con la economia China, les permite colocar dolares en China, a cambio de comprar productos chinos para vender en EEUU, tambien hay cambios en el mercado de materias primas, entrando China en paises de sudamerica y Africa, seguramente con traspaso de concesiones.Enlaza con la estrategia geopoltica de USA, mantener hegemonia del dolar, la diferencia es ahora ya no existe el unilateralismo, los paises BRIC, presionan y tambien quieren incorporar su “modelo” en el mundo.Expertos han comentado una presión por bloques.

Estas nuevas tensiones mas las anteriores no solucionadas, convergen en el momento actual, provocando una crisis cuya magnitud puede sobrepasar la del 29.

–En el año 2005, la burbuja inmobiliaria era inmensa, se propuso poner freno al porcentaje de las hipotecas subprime o basura que tenían las gemelas, porque se estaban exportando peligrosamente a todo el sistema, las aseguradoras, los fondos acumulaban productos tóxicos, una parte de los políticos de EEUU, bloquearon esta propuesta, porque podía perjudicar a las minorías.

.Blankfein,en 2007, nos indico que se volvía a cerrar el circulo.

——–.-.-.-.-.-.
-Circulo cerrado-
—–.-.-.-.-.-.-.-.
Esta es la situación actual, abriendo un nuevo circulo, primero limpiar, sanear el sistema, ajustes duros, inyectar dinero (es una medida temporal, para intentar que una crisis catastróficas se conviertan en recesiones suaves, esta inyección de los bancos centrales , no es un dinero regalado, es una subasta extraordinaria de fondos, estas medidas provocaran un endurecimiento monetario),salvar bancos importantes y después otra era con regulaciones muy duras para el sector financiero, adaptadas al nuevo entorno.

También el valor del oro ha subido desde 2005, en los dos últimos años, un 30 % y un 40 %, siempre es el valor refugio, y siempre me sirve para prever una crisis.

Actualmente en EEUU, se está estudiando la continuidad de los bancos de inversión, la historia se repite…..¿volvemos al 1933 ?….

 

 

INCUMBENCIAS DEL ECONOMISTA

El 23/7/2008 fue un dìa inedito para los Economistas en Argentina, ppalmente de Cap.Federal. Ese dìa el Consejo Prof. de Cs. Es. de CABA ("y de los contadores"), sacò una resolucion que exige firma de Economista en la presentaciòn de Bces. Proyectados, Flujo de Fondos y Evaluac. de Proyectos.



Pasaron muchos años (35) desde que estamos por ley, asociados a ese Consejo, que se hace algo concreto por la profesiòn. Como participante activo de la Comisiòn de Actuacion Profesional de Lic.en Economìa, les comento que costò mucho. Primero luchar con los Economistas que hace años estàn "metidos" en el Consejo, pero que su objetivo fue (¿es, serà?) otro, pero claramente no era para mejorar la profesiòn, especialmente su salida laboral. Y luego con los Contadores, claro.

Ahora estamos definiendo la letra chica de dicha resoluciòn y proponiendo que diversas instituciones externas (BCRA, Sec.de Industria, BICE, etc.), exigan lo aprobado en la Resoluciòn.

Y otras cosas màs en carpeta, que por falta de Economistas que las tomen y se ocupen de ellas, no podemos propugnar.



Participen, que nadie nos va a regalar nada. Para màs info, ver www.ieconomista.com.ar (que no es competidor de este sitio, su objetivo como lo podràn ver es otro). Un abrazo a todos.

 

Páginas

Suscribirse a RSS - Artículos de Economía