Córdoba, 16 de junio de 2008
A la Presidenta de la Nación Argentina
Sra. Cristina Fernández de Kirchner
Su Despacho:
En un intento de comprenderla y comprender la política que este gobierno propicia, Sra. Presidenta, es que me tomé el trabajo de recopilar sus discursos referidos al conflicto que hoy estamos viviendo “todos los argentinos”. Espero que mi condición de mujer, “porque a las mujeres siempre todos nos ha costado más”, no me impida lograrlo.
Antes que nada perdón si me expresé mal utilizando el término “conflicto”, yo hubiera preferido quizás llamarle “crisis”, pero sé que este ultimo concepto no es aplicable al actual contexto. De todos modos, para hacer un uso apropiado de la lengua es que recurrí a la Real Academia y encontré algunos significados; aunque sólo lograron confundirme un poco más…
- Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.
- Escasez, carestía.
- Situación dificultosa o complicada.
Y para aclarar mis dudas me refugie en sus palabras…
“Me hablan, hace unos días atrás, un periodista me hablaba de crisis y yo le decía y lo corregía, que en realidad no estábamos viviendo una crisis. Crisis los argentinos vivimos en los días terribles del 2001, 2002, del 2003, con millones de argentinos sin trabajo, con los fondos y ahorros confiscados, sin reservas en el Banco Central, endeudados, sin trabajo, sin industrias, los comercios cerrados, con esa Buenos Aires desierta, desierta, acuérdense esa Buenos Aires del 2002: nadie en los restaurantes, sin autos en las calles.
Ahora entiendo un poco más, quizás el concepto de crisis es algo relativo y uno debe evaluar en función al pasado o quizás comparándonos con otros países y de ese análisis determinar la situación de crisis. Entonces, es cierto Sra. Presidenta, no estamos en crisis porque si bien hace ya más de 3 meses que no se permite la libre circulación en las rutas nacionales:
- porque los productores protestan porque quieren diálogo;
- el gobierno no dialoga porque exige un dialogo sin condicionamientos;
- los camioneros cortan rutas para que el campo dialogue y el gobierno se disponga a escucharlos.
Y uno quién sabe qué otro sector nos quitará algún derecho a todos los que creemos y queremos que las instituciones políticas de este gobierno democrático pueden resolver cualquier fuerza que se interponga ante el bienestar social. Al decir “a todos”, me refiero a los ciudadanos comunes, que no sólo no queremos violencia sino que no la propiciamos; pero día a día nos sentimos avasallados por aquellos que no respetan las leyes, e indignados porque aún con inocencia pensamos que las acciones del gobierno -o del pueblo- que se aparten de la ley serán juzgadas; que el poder legislativo en representación del pueblo establecerá las leyes necesarias para el ordenamiento y desarrollo social, y que el ejecutivo se encargará en forma eficiente de la administración general de nuestro país.
En uno de sus últimos discursos argumentó:
“No vivimos una crisis en estos 90 días, lo pueden observar todos los ciudadanos de Buenos Aires, que podían recorrer, ¿si es que se puede todavía recorrer, con tantos autos las calles de la Ciudad? Los restaurantes estaban llenos, el consumo creciendo, las exportaciones creciendo, las ventas creciendo, el consumo popular, millones de argentinos que han podido acceder a un auto nuevo, a un auto usado o a una moto, o a un plasma. En fin, a mejorar la calidad de vida”
Discúlpeme Sra. Presidenta de a poco voy entendiendo, quizás como no vivo en Buenos Aires y hace bastante que no voy, porque sabrá Ud. que además de los cortes de rutas, hay escasez de combustibles y los servicios de larga distancia están un poco complicados y por cierto, no se por qué tampoco me alcanza el dinero para poder hacerlo. Algunos dicen que hay inflación, pero sin embargo para el INDEC hubo una desaceleración en el último mes. Por supuesto, yo sigo creyendo en las instituciones, pero haciendo memoria en qué se me fue la plata en estos últimos meses, me di cuenta de que el boleto de colectivo aumentó, que tuve que ir a trabajar más de una vez en taxi porque había paro de transportes (o porque otros sectores que reclamaban subas salariales no los dejaban pasar). Recordé que cuando tuve suerte y conseguí pagué la leche, el pan y la carne a precios mucho mayores por problemas de desabastecimiento. Recordé que cada vez que voy al súper vuelvo con menos cosas y un nudo en el estomago de pensar cómo hacen los más pobres que no pueden estoquear alimentos, que cobran su changa diaria y corren con la suerte de si el almacén cercano a su casa tiene leche para sus hijos y si la tiene debe invertir gran parte de su salario diario para poder comprarla.
De todos modos, es cierto si después de 90 días de conflicto y ahora ya más de 100, hay gente que sigue yendo a comer a restaurantes, consumiendo y exportando: no hay crisis. Ahora bien Sra. Presidenta: ¿Es necesario que lleguemos a situaciones extremas? ¿Es necesario que dejemos de consumir, dejemos de producir, dejemos de trabajar para que Ud. reaccione?. Si es así, le ruego reaccione, porque ya miles de fábricas suspendieron empleados, perdieron millones de dólares en producción y el consumo real es cada vez menor, porque es menor el poder de compra de los asalariados. Espero que reaccione porque no sólo esta en juego la alimentación de nuestra población sino la vida. Porque así como faltan alimentos, faltan insumos médicos. Porque en esos bloqueos de rutas no sólo se detienen a turistas o a trabajadores que tienen que movilizarse, sino que hay muchas personas que con motivos de salud necesitan viajar a otras localidades porque en sus pueblos no tienen la infraestructura necesaria para curarse.
Ahora que ya pude entender que no estamos en crisis, me pregunto quién puede quejarse en un país en el que todo esta marchando tan bien y nuevamente recurrí a sus explicaciones…
“Recuerdo esa Argentina de los años 2003, 2002, 2001, miles de argentinos en piquetes, cortando calles, rutas porque les faltaba trabajo, porque hacía años que habían perdido su trabajo o, tal vez, en el 2001, porque se habían apropiado de los depósitos de pequeños ahorristas de la clase media, Eran los piquetes, como digo yo, de la miseria y la tragedia de los argentinos.(…) Este último fin de semana largo nos tocó ver la contracara, lo que yo denomino los piquetes de la abundancia, los piquetes de los sectores de mayor rentabilidad”
“Millones de argentinos han recuperado la dignidad del trabajo y curiosamente, entonces, aparecen nuevamente los piquetes, pero esta vez mucho más violentos y protagonizados por el sector, tal vez, de mayor rentabilidad de los últimos cuatro años y medio o cinco”
Bien, hay algo que sigo sin comprender: ¿Es acaso correcto pensar que los fines justifican los medios? Es decir, ¿Esta bien que se impida la libertad de tránsito porque alguien esta sin trabajo, pero no esta bien si lo impide un sector con alta rentabilidad?
Ante tanta confusión prefiero seguir escuchándola…
“Pregunto yo: si los que son asalariados tienen este nivel de comprensión, de articulación con los intereses de los demás sectores, de los que aún no consiguieron trabajo o de los que aún teniendo trabajos informales ganan mucho menos, ¿cómo no podemos obtener el tema de la sensibilidad de los que más ganan?”
“También, y permítanme la digresión, he visto que algunos diferencian según si el que hizo un piquete es de un color de piel y entonces está bien y si es el piquete de uno de color rubio está mal”.
Bien Ud. discriminó por ingresos, no por color de piel. Así que supongo que hará referencia a otra persona; quizás nuestro querido… bueno no se bien si tiene un cargo, una función específica, en fin su tan cercano D´Elia, quien a pesar de expresar las palabras que expongo a continuación se lo observó en los días próximos muy cerca suyo en el palco presidencial:
“Yo le estoy contestando que tengo un odio visceral por la puta oligarquía que tiene las manos llenas, pero llenas de sangre de pueblo, de sangre de trabajadores, pero nunca tuvieron ningún problema en matarnos masivamente y que siempre no quieren colocar en el lugar de los violentos (…) Ustedes, el norte de la ciudad, los blancos, aquellos que acumulan y concentran y que matan y que la única bandera que tienen en sus manos es la de su propia rentabilidad, les tengo un odio visceral, sépanlo de mi boca, lo único que me mueve es el odio contra ustedes"
Para ahorrarme palabras, sigo leyendo las suyas…
“Así no se construye sociedad, así no se construye democracia, así no se construye libertad de prensa. Se construye libertad de prensa cuando se trata a todos por igual, independientemente del color de la piel o del apellido. Eso es libertad de prensa y eso es democracia en la República Argentina y en todas partes”
“Quiero decirles también a quienes tiene la inmensa responsabilidad, la respetabilísima profesión de informar a la sociedad, que lo hagan sin crear antagonismos, sin diferenciar en los colores de piel, por favor, no dividan a los argentinos porque los argentinos queremos estar unidos, solidarios y trabajando”.
“Yo quería, finalmente, dirigirme a todos los argentinos y pedirles un esfuerzo muy grande de tolerancia, porque siempre las pujas distributivas y los enfrentamientos con sectores generan, en definitiva, violencia, violencia que por cierto he visto mucho más en los sectores de alto poder adquisitivo que en aquellos que no tenían trabajo”.
Ahora, me gustaría preguntarle a quiénes hacía referencia: ¿D´Elia estaría dentro de “los sectores de alto poder adquisitivo”?
Eso sí, no sabe la paz que siento en este momento por saber que con tanta claridad defiende la libertad de prensa, la equidad y la paz social…
RAZONES ECONÓMICAS DE LA MEDIDA
A esta altura que ya pude comprender que no hay crisis y quiénes tienen derecho a irrumpir contra los derechos de los demás y quienes no, y cómo este gobierno se preocupa por propiciar la libertad de prensa y la paz social, me atrevo a ahondar en las razones económicas y sociales del conflicto…
Para hacerlo, expongo las dos “finalidades esenciales” que tuvo por objeto la medida:
Primera Justificación (y principal): “la seguridad alimentaria, la soberanía alimentaria en la mesa de todos los argentinos”.
Bien, disculpe mi ignorancia Sra. Presidenta, pero nunca pensé que a través de las retenciones puede el gobierno asegurar la soberanía alimentaria de todos los argentinos. Si puedo en cambio notar que, desde la medida, cada vez me cuesta más conseguir alimentos en los supermercados y ya le comenté lo que sucede con los precios. Ni hablar de los almacenes de barrio y de las personas que se encuentran en poblaciones aisladas. No quiero ni imaginarme lo que les estará sucediendo, seguramente Ud. tampoco quiere pensarlo.
Sin embargo, esto es coyuntural. Seguramente de acá a unos tres meses más -o quién sabe cuando- si se levantan los paros puede que todo cambie; aunque recuerdo haber estudiado en algún libro respecto de la inflexibilidad de precios a la baja. No quiero complicarla con tecnicismos, pero trato de imaginarme cómo se hará para que después de todo este conflicto los precios vuelvan a niveles anteriores a él. Perdón, ya imagino, controles de precios!!! Aunque… y discúlpeme nuevamente, algo leí sobre controles de precios: que generan desincentivos a la producción porque se acota la rentabilidad de los productores (igual efecto causaría la política de retenciones móviles), se crean mercados negros en los que se venden a precios distintos a los oficiales, etc., etc. Pero supongo una vez más que estos libros son teorías inválidas en la práctica; podemos, sin embargo, ver el éxito de estas políticas en nuestro modelo de país: Venezuela!
Creo que fue un análisis precipitado, lo siento, prometo que ahora si voy a comprender. Veamos como justifica Ud. el tema de las retenciones de la soja…
“¿Por qué? Se preguntaran ustedes, qué tiene que ver la soja. Los argentinos no comemos soja. Precisamente, la totalidad prácticamente, hoy, de este producto se exporta casi el 95 por ciento y para que ustedes tengan una idea de cada 10 kilos de soja, 9 kilos y medio van al exterior, sin embargo, de cada 10 litros de leche, solamente podemos exportar 1 y medio; y de cada 10 kilos de carne solamente podemos exportar 2 kilos. Es que los argentinos, compatriotas y amigos, toman leche, comen carne, comen pan y ahora pueden hacerlo más, inclusive, porque muchos han conseguido trabajo y todos han mejorado su salario, con lo cual el consumo ha crecido”.
Esta bien, eso significaría que nos perfilamos a construir una economía al estilo de Robinson Crusoe, digamos “se produce lo que se consume”. Bueno, aquí si puedo ver una ventaja: al menos no estaremos tan expuestos a crisis externas, no? Hay que ser optimistas al respecto…
Coincido con Ud. sobre la buena alimentación que tenemos (claro, los que aún tenemos la fortuna de consumir leche, carne, etc. etc). Y con respecto a los salarios… es cierto, en términos nominales aumentaron en muchos sectores y en términos reales, en poder de compra, según el INDEC también. Yo sigo creyendo y la sigo escuchando:
“La soja se exporta, prácticamente, en un 95 por ciento, no se exporta en pesos argentinos, se exporta en euros, en dólares, pero los costos son argentinos que sostiene el peón rural, que es el peor pagado de toda la escala salarial. (APLAUSOS). Lo sostiene el peor pagado y el que más trabajo en negro hay, de esto se puede dar fe, también, en el Ministerio de Trabajo, pese a las constantes inspecciones y contralor que se hace desde el Ministerio de Trabajo”.
Bien, si se refiere a los costos laborales puede que tenga razón; pueden estar rezagados en relación a los ingresos del sector. Pero pienso y “reflexiono”; ¿qué función cumple el aumento en las retenciones en el blanqueo del trabajo en negro del sector agrícola?. Coincido con Ud. de que ello esta mal y confío en la capacidad de nuestros políticos, de su equipo y del Ministerio de trabajo en la factibilidad de regularizar esta situación. Pero sigo sin entender la relación que existe entre el trabajo en negro y el aumento de las retenciones; creo que debo seguir escuchándola…
“Quiero contarles que desde el boom sojero, en la República Argentina, el crecimiento ocupacional, del sector rural creció solamente en un 1,5, mientras que el resto de la economía, afortunadamente, (industria, servicio, comercio) pudo hacer crecer la tasa de ocupación en un 17 por ciento. Por eso hoy tenemos un 7,5 por ciento de desocupación”. (APLAUSOS).
Totalmente cierto, el sector agrícola no es mano de obra intensivo, por lo cuál es lógico que su crecimiento no conlleve crecimientos en el empleo del sector. Sin embargo, existen -y espero no equivocarme en mi apreciación- numerosas empresas industriales y de servicios ligadas al agro o a los beneficios que percibió el mismo en este último tiempo que sí generan empleo. Y supongo también Sra. Presidenta que su visionario equipo de gobierno, debe tener una estrategia de desarrollo de industrias y servicios vinculados al agro, supongo también que estarán pensando que este sostenido incremento en los precios de los commodities puede beneficiar no sólo a un sector de la economía, sino a todo el conjunto. Claro, si el país brinda el marco de seguridad jurídica e institucional y el aporte económico necesario para que las ganancias de un sector se derramen en el resto de los sectores y no se fuguen hacia otros países…
A ver, quizá si me cuenta en qué piensa cuando toma las decisiones me ayude a comprenderla un poquito más:
“¿Qué tengo que pensar, entonces, argentinos y argentinas, cuando tomo decisiones? En el conjunto de los argentinos y en el conjunto de las macropolíticas. Porque el campo genera riqueza, pero la industria, con su valor agregado, genera riqueza y trabajo que es lo que los argentinos necesitamos, aunque necesitamos de los dos. Pero esencialmente tenemos que saber que cuando se toma una decisión, se toma con esta mirada, con este grado de información”
Si Sra. Presidenta, por supuesto que tiene que pensar en el conjunto de argentinos y en el conjunto de macropolíticas. Pero no entiendo: ¿Por qué continuamos con ese antagonismo entre campo e industria? Si el campo es el sector competitivo ¿no deberían enfocarse los esfuerzos en el desarrollo industrial de productos vinculados al sector agrícola?. Bueno, que se yo, quizás el problema sea otro ¿Ud. qué piensa?
“Uno de los problemas, hablando en términos de política agropecuaria en serio, que tenemos hoy, en la República Argentina, es que por la altísima rentabilidad de la soja… cada vez es menor la producción de trigo, de maíz y de carne.”
Lo que estaría diciendo es que ¿La forma de incentivar la producción de maíz, de carne y de trigo es aumentar las retenciones de soja?
Este juego de retenciones que han sido tan criticadas, desde el sector agropecuario, son las que nos permiten no solo mantener el equilibrio de los precios internos, sino también, al mismo tiempo, incentivar determinados cultivos. Porque bueno es decirlo, esta resolución del 11 de marzo, además, por primera vez, en la Argentina reduce la retención de maíz y de trigo, que es lo que también nos interesa tener a los argentinos.
Bueno, por fin entendí, sirve para compensar las producciones de bienes consumidos localmente. Ahora estoy pensando en el laborioso trabajo que le implica al gobierno nacional este asunto de las retenciones, porque no sólo debe recaudarlas, sino evaluar cuánto debe compensar a los productores de otros productos. Pero supongo que la eficiencia del gabinete y los ministros tienen la capacidad para hacerlo. Sigo confiando, pero hay algo que aún me preocupa y es que si cuando se termine esta presidencia -en la cuál confío plenamente- ¿habrá un gobierno lo suficientemente honesto y eficiente como para administrar esta política de retenciones y subsidios sin que se pierda en el camino parte de la recaudación en corrupción? Digo, perdón por mi pesimismo, pero vivimos en uno de los países con mayor índice de corrupción en el mundo. Perdón nuevamente por desconfiar…
Me llamó la atención lo siguiente, quizá fue una especie de predicción suya, no lo se… pero algo falló:
“En principio, si no hubiera retenciones, quiero decirles a los argentinos, que el pollo, la carne la leche la verían por televisión…”
En estos últimos meses, Sr. Presidenta, todos los argentinos con indignación vimos la leche, los pollos y la carne por televisión. Vimos como se mataban millones de pollitos y como se derramaba millones de litros de leche…en el país de la abundancia… Lo que no vemos por televisión es la pobreza que crece en las calles, mientras los alimentos se tiran.
Pero sigo escuchando lo que tiene para decirnos…
“Quiero decirles que no es una política antisoja, es una política esencialmente pro-Argentina, pro-pueblo, pro-campo también, pro-pueblo”. (APLAUSOS).
¡Gracias Sra. Presidenta por pensar en todos nosotros!
Segunda Justificación: “la redistribución del ingreso, de aquellos sectores que mayor rentabilidad tiene por distintas circunstancias (…) Las retenciones, no son medidas fiscales, son profundas medidas redistributivas del ingreso. Escucho y leo muchas veces a periodistas que por allí tienen un marcado tinte progresista, encarar el tema de las retenciones desde una percepción únicamente fiscal”.
Permítame aclararle Sra. Presidenta que las retenciones son una medida fiscal y desde la política fiscal se puede ser progresista o no. En este caso, sería progresista si ayudara a frenar la inflación, uno de los impuestos más regresivos que existen (pues afecta a los que menos tienen). Sin embargo, dada las circunstancias que antes expliqué y otras referidas a la política monetaria y cambiaria; creo que todos, excepto el INDEC, sabemos que no es así. Y se puede ser progresista desde el punto de vista del gasto, pero esto no esta vinculado a un impuesto específico sino a la recaudación impositiva general.
Y déjeme decirle también que no tiene nada de malo de que sea una medida fiscal, pero si debería saber que para mantener un superávit fiscal no es necesario incrementar sostenidamente algunos impuestos. Sino que podría mejorar la recaudación, por ejemplo, con un mayor control de la AFIP o con la disminución de ciertos gastos superfluos (que no creo sean muchos, por supuesto).
Y permítame explayarme en esto, debería preocuparle la política fiscal. Porque a pesar de que estamos en niveles de recaudación records, gracias a los altos precios de los commodities que hacen factible esta política de retenciones altas: el gasto público esta en niveles similares al 2001 . Y sabemos, todos los argentinos, lo que pasa cuando el gasto público se expande sin control…
Pero, por lo visto, si está preocupada por el ingreso fiscal…
“Sostener un tipo de cambio competitivo, como lo hace el Estado argentino a través de un sistema, no de regulación cambiaria, sino de administración cambiaria, es decir, absorbemos dólares cuando entra y se liquida toda la cosecha para que se mantenga el valor porque sino el dólar se cae, se hace con una política que está siendo sustentada por el Gobierno y que también forma parte de la utilización del superávit fiscal”.
Es cierto, el mantener un tipo de cambio alto con el actual ingreso de divisas, tiene un costo cada vez mayor tanto para el BCRA como para el gobierno. Y es allí cuando me pregunto: ¿Es esta política de “administración cambiaria” sostenible en el tiempo? ¿Es que otra vez nuestra política económica y nuestro modelo de país depende de una variable ficticia sostenida por un gobierno? ¿Qué pensará el próximo presidente? ¿Volveremos a la convertibilidad para frenar la inflación?
Veamos que más tiene para decirnos…
“Pero además, ese superávit fiscal que ayuda a sostener a todos los argentinos, inclusive, los que menos tienen son los que más aportan, porque el IVA, que es el principal ingreso impositivo argentino, lo pagan todos, hasta los desocupados cuando van a comprar un litro de leche o un kilo de pan”. (APLAUSOS)
Ahora sí no comprendí. Nuevamente. Disculpas, soy mujer. Si es tan progresiva su política de gastos: ¿por qué desde los ingresos no intenta también ser progresiva? Ud. misma reconoce que el IVA lo pagan más lo que menos tienen ¿Por que no lo baja entonces?
Bueno, me rindo, dado que mi condición de mujer no me permitió finalmente comprenderla voy a interrumpir mi análisis, cerrando con lo que considero una de sus mejores frases…
“Lo importante no es de dónde se viene sino hacia dónde vamos todos juntos argentinos. Esta es la clave, el país que queremos”
Por último Sra. Presidenta, confió en Ud. que fue elegida por el pueblo y creo que este gobierno constitucional, respetará y hará respetar la constitución nacional. Confío en que existe un gobierno federal, en el que las atribuciones están repartidas equitativamente entre las provincias y municipios al igual que los ingresos. Confío que Ud. defiende el bienestar de todos los argentinos; y por eso, estará pensando en solucionar pronto un conflicto que no es de un sector, porque nos afecta a todos, afecta nuestro presente y nuestro futuro. Porque por la discontinuidad en la producción no sólo se pierde leche, pollos y carnes hoy, sino que se pierde algo que es crucial en un país emergente como el nuestro, CREDIBILIDAD. Sabrá Ud. a la velocidad en la que se mueve la inversión internacional en el mundo actual, sabrá lo difícil que es atraerla y lo fácil que es perderla.
Confió en que su gobierno que tiene un tinte social y le preocupan tanto nuestros pobres, estará pensando en políticas macroeconómicas que combatan la inflación, que existe, que es real, aunque el índice que la mide no lo refleje de manera fiel. Porque sabrá Ud. que son los pobres los que mas se perjudican de ella. Espero también que piense en ellos, en su educación y en su salud; que destine el gasto público a mejorar la calidad de vida de todo el pueblo; que lo destine a políticas educativas que les permita conseguir un trabajo digno y no planes sociales, que tengan que defender yendo a actos públicos de apoyo al gobierno.
Sepa Ud. Sra presidenta, que desde el lugar de ciudadana quiero y deseo que mi país crezca, en lo institucional, en lo social y en lo económico de manera real y sostenida. Quisiera que sepamos aprovechar este contexto internacional favorable para engrandecer nuestra nación y no para inflar el gasto público. Quisiera que se gobernara pensando en un futuro y no en cómo sacar provechos personales durante el lapso que dura el gobierno. Quisiera que pensáramos a quién queremos parecernos, hacia donde queremos ir, a la hora de tejer alianzas estratégicas. Quisiera que este gobierno y los subsiguientes me den las suficientes señales para seguir creyendo, para seguir confiando y para seguir soñando que este país se construye desde la paz, el trabajo y el esfuerzo de todos.
María Belén y María Virginia Gómez Mena
ARGENTINAS
Fuente: Todas los párrafos que hacen referencia a los discursos presidenciales fueron extraídos de la página de Presidencia de la Nación Argentina desde el 11 de Marzo al 9de Junio de 2008. http://www.casarosada.gov.ar/index.php?option=com_content&task=salaPrensa&categorias=7&Itemid=66.
Los comodities son bienes homogéneos sin una marca como cobre, petróleo, trigo, etc, los cuales se transan en mercados internacionales.
Ver: http://www.lanacion.com.ar
Ecotributaria 31 Marzo, 2008 - 13:18
El colega Carlos E. Spina desarrolla en este trabajo este interesante tema y las consecuencias a que da lugar.
La consulta vinculante está normada en el artículo sin número a continuación del 4, de la Ley de Procedimiento Fiscal (11.683), con vigencia desde 06/07/2005 y si bien existía un régimen anterior no será analizado.
La misma está reglamentada por la RG (AFIP) 1948.
Previo a su análisis debemos resaltar que el decreto reglamentario en su artículo 12 establece una consulta distinta, dado que no es vinculante, estableciendo que las opiniones de los funcionarios en respuesta a las consultas que los contribuyentes, responsables o terceros formulen, no serán recurribles y no producirán efectos jurídicos, ni para la Dirección General ni para los consultantes.
De esta forma, el criterio fiscal ante la consulta, no resulta obligatoria para los funcionarios y ni los consultantes.
Cabe mencionar que la presentación de la consulta no suspende el transcurso de los plazos, ni justifica el incumplimiento de las obligaciones a cargo de los consultantes.
Entrando en el análisis que nos ocupa veamos las principales características conforme surge de la ley, anticipando que el objetivo es brindar seguridad jurídica.
Resumen Ejecutivo
· Momento: Puede presentarse antes de producirse el hecho imponible o dentro del plazo para su declaración, luego veremos cuál es la reglamentación que ha hecho el Fisco sobre este aspecto.
· Plazo: El Fisco debe contestar la consulta dentro de los 90 días corridos.
· Incumplimiento: La consulta no suspende plazos ni justifica incumplimientos.
· Efectos: En tanto no se alteren las circunstancias, antecedentes y datos suministrados al efectuar la consulta, esta vincula a la AFIP y al consultante.
· Recurso: el consultante puede interponer recurso de apelación contra la respuesta ante el Ministerio de Economía y Producción, dentro de los DIEZ (10) días de notificado el mismo. Dicho recurso se concederá al sólo efecto devolutivo y deberá ser presentado ante el funcionario que dicte el acto recurrido.
· Publicidad: Las respuestas son de carácter público y deben ser publicadas, suprimiendo la identificación del consultante.
RESOLUCION GENERAL A.F.I.P. 1.948/05 30/09/2005 B.O. 04/10/2005.
Sustituye a la RG 858/2000.
Resumen
· Se trata de un régimen optativo de consultas vinculantes en materia técnico-jurídico.
· Las consultas deben versar acerca de la determinación de los impuestos y/o recursos de la seguridad social, que resulten aplicables al caso sometido a consulta, referidos a situaciones de hecho concretas o a proyectos de inversión en los cuales los presentantes o sus representados tengan un interés propio y directo, es decir no puede ser una consulta en abstracto.
· La consulta y su respuesta vinculan exclusivamente al consultante y a la AFIP con relación al caso consultado en tanto no se hubieran alterado, las circunstancias, antecedentes y demás datos suministrados hasta el momento del dictado del acto mediante el cual se responda a la consulta.
· No pueden someterse al régimen de consulta vinculante, los hechos imponibles o situaciones que:
a) Se encuentren comprendidos en convenios o acuerdos celebrados por la República Argentina para evitar la doble imposición internacional.
b) Se refieran a la aplicación o interpretación de regímenes de retención o percepción, salvo en aquellos casos expresamente previstos en esta resolución general.
c) Se hallen sometidos a un procedimiento de fiscalización debidamente notificado al responsable, respecto del mismo gravamen o recurso de la Seguridad Social por el que se pretende efectuar la consulta, o esta última se refiera a temas relacionados con una determinación de oficio o de deuda en trámite, o con un recurso interpuesto en sede administrativa, contencioso administrativa o judicial. Esta limitación operará aun cuando la fiscalización, determinación o recurso, se refiera a períodos fiscales distintos al involucrado en la consulta.
La consulta podrá ser presentada por:
a) los contribuyentes y responsables comprendidos en los arts. 5 (responsables por deuda propia) y 6 (responsables del cumplimiento de deuda ajena) de la Ley 11.683.
b) quienes obtengan ganancias de la cuarta categoría provenientes del trabajo personal ejecutado en relación de dependencia conforme al inc. b) del art. 79 de la Ley de Impuesto a las Ganancias. En este caso la respuesta brindada por la AFIP será opinible al respectivo agente de retención y/o percepción, quien quedará igualmente obligado a su cumplimiento.
c) los sujetos que presenten proyectos de inversión a realizarse en el país.
Para que la consulta resulte admisible deberá:
a) Formalizarse antes de producirse el hecho imponible o con antelación a la fecha de vencimiento fijada para la presentación de la declaración jurada del período en que tal hecho debe declararse y por el que se efectúa la consulta.
b) Presentarse en los términos de la Res. Gral. A.F.I.P. 1.128/01, la que regula los requisitos y formalidades de las presentaciones ante la AFIP (básicamente multinota) y debe realizarse ante la dependencia de este organismo en la que los peticionarios se encuentren inscriptos o en la que corresponda a la jurisdicción de su domicilio cuando se trate de no inscriptos por no existir causales de índole fiscal o previsional que los obliguen.
Contenido
1. La exposición detallada sobre las personas y los hechos, actos, situaciones, relaciones jurídico-económicas y formas o estructuras jurídicas de las que dependa el tratamiento de los casos planteados, acompañada de una copia certificada de la documentación respaldatoria, en caso de corresponder.
De tratarse de documentación en idioma extranjero deberá adjuntarse la traducción suscripta por traductor público matriculado.
2. La opinión de los propios interesados acerca del encuadramiento técnico-jurídico que estimen aplicable.
3. La fundamentación de las dudas que tengan al respecto.
4. La manifestación expresa y con carácter de declaración jurada de que no se verifican respecto del impuesto o recurso de la Seguridad Social objeto de la consulta, los supuestos del art. 3, es decir que sea viable la consulta, conforme a lo explicado anteriormente.
5. La firma certificada por entidad bancaria o escribano público, caso contrario firmando ante el funcionario competente del contribuyente titular, representante legal o mandatario autorizado por estatutos, contratos, poderes o, en forma expresa ante este organismo, según las disposiciones vigentes.
Fiscalización luego de la consulta
Si con posterioridad a la interposición de la consulta se inicie una fiscalización sobre impuestos o recursos de la Seguridad Social que sean objeto de la consulta, el contribuyente y/o responsable que la hubiera formulado deberá, dentro de los cinco días hábiles administrativos contados a partir de la fecha de inicio de dicha fiscalización, comunicar mediante nota conforme a lo dispuesto por la Res. Gral. A.F.I.P. 1.128/01:
a) el inicio de la misma a la dependencia en la que se formalizó la consulta; y
b) la fecha y dependencia en la que se efectuó la presentación de la consulta, acompañada de copia de la misma, al personal interviniente en el procedimiento de fiscalización.
En el caso que se omitiera dar cumplimiento en término a las comunicaciones mencionadas, la consulta formulada y en su caso la respuesta emitida, carecerán de efectos.
Datos adicionales
El área interviniente en la recepción y/o resolución de las consultas podrá requerir al consultante, los elementos y documentación complementaria que estimen necesarios para la mejor comprensión de los hechos planteados, los que deberán ser aportados dentro del término de cinco días hábiles administrativos contados a partir de la notificación del requerimiento. En caso de no cumplirse con el mismo en el plazo otorgado, el área requirente dispondrá el archivo sin más trámite de la solicitud de consulta.
Admisibilidad
Una vez verificado el cumplimiento de los requisitos establecidos en los arts. 3, 4, 5 y 7, la dependencia competente para resolver la consulta declarará formalmente admisible la misma y notificará dicha decisión al peticionario conforme al art. 100 de la Ley 11.683 mediante nota cuyo modelo se consigna en el anexo a la resolución.
Otras consideraciones
· La presentación de la consulta no suspende el curso de los plazos legales, ni excusa del cumplimiento de las obligaciones a cargo de los consultantes, quienes permanecen sujetos a las acciones de determinación y cobro de la deuda, así como de los intereses y sanciones que les pudieran corresponder.
· Las consultas vinculantes serán resueltas por los Subdirectores Generales de las Subdirecciones Generales de Asuntos Jurídicos, Técnico Legal Impositiva y Técnico Legal de los Recursos de la Seguridad Social, en el marco de las competencias asignadas a cada uno, sin perjuicio de la facultad de avocación del Administrador Federal de la Administración Federal de Ingresos Públicos y de los directores generales de la Dirección General Impositiva y de la Dirección General de los Recursos de la Seguridad Social.
· La respuesta correspondiente, debidamente fundamentada, se emitirá dentro del plazo de noventa días corridos contados a partir de la fecha de notificación al contribuyente de la admisibilidad formal de la consulta vinculante.
· Si con posterioridad a dicha notificación, el área competente para resolver la consulta requiriese documentación adicional o información suplementaria, el plazo indicado en el párrafo anterior se suspenderá por el término acordado en el respectivo requerimiento o hasta el cumplimiento del mismo por el consultante, el que fuere anterior.
· Cuando la definición de la consulta se encuentre condicionada a informaciones o dictámenes técnicos emanados de otras entidades u organismos públicos, la solicitud respectiva será comunicada también al consultante. En estos casos se producirá la suspensión del plazo indicado en el primer párrafo, hasta el momento en que el área competente de esta Administración Federal reciba la respuesta pertinente.
Consecuencias
La opción por el presente régimen implica para el consultante la obligación de acatar estrictamente el criterio técnico-jurídico contenido en la respuesta de este organismo y, en su caso, en la resolución dictada por el Ministerio de Economía y Producción en el recurso interpuesto.
En consecuencia, los sujetos deberán adecuar la determinación y/o liquidación de los impuestos o recursos de la Seguridad Social del período en que se declaró el hecho imponible objeto de la consulta, a los términos de la respuesta producida, ingresando los importes respectivos con más sus intereses y sin perjuicio de las sanciones que resulten aplicables. En caso que se hubiera presentado la respectiva declaración jurada con anterioridad a la notificación de la respuesta, corresponderá presentar la pertinente rectificativa.
Asimismo, se aplicará el criterio sustentado en la aludida respuesta a la determinación del gravamen o recurso de la Seguridad Social de que se trate, correspondiente a todos los períodos fiscales vencidos y no prescriptos y a los que venzan con posterioridad.
El incumplimiento de las obligaciones previstas constituirá una circunstancia agravante a los fines de la graduación de dichas sanciones.
Recurso
Contra la respuesta emitida por la Administración Federal de Ingresos Públicos, el consultante podrá interponer recurso de apelación fundado al solo efecto devolutivo ante el Ministerio de Economía y Producción, dentro de los diez días hábiles administrativos de notificado.
Dicho recurso deberá deducirse a opción del recurrente ante el funcionario que dictó el acto recurrido o, en su caso, ante la dependencia de este organismo en la que se efectuó la presentación de la consulta.
Nuevas disposiciones
El criterio sustentado en el acto interpretativo individual será de aplicación obligatoria hasta la vigencia de nuevas disposiciones legales, reglamentarias o actos administrativos de alcance general emitidos por el organismo o, en su caso, hasta su revocación o modificación por un pronunciamiento del Ministerio de Economía y Producción dictado en los recursos de apelación interpuestos.
La respuesta emitida podrá ser revisada, modificada o dejada sin efecto, de oficio y en cualquier momento, por la AFIP. Cuando el criterio respectivo surja de un pronunciamiento del Ministerio de Economía y Producción dictado en el recurso de apelación deducido, deberá requerirse la conformidad previa de dicho organismo.
El cambio de criterio surtirá efectos respecto de los consultantes, únicamente con relación a los hechos imponibles que se produzcan a partir de la notificación del acto que dispuso su revocación o modificación.
Publicación
Las respuestas y, en su caso, las resoluciones dictadas en los recursos interpuestos ante el Ministerio de Economía y Producción, una vez firmes, serán publicados en el Boletín Impositivo de esta Administración Federal, conforme a lo previsto en el artículo incorporado a continuación del art. 4 de la Ley 11.683.
Dr. Carlos E. Spina
ESTUDIO Buenos Aires, 29 de marzo de 2008
HÉCTOR BLAS TRILLO
Economía y tributación
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Héctor Trillo 20 Octubre, 2007 - 10:49
Acuerdos de precios forzados, bajas de tasas de interés producidas luego de las amenazas públicas del Dr. Kirchner a los banqueros, repatriación de los fondos de las AFJP. El enfoque de las actuales autoridades sigue siendo el mismo desde el comienzo de la gestión: actuar sobre las consecuencias negativas que produce el llamado modelo productivo o industrial puesto en vigencia con el advenimiento del Dr. Duhalde como presidente en el año 2002 culpando a distintos sectores del quehacer económico sin asumir responsabilidad ninguna en los hechos.
La experiencia que cualquier ciudadano del común puede tener de lo que ocurre con esta forma de actuar nos eximiría de mayores comentarios. Pero como todavía hoy existe una extraña simbiosis entre las bravuconadas de los funcionarios y los deseos de la gente, nos parece relevante volver una vez más sobre las causas y las consecuencias de la política económica vigente.
En esta conceptualización podemos distinguir ciertos comportamientos más o menos recurrentes. En primer lugar, los insultos, acusaciones, diatribas y amenazas varias que produce el gobierno a través del presidente y de sus voceros de hecho, los ministros Aníbal y Alberto Fernández. Ningún sector está libre de caer en la proverbial volteada : productores agropecuarios, consignatarios de hacienda, privatizadas, banqueros, petroleras, hoteleros, comerciantes de zonas de veraneo, productores frutihortícolas, financistas, exportadores, importadores, economistas, etc. Todos y cada uno de estos grupos pueden terminar siendo acusados de avaros, aprovechadores, defensores del modelo neoliberal, conspiradores, pillos, primates o lo que fuere. Según del lugar de donde sople el viento, podrá oírse el rugido de la maldición que cae sobre aquellos que no actúan como el gobierno espera que lo hagan. Y ni siquiera se trata de intentar averiguar qué cosa espera el gobierno que hagan, porque a nuestro modo de ver ni el propio gobierno lo sabe. Diremos luego por qué.
En segundo lugar, la idea de que eternamente puede sostenerse el artilugio monetario del dólar caro dado que las consecuencias positivas siempre serán superiores. Esta curiosa afirmación, bastante común no sólo en los funcionarios gubernamentales que tienen el deber de hacerla, se da de bruces con una realidad que se resiste a encarrilarse. Las subas de precios son generalizadas y los valores muy superiores a las que difunde el gobierno a través del índice perfecto del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Las compras de dólares por parte de particulares, empresas y bancos, obliga al gobierno a tomar decisiones apresuradas, inconsultas y sumamente improvisadas que afectan y afectarán una vez más patrimonios de terceros.
En tercer lugar, la reciente suba de las tasas de interés que es una consecuencia directa, quieras que no, de la exacerbación del fenómeno inflacionario y de la incertidumbre política existente en un año electoral. Hay quienes piensan que en realidad más que por incertidumbre es por certidumbre que ocurre lo que ocurre en la materia, y a ellos les ponemos algunas fichas también.
Y para terminar con el encuadramiento de los hechos, el permanente cambio de reglas de juego. Este accionar es considerado por nuestros gobernantes como política económica, cuando en realidad es lisa y llanamente violación de derechos elementales de forma reiterada, inconsulta, improvisada y, para colmo, contraproducente respecto de los fines que persiguen (o declaman) los funcionarios actuantes.
Las AFJP, como se sabe, tienen la obligación de colocar en el país el 90% de sus recursos y solamente un 10% en el Exterior. Esta limitación legal es de por sí lo suficientemente intervencionista como para pensar en que un buen financista decida elegir una cartera de este tipo para sus colocaciones. Si los huevos han de colocarse en distinta canasta , la AFJP por imperio de la legislación vigente no es una oferta aconsejable. Nadie en su sano juicio armaría un portfolio con semejante distribución de los fondos.
Aún así, y luego de todos los avatares sufridos por estas entidades a raíz del default del año 2002, la colocación de fondos en el mercado de capitales brasileño ha sido un acierto debido a la alta rentabilidad lograda, entre otras cosas porque la moneda del vecino país ha venido apreciándose sostenidamente contra el dólar, y porque los operadores piensan que en poco tiempo más Brasil alcanzará el llamado grado de inversión, abriendo aún más el mercado a la llegada de capitales de los países avanzados.
Pero el gobierno ha decidido, de un nuevo plumazo, obligar a las AFJP a repatriar el dinero invertido en el Exterior. Ya no podrán tener colocados fondos por el 10% allende las fronteras, sino que solo podrán colocar el 2%. Una vez más los futuros jubilados pagarán las consecuencias de la improvisación y el desparpajo con el que se dispone del dinero ajeno en la Argentina.
Respecto del objetivo de esta nueva disposición, las opiniones están divididas. Una es segura: arrimar fondos al mercado local para reforzar la liquidez y contribuir a la baja de la tasa de interés. No importa si las AFJP pierden dinero, ni importan los futuros jubilados aportantes. El Dr. Kirchner dice que su gobierno ha tocado intereses y que esto produce reacciones. Tiene razón, claro está.
Pero los intereses que se tocan no son solamente aquellos que el Dr. Kirchner insinúa. Acá se tocan intereses de pequeños ahorristas a los que se les quiere pagar tasas de interés negativas, se tocan los de los asalariados a quienes se les pagan menos dólares, se tocan los de los jubilados futuros metiendo la mano en las administradoras de sus fondos. Y podríamos seguir largo rato.
Ahora bien, ¿cómo espera el gobierno que se comporten los distintos sectores? ¿Es razonable por ejemplo que espere que un buen día todos los exportadores de carnes y sus derivados dejen de hacerlo? ¿Espera acaso que la nafta siga vendiéndose al mismo precio cuando los costos de mantenimiento de una estación de servicio subieron no menos de un 30% en un año? ¿O tal vez supone que la papa o el tomate seguirán valiendo el precio fijado por el secretario Moreno cuando es obvio que si se fija ese precio es para apuntalar el índice trucado de precios? ¿No es obvio a su vez que los precios fijados por el gobierno son bajos y por lo tanto los productos se agotan rápidamente y entonces se produce la falta de ellos quedando el acuerdo como algo abstracto? El gobierno espera que los sectores se comporten como él quiere por la fuerza que lo hagan. Y más allá de la violación de derechos que ello implica, la prepotencia no modifica la realidad de que nadie sale a vender sus productos a un precio al que sabe que pierde dinero. ¿No sabe el gobierno que aquello que se vende más barato que lo que valdría si no interviniera, se agota? ¿Sabrá el gobierno que cuando se desalienta el consumo de algo (aceptando la ley de oferta y demanda, dicho sea de paso) se produce la demanda de otros alimentos de reemplazo que tienden a subir sus precios?
Estamos en un mundo de fantasía: esperar que ocurra lo que sabemos que no ocurrirá. Es el peor de los escenarios, porque se fundamenta en un discurso vacuo, sin contenido. Y que termina como siempre en la teoría de la conspiración, del golpe de mercado. Porque así como no hay una línea de conducta en lo referente al respeto de las reglas de juego, tampoco hay una base cierta de que lo que ocurra pueda resultar o no beneficioso. El gobierno quiere que se exporte, pero luego no quiere. Quiere comprar dólares, pero luego prefiere venderlos. Quiere que bajen los precios locales, pero que suban en el Exterior. Quiere que los países centrales quiten los subsidios al sector agrícola, pero acá aplica retenciones y subsidia a otros sectores. Quiere que se ahorre combustible y electricidad, pero no ajustar sus precios a valores razonables. Quiere que no haya inflación, pero la masa monetaria creció en el último año más del 35%.
La política de subsidios es el engaña pichanga más patético jamás visto. Subsidiar significa pagar la diferencia. El boleto de colectivo no sube para el pasajero, pero sube para el país. ¿Sabe esto el gobierno o no lo sabe? ¿Lo sabe el ministro Peyrano, o en su momento lo sabía el Dr. Lavagna?
Nuestra conclusión es que todo termina siendo una gran improvisación. Un vivir el presente semejante al de esos desafortunados changarines que viven al día , porque gastan en el día lo que cobran en el día y mañana se verá. Y la improvisación es por definición contraria de la estabilidad.
Es decir que más allá de cualquier otra consideración lo que tenemos por delante la inestabilidad consecuencia de la improvisación. Como tantas veces nos ha ocurrido, por lo demás
Buenos Aires, 19 de octubre de 2007
DR. HÉCTOR BLAS TRILLO
ESTUDIO
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Héctor Trillo 15 Agosto, 2007 - 09:40
La persistente actitud del gobierno nacional respecto de la actividad agropecuaria ha mostrado una vez más la cara absurda del desplante. Flaco favor se hace así a la necesidad imperiosa de recomponer las reglas básicas que requiere una economía en crecimiento precisamente debido a la favorable coyuntura internacional
Que al ministro Alberto Fernández le parezca “injusta” la posición del campo ante el gobierno nacional es una curiosidad si se toman en cuenta los antecedentes de este tan hábil como versátil funcionario, cuyos orígenes políticos (dicen) se remontan a un oscuro Partido Nacionalista Constitucional. Su tocayo Aníbal hizo referencia a “la derecha angurrienta” en un tinte al que nos tiene acostumbrados pero que no deja de invitar a una cuando menos llamativa pregunta, ¿Acaso quiere este ministro anteponer la “izquierda no angurrienta” a tal “derecha”?
Palabras vacuas, en el último caso ofensivas, a las que suma lo suyo el flamante ministro de economía, de quien ya nos hemos ocupado: “Parecen expresiones nostálgicas de grupos minoritarios de la derecha argentina”. “Reclaman la apertura de las exportaciones para aprovechar un tipo de cambio competitivo…”. “Refleja (el campo) la visión de un país excluyente sin preocupación por la equidad social”. “Representan el pensamiento que avaló las peores etapas de políticas económicas”.
¿Qué es lo que se pretende con este tipo de diatribas? Nosotros tratamos desde esta humilde columna de analizar las perspectivas económicas y lo hemos hecho muchas veces. Intentamos visualizar cómo seguirán las cosas en el marco de un gobierno que parece disputar en el plano del enfrentamiento ideológico basado en acusaciones a personas y entidades y no en razonamientos y observaciones criteriosas y técnicas, sobre todo en el caso del último ministro citado.
Otras veces hemos señalado la incongruencia del propio presidente de la República al incluir al campo entre los adherentes conspicuos de la “política de los 90” cuando al mismo tiempo señalaba que nunca el campo ganó tanto dinero como en esta etapa. Lo hizo el Dr. Kirchner, lo hizo el entonces ministro Lavagna, y lo hizo la defenestrada ministra Miceli. ¿Esa política, la de los 90, es la que añora el campo? ¿Sus dirigentes añoran ganar menos que ahora, o incluso perder dinero simplemente para lograr un país excluyente y sin preocupación por la equidad social?
El ahora ex ministro Lavagna llegó a decir en su momento que si los dirigentes agropecuarios pretendían que se terminaran las retenciones a las exportaciones deberían conformar un partido político. Llegó a tratarlos de “primates” en economía, dadas las condiciones favorables del “tipo de cambio alto” seguido adelante por este “modelo”.
Observar la realidad no requiere de declamaciones u ofensas. Tampoco de ataques a las personas o a la descalificación ideológica. En un país democrático cada cual tiene el derecho (y el deber) de pensar lo que quiere. Pero todo esto no sirve para utilizar el raciocinio y determinar qué cosa es mejor y qué cosa es peor.
Por lo que ha trascendido el secretario De Urquiza tenía previsto el discurso inaugural de la tradicional exposición palermitana. Pero se le ordenó retirarse sin pronunciarlo según se dice por llamados del ministro Alberto Fernández e incluso del propio Dr. Kirchner, que seguía la ceremonia por televisión. Parece una disputa entre niños en la cual el dueño de pelota decide quién juega y quién no.
Repasemos brevemente qué dijo Luciano Miguens que tanto enfadó al presidente, ya de por sí marcado para siempre por su negativa a concurrir a estas exposiciones como si se tratara del mismísimo infierno.
Dijo Miguens: “A la inflación se la debe combatir, no esconder”. “La forma de abastecer los mercados es aumentar la producción”. “Se deben eliminar las retenciones, liberar las exportaciones y liberar los mercados”. “La política económica presenta problemas”. “…una cosecha equiparaba al gasto público (cuando asumió Kirchner), y ahora se requieren tres cosechas”. “…cuando se elija (el nuevo gobierno) se deberá vivir con las consecuencias de esa elección”.
En nuestra modesta opinión, salvo en el último caso, las demás afirmaciones reflejan una posición ante la realidad económica en la que está inmersa la actividad agropecuaria y no son otra cosa que una visión de los hechos como otra cualquiera. Punto.
¿No era factible que un representante gubernamental (no ya el presidente que por las razones que fueren se niega a asistir a la exposición) respondiera y retrucara tales opiniones? Incluso en el último caso, ¿no era posible dar una respuesta ubicando a Miguens en el espacio que le corresponde en lugar de incursionar con una opinión política de tinte electoralista en todo caso?
La verdad es que cuesta entender la posición del gobierno. A la exposición asistieron casi un millón de personas y están representados todos los sectores del agro, la ganadería y la industria vinculada a la actividad por lo menos. ¿Quiénes son los recalcitrantes, intolerantes, excluidores, derechistas a ultranza y no sabemos cuántas cosas más que hacen que un presidente constitucional haya retaceado su asistencia durante varios años y finalmente haya ordenado a los funcionarios no ya a que no asistan, sino a retirarse sin hablar?. ¿Está el gobierno metiendo a todo el mundo en la misma bolsa o no?
Palabras vacuas, repetimos. Alarmantes por lo que representan: la intolerancia. El gobierno no tiene obligación de asistir si no quiere. Pero si insulta y ataca, cae en la peor de las intolerancias, además. Porque no retruca con argumentos y lógica, sino que lo hace con intentos descalificatorios de personas y entidades. Encima de un modo infantil, absurdo.
Veamos entonces brevemente la realidad económica dentro del esquema o “modelo” imperante. El gobierno ha prohibido exportaciones de carnes, ha presionado con listas de precios “truchas” en el mercado de Liniers a los ganaderos, ha “pisado” el precio del trigo y aumentado las retenciones de lácteos y soja para “regular” los precios, ha “suspendido” a los principales consignatarios de hacienda con argumentos pueriles y no sujetos al procedimiento legal, ha acusado a los productores de angurrientos (mucho antes de ahora) y avaros, los acaba de acusar nuevamente en la boca de tres de sus ministros, a puesto topes al kilaje de faena de haciendas que ha modificado una y otra vez yendo y viniendo sobre sus pasos. El gobierno ha acelerado el proceso inflacionario y provocado la escasez de combustibles, ha hecho perder dinero a productores y exportadores, ha pretendido que los precios si suben es debido a pactos espurios entre productores y consignatarios. El gobierno ha llegado a amenazar con el cierre del mercado de Liniers, luego de prohibir las ventas directas de hacienda. Ha llegado a barajar la idea de que las haciendas hasta una determinada cantidad de kilómetros de Buenos Aires solamente pudieran venderse en Liniers.
Este gobierno ha intervenido en el mercado triguero de modo que el afrecho es hoy más caro que el trigo. Se ha quedado con buena parte de los ingresos por exportaciones, lo cual hace que el dólar real que percibe el ganadero se ubique entre un 25 y un 30% menos que el que percibe un industrial, mientras que sus insumos se obtienen al tipo de cambio oficial. El gobierno ha provocado con su política tarifaria ingentes problemas de abastecimiento energético y deteriorado seriamente el afán inversionista de productores, y la consistente liquidación de stocks ganaderos a través de un intervencionismo a la veleta, con idas y vueltas insólitas. Y con ministros que prohíben exportar hasta el corned beef mediante “resoluciones” de una inconstitucionalidad que ha hecho revolcar en sus tumbas a los padres fundadores.
¿Por qué se supone que el discurso de Miguens debiera que ser otro que el que ha sido? Esta mañana, en una radio capitalina, el ministro Alberto Fernández decía que los dirigentes tienen un discurso en el palco y otro cuando están con los funcionarios. ¿De esto acaba de enterarse el gobierno o lo sabe desde el comienzo cuando el propio presidente Kirchner se negó a asistir a la inauguración de la muestra hace 4 años? ¿Es razonable que quien pretende negociar ante funcionarios cargados de soberbia y mandamasismo como el secretario de comercio, lo haga con los proverbiales tapones de punta sabiendo que tal funcionario tiene el visto bueno del propio presidente de la Nación?
¿Alguien tiene alguna duda que el gobierno intenta tapar la inflación en lugar de combatirla? ¿Se aumentará la producción con estos vaivenes ciclotímicos y con estas acusaciones ridículas a la gente que trabaja en lo suyo a su manera y como puede? ¿Habrá que tener discursos afines al presidente para que éste asista a exposiciones o muestras? ¿Los “grupos minoritarios de la derecha argentina” (Peirano dixit) deberán desaparecer o callarse la boca so pena de condenar a todo un sector al ostracismo? ¿Tendrán que dejar de ser “la derecha angurrienta” según el parámetro del, en este caso, dueño de la medida de la angurria, Aníbal Fernández?
Volvemos una y otra vez al principio de este comentario. Si cada cual tiene el derecho de expresar lo que piensa, y lo hace, además, con argumentos y antecedentes, cabe esperar en un país democrático una respuesta acorde a las circunstancias. Miguens y los suyos podrán estar muy equivocados y ser todo que el Sr. Peirano y los Fernández pretendan, pero ninguno de los puntos que el dirigente ruralista tocó fueron respondidos. Ni bien ni mal. Lo único que por lo menos nosotros hemos oído y leído es que el tipo de cambio alto los ha favorecido, lo cual es parcialmente cierto ya que en realidad tal tipo de cambio es muy inferior en el caso del campo (por efecto de las retenciones). Y la acusación de angurrientos y de querer volver a las peores políticas económicas (que incluyen, según la óptica imperante, los años 90) resulta contradictoria ya que en esos años la producción agrícola ganadera perdía plata en muchísimos casos, o por lo menos no ganaba lo que según reiteradas afirmaciones oficiales ganó en estos últimos 4 años.
Y como hemos dicho, la exposición incluye a la agricultura, a la ganadería, y a la industria. Con lo cual, si bien representa tradicionalmente al sector agrícola ganadero, no deja de conformar junto con la industria que le acompaña, el verdadero motor del país. Sería bueno que alguna vez se reflexione sobre esto, se dejaran los discursos cargados de agresión, descalificación e intolerancia, y se pensara en armar una política seria, consistente y ajustada a derecho para perdurar durante muchos años. Es decir, que se tome en serio lo que es serio. Que se pongan las barbas en remojo sin tratar de etiquetar al que se tiene enfrente. Y si hace falta un mea culpa, tanto de un lado como del otro, que también se haga.
Infantiles, intolerantes e incongruentes, las declaraciones oficiales son el símbolo más acabado de una visión que en sí misma es excluyente. Justamente aquello de lo que se acusa a quienes representan al campo.
La sensación que nos queda, como reflexión final, es la de que el millón de personas que asistió a la Rural es un número demasiado significativo y elocuente, de donde puede inferirse que si el gobierno persigue el voto del ciudadano desprevenido, ha comenzado a equivocarse fiero.
Buenos Aires, 5 de agosto de 2007 HÉCTOR BLAS TRILLO
ESTUDIO
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Héctor Trillo 15 Agosto, 2007 - 09:32
La manipulación de los índices de precios se pone al descubierto ante la difusión de cifras del propio INDEC o de la AFIP que muestran la incongruencia más elemental a la que puede asistirse en mucho tiempo. Los efectos del intervencionismo siempre son nefastos a mediano o largo plazo. Los efectos de la manipulación son devastadores, y en algún punto tragicómicos.
Es una realidad que salvo los voceros de hecho del gobierno de Néstor Kirchner, esto es Aníbal y Alberto Fernández, el pintoresco secretario de comercio interior Guilllermo moreno, y el nuevo ministro de economía Miguel Peirano, nadie se siente en condiciones de salir a defender la seriedad del IPC (índice de precios al consumidor) calculado sobre la base de “listas” y “acuerdos” de precios tan alejados de la realidad como la más surrealista de las fantasías.
La impresionante suba en la recaudación de IVA (alcanzó al 42% comparando julio de 2007 contra el mismo mes del año anterior) podrá tener algunas explicaciones originadas en una mejora de la fiscalización y recaudación, en un aumento de las importaciones de bienes gravados o en un crecimiento económico generalizado en el período. A ello habrá que sumar la suba de precios habida, que según la estadística oficial está por debajo del 9% en el caso de los precios al consumidor. Esto indicaría que la mejora recaudatoria en este impuesto a los consumos por excelencia, habría trepado nada menos que un 33% como consecuencia de los factores citados en primer lugar, esto es excluyendo la desvalorización de la moneda. A simple vista es posible inferir que algo no cierra en esto. Si inferimos que la mejora en la eficiencia recaudatoria se estima en el orden de los 7 puntos porcentuales, y la economía ha estado creciendo al 9%, con estos datos jamás podríamos llegar al 42% de mejora recaudatoria en el IVA:
Los analistas en general coinciden en que la suba generalizada de precios está en el orden del 20%, cifra que difícilmente pueda discutirse a la luz de los números que comentamos.
Es importante reiterar que por lo demás, la manipulación del índice de precios afecta la cotización de los títulos argentinos, debido a que los adquirentes de tales bonos son en muchos casos inversores del Exterior que pretenden hacer diferencias importantes en dólares, ante el tipo de cambio planchado por el gobierno y la tasa de inflación que permite obtener tal tasa en moneda dura. Pero obviamente si la tasa de inflación es retocada por los funcionarios hacia abajo, los inversores “salen” y los títulos caen. Hay en este jueguito un elemento más a considerar: La salida de los inversores es hacia el dólar, es decir que salen a demandar dólares para poder retornar a su inversión original. Y tal demanda de dólares presiona a la suba de la divisa.
De nada sirven acá las explicaciones y justificaciones del presidente o de otros funcionarios y políticos. El descalabro tiene un origen: el gobierno ha estado tratando de desalentar las liquidaciones de divisas para evitar una sobreoferta de ellas. Para eso tomó una serie de medidas tendientes a dilatar la liquidación obligatoria de tales divisas bajando así la oferta de las mismas. Hecho esto, colocó a un ministro de economía luego del papelón de Felisa Miceli que tuvo el tupé de salir a decir que los índices del INDEC son confiables, cuando cualquier persona sensata esperaba que por lo menos este aclamado flamante ministro saliera por lo menos a decir que haría revisar los cálculos. Consecuencia: si algunos esperaban posicionados en bonos indexados por CER algún cambio de política, huyeron. Y este aspecto presionó a la suba del dólar, y arrastró a otros factores a tomar posiciones antes de que el billete verde volara demasiado alto. El intervencionismo del Central salió a cubrir el área y pasó el peligro. Por ahora.
Porque hay que tener bien en claro, por si alguien aún lo pone en duda, que en la pulseada con el mercado, éste es el que finalmente gana. Ocurrió con el plan Austral, con el Primavera, con la conformación del Plan Bónex, con la llamada Convertibilidad y terminará ocurriendo también ante este modelo de dólar caro.
El gobierno se ufana de contar con casi 45.000 millones de dólares de reservas, pero se cuida bastante de decir que 20.000 millones son deuda pura en Lebacs y Nobacs. El circulante por su parte al tipo de cambio actual representa unos 20.000 millones más. Pero los depósitos en el sistema financiero suman al 20 de julio pasado unos 56.000 millones de dólares. Estas cifras indican que una corrida de proporciones tornaría insuficiente cualquier intento de obturación por parte de las autoridades monetarias. Si ello ocurriera, aparte de surgir como hongos los comentarios acerca de los golpes de mercado de penoso recuerdo en términos de conocimiento de la realidad económica, no habría resistencia posible. En otras palabras: ante una situación límite, el mercado terminará ganando la batalla. Acá o en la China.
Aceptar esta realidad no es ser bueno o malo, agorero u optimista, es ser realista. Y el realismo implica repetir algo que mucho se dijo a fines de 2001: “los dólares no están”. Efectivamente, si la corrida bancaria se generalizara, la presión a la suba sería insostenible y las reservas no alcanzarían para cubrir la totalidad del circulante más los depósitos más el pasivo remunerado del Central.
Nos apresuramos a decir que no esperamos que esto ocurra en los próximos meses, pero no hay que olvidarse que el capital se asemeja mucho a los conejos, por dar un ejemplo. El conejo es un animalito sumamente “estresable”, es decir que se asusta con suma facilidad e intenta huir aún a riesgo de “descaderarse”, por ejemplo. Se sabe en los criaderos que cuando un animalito se asusta comienza a saltar en su jaula, y automáticamente centenares de congéneres hacen lo propio, contagiándose del temor del primero. Pues bien, el capital es como el conejo. Si se asusta, intenta escapar como sea. Y detrás del capital huye la gente.
No vale la pena entonces volver a ocuparse de las declaraciones presidenciales o de sus voceros. La inflación es una realidad corroborada por las propias cifras difundidas por organismos oficiales. Las reservas son elevadísimas pero tienen una correspondencia con la masa monetaria compuesta por circulante y la deuda remunerada únicamente.
Finalmente un comentario sobre la modificación en ciernes de los mínimos no imponibles en el impuesto a las ganancias. En abril se efectuaron ajustes de importancia en tales mínimos, se supone que tomando en cuenta la inflación habida. El gobierno incluso se “gastó” la bala de plata que tenía incluida en la ley presupuestaria y que le permitía modificar tales mínimos sin una modificación de la ley del rito. Apenas pasaron 3 meses, y una nueva modificación saldrá del Congreso a pedido del presidente, que como se sabe no tiene más que ordenarlo para que sus obedientes representantes, que deberían serlo de todos nosotros, levanten la mano aprobándola. Los incrementos en los mínimos se ajustarán en esta oportunidad, en términos generales un 33% respecto de los valores de abril pasado. Si en cambio nos remontamos a los valores mínimos que regían hasta ese mes de abril, tendremos que los porcentajes de incremento en algunos casos llegan prácticamente al 100%. ¿Es esto o no es reconocer la pérdida de valor de la moneda? Comparar estos incrementos con las magras subas de precios al consumidor es casi una broma.
Buenos Aires, 3 de agosto de 2007
HÉCTOR BLAS TRILLO
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Anonimo 20 Enero, 2007 - 16:29
Les voy a dar un consejo gratuito y que pienso les va a ir muy bien. gciforex tiene un programa demo, el cual te permitira aprender el funcionamiento de las plataformas ,son todas iguales, y sobre todo te permitira cojer experiencia sin arriesgar el capital que pongas.
Una vez que hayas adquirido experiencia en el tema te aconsejo que no hagas los apalancamientos que te permiten, es decir como mínimo tienes que tener 20 puntos de capital. Si compras 10.000 dolares deberas tener 2.000 dolares en tu casillero. Esa es una buena defensa. Luego deberías de mirarte y aprenderte de memoria los recorridos de los diferentes cruces de monedas (los ultimos 10 años).
Ademas les recomiendo que no habran cuenta con ningun broker, siempre con la empresa, las hay muy buenas ..easy-forex--fxcespanol--gcitrading..y otras mas.espero que te sirva de ayuda.
Saludos
Felipe
Es interesante resaltar cómo el Dr. Alberto Fernández plantea una falacia respecto de la tasa de inflación en pleno Congreso de la Nación, sin ser controvertido con argumentos serios
Siguiendo el esquema que tan buenos resultados le ha dado al presidente de la República, el jefe de gabinete en oportunidad de su exposición en el Congreso de la Nación hizo referencia a que la tasa de inflación estaba en torno del 8% y que rondaría el 10% a fin de año, cuando muchos habían anticipado que dicha tasa estaría en torno del 20%.
El ministro aplica la metodología de su jefe con absoluta fidelidad. No se trata de resaltar los logros, sino de contrastarlos contra los que se postulan o diagnostican algo diferente, como una manera de marcar el error de otros al tiempo de resaltar el éxito propio.
Sin embargo, la falacia está tan a la vista en este caso que cuesta creer que no se haga notar debidamente. O tal vez no cuesta nada creerlo, dados los tiempos de "aprietes" sistemáticos que corren.
El ministro se refiere a la tasa de inflación pero utiliza para medirla el llamado Indice de Precios al Consumidor, que en realidad es una ponderación de 3.000 productos agrupados en 47 ítem que en general se encuentran sometidos a las presiones gubernamentales que constituyen genuinos y descarados controles de precios, aunque el gobierno se niega a reconocer que es así. Y no sólo eso sino que señala públicamente lo contrario, incluso en el Exterior, como acaba de hacerlo hace un mes el propio Presidente en oportunidad de su visita a Nueva York.
Los precios que integran esa "canasta" son apenas algunos de algunas cosas dentro de la economía en su conjunto. Y tales precios se encuentran, como decimos, absolutamente controlados por el Estado. Al punto de que el propio presidente suele insultar y descalificar a los productores de tales bienes cuando no obedecen. O en su caso lo hace un funcionario de segundo orden como el secretario de comercio. Tales precios se encuentran sometidos a presiones del tipo de prohibir por resoluciones ministeriales el derecho de comerciar libremente (como las exportaciones de carnes o vidrios), enviar piqueteros luego de azuzar a la población para que boicotee estaciones de servicio, emitir resoluciones con efecto retroactivo para que una petrolera no pueda comercializar un gas oil "súper", mantener por años congeladas en pesos devaluados tarifas de servicios y combustibles, etc. etc.
La ponderación de precios a que nos referimos, constituye una "muestra" de lo que se supone consume una familia tipo en un mes, y se mantiene invariable cualquiera sea la oscilación de precios relativos, efecto éste último que nada tiene que ver con la inflación, que por definición es "la suba generalizada de precios", y no un cambio de precios relativos motivado por razones estacionales, políticas o de cualquier otro orden, incluso internacionales en muchos casos.
Fernández, además, se cuidó mucho de referirse a los precios de la llamada "inflación subyacente", es decir aquellos precios que no se encuentran bajo el control estatal y por lo tanto funcionan libremente. En estos casos, la tasa promedio de inflación estimada oscila entre el 15 y el 20% efectivamente para todo el año 2006.
Los "precios acordados con el gobierno" y que no reciben los descuentos que los supermercados otorgan los fines de semana, por ejemplo, integran la lista del éxito gubernamental. Un éxito que nos recuerda a aquellos "paros generales" donde la gente en su mayoría no salía de sus casas por miedo, no por adhesión, situación que era presentada como exitosa. Fernández cree que frenar artificialmente la suba de algunos precios constituye un éxito y una demostración de que quienes no opinan como él o como su jefe están profundamente equivocados y por lo tanto no deben ser tomados en cuenta. Sin embargo, precisamente por tener que salir a controlar, perseguir, boicotear, insultar, agraviar, descalificar, presionar, sancionar impositivamente y demás a los proveedores de tales bienes controlados, queda por demás demostrado que de no ser así los precios subirían. Lo cual equivale a admitir que para que la "inflación" no se manifieste, hay que prohibirla. Una incongruencia que afecta seriamente a la inteligencia, y de la cual nadie parece tomar debida nota.
El país asiste una vez más al viejo esquema de "inflación reprimida" cuyo máximo exponente fue la llamada "inflación cero" de José Ber Gelbard en los años 70. Este ministro de economía creía que con sacar una foto a la economía y congelar todo como si el mundo se hubiera detenido en ese punto una sola vez y para siempre, se resolvía el problema inflacionario de un Estado que no trepidaba en emitir más y más moneda cada vez que las cuentas no cerraran.
Hoy en día no son pocos los economistas que sostienen que no se desatará una inflación exagerada porque existe superávit fiscal. Es probable que así sea, pero nosotros no estamos tan seguros, porque el Estado argentino sigue emitiendo grandes cantidades de moneda para mantener alto a propósito el tipo de cambio. Un absurdo económico difícilmente compatible con la austeridad republicana y la moneda sana que una nación seria requiere para funcionar.
El avance económico logrado hasta hoy se debe a la megadevaluación y a que la estabilidad anterior no desató un brote inflacionario de proporciones siderales, como ocurría con anterioridad. La gente se había acostumbrado a una estabilidad monetaria a tal punto que muchos jóvenes no tienen aún hoy idea de lo que era la Argentina de la segunda mitad de los 80 y comienzos de los 90 en materia inflacionaria. El acompañamiento de ciertos precios internacionales (las llamadas commodities, esencialmente) favoreció notablemente la recuperación, mientras ciertos sindicalistas en connivencia con el gobierno evitan que los salarios se disparen, al tiempo que desde ese mismo gobierno se sostiene que la suba de salarios no es inflacionaria. No lo es, pero se la controla por las dudas.
El esquema económico seguido tiende a sostenerse con devaluaciones progresivas, bajos salarios y cierre de importaciones competitivas. Por eso los "precios locales" no pueden ser nunca los internacionales, ya que estos últimos funcionan en un mundo que aspira a ser competitivo per se, y no a través de artilugios monetarios. Países como Chile o Brasil así lo hacen, y con bastante éxito por cierto.
De manera que cuanto más transparentes son los mercados, más dificultoso resulta intentar que los precios locales se mantengan muy por debajo de los internacionales, por eso entre otras cosas la necesidad de prohibir exportaciones.
En definitiva, la expresión política del gobierno que constituye la declaración pública en el Congreso de la Nación del jefe de gabinete no se corresponde con la realidad, se detiene en vapulear sin fundamento técnico a quienes pronosticaron una tasa de inflación superior a la que muestran los índices de precios controlados por el Estado, y finalmente se pierden en rispideces de las cuales parece surgir que los grandes lineamientos de la economía del mundo están equivocados y que nuestros gobernantes son los encargados de enseñarle a todos dónde está la verdad. Y la verdad, según los mismos ojos de nuestros gobernantes, está en agredir a opositores, retrucar sin fundamentos, acusar a empresarios y comerciantes, controlar precios, prohibir ventas al exterior de productos, comprar dólares a precios que la propia ministra de economía señala están un 30% por encima de los reales, aplicar sancionatoriamente derechos de exportación, otorgar o no subsidios de manera arbitraria a algunos sectores elegidos, etc.
Buenos Aires, 10 de noviembre de 2006
HÉCTOR BLAS TRILLO
ESTUDIO
HÉCTOR BLAS TRILLO
Economía y tributación
Godoy Cruz 2870 – 1425 Buenos Air
Ruarte 17 Octubre, 2006 - 16:57
Escribe Roberto A.Ruarte
Director de Ruarte´s Reports.
La semana que pasó nuevamente la Bolsa Americana es noticia, sus índices han continuado avanzando, el Dow Jones sigue marcando nuevos records históricos y araña los 12000 puntos, el Sp500 continuó su avance estando en los niveles máximos de recuperación desde el año 2002 pero aún un 20 % debajo de los niveles máximos históricos del año 2000. El nasdaq también avanzó, pero aún está debajo de los niveles máximos de abril y de enero de este año.
La tasa de interés de eeuu, tuvo un fuerte rebote esta semana llevando la misma a niveles de 4.806 % desde los niveles mínimos de 4.53 % de apenas una semana atrás. El euro está quebrando hacia abajo y se encuentra cerca de los niveles mínimos de 1.2457-1.2475 dólares por euro. El petróleo no ha podido reaccionar y termina cerca de los mínimos de ajuste, mientras que el oro y la plata han recuperado posiciones luego de las pérdidas de semanas atrás.
Haremos una especie de popurri de mercados en esta nota, adjuntando gráficos de los grandes mercados que reciben el flujo de los inversores.
En primer término tenemos los mercados bursátiles, los mismos se han mantenido firmes y registrando avances y nuevos máximos liderados por el índice Dow Jones Industrials. Este avance bien en contra de nuestras expectativas ha continuado en las últimas semanas y tiene importantes señales de agotamiento lo que continúa a nuestro modelo alertando por un cambio de tendencia significativo.
Los indicadores semanales, diarios se encuentran sobrecomprados para todos los índices americanos, sea Dow, Sp500 o Nasdaq, en algunos de ellos persisten fuertes señales de divergencias negativas que preanuncian un cambio de tendencia, los indicadores de sentimiento registran continuas lecturas alcistas en niveles superiores a los registrados en los techos de mayo de este año, y en niveles similares a los registrados en el gran techo de los mercados del primer semestre del año 2000.
Con estas características es que el avance que venimos observando debería ser ampliamente retrocedido en las próximas semanas y meses. Como venimos diciendo desde reportes técnicos y en esta columna este pico o techo de los índices bursátiles americanos debería coincidir con picos o techos en las bolsas mundiales y producirse una caída globalizada de varias semanas y meses, no estamos hablando de un crash, sólo de un ajuste generalizado del orden del 15 % en algunos índices y de 20 % en otros para los próximos seis a ocho meses.
El otro mercado que hablamos es el mercado de la tasa de interés de EEUU, la tasa de 10 años ha venido en línea con nuestro análisis, pudimos anticipar el techo en la zona de 5.25-5-30 %, y ahora en la semana que pasó advertíamos que era inminente un piso y un rebote en la tasa de interés, en el caso del bono era un techo y un ajuste. Los titulares de prensa manifestaban que había vuelto el apetito por los bonos americanos, este reconocimiento tardío del cambio de tendencia en 5.25 % era el condimento adecuado para que viéramos un techo en los bonos y un ajuste, o un piso en la tasa y un rebote de la misma. Tal como proyectáramos creemos que la suba de la tasa puede dirigirse minimamente hacia 4.83-4-86 % e idealmente a la zona de 4.90-5 %, recién luego de esta suba en la tasa esperamos un nuevo techo de la tasa, un nuevo piso del bono y nuevamente un movimiento hacia 4.35 % de tasa. Nuestro análisis con gran confianza nos dice que el piso de 4.53 % no será toda la caída de tasas que veremos, que el avance actual debe continuar pero cerca del 5 % veremos su techo y una nueva caída que nos llevará a perforar 4.53 % y llevarnos al menos a la zona de 4.35 %.
En los mercados de commodities tenemos los metales recuperando algo de posiciones, mientras que el petróleo está cerca de sus mínimos de caída.
En el caso de los metales creemos que la recuperación puede extenderse tanto para el oro como para la plata, sin embargo sería una oportunidad de salida o de venta porque no creemos que haya terminado la caída de los mismos, al menos deberíamos ver una caída del oro hacia la zona de 510-465 U$S para recién en esa zona ver una oportunidad histórica de compra de oro, mientras no veamos esa zona los rebotes deberían ser engañosos fallar y recuperar estos mercados sus tendencias bajistas, en el caso de la plata la zona atractiva es 8-7 U$S para el posicionamiento, niveles que esperamos para los próximos meses.
El petróleo está buscando un piso importante, creemos que el mismo es inminente en la zona de 58-55 dólares y vemos un movimiento mínimo a la zona de 68-72 dólares para las próximas semanas, la caída ya muestra síntomas de piso, con indicadores sobrevendidos y marcando la posibilidad que se genere un rebote.
Por último el euro ha quebrado el triángulo, invalidando dicha figura, y ha crecido las chances de nuestra hipótesis preferida y original de un dólar fuerte, caídas debajo de 1.2450 confirmarán que estamos dentro de un selloff de euros que puede durar varios meses y llevarnos debajo de 1.1639, luego extenderemos los análisis.
El Mercado Internacional de Divisas (Foreign Exchange Market o Forex Market) es el mayor y más antiguo mercado financiero del mundo. Desde su establecimiento en 1971, con la introducción de los tipos de cambio flotantes, la expansión del Mercado Forex ha sido masiva. El volumen de negociación diario en el Mercado Forex ha pasado aproximadamente de 5 billones de dólares estadounidenses en 1977 hasta 1.5 trillones de dólares hoy en día.
Uno de los beneficios más importantes del mercado Forex viene dado por el efecto apalancamiento. Dicho de forma sencilla, el apalancamiento financiero hace posible que una "pequeña" suma monetaria controle una cantidad mucho mayor. Los individuos compran o venden una divisa frente a otra en múltiples de sus fondos disponibles. Por ejemplo, un factor de apalancamiento de 100 permite al individuo mantener una posición de 100,000 dólares USA con tan sólo un depósito de 1,000 Dólares USA
Si se opera utilizando el máximo apalancamiento posible y la tasa de cambio de una moneda en la que se ha especializado baja contra otra un uno por ciento o mas, puede perder su inversión. Como ven, se puede ganar mucha plata, pero también se puede perder.
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