Economía

El Futuro del Dólar

"Todos cuantos predijeron el colapso de ese "castillo de naipes" que era la economía norteamericana deben estar exhaustos. No hay amenaza de ningún colapso del dólar. La estabilidad financiera, la productividad vigorosa, la flexibilidad y el dinamismo hacen de Estados Unidos uno de los lugares preferidos para invertir capitales; su afluencia costea los grandes déficit de cuenta corriente del país. Continuará haciéndolo hasta que, al final del arco iris, Japón o Europa se comparen favorablemente con el clima de inversión norteamericano. No contengan el aliento hasta ese día; no esperen la tan mentada tasa de "equilibrio" de 1,20 dólar por euro… No se prevé una fuerte suba del euro. El euro fue una idea estupenda, pero la economía que lo respalda es evidentemente lerda. Por consiguiente, es imposible que Europa se convierta muy pronto en un imán para el flujo mundial de capitales … El euro continuará rondando el 90% del valor del dólar".



Hace exactamente un año atrás y poco antes de morir el Prof. Dornbusch ("La encrucijada monetaria" La Nación. 27.3.02) describía de esa forma su visión sobre el futuro del dólar y descalificaba la posibilidad de un fortalecimiento de la moneda europea. La sostenida devaluación de la divisa norteamericana ha desmentido este pronostico confirmando la dificultad de explicar satisfactoriamente los movimientos de corto plazo de los tipos de cambio y el carácter superficial o interesado de las "teorías" que los sustentan.

De las lecciones del pasado se deduce que, en el largo plazo, la tasa cambiaria entre monedas de diferentes economías depende de sus índices de inflación y cambios de productividad. En otras palabras, la experiencia muestra que el tipo de cambio tiende a mantener un nivel histórico en la medida que dos economías tengan índices inflacionarios similares y no se produzcan severos cambios estructurales.

Sin embargo, en el corto plazo, juegan otros factores que pueden producir bruscas oscilaciones en las cotizaciones monetarias, como también sucede en otros activos financieros. El protagonista del corto plazo es el inversor y los mercados se ven influidos por las maniobras especulativas y los "climas" que acompañan las corrientes de decisión. Siguiendo a Keynes es posible comparar un mercado financiero con un concurso de belleza donde cada miembro del jurado no elige a la candidata más hermosa según su criterio sino más bien a la que supone que elegirán sus colegas.


De allí, que resulte poco sustentable tratar de explicar las oscilaciones monetarias de corto plazo recurriendo a las características estructurales de las economías. Un ejemplo de ello lo constituye la relación de Estados Unidos con Europa y su reflejo en la cotización euro-dólar.

Al entrar en el mercado, en enero de 1999, el euro se cotizó a 1,17 dólares. Después se depreció un 30% hasta tocar un piso de 0,83 dólares y en el último año y medio volvió a repuntar para alcanzar el valor actual de 1,10 dólares. Obviamente, estas fuertes oscilaciones en la cotización no son el producto de cambios brutales de productividad ni expresan severas alteraciones del dinamismo de las economías norteamericana y europea en los últimos cuatro años.

Sin embargo, cuando el dólar se fortaleció frente al euro, los gurúes económicos se apresuraron en exaltar el vigor de la economía norteamericana y las supuestas flaquezas de la europea, presentando de forma simplista movimientos de mercado de corto plazo como tendencias de largo plazo. Hoy es posible repetir el mismo error, pero a la inversa.


Burbuja y realidad

Las cotizaciones de activos financieros, incluyendo las monedas, pueden dispararse circunstancialmente sin causas objetivas que justifiquen esos incrementos de valor. Estas situaciones suelen ser descriptas como "burbujas".

La explosión de los precios de las acciones norteamericanas y, particularmente, de las tecnológicas, a fines del 90 ilustra sobre la dinámica de las burbujas financieras. La complicidad, ingenua o interesada, de analistas, asesores de inversión y medios masivos, permitió generar un espejismo que arrastró a millones de ahorristas a comprar ciegamente papeles cuyos precios se disparaban irracionalmente. La mayoría se zambulló gozosa en la corriente general, aceptando las teorías que inventaban los gurúes de moda y sin prestar atención a las advertencias de algunos expertos sobre la volatilidad del fenómeno. Luego, al desinflarse la burbuja, se desató la recesión.

Vinculado a este fenómeno, llama la atención que el dólar se siguiera fortaleciendo respecto del euro, a pesar de los crecientes déficit comerciales de Estados Unidos, el colapso del mercado accionario y el inicio de la recesión en el 2000. Debieron transcurrir dos años hasta que la situación comenzara a revertirse.

¿Por qué se demoró la recuperación del euro? Si bien no hay explicaciones económicas terminantes las razones deben buscarse en las decisiones de los grandes especuladores, en particular de los gigantescos fondos de inversión financiera que caracterizan el actual fenómeno de globalización internacional. Lo cierto es que el espectacular déficit comercial norteamericano era compensado por la decisión de los inversores extranjeros, particularmente europeos, de adquirir acciones y títulos norteamericanos. Hoy, ese ciclo parece estar llegando a su fin.

La guerra de Bush tiende, justamente, a revertir esta situación. La manifestación de poderío y supremacía que implica la decisión de aplastar al adversario contiene un sugerente mensaje, reforzado por el carácter arbitrario e ilegítimo de la acción. Resulta sencillo suponer una clara afirmación de la voluntad de conservar por las buenas o las malas "la estabilidad financiera, la productividad vigorosa y el dinamismo que hacen de Estados Unidos uno de los lugares preferidos para invertir capitales", conforme lo señalado por el Prof. Dornbusch en el texto inicial.

Por Alberto Pontoni.Marzo 2003

La Guerra de Irak

El camino elegido por el presidente Bush para sacar a los Estados Unidos de la grave crisis económica y de sus malas perspectivas está produciendo una profunda conmoción en el escenario político mundial. La justificación esgrimida para atacar a Irak sólo resulta creíble para los deseosos de desatar su venganza contra alguna nación árabe. Para el resto resulta claro que el régimen de Saddam es una amenaza que el mundo puede controlar y que la guerra de Bush no es una cruzada contra el mal.


¿Qué razón de fondo esta empujando a Estados Unidos a esta aventura bélica a costa de impredecibles consecuencias en la geopolítica mundial y de muchas naciones en particular?

Los análisis siguen, en términos generales, dos líneas de interpretación que se diferencian por el énfasis puesto en las principales beneficiarias de esta guerra: las multinacionales del petróleo y el complejo militar-industrial. Los sólidos vínculos de estas corporaciones con los más altos funcionarios de la administración Bush le otorgan credibilidad a ambas versiones.

La interpretación más difundida considera como principal razón el despojo de las ricas reservas de crudo de Irak en beneficio de empresas norteamericanas e inglesas. Detrás de las partes estarían, por un lado, los intereses de Exxon, Texaco y la British Petroleum y, por otro, Total Fina Elf (francesa), Lukoil (rusa) y National Oil Company (China), que están operando en ese país y temen ser desplazadas por un cambio de régimen político.


La otra versión revive un clásico: la necesidad de la guerra para salir de la depresión a través de la reactivación del complejo militar-industrial. Máxime, si el financiamiento del espectacular gasto que demandará la invasión de Irak –estimado en el orden de los 100.000 millones de dólares- es solventado con el petróleo de ese país.

En ambos casos, además de los beneficios directos que aportaría la invasión para las multinacionales de la guerra y del petróleo, se contabilizan efectos indirectos para la economía. Esta clara manifestación de hegemonía imperial vendría a templar la desgastada confianza de la población e inversionistas, volviendo a atraer capitales.

Recientemente se ha venido señalando un nuevo argumento de fondo que se suma a los anteriores: el real objetivo de EEUU sería la economía de Europa y, particularmente, el euro. Según esta interpretación fue la decisión de Irak, en noviembre del 2000, de adoptar el euro para sus transacciones de crudo el factor detonante de la situación actual.


En los últimos dos años el dólar se ha depreciado en poco más del 20% respecto del euro. El colapso del "dólar fuerte" junto con el derrumbe de la bolsa han contribuido seriamente a debilitar la confianza sobre la economía de EEUU, lo que ha derivado en una fuerte reversión del ingreso de capitales, agravando la recesión.

En ese contexto cabe preguntarse qué pasaría si otros paises, en particular los miembros de la OPEP, siguieran el ejemplo de Irak y el dólar comenzara a ser sustituido por el euro como moneda de referencia y de reserva mundial.

Esto sería sumamente grave para la economía norteamericana, pues le impediría seguir financiando sus abultados déficit comerciales a través de la "exportación de dólares". El comercio internacional se ha convertido en un mercado donde el mundo produce bienes y EEUU los dólares para comprarlos. De allí, que la deuda actual de EEUU con el resto del mundo alcance a la astronómica suma de 6 billones de dólares, equivalentes a dos terceras partes de su PBI.

De revertirse la confianza que individuos y gobiernos tienen en el dólar se produciría una corrida financiera mundial que llevaría al default de los Estados Unidos, ya que este país no cuenta con los recursos financieros suficientes (euros, yenes, etc.) para honrar sus compromisos. Los argentinos, que hemos vivido las consecuencias de la ilusión del pesodolar o del 1:1 virtual, tenemos el raro privilegio de poder llegar a imaginar una situación de estas características.

Por el contrario, la Europa del euro se vería beneficiada con la prerrogativa de poder emitir la moneda de referencia y reserva internacional. El abandono, en 1971, de la convertibilidad oro del dólar ha facilitado este fenómeno, ya que el privilegio pasa a recaer en la economía que genera mayor confianza. Esto es lo que Estados Unidos pretende evitar.

El petróleo es la más importante de las commodities que se comercian internacionalmente, de allí la trascendencia de la moneda de referencia utilizada en sus transacciones, ya que el efecto contagio de una eventual sustitución por el euro sería devastador. Este supuesto no resulta difícil de imaginar si se considera que Europa es el principal importador de crudo.

En síntesis, detrás de los aprestos bélicos se esconde la intención de sostener la visión de un dólar eternamente fuerte que estimule el ingreso de capitales en los Estados Unidos y evite que la burbuja reviente. Para ello resulta fundamental disuadir a quienes pretendan, como Irak, sustituir el dólar como moneda de transacción y reserva mundial.

Por Alberto Pontoni. Marzo 2003

Progreso Tecnológico

Desde la revolución industrial, el crecimiento estuvo caracterizado por cambio e innovación, que trajeron cambios materiales como así también cambios en nuestra forma de vivir y de pensar.


Es así que cobran importancia los procesos de cambio tecnológico y cómo se generan éstos. Este trabajo se concentra en las relaciones existentes entre el cambio tecnológico y el crecimiento económico, intentando explicar cómo estos procesos influyen en el crecimiento económico, y cuáles son los factores que determinan el avance tecnológico.

El progreso tecnológico y el crecimiento económico

Trabajo presentado para la cátedra de Macroeconomía

Facultad de Ciencias Económicas

Universidad Nacional de Córdoba - Argentina

Profesor Marcelo Capello



Autor: Federico Anzil

Año 2002

Introducción

El crecimiento económico despierta un gran interés en los economistas, quienes tratan de explicarlo, para aplicar sus avances para el logro de un mayor bienestar.



Desde la revolución industrial, el crecimiento estuvo caracterizado por cambio e innovación, que trajeron cambios materiales como así también cambios en nuestra forma de vivir y de pensar.

Es así que cobran importancia los procesos de cambio tecnológico y cómo se generan éstos. Este trabajo se concentra en las relaciones existentes entre el cambio tecnológico y el crecimiento económico, intentando explicar cómo estos procesos influyen en el crecimiento económico, y cuáles son los factores que determinan el avance tecnológico.

El crecimiento económico involucra una interacción entre la tecnología y la vida económica: el proceso tecnológico transforma el sistema económico que lo creo.

Este trabajo se puede ver como una introducción al debate actual en torno al crecimiento económico. Se mostrarán brevemente las características mas importantes de los enfoques de crecimiento neoclásicos (de Solow) y de los modelos de crecimiento endógeno, dando mayor importancia a la forma de ver la tecnología, el progreso tecnológico, y los determinantes del mismo.

En todo el trabajo se da mayor importancia a la discusión teórica, mas que a la evidencia empírica. En este sentido, es abundante la cantidad de trabajos econométricos que explican las fuentes del crecimiento a través de técnicas estadísticas.

También se debe tener en cuenta que en general ‘’las teorías del crecimiento económico explican sus factores determinantes y sus características, utilizando modelos de alto nivel de abstracción sin referirse a ninguna economía (países o regiones) en particular (salvo contrastaciones empíricas de los modelos matemáticos formalizados)’’ [Blanchard 2000]. El debate sobre desarrollo económico no sólo involucra aspectos cuantitativos sino también aspectos cualitativos. Las teorías de desarrollo económico intentan explicar causas de diferencias entre países y además se nutren de otra ciencias sociales. Aquí sólo se tratarán aspectos de crecimiento.

Contenidos:

  1. Enfoques teóricos para explicar el crecimiento

    1. El modelo neoclásico de Solow
    2. Modelos de Crecimiento Endógeno
    3. Otros aportes: La escuela evolucionista y la visión de la CEPAL.

  2. Una mirada a los determinantes del progreso tecnológico

    1. El marco legal y la inversión en investigación y desarrollo.
    2. La educación y el progreso tecnológico.
    3. El grado de apertura al comercio internacional y la productividad.

  3. Algunos datos de crecimiento

    1. La importancia de la productividad en la recesión del crecimiento económico latinoamericano
    2. ¿Convergencia o divergencia?

El Modelo Neoclásico de Crecimiento Exógeno de Solow

Principales supuestos

Supone una función de producción de dos factores –trabajo y capital -, que tiene rendimientos decrecientes de cada factor y rendimientos constantes a escala. Y también supone competencia perfecta en los mercados de productos y de factores.

Implicaciones económica de los supuestos con respecto a la inversión en I+D:

La competencia perfecta reduce a cero los beneficios extraordinarios, por lo tanto si alguna empresa realiza una innovación tecnológica, no se podrá apropiar de los beneficios de la misma.

Cuando la función de producción posee rendimientos constantes a escala, el pago a los factores de acuerdo a sus respectivas productividades marginales (esto es una implicancia de la competencia perfecta) agota exactamente el valor del producto, no restando recursos para retribuir a la innovación tecnológica.

De los dos párrafos anteriores se desprende que, en éste modelo, los empresarios no tienen incentivos para invertir en el desarrollo de nuevas técnicas de producción. El modelo supone que el estado de la tecnología es ajeno al mismo.

Conclusiones del modelo – Los determinantes del crecimiento según el modelo de Solow

El modelo llega a las siguientes conclusiones:

El nivel del producto por habitante en el largo plazo (estado estacionario) depende de la tasa de ahorro de la economía, que es la que determina el stock de capital. Y de la función de producción que depende del estado de la tecnología.

En el estado estacionario, la tasa de crecimiento de la producción agregada depende de la tasa de crecimiento de la población y de la tasa de progreso tecnológico. La tasa de crecimiento de la producción per cápita es independiente de la tasa de ahorro (inversión), y depende sólo de un cambio tecnológico exógeno.

El modelo posee un punto estacionario único y estable, que será alcanzado sean cuales sean las condiciones iniciales, dado que si el progreso técnico se difunde por el mundo entero, es posible prever que habrá convergencia de las tasas de crecimiento per cápita y, aún de los niveles de ingreso per cápita. Es decir que predice que aquellas economías, cuyo capital por habitante es inicialmente bajo (regiones pobres), crecerán a tasas superiores que aquellas economías donde éste es mayor (regiones ricas). Ésta hipótesis de denomina convergencia.

Recomendaciones de política que se derivan del modelo neoclásico de Solow

La recomendación genérica que se deriva de este modelo propugna prescindir de la intervención estatal, políticas de liberalización económica y de desregulación.

De la hipótesis de convergencia se deduce que no es necesario aplicar políticas regionales específicas.

Críticas al modelo de Solow

La aplicación del modelo para intentar explicar el crecimiento de muchas economías, arroja como resultado que la principal fuente de crecimiento se explica por el incremento en la productividad de los factores, cuyas causas el modelo no explica, las considera exógenas.

La evidencia ha sido adversa a esta hipótesis de convergencia, denominada como " convergencia sigma", dando origen a los primeros cuestionamientos a la utilidad de este marco analítico.

Una defensa al modelo de Solow: la convergencia condicional

En respuesta al fracaso de la hipótesis de convergencia surgió en defensa del modelo de Solow la hipótesis de convergencia condicional. Según esta hipótesis la convergencia depende de que las economías posean ciertos parámetros similares, como las tasas de ahorro, la depreciación del capital o de crecimiento de la población. También deben tenerse en cuenta las políticas económicas que sigue cada economía. Más adelante se volverá sobre este tema.

Los Modelos de Crecimiento endógeno

Principales supuestos

Los modelos de crecimiento endógeno se estructuran en torno a una función de producción donde la tasa de crecimiento depende básicamente del stock de tres factores: capital físico, capital humano y conocimientos (o progreso técnico). Factores que pueden ser objeto de acumulación y que generan externalidades. Al asumir la existencia de externalidades positivas, los MCE sustituyen los supuestos neoclásicos ortodoxos sobre rendimientos constantes a escala y competencia perfecta, por los de rendimientos crecientes y competencia imperfecta.

Es decir que niegan la exogeneidad y cuestionan el carácter decreciente de los rendimientos marginales de los factores acumulables.

A diferencia de lo planteado por el modelo neoclásico, en los modelos de crecimiento endógeno la explicación de un crecimiento sostenido del ingreso por habitante no recae en variables exógenas, sino que se encuentra en las condiciones económicas y tecnológicas que enfrentan agentes económicos, lo que estimula o no una mayor inversión, el desarrollo de nuevas tecnologías o ambas cosas.

El marco de competencia imperfecta que postulan hace posible remunerar la innovación intencional de los empresarios privados. Suponen que las externalidades provocadas por esa innovación pueden evitar la convergencia de la tasa de crecimiento del producto.

También se presentan externalidades positivas en el proceso de acumulación de los factores, lo que va en contra de los rendimientos decrecientes.

Se considera al conocimiento como un factor productivo específico, resultante de una actividad económica. Esta forma de incorporar al progreso técnico en la función de producción del modelo, tiene como consecuencia directa la revalorización de la educación formal y de la I+D en el proceso de acumulación de conocimientos.

Aparece como un eje central el supuesto de que el crecimiento es impulsado por el cambio tecnológico que procede de decisiones intencionales de inversión tomadas por agentes maximizadores de ganancias.

La tecnología como bien económico:

Se considera el conocimiento tecnológico como un bien publico no puro, por su doble carácter de bien no rival y parcialmente excluible.

La no rivalidad se asocia a la posibilidad de utilizarlo en una actividad económica sin impedir o reducir su uso simultáneo en otra.

El carácter parcialmente excluible de una tecnología implica que su creador sólo puede apropiarse de una parte de sus resultados económicos. La otra parte es adquirida gratuitamente por otras empresas. Dichos derrames existen porque, si bien una patente o el secreto impiden que otros hagan su uso no autorizado del nuevo conocimiento ésta exclusión es solo temporal. Y también porque hay ciertos aspectos del conocimiento que no son susceptibles de exclusión.

Para justificar la inversión privada en I+D se introduce un marco de competencia monopolística y una función con rendimientos crecientes a escala. Tratándose de un bien parcialmente excluible, el generador privado de tecnología puede impedir por un tiempo que otros la utilicen, a través de una patente o secreto. La función de producción con rendimientos crecientes a escala se introduce para asegurar la existencia de recursos suficientes para retribuir a las actividades tecnológicas. (como se indicó mas arriba, una función con rendimientos constantes sólo asegura el pago a los factores). En síntesis: la posibilidad de exclusión parcial de conocimiento permite la apropiación de los ingresos adicionales generados con la innovación. Y la no rivalidad del conocimiento se traduce en funciones de producción con rendimientos crecientes a escala, de modo que las firmas puedan vender sus productos por encima de los costos marginales de producción.

También se reconocen la existencia de externalidades de una parte del conocimiento tecnológico (el conocimiento general) que es producto del esfuerzo privado en I+D.

Éstos derrames tecnológicos generan, por un lado, rendimientos crecientes en la acumulación del conocimiento tecnológico y, por otro, incrementos en la productividad de los factores de producción rivales. Con relación al primer efecto, se afirma que cada innovación se agrega al acervo de conocimientos preexistentes, por lo tanto, el producto marginal de la actividad investigativa crece a medida que aumenta ese acervo. Con relación al segundo efecto, se afirma que el conocimiento tecnológico actúa sobre todos los insumos, haciendo que la relación entre la cantidad de producto por unidad de insumo sea mayor cuando éste se utiliza combinado con nuevos conocimientos. Tal efecto permite compensar la tendencia a la disminución de los rendimientos marginales de los factores acumulables.

Conclusiones – determinantes del crecimiento

Al afirmar que es la expectativa de ganancia lo que explica el aumento de la tasa de acumulación de los factores productivos – en especial capital humano y conocimientos – y, por lo tanto, la tasa de crecimiento de largo plazo, dependen esencialmente de las condiciones existentes en el ámbito económico, puesto que de ello dependen las decisiones de ahorro e inversión. Esto implica que el crecimiento a largo plazo es un fenómeno endógeno, resultante de inversiones motivadas por la búsqueda de ganancia.

Las trayectorias de crecimiento pueden variar según las condiciones de cada economía, pero dependen en última instancia de la tasa de progreso técnico derivada de la propia operatoria de cada sistema económico. Al abandonar la hipótesis de igualdad de oportunidades tecnológicas entre diferentes economía, se encuentra que no se puede predecir la convergencia en base a sus modelos. Las diferencias entre las tasas de crecimiento se pueden minimizar si los esfuerzos de las economías mas rezagadas se centran en absorber las externalidades tecnológicas generadas en las economías más avanzadas y aprovechar al máximo las posibilidades de imitación, articulando una apertura comercial que resulte compatible con la creación y maduración de las capacidades tecnológicas internas (más adelante se tratará la relación entre apertura comercial y avance tecnológico).

Algunas críticas

Se objeta el abandono del supuesto de los rendimientos decrecientes del capital.

Se observa como una importante limitación, que estos modelos continúen apegados a los cánones de la teoría del equilibrio y, por otra parte, el que consideren solamente las fuentes o determinantes inmediatos del crecimiento económico, dejando de lado o haciendo un tratamiento demasiado simplificado de los factores que están detrás de los mismos.

Recomendaciones de política

Derivan recomendaciones en pro de la intervención pública, para gestión de externalidades, y provisión de bienes públicos, garantizar derechos de propiedad intelectual y física y mantener el marco legal garante del orden público.

La política económica debe contribuir a generar un ambiente económicamente atractivo para la inversión privada, pero sin obstaculizar el libre juego de las fuerzas del mercado.

Los agentes privados no obtienen de su inversión en tecnología la totalidad de los beneficios sociales de la misma por la existencia de externalidades tecnológicas positivas. Esto implica que los agentes privados gastan en I+D menos que el óptimo social. Por esto se pone acento en mecanismos de intervención que corrijan los ritmos de generación de tecnología, acercándolos a los socialmente óptimos. También se propugna por intervenciones que ayuden en la diseminación de las externalidades tecnológicas. Para lograr esto se requeriría dar mayor importancia al sistema de educación y los marcos institucionales.

De esta manera, si bien los modelos de crecimiento endógeno aceptan un papel relativamente mas activo del Estado y de la política económica que las concepciones neoclásicas ortodoxas, al mismo tiempo descartan la intervención directa del Estado en la vida económica tal como lo postulaba la receta del fundamento keynesiano.

Otros aportes a la teoría del crecimiento: la escuela evolucionista y el pensamiento de la CEPAL

Escuela evolucionista

También se debe mencionar, que además de los modelos arriba descriptos, se debe tener en cuenta como fuertes influencias en torno al debate sobre crecimiento económico actual, a la escuela evolucionista, que aporta modelos que se agrupan en dos ramas: los modelos agregados y los modelos de simulación. Éstos modelos, al igual que los modelos de crecimiento endógeno, subrayan el papel del progreso técnico en el crecimiento económico. Destacan la importancia del ambiente institucional en que se genera y difunde el progreso tecnológico, y el papel de la demanda en el crecimiento.

En modelos agregados los procesos de decisión de las firmas no se abordan explícitamente. Esto les permite tratar con simplicidad la influencia de ciertas variables estructurales sobre el crecimiento. Suponiendo la existencia de una brecha tecnológica inicial entre el norte y el sur, los modelos agregados estudian en qué casos la difusión internacional de tecnología generará procesos de convergencia o divergencia. (si la brecha es muy grande la difusión se torna mas difícil, pues la capacidad de imitar disminuye con la distancia tecnológica).

Los modelos de simulación hacen explícita la articulación entre las normas de decisión (microeconómicas) y las trayectorias de crecimiento (macroeconómicas). Tienen una gran flexibilidad para incorporar la diversidad tecnológica. La complejidad obscurece el papel desempeñado por cada una de las variables.

El pensamiento de la CEPAL

El pensamiento de la CEPAL ha aportado nuevas perspectivas al pensamiento sobre crecimiento aplicado a las características estructurales de América Latina –por ejemplo el concepto de bipolaridad centro periferia - , siendo permeable a la evolución de las nuevas teorías del crecimiento.

Una mirada a tres factores del crecimiento de la productividad: El marco legal, la educación, y el grado de apertura de una economía.

El marco legal y la inversión en I+D

Las decisiones de gasto de las empresas en I+D se basan en consideraciones económicas. Cuando una empresa considera la posibilidad de comprar una nueva máquina, compara el valor actual de los beneficios con su coste. En el caso de las inversiones en I+D, no se puede aplicar la teoría general de la inversión, porque el resultado de la I+D, como se mencionó mas arriba, posee características de un bien público no puro, lo que diferencia las decisiones de inversión en capital físico y las decisiones de inversión en I+D.

Sin protección legal, es probable que los beneficios esperados del desarrollo de un nuevo producto sean bajos, por lo tanto habrá pocos incentivos para realizar gastos en I+D. Esta es la razón de la existencia de leyes sobre patentes. Las patentes conceden a la empresa que realizó una innovación, el derecho a excluir a todas las demás de la producción o el uso de ese nuevo producto durante un tiempo.

Pero incluso habiendo leyes sobre patentes, la protección dista de ser total. Examinando el nuevo producto y el proceso de investigación, otras empresas pueden aprender la manera de fabricar otro producto no cubierto por la patente y competir con el original.

Entonces, la transformación del descubrimiento y del desarrollo de nuevos productos en beneficios mas altos depende tanto del sistema jurídico como de la naturaleza del proceso de investigación.

La educación y el progreso tecnológico

El capital humano se ha convertido en uno de los principales determinantes del crecimiento económico, a través de incrementos en las productividades de los factores. La mejora en el capital humano puede provenir del sistema educativo nacional, de la capacitación en las empresas, o del learning by doing.

Las principales vías por las que la educación aumente la productividad global pueden ser las siguientes: a) aumenta la capacidad de una economía de generar innovaciones tecnológicas (aquí además de la creación de nuevas técnicas, maquinarias, etc., se incluyen aspectos como mejoras en las estructuras de organizaciones, en métodos de trabajo, etc.) b) mejora la capacidad de una economía de imitar y adaptar innovaciones tecnológicas producidas en el exterior.

Otro posible aspecto, es que un mayor nivel de educación implica una menor fecundidad, lo que favorece al crecimiento del producto per cápita.

También se menciona en la literatura las externalidades positivas que tiene la educación sobre el funcionamiento del sistema socioeconómico, facilitando el funcionamiento de las instituciones económicas (organizaciones, mercados), políticas, etc.

El grado de apertura comercial y la productividad

Los efectos del comercio exterior parecen tener muchas vías de acción como ser: a) economías de escala vía aumento del tamaño del mercado, b)incorporación de nuevos insumos, c) transmisión del conocimiento, entre otros..

Con respecto al punto b), el comercio internacional hace que los países empleen una mayor variedad de productos intermedios y de equipo de capital, lo cual aumenta la productividad de los recursos propios.

Con respecto al punto c), los contactos internacionales permiten a los países copiar tecnologías extranjeras y ajustarlas al uso doméstico. Éste punto está relacionado con la hipótesis de convergencia.

Algunos datos sobre la importancia de la productividad y la convergencia en el crecimiento de los países

Importancia del la PTF en el crecimiento latinoamericano

En la década de 1980, en la gran mayoría de las economías latinoamericanas, se produjo una recesión en el crecimiento económico.

Aplicando el modelo de Solow, el crecimiento en un período de tiempo de un país se expresa como: Crecimiento del PBI= contribución del insumo trabajo + contribución del insumo capital + contribución de PTF.

En el siguiente cuadro se presentan las diferencias en el crecimiento del producto existentes entre los subperíodos 1940-1980 y 1980-1990. Las diferencias se descomponen según su origen en insumo y PTF.

Tamaño de las diferencias en el crecimiento del PBI total y de la PTF en porcentajes. 1940-1980 y 1980-1990

 

Brecha en el PBI

Brecha en el insumo total

Brecha en la PTF

Porcentaje de la brecha en el PBI debida a la brecha en la PTF

Argentina

4,05

1,70

3,35

58,00

Brasil

4,09

1,42

2,60

65,00

Chile

0,90

0,70

0,22

24,40

México

5,42

0,78

4,64

85,60

Fuente: Elías V. Recesión en el crecimiento latinoamericano 1980-1990: sus determinantes

Se observa que la conducta de la PTF fue el principal determinante de la recesión en el crecimiento en los países seleccionados. O sea que los principales problemas fueron el uso de los recursos generados por la economía y la caída en el cambio tecnológico y no la generación de recursos.

Con este ejemplo se trata de mostrar las limitaciones del modelo de Solow para describir el crecimiento, al explicar sólo una parte del mismo; y la importancia de la productividad de los factores en el crecimiento.

Convergencia – Divergencia – Convergencia condicional

El modelo neoclásico predice que la tasa de crecimiento de una economía está inversamente relacionada con la distancia que la separa de su propio estado estacionario. Es decir que a la larga, todas las economías terminarán creciendo a la misma tasa. (si todas las economías tienen el mismo estado estacionario).

La evidencia no es favorable a la hipótesis de convergencia simple.

Los gráficos que a continuación se exponen se utilizan a modo de ilustración, ya que el modo de extraer conclusiones de los mismos no tienen carácter científico ya que no se utilizan los métodos estadísticos. De todos modos, se llega a las mismas conclusiones que otros trabajos que sí se basan en métodos científicos.



En el siguiente gráfico se representa la tasa media anual de crecimiento de 75 países en el período 1960-1999, en el eje de ordenadas, y en el eje de las abscisas se representa la producción per cápita en 1960.

Como se observa en el gráfico, no se ve ningún patrón claro sobre convergencia. Los países mas pobres en 1960 no parecen haber crecido más rápido.

Los modelos de crecimiento endógeno, afirman que la presencia de externalidades y rendimientos crecientes otorgan sólido fundamento a la hipótesis de que la localización de la cabeza de los principales centros desde donde se ejerce el comando de la vida económica a escala internacional, nacional y regional, coexisten con un sinnúmero de territorios periféricos, donde las actividades que allí se localizan tienen ilimitadas posibilidades de revertir las desigualdades.

La evidencia empírica sí es favorable a la hipótesis de convergencia condicional. Si agrupamos los países en las siguientes regiones económicas: Países europeos, África, Tigres Asiáticos (Singapur, Taiwán, Hong Kong, Corea del Sur, etc.) y Latinoamérica, se obtiene el siguiente gráfico:



Según el gráfico parece existir convergencia en las regiones europeas y latinoamericana, en el caso de los tigres asiáticos la relación no es tan evidente. En el caso africano, la convergencia no se verifica.

Es decir que, suponiendo que las regiones en que se han agrupado los países que tienen características estructurales y políticas similares, existen importantes regiones en las que sí se verifica la hipótesis de convergencia, lo cual no significa tampoco una refutación a las conclusiones de los modelos de crecimiento endógeno.

La hipótesis de convergencia se verificó también para los estados de Estados Unidos, para las prefecturas japonesas, para 90 regiones de países europeos. Para el caso de las provincias argentinas, diversos estudios empíricos no encontraron una evidencia de convergencia. [Willington 1998, Marina 1999]

Las malas políticas económicas, y las distorsiones e inestabilidades económicas y sociales tienen efectos perjudiciales para con la tasa de crecimiento, aunque sea difícil particularizar políticas específicas.

Conclusiones:

Saltan a la luz las limitaciones del modelo neoclásico de Solow al explicar sólo una parte de las fuentes del crecimiento económico.

Queda evidenciada la importancia del progreso tecnológico como factor de crecimiento económico, y de esto se deduce la importancia de las políticas públicas para fomentar el mismo.

Según lo dicho arriba, principalmente por la presencia de externalidades positivas, se demuestra la conveniencia de la inversión en educación, y el fomento de otras actividades tecnológicas, ya sea para la creación de nuevos conocimientos o innovaciones que corrijan la subinversión privada en materia tecnológica, como así también que permitan la difusión y aplicación de los nuevos conocimientos generados localmente o en el exterior.

También se evidencia la conveniencia de la creación de un ambiente social que favorezca los procesos de avance tecnológico.

Con respecto a la discusión de convergencia divergencia, cobra importancia el papel atribuido al progreso técnico de cada país como fuente principal de las asimetrías internacionales, expresadas en la divergencia entre las tasas de crecimiento de largo plazo. Se llega a la conclusión que si bien no se puede afirmar que algunos territorios mas retrasados no tengan posibilidades para iniciar procesos de crecimiento que les permitan mejorar su situación futura, tampoco parecen suficientemente justificados ciertos augurios sobre una generalización de la tendencia a la convergencia.

Bibliografía:

Aghion P. Howitt . (1998) Endogenous Growth Theory

Barbeito A., Geymonat A., Roig R.(1999) Globalización y políticas de desarrollo territorial.

Blanchard O. Pérez Enrri D. (2000) Macroeconomía

Elías V. (1993) Recesión en el crecimiento económico latinoamericano 1980-1990: sus determinantes.

Hounie A, Pittaluga L., Porcile G., Scatolin F. (1999) La CEPAL y la nuevas teorías del crecimiento.

Marina A. (1999) Convergencia económica en la Argentina: ¿Qué nos dice la evidencia empírica?

Mattos C (1999) Nuevas teorías del crecimiento: Lectura desde la perspectiva de los territorios de la perisferia.

Rosende F. (2000) Teoría del crecimiento económico: un debate incocluso

Willington C.M. (1998) Un análisis empírico del crecimiento regional en Argentina

Señoriaje y Financiacion del Gobierno

El funcionamiento del estado requiere de bienes y servicios, este gasto público está justificado de distintas maneras, pero el punto clave aquí no si estos gastos están correctamente fundados o no, sino la manera de cómo el estado se hace de esos recursos para afrontar esas erogaciones.


Como se menciona en la introducción, el gobierno, a grandes rasgos tiene dos maneras de financiar su gasto, la primera forma es de manera coactiva mediante el cobro de tributos, es quizás la manera más "sana" de financiamiento ya que no requiere ni de impresión monetaria ni la acumulación de deuda con el público lo que implica el pago de intereses.

La segunda manera es mediante el endeudamiento (o sea la venta de títulos públicos), éste, como se había anticipado, se distingue entre el agente con el cual el estado se endeuda, pudiendo ser el sector privado de la economía (particulares, bancos AFJP, etc.) ó el Banco Central.

La distinción anterior no es caprichosa, los efectos del endeudamiento con respecto a uno u otro acreedor no son los mismos. Se podrían nombrar dos de las diferencias más importantes: 1) si el gobierno se financia vendiendo sus títulos al Banco Central, este último, en contraprestación, creará dinero aumentando así la base monetaria, mientras que si se endeudara con el público es obvio que esto no pasaría ya que la creación de dinero es una potestad sólo del Banco Central. Esta posibilidad con la que cuenta el estado, es clave para determinar la tasa de inflación teniendo en cuenta la estrecha relación entre el crecimiento monetario y el crecimiento del nivel de precios; este hecho es una de las principales razones que fundamentan la necesidad de tener bancos centrales independientes que no estén al servicio de los gobiernos de turno. 2) la segunda diferencia a remarcar, es que la deuda que se acumula con el sector privado de la economía, es deuda que genera intereses, cosa que no sucede si la deuda se acumula con el Banco Central.


Entonces, el señoriaje podría ser entendido como una especie de arma de doble filo, ya que la obtención recursos vía creación monetaria nos induciría a esperar índices de inflación más altos, pero por otro lado, utilizarlo sería una salida rápida de alguna dificultad fiscal sin generar deuda con intereses. Un ejemplo típico serían las guerras, cuando las necesidades sociales urgen y la capacidad del sistema impositivo se ve disminuida, una alternativa rápida a este bache podría ser la creación monetaria.

Para darle un marco teórico al análisis se seguirá el modelo propuesto por Walsh (vease Monetary Theory and Policy - 1998), partiendo de la restricción presupuestaria de gobierno:

Gt + it-1 Bt-1 = Tt + (Bt - B t-1) + RCBt


Esta ecuación vincula el gasto total (gasto publico mas intereses sobre deuda acumulada) con las dos maneras de financiamientos antes mencionadas, recaudación tributaria e incremento de deuda. Luego, se presenta la restricción del banco central como sigue:

(Bt - Bt-1) + RCBt= it-1 Bt-1 + (Ht - Ht-1)

La ecuación anterior es fácil de entender ya que vincula cambios en las tenencias de bonos por parte del Banco Central con cambio en la base monetaria. Combinando las dos restricciones anteriores se puede encontrar "la restricción consolidada del gobierno" obteniendo:

Gt + it-1 Bt-1 = Tt + (Bt - Bt-1) + ( Ht - Ht-1)

En la cual queda claro que el gasto total debe financiarse de tres formas alternativas: impuestos, creación de base y acumulación de deuda en manos del sector privado. Cabe aclarar que las variables usadas hasta el momento están expresadas en forma nominal. Dividiendo la ecuación de la restricción presupuestaria consolidada por el PBI nominal y operando convenientemente se obtiene:

gt + r*t bt-1 = tt + (bt - bt-1) + (Ht - Ht-1) / Pt Nt yt

El motivo de realizar esta última operación tiene como objetivo redefinir las variables, pasar de variables monetarias a variables reales, per cápita y como proporción del ingreso real y per cápita. El tercer término del lado derecho es el importante para nuestros fines, este representa el señoriaje y será la ecuación que se utilizará para calcularlo.

La Pobreza en Argentina

La sustentabilidad de la pobreza en Argentina



La Argentina vive la peor crisis económica de su historia, con mas de la mitad de la población por debajo de la línea de pobreza, niveles desconocidos de marginación laboral, quiebra del aparato productivo, cesación de pagos externa y colapso del sistema financiero. Ha dejado de ser el alumno modelo del FMI y el ejemplo a seguir por otras naciones en desarrollo para convertirse en la peor experiencia del periodo de posguerra. Es mas, muchos argentinos dudamos poder salir de este abismo que no parece tener fin, al que nos condujeron en forma progresiva los gobiernos que se sucedieron en las últimas décadas.

El generalizado repudio de la población respecto de la dirigencia política y económica de los últimos 30 años responsables por acción, ineficacia u omisión de la situación actual, se expresa en el difundido que se vayan todos, que identifica a cacerolazos, escraches, marchas de desocupados y piqueteros, así como en las legiones de jóvenes que abandonan el país.

Paradigma y expresión patética de la conducta de esa clase dirigente son las dos principales figuras políticas surgidas tras la sangrienta dictadura militar de los 70: Alfonsin y Menem. Ambos llegaron al poder envueltos en las mejores banderas del radicalismo y peronismo, la democracia, el respeto por las libertades públicas y la reivindicación de los derechos humanos, en un caso, y la defensa del trabajo y la producción nacional, el desarrollo regional y la justicia social, en el otro. Sin embargo, ambos terminaron involucrados con lo peor y más desdeñable de cada uno de esos movimientos, priorizando intereses corporativos o individuales y traicionando la fe publica depositada en ellos.

Capitalismo a la Argentina



En la búsqueda de explicaciones a la involución económica y social del país se pueden encontrar diferentes visiones.

Los responsables directos en la ejecución de las políticas que llevaron a este estrepitoso fracaso nacional, que suelen emboscar hipócritamente sus intereses particulares tras las banderas de la libertad de mercado, discurren sobre el carácter "populista" de nuestro país y las dificultades de establecer un sistema capitalista. Para esta corriente de pensamiento, ligada a la defensa de los intereses de los grupos económicos dominantes, la Argentina no es capitalista -de allí la crisis- y el desafío reside en realizar las transformaciones pendientes para convertirse en una real economía de mercado. Obviamente, los deberes pendientes se refieren al desmantelamiento de lo poco que queda del Estado, ya sea en el campo económico o social.

En la Argentina de hoy -después de haberse consumado la entrega a precio vil de los recursos naturales, concesionado servicios básicos con clientela cautiva y tarifas abusivas, privatizado ineficientemente el ahorro público y arrasado con los controles al ingreso irrestricto de capitales y mercaderías, se requiere de mucha ingenuidad para creer que la salida de la crisis pasa por la privatización del Banco Nación y del PAMI o el despido de una tercera parte de los empleados públicos y la reducción de los cargos políticos al nivel nacional y provincial.

En el otro extremo se encuentran quienes piensan que la experiencia argentina es una clara muestra del fracaso del capitalismo en general, sin profundizar en las características domésticas. Este tipo de afirmaciones de carácter general no explican adecuadamente el desarrollo de otros países ni se traducen en propuestas operativas para la coyuntura.

Desde nuestro punto de vista, en Argentina se ha desarrollado un tipo de capitalismo prebendario y antiindustrial fundado sobre privilegios institucionales, al que sería mas propio calificar de modelo de "capitalismo mafioso" y de economía de saqueo", de atenernos a la forma como se llevo a cabo la expropiación de la propiedad pública. En la consolidación de este modelo ha jugado un rol sustancial el Estado a través de la entrega de recursos, concesión de servicios, canalización forzosa del ahorro y desmantelamiento de redes de protección a la industria nacional. Los favorecidos han sido, por un lado, una camarilla de pseudoempresarios beneficiarios directos de las reformas -la llamada patria contratista- y, por otro, sectores económicos del exterior, que han aprovechado de la desindustrialización y el desmantelamiento del aparato productivo.

En la Argentina de hoy, el mercado y la competencia funcionan casi exclusivamente en determinados sectores y al nivel de pequeñas y medianas empresas mientras que en el resto de la economía predominan monopolios y oligopolios surgidos de contratos o concesiones leoninas hechos con el Estado.

El desafío consiste, justamente, en cambiar el modelo actual y establecer un capitalismo de producción y competencia, lo cuál requiere de un Estado activo que lleve a cabo las transformaciones institucionales necesarias.

De la recesión con deflación a la depresión con inflación



¿Estamos frente a un cambio de modelo? ¿Son idóneas las medidas de política económica adoptadas por la gestión Duhalde-Remes para revertir la crisis?

En primer lugar, el Gobierno no esta haciendo nada para cambiar el modelo vigente y reorientar el rol del Estado en la economía, promoviendo un capitalismo competitivo, sustentado en la industrialización y la mejora en la distribución de ingresos. Por el contrario, la inflación generada por la devaluación ha deteriorado el poder adquisitivo de la población profundizando la crisis y acentuando el carácter excluyente del modelo.

La más importante de las medidas adoptadas, el abandono de un sistema de tipo de cambio fijo por otro de flotación sucia, medida impulsada por el FMI y sectores vinculados a la producción de bienes exportables, produjo una fuerte devaluación del peso que ha sumado un nuevo problema a los ya existentes, la inflación. La recesión con deflación se ha transformado en depresión con inflación.

Las claves para interpretar la coyuntura y no confundirse con las marchas y contramarchas del Gobierno se encuentran en el programa económico que impulsa el FMI. La mayor preocupación del Fondo es obtener superávit en las cuentas externas de Argentina, es decir, la generación de saldos positivos en la balanza comercial para hacer frente a los compromisos financieros derivados del endeudamiento y las remisiones de utilidades generadas por las inversiones externas radicadas en el país. Todo ello manteniendo o, de ser posible, reduciendo los aranceles a la importación vigentes, objetivo estratégico de EEUU y el mundo industrializado.

La receta que permite resolver esta ecuación es simple: comprimir la demanda interna con la finalidad de reducir importaciones y aumentar exportaciones. Los instrumentos de política económica para alcanzar este objetivo son dos: la devaluación y el ajuste fiscal. Mediante la devaluación se reduce el consumo privado a través de la perdida de poder adquisitivo que provoca la inflación, mientras que por el ajuste fiscal se contrae el componente de la demanda que debería actuar como factor anticíclico y propulsor de la salida de la crisis.

La falacia de la vía exportadora



Obviamente, el marketing del modelo se realiza desde otro ángulo, ocultando su carácter excluyente y realzando su supuesta virtud. La baja de salarios reales haría más competitiva la producción local provocando un sustancial aumento de las exportaciones que impulsaría un nuevo sendero de crecimiento.

Para alcanzar su propósito los propagandistas de la vía exportadora suelen recurrir a la utilización de técnicas subliminales que facilitan la asociación entre la Argentina conservadora, rica, generosa y abundante, de principios de siglo, con una economía con escasa injerencia estatal, poco industrializada y centrada en la exportación. El sentido del mensaje es claro: el paraíso se perdió por culpa del populismo y la intromisión del Estado.

Sin embargo, la experiencia internacional es rica en ejemplos que refutan por ingenuo o malintencionado el argumento anterior. Hoy, en plena transnacionalización no se puede esperar del mercado, al menos para países en desarrollo, que produzca las transformaciones necesarias requeridas para consolidar un modelo industrial exportador.

Los ingenuos de mercado deberían estudiar con mayor detalle la experiencia latinoamericana y observar que las fuertes contracciones salariales tienden a consolidar un modelo regresivo de distribución del ingreso (concentrador-excluyente), en el que un pequeño núcleo de población captura un alto porcentaje de los ingresos en concomitancia con aumentos de la pobreza y el desempleo. Este tipo de modelo determina un perfil productivo de carácter primario-exportador con un limitado desarrollo industrial y una escasa absorción de empleo. En esa Argentina sobran veinte millones de argentinos.

Es mas, el superávit externo, objetivo de la devaluación, en lugar de orientarse al financiamiento de nuevas inversiones se termina aplicando, por un lado, al pago de compromisos financieros y retorno de inversiones extranjeras y, por otro, al consumo suntuario o ahorro en el exterior.

Este es el horizonte que tenemos. El grado de endeudamiento y la fuerte presencia de inversiones extranjeras en el sector productivo y financiero permiten prever que la exclusión, definida como pobreza, desempleo y bajos salarios, llegó para quedarse. Resulta ilusorio, al menos en el corto plazo, soñar con la difusión de una eventual bonanza derivada de una expansión económica motorizada por las exportaciones.

La virtuosidad de un esquema devaluación = mas competitividad = mas exportaciones no es automática en países en desarrollo. Construir un sector industrial exportador requiere de la activa presencia del Estado.

Alternativas



Las alternativas existen. Desde el rescate crítico de nuestra propia experiencia de industrialización sustitutiva a los modelos de industrialización orientada a exportaciones realizados en el sudeste asiático. En todos los casos las experiencias exitosas fueron el resultado de una fuerte presencia del Estado tanto en la planificación como en la ejecución de las actividades necesarias, en manos de una dirigencia eficiente y con vocación nacional.

Sin embargo, en el corto plazo la única posibilidad de reactivación reside en una inyección de recursos que movilice la economía mediante un golpe de consumo y un programa de inversión pública. El Gobierno cuenta con los instrumentos para implementar una acción de estas características a través de planes sociales, aumento de jubilaciones, realización de viviendas y obras de infraestructura.

La solución de la crisis económica actual no es un problema de teoría económica sino de política económica. Los instrumentos existen pero se requiere de decisión para su aplicación.

Por Alberto Pontoni. Mayo 2002




Microeconomía

La microeconomía es una rama de la economía que estudia el comportamiento de unidades económicas individuales, como pueden ser individuos, familias y empresas, y el funcionamiento de los mercados en los cuales ellos operan. La definición más clásica de microeconomía dice que la microeconomía es la parte de la economía que estudia la asignación de los recursos escasos entre finalidades alternativas. La teoría microeconómica utiliza modelos formales que intentan explicar y predecir, utilizando supuestos simplificadores, el comportamiento de los consumidores y productores, y la asignación de los recursos que surge como resultado de su interacción en el mercado. En general el análisis microeconómico se asocia con la teoría de precios y sus derivaciones. Se considera que el mayor contribuyente al análisis microeconómico ha sido Alfred Marshall.


Es usual considerar a la microeconomía la rama opuesta a la macroeconomía, ya que mientras la microeconomía analiza el comportamiento de agentes individuales, como personas, familias, y firmas, la macroeconomía tiene como objeto de estudio a agregados, como el conjunto de familias de un país, o el conjunto de empresas de un país.

Actualmente, el estudio de la microeconomía se encuentra signado por los fundamentos de la escuela neoclásica, lo que se observa en la mayoría de los análisis microeconómicos. Por ejemplo, en los modelos utilizados en la microeconomía se parte de agentes racionales que tienen que resolver problemas de optimización condicionada. Para resolver estos problemas se utilizan técnicas de optimización.



Devaluación

Cuando se hablaba años atrás de instalar la convertibilidad en la Argentina, muchos se oponían. Hoy en día, muchos se oponen a terminar con ella y pasar a un sistema de libre flotación cambiaria.


A mediados de 1999 los inversores y empresarios analizaban con preocupación el sostenimiento a ultranza de la paridad 1 peso 1 dólar por parte de los políticos con aspiraciones a la presidencia de la nación. Por esa época, el tema de debate era saber quién y como haría para sacar a la Argentina de la convertibilidad.

Sería oportuno decir que sin necesidad de salir de la convertibilidad se puede cambiar la paridad 1 a 1. La convertibilidad exige un nivel de reservas por parte del Banco Central que le permita hacer frente a una eventual corrida cambiaria, o sea que la gente cambie masivamente sus pesos por dólares. Ahora dicho esto, si se mantienen las reservas acorde al circulante monetario, se está manteniendo la convertibilidad. Lo que se cuestiona entonces no es la convertibilidad en sí sino la sobrevaluación del peso.


Sería necesario entonces cambiar de discusión y analizar la posibilidad de cambiar la paridad cambiaria dejando como en la mayor parte del mundo que la paridad del dólar y el peso sea libre e interactúe con el mercado global?

Para sostener estrictamente la convertibilidad sólo sería necesario sostener el nivel de reservas acorde al circulante en pesos. Con lo cual el fantasma de la hiperinflación no tendría lugar.

Asumiendo que la convertibilidad no implica ad-eternun una paridad fija 1 a 1, sino que se puede o debe? dejar una libre flotación, habría que plantearse que podría suceder con una devaluación del peso.


Planteo1: si Ud. tiene un crédito en dólares, al día siguiente de una devaluación su salario continuará igual y la cuota de su crédito aumentará, por ejemplo un 20-30%. Su salario sin embargo probablemente por la recesión seguirá igual. Si Ud. tenía una cuota de un crédito por 1000 pesos, tendrá que pagar 200 o 300 pesos más! Agreguemos no sólo las personas han tomado créditos en dólares (incluso para comprar viviendas), sino que también lo han hecho las empresas.

Ante ésta situación el planteo de una devaluación o libre flotación se torna difícil.

Planteo 2: Es preferible dicen, bajar los costos para que los productos Argentinos sean más competitivos. Pero bajar los costos significa también, rebajas en los salarios, lo cual a los mismos tomadores de crédito les significa en el mejor de los casos 200 o 300 pesos menos de sus ingresos y la cuota de su/s crédito/s continuará igual, esto es 1000 pesos según el ejemplo anterior.

Sin embargo en un análisis muy simple, a pesar de que parecen similares en sus consecuencias ambos planteos 1 y 2, no lo son en realidad.

En ambos planteos (1 y 2) se mejora la competitivad para los productos argentinos, lo cual serviría para combatir la recesión en que se halla semisumergida la Argentina. Sin embargo, en el planteo 1 tanto las empresas tomadoras de crédito como las personas deberán pagar más en sus cuotas crediticias. En cambio en el planteo 2, sólo los asalariados deberán ajustar sus presupuestos familiares debido a las rebajas salariales. Si las empresas y las personas soportan el peso del planteo 1 (devaluación) y los trabajadores soportan el peso del planteo 2, parece lógico que será menos dura una devaluación repartida entre todos que una rebaja salarial repartida entre los asalariados.

De todos modos, poco importa, ya que si las reservas de la Argentina por su recesión caen a niveles críticos (la mitad del monto histórico) la convertibilidad ya no será una cuestión de opción dejarla o no, sino que deberá buscarse rápidamente la forma de amortiguar el cimbronazo económico, social y político de tener que devaluar por imperio de una recesión intolerable.

En 1999 se opinaba que había dos opciones: los salarios o la paridad cambiaria, a lo que había que sumarle un gasto público congelado hasta lograr crecimiento. Lo que no puede hacerse es no escoger una de ambas. Claro que existe otra posibilidad, no hacer nada y que por milagro el dólar estadounidense se devalúe ante el euro o el yen. Eso mejoraría la competitividad de los productos Argentinos y por ende el nivel de ingresos, pero no mejorará la productividad en forma inmediata. Pero para que hacernos problemas, es tan poco probable que un país con un crecimiento sostenido en los últimos 4 años tenga que devaluar. Además, no hay que desearle cosas malas al prójimo.

Hoy por hoy, sabemos que la elección se ha tomado por el lado de los salarios y gastos superfluos, pero cuanto dura eso y que costo político tiene? O es que alguien creyó que la muerte de la rana que cae en agua hirviendo es muy diferente a la muerte de la rana que cae en agua que se calienta progresivamente hasta hervir?

El problema es la toma de decisión y el costo político de sus consecuencias, pero ambas tienen consecuencias. Cuando Menem insistía con la dolarización, lo hacía porque ante una devaluación, ya no habría corrida cambiaria, nadie iría a comprar dólares, ya que el circulante sería esa moneda, no existiría la sobrevaluación del peso. Menem intuía el futuro e intentó desplegar un paracaídas, que no le fue autorizado. Desde Estados Unidos se comentó que sería poco probable que dicha Nación avalara esa actitud. Todo esto me hace recordar un poco a la resistencia a instaurar la convertibilidad hace muchos años atrás. Pero recordando la receta, la clave está en mejorar la productividad del país, y ni la devaluación ni la rebaja de salarios asegura per se una mejora en la productividad. Mientras los Argentinos continúan con el mismo nivel de productividad, el resto de los países desarrollados la aumenta, y viviendo en un mundo globalizado, aumenta el abismo. La baja productividad, impide que el mercado laboral se amplíe disminuyendo la desocupación que las reformas del Estado requieren.

Para resolver la baja productividad comparativa con otros paises, Argentina necesita hacer énfasis en la Educación, en la transparencia del Estado y de las Empresas y en una fuerte vocación de que todos los ciudadanos, gobernantes inclusive, respeten las leyes y que las mismas sean iguales para todos.

Páginas

Suscribirse a RSS - Economía