Economía

Gasto Público - Dólares

Resulta evidente que el Gobierno Nacional ha encarado el incipiente rebrote inflacionario mediante la ya clásica política de precios concertados. Esto es: lograr acuerdos sectoriales para bajar o sostener los precios de algunos productos dentro de parámetros "sociales", lo que equivale a decir accesibles para las clases más postergadas. A ello se suma un discurso en general acusatorio con relación al comportamiento empresario, que por supuesto colabora en punto a la búsqueda de concertaciones.


Esto significa decir, recurriendo a la lógica más elemental, que el Gobierno admite que estamos ante un problema de alzas en los precios e intenta corregirlo aplicando una metodología determinada.

Hemos venido sosteniendo que la inyección de moneda para mantener el dólar alto ha producido un impulso en los precios de gran magnitud. Y por otro lado hemos expresado nuestra preocupación por el hecho de que luego de dos años de crecimiento del PBI entramos en una especie de cuello de botella porque la necesidad de inversiones para atender la demanda adicional se encuentra con el escollo de lo que genéricamente podemos denominar falta de seguridad jurídica.

Si bien esperamos para este año un aumento considerable de las importaciones que contribuirá a disminuir el excedente de oferta de dólares provenientes de las exportaciones, no es menos relevante decir que el Gobierno sigue intentando restar circulante monetario mediante colocaciones en Lebacs, Nobacs, y otras medidas colaterales, como ser adelantar la devolución de los redescuentos otorgados a los bancos luego de la pesificación asimétrica. Asimismo, la extensión de plazos para liquidar exportaciones o la permisividad de cancelar anticipadamente financiamientos provenientes del Exterior apuntan a evitar la sobreoferta de dólares tanto como sea posible. Todo ello dirigido a un mismo objetivo: evitar o postergar tanto como sea posible la emisión de moneda dirigida a comprar los excedentes de dólares manteniendo así el tipo de cambio alto. A todo ello se suma la compra de dólares mediante recursos del tesoro, esto es, con el superávit que evita la emisión de moneda.


Lo cierto es que estamos ante un impulso inflacionario y el Gobierno evidencia tanto en el plano de la concertación como en las medidas monetarias que estamos mencionando a vuelapluma, un claro intento de corregir el problema. Cabe entonces analizar si estimamos que lo logrará.

Estamos en un año electoral y llevamos dos años en los cuales el gasto público creció cerca de un 60% aproximadamente respecto de 2002. Tenemos problemas con las tarifas de servicios públicos que siguen más o menos congeladas precisamente para evitar que se disparen aún más los precios, pero con el consiguiente daño a la política de inversiones en áreas como la energética. Existe la certeza de que tendremos dificultades para la provisión de combustibles durante el invierno. De hecho, ya se producen cortes con bastante frecuencia, sobretodo en el gas a nivel de industrias. Y también hay problemas con la energía eléctrica, que en parte debe ser generada con fuel oil importado por la baja cota de las centrales hidroeléctricas.

Reconocemos en este panorama nuestro particular escepticismo. Estamos ante un problema serio en un momento en que resulta difícil bajar el gasto público, precisamente por la cercanía de las elecciones. En rigor, que sepamos nada se ha hecho en la materia en estos años. Por el contrario se han creado nuevos planes de ayuda que sin dejar de reconocer su necesidad en muchos casos, provocan en muchos casos desvíos en la asignación de los recursos dado que su utilización dista de ser correcta, sobre todo cuando se encargan de ello organismos estatales o paraestatales, en lugar de hacerlo ONG, por ejemplo.


Mientras por un lado el Estado sale a ayudar a los sectores más postergados, por el otro se admite que la única forma de resultar competitivos es manteniendo retrasados los ingresos de la población contados en divisas. El dólar es caro, por ende la mano de obra es barata. De manera que a la ineficiencia tradicional argentina en materia de servicios que debe brindar el Estado, se suma la atención de problemas de grandes cantidades de personas indigentes.

No deja de ser una cuestión a mencionar este hecho. Si bien es razonable atender a quienes lo necesitan, ello tiene un costo, que se suma al gasto público total, obviamente.

Esto en materia pública. En la faz privada los empresarios no parecen dispuestos a arriesgar inversiones si no hay seguridades a mediano plazo por lo menos. Por lo tanto la eficiencia en este sector se encuentra circunscripta a lo que hay instalado, más un plus acotado y sumamente prudente.

En 2004 la inversión alcanzó al 18% del PBI, aproximadamente, cuando lo que se estima esperable para lograr un crecimiento sostenido que empalme además con las exigencias provenientes de la renegociación de la deuda, es del orden del 22% del PBI.

Digamos también que el PBI, medido en dólares valuados en torno de los $ 3.-, alcanzará alrededor de U$S 160.000 millones. Esta cifra es sumamente baja si se la compara con países como México, que pasa los U$S 600.000.-. De manera que aún en el caso de que las inversiones mantengan un crecimiento sostenido, estamos hablando de valores relativamente bajos en términos comparativos.

Yendo de lleno a la política de concertación de precios, es obvio que se trata de un paliativo tendiente a contener los efectos de la inflación, y su duración está demostrado históricamente que no es demasiado larga.

Es que está claro que la selección de productos a precios contenidos, provoca un incremento de la demanda de tales bienes, lo cual lleva al agotamiento de la oferta y la búsqueda de productos alternativos a precios seguramente superiores. De hecho, concertar precios implica evitar mediante recursos que podríamos llamar exógenos, su suba.

De manera que hay que tener muy en claro que este tipo de medidas nunca son de largo aliento. Cabe preguntarse entonces qué hará el Gobierno cuando los tiempos se agoten.

Es probable que en ese punto se resalte la lamentable política acusatoria que vemos cada vez con más frecuencia, especialmente mediante la Secretaría de Defensa del Consumidor, que no trepida en publicar solicitadas acusando a los empresarios de vender a precios abusivos y demás.

Si bien podemos colegir que no faltará quien efectivamente se abuse de una situación, lo cierto es que en el conjunto tenemos un problema inflacionario provocado por una política monetaria, y que este problema no se resuelve si no se encara una reforma de fondo que lleve a garantizar la juridicidad del sistema, juntamente con la aplicación de políticas tendientes a bajar el gasto público en serio, en todos los órdenes y sin trepidar. Es decir, exactamente lo contrario de lo que está haciéndose.

La recuperación de la economía ha provenido de la devaluación y del no pago de la deuda externa especialmente. Pero también se ha debido a la estabilidad pasada que hizo que la población confiara bastante en la moneda local. Ello permitió recuperar los niveles de producción de 1998 y en algunos rubros un poco más, inclusive. Y lo que está pasando es que el exceso de demanda, maximizado por las medidas tomadas en diciembre respecto de postergar retenciones de impuestos, anticipos y demás, ha ido agotando la capacidad ociosa heredada de la crisis. Es aquí donde es necesario un incremento rápido y sostenido de las inversiones, especialmente en el área energética.

Nosotros pensamos que tal como van las cosas, es muy probable que la tasa de aumento de los precios sea bastante superior a la prevista incluso por los economistas más enfrentados ideológicamente al Gobierno.

La esperanza de que se tome nota de esta tendencia y se modifique de plano su política, es francamente baja.

Reiteramos que estamos en un año electoral, y que el impresionante aumento del gasto público difícilmente sea revertido.

Nada indica, por otra parte, que esté pensándose en reformular el sistema tributario para ir eliminando impuestos distorsivos como las retenciones a las exportaciones o a las transacciones financieras (impuesto al cheque).

En el plano internacional, la suba de las tasas por parte del Tesoro de EEUU hace presagiar una revalorización del dólar que en nada colabora en todo este proceso. El peso está subvaluado, como venimos repitiendo, y cuanto más se revalorice el dólar, peor.

Luego del canje de la deuda, el efecto default en materia de divisas va llegando a su fin. Comenzarán los problemas judiciales con los llamados "fondos buitre" que se han quedado con gran cantidad de deuda defaulteada y pretenden obtener un resultado superior al logrado por quienes adhirieron al canje. Esto significa que por un lado comenzarán a salir divisas para el pago de la deuda, aparte del incremento esperado de las exportaciones. Esto último tenderá a disminuir la sobreoferta de dólares para la segunda mitad

Todo ello dentro de un contexto inflacionario y también, probablemente, de conflictos sindicales y sociales por demandas salariales.

Buenos Aires, 28 de marzo de 2005

Dr. Héctor Blas Trillo

Contador Público

Asesor y consultor de empresas

(011) 4328-3382

estudio@hectortrillo.com.ar

Tipo de Cambio

Tipo de Cambio Nominal

El tipo de cambio de un país respecto de otro es el precio de una unidad de moneda extranjera expresado en términos de la moneda nacional.



Entonces el tipo de cambio nominal se puede definir como el número de unidades de moneda nacional que debemos entregar para obtener una unidad de moneda extranjera, o de manera similar, el número de unidades de moneda nacional que obtengo al vender una unidad de moneda extranjera.

Por ejemplo, si para obtener un dólar debemos entregar tres pesos argentinos, el tipo de cambio nominal entre Argentina y Estados Unidos es 3 $/U$S. Para saber cuantos pesos obtengo por cada dólar, multiplico por el tipo de cambio, si por ejemplo tengo 100 U$S y los vendo al tipo de cambio 3 U$S/$ obtendré 100 U$S * 3 $/U$S = 300 $. Para saber cuántos dólares obtengo por un monto de pesos, divido el monto por el tipo de cambio, por ejemplo si tengo 300 $ y compro U$S al tipo de cambio 3 $/U$S obtendré (300 $) / (3 $/U$S) = 100 U$S.



Las casas de cambio, lugar donde se realizan las operaciones de compra y venta de divisas, suelen cotizar dos tipos de cambio según se trate de compra o venta, por ejemplo, en junio de 2002 el dólar en el mercado libre en argentina cotizaba a 3.47 comprador, y 3.58 vendedor. Es decir que si usted iba a vender dólares, por cada dólar le pagaban $ 3.47, pero si iba a comprar, cada dólar le costaba $ 3.58. De ésta manera las casas de cambio obtienen una rentabilidad mediante la compra y venta de divisas.

Variaciones del Tipo de Cambio Nominal

Los tipos de cambio, como precios que son (precio de una moneda expresado en términos de otra) suelen variar a través del tiempo. Las causas de las variaciones y sus efectos los veremos mas adelante. Ahora trataré de explicar una cuestión de terminología, que si bien a primera vista no parece tener mucha importancia, su no conocimiento suele generar errores de interpretación.



Una apreciación de la moneda nacional significa una subida de su precio en términos de la moneda extranjera. Ahora, para obtener la misma cantidad de dólares que obtenía antes, necesito menos pesos, entonces decir que la moneda local se apreció es lo mismo que decir que el tipo de cambio bajó. Una depreciación es una subida del tipo de cambio.

Apreciación moneda local → baja el tipo de cambio.

Depreciación moneda local → sube el tipo de cambio.

Tipo de cambio real (bilateral)

El tipo de cambio real de un país (país local) respecto de otro (país extranjero)es el precio relativo de los bienes del país extranjero expresados en términos de bienes locales.

El tipo de cambio real viene dado por:

e= (E x P*) / P

siendo:

e: tipo de cambio real

E: tipo de cambio nominal.

P*: deflactor del PBI del país extranjero.

P: deflactor del PBI local.

Entonces, las variaciones del tipo de cambio real pueden deberse a variaciones en el tipo de cambio nominal como a variaciones en los precios de los bienes extranjeros, o a variaciones el los precios de los bienes locales.

Apreciación real : los bienes argentinos de hacen relativamente mas caros, cae el precio de los bienes norteamericanos expresado en bienes argentinos. Cae el tipo de cambio real.

Depreciación real: los bienes argentinos se hacen relativamente mas baratos, sube el precio de los bienes norteamericanos expresado en bienes argentinos. Sube el tipo de cambio real.

Durante la convertibilidad, si bien el tipo de cambio nominal entre Argentina y Estados Unidos se mantuvo fijo en 1 $ / U$S. En la Argentina los precio subían a un ritmo menor que los precios de los bienes estadounidenses, entonces, el tipo de cambio real sufría una muy leve depreciación.

Obviamente que el valor absoluto del tipo de cambio real carece de importancia, ya que depende del año que se haya elegido como base para los índices de precios, pero no ocurre lo mismo con las variaciones del tipo de cambio real.

Tipo de cambio real multilateral

Es una medida ponderada de los tipos de cambio reales bilaterales, en la que las ponderaciones son iguales a las proporciones que representa el comercio de los distintos países.

Sistemas Cambiarios: tipo de cambio fijo y tipo de cambio variable

La autoridad monetaria, es decir el banco central, se ocupa de realizar la política monetaria de un país; es por esto que uno de sus atributos es la elección de un sistema cambiario, que básicamente puede ser un sistema de tipo de cambio fijo o un sistema de tipo de cambio variable.

Tipo de cambio fijo

El Banco Central elige un tipo de cambio nominal, respecto a la moneda de un país o economía que generalmente es un país grande, estable, y de baja inflación. Estas características fueron cumplidas por la economía estadounidense, la economía alemana, y la región económica europea, es por esto que muchos países durante la historia ha fijado sus tipos de cambio nominales respecto al dólar, al marco alemán, y mas recientemente al euro.

El Banco Central compra y vende la divisa de referencia al valor fijado por el mismo, de esta manera, el tipo de cambio se mantiene fijo. Cuando el banco central compra divisas, inyecta moneda nacional en la economía, es decir, aumenta la base monetaria, y viceversa. Los variaciones de la base monetaria tienen efectos en el volumen de los medios de pago, el costo y disponibilidad del crédito, las tasas de interés y por consiguiente, en el volumen de inversión, consumo y la actividad económica. Es por esto que la elección de un sistema cambiario en un elemento muy importante para la política económica de un país.

Las ventajas de este sistema es que se crea un ancla nominal (del tipo de cambio). Se restringe la discrecionalidad de la política monetaria. Las expectativas del tipo de cambio quedan fijas, y también las de los precios de los bienes transables y por lo tanto de la inflación interna. Al eliminarse las expectativas inflacionarias las tasas de interés suelen bajar.

En un sistema de tipo de cambio fijo, la realización de política monetaria vía aumento en los medios de pago, se esteriliza en el tiempo, porque, genera una baja en la tasa de interés, por lo tanto, una salida de capitales hacia el extranjero, los inversores venden moneda nacional para comprar divisas. Al comprar el banco central esta moneda nacional a cambio de reservas internacionales que están en el banco central, no solo que disminuye la base monetaria sino que también el banco central se queda con menos reservas internacionales, lo que puede traer serios problemas por la generación de expectativas de devaluación del tipo de cambio. Esto fue un poco lo que pasó el año 2001 en Argentina, cuando Domingo Cavallo estaba al frente del ministerio de economía. Mediante artilugios contables, se aumentó la cantidad de medios de pagos de la economía, sin aumentar la base monetaria, principalmente vía menores restricciones a las reservas de los bancos. La mayor cantidad de medios de pago en la economía y otros factores, produjeron una salida de capitales y por lo tanto una disminución en la base monetaria y en las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina. Cuando las reservas internacionales de un BC bajan mucho, los inversores dudan de que el BC siga manteniendo el tipo de cambio fijo, es decir esperan que devalúen, por lo tanto tratarán de vender lo antes posible la moneda nacional, acentuando la caída en las reservas del banco central y las expectativas de devaluación. En diciembre de 2001 la argentina abandonó el sistema de tipo de cambio fijo, y el tipo de cambio pasó de 1 en diciembre a 3 en marzo.

También se debe agregar que un sector público deficitario también es causante de una devaluación. Como el banco central no puede emitir dinero para financiar el sector público deficitario, éste puede recurrir a dos formas alternativas de financiamiento:

a) Usar las reservas del BC, lo que crea el mismo problema anterior, es decir, genera expectativas de devaluación y posiblemente obligue al gobierno a devaluar.

b) Recurrir al crédito interno o internacional. El mayor endeudamiento deteriora la solvencia del sector público. De no revertirse la situación deficitaria (ya sea por mayores ingresos o por una reducción en los gastos), el acceso al financiamiento comenzaría a disminuir aumentando la tentación de utilizar las reservas en poder del Banco Central para financiar el bache presupuestario. Al igual que en el caso previo, el grado de independencia de la Autoridad Monetaria determinará el acceso a las reservas que tenga el gobierno. En cuanto el sector privado comience a registrar que el respaldo de sus pesos comienza a debilitarse se desencadenará una "salida de capitales" (venta de pesos a cambio de dólares) hasta que se agoten las reservas o hasta que el BC deje de vender. El paso siguiente natural es la devaluación.

Tipo de cambio variable.

Bajo un esquema de tipo de cambio variable la relación de una moneda respecto de otras monedas estará fijado por la oferta y demanda de divisas en el mercado.

En este caso, por ejemplo un aumento en la demanda de dólares por parte de la economía incrementará el valor de dicha divisa respecto del peso. La forma del ajuste (a la suba del precio del dólar) puede darse de dos formas: o sube la tasa de interés interna o al hacer más baratos en dólares los precios de los bienes argentinos aumentará la venta de éstos últimos en el exterior provocando un ingreso de divisas que estabilizará o disminuirá la presión compradora sobre el tipo de cambio.

Por el contrario, si un país atrae capitales porque está creciendo o porque ofrece oportunidades de inversión atractivas, recibirá muchos dólares apreciando por ende la moneda local. La forma de ajuste se daría también a través del sector externo. La apreciación del peso encarecería el valor de las exportaciones y abarataría el valor de las importaciones. Al disminuir las ventas al exterior disminuiría la oferta de divisas presionando al alza al tipo de cambio.

Las principales economías del mundo, -Estados Unidos, Europa y Japón- han adoptado este esquema de tipo de cambio. Las monedas del resto del mundo se vinculan de "alguna manera" a las tres monedas líderes (dólar, euro y yen).

La autoridad monetaria puede o no intervenir en la fijación del valor de la moneda. Sí no interviene se dice que el esquema es de "flotación limpia". Si por el contrario, a través de operaciones de mercado abierto, fija un "piso" y un "techo" al valor de la moneda se dice que la flotación es sucia.

Mercado Forex

El mercado forex es el mercado internacional de intercambio de divisas. Está compuesto por una red de agentes interconectados. En él participan una gran cantidad de agentes, por ejemplo inversores individuales, inversores institucionales, bancos centrales, bancos comerciales, etc.

Autor: Federico Anzil ©Econlink.com.ar

Inflación, Tipo de Cambio y Presión Tributaria

En un trabajo reciente en el que hablábamos de las perspectivas para la economía durante el año 2005 (ver: la inflación y el tipo de cambio), hicimos especial hincapié en la posibilidad de que se dispararan los índices inflacionarios como consecuencia de la emisión monetaria a la que viene recurriendo el Banco Central para comprar los dólares provenientes de las exportaciones.


Como es sabido, las presiones inflacionarias no se producen en forma simultánea y en toda la economía, sino que afectan a determinados rubros de manera aparentemente desordenada y progresiva. En verdad, esto depende de muchos factores y trataremos de ceñirnos a las evidencias con que vamos contando para ilustrar sobre lo que queremos significar. En los últimos tiempos es evidente que los precios vienen subiendo sin solución de continuidad y que ciertos gremios presionan sobre el empresariado para lograr sustanciosos aumentos de sueldos, aún pese a las "asignaciones no remunerativas" encaradas por un Gobierno deseoso de reprimir los impulsos en tal sentido.

A su vez, como hemos señalado en otras oportunidades, el cuasicongelamiento de las tarifas de servicios públicos en general, continúa con toda su fuerza manteniendo en principio a raya los grandes disparadores inflacionarios, pero a costa, obviamente, de una alta desinversión en sectores claves, como el energético.

La política de tipo de cambio alto, pensada como tantas veces en nuestra historia reciente como una forma de reducir artificialmente el llamado "costo argentino" y volver las exportaciones competitivas, poco a poco va desangrándose ante la evidencia de los efectos negativos consecuentes y cada vez más evidentes.


Téngase presente que la aplicación de retenciones al agro o al petróleo, por ejemplo, fue posible precisamente por la devaluación monetaria, que dejó un colchón remanente para que el Estado aplique esta práctica en tanto y en cuanto los costos de producción, devaluados en dólares, no vuelvan al estadio anterior. A ello, se sumó el importante aumento de los precios internacionales, del petróleo y de la soja, fundamentalmente. Aunque como también es de conocimiento público el precio de esta última ha caído en una proporción importantísima.

Recalcamos una vez más que las medidas de política monetaria pueden tener una utilidad en momentos de crisis y por cortos períodos, pero el sostenimiento de ellas más allá de lo razonable en función de la particular situación, conduce al desastre más temprano que tarde.

En este marco, es evidente que los precios de los cereales, tales como el citado o el maíz y el trigo, han caído entre el 30 y el 40%, lo cual puede tener un efecto devastador con vistas a la próxima siembra del cereal de invierno. Porque si bien es cierto que este año la cosecha de granos probablemente supere en un 10% a la anterior, también lo es que las expectativas de menores ganancias, o incluso de pérdidas, producirán desistimientos de importancia, a menos que desde el Estado se tome el toro por las astas en este sentido y se reduzcan las retenciones.


Es obvio que estamos ante un dilema que no por reiterado deja de ser dramático: bajar o eliminar las retenciones producirá una merma en los ingresos de las arcas públicas, pero tal merma se producirá de todos modos por la baja de los precios internacionales. Y también habrá una baja en la cosecha del año próximo si como se prevé bajan las áreas sembradas como consecuencia de lo antedicho.

El Gobierno sigue sosteniendo, esta vez por boca del Jefe de Gabinete, que la política de sostenimiento de un tipo de cambio alto no se modificará. Precisamente porque este artilugio es el que permite mantener una competitividad que debería ser lograda sobre bases reales. Pero para ello hace falta volver eficiente a una Nación que por lo general no se ha caracterizado en ninguno de sus estratos por mantener un grado de austeridad y eficacia de gestión razonables.

No está en vista ninguna reforma del Estado, tanto nacional como provincial, que permita ver al menos una luz al final del túnel en esta materia. Atrás quedaron las promesas en tal sentido, llevadas a cabo sobre todo en los dramáticos primeros meses de 2002.

La salida del default puede tener un efecto positivo, indudablemente, pero también implicará el comienzo de las erogaciones en pago de intereses a los acreedores. Esto producirá la merma de las reservas, lo cual entre otras cosas producirá una reducción del llamado señoreaje, es decir el interés que percibe por la colocación de las divisas en bancos internacionales.

La presión tributaria es en estos momentos suficientemente elevada como para otorgar al Estado un superávit que supera incluso el porcentaje del 3% del PBI pactado en su momento con el Fondo Monetario. Un número notable que a su vez sirve para restar dinero al circuíto de la demanda de bienes y servicios. Dicho en otras palabras: el dinero que se abona en impuestos no se gasta en bienes o servicios, por lo tanto no presiona sobre los precios. Como se dice en la jerga: enfría la economía.

Las retenciones, junto con el llamado impuesto al cheque, constituyen los principales impuestos distorsivos de nuestra economía, aunque obviamente no son los únicos. Los desincentivos a la inversión son evidentes a la hora de analizar la presión tributaria si nos adentramos en impuestos como el de la ganancia mínima presunta o el de los bienes personales, que gravan los activos sin considerar los pasivos. O el mismísimo impuesto a las ganancias, que desde la gran devaluación sigue sin reconocer los efectos inflacionarios, dando lugar al pago de enormes sumas por ganancias ficticias.

Volviendo a las retenciones a las exportaciones, cabe tener presente que nuestros vecinos Brasil, Chile y Uruguay no las aplican. Y hemos podido comprobar estos últimos años cómo el primero se convirtió en una potencia agrícola mundial, al tiempo que los otros dos han logrado avances notables en la materia.

Lamentablemente no somos optimistas respecto del futuro. Y no lo somos porque de la conjunción del tipo de cambio sostenido alto en forma artificial, más los impuestos distorsivos que incluyen las retenciones, pasando por la falta de seguridad jurídica y las presiones inflacionarias generadoras de conflictos sociales no nos parece un marco adecuado para el crecimiento sostenido tal como se ha comprometido el Estado en punto a la negociación de la salida del default.

Es que en verdad, dejando de lado cualquier suspicacia política (que no es el objetivo de este trabajo), no alcanzan a verse las reformas de fondo que nos conduzcan a una mayor eficiencia general y a un ordenamiento administrativo de los distintos componentes del Estado que tornen razonable y no excesiva la carga tributaria al tiempo que la vuelvan acorde a los servicios que se esperan de ella.

Hasta el momento todos los economistas coinciden en señalar que se ha producido una reactivación mediante la utilización de la capacidad instalada anteriormente y que había dejado de utilizarse durante la crisis. Es decir, estamos volviendo a los niveles de producción global del año 1998. Pero no aparecen en el horizonte serios planes de inversión a gran escala. Y por supuesto entendemos que ello es así como consecuencia de los temas que hemos señalado.

Dr. Héctor Blas Trillo

Contador Público

Asesor y consultor de empresas

(011) 4328-3382

Estudio_trillo@yahoo.com.ar

Micro económico los jueves en AM 770 Radio Urbana - Buenos Aires, 8 a 10 hs.

Remesas de Trabajadores

Por Alberto Pontoni.Octubre 2004


Con motivo de cumplirse un nuevo aniversario del desembarco español a estas tierras, ClubMacro desea evocar la memoria de las poblaciones nativas que sufrieron la salvaje explotación colonial y rendir homenaje a los millones de compatriotas expatriados que contribuyen con su sacrificio cotidiano al bienestar de nuestros paises, obligados a emigrar debido a la codicia e insensibilidad de las clases dirigentes. Estos nuevos protagonistas son, principalmente, jóvenes de extracción humilde.

En el mundo hay 180 millones de trabajadores expatriados que remesan regularmente dinero a sus familias. Según estimaciones del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID, las transferencias a América Latina y el Caribe provenientes de los 20 millones de trabajadores de la región residentes en el extranjero alcanzaron, en el 2003, los 40 mil millones de dólares. Esta suma supera ampliamente los 32 mil millones remitidos el año anterior y todo hace suponer que ese monto continuará en ascenso (desde la década del 80 lo viene haciendo a un ritmo sostenido superior al 12% anual).

Una idea de la significación económica de las remesas que envían estos inmigrantes reside en el hecho que actualmente en algunos paises -El Salvador, República Dominicana, Nicaragua, Honduras, Ecuador y Haití- el dinero enviado por los expatriados representa más del 10% del ingreso nacional y en varios es la principal fuente de generación de divisas (en El Salvador el monto de las remesas equivale a la mitad de todas las exportaciones y en México ocupa el segundo lugar como fuente de ingreso de divisas, sólo superado por el petróleo y mayor que el turismo).


A nivel macroeconómico estas transferencias reducen la pobreza, contribuyen a equilibrar la brecha comercial, facilitan el pago de la deuda, acrecientan las reservas de divisas y flexibilizan la restricción de créditos. Otro factor importante es que las remesas tienden a ser más estables que los volátiles flujos de capital y no generan endeudamiento.

Desde el punto de vista microeconómico interesa destacar que esos dineros suelen beneficiar directamente a poblaciones pobres de zonas marginales, constituyendo el principal o único ingreso de millones de familias condenadas a la pobreza e indigencia. Según estudios especializados, la mayor parte del dinero se usa para necesidades básicas (casa, comida, salud) y, en menor medida, en educación, propiedades y negocios familiares.

México encabezó en el 2003 el ranking de paises receptores de la región con unos 15 mil millones de dólares, seguido por Brasil con 6 mil millones y Colombia con 4 mil millones. A El Salvador, República Dominicana y Ecuador ingresan unos 3 mil millones de dólares anuales por este concepto y en Perú ronda los 2 mil millones.


Las tres cuartas partes del dinero recepcionado en la región proviene de Estados Unidos, donde 10 de los 17 millones de latinoamericanos adultos residentes en ese país envían periódicamente fondos de ayuda a sus familias. Otra fuente importante es España.

Se estima que las remesas giradas el año pasado por extranjeros residentes en España fueron de 7 mil millones de dólares. La magnitud de esta suma muestra los cambios positivos sucedidos en España en las últimas décadas, ya que los fondos girados por sus emigrantes fueron durante largos años la principal fuente de ingreso de divisas. La mitad correspondió a transferencias de trabajadores colombianos, ecuatorianos, peruanos y bolivianos.

Argentina ocupó el décimo lugar entre los receptores de remesas provenientes de España, con un total, incluyendo sistema bancario e informales, de 100 millones de dólares. Esta suma representa un incremento del 40% respecto del año anterior.

Se considera que actualmente hay mas de 30.000 residentes argentinos en España que mensualmente contribuyen al bienestar de sus familias (y del país) con envíos regulares de dinero que promedian 300 dólares mensuales.

A título de reflexión

Una sorprendente paradoja de esta realidad es el hecho que los montos que remiten los pobres expatriados de América Latina y el Caribe llegan a cuadriplicar la asistencia externa que recibe la región y superar en un 50% la inversión directa extranjera.

En otras palabras, es sustancialmente mayor la contribución al desarrollo que hacen nuestros emigrantes pobres que la proveniente de entidades públicas o corporaciones privadas extranjeras, en conjunto. Esto, sin llegar a considerar los costos que representan las inversiones del exterior por las salidas de recursos en concepto de repatriación de utilidades, regalías o pagos abultados a personal de dirección. Pero, de esto no se habla.

Por el contrario, poco o nada hacen nuestros gobiernos para aliviar las penurias que cotidianamente sufren estos millones de compatriotas que con su sacrificio contribuyen al bienestar de nuestros paises. Sacrificio que en muchos casos representa la propia vida, como los cientos que anualmente mueren de sed en los desiertos del norte de México o ahogados en el Mediterráneo, o los miles que diariamente son privados de su libertad y sometidos a discriminación y abuso por el delito de querer trabajar.

Sin llegar a pedir esfuerzos heroicos de nuestro servicio exterior en defensa de los trabajadores expatriados es posible, al menos, reclamar la mejora en la asistencia que se les brinda en el exterior e, incluso, la instrumentación de medidas que les permitan paliar algunas de las dificultades que deben enfrentar. Entre ellas:

* Información. Poco cuesta organizar cursos de orientación para quienes deseen emigrar, brindando información básica que abarque los aspectos de mayor interés, desde institucionales y legales a cuestiones específicas laborales.

* Giro de remesas. Hay un gran negocio montado sobre el envio de remesas de los emigrantes. El sistema bancario resulta engorroso para quienes desean girar 200-300 dólares de ayuda mensual y los canales informales son onerosos, ya que el costo del envío llega a representar del 10 al 15% del total. No sería muy complicado facilitar y abaratar (incluso llegar a la gratuidad) este servicio, máxime cuando se dispone de agencias del Banco Nación en los principales paises de destino.

Este es sólo un enunciado de dos iniciativas puntuales que podrían mejorar la toma de decisiones de quienes deseen emigrar o aliviar sus dificultades en el exterior. Sin embargo, sería preferible canalizar estas acciones bajo la forma de un programa específico de apoyo y asistencia, de la misma forma que hoy existen para quienes buscan exportar e incluso para extranjeros que quieren invertir en el país, como Fundación Exportar y Fundación Invertir.

Sector Agroalimentario

El sector agroalimentario se compone de un conjunto de empresas y establecimientos que pertenecen a alguno de los siguientes grupos:


1- Aquellos establecimientos que forman parte del sector primarioy se dedican a la producción de alimentos (agricultura, ganadería, pesca y parte de la silvicultura).

2- Empresas que transforman materias primas provenientes se los emprendimientos mencionados en el punto anterior, en alimentos elaborados y semi elaborados.

Es decir, que el sector agropecuario está compuesto por empresas que pertenecen al sector primario y también por empresas que pertenecen al sector secundario.


Dentro de las empresas del sector primario, la agricultura y ganadería son las mas importantes. Subsectores importantes son, en la agricultura, la producción de soja, trigo y maíz, y dentro de la ganadería, la producción de carne vacuna, de cerdo y de pollos y de leche.

Con respecto a empresas del sector secundario, que pertenecen al sector agroalimentario, algunas de las mas importantes son frigoríficos, panaderías, producción de aceites, industria láctea, bebidas alcohólicas, etc.

El Corralito Financiero



El "Corralito" fue un claro ejemplo de política monetaria en una crisis financiera. La limitación a las extracciones en efectivos, bajo los supuestos del modelo de Freeman (1994), es una de las maneras en las que se evita un pánico bancario. Pero el bajo grado de bancarización de la población, la dificultad de identificación de los tipos de depositantes y los inconvenientes tecnológicos para su funcionamiento, entre otros hechos, restringieron el desempeño de la medida en Argentina.

Por esto para eliminar el Corralito es necesario sustituir esta política por otra más efectiva dadas las circunstancias de nuestro país o bien eliminar las causas de la crisis bancaria, como la mala supervisión financiera y el excesivo déficit fiscal.



Introducción

El presente trabajo analiza la restricción de retiros en efectivo y la prohibición de hacer transferencias al exterior que se instauró en Argentina en diciembre de 2001, conocida como "Corralito" bancario. Este intentó detener el pánico bancario y evitar la consiguiente crisis financiera y económica que esto traería.

Se analiza el "Corralito" dentro de un modelo como el de Scott Freeman (1994), que explica las corridas bancarias y cómo prevenirlas. Se trata de evaluar la performance de la medida en el cumplimiento de su objetivo original, y las causas de este desempeño. A la vez se indaga en el origen del pánico bancario intentando identificar los principales factores que desencadenaron el mismo.



Finalmente, se describe la situación actual del sistema financiero y se plantean las posibles condiciones para su recuperación. Se mencionan también los requisitos para la eliminación de las restricciones a los retiros en efectivos.

Características del escenario Pre-Corralito

Por la comunicación A 3274, el BCRA estableció un nuevo régimen de encajes con vigencia a partir del 01/06/01. Según el mismo, básicamente, se obligaba a bancos y entidades financieras a constituir encajes de efectivo mínimo para los depósitos y obligaciones a la vista. Para depósitos a plazos residuales superiores a 365 días, se fijó un incremento automático de un punto porcentual de los mismos. Las entidades financieras debían mantener obligatoriamente estos efectivos mínimos en una cuenta corriente en pesos en el BCRA para cuentas a la vista en esta moneda, la cual era remunerada con intereses sobre su saldo diario.

Esta medida provocó la aparición de una discrepancia entre la Base Monetaria y el Circulante (dinero en poder de los bancos y del público), que hasta ese momento eran idénticos. Si bien ambas continuaron cayendo, la Base Monetaria se mantuvo encima del circulante hasta diciembre de 2001, debido a la incorporación a la Base del componente "Reservas de los bancos en el BCRA".

Para analizar esta medida bajo la Teoría Cuantitativa del Dinero, se requiere el cumplimiento de los siguientes supuestos: producto constante (Q0), lo que implica que el nivel de transacciones no se altera y velocidad de circulación de moneda y depósitos constante (V0). Adicionalmente se acepta que la relación entre tenencias de moneda y depósitos a la vista permanece invariable (E/D constante). Entonces, no deben variar los medios de pago (d(E + Dv) =0), si el objetivo es que los precios nominales no varíen (dP = 0). Sin embargo, al mismo tiempo, no deben variar ni los redescuentos (dR = 0), ni los efectivos mínimos (dav = 0; dap =0). Porque un aumento de los primeros o una disminución de los segundos aumentan la capacidad de hacer colocaciones rentables de las instituciones financieras, lo que probablemente haga crecer los préstamos concedidos y esto seguramente influya, en una segunda instancia, en la cantidad de moneda (E) y en los depósitos a la vista (Dv). Finalmente variarían los medios de pago, por lo tanto se alterarían los precios.

Análogamente, se podría concluir que se puede aumentar la creación monetaria a costa de un aumento de los efectivos mínimos que dejaría inalterados los precios. Asimismo, recomienda Arnaudo (1988), que se lo haga sobre depósitos a la vista, con un porcentaje razonable (para prevenir cierta desnaturalización del sistema financiero) y que se los remunere para evitar la separación de las tasas activas y pasivas.

Se puede concluir que la medida buscó un crecimiento de la deprimida Base Monetaria que no alterara precios. Mas, se podía anticipar que esta medida fracasaría al intentar variar la Base Monetaria. Bajo el marco conceptual del modelo Mundell- Fleming, en un sistema de tipo de cambio fijo, como era la Convertibilidad, y con libre movilidad de capitales (como era la situación del país en ese momento), políticas monetarias de este tipo son totalmente inútiles. Inicialmente se produciría un desequilibrio en los portafolios de los agentes, quienes tratarían de adquirir activos externos con su exceso de dinero, presionando de esta manera una devaluación. El BCRA entonces debería intervenir para mantener el Tipo de cambio y vendería reservas a esos efectos, contrayendo nuevamente la Base Monetaria que trataba de expandir.

Al percibir los agentes esta presión devaluatoria y al desconfiar de las posibilidades del BCRA de mantener la Convertibilidad, o tal vez de la voluntad del Gobierno de lograrlo, apareció el temor por las pérdidas propias de una devaluación. De esta forma, se comenzaron a formar expectativas inflacionarias que en Argentina terminan manifestándose en una creciente demanda de dólares. Este hecho también se puso de manifiesto en el Sistema Financiero en las cuentas, sobre todo depósitos plazo, que cambiaron súbitamente de moneda (de Pesos a Dólares).

Por otro lado, estaban las composiciones de cartera de los Bancos. En general se habían colocado en el Sector Público Argentino grandes proporciones de los fondos obtenidos del Sector Privado (entre Títulos y Préstamos al Sector). Al surgir las crecientes posibilidades del Default Argentino, se alimentaron los temores de los ahorristas de no poder recuperar su dinero si así lo deseasen. Se comenzó a desconfiar de la capacidad de los Bancos de devolver todos los depósitos (con los rendimientos pactados y en la moneda original). Al generalizarse ese "rumor" se dieron todas las circunstancias para que se presentara una corrida bancaria y luego un pánico bancario. Es decir, la decisión racional óptima de cada individuo era retirar todos sus depósitos antes que el resto o de lo contrario los bancos podrían no poder devolverle nada. Esto, agravado además por la posibilidad de devaluación y la reaparición de los "fantasmas inflacionarios", favorecieron la masividad de los retiros y la "fuga de capitales", como forma de prevenirse de estos efectos.

Análisis del Corralito y de su evolución

Dentro de un modelo de Freeman (1994), en donde se supone que existen n personas cuya vida se divide en tres periodos: El primero t0 , cuando nacen y t1 y t2 los dos periodos en que se divide el resto de su vida. Cuando nacen los individuos son dotados con y bienes que no pueden consumir en t0 y que deben por lo tanto optar entre consumir en t1 o en t2. En la población existen n/2 personas que desearán consumir en t1 y n/2 que desearán consumir en t2. Cada individuo sabe que tiene igual probabilidad de necesitar consumir en uno u otro período, pero esto no lo sabe nadie hasta que llega el momento t1. Además, la gente tiene la posibilidad de optar entre dos tipos de activos:

Activo / Tasa de Rendimiento Efectiva En t1 En t2

Almacenamiento 1 1

Capital v - q X

El rendimiento está expresado en términos de bienes y se supone que X > 1, de otra forma nadie optaría por el capital y la elección de cartera sería trivial. El capital puede venderse aún cuando no haya generado su rendimiento, es decir antes de t2, a un precio v. Informarse para distinguir la calidad del capital (verificar la existencia de un rendimiento real o no) tiene un costo de q por unidad de capital. También es necesario suponer que q > X – 1, para que entonces 1 > v – q (ya que obviamente v < X).

En el modelo la única forma de que cada individuo obtenga el mayor rendimiento posible atendiendo a cuando surja su necesidad de liquidez (si en t1 o en t2) es la aparición de un intermediario financiero. Este aprovecha el hecho de conocer que exactamente la mitad de la población consumirá en t1 y la otra mitad en t2. Lo único que tiene que hacer es invertir (ny)/2 en "almacenamiento" y el resto en "capital". Cada grupo recibirá un rendimiento de (ny)/2 si retira en t1 ó X(ny)/2 si retira en t2.

Para entender una corrida bancaria, se necesita ver qué sucede si hay un rumor de que todas las personas que deseaban consumir en t2 van a pretender desear consumir en t1. Dado que los bancos no pueden distinguir entre quién está diciendo la verdad y quién no, deberán responder igual ante cualquier persona. En ese caso, el comportamiento óptimo de todos los agentes que deseaban consumir en t2, es retirar antes. De lo contrario podría no haber capital para devolver a los que esperasen hasta t2. Debido a que el banco sólo cuenta con (ny)/2 bienes en almacenamiento para devolver en t1, si debe devolver mas que eso tendrá que vender capital a un precio de v – q, que es menos que 1. El banco se ve forzado a vender más de una unidad de capital para devolver 1 unidad de bienes.

El autor sugiere que una forma de evitar pánicos bancarios es la suspensión de retiros. Cuando ésta se implementa todos los que desean dejar sus bienes en el banco por un periodo más saben que a ningún depositante de su tipo se le permitirá extraer antes de tiempo. Entonces ninguna persona que no necesite consumir en t1 se apresurará a retirar. Si lo hace obtendría un rendimiento menor que si esperara hasta t2,. Bajo estos supuestos, esta medida funciona y hasta tal vez no es necesario implementar la suspensión de retiros de hecho, ya que no habría razón para tener pánico. Si los supuestos del modelo fallan, si por ejemplo el número de personas que necesita retirar en t1 es aleatorio y los bancos tienen dificultades para diferenciar los tipos de depositantes, esta medida puede no funcionar.

El Corralito fue en cierta medida una política de este tenor, que intentó detener el pánico bancario. Sólo que en lugar de suspender extracciones de efectivo, las limitó fuertemente llevando al público a una bancarización forzosa para disponer de sus fondos y poder realizar transacciones con ellos. (Amén de la prohibición de hacer transferencias al Exterior.)

El "rumor" que generó la posibilidad de un pánico bancario fue la crítica composición de cartera de los Bancos. La excesiva financiación otorgada al Gobierno creaba un creciente riesgo asociado a ella. Bajo mi punto de vista, el deterioro de la cartera fue posible por la mala supervisión financiera. No se supervisaron correctamente los riesgos crediticios, asociados a la performance y a la calidad de las garantías de los tomadores de fondos (en este caso el Estado Argentino). Tampoco se lo hizo con los riesgos de liquidez, ya que empezaron a haber descalces entre Activos y Pasivos. Esto se debió a la simultánea caída de captación de depósitos y a la creciente dificultad de recobrar préstamos junto a la imposibilidad de hacer líquidos sus títulos, que en teoría son sustitutos de las reservas en efectivo. Posiblemente los riesgos operativos, relacionados con los controles internos de los bancos y con actividades fraudulentas, hayan tenido una parte significativa de responsabilidad de la crisis.

En un principio, el Corralito fue una medida que intentó frustrar la caída de una gran cantidad de bancos. A pesar de que el común de la gente puede pensar que la crisis financiera, en cuanto a pérdida de credibilidad se refiere, es responsabilidad del Corralito, las causas originales de la desconfianza, existían mucho antes que el mismo Corralito.

En mi opinión, el Corralito hubiese tenido éxito en evitar el pánico bancario, sin mayores costos tal como lo predice el Modelo de Freeman, si Argentina hubiera tenido un alto grado de bancarización (bajo E/D) y la economía ya hubiese estado preparada para operar bajo esta circunstancia. Pero las grandes dificultades tecnológicas de su aplicación práctica, junto con otros factores (el alto rechazo social a la medida, la alta tasa de desempleo, la profunda recesión que atravesaba el país, el creciente nivel de pobreza, etc.) engendraron una gran crisis social que terminó con la caída del Gobierno que instauró la medida.

Al flexibilizarse la medida a la vez que, simultáneamente se aplicaran otras políticas como: el abandono de la Convertibilidad y la devaluación del Peso; la pesificación asimétrica de activos ($1.4/US$) y pasivos($1/US$) de los Bancos y la confiscación de ahorros, se amplió el objetivo inicial del Corralito y comenzó a servir para el cumplimiento de otros.

La flexibilización (Corralón) se instauró vía comunicado Nro. 42632 de fecha 19/02/02. Se estableció: en primer lugar, la creación de certificados que podrían ser transferibles o intransferibles, por el importe parcial o total de cada vencimiento - capital e intereses -, y transmisibles por endoso en el primero de los casos. Esto apuntaba, por un lado a ampliar las posibilidades de disposición de tales recursos, facilitar su movilidad dentro del sistema financiero, y reactivar las transacciones con bienes. Admitiéndose la aplicación de dichos certificados para, entre otros posibles destinos, a la cancelación total o parcial de deudas concertadas en moneda extranjera o en pesos, dentro de la misma entidad y aunque los clientes no sean los titulares de los depósitos reprogramados y/o a la adquisición de inmuebles y/o de vehículos automotores. Por otro lado se intentó lidiar con otro problema de la medida: la aleatoriedad de los tipos de depositantes y la incapacidad de los bancos de distinguir los retiros necesarios y de los que no lo eran. Se fijaron entonces algunas excepciones al Corralito para cuentas cuyos titulares tuviesen 75 años o más o para emplearlas para el pago de gastos médicos en el país y en el exterior, entre otras. Esta nueva regla procuró no dejar a una persona que necesitara retirar en ese instante sin posibilidades de emplear su dinero, que es justamente un riesgo de la suspensión de retiros cuando hay aleatoriedad y dificultades de distinción entre los depositantes. Se tuvieron en cuenta ciertas necesidades (cuentas salarios, edades, condiciones de salud, etc.) como excepciones a la medida. La elección del criterio para definir necesidades fue algo arbitraria y muy discutible. Finalmente, se reprogramó la disponibilidad de plazos fijos para quienes tuviesen que cobrarlos (es decir para quienes no los utilizaran de ninguna de las maneras ante dichas) o se dio la oportunidad de canjearlos por distintos Bonos en dólares o pesos.

Situación actual del Sistema Financiero Argentino

  1. Total desconfianza del Público al Sistema: este elemento puede ser la clave de la recuperación del Sistema junto con el control de las expectativas. Pero a la vez son objetivos difíciles de lograr, al menos rápidamente. El problema que trae la desconfianza es que la gente no sólo no depositará sus ahorros en los Bancos sino que además tratará de extraer todo dinero que tenga en ellos por temor a perderlos. Al suceder esto el Sistema no tiene fondos para financiar la Inversión, lo que alimenta la recesión y agudiza el problema de la credibilidad aún más. Según Neder (2002), la economía entra en un "ciclo vicioso de la desconfianza". Durante el primer cuatrimestre de este año, los depósitos declinaron más de 13.000 millones de pesos (al tipo de cambio 1.4 pesos por dólar), y el ritmo de caída de los mismos pasó de 2.200 millones a más de 4.000 millones de enero a abril por los recursos de amparo presentados en ese lapso. A esto se sumó el goteo diario que llevó a dudar sobre el tiempo de supervivencia del sistema bancario. Asimismo, lo peor es que ningún banco (sea nacional o extranjero) se escapa del escepticismo propagado entre los ahorristas y por esto se está empezando a temer un contagio de esta crisis a toda Sudamérica. Es decir que la mayoría de los inversores, al asociar la situación de nuestro país y sus características a las de todos los países de la zona, concluyan que probablemente todos entren en Default, y actuando todos en manada, retiren sus fondos de los países subdesarrollados. Neder denomina a este comportamiento "Efecto Corralito".
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  3. Por el anterior motivo no existe dinero nuevo por depósitos y existen graves problemas de liquidez que en caso de que se liberaran totalmente los fondos de las restricciones del Corralito seguramente se verían agravados. Domínguez (2002) afirma que los bancos contaban a fines de Mayo de este año con encajes por 6.000 millones de pesos pero que la demanda potencial estimada a esa fecha podría ser de 40.000 millones. Si se diera esta situación ante la liberación del Corralito, el Gobierno debería emitir masivamente para cubrir esos retiros, llevando a una hiperinflación. La gente se volcaría con estos fondos al dólar, que por supuesto guardarían en cualquier lado menos en un banco de Argentina. Es decir, la posibilidad de la quiebra de una gran cantidad de bancos sigue siendo posible.
  4. Existe además una dificultad que subsiste aún cuando la captación de fondos hacia el sistema no fuera una traba: el grave deterioro de las carteras de inversiones de los Bancos por la recesión y por la creciente inflación. Esto exige a los Bancos buscar nuevas alternativas de colocaciones para solucionar este tema, el cuál no es un problema menor.

  1. Propuesta para la liberación del Corralito

En primer lugar yo distinguiría entre levantar el Corralito y recuperar el sistema financiero, ya que estas difícilmente sean medidas equivalentes. En mi opinión esto es así porque no se puede eliminar el Corralito sin al mismo tiempo implementar políticas complementarias que formen en su conjunto un plan económico serio. Antes de pensar en liberar el Corralito se hace indispensable:

  1. Eliminar las expectativas de suba de precios y frenar la demanda de dólares. Bajo mi punto de vista la única manera de lograr eso es implementando un nuevo régimen de tipo de cambio fijo, una nueva Convertibilidad, o hasta una dolarización. Es muy difícil que, dada la cultura inflacionaria que existe en nuestro país, otro método distinto a estos, como podría ser un "inflation targetting", funcione en frenar las expectativas. Al menos con la rapidez y efectividad que se necesita por la gravedad de la situación. De esta forma, si se brinda una cierta estabilidad de precios se podrían mejorar las opciones de cartera de los bancos, lo que haría más posible la captación de fondos por el Sistema. Durante un proceso de estabilización se da, de forma natural, un aumento de los activos financieros, gracias al aumento de la cantidad deseada de dinero (ya que su rendimiento sube al caer la inflación, es decir, sube de la tasa real de interés).
  2. Fuerte y renovada supervisión bancaria: una vez solucionado el tema de expectativas y cuando los bancos estén de nuevo en condiciones de captar fondos para invertirlos, la supervisión debe ser un elemento clave. Debe servir para detectar situaciones irregulares y de alarma ante posibles situaciones que de no ser tratadas a tiempo, lleven a una nueva crisis. La misma debe permitir, tal como recomienda el FMI, la detección de bancos en problemas y la implementación de planes (intervenciones si es necesario) de los bancos "débiles" del sistema. Este elemento debe devolver la credibilidad al sistema necesaria para que al introducir elementos de salvataje con altas tasas reales de muy corto plazo sean efectivas y logren absorber el dinero que queda liberado del sistema. Evitando así que se acumule en la demanda de dólares. Si una buena supervisión no garantiza a los inversores que su dinero será colocado responsablemente, ninguna tasa real por mas alta que sea llegará a atraer fondos al sistema.

    Disminuir esta fuente de descreimiento será una vía que permitirá al Estado ahorrar futuras pérdidas. De más está decir que la pesificación asimétrica le significará al Estado compensar a los Bancos. La misma intentó efectuarse dejando a los mismos optar por un Bono en Dólares o uno en Pesos. El monto de esta compensación rondaría los $15.000 millones de pesos.

  3. Eliminación del Déficit Público: es indispensable que el Gobierno reduzca su déficit para prevenir, en primer lugar la absorción excesiva de fondos del Sistema Financiero y para además no tener que recurrir a la emisión de dinero para financiarse. Este elemento, al igual que la mala supervisión, al no detener la gran proporción de fondos que fue al Sector Público, fueron los mayores detonantes de la crisis financiera actual.

Dentro de esto incluiría también una reestructuración de los bancos públicos, quienes deberían comportarse sujeto a las mismas reglas de juego que los bancos restantes, para evitar las ineficiencias propias del sector público.

Una vez alcanzados, aunque sea parcialmente estos requisitos, es aconsejable que la liberación de las restricciones a los retiros en efectivo se haga gradualmente para evadir "sorpresas" que podrían causarse por el comportamiento de los agentes de sobrereacción (overshooting) o por comportamientos típicos de inversores de "actuar en manada".

Sobre el Autor: Villar, Sofía Soledad, Economista

sofiavil@eco.unc.edu.ar

Bibliografía:

ARNAUDO, Aldo A., (1972) "Economía Monetaria". Segunda Edición, revisada y corregida, México 1988.

DOMÍNGUEZ Norma, (2002) "Crisis, "corralito" y ... ¿Colapso bancario?" Seminario de Información económica y financiera: viernes 31 de mayo de 2002. Editado por Asesores de Publicaciones S.L.

NÉDER, Angel Enrique, (2000) "Financial supervision". Notas de clase de Economía monetaria.

NÉDER, Angel Enrique, (2002) "Corralito, política monetaria del BCRA y solvencia del Sistema Financiero". Ciclo de Análisis de Coyuntura: 2 de mayo de 2002

CHAMP, Bruce and FREEMAN, Scott (1994), "Bank Risk" Modeling Monetary Economies (Chapter nine). John Wiley & Sons, Inc. Singapore.

Boletín Estadístico del Banco Central de la República Argentina (febrero 2002)

Series económicas: Fondo Monetario Internacional y Naciones Unidas.

Anexos.

Anexo 1: Composición de carteras de Bancos Públicos y Privados.

Anexo2: Indices de Bancarización para Argentina (Septiembre 2001)

Definición de Ciencia

¿Qué es Ciencia? Ciencia es el conjunto de conocimientos que ha sido adquirido a través de un proceso sistemático, llamado método científico. El método científico es un proceso de generación de hipótesis y su verificación mediante experimentación, observación y medición.


En este artículo te explicaremos en profundidad qué es la ciencia y cómo hacen los científicos para generar nuevo conocimiento científicos.

Las investigaciones de los científicos usualmente comienzan con una observación y la formulación de una pregunta. Por ejemplo, un médico observa que en una región las personas viven mas años que en las regiones que la rodean. A partir de esta observación, científicos buscan encontrar las causas de este fenómeno: ¿Porqué las personas de esa región viven mas años?


En el centro de todas las disciplinas científicas se encuentra el método científico. El método científico es lo que diferencia a la ciencia de otras formas de conocimiento, como la religión. Todos los tipos de ciencia usan el método científico. Incluyendo a las ciencias duras, como la física, como a las ciencias blandas, como la psicología y la economía.

El método científico se caracteriza por una serie de pasos a seguir. A continuación te mostramos los pasos del método científico.

Pasos del Método Científico



Realizar una Observación y Formular una Pregunta

El primer paso de la ciencia es la observación de un fenómeno y la formulación de una pregunta referida al mismo. En esta primer etapa, los científicos también buscan datos y analizan otras investigaciones científicas relacionadas. También puede suceder que ya exista una teoría que explica un fenómeno, pero nuevos datos no concuerdan con esta teoría. ¿Porqué?

Formular una Hipótesis

Luego de haber hecho una pregunta, los científicos formulan una hipótesis. Una hipótesis es una conjetura que podría explicar el comportamiento observado en el paso anterior. La hipótesis se considera una propuesta provisional. Todavía no se tiene evidencia para poder decir si la hipótesis es correcta o incorrecta. Mas adelante veremos cómo los científicos intentan determinar si la hipótesis es correcta o no.

Usualmente, el análisis científico formula dos tipos de hipótesis: la hipótesis nula y la hipótesis alternativa. La hipótesis alternativa es una afirmación de que hay una relación estadística significante entre dos variables. La hipótesis nula es la conjetura de que la hipótesis alternativa es falsa.

Decisiones personales, conocimientos previos y analogías afectan tanto la formulación de la pregunta inicial (paso 1) como la formulación de la hipótesis (paso 2). Estos pasos son fundamentales para la expansión de la ciencia. Como vemos, el método científico no siempre es deductivo, como muchos piensan.

Predecir

En la tercera etapa, el científico se pregunta: ¿Que pasaría si la hipótesis alternativa fuese verdadera? En esta etapa, la científica desarrolla consecuencias lógicas de la hipótesis. La científica no debe confundir una simple correlación con una relación de causa-efecto.

También debe tener en cuenta que distintas hipótesis no compatibles entre sí pueden explicar un mismo fenómeno.

Probar las Predicciones

Luego de haber realizado una o mas hipótesis, la tarea de la científica consiste en evaluar las predicciones, es decir, chequear si el comportamiento de un fenómeno es compatible con la hipótesis formulada anteriormente.

En muchas ciencias, este paso se realiza mediante experimentos. En otras ciencias como la economía, no se pueden realizar experimentos para testear ciertas hipótesis. Por ejemplo, los economistas no pueden evaluar una nueva teoría monetaria usando un país como conejillo de indias. Si la hipótesis es falsa, la política económica incorrecta puede llevar a miles de personas a la pobreza. Por otro lado, en el funcionamiento de una economía existen numerosas variables que no se pueden controlar.

En otras ciencias, como la biología y la química, es mas usual que los científicos hagan experimentos para probar sus hipótesis. Por ejemplo, recientemente, biólogos australianos querían saber si las emisiones de dióxido de carbono están afectando las barreras de coral. Formularon la hipótesis de que la acidificación oceánica está afectando a los corales. Para probar su hipótesis, tomaron corales de la Gran Barrera de Coral, la barrera de coral mas grande del mundo, y colocaron las muestras en tres contenedores. Cada contenedor tenía agua con distinto nivel de pH. El dióxido de carbono afecta el PH. Un contenedor se usó como grupo de control, con un nivel de ácido normal. Otros contenedores tenían agua algo mas ácida y mucho mas ácida. Los investigadores australianos usaron muestras grandes y repitieron el experimento.

¿Cuáles fueron los resultados? Los científicos encontraron que la acidez del agua afectó el color de los corales. El grupo de control perdió un 10% de su color, los corales que estaban en un tanque con agua de acidez media perdieron un 20% de su color y los corales que estaban en tanques con agua mucho mas ácida perdieron el 40% de su color en promedio.

Este es un ejemplo claro de cómo se prueban las hipótesis en la ciencia. Usualmente, los científicos buscan realizar experimentos controlados donde se aislen ciertas variables independientes para ver qué sucede con el comportamiento de otra variable dependiente. En este ejemplo, la variable independiente es el nivel de acidez del agua, y la variable dependiente es la coloración de los corales. La conclusión principal a la que llegaron los científicos australianos es que el nivel de acidez del agua tiene un efecto importante en la coloración de los corales. También muestra que usualmente se tiene un grupo de control, para poder medir el efecto de cambios en la variable independiente y que en los experimentos es necesario llevar a cabo el mismo repetidas veces con varias muestras. También es importante documentar cada paso del experimento, para que otros investigadores puedan repetir el mismo y comprobar su validez.

El experimento de los científicos australianos es importante, porque muestra cómo la emisión de dióxido de carbono que causamos los humanos puede afectar a los corales. Los corales son un importante componente de los ecosistemas marinos. El experimento fue publicado en la revista Nature.

Análisis

En esta etapa, los científicos determinan qué muestran los resultados del experimento. ¿Los resultados se ajustan a la hipótesis? Cuando el experimento se puede repetir varias veces, se realiza un análisis estadístico de los resultados y se estima una probabilidad de que la hipótesis alternativa sea verdadera cuando en realidad la verdadera era la hipótesis nula. Si esta probabilidad es alta, se considera que el nivel de confianza no es alto.

También puede suceder que la observación falsifique la hipótesis alternativa. En este caso, es importante la publicación de los resultados, a pesar de la no verificación de la hipótesis. La publicación de los resultados cuando no se verificó la hipótesis alternativa permite que otros científicos puedan acceder a la información del experimento.

En esta etapa, también se puede incorporar evidencia de otros experimentos e investigaciones para explicar el fenómeno analizado. Vemos como la ciencia es un cuerpo de conocimientos interrelacionados, no un conjunto de teorías aisladas sin relación entre sí.

Iterar: Ampliar la Ciencia o Refutar Teorías

Una vez publicados los resultados, otros científicos tiene acceso a los mismos. Esto permite que usen estos resultados para formular nuevas hipótesis y predicciones.

Por ejemplo, los resultados de la investigación de los científicos australianos sobre la barrera de coral pueden ser tomados por otros científicos, quienes formularán una hipótesis sobre la coloración de las algas y las emisiones de dióxido de carbono. Se podrán preguntar si el nivel de acidez del agua de mar también afecta a las algas marinas.

Los resultados también pueden ser evaluados por otros científicos. El método científico es iterativo. Una característica importante del conocimiento científico es que se considera que es provisional. Es decir, las teorías no se consideran inalterables, sino que serán válidas mientras no se pueda demostrar su falsedad. Nuevos experimentos pueden demostrar que una teoría estaba equivocada y necesita ser revisada, descartada o reemplazada.

La Diferencia entre Hipótesis, Modelos, Teorías y Leyes

El término modelo es utilizado por los científicos en referencia a una representación simplificada de la realidad. Los científicos usan los modelos para hacer predicciones que no pueden ser testeadas por experimentación u observación. Por ejemplo, la economía, al no poder hacer experimentos para probar muchas hipótesis, usa modelos.

Una hipótesis es una afirmación que (todavía) no ha sido probada.

Una ley física o una ley de la naturaleza es una generalización científica basada en la observación empírica.

El público en general usa la palabra teoría para referirse a ideas que todavía no han sido comprobadas, pero en la ciencia, una teoría se refiere a ideas que han aprobado verificaciones repetidas. Las teorías de la evolución biológica, electromagnetismo, y relatividad son ideas que han sobrevivido considerable testeo mediante experimentación. Pero también hay teorías que prometen ser muy buenas para explicar algún hecho de la naturaleza pero que todavía no han sido probadas empíricamente.

Las teorías están siempre abiertas a revisión. Nueva evidencia puede contradecir las predicciones de una teoría. En este caso, la teoría puede ser reemplazada o modificada.

¿Para qué sirve la ciencia?

A pesar de algunas creencias populares, no es la finalidad de la ciencia responder a todas las preguntas, solo a aquellas que pertenecen a la realidad física (experiencia empírica medible). La ciencia no produce y no puede producir verdad incuestionable. En cambio, la ciencia testea constantemente las hipótesis sobre algún aspecto del mundo físico, y las revisa o reemplaza cuando en evidente a la luz de nuevas observaciones o datos.

La ciencia no hace afirmaciones sobre como la naturaleza "es", la ciencia solo puede hacer conclusiones acerca de nuestras observaciones de la naturaleza.

La ciencia no es una fuente de juicios de valor subjetivos, a pesar de que sí puede hablar de cuestiones de ética y política pública indicando las consecuencias de acciones. De todos modos, la ciencia no nos puede decir cuál de esas consecuencias el la "mejor".

Las ciencias se pueden distinguir entre ciencias exactas, que son la matemática y la lógica, y ciencias no exactas, que son el resto de las ciencias.

Origen etimológico de la palabra ciencia

Etimológicamente, la palabra ciencia viene del latín "scire", que significa saber, es decir que la definición básica de ciencia es conocimiento, o más precisamente, conocimiento humano.

Globalización y Desarrollo

Por Alberto Pontoni.Noviembre 2003


Globalización se ha convertido en una categoría difícil de definir que, por un lado, refiere a la descripción de una nueva realidad y, por otro, sirve de ropaje a una vieja ideología, que enmascara el tradicional propósito hegemónico de toda potencia dominante. Abrirse ingenuamente al comercio de mercancías y capitales no equivale a facilitar la expansión de las comunicaciones e Internet. Tampoco deben confundirse las particularidades de la actual etapa de internacionalización de la economía con el intento de imponer un modelo cuyo principal objetivo es desarmar las iniciativas de desarrollo nacional.

¿A que realidades se refiere la globalización en economía? Básicamente, a dos fenómenos. Por un lado, el incremento del comercio mundial de bienes y servicios, favorecido por el derrumbe de fronteras políticas y el desmantelamiento de barreras a las importaciones como consecuencia de numerosas negociaciones y acuerdos, incluyendo la creación y puesta en marcha de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Por otro, el aspecto más novedoso de esta etapa, el explosivo crecimiento y alta movilidad de los fondos de inversión, sumado a una mayor apertura de los mercados de capitales. Las transacciones mundiales de dinero y los flujos de capitales especulativos se han multiplicado, contribuyendo al boom y colapso de muchas economías. Asimismo, han acelerado y amplificado la transmisión de las convulsiones, transformando problemas nacionales en crisis regionales o mundiales, como sucedió en los casos de México, Rusia, el sudeste asiático y, mas recientemente, Argentina.

¿En qué consiste la ideología globalizadora? En tratar de demostrar la conveniencia, particularmente para paises en desarrollo, de implementar políticas de "mercados abiertos". Esto es aprovechar el empuje que proviene de los mercados, favoreciendo las inversiones de las corporaciones transnacionales y el ingreso de capitales. La traducción práctica de esta idea se expresa en el paquete de medidas que impulsa el llamado Consenso de Washington. Entre ellas destacan la desregulación de mercados, baja de aranceles, facilidades al ingreso de capitales e inversiones extranjeras, garantía de la propiedad intelectual y patentes y el achicamiento del sector público.


Tiempo atrás, los fundamentalistas de mercado solían recurrir al ejemplo de los llamados tigres asiáticos, como Indonesia, Corea y Taiwan, para demostrar las bondades de las políticas globalizadoras. Sin embargo, dos hechos dieron por tierra con estos argumentos. Por un lado, los trabajos del Premio Nobel y ex economista del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, revalorización otras causas y brindaron otro enfoque sobre el éxito de esos paises. La apertura comercial fue un importante motor del crecimiento, pero el despegue se produjo en el marco de políticas nacionales que orientaron la producción, brindaron fuerte protección al mercado interno e impidieron el ingreso de entidades financieras y capitales especulativos del exterior. A su vez, cuando esos paises cedieron a la presión del FMI y levantaron sus barreras al ingreso de capitales se sucedieron una serie de maniobras de especulación financiera que derivaron en la crisis que asoló el sudeste asiático en 1997.

Alternativas exitosas

Frente a los desafíos de la globalización hay dos tipos de respuestas exitosas. Una, la de aquellos paises que en forma individual adoptaron vías autónomas y supieron aprovechar las ventajas de la modernización y la globalización conteniendo sus efectos nocivos, como son los casos de China, las economías del sudeste asiático e Irlanda, entre otros.


Otra, la experiencia integradora de la Unión Europea, que supo construir su propia globalización al regular bajo una misma legislación la circulación de bienes, capitales, servicios y personas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la construcción europea se concretó a través de una política dirigida a la corrección de las disparidades nacionales. Esto permitió que en 10 años el PBI per capita de los tres países menos prósperos de la Unión -España, Grecia y Portugal- creciera del 68% al 80% de la media comunitaria. Fue la conjunción de ambas estrategias la que permitió avanzar en la convergencia regional.

Lamentablemente, no existe a escala global una capacidad similar de construcción. Sin una estrategia correctiva la mayor apertura económica internacional se traducirá en mayores ventajas para las economías más prósperas y competitivas, que son las que obtendrán un mayor provecho de las oportunidades derivadas de la ampliación de los mercados. Si no se introducen los necesarios mecanismos correctores la globalización continuará generando una agudización de los desequilibrios económicos internacionales.

Una clara expresión de esta falta de voluntad niveladora es la resistencia de las naciones desarrolladas al reclamo de los paises más pobres de abrir sus fronteras y desarmar las barreras proteccionistas que dificultan el ingreso de materias primas. En lugar de ello se continúa practicando una solidaridad mal entendida, incluso perversa, como en el caso de las donaciones de alimentos que realizan los paises ricos, que terminan agravando aún más la agricultura de los países hambrientos, haciendo más miserable a su población.

La experiencia argentina

¿Fue la globalización la causa del colapso argentino? En primer lugar, hay que señalar que la Argentina de los 90 fue uno de los paises más favorecidos por el proceso de globalización, atento la afluencia masiva de recursos atraídos por buenas oportunidades de negocios y la confianza suscitada por un gobierno amigable con los centros de poder y las transnacionales. Entre 1992 y 2000 ingresaron al país más de 110 mil millones de dólares. Si se contabilizan los egresos por intereses y utilidades, el saldo neto de los flujos financieros alcanzó a 65 mil millones de dólares.

De allí, que la responsabilidad del fracaso argentino deba ser rastreada, antes que en los nuevos fenómenos de la globalización, en las políticas "bobas" implementadas y la confianza ciega depositada en los mecanismos de mercado. A diferencia de los paises exitosos, se descuidó la defensa del mercado interno y poco se hizo para transformar en valor agregado –es decir, industria- la afluencia de capitales, desperdiciando una oportunidad histórica para el desarrollo del país.

El colapso argentino ha contribuido mas que el movimiento antiglobalización a frenar el huracán globalizador, asestando un duro golpe a los fundamentos de esa ideología. A su vez, el default de la deuda ha servido para poner un freno a las maniobras especulativas del capital financiero. No sería de descartar que, de mantenerse la intransigencia del ministro Lavagna respecto del pago de la deuda, su imagen pase a ocupar un lugar de privilegio junto a la escritora Susan George y el agricultor José Bové (en referencia a los lideres de ATTAC, organización que impulsa el establecimiento de un impuesto a los movimientos de capitales (Tasa Tobin) y de Vía Campesina, famosa por sus ataques a McDonalds en Francia),

Ideas sobre Desarrollo para Argentina

Por Alberto Pontoni. Agosto 2003


Corto y largo plazo en economía son categorías que no dependen del transcurrir del tiempo.

El corto plazo esta vinculado a la posibilidad de aumentar la producción de bienes y servicios a partir de una mejor utilización de la capacidad instalada, es decir, sin promover nuevas inversiones. De allí, que el corto plazo refiera a la reducción de la capacidad ociosa disponible y la plena ocupación de los recursos existentes, ya sean humanos o físicos. Para alcanzar este propósito se suele estimular a los diferentes componentes de la demanda agregada, fundamentalmente el consumo y el gasto público, que se han revelado como los instrumentos más eficientes de reactivación económica. De esto trata la Macroeconomía y de allí la preocupación por el presente del fundador de esta disciplina, John M. Keynes, que se refleja en la conocida frase "en el largo plazo todos estaremos muertos".

Por su parte, el largo plazo se vincula al incremento de la capacidad productiva, ya sea por la vía del cambio tecnológico, el aumento del parque de maquinarias, la expansión de la infraestructura física, la capacitación e, incluso, a través de la migración de trabajadores, para el supuesto de escasez de mano de obra. Este es el ámbito del Desarrollo Económico.


A partir de Keynes perdió importancia el debate acerca del rol del Estado en la reactivación económica. Ya nadie discute la necesidad de la intervención pública para restablecer o garantizar los equilibrios macroeconómicos. Por el contrario, en el campo del desarrollo se ha reavivado la crítica del fundamentalismo de mercado al rol del Estado en la planificación estratégica. Paradójicamente, es en los paises de América Latina donde esta cruzada se mantiene más activa, a pesar del estrepitoso fracaso registrado en las últimas décadas.

Los temas tradicionalmente contemplados en la agenda clásica del desarrollo, es decir, aquellos en que se promueve una acción decidida del Estado, son los siguientes:

* Creación de infraestructura


* Capacitación de recursos humanos

* Investigación científica y tecnológica

* Industrialización, ya sea por vía sustitutiva o exportadora

* Administración de los recursos estratégicos y del sistema financiero

* Orientación productiva del ahorro

* Distribución progresiva de ingresos

El caso argentino

Argentina ha experimentado diferentes modelos de desarrollo en sus escasos 120 años de vida moderna, los que pueden ser esquematizados en cuatro grandes ciclos, de acuerdo al tipo de intervención que ha tenido el Estado en la economía:

* Conservador. (1880-1945) La acción pública se centró en la atracción de inversiones extranjeras (y mano de obra) para la creación de la infraestructura requerida para un desarrollo orientado al mercado externo. El ritmo de expansión local acompañó la evolución de los centros pero mostró su alta vulnerabilidad en momentos de crisis.

* Populista. (1945-1955) La gestión pública se orientó a la mejora en la distribución de ingresos y el fomento de la industrialización a través de la sustitución de importaciones. Estas medidas permitieron una rápida expansión del mercado interno pero la desatención del sector exportador dificultó seriamente la sustentabilidad de este modelo.

* Desarrollista. (1955-1976) Es el que más se asemeja a una acción de desarrollo clásica e integral. A pesar de las dificultades derivadas de la inestabilidad política, la década del sesenta es el periodo de mayor crecimiento y prosperidad de nuestro país, lo cuál se ve reflejado en los indicadores de producción, empleo y nivel de remuneraciones.

* Neoliberal. (1976-2002) El mercado y las oportunidades de negocios reemplazaron la acción pública en las decisiones estratégicas. En el discurso se pregonaba la función prescindente o subsidiaria del Estado en la economía y se lo relegaba al rol de guardián de la seguridad jurídica y promotor del clima adecuado de negocios para el sector privado. La experiencia terminó en el mayor desastre económico de nuestra historia.

Ideas para un nuevo desarrollo

El gobierno actual parece abrir un nuevo periodo en la historia económica del país, que se manifiesta en la voluntad de cambio y la revisión de las políticas implementadas en la última década. Superadas las urgencias de la coyuntura y la necesidad de reactivar el aparato productivo, después de la profunda depresión de los últimos años, ha comenzado a esbozarse una nueva estrategia de desarrollo.

En un documento reciente se señalan los principales objetivos estratégicos a los que apunta la gestión del equipo del ministro Lavagna con el propósito de alcanzar una mejora integral de la competitividad del aparato productivo (véase de Oscar Tangelson y José O. Bordón "Recomendaciones para una estrategia nacional de desarrollo" , mayo 2003). Esos objetivos son:

* El fortalecimiento de los sectores más dinámicos de la economía, como es el caso de las industrias que integran la cadena agroalimentaria.

* La reconstitución de los sectores que fueron desarticulados pero que presentan buenas posibilidades competitivas.

* La promoción de sectores estratégicos donde sea factible para Argentina alcanzar un rol relevante, como en software y servicios informáticos, biotecnología y bienes culturales.

* La consolidación de un ambiente amigable para el desarrollo de negocios y pequeñas industrias, que permita el surgimiento de nuevos emprendedores.

* El fomento de un desarrollo productivo equilibrado entre las diferentes regiones.

* La profundización de la integración regional en el marco del Mercosur

La agenda presente

La propuesta del gobierno es, obviamente, un avance tanto respecto del modelo de los 90 como de las propuestas que se agotan en la sola reivindicación de una mejor distribución de ingresos, ya que apunta a un compromiso para el fortalecimiento del sector productivo. Sin embargo, resulta insuficiente para atender las necesidades del desafío actual y el rol asignado al Estado resulta muy limitado para poder contribuir a superar los obstáculos que frenan el desarrollo nacional.

Resulta entendible la falta de mayor audacia en las propuestas, atento el historial de mala calidad institucional y corrupción de nuestro sector público. Sin embargo, esto no justifica relegar la función del Estado en la promoción del desarrollo a la mera generación de oportunidades de buenos negocios para el sector privado. Un repaso al legado de Raúl Prebisch y una recorrida por las experiencias exitosas de otros paises puede servir para el aliento de propuestas y objetivos más ambiciosos en la actual dirigencia.

Alca y Mercosur

Artículo de Clubmacro


¿Nos conviene el Alca? ¿Qué nos ofrece la Unión Europea? ¿Hay qué insistir con Brasil y el Mercosur? ¿Argentina debe "hacer la suya" o hermanarse a sus pares?

Estas son algunas de las preguntas que suelen hacerse quienes se detienen a analizar las relaciones económicas internacionales de nuestro país. Obviamente, las respuestas resultan más sencillas cuando se formulan desde lo puramente ideológico, donde suelen hacer pie los paradigmas. Para muchos el Alca es malo porque EEUU es malo y no puede engendrar nada favorable para nuestras naciones. Para otros el Alca es bueno exactamente por lo contrario. De la sencillez de los paradigmas surge su contundencia.

En las antípodas del fundamentalismo ideológico se ubica el oportunismo pragmático, que suele confundir lo nacional con "hacer la nuestra". No pocos piensan, con picardía criolla, usar a Brasil para sacar mayores ventajas propias e ingresar a un Alca más provechoso. Esta técnica, de utilización recurrente tanto entre nosotros como en nuestros vecinos, sólo permite cosechar logros inconsistentes y negativos en el largo plazo.



Para negociar con resultados hay que saber, ante todo, que se quiere y que no se quiere. Es decir, tener objetivos. Los argentinos venimos de un gran fracaso y una profunda confusión, que hoy estamos tratando de revertir, de allí muchas de las vaguedades y vacilaciones en diferentes áreas. A pesar de ello, se están haciendo notorios avances en la redefinición de un proyecto nacional moderno e integrador. Es desde este enfoque que se adelantan algunas reflexiones sobre las negociaciones para la implementación del Alca, el tratado de libre comercio para las Américas que impulsa EEUU, y el Mercosur.

Oportunidades y Amenazas del Alca

En términos simples, el Alca procura reducir las barreras que traban el comercio regional de bienes y servicios. Esto permitirá impulsar nuestras exportaciones al facilitar el ingreso a otros mercados, principalmente EEUU, pero tendrá un costo, ya que afectará la producción local al abrirla a una competencia con más productos extranjeros. ¿Cuál será el resultado final? ¿Favorable o desfavorable para Argentina?



Un reciente estudio ( "Oportunidades y Amenazas del ALCA para la Argentina", diciembre 2002) del Centro de Economía Internacional (CEI), dependiente de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, llega a las siguientes conclusiones:

  1. El mercado de oportunidades que abre para la Argentina el Alca asciende a 77.000 millones de dólares anuales, de los cuales 67 mil millones corresponden al área Nafta (EEUU, México y Canada) y los restantes 10 mil a la Comunidad Andina.
  2. A su vez, las oportunidades del Nafta pueden discriminarse entre "fuertes" y "débiles". Las oportunidades "fuertes", estimadas en 19 mil millones/año, provienen de las posibilidades de mayores ventas de productos primarios y manufacturas de origen agropecuario, principalmente carnes, oleaginosas, algodón, cereales, aceites, alimentos elaborados y bebidas. Las "débiles", se estiman en 48 mil millones y corresponden a bienes industriales.
  3. Por otro lado, las amenazas del Alca al comercio argentino no alcanzarían a 4 mil millones de dólares anuales. Las amenazas "fuertes", estimadas en 2 mil millones, se centran en la eventual perdida de ventas a Brasil de vehículos y autopartes, plásticos y maquinarias, tanto mecánicas como eléctricas.

En definitiva, más allá de las abultadas estimaciones del CEI, la Argentina tendría poco que perder y mucho para ganar con el Alca. Esta sería una consecuencia favorable del desmantelamiento de las barreras de protección al ingreso de bienes y servicios extranjeros realizada por nuestro país durante los 90.

Por el contrario, para Brasil resultan muy dudosos los eventuales beneficios del Alca, ya que debería hacer importantes cambios estructurales y abrir sectores claves de su industria a la competencia externa. De allí, su férrea oposición a un proceso de integración amplio.

Si los resultados de los estudios técnicos resultan tan concluyentes ¿Por qué resistirse al Alca? ¿Por qué acompañar a Brasil en su confrontación con EEUU, negociando como bloque Mercosur? ¿Es sólo una táctica o hace a una estrategia nacional?

Desarrollo nacional y Mercosur

El eje de una estrategia de desarrollo nacional pasa por la industrialización del país. Este debe ser el patrón de medida y evaluación de las acciones que se adopten tanto en materia de política interna como exterior.

Posiblemente, el Alca pueda resultar más beneficioso que el Mercosur a la Argentina actual. Sin embargo, un Alca amplio favorecerá la consolidación del modelo de país vigente, extractivo y agrario, productor de bienes con bajo valor agregado, del que participan sólo un puñado de industrias sobrevivientes del genocidio económico practicado en los últimos 26 años. En ese contexto los mayores logros serán la expansión de la producción y exportaciones primarias. Esta alternativa beneficia a la Argentina pero no a los argentinos.

Obviamente, si se pretende construir un país industrializado este no es el camino. Aquí es donde cobra relieve el Mercosur y, en particular, una moderna integración con Brasil.

La resistencia de Brasil al Alca beneficia, vía Mercosur, a la Argentina, ya que le ofrece la mejor posibilidad de reconstruir las defensas necesarias para su reindustrialización. El Mercosur es mercado, pero también una opción para reagrupar fuerzas tras un objetivo nacional, ante la claudicación o confusión de nuestra dirigencia. Encolumnarse tras Brasil en las negociaciones del Alca no es hacer seguidismo sino supervivencia.

Sin embargo, esto no es suficiente. Es necesario un nuevo Mercosur, que permita el desarrollo equilibrado y la industrialización de todos sus integrantes. Para ello, se debe ir más allá de los aspectos normativos e institucionales y tejer una malla de relaciones económicas que sirvan de soporte eficaz a este nuevo proceso de integración.

De allí, la necesidad de promover la complementariedad e integración productiva del sector privado, tanto al nivel de empresas como de sectores, así como la cooperación del sector público en proyectos estratégicos.

Autor: Alberto Pontoni - 2003

Abogado (UBA) y Master en Economía (PUC-Perú). Profesor de Macroeconomía y Política Económica en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Buenos Aires.

Curva de Rendimientos Invertida

Autor: María Delia Irastorza


La curva mundial de rendimientos se invirtió durante un extenso período de la postdevaluación de la economía de Argentina. Los principales Bancos Centrales del mundo dieron a conocer un sostenido proceso de alzas en sus tasas de interés de referencia dirigido hacia los mercados financieros, al mismo tiempo que los rendimientos en los mercados de capital y largo plazo en muchos mercados del mundo, entraban en una tendencia a reducirse siendo impulsados descendentemente por el gran crecimiento del volumen endógeno de la liquidez internacional, transformando simultáneamente las condiciones para el crecimiento de muchas economías, el comercio internacional y las bases de los mercados de commodities industriales, agropecuarios, etc., entre otras circunstancias.

..En mayor o menor sincronía, se podría observar la política de tasas de la FED, junto a la tendencia en algunos mercados de bonos, y con el pronunciado alza en los precios en diferentes clases de mercados, incluyendo commodities, monedas; las reacciones de algunos otros Bancos Centrales a dicha constelación, etc.

--La Argentina postdevaluación se encontró entonces, con tal combinación de circunstancias inherente a la inversión de la curva mundial de rendimientos: por un lado un permanente proceso político de subas en las tasas de interés de referencia en las principales monedas globales y del comercio internacional, junto a (en lo que afectaría a la Argentina) una expansión nunca igualada en los precios y el volumen de cotización de un amplio espectro de commodities industriales, agrícolas, etc.


En este peculiar contexto del mercado mundial, involucrado en una política generalizada de alzas en las tasas de interés del dinero por razones ligadas al ciclo económico-financiero mundial, el sistema financiero de Argentina y su economía crearon un nuevo mercado postdevaluación.

En este punto, conviene recordar la teoría del economista J.M.Keynes. En dicha teoría, el corazón o núcleo consiste en administrar lo necesario y suficiente para que las tasas de interés de largo plazo (rendimientos de los títulos, bonos, etc.) de las que depende la inversión interior, se mantuvieran lo suficientemente reducidas para las condiciones internas existentes. Tal es así, que Keynes llegó a entrever una justificación a las políticas del mercantilismo, con base en sus objetivos últimos en términos de mantener razonablemente acotados esos rendimientos gracias a la afluencia de metales, ante la probable dificultad de llegar a ello por otros instrumentos, en tales épocas de escasa técnica y comunicaciones.

En principio Keynes propuso la utilización de la administración por el Banco Central, de las circunstancias necesarias para mantener cierto nivel suficientemente bajo en aquellos rendimientos y, si las circunstancias evolucionan dentro de tal o cual contexto, que pueda el Estado tomar transitoriamente la tarea en su agenda política.


Ahora, reconsiderando la singular situación que enfrentó la economía de Argentina en sus últimos años, puede plantearse el interrogante acerca de cómo habría podido Argentina conducir su economía de modo de lograr el objetivo central en la teoría de Keynes (unas tasas de interés del capital o rendimientos, lo suficientemente reducidos) durante un período de la economía internacional en que predominaron los ciclos de alzas de las tasas de interés por los principales Bancos Centrales, y al mismo tiempo y entre otras cosas, auges en diversos mercados, en lo que se conoce como curva invertida de rendimientos.

Después de observar los elementos relevantes, se desprende por mera deducción o inducción, que quizás la única manera que disponía para evitar ("importar" del ciclo internacional) el alza en los rendimientos relativos de largo plazo en su propia curva de rendimientos (alza que efectivamente tuvo lugar causando enormes daños a la economia argentina), se encontraría en la eliminación de las retenciones a la exportación y sería totalmente dependiente de ella.

Cuando los principales Bancos Centrales están aumentando las tasas nominales de interés del dinero, y mientras opera un auge en los precios de diversos mercados, no habría manera más elemental de desintegrar la "importación" de las alzas en las tasas globales de interés del dinero hacia las tasas interiores del capital, que liberando todo lo posible el mercado de aquellos contratos (bienes) en los que la amplia suba internacional trae una situación de caída en las tasas de interés reales ex-post que se produce por una gran expansión simultánea de la liquidez para la posibilidad de (re)liquidación financiera (o secundaria) de dichos contratos coetáneos a la paralela y continua alza en el precio internacional del subyacente, mientras las tasas nominales del dinero en todo el mundo están aumentando al unísono por obra de todos los Bancos Centrales del mundo.

De modo que en el mencionado contexto de una curva mundial invertida de rendimientos, pocas cosas habría habido más contrarias a la teoría de Keynes que el establecimiento de retenciones a la exportación. Ello se ha podido observar en las consecuencias de dicho establecimiento, en la caída de la inversión interna (distinta de una burbuja inmobiliaria para renta financiera) e importación de bienes de capital, debidas a los aumentos relativos en las tasas de interés más largas junto a la característica líquida-preferentemente líquida de la cartera crediticia de la Banca del país, y que tarde o temprano afectarían a la solvencia fiscal.

Estos aspectos retoman significación en la actualidad, cuando la curva mundial de rendimientos ya no es invertida sino normal, pero que ocurre ahora en simultaneidad a una reversión de todas las subas antes referidas, que ahora se convierten en bajas.

La yield curve puede tener distintas formas1

La forma de la yield curve tiene información acerca de las expectativas económicas de los inversores.

Fuente: Cátedra Macro-Finanzas (14/05/09)

En este contexto, devaluar el peso o no devaluar el peso, podría ser algo relativamente indiferente mientras se lo compare con la alternativa a seguir manteniendo impuestos a la exportación en un mundo con caída de precios y por ello, seguir importando alzas en las tasas de interés (ahora, de las de largo plazo mundiales o rendimientos), o acelerar la liquidez y el volumen de liquidez para la curva de rendimientos argentina, en tal circunstancia, a través de una decisión en el sentido opuesto.

Por consiguiente, el ciclo interno de suba de tasas de interés relevantes para la inversión y la importación de bienes de capital, seguirá operando y destruyendo los fundamentos de una economía al estilo Keynes, en la que el Estado está en equilibrio financiero y constitucional, y la economía no pierde dinamismo.

Autor: María Delia Irastorza

AFJP

La reforma del sistema de jubilaciones y pensiones de Argentina ha sido y sigue siendo uno de los temas mas controvertidos de la política económica de los 90. El nuevo régimen, denominado Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP), fue instituido por la Ley 24.241 y entro en vigencia el 15 de julio de 1994.


Al igual que antes, el objetivo del nuevo régimen es brindar cobertura a las contingencias de vejez, invalidez y fallecimiento de la población con los recursos provenientes de los afiliados.

Los trabajadores en relación de dependencia contribuyen al financiamiento del sistema con el 28% de su remuneración, discriminados bajo la forma de aportes del trabajador (11%) y contribuciones del empleador (17%).

La principal diferencia es que en el nuevo sistema los beneficios resultan de los aportes individuales capitalizados (régimen de capitalización) a diferencia del anterior (régimen de reparto) en que sólo se tenían en cuenta años de aportes y últimas remuneraciones. Otro cambio sustancial fue la incorporación del sector privado en el manejo de los fondos previsionales, bajo la forma de Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP). En el sistema anterior la administración de esos recursos era exclusiva del Estado.


Un problema nacional grave es el bajo porcentaje de aportantes previsionales con relación a la población ocupada. Antes del colapso económico de diciembre del 2001 había unos 5.5 millones de aportantes a diferentes regímenes de cobertura previsional, frente a una población ocupada de 11.4 millones. Esto es menos de la mitad, un 48% del total. Esta baja proporción es un claro indicador del "trabajo en negro" y del alto grado de evasión y morosidad previsional de todo el sistema

En el país coexisten diferentes regímenes previsionales. El más importante de todos es el SIJP, que cuenta con poco más de 4 millones de aportantes sobre un total de 5.5 millones (72%). Los restantes 1.5 millones se reparten entre cajas provinciales, profesionales, de fuerzas armadas y de seguridad. A continuación se analiza lo sucedido en los primeros años de vigencia del nuevo régimen.

A junio del 2001 el SIJP contaba con 11 millones de afiliados, de los cuales 8.8 millones (80%) se encontraban adheridos a capitalización y 2,2 millones (20%) a reparto. El número de aportantes, en ese mismo mes, fue de 4 millones, 3,3 millones en el régimen de capitalización y 700.000 en el de reparto.


El promedio de ingresos de los afiliados aportantes al régimen de capitalización ronda los $ 850 mensuales. De allí, que el total de aportes al sistema administrado por las AFJP oscile en los $ 4.300 millones anuales, equivalentes al 11% de las remuneraciones totales.

La administración de los fondos previsionales a través de las AFJP es un servicio sujeto a retribución. A cambio de los beneficios esperados de una gestión profesional de cartera los aportantes deben pagar una "comisión" que fluctúa en el 30-33% del aporte y que incluye un seguro por invalidez y fallecimiento. La "comisión" de las AFJP esta establecida sobre el ingreso imponible, es decir, las remuneraciones, siendo el promedio del sistema en concepto de "comisión" del 3,5%. Como los aportes al régimen de capitalización equivalen al 11% del salario, la comisión estimada en función de los aportes alcanza al 32%.

El mercado de las jubilaciones

Durante los 7 primeros años de vigencia del sistema las AFJP recibieron un total de $ 25.000 millones de pesos/dólares en concepto de aportes de los afiliados. El 30% de ese total, $ 7.500 millones, fue deducido por las AFJP en concepto de "comisión" mientras que los restantes $ 17.500 millones pasaron a integrar el fondo de capitalización de los afiliados.

Una tercera parte de lo percibido en concepto de "comisión" fue destinado por las AFJP al pago de primas de seguro de invalidez y fallecimiento ($ 2.500 millones), mientras que los restantes $ 5.000 millones quedaron como retribución bruta de su actividad.

Por otro lado, los fondos fueron invertidos en la compra de títulos públicos, que actualmente representan más del 75% de la cartera, depósitos a plazo fijo y papeles de empresas, como acciones y obligaciones negociables. A junio del 2001 el valor de los fondos integrados era de $ 22.200 millones.

En síntesis, de los aportes que se efectuaron a las AFJPs sólo un 70% pasó a integrar el fondo de capitalización individual del aportante, el 10% se aplicó al pago de las primas del seguro y el restante 20% se destinó a la retribución de las administradoras.

Paradojas

De los $ 25.000 millones aportados por los afiliados a lo largo de varios años sólo restaban como fondos integrados $ 22.200 millones. La rentabilidad obtenida por la gestión de cartera del fondo, deducidas las primas de seguro, resultó ¡inferior a la suma cobrada por las AFJP en concepto de comisión!.

De haberse depositado los fondos, previo descuento de las primas de seguro, a plazo fijo sin intermediación de AFJP y considerando una rentabilidad promedio anualizada del 10%, hoy se dispondría de un fondo sustancialmente mayor al actual (25% más).

A pesar que uno de los propósitos del sistema era independizar la administración de los fondos previsionales de la gestión de recursos públicos, en salvaguarda de los afiliados, la realidad actual es que el 75% de los fondos se encuentra bajo la forma de títulos públicos pesificados de un gobierno en default. Peor imposible.

Negocios en economías de cautiverio

Hasta el momento, los únicos beneficiarios reales del sistema han sido las AFJPs que han obtenido, deducidas las primas de seguro, una magnifica retribución del orden de 5.000 millones de dólares por ¡prestarle a un Estado insolvente los aportes de sus afiliados!. Por su parte, los afiliados disponen de menor cantidad y peor calidad de recursos.

Este es un caso típico, como peajes, concesiones y tantos otros, de negocios propios de un capitalismo prebendario o de una economía de cautiverio, donde el dinero y el riesgo lo aportan sólo clientes sometidos a empresas por imperio del estado (afiliados o usuarios).

No es mera casualidad que el 72% de los fondos previsionales sea administrado por empresas extranjeras, ni tampoco que más de la mitad de esos recursos sean gerenciados por sólo 4 bancos, igualmente foráneos: BBVA, Citibank, HSBC y Santander. La concentración, otra particularidad de las economías de cautiverio, también se refleja en este mercado. Cuatro AFJPs concentran el 74% de los afiliados: Orígenes 27%, Consolidar 17%, Máxima 16% y Siembra 14%.

Por Alberto Pontoni. Mayo 2003

La desindustrialización argentina

No hay desarrollo sin industria.


No viene al caso discutir esta ley de la economía real con los tradicionales detractores de la industrialización en paises emergentes sino, mas bien, analizar lo sucedido en Argentina para tratar de entender las causas profundas de nuestra crisis y, en particular, el grave problema de desocupación y exclusión que nos afecta.

Argentina, al igual que otros paises de tradición rentista que han obtenido ventajas de sus riquezas naturales, ha engendrado una clase dirigente que ha hecho de la predica antiindustrial uno de sus argumentos preferidos. Sector "ineficiente, caro y atrasado" e industriales "poco competitivos, evasores y succionadores de subsidios" suelen ser reflexiones recurrentes de los voceros de esos grupos. Es más, los fundamentalistas de ese evangelio, suelen adjudicar las culpas del paraíso perdido, el del país agroexportador, a una mezcla de factores, tales como "proteccionismo", "populismo" y "estatismo".

Una circunstancia agravante es la aceptación de estos argumentos por otros sectores de la población. Sin duda, parte del empresariado industrial, en particular aquel que ocupa posiciones de privilegio, confirma con su actitud varias de estas imputaciones. Sin embargo, es posible que el fenómeno se alimente de una particularidad local.


Argentina se modernizó antes de industrializarse. Su temprano desarrollo en materia urbana, disponibilidad de infraestructura de transporte, red eléctrica y de aguas, así como sistemas de salud, educación y cultura de avanzada, que se expresaba en el Buenos Aires de principios de siglo, deslumbró a muchos convenciéndolos de la inutilidad de promover un desarrollo industrial frente a la fácil bonanza generada por la asociación de tierras fértiles, inversiones extranjeras y exportaciones agropecuarias.

Por el contrario, en los paises desarrollados la modernización llegó con la industria. Bajo diferentes formas pero siempre de la mano del desarrollo manufacturero. El empresario industrial fue un factor de progreso frente al señor de la tierra y el intercambio de trabajo por salario un avance frente a las ataduras y el vasallaje que caracterizaba la explotación feudal. De allí también la asociación, en esos paises, de industria con república y sistemas democráticos de gobierno en contraposición con la monarquía y el absolutismo propio de los señoríos de la tierra.

Pero no es necesario recurrir a la historia para describir el fenómeno. Las asimetrías que muestra la Argentina de hoy permiten apreciar con claridad las diferencias económicas, sociales, culturales y políticas entre las regiones y los contrastes que presentan conforme su grado de industrialización.


La desindustrialización argentina

Vayamos ahora a lo sucedido en la Argentina reciente. Existen diferentes formas de cuantificar el peso de la industria en una economía, ya sea a partir del valor agregado o por el grado de absorción de mano de obra. De todas formas, cualquiera sea el método elegido el signo de la tendencia es el mismo.

En los últimos 25 años se han perdido más de 600.000 puestos de trabajo en el sector manufacturero, un 40% del total. Tan sólo en la última década hubo una disminución de 400.000 empleos industriales, que representan un 30% menos de los existentes en 1989. Una forma cruda de apreciar el fenómeno de desindustrialización es a través de la comparación de los porcentajes de población ocupada en las actividades industriales respecto del total. Mientras que en 1975 un 16% de los ocupados pertenecía al sector manufacturero, en 1989 la proporción había disminuido al 12% para reducirse a sólo el 7% a fines del milenio. Esto significa que actualmente sólo uno de cada 15 trabajadores se desempeña en una actividad manufacturera.

Frente a estas cifras no faltará quien argumente que la reducción del empleo industrial es un hecho que se registra a escala mundial que no implica desindustrialización y que, más bien, expresa el aumento de productividad manufacturera sumado al crecimiento de las actividades de servicios. En otras palabras, es una consecuencia del fenómeno de tercerización de la economía que avanza con el desarrollo.

Sin duda todo lo anterior es cierto pero tiene poca validez para explicar lo que ha venido sucediendo en nuestro país. Al respecto corresponde tener en cuenta:

1. En el caso de naciones muy industrializadas la proporción de empleo en el sector industrial se redujo (entre 1975 y 1995 el empleo en la industria cayó en Alemania del 47% al 37%, en EEUU del 33% al 24%, en Japón del 37% al 24% y en Italia del 39% al 33%) pero nunca se desmoronó a los niveles de Argentina. A pesar de los fuertes incrementos de productividad y el desarrollo del sector servicios, en esos países uno de cada tres o de cada cuatro trabajadores sigue vinculado la industria.

2. El sector de servicios en los paises de vanguardia suele ser de alta productividad y estar referido a producciones de contenido científico y tecnológico, como es caso del desarrollo de software, innovaciones técnicas, diseño, etc. Por el contrario, en la Argentina las actividades de ciencia y tecnología se encuentran en retroceso mientras que se ha incrementado la producción de servicios de baja productividad, como el comercio ambulatorio y de kiosko, el remise, el reciclaje de basura, el trueque, los trabajos comunitarios en el marco de planes sociales, etc. La categoría servicios se ha convertido más en una cobertura de actividades de subsistencia por falta de empleo que en una alternativa modernizante de la economía.

La asfixia industrial sufrida en la última década ha sido una consecuencia directa de la perversa asociación de tipo de cambio sobrevaluado y desmantelamiento de la red de protección (sistema arancelario y paraarancelario, control aduanero). En lugar de haber aprovechado a favor de la industria local la estabilidad de precios y el retorno del crédito alcanzados durante los primeros años de vigencia del modelo de convertibilidad se facilitó la invasión de productos del exterior.

Las consecuencias de la desindustrialización son terminantes, pobreza y desempleo. Revertir este proceso debe ser la prioridad de la coyuntura. Para ello se requiere de políticas adecuadas y empresarios.

Por Alberto Pontoni.Mayo 2003

Sector Agropecuario

Todo análisis sobre el presente y futuro de la Argentina debe tomar en consideración la realidad del sector agropecuario atento su importancia en el quehacer productivo. Una de las principales fuentes de información para el estudio de la problemática económica, técnica y social de ese sector es el Censo Nacional Agropecuario, que periódicamente realiza el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).



A continuación se presentan algunos datos significativos del último relevamiento, realizado a fines del año pasado, que permiten apreciar los cambios sucedidos en el ámbito rural en la última década, al compararse sus resultados con los del censo anterior, de 1988.

  • Actualmente existen unos 318.000 establecimientos agropecuarios que ocupan una superficie total de 170 millones de hectáreas. En los últimos 14 años la cantidad de establecimientos se ha reducido sensiblemente, en un 25%. Existen zonas, como Marcos Juárez en la provincia de Córdoba, donde el número de explotaciones disminuyó un 34% respecto del año 1988.
  • El área sembrada representa casi una quinta parte del total ocupado, alcanzando a 33 millones de hectáreas. El incremento de la superficie agrícola a nivel país fue del 5%, pero en algunas zonas, como el noroeste, el aumento fue mayor (+48%). A pesar de ello, en la década del 90 la Argentina duplicó su volumen de producción agrícola pasando de 35 a 70 millones de toneladas anuales, como consecuencia del fuerte incremento de productividad derivado de las modernas tecnologías.
  • Hubo importantes cambios en los cultivos, con fuertes incrementos en las áreas sembradas con oleaginosas (+65%) y cereales (+30%), a expensas de otros, como los industriales (caña, tabaco, algodón), que redujeron su cobertura en un 41%.
  • El ganado bovino permanece estable, en alrededor de 47 millones de cabezas, mientras que el ovino, que supera los 12 millones de cabezas, se redujo un 45%, con fuertes caídas en Buenos Aires (-70%) y Santa Cruz (-50%). También el stock porcino se redujo sensiblemente (-40%), alcanzando actualmente a sólo 2 millones de cabezas

La concentración de la tierra

El último censo agropecuario resalta otro aspecto igualmente llamativo, la desaparición de 80.000 establecimientos agropecuarios. Entre 1988 y el 2002 el número de unidades productivas se redujo un 25%, pasando de 397.000 a 318.000. La otra cara del mismo fenómeno es la fuerte concentración de la propiedad de la tierra que se produjo en ese lapso, que se expresa en el incremento del promedio ocupado por establecimiento, que pasó de 420 a 540 hectáreas.



La principal explicación de este hecho debe rastrearse en la introducción de tecnologías más capital intensivas que han permitido fuertes aumentos de productividad pero que requieren mayor disponibilidad de recursos financieros y técnicos.

La nueva situación agudizó el "dualismo" en el sector rural, caracterizado por la convivencia de productores pyme de escasos recursos que utilizan sistemas más tradicionales de explotación y grandes unidades de producción con disponibilidad suficiente de medios técnicos y financieros para acceder a los modernos patrones de producción. Los "pool de siembra" representan, justamente, el paradigma de este modelo.

El desenlace de esta situación era previsible. El deterioro de ingresos llevó a la venta de tierras y el desplazamiento de un número significativo de familias rurales, que va más allá de las 80.000 que perdieron su condición de propietarios.



Impacto social

Un colaborador de este Reporte, el Ing. Ag. Hugo Almada, docente agropecuario y actual concejal de Lobería, nos ha hecho llegar sus observaciones sobre las serias consecuencias de este fenómeno para la familia rural.

  • Desarraigo y marginalidad. La perdida de empleo del trabajador rural implica, generalmente, la migración a localidades cercanas de quienes viven en el campo, pues en su mayoría carecen de vivienda propia y habitan en el puesto que se les asigna. El desplazado llega a pueblos y ciudades sin vivienda ni trabajo y con pocas posibilidades de inserción laboral, ya que sus habilidades son específicas para la tarea rural. A eso debe sumarse un fuerte sentimiento de desarraigo debido a su idiosincrasia campera que choca con muchas de las costumbres urbanas. Esto convierte a un excelente peón rural, tractorista, esquilador, carrero, arreador, en un hombre abatido por la situación económica y por la pérdida de sus costumbres.
  • Desolación. El desplazamiento de los trabajadores rurales vacía escuelas y comercios y contribuye al desempleo en otras actividades y la despoblación de las regiones, transformando el interior en una gigantesca tapera abandonada.
  • Deterioro urbano. La nueva situación agrava el deterioro de las cuentas de los municipios rurales, ya que deben afrontar mayores gastos en rubros como asistencia social, salud, vivienda y educación, afectando otras prestaciones de servicios
  • Necrosis local. Generalmente, los nuevos dueños de la tierra son grupos económicos con sus administraciones en grandes centros urbanos, que realizan sus operaciones comerciales y contratación de servicios con empresas y profesionales de fuera de la zona. Esto contribuye al deterioro económico del comercio (acopiadores, proveedores de insumos, etc), profesiones y otras actividades locales, agravando la situación.
  • Daños ecológicos. La explotación intensiva en pos de la maximización de utilidades acelera la degradación del suelo y dificulta su recuperación. Se estima que cada centímetro de suelo perdido por erosión demora unos 200 años para recuperarse.

A titulo de reflexión

Sin duda no puede detenerse el avance tecnológico "destruyendo las maquinas", es decir, prohibiéndolo o negándolo. La solución tampoco pasa por la aplicación de políticas asistenciales a los desplazados, que sólo transfieren y agravan el problema. Corresponde al Estado hacer compatibles el progreso económico con el desarrollo social.

Una alternativa viable pasa por promover la transformación in situ de las materias primas, llegando con industrias a las localidades del interior y revalorizando el rol de las pymes en el desarrollo regional. El país necesita de muchos Rafaelas, Arroyitos, Villas Marías y Sunchales, verdaderos polos de desarrollo fundados en cadenas de transformación de productos agropecuarios. La tarea del sector público es hacer esto posible.

Mercados Accionarios

La expansión de los mercados accionarios es uno de los fenómenos económicos más importantes de la última década, que se manifiesta en el fuerte incremento en la valorización de las bolsas y en la mayor difusión de la tenencia de acciones entre la población. Actualmente, la capitalización accionaria a escala global supera el PBI mundial mientras que en 1990 no alcanzaba a la mitad. En EEUU la tenencia de acciones entre la población, directamente o a través de fondos, supera los 12 billones de dólares mientras que una década atrás era de sólo 2 billones de dólares. En el mismo periodo, el número de estadounidenses que posee acciones pasó de 50 a 85 millones.


Esta creciente cultura accionaria ha generado profundos cambios a nivel micro y macroeconómico. A nivel micro, reduce la dependencia de las empresas del crédito bancario y facilita la obtención de fondos para nuevos proyectos. A nivel macro, introduce un nuevo factor de influencia o perturbación sobre la economía real a través de la fluctuación del consumo producida por las variaciones en el ingreso debidas a los beneficios o quebrantos del mercado accionario (efecto riqueza).

En los paises con mayor desarrollo accionario, es decir, aquellos donde las empresas se financian en la bolsa y las familias ahorran en ella, una caída de los precios de las acciones tiene actualmente un efecto más perjudicial sobre la economía que en el pasado, debido a la mayor importancia de este mercado sobre las expectativas de los consumidores y su repercusión sobre el gasto y el crédito.

Esto permite entender la magnitud del desastre provocado por el colapso de la bolsa norteamericana en el año 2000. Ese año los índices Dow Jones (acciones industriales) y Nasdaq (acciones de la Nueva Economía, es decir, de empresas y actividades vinculadas a la fiebre de Internet) registraron una baja del 20% y 60%, respectivamente. El derrumbe accionario representó para los norteamericanos una perdida estimada del orden de 4 billones de dólares y afectó seriamente a más del 10% de la población. De allí que sea considerado como una de las principales causas de la recesión que actualmente vive la economía de ese país.


Los mercados accionarios, ¿anticipan o determinan el futuro?

La respuesta no es sencilla. Históricamente, el Dow Jones ha sido un indicador que ha anticipado las fluctuaciones de la economía real, como claramente ocurrió durante la crisis del 29. La explicación se encuentra en la sintonía que existe entre inversores y empresas, a través de la correcta interpretación de sus parámetros fundamentales.

Sin embargo, la irrupción de empresas de la Nueva Economía alimentó una burbuja fundada sobre las expectativas de reventa de estas acciones que disparó su cotización. El rojo en los balances de las compañías punto com nunca fue motivo de preocupación ni detuvo la loca carrera de los inversores que, encandilados por la ilusión de ganancias especulativas, dejaron de lado los parámetros clásicos utilizados para determinar el valor de las acciones. El derrumbe de estos papeles tampoco se debió a cambios en esos indicadores. De allí que la burbuja de las punto com se encuentre mas asociada a la influencia de los mercados financieros que a las circunstancias propias de esas empresas.


Este fenómeno arroja luz sobre la importancia creciente de los fondos especulativos en los mercados accionarios, ya que sus expresiones de confianza repercuten en los precios con independencia de la situación real. De esta forma pueden contribuir a determinar el futuro de la economía, como ha ocurrido en la actual crisis norteamericana.

La Bolsa en Argentina

En Argentina, a diferencia de EEUU, las empresas no se financian en la bolsa y las familias no ahorran en ella. La bolsa de nuestro país es más un ámbito de especulación que de negocios, de allí su importancia marginal y la sensación de bingo o timba que produce en el común de la gente.

Lo que se señalara como características de funcionamiento especulativo y el surgimiento y desinfle de burbujas resulta valido en nuestro medio. Las expectativas del inversor local no se encuentran vinculadas con el horizonte productivo de las empresas, asociado al mediano o largo plazo, sino con las posibilidades de reventa en el brevisimo plazo.

El reciente y fugaz boom de la bolsa porteña que acompaño la efímera ilusión y posterior desencanto vinculado con la eventualidad de triunfo de un candidato pro empresa en las recientes elecciones presidenciales constituye un buen ejémplo de lo antes señalado.

En el marco del gran desafío que enfrenta nuestro país para transformar el actual sistema capitalista prebendario se encuentra la necesidad de construir un sólido mercado de capitales que pueda, realmente, contribuir al desarrollo de las fuerzas productivas. La bolsa debe dejar de ser un casino y al Estado corresponde sentar las bases para transformar la actual cultura especulativa en otra de producción.

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