Economía

Politica Económica de México

La política económica (Corríganme por favor sí me equivoco) es la intervención del Estado; por medio de estrategias, planes, inversión pública, concientización de las masas, legislación y demás, en la ecónomia nacional.


No puedo negar que la economía en el Distrito federal ha empeorado, y concuerdo con Luis Fernando el Dom en que la clave es la creación de em pleos. El problema que veo es la sobrepoblación. Ahora estamos viendo el efecto rebote de la migración del pueblo a las ciudades. Un ejemplo de esto es que cada calle en el centro histórico de la ciudad de México hay por lo menos un par de ambulantes que intentan mejorar su e´conomía(Volveré sobre este punto más adelante).

Salgo a la calle, y ¿Qué es lo que veo? veo una miseria urbana; niños con camisas descosidas, mujeres con un niño en los brazos y pregnantes(preñadas es la forma correcta, pero yo me adhiero al cultismo) y ¡Ah! jovenes profesionistas en carros afinados y con un sonido ánte el cual mi pequeño reproductor de computadora se queda perplejo, y... pero esto ya parece critica izquierdista, asi que pararé.

Y, ¿De dondé sale el capital para la adquisición de tales lujos? ¿Ó más bien no es simplemente una economía familiar encaminada al lujo a corto plazo producto de una sociedad un tanto superficial en la cual el poder medíatico es el mayor? El capital está, pero la forma en la cual se gasta es la que me deprime. Se requiere un mejor manejo del capital enfocado a largo plazo por parte de las mismas familias.


Pero lo peor de todo es adonbde va este capital, no va a parar a los campos de México, ni a los pequeños changarros. No, va a parar a las grandes empresas transnacionales, y a los transportistas.

Pequeño gran problema, mi México se encuentra en un estado de país importador, pero no de articulos de lujo expresamente, sino que importa el trabajo terminado de otros paises. Es decir, a México le falta conocimiento enfocado a las empresas.

"Si, como no... ¿Acaso no has visto las fábricas de X empresa en X lugar, signo ineludible del progreso? ¿Ó la industrialización que ocurre en varias partes de la república(Como comentó Ana Paula en Zacatecas)?" Tengo en cuenta todo aquello, pero tengo que decir que el conocimiento de las grandes transnacionales no pasa a manos del dominio público. Nos enfrentamos a una segunda era de ignorancia en la cual la privatización del conocimiento, la tecné, es lo que amuela a mi país.


Y aunque existen universidades (Caso concreto IPN)que se encargan a la busqueda de tecnología Mexicana, es imposible sin un apoyo del público que ultimamente solo esta en conseguir un reproductor m ás grande o un carro más moderno, de conseguir accesorios y comprar juguetes, meros bienes materiales, metódo de satisfacer la necesidad de Glamour y cosmopolitismo creciente aún en Lomás.. fregado del Distrito Federal(Chiste local).

Y peor aún, nos vemos invadidos de marcas chinas y japonesas en todos los mercados sobre ruedas(Alias Tianguis). Esto es por que estos paises nos demuestran un crecimiento mucho mayor que el nuestro, tanta producción que nos dejan a nosotros perplejos. Aquí una interesante crónica de un compañero:

"Me agrada la forma en la cual los trabajadores de China se rebelan ante sus patrones"

Yo me sorprendí de aquel comentarío, pregunte el por qué.

"Cuando ellos hacen rebelión, no van a paro laboral, solo se ponen a producir de forma acelerada, lo cual conlleva mayores gastos para el patron"

Y un comentarío de un profesor:

"En la sociedad judeo-cristiana, el trabajo esta satanizado porque es el castigo divino de Dios por que el hombre mordío la fruta del conocimiento"

Esto me remite a una verdad ineludible, sin eufemismos, el Mexicano es huevón.

Lo cual aumenta si consideramos la actitud mercantilista del comercio informal, cuyo capital va hacia lo que son los centros maquiladores del mundo, principalmente a China.

Lo cual me remite a otra verdad, si México ha de eregirse como una potencia mundial debe de abandonar esta relación de mutua dependencia.

Esto me lleva al modelo propuesto por el presidente Fox, el de las PIMEX-pequeñas y medianas empresas-. Este moidelo económico consiste en la otorgación de créditos para el auge de empresas nacionales que desarrollen su propia tecnología. Estas empresas serán pequeñas en un comienzo, con un producto básico y un enfoque microeconómico, pero tendrán ventaja sobre las grandes empresas debido a que el servicio será personalizado y el precio menor. Con algo de apoyo del público crecerán y también la economía local, lo cual aumentara el producto interno bruto y disminuíra la importación. Eso debe de darle el impulso a México.

En otra palabras, el modelo de las PIMEX viene a realizar el sueño de vasco de Quiroga de económica regional autosuficiente, pero va más allá, intenta darle a la informalidad del changarro o al tianguis las herramientas-a través de capacitación- que son necesarias para compoetir en un mercado profesional transnacional.

Aún asi, algo que no han previsto es lo que pasará si el modelo de las PIMEX falla. Otra crisis económica y son tragados por culaquier establecimiento de comida rapida. A lo que me refiero es que en dado caso de que estos modelos económicos fallen (Debido a una moral en sumo cosmopolita y expansionista) tendremos un auge económico pero después una de esas crisis pero si desgraciadisimas de las cuales no saldremos.

Este modelo falla si se plantea en un México como este. Se requiere una mayor concientización puesto que el pueblo es la mano invisible de Adam Smith.

Para los que somos flojos, ahí les va un resumen:

1.-Capital fluye fuera de méxico debido a una mala planificación desde los estratos básicos.

2.-Si México ha de ser una potencia, debe de tener una eco´nomía autónoma.

3.-El modelo de las PIMEX viene a cumplir el sueño de Vasco de Quiroga, no a ir más allá dandolé a la microeconomía herramientas para competir profesionalmente en un ámbito transnacional.

4.-Este modelo fallará si se queda solamente en créditos. Se requiere concientización a gran escala.

Por su atención, gracias.

Se despide cordialmente: Ramírez Ramírez

Argentina: Ingreso de Divisas

El Virus Holandés y las Crisis Argentinas

Una característica de la historia económica argentina son sus marcados ciclos de expansión y recesión. La dificultad por mantener una senda de crecimiento sostenido encuentra diferentes líneas de interpretación. Para unos (los más ortodoxos) es consecuencia de una excesiva intervención del Estado que obstruye el funcionamiento de los mercados. Para otros, el problema es más complejo e incluye aspectos estructurales como la existencia de estructuras productivas desequilibradas que dificultan la consolidación de un sector industrial competitivo. En el marco de esta interpretación Argentina estaría infectada con el virus responsable de la patología económica conocida como “enfermedad holandesa”.

El descubrimiento y desarrollo de la explotación de grandes yacimientos de petróleo y gas en las costas de Holanda, con posterioridad a la crisis del petróleo de la década del 70, generó un gran ingreso de divisas que, paradójicamente, repercutió negativamente sobre la economía y el empleo de ese país. La explicación de este fenómeno se encuentra en el hecho que esa avalancha de divisas impacto sobre el tipo de cambio apreciando la moneda haciendo perder competitividad a la industria holandesa. Debido a la rapidez con que esto ocurrió, parte del sector industrial no pudo adaptarse a esa circunstancia favorable (la repentina aparición de nuevos recursos naturales) y se vieron expulsados del sistema. Las consecuencias fueron quiebras, despidos y recesión…. ¡¡Y todo a causa de un descubrimiento aparentemente positivo!!


A Noruega le toco vivir una situación similar tiempo después pero, en base a la experiencia de Holanda, pudo evitar las consecuencias negativas de un ingreso masivo de divisas creando un “fondo anticiclico” destinado a absorber el exceso de divisas ingresadas.

La experiencia argentina

La “bendición” de nuestro país, originada en su excepcional dotación de recursos, suele reproducir lo ocurrido en Holanda. La diferencia reside en que el fenómeno es consecuencia de una estructura productiva desequilibrada que periódicamente entra en crisis.


En la década del 70 el economista Marcelo Diamand llamó la atención sobre este fenómeno, señalando como principal causa del subdesarrollo nacional la dificultad de consolidar un sector industrial competitivo debido a la convivencia de estructuras productivas totalmente disímiles en eficiencia. La principal dificultad en consolidar un importante sector industrial sería una consecuencia no deseada de las ventajas de nuestro sector primario exportador. No esta de más recordar que los costos de producción del campo argentino son los más bajos del mundo, lo cual le permite exportar plenamente su producción a pesar, incluso, de los subsidios de otros grandes productores como EEUU y la UE.

¿Cómo afectan estas ventajas naturales el desarrollo de nuestro país?

De dos formas. Por un lado, por la baja absorción de empleo de nuestro sector primario exportador. La gran diferencia con la Argentina de la “edad de oro”, anterior a la Primera Guerra Mundial, es que el campo de hoy emplea poca gente y que se necesita más que nunca de la industria para brindar trabajo.


Por otro, que el fuerte ingreso de divisas generado por el campo tiende a apreciar la moneda local y restar competitividad a la industria, ya que la posibilidad de desarrollar un sector manufacturero nacional pasa por contar con un tipo de cambio “adecuado” o depreciado. Argentina tiene en su estructura el virus de la enfermedad holandesa.

La fuerte asociación entre la evolución del tipo de cambio real y los precios de los 5 principales productos agrícolas de exportación (soja, maíz, trigo, sorgo y girasol) en los últimos 30 años constituye, justamente, una clara confirmación de la presencia de este fenómeno en nuestro país.

En definitiva, Argentina carga desde sus cimientos, con lo que algunos han dado en llamar una pesada maldición. Una paradoja que cuesta comprender. El problema no esta en la bonanza natural sino en la preponderancia de un perfil exportador primario que repercute negativamente sobre la economía a través de un tipo de cambio dependiente de factores ingobernables como la demanda mundial, precios internacionales, factores climáticos mundiales e internos, resultados de cosechas, etc.

Cuando todos los vientos soplan a favor de Argentina (buenas cosechas y altos precios) el país recibe una avalancha de divisas que aprecia el peso y produce el fenómeno de lo extranjero barato y lo nacional caro, retratado en el folklore criollo a través de expresiones propias como momentos del “dólar barato”, la “plata dulce” o el “déme dos”. En esas circunstancias las empresas productoras de bienes transables, es decir, las que producen bienes que compiten con similares del exterior, tiemblan o cierran sus puertas. Por el contrario, en los años de vacas flacas o de “dólar caro” el peso se deprecia y la industria local se recupera y expande.

Al depender el tipo de cambio de las condiciones y resultados del sector primario exportador, la industria queda relegada a la función de simple espectador del comercio internacional y entonces cabe preguntarse ¿qué industria arriesgará su capital en un proceso productivo a largo plazo, cuando desconoce totalmente el tipo de cambio futuro que condiciona la viabilidad de su inversión?

De allí la necesidad de una intervención pública que evite las fuertes contracciones económicas derivadas de ciclos tan quebrados y que permita desenganchar el valor del tipo de cambio real de la coyuntura por la que atraviesa el sector primario. En otras palabras, que permita planificar con horizontes mas aplanados y menos sobresaltos.

Alternativas

La solución propuesta por Marcelo Diamand era el establecimiento de tipos de cambio diferenciales para la industria y para el campo. Una derivación moderna de esta propuesta son las retenciones a las exportaciones agropecuarias que se usan en la actualidad, que en los hechos operan a manera de tipo de cambio diferencial.

Otra idea es el establecimiento de un fondo anticiclico a la noruega. Esto fue propuesto recientemente por el ex ministro Roberto Lavagna y, sin duda, ayudaría a crear un ambiente de inversiones más estable en el largo plazo.

Una solución más drástica seria entender la producción de productos primarios como si fueran bienes públicos. Es decir, planificar tanto la producción como el abastecimiento y los precios internos de los mismos. Esta política es mucho más compleja que las anteriores e implica un gran aparato de control y planificación con herramientas tales como: precios controlados, cuotas a la exportación, subsidios al sector, etc.

Soluciones existen. Lo más importante es implementar políticas con una visión estratégica que permitan armonizar el aprovechamiento de las ventajas de nuestra dotación de recursos y, simultáneamente, promuevan el desarrollo de una industria poderosa y competitiva.

Por Sergio Peskin. Junio 2006

Características del Comercio Mundial

El comercio tiene una importancia creciente en el contexto económico mundial, ya que la porción de la producción que se destina al mercado externo viene aumentando de forma sostenida. En los últimos 50 años el volumen físico de la producción global creció 8 veces mientras que el volumen de exportaciones aumentó 25 veces (en valor 150 veces). Una consecuencia de este fenómeno es la mayor interdependencia de las economías y la necesidad de incorporar la perspectiva internacional en las decisiones domésticas. De allí la importancia de destacar algunas características que presenta el comercio global.



Concentración

Actualmente, el valor total de las exportaciones de mercancías supera los 10 billones de dólares, a los cuales deben sumarse otros 2 billones correspondientes al intercambio de servicios comerciales. Como se aprecia en el cuadro siguiente, una decena de países, con Alemania, EEUU y China a la cabeza, concentra casi el 60% del total.

 

Comercio de Mercancías. Año 2004 (miles de millones u$s)

  

Expor



%

Impor

%



Saldo

 

Alemania

910

10,0

730

8,0

180

 

Estados Unidos

820

9,0

1.520

16,7

-700

 

China

600

6,6

560

6,2

40

 

Japón

570

6,3

470

5,2

100

 

Francia

450

4,9

470

5,2

-20

 

Países Bajos

360

4,0

320

3,5

40

 

Italia

350

3,8

350

3,8

0

 

Reino Unido

350

3,8

470

5,2

-120

 

Canadá

320

3,5

280

3,1

40

 

Bélgica

310

3,4

290

3,2

20

 

10 Primeros países

5.040

55,4

5.460

60,0

 -420

 

Resto del Mundo

4.060

44,6

3.640

40,0

420

 

Total Mundial

9.100

100,0

9.100

100,0

0

Elaboración propia en base a datos de la Organización Mundial de Comercio

A su vez, en los últimos 25 años se han registrado importantes cambios en los flujos comerciales entre las grandes regiones y países. Mientras que la participación de Asia ha ido creciendo de forma sostenida (actualmente exporta la cuarta parte del total mundial) las de América del Sur y África han declinado y hoy no alcanzan al 3% del total. A nivel de países, Estados Unidos y Japón han disminuido su participación en las exportaciones globales del 12% al 9% y del 9% al 6%, respectivamente. Europa es la excepción, ya que su participación se ha mantenido constante en cerca del 45% del total mundial.

Integración

El desarrollo de regiones conformadas por países que han suscripto acuerdos de integración también ha producido sustanciales cambios en los flujos comerciales, como se observa en el cuadro siguiente. En el caso de la Unión Europea y del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) el intercambio de bienes al interior de la zona supera con creces al que se realiza con terceros países. No ocurre lo mismo en la ASEAN , el Mercosur y la Comunidad Andina , cuyas ventas se siguen destinando principalmente a mercados extrazona.

 

Exportaciones de bienes por acuerdos de integración. Año 2004

 

(en miles de millones de u$s)

 
  

Intrazona

Extrazona

Total

 

Unión Europea (25)

2.500

1.200

3.700

 

NAFTA (3)

740

600

1.340

 

ASEAN (10)

130

420

550

 

MERCOSUR (4)

20

120

140

 

Comunidad Andina (5)

7

70

77

 

TOTAL

3.400

2.410

5.810

Desequilibrios

Existen fuertes asimetrías en el intercambio provocadas, principalmente, por el creciente desequilibrio de la balanza comercial de Estados Unidos. Como se muestra en el cuadro, en el año 2004 ese déficit alcanzó los 700 mil millones de dólares, la mitad del cual se originó en el comercio con los países asiáticos.

Saldo del intercambio comercial por regiones. Año 2004 (en miles de millones u$s)

 

UE

EEUU

Asia

Resto

Total

Unión Europea (25)

 

+120

-120

+100

+100

Estados Unidos

-120

 

-350

-230

-700

Asia

+120

+350

 

-170

+300

Resto del Mundo

-100

+230

+170

 

+300

Elaboración propia en base a datos de la Organización Mundial de Comercio

La persistencia de estos desequilibrios y, más concretamente, el sostenido incremento de las importaciones norteamericanas y la lenta evolución de su sector exportador constituyen una de las principales preocupaciones para la estabilidad del sistema económico mundial.

Sectores

Los productos industrializados tienen una importancia creciente en el comercio mundial. En los últimos 50 años el volumen de manufacturas exportadas se multiplicó por 50, mientras que el de combustibles y minerales lo hizo 9 veces y los productos agrícolas sólo 7. Actualmente las manufacturas absorben las tres cuartas partes del valor del intercambio total, destacando la participación de productos químicos, equipos de transporte y elementos para oficinas y comunicaciones.

Comercio mundial por sectores. Año 2004 (en %)

  

%

 

Productos Agrícolas

9,0

 

Combustibles y Minerales

15,0

 

Manufacturas

76,0

A título de reflexión

Argentina ha ido perdiendo peso en el comercio global, al igual que otros países exportadores de materias primas. Sus exportaciones representan hoy sólo el 0.4% del total mundial, cuatro veces menos que hace 50 años. Esto debería ser una señal de atención sobre la falta de dinamismo del sector industrial, ya que el perfil exportador del país es un espejo de la situación productiva. Indudablemente, Argentina debe aprovechar sus ventajas naturales y estimular el desarrollo del sector agropecuario, pero ello no es suficiente. El país tiene las condiciones necesarias para impulsar un moderno proceso de industrialización y aprovechar la expansión del comercio mundial de la mano de las exportaciones de productos manufacturados. Para ello se requiere inteligencia y voluntad.

Alberto Pontoni. Mayo 2006

Realidad Económica: a la Espera de un Resultado Diferente

Un viejo proverbio dice que resulta cuando menos absurdo repetir las mismas recetas y esperar un resultado diferente. Sin embargo, esa parece ser la realidad actual en materia económica..


La notable recuperación de la economía de nuestro país en los últimos tres años sirve de pie a varios de los funcionarios más encumbrados del gobierno nacional para asegurar que la receta seguida es la correcta y que por lo tanto no solamente este es el camino correcto sino que el mundo desarrollado y los organismos internacionales de crédito hacen planteos sustancialmente erróneos que ya no podrán imponernos.

Dejemos de lado cuestiones políticas, de personal soberbia o de ignorancia en la ciencia económica de no pocos de quienes así se expresan y centrémonos en la breve historia reciente y en sus porqués.



Durante los años de la llamada convertibilidad el déficit estatal tanto nacional como provincial y municipal llegó a niveles superiores a los 15.000 millones de dólares anuales que eran cubiertos con endeudamiento externo ya que la emisión de moneda sin respaldo estaba vedada por imperio de la ley. La baja productividad local, pese al evidente adelanto en tecnología alcanzado en esos años en prácticamente todos los rubros, provocaba la sobrevaluación del peso y la consiguiente baja de la competitividad en el sector externo. A tal punto, que Buenos Aires llegó ser en un momento, la Capital más cara del mundo después de Tokio. Se trataba de un encarecimiento producto de tal sobrevaluación, y el creciente endeudamiento cubría la diferencia. Vivíamos, como quien dice, de prestado.

Cuando las crecientes dificultades con el endeudamiento exterior se hicieron insoportables, comenzaron a surgir las llamadas cuasimonedas, que inmediatamente se convirtieron en una pandemia de proporciones cósmicas, con alguna excepción provincial producto de riquezas propias y naturales que no sufría las consecuencias directas y no la afectaba mayormente la coparticipación federal.

Esta situación, votada y aceptada por todos los sectores de la vida política nacional casi sin excepción, continuó hasta el estallido a fines de 2001. La crisis y la salida de la convertibilidad generaron una descomunal devaluación, pese a que el ministro Remes Lenicov hubiera anunciado que la misma no superaría $1,40 por dólar luego de que supuestos sesudos estudios técnicos así lo hubieran determinado. Pocas semanas después, la moneda norteamericana había alcanzado los $4.- por unidad, y no pocos economistas pronosticaban que pronto llegaría a los $ 10.-. Tales economistas han sido vapuleados varias veces por el presidente Kirchner por haberse equivocado en sus estimaciones. Pero, sin embargo, la certeza del cálculo de Remes Lenicov, defenestrada en horas por una realidad incandescente, ni siquiera fue puesta sobre el tapete por el primer mandatario. Nunca.


La enorme devaluación constituyó un literal "pelito al campo" para los tenedores de pesos convertibles a los cuales la ley y el Banco Central habían prometido un dólar por cada peso circulante. Nadie que sepamos inició una demanda por eso, pero la realidad es que el pagaré llamado peso fue la primera deuda que el Estado dejó de pagar, con el argumento falso de que los dólares "no estaban". Lo que no solo no era cierto sino que aunque lo hubiera sido debería haber dado lugar a la entrega de algún título o bono por la diferencia.

El colchón devaluatorio produjo a su vez una diferencia monstruosa de ingresos a favor del Estado. Éste, por un lado dejó de gastar 100.000 millones de dólares mensuales y pasó a gastar unos 25.000 millones, por el otro implementó rápidamente el viejo recurso de los derechos de exportación (verdadero kamikaze del crecimiento de cualquier país) para quedarse con parte de la enorme diferencia que el sector exportador primario obtenía al vender en dólares y pagar en pesos devaluados la mayoría de sus costos, incluidos, claro está, los salarios.

A esto se sumó el no pago de la deuda externa, el llamado default que dejó en el viento ("provocó un ahorro" según las expresiones presidenciales) la friolera de 67.000 millones de dólares. Aquella bonanza de los años convertibles se había volatilizado y licuado en la devaluación y en el "pelito al campo", interno y externo.

De tal manera el Estado comenzó a tener el impresionante superávit que hoy le permite, a su arbitrio, dar subsidios aquí, allá o acullá, según el comportamiento de los diversos sectores, que incluye poder político, presiones económicas, amistades y hasta cuestiones regionales vinculadas con el origen de nuestros actuales gobernantes.

La política seguida en materia de tarifas de la energía, o la más reciente en aplicación respecto de la carne vacuna, muestran a las claras la intención del actual gobierno en el sentido de que el mundo exterior no afecte a nuestro país. En sí misma tal pretensión es decididamente inconsistente. El aumento de la demanda de carnes a nivel internacional es producto entre otras cosas del surgimiento de la llamada gripe aviar, también del brote aftósico en Brasil, como hemos señalado oportunamente. Tal demanda adicional empuja a la suba los precios locales, que a su vez se sostienen por la sobreabundancia de pesos en circulación y ciertas "recomposiciones" de ingresos y salarios. Los esfuerzos del gobierno por retrotaer el precio de la carne mediante controles y acusaciones varias, han llegado a picos impensados. La prohibición de exportar emanada de una simple resolución ministerial (cosa que en un Estado de Derecho ni siquiera en tiempos de guerra se hace por esa vía), o el nombramiento del Sr. Guillermo Moreno para negociar precios de consumo interno desde la reflotada Secretaría de Comercio son apenas ejemplos. Moreno es calificado como un "duro" y según el Dr. Roulet, vicepresidente de CRA, ha llegado a decir en una reunión que si los productores cordobeses no pueden sobrevivir con un precio del kilo vivo de novillo de $ 2,40 "que se fundan". Si esto es verdad, cosa que no nos consta, estamos como en los tiempos del recordado Dr. Mazzorín, cuando decía públicamente que el precio del pollo lo pondría él, y estaba a su arbitrio la voluntad de bajarlo tanto como para destruir el mercado avícola. Todo ello en nombre de la Constitución y las leyes de la República. Y del Estado de Derecho.

En materia energética es obvio que la baja de la producción petrolera, según datos de los primeros 9 meses de 2005 (supera el 5%), e inclusive de la del gas en igual período (del orden del 1,5%) es un claro indicativo de los efectos de una determinada política de congelamientos de precios y retenciones a las exportaciones que llegan al 45% en el marco de un valor internacional del petróleo que se aproxima raudamente a los 80 dólares. Si pensamos que las naftas tienen al consumidor un componente impositivo cercano al 60% del valor bruto de venta (es decir de cada peso, 0,60 son impuestos) tenemos una verdadera pintura de hasta dónde puede llegarse en materia de sostener artificialmente baja una realidad que tarde o temprano resultará insostenible.

El gasoil sigue subsidiado para el transporte, y los pasajes de colectivos y trenes se mantienen también artificialmente bajos al tiempo que el dólar oscila en $3,10 cuando hace 4 o 5 meses estaba en $2,85. El deterioro del parque automotor en estos rubros es evidente en estos años.

Nada de esto es nuevo en la Argentina: sostener el tipo de cambio alto para financiar sectores elegidos por el gobierno se compadece con la política de resultar competitivos sin serlo. Eso y no otra cosa es el dólar competitivo. La inyección de moneda y el endeudamiento en Lebacs para retirarla de circulación y evitar la explosión inflacionaria son de una ortodoxia monetarista a prueba de cualquier discurso. Pero como no es suficiente aparecieron y se multiplicaron rápidamente los "acuerdos" de precios y los controles.

En momentos de escribir estas líneas, es vox pópuli la puesta en vigencia de la vieja ley de abastecimiento del año 1974, que aplica incluso penas de prisión a quienes no respeten los precios "acordados".

Nadie habla de respetar el valor de la moneda. Todos en cambio, hablan de respetar los precios en tal moneda.

Pero el respeto de los precios no obedece a lo que linealmente alguien pueda hacer en tal sentido. La oferta y la demanda siempre cumplen su rol, de lo contrario y dejando de lado la arbitrariedad, no tiene sentido suspender exportaciones de carne.

En los países de controles más férreos del mundo, como Cuba o China, existe un fenomenal mercado negro que cualquier visitante percibe en los primeros minutos nomás de haber ingresado en ellos. Hacemos este comentario alejados de cualquier consideración política. Tan sólo expresamos la realidad de que el mercado siempre funciona, y la ley de oferta y demanda no puede ser abolida. Nos preguntamos entonces cuál es el sentido de colocar a "duros" que afirman que no "negocian" con productores sino con Estados y que al parecer se despreocupan de cómo pueda resultar el negocio para los productores. Descartamos que no se pretende literalmente generar condiciones como las de los países que citamos a guisa de ejemplo. Más bien se intenta una especie de conjunción entre las leyes del mercado y la intervención estatal. Pero tal intervención es desmadrada, pasional y demonizadora. Y entendemos que la realidad no funciona así.

La creación de un fondo fiduciario al cual se destinarán los excedentes del precio de $ 2,40 por kg de novillo pretende ser novedosa pero no es otra cosa que una nueva retención. Que por lo demás ratifica que el precio puede y seguramente superará los 2,40 pesos. Claro, el punto es que no llegue a las carnicerías. Pero en sí es una contradicción más entre lo que se declama y lo que los mismos funcionarios esperan. Como esperan también que la inflación del año sea del 11% según el Presupuesto Nacional.. Siendo la inflación un fenómeno monetario no se entiende de qué otra manera se gestará que no sea por la acción de la Casa de Moneda.

Por qué los precios habrán de mantenerse congelados y la inflación seguirá sumando números constituye un misterio insondable. A menos, claro está, que el propio gobierno sepa que tal inflación es, primordialmente, un recurso impositivo más y no tenga el menor interés es desprenderse de él.

En los años 70 el mercado negro de la carne era de un tamaño descomunal porque por más tipificaciones que imponía la Junta Nacional de Carnes, lo cierto es que los precios corrían por otro andarivel. Nada más y nada menos que el de la realidad. El fondo fiduciario que supuestamente se implementará, afectará al mercado de Liniers, pero no puede implementarse respecto de las operaciones privadas, con lo cual o éstas se prohiben y persiguen, o habrá un mercado negro al otro día del implementado el fondo.

Cuesta creer, y lo decimos con el énfasis que nos produce la preocupación, que con estas políticas y estas leyes se pretenda obtener resultados diferentes a los obtenidos en su tiempo.

Volver a lo mismo y esperar resultados diferentes, sin embargo, parece ser el criterio elegido. Lamentablemente

Buenos Aires, 22 de abril de 2006

© HÉCTOR BLAS TRILLO

Números de la Economía Argentina

Conocidos los números del mes de enero, y el dato final del crecimiento de la economía durante 2005, es interesante analizar las perspectivas económicas sobre la base de las opiniones tanto del gobierno como de los especialistas.



La cifra de crecimiento de la economía durante 2005, quedó definitivamente establecida en 9,1%. El valor es de por sí elocuente y eso complica cualquier análisis que pretenda ser crítico, aún en el marco profesional. Sin embargo, sabemos que la recuperación económica luego de la devaluación y de la crisis, ha pasado esencialmente por el expansionismo monetario, los retrasos tarifarios y de los precios de los combustibles, y un reacomodamiento de precios minoristas esencialmente contenido por políticas de acuerdos de precios, retenciones a las exportaciones y en general la utilización del sistema tributario desde un punto de vista punitivo, esto es: sancionar con retenciones a las exportaciones o negar desgravaciones tributarias si no se comportan los precios según la visión oficial. Así las cosas, las listas de precios sugeridos o cuasicongelados acordadas por el Poder Ejecutivo con distintas empresas, muestran a las claras un enorme intervencionismo tendiente a evitar las consecuencias de la devaluación forzada del peso argentino, a estas alturas un 40% más débil que el real brasileño, habiendo partido de una relación uno a uno con esa moneda a comienzos de 2003.

Con este telón de fondo, comentaremos en este trabajo algunos temas de rigurosa actualidad en materia económica, como ser:

     



  1. Se prorrogará la rebaja del precio de 216 medicamentos por 60 días más a partir del 19 de febrero.
  2. Se ha difundido una lista de 351 productos con precios congelados mediante acuerdos.
  3. La industria creció un 4,8% en enero. El crecimiento es el menor desde la reactivación, y se atribuye desde el gobierno a la parada de plantas por razones técnicas, hecha en enero en el caso de las automotrices, cuando en 2005 se hizo en febrero.
  4. La inversión industrial en 2005 llegó a los 14.105 millones de dólares, de los cuales 9.430 se destinaron a ampliaciones de la unidad productiva o a la creación de nuevas unidades, según informó la Secretaría de Industria. Se menciona en particular la exploración y explotación de nuevos pozos petroleros, que insumió 2.000 millones de dólares.
  5. El ministro De Vido anunció una inversión del orden de los $ 1.000.- millones en los yacimientos carboníferos de Río Turbio hasta 2008. La pérdida de la concesión por parte del empresario Sergio Taselli nunca fue suficientemente explicada
  6. Se ha anunciado el final de la empresa de aviación estatal LAFSA, pese a que existen en el presupuesto 2006 casi 6 millones de pesos destinados a dicha empresa, la que cuenta en la actualidad con 60 empleados.
  7. Se ha mencionado una posible reforma tributaria que implique gravar transacciones financieras. Esta reforma puede afectar a los fideicomisos financieros, que son fuente simple y rápida de financiamiento a bajo costo, y también puede llegar a tocar a los títulos públicos, un aspecto que históricamente los gobiernos han tratado de evitar en lo posible.
  8. Tal reforma tributaria, puede llegar a abarcar otros aspectos, como el mínimo no imponible de Ganancias, el monto exento de Bienes Personales, y cuestiones tales como la tasa de IVA para determinados productos. El presidente Kirchner ha desmentido esta reforma, publicada en el diario Clarín, que como se sabe suele contar con información cercana al gobierno. Cabe suponer que algo habrá, pero no todo.
  9. El Banco de la Nación busca estirar los plazos de las colocaciones en plazos fijos hasta 3 años, recurriendo a tasas supuestamente más atractivas en pesos y en dólares, pero por debajo de la inflación esperada en todos los casos.
  10. Es probable que el gobierno acepte una mayor inflación y un menor crecimiento, dicen los analistas. Esta idea tiene una base lógica: no es posible seguir creciendo al ritmo de los últimos años sin que los precios y los salarios terminen acercándose al incremento sufrido por los precios mayoristas.
  11. El acuerdo con Telefónica ha sido cuestionado por economistas disidentes, se lo ha calificado de poco transparente y en cierto modo es por lo menos llamativo que esta empresa acepte mantener tarifas congeladas sin nada visible a cambio. Se sabe, sin embargo, que el negocio telefónico pasa hoy por la banda ancha y por la telefonía móvil, y que la empresa consiguió extender en forma ilimitada la licencia, además del acceso a otros negocios.
  12. En lo que va del mes, el Central ha comprado más de 580 millones de dólares y algo así como 20 millones de euros para sostener el tipo de cambio en torno de los 3,09 pesos. Este valor es un 7% más elevado que el existente en noviembre pasado.
  13. El crecimiento del PBI esperado para el corriente año, supera el 7% en la visión de los principales analistas, aunque se sostiene que casi un 4% es arrastre de 2005.
  14. En cuanto a la tasa de inflación esperada, algunos la llevan al 15% y otros se mantienen en un valor bastante conservador, cercano al dígito. Nuestra opinión es que la política monetaria sigue siendo expansiva y por lo tanto no será factible evitar que la tasa de costo de vida se aproxime a tal expansividad, de donde deducimos que si la misma es elevada, la inflación será elevada, y eso es lo más probable.
  15. Un dato llamativo publicado por el diario La Nación es que el gasto social es menor hoy que el que había en 1994, según cifras oficiales. El informe del INDEC sobre los que más ganan y los que menos lo hacen, comentado en nuestro anterior trabajo, no ha sido del agrado del ministerio de Economía. Y precisamente es allí donde se indica que se gasta un 9% menos que la asignada en 1994 y un 14,3% menos que en 2001. Y también el gasto social está por debajo del promedio de la década pasada.
  16. En el caso de Aguas Argentinas, a diferencia de lo ocurrido con Telefónica, no se ha arribado a un acuerdo, y no existe un operador técnico del sistema. El Gobierno ha impulsado el ingreso de empresarios nacionales, como Eduardo Eurnekian o el Banco de Galicia, pero la inversión es muy grande, de modo que es probable que deba hacerse cargo el propio Estado de tal inversión. Falta saber si finalmente Aguas de Barcelona, u otro, acepta ser el operador técnico.

En términos generales la política de acuerdos de precios continuará a ritmo probablemente creciente. Igualmente el Estado prosigue con la política de subsidios y desgravaciones con el objeto de lograr nuevas inversiones para aumentar la oferta de bienes y servicios. Empresas y empresarios van adaptándose poco a poco a este retorno a viejas prácticas, hoy incrementadas por el superávit fiscal que ofrece al Gobierno y a sus más destacados funcionarios (por el cargo que ocupan) la posibilidad de ensayar modelos de ayuda al mismo tiempo que definir sectores o actividades a ser promocionadas. Es allí donde la práctica del lobby se acentúa y profundiza día a día. Se trata de llegar a los ministros que definen las necesidades y prioridades, para alcanzar luego la ayuda necesaria. Es interesante citar por ejemplo el caso del ferrocarril Belgrano Cargas, incluido en la ley de emergencia económica y que pretende ser reprivatizado a manos de un consorcio integrado por Francisco Macri, empresas chinas, el gremio ferroviario y desde ya el propio Estado. En materia ferroviaria, dicho sea de paso, el incremento de los subsidios ante el retraso evidente de las tarifas, se destina casi íntegramente a sueldos. Asimismo el gasoil se subsidia para evitar que suban los boletos de ómnibus y los fletes. El Estado gasta así dinero en sostener una irrealidad, pero no parece ser el objetivo cambiar la situación con vistas a un mejor servicio en un plazo convenido. No. Simplemente parece tirar para adelante la pelota.

El Estado subsidia la generación de electricidad, dado que fuerza a las empresas a invertir sus acreencias en nuevas usinas necesarias para evitar el colapso. El consumo de GNC no parece preocupar demasiado, pese a su bajo costo y a la necesidad de gas creciente. Y las petroleras en general compensan los altos derechos de exportación y el congelamiento de precios local, con menores impuestos sobre las ventas de combustibles al exterior.

Cuando la política económica se ha vuelto intervencionista en un grado de detalle que incluye que los ministros, el presidente de la Nación, y prácticamente toda la plana ministerial a nivel Nacional y Provincial, más los intendentes y asesores a nivel municipal, está bien claro que la continuidad del sistema será un creciente esfuerzo por negociar y acordar precios, producción, subsidios, desgravaciones, créditos blandos, prioridades, etc. Por otra parte, se multiplicarán los esfuerzos por lograr "canastas" de precios de indumentaria, escolares, básica alimentaria, etc. Todo ello en un esquema de creciente participación política y sindical.



Pronto las acusaciones a empresas y empresarios comenzarán a resultar menos útiles políticamente, ya que la población en general termina depositando en el gobierno, cualquiera fuera éste, la responsabilidad máxima de que las cosas puedan trastabillar o incluso dejar de funcionar. Lo ocurrido en Las Heras muestra a las claras lo que decimos. Llega un punto en que de nada sirve acusar a tal o cual grupo empresario, porque es el Estado el que puede y debe fijar las reglas y establecer premios y sanciones. Más aún, o esencialmente, en un modelo intervencionista y de fijación de precios como el vigente.

Lamentablemente no vemos un horizonte de reglas de juego claras que se respeten en el tiempo y que estimulen el ingreso de capitales por medio de la confianza y la seguridad jurídica. Tampoco vemos un gobierno preocupado por la eficiencia del aparato estatal, que sigue tan pesado costoso y torpe como siempre, o más todavía, siendo la principal causa de la enorme presión tributaria que obliga a la desvalorización monetaria como artilugio de competencia. El proteccionismo también viene recrudeciendo de la mano de cláusulas como la de "readaptación competitiva", o de los permisos de exportación.

Veremos, en este marco, qué deparan los acontecimientos en las próximas semanas.

Buenos Aires, 19 de febrero de 2006

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Microcréditos en Bolivia

¿Pueden las instituciones microfinancieras enfocarse en los pobres, tener un impacto relevante en su nivel de vida y ser financieramente autosuficientes? La respuesta es sí. A continuación se analizan dos casos exitosos, los programas Crecer de Bolivia y Share de la India, dos países en los cuales gran parte de la población nace, vive y muere en condiciones de pobreza extrema.



Crecer de Bolivia

El Crédito con Educación ha demostrado ser una de las estrategias más exitosas en el terreno de las microfinanzas. Suele tener por principal destinataria a la mujer, ya que mejorando el ingreso, la salud, la educación y el status social de ella se eleva el nivel de vida de toda la familia. Combinando crédito en efectivo y educación en salud y nutrición, las mujeres compran más y mejores alimentos, invierten en la educación de sus hijos, controlan la salud de su familia y se ayudan entre sí para tener mayor influencia en la sociedad.

En Bolivia, país con 8.3 millones de habitantes de los cuales el 83% vive en la pobreza, se puso en marcha el proyecto Crecer, cuyo propósito es brindar crédito con educación. Actualmente, este programa brinda servicios financieros a 37 mil mujeres indigentes en más de mil comunidades rurales y urbanas marginales. Los préstamos son complementados con acciones de capacitación en salud, nutrición, autoestima, negocios y manejo de asociaciones comunales. La entidad se basa en el sistema de créditos grupales (“banca comunal”) difundido por Muhammad Yunnus de Bangladesh (Banco Grameen).


Crecer centra su acción en la mujer en situación de pobreza que a su condición de pobre suma el rol secundario que le suele asignar la sociedad. Las mujeres son atraídas por el programa, que llega con sus servicios hasta los pueblos donde viven y respetan su cultura e idioma, sea quechua, aymará o español.

Cada grupo destinatario de crédito esta compuesto por 15 a 30 mujeres (ellas mismas seleccionan los miembros del grupo) organizadas para administrar los recursos financieros y participar de los módulos educativos. Los préstamos se otorgan sin garantías reales, pero todo el grupo esta comprometido en el cumplimiento de las condiciones y reintegro.

Crecer no analiza la capacidad de pago de la socias ni de los grupos. El riesgo de insolvencia o mora se controla comenzando con montos muy bajos, del equivalente a 15 dólares, que en la medida que se cumplen los objetivos y condiciones se va incrementando hasta alcanzar un máximo de 850 dólares. El préstamo promedio es de unos 160 dólares.


Al solicitar un microcrédito, las socias deben ahorrar el 10%, que es administrado por la asociación y devuelto a la beneficiaria al finalizar el ciclo de préstamo. De esta forma se genera una cultura del ahorro en gente que nunca tuvo capacidad para hacerlo.

La metodología de educación no formal busca que las mujeres aprendan de su propia experiencia y conocimientos de un modo participativo y en conjunto. Los módulos de salud, por ejemplo, abordan la prevención de la salud sexual y reproductiva, atención del menor de cinco años, lactancia materna, alimentación complementaria y nutrición, higiene y saneamiento básico. La temática de autoestima procura que las mujeres sepan fijar sus propias metas, conocer y exigir sus derechos y tomar decisiones.

Share de la India

El fundador de Share, Udaia Kumar, un especialista en capacitación de emprendedores rurales pobres, inició en 1993 un programa microfinanciero. Debido a su rápido crecimiento se convirtió en 1997 en una compañía financiera no bancaria. Actualmente provee servicios de apoyo financiero a mujeres en la provincia de Andhra Pradesh, que tiene 80 millones de habitantes, de los cuales el 40% es pobre.

Su capital es de 3,3 millones de dólares, de los cuales 1,2 millones fueron aportados por 26 mil mujeres pobres que se hallaban entre sus clientes. Como estas accionistas tienen representantes en el directorio es un caso notable de institución financiera cuya administración y propiedad esta, principalmente, en manos de mujeres pobres.

La metodología de crédito comienza con un sondeo inicial en la aldea y una reunión pública de orientación. A continuación se forman grupos de prestamistas de cinco mujeres. El criterio es que entre los miembros no haya relaciones de parentesco, pero que sean de la misma edad, buenas amigas y procedan de la misma zona.

Según estudios de seguimiento el 77% de los clientes de Share mejoraron sustantivamente su nivel de vida en pocos años y más del 30% logró salir de la pobreza.

Reflexión final

El microfinanciamiento constituye un insumo participativo y no paternalista de desarrollo, pues equipa a los pobres para ejercer sus propias opciones y salir de la pobreza en forma sostenida y autónoma, genera una cultura del trabajo y del ahorro y fomenta el consumo. Es importante destacar que, en ambos casos, se consideró a la mujer como la principal beneficiaria no solo por ser la parte más débil de la sociedad, sino por el efecto multiplicador que genera con su ingreso.

En donde estos programas fueron implementados, las familias necesitadas pudieron planificar su futuro y enviar a más hijos durante más tiempo a la escuela. Asimismo aumentó la seguridad en sí mismas y la confianza de las mujeres, permitiéndoles enfrentar adecuadamente las desigualdades de género.

Uno de los desafíos en nuestro país es diseñar programas con mecanismos específicos para incluir a los pobres y mejorar su nivel de vida. Las instituciones microfinancieras son una alternativa pero para poder lograr exitosamente su objetivo deberían adoptar una cultura institucional adecuada que se refleje en la visión de la organización y en el compromiso del staff de todos los niveles.

por Maria Laura Lorenzo

Argentina: Proyecto de País

Nuestra historia como país es un claro ejemplo de marchas y contramarchas, signadas de profundas crisis políticas, económicas y sociales. Es difícil encontrar un período histórico de desarrollo sostenido en el tiempo, salvo el transcurrido desde Caseros hasta la crisis del 30. Creemos que para ser una nación exitosa se requiere el esfuerzo del conjunto de la sociedad y para ello es necesario alcanzar un consenso nacional que siente las bases de un plan para el desarrollo de la república.



El gobierno es quien debe asumir la iniciativa de una convocatoria abierta y comprensiva de todos los sectores para debatir un proyecto de país que beneficie a todos a través de un crecimiento sostenido y un reparto equitativo de la riqueza. En la agenda de ese gran encuentro deben figurar los siguientes temas:

1. Qué producir . Deberán analizarse con realismo las posibilidades competitivas de los diferentes sectores y transformarlos en locomotoras del desarrollo conjugando el esfuerzo privado y público. Las inversiones deberían estar orientadas hacia actividades productivas eficientes en lugar de aquellas de carácter especulativo que terminan perjudicando la economía. Necesariamente deberán considerarse problemas que hoy frenan el crecimiento o pueden transformarse en amenazas futuras, como la falta de crédito para inversiones industriales y la creciente tendencia al monocultivo en el agro.

2. Seguridad jurídica . Crear un marco jurídico e institucional sólido y transparente, con reglas claras y estables que fomenten las iniciativas. Es necesario mantener políticas de largo plazo y no sujetas al gobierno de turno. Se deben fijar lo que los países desarrollados establecen como “políticas de estado”. El cambio de reglas permanente, hace de nuestro país un destino lleno de inestabilidad e incertidumbre que impide el planeamiento a largo plazo.



3. Inclusión social . Es necesario contemplar el acceso a un trabajo digno de los excluidos, ya que no es factible un modelo con gran parte de la población fuera del sistema. La capacitación y la educación son las llaves para esa integración. Asegurar una educación de excelencia en todos los niveles es fundamental. Para esto se debe mejorar el sistema educativo primario de las zonas marginales, especializar en los niveles medios para que los jóvenes cuenten con conocimientos técnicos adecuados para su rápida inserción laboral y fomentar las carreras que cubran las necesidades profesionales de acuerdo al modelo adoptado.

4. Tecnología . Invertir en I&D en busca de tecnologías que permitan elevar la competitividad nacional y alcanzar niveles óptimos de calidad para nuestros productos. En un mundo de acelerados cambios es necesario buscar la innovación permanente para no retrasarse frente a futuros competidores.




Conclusión . Luego de analizar las posibilidades del país nos damos cuenta de la necesidad fundamental es mirar en positivo y a largo plazo, para conseguir un crecimiento sustentable en el tiempo. Si no se logra un consenso nacional que se plasme en un proyecto de país seguiremos perdiendo tiempo y oportunidades en discusiones inútiles.

Por Norberto Quiroga Vergara y Ramón Fernández Casares

Los Pactos de la Moncloa

Por Alberto Pontoni y Azul Coppari. Noviembre 2005


Analizamos uno de los modelos mas difundidos como experiencia de acuerdo nacional, los Pactos de la Moncloa.

Hace 30 años, en noviembre de 1975, fallecía Francisco Franco, Caudillo de España y de la Cruzada, Generalísimo de los Ejércitos, que durante casi 40 años gobernó España con puño de hierro. Lo sucedió como jefe de Estado Juan Carlos I, conforme lo había dispuesto el mismo dictador poco tiempo antes. En junio de 1977, después de un año y medio de difícil transición y en el marco de una convulsionada coyuntura política, económica y social España va a elecciones libres (las primeras desde 1936, cuando triunfó el Frente Popular).

El resultado electoral mostró una dispersión de preferencias que dificultaba la búsqueda de una salida para la profunda crisis que vivía el país, ya que la centro derecha (UCD) obtuvo el 35% de los votos, los socialistas del PSOE el 29% y los comunistas (PCE) un 10%.


Es en este contexto que en octubre de 1977 se realiza un acuerdo nacional, conocido como Pacto de la Moncloa, suscripto por todos los partidos políticos con representación parlamentaria y sancionado por unanimidad en ambas cámaras del parlamento. Se considera que este hecho institucional constituye uno de los cimientos, junto con el ingreso a la Comunidad Económica Europea en 1986, de la España moderna y democrática de hoy.

Los Pactos de la Moncloa son, básicamente, dos: el político (Programa de Actuación Jurídica y Política) y el económico (Programa de Saneamiento y Reformas de la Economía). Mientras que el primero perseguía la consolidación democrática del país, que se perfecciona con la sanción de una nueva Constitución en 1978, el segundo plantea medidas urgentes destinadas a salir de la seria crisis económica y modernizar la estructura productiva.

El Programa Económico



El legado de Franco fue una España poco desarrollada, en seria recesión económica, con fuerte desequilibrio externo y creciente inflación. La emigración a naciones vecinas a partir de mediados del 50, constituía la principal salida y recurso de subsistencia para gran parte de la población, oficiando de factor de contención social.

En 1977 la situación era explosiva. Las exportaciones sólo cubrían el 45% de las importaciones, provocando el sostenido incremento del endeudamiento externo y caída de reservas. La deuda trepó a 14 mil millones de dólares, triplicando la disponibilidad de divisas y la inflación alcanzó a niveles del 50% anual. Las pequeñas empresas, seriamente endeudadas, estaban paralizadas y el desempleo rondaba el millón de personas.

El Programa de Saneamiento y Reformas de la Economía, suscripto en el marco de los acuerdos de la Moncloa, con el consenso de los partidos políticos y previa consulta de las organizaciones laborales y empresariales, consideraba acciones de corto y mediano plazo.

Las de acción inmediata estaban destinadas a contener la inflación y estimular la actividad empresarial, recayendo el esfuerzo, principalmente, sobre el sector público, que se comprometía a una mayor austeridad, y los asalariados, que renunciaban a las medidas de fuerza para obtener ajustes salariales.

Entre las acciones acordadas destacaban:

* El compromiso del gobierno de reducir el gasto y ejercer una política monetaria restrictiva.

* La aceptación de ajustes salariales conforme la pauta de inflación futura en lugar de la pasada. Esta medida representaba un sacrificio de los trabajadores, pues implicaba aceptar aumentos de remuneraciones inferiores a la evolución del costo de vida.

* La flexibilización del régimen laboral, a través de mecanismos de contratación temporal y mayores facilidades para el despido de personal (inicialmente, hasta el 5% de la plantilla).

El Pacto también contemplaba iniciativas que apuntaban a una mejora de los derechos sindicales y la distribución del ingreso, a través de reformas de la estructura impositiva, seguridad social y educación. De esta forma se pretendía presentar el acuerdo como un reparto equitativo de sacrificios. Sin embargo, poco de esto último se llegó a concretar.

El Programa permitió alcanzar los objetivos de corto plazo fijados. En 1978, la inflación descendió al 16%, la situación fiscal mejoró, las reservas se duplicaron y las empresas comenzaron a recuperarse. Sin embargo, poco se avanzó en los objetivos propuestos para el mediano plazo, principalmente la reducción del desempleo y una mejora en la distribución del ingreso. Las promesas de reformas terminaron siendo postergadas.

En 1982 llega al gobierno el Partido Socialista (PSOE) que, paradójicamente, privilegió políticas ortodoxas de crecimiento por sobre la distribución. Durante la gestión de Felipe González mejoraron las principales variables macroeconómicas y aumentaron las utilidades de las empresas, pero al mismo tiempo cayó el salario real, se agravó el desempleo y aumentó la precariedad laboral. El mercado desplazó el anterior régimen de acuerdos.

Reflexiones finales

El aspecto más positivo del Pacto de la Moncloa está, definitivamente, en el componente político. Los rituales simbólicos y ceremonias de reconciliación nacional (entre las que destaca el reconocimiento de la monarquía) así como el consenso de la dirigencia política respecto del proceso de democratización del país generó un clima de gran confianza que repercutió favorablemente y facilitó el ingreso a la Comunidad Europea. Desde este aspecto constituyó una respuesta inteligente de la dirigencia de ese país para superar el retraso y engancharse al exitoso tren de la integración europea.

La Moncloa deja otra lección: el incumplimiento de las promesas hechas a los trabajadores a pesar de las apelaciones grandilocuentes a la necesidad de un reparto de sacrificios. El pacto económico sirvió para contener las demandas de los asalariados que debieron resignar ingresos y empleos y esperar más de dos décadas para mejorar su situación.

La España de la Moncloa es muy diferente de la Argentina de hoy, que lleva más de dos décadas de ejercicio democrático, no le espera ninguna locomotora externa de progreso y bienestar a la cuál engancharse y viene de superar un profundo colapso. De allí, que el desafío no pase tanto por la modernización institucional sino, principalmente, por concertar las bases para impulsar un desarrollo equitativo e integrador, lo cuál implica que el eje del consenso debe estar orientado a la definición del programa económico.

Economía de Finlandia

Finlandia es un país joven (obtuvo su independencia en 1906) y pequeño, tanto en extensión (338.000 km2 cubierto en su mayor parte por lagos) como en población (5 millones de habitantes). Sus riquezas naturales son escasas, constituyendo los bosques su fuente principal de recursos primarios. A pesar de ello se encuentra a la vanguardia en todo, tanto en los clásicos indicadores de desarrollo humano (ingresos, equidad, empleo, salud, educación, oportunidad de genero, mantenimiento ambiental, etc) como en desarrollo tecnológico, competitividad, ejercicio institucional y ausencia de corrupción. Lo extraordinario de este pequeño gran país es que en menos de un siglo pasó de la pobreza al bienestar generalizado y que, recientemente, logró emerger de una seria crisis y transformarse en una economía posindustrial. El articulo ilustra sobre algunas causas de este desempeño y en que medida es replicable a realidades como la nuestra.


A principios de la década del noventa Finlandia sufrió fuertemente el colapso de la Unión Soviética, su vecino y principal socio comercial. El sector productivo, basado en la industria metalúrgica y de pasta de celulosa, se derrumbó arrastrando a otros sectores. El país se frenó y el desempleo trepó al 20%. Hoy, sólo 15 años después, Finlandia deslumbra como uno de los modelos más exitosos de lo que se ha dado en llamar sociedad posindustrial, conjugando bienestar social y modernidad económica.

¿Cómo pudo aprovechar ese país el traumatismo de una crisis para realizar una mutación económica profunda que fue mucho más allá de una mera recuperación? Esta es, justamente, la particularidad del caso finlandés y aquello que más atrae la atención de los estudiosos del desarrollo.

La transformación


En primer lugar, hay que tener en consideración que la salida de la crisis no se produjo a través de instrumentos tradicionales de auxilio en caso de naufragio económico, como son el crédito o la devaluación. La utilización del crédito no fue posible, al igual que en la Argentina del 2002, porque el sistema financiero estaba colapsado por el alto grado de sobreexposición crediticia al momento del estallido. A su vez, los compromisos adoptados en el marco del proceso de incorporación a la Unión Europea le impedían devaluar.

La clave de la transformación económica de Finlandia debe ser rastreada en la inteligente planificación y conjugación del sector privado y público. Más precisamente, entre la adecuada y eficiente decisión de una empresa: Nokia, y la igualmente acertada estrategia del gobierno para convertir a Finlandia en una "sociedad de la información".

Nokia, el gigante de las comunicaciones inalámbricas, es la compañía más grande de Finlandia en volumen de ventas y empleo (absorbe casi el 3% de la oferta laboral) e influencia mucho toda la economía. Empezó como una compañía industrial de pasta de celulosa y papel que, a partir de su crisis, se transformó exitosamente en una empresa de electrónicos y de desarrollo detecnologías de información y comunicación (TICs).


Por su parte, el Gobierno ha hecho mucho por convertir a Finlandia en una sociedad de la información a través, principalmente, del financiamiento de actividades de investigación y desarrollo (I&D) y educación. Finlandia esta en el grupo de paises que más invierten en I&D (cerca del 4 por ciento del PBI) y que mayor presupuesto asigna al apoyo de la ingeniería y la tecnología en las universidades. Los avances en el desarrollo de sistemas de comunicación inalámbrica y de teléfonos celulares de tercera generación son, en gran medida, resultado de la investigación del sector público (junto con Nokia) en estas áreas.

La preocupación del gobierno por mantener el liderazgo en temas relacionados con las TICs es permanente. Muestra de esta inquietud es la creación e institucionalización del Comité para el Futuro, un colectivo de científicos, planificadores y políticos, destinado a analizar asuntos relacionados con los desafíos de las nuevas tecnologías y la globalización.

Claves y Lecciones

De la experiencia de Finlandia se desprenden importantes claves que pueden resultar útiles para Argentina y otros paises. A pesar que la formula no es exótica ni desconocida, es conveniente insistir que no hay recetas únicas ni simples ya que el camino del desarrollo atraviesa diferentes desafíos económicos y sociales.

Consenso y pensamiento estratégico. La cooperación entre gobierno, empresas, gremios, y organizaciones sociales, es un factor sustancial en la búsqueda y construcción de opciones superadoras en el caso de paises con cierto nivel de desarrollo económico y social. Esta herramienta es una constante de las políticas públicas en las naciones nórdicas y también se encuentra en los cimientos del boom reciente de España e Irlanda, institucionalizados como Pacto de la Moncloa (1977) y Acuerdo Social (1987), respectivamente.

Dicho de otra forma, una función clave del Gobierno es presidir "paritarias del desarrollo", que tengan el propósito de articular el funcionamiento de economías de mercado en un marco de plena inclusión social. Sería un error presumir que los problemas actuales pueden ser resueltos unilateralmente y una miopía de graves consecuencias estimular la confrontación entre los diferentes sectores sociales o la exclusión de alguno de ellos.

Distribución, competitividad y eficiencia. Una de las grandes sorpresas de Finlandia es la excelente conjunción de competitividad empresarial con fuerte presión impositiva. La clave reside en el hecho de ser un juego en que "todos ganan".

Por un lado, los sectores populares, que disfrutan los beneficios de inversiones sociales financiadas con esos recursos, como subsidios, asistencia médica y educación de calidad generalizada Por otro, las empresas y los sectores más ricos, sobre quienes recae la mayor carga tributaria, que también se benefician de esa política redistributiva en la medida que el modelo económico siga descansando sobre la sabiduría y el conocimiento.

Pero, la principal lección es que Finlandia no es un milagro sino la evidencia de una construcción humana inteligente y solidaria. Una solución posible de alcanzar, pero que requiere la voluntad de las clases dirigentes para asumir los cambios necesarios.

Por Alberto Pontoni.Octubre 2005

Competitividad

La competitividad después de la devaluación



La devaluación de la moneda fomenta el crecimiento de las exportaciones como consecuencia de la caída en los precios y en los salarios en relación a los demás países. La pregunta que surge es: en qué medida esto fomenta un aumento en la competitividad en el país que devalúa y qué otras políticas deberían aplicarse para lograr una economía más competitiva.

En este trabajo se analiza que efectos produjo la devaluación sobre la competitividad de la economía argentina, a través de la evolución de distintas variables que se consideran relevantes para evaluar la variación en el grado de competitividad.

Autor: María Belén Gómez Mena - Universidad Nacional de Córdoba

mbgmena@gmail.com

Septiembre de 2005



Desarrollo Humano en Argentina

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) acaba de publicar el informe anual de Desarrollo Humano (DH) colocando, una vez más, a Argentina dentro del grupo de naciones con "alto" DH. ¿Puede calificarse así a un país con más del cuarenta por ciento de su población sufriendo carencias y donde uno de cada cinco habitantes no cuenta con los medios suficientes para alimentarse?



En el mencionado informe Argentina ocupa el puesto 34 de una muestra que abarca a 177 naciones de todo el mundo encabezando el grupo latinoamericano de alto desarrollo, seguido por Chile (37), Uruguay (46), Costa Rica (47), Cuba (52) y México (53).

Sólo la arbitrariedad (no carente de intencionalidad) en la elección de indicadores y cierta insensibilidad estadística pueden hacer que Argentina comparta la clasificación de vanguardia con paises como Noruega, Japón y España y permita a los gobernantes de turno y alguno que otro cándido regodearse con la idea de formar parte del "primer mundo" o encabezar el ranking de las naciones latinoamericanas. Más patético aún resulta el caso de México, igualmente clasificado como de alto DH a pesar de que más de una cuarta parte de su población percibe ingresos inferiores a dos dólares diarios.

De allí el cuestionamiento a la utilización del calificativo "alto" que complementado con el termino "desarrollo" tiene un claro sentido de valoración positiva que desnaturaliza la realidad y constituye una verdadera afrenta a los numerosos contingentes de población que sufren cotidianamente todo tipo de privaciones en estos paises.



Como se elabora el IDH

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es un indicador que clasifica a los paises en tres grupos (desarrollo humano alto, medio y bajo) atendiendo a los logros promedio alcanzados en materia de salud, educación y economía, medidos respectivamente por:

  • La esperanza de vida al nacer, en el caso de la salud,
  • Una combinación de tasas de alfabetización y de matriculación, para la educación, y

  • Un PBI per cápita adaptado según poder adquisitivo, en economía


Sin duda el IDH es una forma de medición del bienestar un poco más amplia que el clásico ingreso per capita pero sigue adoleciendo del serio defecto de ser poco representativo para el conjunto de la población, lo cual resulta una deficiencia seria para el caso de paises muy segmentados por la regresiva distribución de ingresos, como es el nuestro.



Cualquier estudio serio sobre desarrollo debe necesariamente incorporar indicadores de distribución de ingresos, no como un complemento estadístico sino como insumo sustancial del análisis. Lamentablemente, vivimos la influencia de un economicismo restringido e interesado que descalifica la búsqueda de justicia social en aras de una supuesta eficiencia. Esta postura se refleja, entre otros, en la actual presión de EEUU por restar importancia al compromiso asumido en las Metas del Milenio de erradicar la pobreza.

Equidad y Desarrollo

En el cuadro que se muestra a continuación se comparan los ingresos anuales per capita, en dólares equivalentes (ajustados por poder adquisitivo), de Noruega, Japón, España y Argentina, ubicados, respectivamente, en los puestos 1, 11, 21 y 34 del IDH. La tabla permite apreciar el ingreso medio nacional y de los sectores más pobres y ricos de la población de cada país, así como las brechas que separan las puntas.

 

INGRESOS ANUALES PER CAPITA EN U$S EQUIVALENTES

BRECHAS

 

Media Nacional

10% más pobre

20% más pobre

20% más rico

10% más rico

10% + rico vs 10% + pobre

20% + rico vs 20% + pobre

Noruega (1)

37,000

15,000

18,000

70,000

87,000

6

4

Japón (11)

28,000

13,000

14,000

51,000

62,000

5

4

España (21)

22,000

6,100

8,200

44,000

55,000

9

5

Argentina (34)

12,000

1,100

1,800

33,000

44,000

40

18

Elaboración propia sobre la base de datos del informe de Desarrollo Humano del PNUD

De la lectura del cuadro se desprenden algunas conclusiones de interés:

  1. Las brechas entre el ingreso medio de los más ricos y los más pobres son brutales en Argentina: la diferencia entre "picos" y "valles" alcanza a ¡¡¡40 veces!!!, mientras que en el resto no supera las 9 veces. Resulta obvio que el concepto de alto desarrollo no puede estar asociado a tan grotesca falta de equidad.
  2. Los más pobres argentinos son muchisimo más pobres que los más postergados de los paises de vanguardia, a diferencia de los más ricos que gozan de un bienestar similar. Los más pobres de España tienen un poder de compra 5 a 6 veces mayor que los nuestros mientras que la brecha entre los más ricos es de sólo un 20%.

El desafío es nacional

La experiencia de las naciones más desarrolladas indica que para alcanzar el bienestar colectivo distribuir resulta tan importante como crecer. Es más, existen variados argumentos que avalan la tesis que vincula el crecimiento con una mejor distribución de ingresos.

Mejorar el bienestar de los más pobres y aplanar la actual topografía de ingresos es teóricamente simple, pero muy difícil de llevar a la práctica por la fuerza de los intereses en juego y la falta de voluntad política de las dirigencias.

A efectos ilustrativos se señala que en nuestro país la brecha entre las puntas podría reducirse de 40 a sólo 8 veces si se transfiriera a los más pobres, vía impuestos, un diez por ciento de los ingresos del decil más rico, permitiendo que el ingreso medio de aquellos se cuadriplique. De realizarse el mismo ejercicio entre los quintiles más rico y más pobre, la brecha entre ambos grupos se contraería de 18 a 6 veces y el ingreso del veinte por ciento más pobre casi se triplicaría. De esta forma estaríamos muy cerca del nivel de España.

Sin duda es más fácil para nuestra dirigencia victimizarse y recurrir a peroratas que buscan descargar culpas en terceros o "los de afuera" antes que asumir los cambios internos necesarios para mejorar la situación a partir del sacrificio de los argentinos que más tienen y pueden, como ocurre en otros paises. Este es el camino para un mejor desarrollo humano.

Por Alberto Pontoni. Setiembre 2005


Intercambio Comercial

El intercambio comercial en los primeros siete meses del año mostró un superávit de 6.726 millones dólares a partir de un nivel de exportaciones de 22.608 millones de dólares (un 14% más arriba con respecto al mismo lapso del año anterior). Mientras, las importaciones totalizaron en el mismo período 7.665 millones de dólares, es decir un 31% por encima de igual periodo de 2004.


La tendencia que se observa es que las exportaciones van a seguir creciendo, al igual que las importaciones.

Por otra parte, los términos de intercambio se encuentran por debajo de los valores de 2004: para el primer semestre de 2005 este índice bajó 9% respecto al mismo período del año pasado, aunque en el 2° trimestre de 2005 mostró una leve mejora con respecto al trimestre anterior. La pérdida alcanzó a 1.397 millones de dólares.(ver gráfico 3)

Las zonas económicas donde más exportó Argentina fueron: MERCOSUR (U$S 4.194 millones), Unión Europea (U$S 3.929 millones), Asia (U$S 3.908 millones) y Nafta (U$S 3.255). No obstante, es importante destacar que Argentina tiene superávit comercial con todas estas regiones salvo con el MERCOSUR (con un déficit de U$S 1.881 millones).


Gráfico 3: Intercambio Argentino y Términos de Intercambio.

Sector Público: Ingresos y gastos

A partir de la información dada a conocer por el Gobierno se observa que el peso de los impuestos distorsivos (como retenciones a las exportaciones e impuesto a los créditos y débitos en cuenta corriente) en la recaudación total está aumentando. La tasa de crecimiento de estos tributos (24,9% y 21,2% respectivamente) supera a la que registra la recaudación total (18%) para el período Ene-Ago05/Ene- Ago04. (ver tabla 2)


A partir de este breve análisis se deduce que el Gobierno cada vez depende más de la evolución de estos dos impuestos para alcanzar un superávit importante. Bajo este marco queda claro que es necesaria una reforma tributaria para disminuir la dependencia y mejorar la eficiencia de la economía.

Tabla 2: Recaudación Impositiva y sus principales tributos

Tasa General de Precios

La preocupación por la inflación se encamina a la búsqueda de eufemismos, tales como el de "reacomodamiento" de precios. Mientras tanto, el endeudamiento crece y el dólar sigue bajando su cotización


Al momento de escribir estas líneas, el índice de precios al consumidor no ha sido divulgado, aunque se estima que estará entre el 1,1 y el 1,2% para el mes de julio. El diario Ámbito Financiero titula en su tapa que tal incremento es "muy bueno", al tiempo que anuncia para agosto un 0,7%, según algunas proyecciones.

En verdad, la contención de la inflación mediante presiones sobre las empresas y en especial sobre los supermercados, al tiempo que se postergan los ajustes de tarifas de servicios públicos, transportes y combustibles en general, no parece en absoluto ser una buena noticia. Resulta particularmente curioso que se considere bueno encorsetar la presión inflacionaria, cuando en realidad es la demostración de que el problema está más vigente que nunca.

En otras oportunidades nos hemos referido a estos problemas, y hemos cuestionado que se apunte a una economía en crecimiento mediante la utilización de promociones diversas, que no hacen otra cosa que demostrar que estamos ante la falta de inversiones, y por ello es necesario recurrir a esquemas promocionales. Como en aquellas huelgas generales donde la gente paraba por miedo o por los clavos "miguelito" y que los dirigentes consideraban un éxito, y los medios en general avalaban tal postura, estamos ante lo contrario.


El así llamado "reacomodamiento" de precios es, como hemos señalado en anteriores oportunidades, el ajuste de los precios ante la devaluación acontecida y ante la emisión de moneda resultante de ella, desde 2002 hasta el presente. Y lo razonable es esperar que la tasa de incremento de los precios al consumidor se equipare a la de los precios mayoristas, y ambas se equiparen a la tasa de aumento del valor del dólar. El tiempo que tarde en ocurrir tal hecho depende de múltiples factores, tales como el atraso en los precios o tarifas resultante de las presiones o prohibiciones gubernamentales, o la falta de mercados. Nada más.

De manera que hablar de reacomodamientos es hablar de inflación, pero no llamándola así. Y en este marco es particularmente significativa la unanimidad que existe en la calificación.

Mientras tanto, y concomitantemente, se intenta desde el Ministerio de Economía sostener un tipo de cambio que se vuelve insostenible. La emisión de moneda para comprar excedentes de divisas y el endeudamiento (mediante la emisión de Lebacs y Nobacs) para sostener el tipo de cambio en valores artificialmente elevados continúa provocando el triple efecto que en otras épocas condujo al desastre: crecimiento galopante de la deuda pública, impulso inflacionario y aumento del déficit cuasifiscal (es decir, aumento del monto que paga el Estado por intereses sobre las Lebacs y Nobacs emitidas).


En esta semana el Central tomó cerca de $ 1.400 millones por Lebacs en pesos y alrededor de 20 millones en dólares. Cabe destacar que esta institución salió a colocar 300 millones en la divisa. Según Martín Redrado, presidente del Banco Central, se absorbieron unos $ 2.000.- millones en total, dado que hubo cancelación de redescuentos por algo más de $ 600 millones, de parte de algunos bancos.

lavagnaRecordamos aquí que el Dr. Lavagna ha decidido dejar de emitir letras ajustadas por CER, de manera que las colocaciones señaladas lo han sido a tasa fija y sin indexaciones. En las colocaciones a 49 días la tasa de corte fue del 5,95%, en tanto que para 175 días se llegó al 7,50%, en ambos casos anual.

Naturalmente que en tanto las expectativas respecto del tipo de cambio sean que se sostendrá o incluso bajará un poco, estas tasas de interés son sumamente atractivas, y al mismo tiempo le bajan una carga financiera al Estado de proporciones, ya que con las letras indexadas se llegará a pagar tasas mucho más altas que las consignadas.

En general los inversores se concentran en los plazos más cortos y rechazan hacer colocaciones en dólares. Cabe decir para terminar con este punto que los vencimientos totalizaban 1.511 millones de pesos.

Digamos que se produce hoy el vencimiento y pago de alrdedor de 1.600 millones de dólares, una cifra importantísima que si se vuelca a pesos puede hacer que baje aún más el tipo de cambio, que se ubica en los valores más bajos en 17 meses. Es por ello que desde el Central se realiza una nueva emisión de Boden 2012 por 500 millones de dicha moneda, que con tasas en torno al 8% anual tal vez despierte un cierto interés entre los inversores.

Por otra parte, en el día de ayer el Dr. Lavagna se reunió con varios economistas del llamado Grupo Fénix, entre ellos Aldo Ferrer, Roberto Frenkel, Miguel Bein y Javier Gonzáles Fraga. Allí quedaron en evidencia algunas cuestiones, tales como los sobreprecios y la demora en las contrataciones de obra pública, mencionados por el ministro, y también los préstamos al campo por parte del Banco de la Nación, que de 12.000 solicitados solamente se otorgó el 10%. También Lavagna consignó que el gobierno está desendeudándose, pese a que la deuda está alcanzando ya los niveles anteriores al default y apuntó a la difusión que le dan los medios al problema inflacionario, que provoca expectativas negativas, repitiendo de ese modo un argumento bastante común en la Argentina de los últimos 60 años por lo menos.

Se habló en esa reunión entre otras cosas de indexar el tipo de cambio, de hacer una canasta de monedas secreta, tipo Singapur, para ajustar el valor de la divisa y se llegó al punto en que el ex ministro Aldo Ferrer propuso lanzar la "fase dos"del plan económico. En fin, las clásicas recetas estuvieron puestas sobre el tapete ante un ministro en general muy prudente que básicamente se limitó a escuchar y a rechazar.

Lo cierto es que como hemos señalado tantas veces, este modelo funciona con un tipo de cambio alto, bajos salarios y atraso tecnológico producto del encarecimiento de las importaciones. La competitividad está pensada en términos de artilugios monetarios para el mercado interno, y tipo de cambio alto para lograr divisas por exportación de productos primarios que dejen una tajada en materia de derechos de exportación.

Justamente en materia de derechos de exportación, el presupuesto 2006 apunta a que las industrias que mejoren sus exportaciones en ese año con respecto a 2005, sufrirían una merma en las retenciones. Cuestión de hacer cuentas, digamos, para tales industrias, si les conviene o no exportar ahora en tanto no tengan cerrados los contratos. Esta baja de las retenciones favorecería especialmente al sector siderúrgico, y también a las automotrices, autopartistas y productores de agroalimentos, que tributan en general el 5%, tasa que se eliminaría para los incrementos de exportaciones medidos por trimestres contra el año actual.

Digamos que ya está vigente la libre disponibilidad de los saldos favor técnicos de IVA por inversiones en bienes de capital.

No hay mayores novedades en la cuestión de las tarifas, y tampoco en las negociaciones con el FMI, excepto que está buscándose el apoyo europeo, o más bien la renovación de tal apoyo, especialmente de Francia, España y Alemania.

Y finalmente, las bondades climáticas han favorecido razonablemente el ahorro de energía (ello amén de los castigos por incrementos en los consumos familiares), mientras el barril de petróleo supera los 62 dólares, récord histórico absoluto.

Buenos Aires, 3 de agosto de 2005

Copyright © Cdor. Héctor Blas Trillo - Reservados todos los derechos

Política Fiscal

Los ejemplos sobran: desde los llamados impuestos distorsivos, como las retenciones a las exportaciones o el impuesto a las transacciones financieras, hasta las exacciones provinciales que en muchos casos terminan en verdaderos shows mediáticos, como en el caso de la Provincia de Buenos Aires, pasando luego por las tasas de abasto y otros impuestos y gabelas varias de carácter municipal, se suman a lo largo y a lo ancho de todo el país, prácticamente.

La voracidad fiscal parece no tener límites. Desde el poder político y en general desde los medios de difusión, se insiste en la necesidad de combatir la evasión, sin distinguir que dentro de quienes no pagan no solamente están los evasores que cometen delitos como la defraudación fiscal, sino también morosos por razones diversas, entre las cuales sin ninguna duda se encuentra la dificultad de pagar y es por ello que el propio Estado a través de la AFIP posterga una y otra vez el Régimen de Asistencia Financiera Ampliada (RAFA) para incitar al menos a la regularización de deudas. Claro que bajo la espada de Damocles de los embargos de cuentas bancarias, en muchos casos sin que el contribuyente hubiera recibido notificación fehaciente con antelación.



El tema es realmente serio. En materia legislativa, los llamados “planes antievasión” contienen una importante cantidad de presunciones que pueden derivar en la aplicación de la ley penal tributaria, por ejemplo, siendo que desde siempre un proceso penal debe basarse en hechos objetivos y concretos, y no en supuestos, por más razonables que fueren éstos y por más que las leyes tributarias los contengan.

El combate de la evasión, es decir: de las defraudaciones de toda índole que normalmente se suscitan no puede ni debe dar lugar a arbitrariedades. Seguramente en esto coincidiremos todos.

Pero el mensaje que llega al público en general es que quienes no pagan impuestos son siempre evasores, lo cual manifiestamente es erróneo y probablemente no sea inocente.



El hombre común piensa de inmediato en facturas apócrifas o ventas o empleos en negro, cuando en realidad dentro de los contribuyentes registrados, es decir, dentro de quienes están “dentro del zoológico”, como ha dicho el secretario de Ingresos Públicos, el porcentaje de evasión no es tan alto, sobre todo si se toma en cuenta que las grandes empresas en general, principales contribuyentes del sistema, suelen trabajar dentro de la legalidad. Y quienes están fuera del sistema difícilmente pasen a estar dentro de él si la acción fiscalizadora se centra únicamente en el “zoológico”, para insistir con la metáfora del Dr. Abad.

El abundamiento de modificaciones legales en las cuales se “adjetivan” los supuestos de infracción, tiene también lo suyo a la hora de analizar la forma de legislar. Es común en las reformas recientes que aparezcan adjetivos calificativos de las infracciones, como por ejemplo hablar de “graves deficiencias” en la registración, lo cual deja en manos del campo judicial el justiprecio de qué cosa es grave y qué cosa no dentro de la misma falta. Y según lo sea, la sanción será más o menos importante.

En el transcurso del mes de junio la recaudación a nivel nacional superó los 11.054 milones de pesos, bastante más de lo previsto, que rondaba los 10.000 millones como máximo. Esta cifra representa un incremento del 16,8% si comparamos contra junio de 2004. Muy por encima, obviamente, de la tasa de inflación si medimos el mismo período y aproximándose, en todo caso, a la suma de dicha tasa más el incremento del PBI. El total recaudado en el primer semestre llega casi a los 57.800 millones de pesos, los cuales representan un 17,9% más que lo recaudado en el primer semestre de 2004. Recalcamos que estas cifras corresponden a la recaudación a nivel nacional, es decir de la AFIP. Impuestos nacionales, tributos aduaneros y aportes y contribuciones provisionales. A ello hay que sumar las recaudaciones provinciales por impuestos tales como ingresos brutos, inmobiliario, sellos tasas y contribuciones varias tanto provinciales como municipales Y dentro de éstas últimas las “innovaciones” que señalábamos al comienzo.



Desde el punto de vista de un Estado necesitado de superávit el resultado puede considerarse más que halagüeño. Pero no podemos dejar de ver los aspectos negativos que la tributación superavitaria genera en el funcionamiento macro y macroeconómico.

Naturalmente que el pago de impuestos ocasiona una merma en la demanda de bienes y servicios y afecta a las inversiones, en tanto y en cuanto el Estado utiliza parte del superávit para adquirir dólares y evitar que el tipo de cambio baje de los niveles en que se encuentra, con los efectos sobre el déficit cuasifiscal y el impulso inflacionario que reiteradas veces hemos comentado.

Desde el Ministerio de Economía ha trascendido que los mínimos no imponibles del impuesto a las ganancias no serán modificados, pese a que los montos resultan hoy por hoy ridículos teniendo en cuenta la enorme devaluación operada en el peso. Del mismo modo, los balances de las empresas, que se han ajustado por inflación para reflejar los efectos de la crisis acontecida, siguen manteniendo los valores históricos para fines fiscales, originando ganancias ficticias en muchos casos de gran magnitud. Y aquí se da la curiosidad de que pese a que el ajuste por inflación impositivo sigue prohibido por la Ley de Convertibilidad, no ocurre lo mismo cuando el balance a considerar el que determina el Impuesto sobre los Bienes Personales (figura del Responsable Sustituto) que deben abonar los accionistas sobre sus tenencias a valor patrimonial proporcional.

Las dificultades para obtener reintegros en lapso razonable, la falta de equidad entre las tasas de interés aplicadas por mora versus las que se consideran para la repetición de impuestos, los adelantos que constituyen los llamados anticipos, las retenciones y percepciones y el impuesto al cheque (transacciones finacieras) origina costos financieros que no están reflejados a la hora de analizar la presión fiscal tomando en cuenta únicamente las tasas que se aplican. No es lo mismo abonar un impuesto en el mes de abril de 2006, que haberlo abonado prácticamente en su integridad durante el año 2005 en forma de anticipos, retenciones y demás. Si consideramos que el propio Estado ofrece Lebacs a tasas de interés que se suman al CER podemos fácilmente establecer una diferencia anual del orden del 10 o 12% sobre los montos pagados anticipadamente. Es decir que sin entrar demasiado en detalles, abonar antes implica pagar bastante más, y tal diferencia no es reconocida por el Fisco al momento de pagar el saldo.

El desarrollo en profundidad de un tema como el que planteamos en este artículo, excede largamente la intención que nos lleva a escribirlo. De lo que se trata es de tomar real conciencia y dimensión de dónde estamos.

Hay que tener en cuenta que el Estado, en ejercicio del poder de policía, tiene todo el derecho de fijar impuestos, tasas y gabelas, como también lo tiene de establecer una política económica y una sana asignación de los recursos. Podríamos decir que tiene el derecho y también tiene el deber.. Pero precisamente por ello la razonabilidad y la no confiscatoriedad deben privar a la hora de tocar el bolsillo de todos los habitantes del país, amén de esforzarse por brindar servicios acordes con la recaudación, en punto a mejorar la eficiencia y evitar la duplicación de gastos que significa que la población deba recurrir a entes privados para lograr una mejor educación para sus hijos, una mayor seguridad para sus hogares y una mejor atención de su salud.

No se alcanza a entender, por ejemplo, por qué a la Secretaría de Ingresos Públicos no le sucede una Secretaría equivalente que vigile los egresos. Por qué no se establecen auditorías con la necesaria independencia para controlar las erogaciones nacionales, provinciales y municipales. Hay reconocidas instituciones, como los colegios y consejos profesionales, que podrían aportar lo suyo en la materia, evitando de ese modo las suspicacias y las realidades que implican los organismos públicos encargados de tales funciones, que por supuesto dependen del poder político.

Otra cuestión que también debería ponerse sobre el tapete es la de la coparticipación federal. Más allá de la postergadísima instrumentación, está en juego el federalismo que quedó sentado en la propia constitución de 1853. Como se sabe, la recaudación de impuestos debería estar a cargo de las provincias y no de la Nación, como ocurre desde los años 30. Cabe recordar que impuestos como el de las ganancias son “de emergencia”, precisamente por ese hecho: porque deberían ser provinciales. A la coparticipación se le ha sumado en los últimos años un rubro conocido en general como “ATN”, sigla que significa “adelantos transitorios de la Nación”, que a estas alturas adolecen de un alto grado de arbitrariedad, en donde entran en juego factores políticos casi con toda seguridad.

Si bien desde el gobierno se reitera la necesidad de que los contribuyentes soliciten sus facturas y hasta se ha instaurado la figura del “agente encubierto” para tratar de detectar comerciantes que no entregan tal documento en regla, lo cierto es que una parte de la economía funciona en negro y cualquier entendido sabe que si pasara de la noche a la mañana a funcionar en blanco se produciría un verdadero parate, por transformarse en insostenible la presión fiscal.

Mencionar estos aspectos, cosa que normalmente no vemos en los medios, nos parece de gran importancia en tren de analizar hacia dónde vamos.

Todo el mundo sabe que una reforma del Estado es una tarea por demás postergada. En algún momento hasta se habló de reformar nuevamente la Constitución para poder ajustar algunas cuentas, volver al federalismo electoral y terminar con figuras como la del llamado “tercer senador”. Ciertas instituciones vinculadas al estudio de factores económicos tienen desarrollados trabajos sumamente detallados y profundos respecto de la manera de encarar una reforma que vuelva razonable y virtuosa la gestión pública. La necesidad de encarar tal reforma entendemos que no escapa al criterio de nadie, más allá de que no haya acuerdo sobre qué reformar y cómo hacerlo.

El Estado de derecho en la república debe centrarse en la necesidad de recaudar impuestos dentro de la razonabilidad y bajo criterios de justicia basados en la Constitución, y por ende en la equidad y en la igualdad. Es imprescindible que el Estado exponga en qué gasta el dinero que con tanto esfuerzo acercan los contribuyentes, del mismo modo que es fundamental mejorar la asignación de recursos para volver más eficiente la economía.

La devaluación de comienzos de 2002 ha otorgado al Estado un “colchón” de notable importancia, cuya contrapartida ha sido la baja general de los valores en moneda dura de patrimonios, ingresos y sueldos de toda la población. El Estado ha asumido el compromiso de utilizar parte del superávit en atender los planes de ayuda a los necesitados, pero es obvio que un criterio de transparencia implicaría poner en manos de entidades de bien público independientes del poder político tal distribución.

Se sabe que el gasto público ha subido considerablemente, y en un año electoral es posible que ciertos desajustes en la materia se produzcan, habida cuenta la experiencia.

Es incomprensible que todavía no tengamos una legislación aceitada y concreta sobre la forma de financiamiento de los partidos políticos, como también lo es que sigamos con las listas sábana o nuevamente dejemos de lado las llamadas internas abiertas que posibilitarían por lo menos un soplo de aire fresco a tanto aparato partidario.

Indudablemente, hablar de estos temas implica incursionar en política. Pero es que la política cuesta dinero y el uso racional, austero y sobre todo equitativo del dinero público es esencial.

Luego de la crisis, el país ha venido sosteniéndose por el colchón devaluatorio, los costos de producción devaluados, la sustitución de importaciones por la subvaluación del peso, y las ganancias de los exportadores por la misma razón, pese a que las retenciones a las exportaciones agrarias oscila el 23,5% bruto del valor total.

Las promociones industriales, de triste historia, pretenden lograr las inversiones que no vienen por sí solas como debería ocurrir. El costo de tales promociones recae sobre toda la población, exacerbando aún más la presión tributaria sobre los sectores que pagan sus impuestos.

Consideramos que es importante señalar estos puntos, por lo menos desde nuestra experiencia profesional de tantos años. Es importante y no pretendemos con ello vincularnos a concepciones políticas de ninguna índole.

Que el país funcione dentro de un marco de seriedad, responsabilidad, equidad y sobre todo eficientemente y respetando las leyes está en la esencia del crecimiento a largo plazo que tanto hace falta.

Abandonar ciertas prácticas no es sencillo, pero mientras no se abandonen, el futuro no nos deparará los logros que todos esperamos.

La voracidad fiscal debe ceder paso a la razonabilidad antes de que sea tarde.

Dr. Héctor Blas Trillo
Asesor y consultor de empresas
(011) 4328-3382
estudio@hectortrillo.com.ar

Control de la Inflación en Argentina

Control de la Inflación en Argentina



Junio de 2002

PAPP, Paula I. E-mail: paupapp@eco.unc.edu.ar

Trabajo presentado para la cátedra de Economía Monetaria, Universidad Nacional de Cordoba, Facultad de Ciencias Economicas

Profesor Ángel Enrique Neder.



Abstract

El presente trabajo analiza la posibilidad de implementar un régimen de control de la inflación en Argentina. Se establecen lineamientos generales de la política, ventajas que surgen de su utilización y requisitos que deben cumplirse para que su puesta en práctica sea exitosa. Se mencionan experiencias de países latinoamericanos de similares características. Finalmente se realiza una confrontación entre lo desarrollado y la situación actual de nuestro país, para concluir que, para llevarse a cabo, es necesario desarrollar serias reestructuraciones y modelos de predicción de la inflación que se ajusten a las condiciones domésticas.

Introducción

En la actualidad, los Bancos Centrales implementan regímenes de política monetaria cuya principal característica es el uso de anclas de tipo nominal. Siguiendo los lineamientos dados por Mishkin, Frederic S. (1999), existen cuatro tipos básicos: control sobre el tipo de cambio nominal, los medios de pagos, la inflación o una política que establezca un ancla nominal implícita pero no explícita. Estos anclajes reducen las expectativas inflacionarias y disminuyen las políticas discrecionales que conllevan problemas de inconsistencia temporal.

En la última década se ha observado una tendencia hacia la adopción de un régimen de control de la inflación: países como Nueva Zelanda, Inglaterra, Suecia, Canadá, Finlandia, Australia, España, México, Israel, lo llevan a cabo, y en América Latina los principales representantes son Chile, Brasil y México.

En Argentina, se abandonó el control del tipo de cambio implementado a través de la Ley 23.928 de Convertibilidad, para establecer un sistema dual, con una cotización oficial fija de 1.4 pesos por dólar, y un segundo valor de la moneda determinado por el mercado. El gobierno esperaba que en pocos meses las dos cotizaciones convergieran a un valor "razonable", para de esta forma eliminar la tasa oficial y contar con un único tipo de cambio flotante. En este momento, Argentina se encuentra bajo un régimen de flotación sucia, sin un ancla nominal creíble.

El presente trabajo analiza la posibilidad de éxito de un régimen de control de la inflación en la situación coyuntural actual. Para ello, en la primera parte se establecen las características generales de este marco de política, determinando condiciones previas, ventajas e inconvenientes de la misma. En la segunda sección consideraremos las experiencias vividas por países latinoamericanos de similares características como Chile, Brasil y México. Luego, confrontaremos lo establecido en las dos primeras secciones con la realidad argentina para determinar la factibilidad de una exitosa implementación.



  1. ¿Qué es Inflation Targeting?
  2. Inflation Targeting no consiste en una simple regla, sino en un marco para aplicar política monetaria, donde el objetivo principal de la autoridad monetaria es alcanzar y mantener una tasa de inflación reducida y estable. El ancla nominal utilizada es el anuncio público de una meta inflacionaria y el compromiso de cumplirla, lo cual da credibilidad y transparencia al sistema.

    Siguiendo a Mishkin (op. Cit.), este sistema, en contraposición con el control del tipo de cambio, permite ejercer política monetaria independiente para resolver cuestiones domésticas a la vez que permite a las autoridades monetarias utilizar toda la información disponible al momento de determinar cursos de acción. Otra ventaja es ser un sistema transparente y entendido fácilmente por el público debido a la comunicación regular, reduciendo de esta forma la incertidumbre. Brinda mayor responsabilidad al Banco Central, reduciendo presiones para llevar a cabo políticas inflacionarias, facilitando la focalización del debate político hacia objetivos de largo plazo y disminuyendo el problema de inconsistencia temporal que ocasiona la búsqueda de objetivos de corto plazo en detrimento de los de largo plazo. Un error es considerar la meta de inflación como una regla rígida, la misma contiene discreción, la cual debe ser administrada responsablemente. Como indica Calvo (1997), este sistema da flexibilidad a la política monetaria, lo cual puede resultar de gran utilidad para lograr la estabilidad.

    Un modelo simple para entender el funcionamiento de una meta de control de la inflación es el señalado por Walsh (2001), donde se emplean: una Curva de Phillips aumentada por expectativas y una descripción de política monetaria, reflejando las preferencias del Banco Central.

    Siguiendo a Masson, Savastano y Sharma (1998), los requisitos previos para que un país implemente una meta inflacionaria y logre su objetivo son:

    • Grado considerable de independencia del Banco Central. Este objetivo se logra otorgándole libertad de orientar los instrumentos hacia objetivos nominales. Para que sea posible, no deben presentarse síntomas de "predominio fiscal", es decir, los préstamos del Banco Central y del sistema bancario al sector público deben ser escasos o nulos a la vez que los mercados financieros ser lo suficientemente activos para absorber colocaciones de deuda pública; así el gobierno no depende de los ingresos generados por la emisión monetaria. De no cumplirse con estas condiciones, los desequilibrios fiscales generarán presiones inflacionarias y llevarán a que la política monetaria actúe en forma acomodaticia.
    • Abstención de fijar un nivel o camino para otras variables nominales como salarios o tipo de cambio nominal, para no subordinar la política monetaria hacia dichos objetivos. Otras metas, como evitar gran variación del tipo de cambio, pueden coexistir con el objetivo de inflación, siempre que quede en claro, que el segundo es el primordial. Existe riesgo de disminuir la credibilidad o transparencia del sistema de implementarse objetivos múltiples.
    • Marco de política monetaria, con cuatro elementos:
      1. Metas de inflación explícitas: Anuncio público de estrategia de mediano plazo para lograr la estabilidad de precios y una meta intermedia para la inflación en el futuro. Información regular sobre estrategias y decisiones.
      2. Compromiso institucional hacia la estabilidad de precios en la forma de reglas de operación para la autoridad monetaria.
      3. Existencia de un modelo de análisis con variables claras y pertinentes. Datos económicos y capacidad analítica para permitir realizar correctas proyecciones a través del modelo.
      4. Procedimiento operativo orientado hacia el futuro, donde las previsiones de la inflación utilicen como meta intermedia principalmente a la política monetaria.



  • Experiencias en economías emergentes
  • América Latina presenta una dicotomía entre dos regímenes de política monetaria extremos: fijación del tipo de cambio (implementada principalmente a través de Cajas de Conversión o Dolarización) y sistemas de metas inflacionarias.

    Según Corbo y Schmidt-Hebbel (2001), entre 11 países latinoamericanos, 8 contaban con un sistema de control del tipo de cambio en 1994, mientras que sólo 3 lo continuaban haciendo en el 2000 (Argentina, Uruguay y Venezuela). Argentina y Uruguay ya no lo implementan.

    Existe una tendencia a abandonar el régimen monetario de control del tipo de cambio para considerar el control de la inflación. Entre los países latinoamericanos observamos: Chile, Brasil y México

    Chile cuenta con la mayor experiencia entre los países de América Latina en la implementación de un régimen de control de la inflación. Brasil posee el sistema más sofisticado técnicamente, cuenta con un conjunto de modelos para apoyar el proceso de decisión de política monetaria. México luego de la crisis del tequila, comenzó a implementar un régimen de control de medios de pago, que gradualmente se convirtió en una meta intermedia del control de la inflación.

     

     

    Chile

    Brasil

    México

    Fecha de Adopción del Sistema

    Septiembre de 1990

    Junio de 1999

    Gradual desde Tequila

    Inflación al momento de implementación

    Excedía el 20% anual

    Cercana al 3% anual

    Superaba el 15%

    Independencia del Banco Central

     

    Formal

    Sí, desde 1989

    No total

     

    De objetivos

    Si

    No

    No. Tipo de cambio flota con algunas intervenciones.

     

    De instrumentos

    Si

    Si

    Conflicto con otras metas

    Implementaba bandas para el tipo de cambio (hasta Septiembre 1999)

    No

    No. Tipo de cambio flota con algunas intervenciones.

    Valor de la meta establecida por

    Banco Central en acuerdo con el Ministro de Economía

    Conjuntamente Gobierno y Banco Central

    Banco Central

    Instrumento utilizado

    Tasa de interés Overnight (real)

    Tasa de interés Overnight

    Base Monetaria (Diaria)

    Indice Utilizado para el anclaje

    IPC

    IPCA

    IPC

    Cláusulas de excepción o de escape

    Ninguna

    De no cumplirse las metas, el presidente del BC emitirá justificación abierta al Ministro de Finanzas

    Ninguna

    Transparencia

    Publicación de Reportes de Inflación

    Si (desde Mayo del 2000)

    Si

    Si (desde abril del 2000)

    Cuadro 1- Inflation Targeting en algunos países latinoamericanos

    Hasta el momento, esta técnica ha demostrado ser exitosa para los países que la implementan. Brasil, Chile y México han presenciado un rico crecimiento económico y fortalecido la entrada de capitales. Utilizaron inflation targeting para aumentar la credibilidad, disminuir expectativas inflacionarias y lograr un camino de convergencia hacia una baja inflación. La mayoría de ellos lograron alcanzar bajas tasas de inflación a través de políticas gradualistas con las cuales acrecentaron la confianza en el régimen.

  • Posibilidades de implementación en Argentina
  • Desde principios de este año, Argentina, ha seguido una política monetaria de flotación sucia, donde el Banco Central, a través de intervenciones en el mercado, intenta modificar el valor del tipo de cambio. Al ser un componente muy importante en la determinación del índice de precios y de las expectativas de la población, el manejo del tipo de cambio se vuelve necesario para lograr el control de la inflación. Experiencias de países como Chile, demuestran que la implementación de un objetivo dual de inflación y tipo de cambio crea la posibilidad de generar conductas especulativas que hacen fracasar el régimen elegido. El compromiso de actuar en el mercado cambiario hace a la política monetaria susceptible a ataques especulativos. El establecimiento de una meta para el tipo de cambio puede bloquear el mecanismo mediante el cual la política monetaria afecta la inflación con mayor rapidez. La efectividad de la política monetaria se reduce de fijarse bandas para el tipo de cambio. Al aproximarse éste al límite superior de la banda, las expectativas inflacionarias no se relacionan con la tasa de interés ni con los cambios en la brecha del producto ya que no existe credibilidad en que se va a mantener la búsqueda de la inflación y de esta forma fracasa el régimen monetario. El Banco Central, al defender el tipo de cambio, vende divisas extranjeras y adquiere moneda local, contrayendo la oferta monetaria, se elevan la tasas de interés y existe la posibilidad de que se genere una inflación de costos que no puede combatirse a menos que se esté dispuesto a abandonar la meta de control del tipo de cambio.

    El Banco Central de la República Argentina cuenta con independencia de jure, es decir, según la legislación vigente: El presidente es designado por el Poder Ejecutivo Nacional con acuerdo del Senado de la Nación. El período de duración del mismo en el cargo (6 años), es mayor que aquél que le corresponde al presidente de la nación (4 años). Según el artículo 1ro de la Carta Orgánica del Banco Central, se considera al mismo como una entidad autárquica del Estado Nacional, lo cual le otorga independencia económica. El artículo 3ro obliga a dar publicidad de sus actos, congruente con un régimen democrático y le proporciona independencia, ya que establece que "En la formulación y ejecución de la política monetaria y financiera el Banco no estará sujeto a órdenes, indicaciones o instrucciones del Poder Ejecutivo nacional".

    En la práctica se observa que la independencia está muy limitada. Se advierten constantes influencias del Poder Ejecutivo en el funcionamiento del Banco Central, manifestadas a través de pedidos de inmunidad del banquero central (a mi juicio, si bien otorga mayor independencia, no es consistente con un régimen democrático de gobierno y disminuye la responsabilidad del funcionario), cierre y reapertura reciente de la Secretaría de Prensa del Banco Central por el Ministro de Economía, declaraciones de los banqueros centrales que si los "obligan" a emitir más allá de un límite dejarían el cargo, y renuncias de diversos funcionarios encargados de la política económica.

    Otro inconveniente que se presenta en Argentina relacionado con el Banco Central, es la falta de credibilidad que presenta el mismo como combatidor de la inflación. Durante los períodos de inflación e hiperinflación que se presentaron, el Banco Central no logró disminuir la tasa de crecimiento de los precios. Fue necesario la implementación de un régimen de tipo de cambio fijo a través de una Caja de Conversión para lograr credibilidad, quitándole de esta manera la posibilidad al Banco Central de llevar a cabo política monetaria autónoma.

    Con respecto a los síntomas de "predominio fiscal", el gobierno nacional presenta déficit, gran parte del cual se encuentra en manos de diversas entidades financieras y bancarias. El crédito privado para financiamiento de deuda pública se encuentra muy limitado por el alto grado de desconfianza de la capacidad de pago, la tasa de riesgo país y la falta de apoyo de los organismos internacionales de crédito, lo que determina la inexistencia de mercados financieros suficientemente activos para financiamiento gubernamental. Según datos oficiales, 23% de la deuda indirecta de la administración central con garantía de contrapartida, es con el Banco Central. Es importante llevar a cabo políticas destinadas a reducir el déficit fiscal, no sólo para evitar que la política monetaria actúe en forma acomodaticia, sino también para lograr credibilidad en el compromiso con la meta inflacionaria.

    La presencia de inflación actual dificulta predicciones futuras precisas. El establecimiento de metas en estas condiciones dañan aún más la credibilidad del Banco Central. Sin embargo, países como Chile y México, quienes presentaban altas tasas anuales de inflación, implementaron el régimen exitosamente a través de políticas graduales. La inflación actual no es necesariamente un impedimento para llevarlo a cabo.

    Debe establecerse una estrategia y un modelo de predicción de la inflación con variables precisas y relevantes. No será una tarea sencilla, ya que modelos simples como Curva de Phillips aumentada por expectativas no se aplican, al presenciarse crecimiento en el nivel de precios acompañado por una gran recesión (estanflación). Al momento de diseñarse el modelo, es importante considerar la influencia que generan las variaciones del tipo de cambio en la inflación (a través de las expectativas, precio de bienes transables y costos). El objetivo de inflación debe considerarse primordial, de no ser así la política no tendrá éxito.

    El programa a implementar estará orientado hacia el largo plazo, por lo cual deben minimizarse presiones políticas donde priman objetivos inmediatos, evitando así la inconsistencia temporal.

  • Comentarios finales
  • Las características actuales de la coyuntura argentina no cumplen la mayoría de los requisitos necesarios para la implementación de un sistema de control de la inflación. No obstante, por lo visto en experiencias realizadas en otros países, hay condiciones que no son estrictamente necesarias, o bien son solucionables, aunque no sin un gran esfuerzo.

    La primera medida necesaria para poder adherirse a esta política, de la misma forma que fue realizada por Brasil, es disminuir el déficit fiscal, mediante lo cual se genera mayor confianza, demuestra el compromiso hacia el control de la inflación, a la vez que brinda posibilidades de realizar política monetaria no acomodaticia.

    El Banco Central debe actuar con mayor independencia. Si bien, el mismo no posee aún credibilidad como combatidor de la inflación, por experiencias como las de Chile, Brasil y México se observa que ésta puede ganarse gradualmente, instituyendo en primera instancia objetivos inflacionarios poco exigentes, para luego, una vez obtenida cierta confianza, comenzar a establecer metas fijas para la evolución de los precios. La presencia de independencia de jure no es importante, lo primordial es la de facto. Esto puede ser observado para Brasil, donde a pesar de no poseer independencia legal completa, el Banco Central cuenta con libertad de implementación de instrumentos lo cual lo habilita a llevar a cabo políticas de control de la inflación. También es necesario aumentar el nivel de comunicación entre la autoridad monetaria y el público.

    Es fundamental establecer un compromiso claro y firme hacia la estabilidad de precios, con la menor intervención de otras variables de tipo nominal. Este es el mayor inconveniente en Argentina, al recurrir la población al dólar para proteger el valor real de sus ingresos, se obliga a la política monetaria a considerar el exceso de demanda en el mercado cambiario como una de las principales presiones inflacionarias de la economía. Si la política establecida resultara creíble, generará confianza, esta fuga de capitales disminuirá y permitirá alcanzar con mayor libertad un objetivo de inflación.

    Resulta, por lo tanto, necesario realizar serias reestructuraciones políticas y en los organismos del gobierno, dando mayor independencia al Banco Central y reduciendo el déficit fiscal. Las mismas, acompañadas por otras medidas como el establecimiento de un sistema de justicia eficaz, mayor comunicación y transparencia, crean confianza y credibilidad en la política económica. De esta forma, se eliminan las expectativas inflacionarias, que en Argentina significa la disminución de la demanda de la divisa norteamericana, permitiendo la implementación de este régimen.

     

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