Economía

Crisis de Tipo de Cambio

Inflando una Nueva Burbuja



Es creciente la preocupación mundial por lo que se ha dado en llamar la “guerra de divisas”. En ese sentido, leí recientemente una frase adjudicada al Secretario del Tesoro del Presidente Nixon, John Connolly, que cuando estaba en funciones dijo; “La moneda es nuestra, el problema es de Uds.“. Una gran verdad que da una pista sobre por qué los errores de política monetaria de la Reserva Federal se globalizan.

En el mundo, se ha impuesto el mito de que, para la economía de un país, siempre es malo que el tipo de cambio caiga. El problema es que, para medirlo, casi todos toman como referencia al dólar. Por lo tanto, si la Reserva Federal decide inundar su economía con su divisa y eso genera una caída en su valor, la mayoría de los bancos centrales del mundo tenderán a evitar que baje en su propio mercado, para lo que comprarán la divisa estadounidense emitiendo su propia moneda. Por lo tanto, también, esta última tenderá a perder valor y dicho aumento de liquidez se sumará al generado por la Fed. Esto explica por qué cuando la autoridad monetaria de los EE.UU. incentiva el surgimiento de burbujas, éstas tienden a globalizarse.

Por lo comentado anteriormente, no tiene sentido proponer nuevos indicadores de tipo de cambio contra una canasta de monedas o contra el oro; ya que es la gente la que decide qué mercado va a tomar como referencia. Por lo tanto, Connolly tenía razón, el problema no está en que la Fed hace las cosas mal, sino en la tara de los demás que los lleva a seguir sus pasos.


Para evitar la recesión del 2000-2001, Alan Greenspan se dedicó a inundar el mundo de dólares depreciándolo fuertemente. Cuando la economía tendió a recuperarse, se demoró demasiado en quitar el pie del acelerador y lo hizo muy despacio. Todo esto fue imitado, en mayor o menor medida, por los demás bancos centrales del mundo, lo que incentivó una enorme burbuja que empezó a estallar en 2007. No es raro que la que más rápido se infló explotara primero. Debido a la disminución de las condiciones para dar crédito para que “todos tuvieran casa propia”, gran parte de los excesos de liquidez se canalizaron al mercado hipotecario e inmobiliario de EE.UU. Allí los inversores encontraron mayores rendimientos prestándole a cualquiera para que compre viviendas; pero en todos los mercados de activos financieros se estaban gestando futuros estallidos que derivaron en la crisis del 2008.

Todos saben que si una persona organiza una fiesta y “tira la casa por la ventana”, de alguna forma deberá abonarla, ya sea al contado o en cuotas. Las mismas opciones de pago había para el ajuste necesario por la jarana monetaria de 2002-2008. Una alternativa era permitir una fuerte recesión, gran caída de los mercados y el nivel desempleo volando por las nubes. Una vez que esta debacle tocara fondo, la salida hubiera sido rápida.

La otra alternativa, que fue la que se eligió, implicaba moderar la merma del nivel de actividad y de los precios de los activos financieros con políticas monetarias y fiscales expansivas, para luego irlas desarmando en la medida que se produce la reactivación. Sin embargo, esto modera la recuperación y mantiene altos niveles de desocupación por largo tiempo. El problema es que, ahora, muchos reputados economistas y funcionarios dicen que con más desmadre de emisión y de gasto público se puede evitar pagar lo que está pendiente del ajuste. En Economía es celebre la frase: “No hay almuerzos gratis”.


Durante 2008-2009, la Fed aumentó pavorosamente la oferta de base monetaria. Mientras la gente tuvo miedo a la crisis, atesoró liquidez y evitó que el dólar perdiera valor. Sin embargo, en la medida que se recupera la confianza, los inversores buscan activos rentables y esos excedentes se vierten en los mercados. Con mayor razón cuando el Comité de Política de Mercado Abierto de la Fed les confirma que emitirá todo lo necesario para dinamizar la economía y, por ende, los mercados.

Aquí aparece otro problema, como son muy bajas las tasas de interés en los países desarrollados y todavía están pagando los costos de la crisis que los tuvo como protagonista, la plata busca las economías emergentes donde los rendimientos son mucho más altos. Esto está formando burbujas en los mercados de activos financieros de las naciones en vías de desarrollo y debilita el esfuerzo de la Reserva Federal por dinamizar el nivel de actividad de EE.UU. Si esta estrategia continúa, habrá una nueva crisis que tendrá como epicentro a las naciones en desarrollo; lo cual implicará altísimos costos sociales y económicos para las que no lo prevean.

Va a ser difícil que alguien zafe del impacto de este potencial futuro estallido. Sin embargo, hay algunas formas de minimizar el daño. Una de esas vías es dejando que el dólar caiga en el mercado doméstico, para evitar una mayor inflación y moderar la burbuja local. El otro sistema es comprando divisas con ahorro fiscal; ya sea para atesorarlas en un Fondo de Estabilización para enfrentar la futura crisis o cancelar deuda pública. También, ayuda el incrementar las exigencias de liquidez y capital del sistema financiero para fortalecerlo ante el futuro impacto de la reversión de tan favorable escenario. Por último, se recomienda tomar medidas normativas, tributarias y de inversión en infraestructura que permitan ganar eficiencia al sector exportador.

En la Argentina, venimos depreciando nuestra moneda más que lo que cae el dólar; por lo que “inflacionamos” la economía local. En tanto, el gobierno gasta a más no poder sus propios recursos y los que obtiene de las transferencias de reservas y otros fondos del Banco Central. Además, la autoridad monetaria fomenta el crédito bancario al sector privado y los sectores exportadores se ven acosados por impuestos y restricciones comerciales. La perspectiva es que esto no se modifique, sino que se profundice; ya que los funcionarios responsables del tema han confirmado el actual rumbo de la política fiscal y monetaria, a lo que hay que sumarle la aceleración que le dará el contexto electoral en 2011. Los argentinos deberíamos rezar para que prime la cordura en las decisiones de la Reserva Federal; porque por acá difícilmente la encontremos y, si estalla una nueva burbuja, pagaremos un altísimo costo social y económico.

Por el Lic. Aldo Abram, director del Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados de Argentina (CIIMA-ESEADE)

¿Porqué una economía social y solidaria?

Muchas veces nos preguntamos que es la economía social y solidaria? Es otra economía? Y la pregunta que se suma automáticamente es porque hacer otra economía? La respuesta es única: no, toda la economía es social y no sólo eso sino que es fundamentalmente política. El objetivo del proyecto de la economía Social y Solidaria es dejar en claro cual son los valores centrales de esta propuesta. Una economía donde el eje central sea el trabajo del hombre, la sociedad y no el capital, donde los valores de de competencia y maximización de ganancia del mercado sean supeditados a otro tipo de valores como el de la solidaridad.


Quizás una buena forma de reflexionar sobre estas preguntas sea pensar que es la economía. Para muchos son números, y según las teorías económicas más citadas por los libros es la ciencia o actividades que tratan la administración de los recursos escasos. Esta definición que parece tan simple y certera deja muchos interrogantes como ¿Cuales son esos recursos y porque son escasos? La respuesta se debe a que esta corriente ideológica define a la economía como una simple relación de elección entre alternativos fines y escasos medios, ante un hombre de infinitas necesidades. Dicha escasez engloba a todos los bienes y la forma de distribuirlos es el mercado. A través de los precios se irán dando los intercambios garantizando, según ellos, una justa distribución ya que es imparcial. Así se plantea una sociedad centrada en los valores de competencia e accionar individual. Por ejemplo, si existe un terreno y dos interesados quien pague más lo obtendrá.

Desde la economía social y solidaria tomamos otra definición de economía que remite al intercambio entre el hombre y su entorno natural y social. Este intercambio provee al hombre de los medios para satisfacer sus necesidades Polanyi, 1957. Así la economía es el conjunto de actividades a través de las cuales los seres humanos garantizan la reproducción de si mismo e intergeneracionalmente, es decir al hombre hoy y a las futuras generaciones es por eso que la relación con la naturaleza debe estar presente.

Esto nos plantea la necesidad de un análisis más complejo, donde es difícil que simplemente a través de números representativos de costos conmensurables, como los precios, se pueda dar una justa distribución de los bienes. Pensar sólo en los precios genera que lo que no tiene precio no valga, como por ejemplo un río o incluso que cuando se les coloca precio este no sea representativo porque es imposible saber el valor de la perdida de un río. A esto debe sumarsele que si la distribución la realiza sólo el mercado, accederán a esta sólo quienes cuentan con poder en el mercado, es decir, quienes pueden afrontar esos precios sin importa la necesidad.


Es central revisar la concepción que se adopta de economía. Si la concepción sigue siendo la de administración de recursos escasos de nada sirve plantear una economía solidaria, o el tercer sector definido por el Banco Mundial, ya que el lugar es el de administrar aquellos sectores donde la lógica capitalista no es eficiente como pueden ser el cuidado ambiental o la asistencia a los pobres, convirtiéndose así en una forma de solucionar las fallas del sistema capitalista.

Es ante esta lectura de la economía donde nuestra propuesta de una Economía Social y Solidaria se diferencia y lo hace a partir de resaltar los componentes que ésta ya tiene, como el social y el solidario. Es alí donde nos diferenciamos del tercer sector porque la economía social y solidaria no viene a subsanar ningún tipo de error del capitalismo sino a plantarse como una propuesta de construcción de otra economía centrándose en valores de solidaridad y en la reproducción de la vida, con prácticas que parten desde la economía popular y van ampliándose, incorporando nuevas practicas incluso en los sectores publico y privado.

Es importante resaltar que no hablamos de una solidaridad de asistencia donde donamos o regalamos, sino de construir en una solidaridad ampliada a cualquier otro ser humano desde una mirada como a un igual. Es ejemplo de esto el sistema de reparto de las jubilaciones donde todos aportamos para acceder mañana a una jubilación sin saber cuantos años vivirá cada uno de nosotros. Otro ejemplo es el sistema de salud donde todos aportamos a su mantenimiento sin importar cuantas veces nos enfermemos, incluso esperando no hacerlo.


En estos ejemplos que vemos rápidamente como las dos concepciones se contraponen. La primera concepción nos propone llevar la vida como una administración eficiente, donde cada uno administre su vejez o sus enfermedades de la manera mas conveniente convirtiendo el sentido de la economía, la reproducción de la vida humana, en un negocio más.

Cuando hablamos de una economía social y solidaria pensamos en una economía centrada en el hombre, en la búsqueda de mejorar las condiciones de vida de todos y todas. Una economía donde acciones como las de la empresa Nidera, descubiertas recientemente, donde los trabajadores se encontraban hacinados, tomando agua de tachos donde se transportan los agrotoxicos son inconcebibles porque las condiciones del trabajador dejan de ser un insumo a reducir y pasan a ser el objetivo a maximizar.

Este debate no pretende desterrar el análisis costos-ganancia de cada negocios sino aportar a desmitificar que la economía sea sólo eso y entender que deben ser objetivos supeditados al central que es garantizar y mejorar cada día la vida de todas y todos.

Autor: Lorena Putero - Economista CEMoP - Madres de Plaza de Mayo

Empresas Recuperadas y Crecimiento

Las empresas capitalistas tienen como principal objetivo la maximización de ganancias, esto implica minimizar costos, entre ellos los sueldos. Así también existe un costo empresario, es decir, para que la empresa funcione el empresario necesita tener garantizada una determinada tasa de ganancia sino no invertirá.


En un periodo de crecimiento económico el empresario obtendrá una mayor ganancia por el aumento de las ventas. Mientras que en caso de una recesión, ante la reducción de sus ventas, buscará reducir costos y esto incluye la posibilidad de despidos ya que los trabajadores son un costo más a reducir. Así también, existe la posibilidad de que cuando no esté garantizada su ganancia empresarial el empresario decida cerrarla.

En el caso de las empresas recuperadas, y de las cooperativas de trabajo en general, el objetivo principal es el trabajo. Una de sus características es que no existe el costo empresario, es decir, los ingresos ahora solo se distribuyen entre los socios-trabajadores en forma de retiros (que serian los salarios en una empresa capitalista) y los salarios dejan de ser un costo.

En periodos de crecimiento económico estas unidades productivas potencian las virtudes del mismo. Además de los puestos de trabajo que generan, dado que la mayoría de ellas son trabajo- intensivo, realizan inversiones en maquinaria buscando aumentar la productividad (sin que implique reducción de personal) para aumentar el excedente que luego será distribuido a través de los retiros entre los trabajadores. Ante un ciclo de recesión y una caída de las ventas, estos trabajadores decidirán entre: reducir la producción, trabajar menos horas e incluso reducir sus retiros pero no habrá despidos, ya que los trabajadores ya no son un insumo más.


En la empresa capitalista, la expansión económica beneficia al empresario, ya que aumentan sus ingresos pero la distribución a los trabajadores se dará ante un reclamo de éstos. Así también la decisión de invertir dependerá de la tasa de ganancia que esa inversión le genere porque si puede mantener salarios bajos elegirá mantener maquinaria vieja e incorporar más trabajadores baratos.

En las recuperadas y cooperativas ante la misma expansión, el aumento de ingresos por mayores ventas repercute directamente en un aumento de los retiros de los socios-trabajadores. El aumento de la inversión es la forma que tienen estas empresas de aumentar su productividad junto a su capacidad de innovación. Dicho aumento es necesario para aumentar sus ingresos ya que ellos no pueden reducir salarios para ganar más, esto potencia el efecto del crecimiento.

La comparación arroja que las empresas capitalistas amplían el efecto del crecimiento económico de manera limitada ya que dependerá de la decisión del empresario en redistribuir o invertir. En cambio, las cooperativas de trabajo potencian el efecto del crecimiento debido a su rápida redistribución entre los trabajadores de los beneficios obtenidos. En caso de recesión las primeras profundizan los efectos negativos de la crisis, por el contrario, las recuperadas amortiguan la caída y tienden a contener los puestos de trabajo.


Es importante dejar en claro que las ventajas de las empresas recuperadas y de las cooperativas de trabajo en su conjunto, no se agotan en las descriptas, y no caben en esta nota. Las relacionadas al desarrollo local, el medio ambiente y el efecto de practicas participativas en el crecimiento personal de los trabajadores son, entre otras, algunas de las ventajas por sobre las experiencias de empresas de capital.

Autor: Lorena Putero

Economista CEMoP - Madres de Plaza de Mayo

Dispersión de Precios

La inflación es un impuesto sin legislaciónMilton Friedman




Aún a riesgo de resultar reiterativos nos vemos en la necesidad de volver sobre la cuestión de la inflación. En este caso a raíz de las nuevas declaraciones que se conocieron de parte del ministro de Economía de la Nación.

El citado funcionario prefirió referirse a la gran dispersión de precios existente, al tiempo que recomendó a la población efectuar sus compras en el Mercado Central, ubicado en la localidad de Tapiales, en la Provincia de Buenos Aires, que tiene precios claritos y que se mantienen, afirmó.

Esta recomendación recordó a muchos los dichos de la presidenta de la Liga de Amas de Casa, Lita de Lázzari, y su recurrente latiguillo: camine señora. Diríase que ésta afirmación fue tomada con sorna una vez más, porque siempre generó burlas y chistes cuando la señora de Lázzari lo decía en su programa de televisión.


Los dichos del ministro se corresponden con los avisos publicitarios aparecidos en los últimos tiempos en diversos medios, en los que se listan precios de algunos productos cuyos valores son, verdaderamente, más que convenientes con relación a los que podemos encontrar en los negocios cercanos a nuestros domicilios.

Por diversas razones, especialmente porque se trata de un mercado concentrador al cual deben convergir no pocas mercaderías de consumo cotidiano para su distribución, se genera en ese lugar una gran competencia, que es, en verdad, la negada madre de todas las batallas en materia de precios. Algo le queda al ministro Boudou de su paso por la universidad del C.E.M.A., reconocida por su pensamiento liberal y de la cual forman parte economistas como Carlos Rodríguez o Roque Fernández.

Pero la pretensión de que el país entero se dirija al Mercado Central a comprar frutas y verduras es realmente inconsistente, por no decir que directamente absurda.

El funcionario pretende, con esa recomendación, resolver el problema que representa lo que él llama dispersión de precios, que equivale a decir, entendemos, que los precios son sumamente diversos y requieren, justamente, de caminar bastante para encontrar los mejores.

Por supuesto que es necesario, y muchos de nosotros lo hacemos, eso de buscar precio, especialmente cuando se trata de adquirir algún producto de cierto valor, pero no sólo eso. También es común que las amas de casa, y en general toda la población, busquen ofertas o días de descuento en supermercados y tiendas.

El punto a dilucidar es precisamente por qué razón se produce tal dispersión de precios. El ministro no lo ha dicho, que sepamos. Prefirió referirse una vez más al hecho de que son los empresarios (una especie de casta maléfica, digamos) quienes suben los precios, y es el gobierno el que acude allí donde los aumentos se producen para tratar de resolver el problema. El proverbial Estado que todo lo puede y todo lo resuelve, caso contrario el mundo sería inviable.

Aparte de que al gobierno le va bastante mal en este curioso menester, a juzgar por los resultados, no es correcta la afirmación de que él no aumenta los precios. Basta ver lo que ocurre con las novedades impositivas que recibimos todos los días para comprobarlo. Y ni qué hablar de preguntarle a los vecinos de la Provincia de Buenos Aires respecto del impuestazo que acaba de producirse en el impuesto inmobiliario o el llamado impuesto a la herencia.

La inflación es un fenómeno monetario y se produce por la expansión de moneda sin el correlato del aumento de la producción de bienes y servicios. Si el PBI crece al 8 o 9% anual y la expansión de moneda alcanza al 30 o 35%, está claro dónde está el problema.

La dispersión tiene un solo origen: la falta de certeza sobre el valor de la unidad de cuenta; esto es: del peso.

En condiciones normales, es decir cuando la inflación prácticamente no existe, los precios de bienes y servicios son masivamente conocidos. Es decir que la población sabe en general lo que cuesta cada cosa, excepto que se trate de elementos muy específicos y de poco uso corriente. Por ejemplo: todo el mundo sabe lo que cuesta una gaseosa o un par de zapatillas, pero tal vez nadie sepa lo que cuesta una arandela o un grifo. En esa situación, la gente no necesita caminar tanto. Cuando alguien le pide un precio por encima del que conoce, no tiene más que ir al negocio de al lado o de la otra cuadra.

Pero cuando el proceso inflacionario se agrava, los precios suben en conjunto en toda la economía, pero no lo hacen todos en todo lugar al mismo tiempo. Entonces la gente empieza a perder noción de lo que valen la mayoría de las cosas. Así las cosas, si en condiciones de estabilidad no sabemos lo que cuesta una canilla o un repuesto para el auto, en inflación se pierde la noción de lo que puede costar aquello más común y corriente (pan, galletitas, gaseosas, fideos, frutas). De allí la dispersión.

Los bienes y servicios cada vez más dejan de tener un precio conocido, para decirlo en otras palabras. Y ello ocurre porque la moneda es inestable y poco confiable. Y eso, estimado ministro, no es culpa de los empresarios, sino de los fabricantes de moneda, es decir: del gobierno.

La inconsistencia de enviar a 40 millones de personas a comprar al Mercado Central es tan ridícula que no merece siquiera una mención. En su momento nos referimos tangencialmente a la publicidad que comentamos más arriba, que resulta a todas luces tan absurda que la persistencia en la afirmación es realmente inadmisible.

Boudou no habla porque sí, sin embargo. Reproduce el discurso oficial. Discurso que no es nuevo y que al menos en la Argentina tiene varias décadas: la culpa es de los empresarios, que en épocas de estabilidad decidieron portarse bien pero ahora tienen actitudes destituyentes y de pillos. La moneda argentina ha perdido 13 ceros desde 1969 hasta hoy, y para estos funcionarios ello se debe a comerciantes inescrupulosos y no a la Casa de Moneda y a la política monetaria del Banco Central.

Claro, no creemos que el ministro, que es licenciado en economía, desconozca el problema. Porque además no se trata de una cuestión que requiera largos años de estudios y análisis matemáticos, sino que se trata de un dato básico.

Así las cosas, la inflación pretende ser negada por este gobierno. Pero en gobiernos anteriores se hacían engañifas de diverso calibre para intentar disimularla. Desde los índices de precios descarnados (neologismo referido al hecho de excluir la carne en el cálculo) hasta la mentira de los índices provisorios que luego se corregían siempre de manera favorable para quela tasa del mes siguiente reflejara un salto menor. Éste último mecanismo produjo graves perjuicios a los acreedores, especialmente en tiempos de la hiperinflación.

Obsérvese sin embargo que la tasa de inflación reconocida por un INDEC francamente politizado e inútil, es de un 10% anual aproximadamente. Y aún esa tasa es enorme. Supera largamente a la de Brasil, por ejemplo, donde la flamante presidenta está intentando impedir que en ese país el flagelo inflacionario pase del 4 o el 5% anual. El presupuesto nacional que el Poder Ejecutivo pretendía aprobar para este año incluía una tasa de inflación del 8%, que es una especie de certificación de que al menos ese porcentaje está asegurado.

La inflación es la fuente de financiamiento del gobierno. Es la estafa institucionalizada por la cual el Estado emite moneda devaluando la que tenemos en nuestros bolsillos. Es la entronizadora de la pobreza. Y es culpa de los gobernantes y no de la población, empresaria o no.

La verdadera forma de que los precios suban es que suba más la cantidad de moneda circulante que la cantidad de bienes y servicios. Existen otros factores que operan en la misma dirección, por ejemplo el llamado outside credit, que es el crédito incremental producto de la emisión y que hace que quienes lo obtienen gasten más pero no a cuenta de que otros (los prestamistas) gasten menos. Esto también es consecuencia de la expansión monetaria. La responsabilidad de que esto ocurra es del gobierno, y de nadie más.

Recordamos entonces, para terminar, que un peso actual equivale a 10.000.000.000.000 (diez billones) de pesos moneda nacional de 1969. A su vez, para adquirir un dólar se requieren 4 pesos, es decir 40 billones de pesos moneda nacional. Culpar de esto a “los empresarios” es, diríase, bastante más que un absurdo. Y no sólo por la generalización en que se incurre, sino por la increíble capacidad de negación que lleva al ministro de economía a evitar el uso del término “inflación”. De eso no se habla, podría decirse.

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 27 de enero de 2011

www.hectortrillo.com.ar

Una mirada sobre la inflación

La inflación, conceptualmente, es un aumento generalizado y constante de precios. Al respecto se decía que si llegaba a un 20 o 25% anual, se iba a desmadrar. Pero no ha sido así y son pocos los que creen que se pueda gestar una espiral inflacionaria. Algunos dicen que falta inversión, que falta crédito, que cada vez hay más pobres. Según algunos economistas No se dispara porque [Néstor] Kirchner entendió que hay que tener muchas reservas en el Central; porque la cuestión fiscal, más allá de haberse deteriorado un poco en el último tiempo, aún es manejable y finalmente, porque el contexto internacional es muy benigno con el país.


La explicación de estos economistas tiene sus números . Desde que Kirchner llegó al poder en 2003 las reservas internaciones que atesora el Banco Central pasaron de US$ 13.810 millones a 52.145 millones a fines de 2010, según datos de la entidad monetaria (habiendo pagado casi u$s15.000 millones para sacarnos de encima la lacra del FMI). Los dólares en el tesoro del Central son una fenomenal herramienta para manejar el valor de dólar y evitar cualquier corrida que pueda causar inflación. Pero hay inflación. Respecto a la cuestión fiscal, Nadin Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), dice que el resultado fiscal ya no es superavitario. De aquel 2,6% del PBI al que llegó el superávit en 2004 se pasó a un -0,6% en 2009 y se estima que en 2010 también se repetirán números rojos. Pero claro: tampoco se está necesitando mucho financiamiento -salvo el que algunas agencias estatales le hacen al Tesoro- para pagar sus obligaciones. Eso, según el economista consultado, es otra de las fortalezas que hacen posible que la inflación no crezca.

Por último, la balanza comercial mide lo que se compra en el exterior y lo que se vende fronteras afuera. Es otra de las fortalezas del modelo. De acuerdo con datos de Orlando J. Ferreres, compilados en el libro Dos siglos de economía argentina , en 2003 hubo un superávit de la balanza comercial de US$ 15.733 millones y en 2009 la cuenta llegó a u$s16.979 millones. Para 2010, según el relevamiento de expectativas del mercado (REM), estará en u$s 13.645 millones. Fortalezas que diferencian a esta época de otras. También se dice que las tarifas públicas al estar congeladas y subsidiadas crean expectativas inflacionarias porque las empresas no invierten por no tener rentabilidad. Ahora bien, si las tarifas están congeladas éstas no mueven el termómetro de la inflación y si las empresas reciben un susidio por la diferencia, están cobrando la tarifa plena; la pregunta es ¿Por qué no invierten? ¿Porque no ganan?.

Se dice también que la falta de billetes genera un problema; pregunto, el cliente del banco ¿tiene el dinero en su cuenta? Lo que faltaron fueron billetes, no es que la gente no tenga el dinero o el ingreso.


Ahora se dice que si bien la sequía podría jugarle al Gobierno una mala pasada en términos de recaudación fiscal y de crecimiento, también contribuiría a reducir las expectativas de inflación. Los que dicen esto estaban en contra de las retenciones pero evidentemente, con dichos de esta naturaleza, las están convalidando.

Para seguir analizando el problema y tratar de rebatir los comentarios de muchos medios, podemos decir que el primer indicador que debemos examinar es el ingreso real (poder adquisitivo) proveniente de la ocupación principal de los asalariados. La nueva encuesta trimestral provee datos desde el tercer trimestre de 2003. Entre ese momento y el primer trimestre de 2007 el ingreso real medio se incrementó 34% en forma prácticamente continua.

Posteriormente, el ingreso tendió a contraerse durante 2007 y 2008 y se recuperó en 2009. En el segundo trimestre de 2010 el ingreso real medio resultaba prácticamente igual al pico de comienzos de 2007, mientras que el producto (desestacionalizado) era 11% más alto.


Entre el segundo trimestre de 2003 y el primero de 2007 la proporción de pobres se redujo a casi la mitad, de 49,9% a 26,5%. La reducción se frenó casi totalmente en adelante. A mediados de 2009 la proporción de pobres era de 25%. Después, el índice de pobreza tuvo una reducción de 1,7 puntos porcentuales, asociada con la instrumentación de la asignación universal por hijo, llegando a 23,3% en el primer trimestre de 2010,

Por lo tanto podemos decir: Inflación hay, es cierto; no esta desbocada, ni se va a desbocar como quisieran algunos, es cierto. Entonces ¿dónde está el problema? ¿En el aumento de los ingresos de los asalariados?. Eso es una falacia, ya que un aumento del 25% del ingreso del salario no incide en el 25% del aumento del producto.

Nos podemos remitir a lo que dijeron en la Mesa de Enlace: que un aumento del trigo, no incide en la misma proporción en el aumento del pan por ser éste una parte del costo del producto final.

A que no hay inversión. Otra falacia, la inversión está hoy en el 24% del PBI cuando, técnicamente, se calcula que, en promedio, debe ser aproximadamente de un 14% para reponer equipos y bienes de uso; el 10% restante es lo que se llama inversión inducida, que es la que crea lo nuevo para seguir un crecimiento sostenido.

La inflación es sin ninguna duda un hecho político que se está dando en Argentina con una gran transferencia de ingresos a los sectores concentrados formadores de precios y que cuando el gobierno los toca saltan y se refugian el la consabida libertad de mercado y la falta de institucionalidad: nueva palabra usada por esos sectores y sus cómplices de la oposición (le pediría al lector que observe los dichos en cada entrevista).

Entonces, si el gobierno hace los deberes como debe ser, maneja las variables macroeconomías como nunca pasó en 200 años, tratando mediante políticas públicas de inversión (mucha obra pública); consumo (dándole a los que menos tienen, 2500000 de jubilados nuevos y la asignación universal por hijo); distribución del ingreso (haciendo que todos tengan algo para gastar); que los agentes económicos se encuentren con una actividad que les permita desarrollarse y que los que viven en estas tierras puedan hacerlo cada vez mejor, entonces; ¿ qué pasa? ¿dónde está el problema? Aparecen los oligopolios formadores de precios que en vez de producir más -al estar dadas todas las condiciones para hacerlo- secan el mercado con la complicidad de los políticos que hacen sus discursos alrededor del problema pero no dicen cómo se soluciona, lo mismo hacen los medios de prensa que si aumentan las reservas encuentran el pero negativo, si pagan la deuda encuentran el pero negativo, si aumentan las exportaciones encuentran el pero negativo, si subsidia el gobierno los servicios públicos le encuentran el pero negativo. Lo lamentable que dentro de todo eso está la gente bombardeada y que realmente no sabe cual es la verdad y la verdad es la realidad. Miremos la realidad.

Todos los que pronosticaron desde hace cinco años a esta parte lo hicieron para crear un clima de incertidumbre en forma negativa. Yo creo que cuando hay actividad y el río tiene caudal, seguramente las cosas van a ser mejor; por supuesto con conflictos, porque cuando una sociedad avanza aparecen los conflictos, los que no son ni buenos ni malos, pero hacen que se empiecen a entender ciertas cosas, por ejemplo, que la inflación que tenemos es causada por un sector muy pero muy poderoso acostumbrado históricamente a apropiarse, vía precios, de lo que no le pertenece.

Prof. José Manuel Fernández

Regla de Hotelling

Los comienzos del movimiento conservacionista en Estados Unidos tuvieron su impulso en el miedo de una inminente escasez debida al imprudente y derrochador uso de los recursos naturales. Esto promovió la búsqueda de una tasa óptima de explotación, búsqueda que tuvo su primera gran expresión en el documento “Economía de los Recursos Agotables” escrito por el estadístico y teórico económico Harold Hotelling, documento que fue publicado en 1931 en el Diario de Economía Política de la Universidad de Chicago.


En este documento se llega a la regla de que el precio de un bien agotable debe crecer a una tasa igual a la tasa de interés, esto dentro de una eficiencia en los procesos de extracción y un equilibrio competitivo dentro de la industria de cada recurso. Esto en esencia significa que el valor presente de un recurso agotable homogéneo debe ser idéntico sin importar el momento en que ha sido extraído (Regla de Hotelling).



El Gobierno se Financia con Inflación - Política

El modelo inflacionario sigue incólume dentro de la línea política de un gobierno que no lo ve como un problema, sino como una solución a sus problemas de financiamiento.

La inflación es un fenómeno monetario y por lo tanto es responsabilidad de quien autoriza o avala la emisión de moneda antes que de nadie más. En una economía de trueque la inflación es una entelequia.


En estos últimos días hemos asistido a declaraciones del más variado tono de parte de especialistas y de funcionarios del gobierno, entre las que se destacan las dichas por la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. Tomamos pues éstas en particular para basar la trama argumental que sigue.

Dijo esta funcionaria: Los que dicen que comprando los dólares que sobran en el mercado estamos generando inflación, atentan directamente contra la política de tipo de cambio real, y, a través de ella, contra el desarrollo de la industria, el despliegue del mercado interno y el aumento del empleo .

Empecemos por decir que no parecen declaraciones propias de un presidente del Banco Central, sino más bien las de un secretario de industria o cosa por el estilo. Esto, que parece una simple formalidad, no deja de ser un síntoma, porque el Banco Central no está para manejar el desarrollo de la industria, sino para preservar el valor de la moneda. Por otra parte, hay secretario de industria. Pero veamos.


El Estado argentino compra los dólares no porque sobran, sino porque todo exportador debe liquidar obligatoriamente sus divisas, y hacerlo al cambio digitado monetariamente por el gobierno. Esto como punto de partida.

Podemos reiterar acá las consecuencias de la emisión de moneda para adquirir dólares a un precio mayor que el de mercado mediante la emisión de moneda espuria, que es lo que posibilita la falsa idea de que existe un superávit fiscal primario que luego se consume en gasto corriente, obra pública o subsidios y no se destina, como correspondería, a adquirir divisas para pagar las obligaciones de la deuda.

La inflación se genera por comprar dólares a 4 pesos cuando la propia funcionaria nombrada ha dicho que sin la intervención estatal el billete verde caería a $ 2,80 por unidad. Con lo cual está diciéndonos que no solamente se emiten esos $2,80 para adquirirlo, sino que además se emiten $ 1,20 más. Como se sabe, luego el propio Banco Central seca la plaza recurriendo a la emisión de títulos (Lebacs y Nobacs) por los que paga un interés, todo lo cual aumenta la deuda pública.


Hemos señalado muchas veces que la competitividad no se genera con artilugios monetarios, sino con ordenamiento y eficiencia del gasto público y privado, con buenas administraciones y con tecnología de punta. En otras palabras, es bajando costos como mejora la eficiencia, no inflando artificialmente el valor de la moneda norteamericana. La postergadísima reforma del Estado duerme el sueño de los justos.

La política económica seguida en estos últimos años fue llamada en su momento modelo industrialista precisamente por hacer hincapié en el mismo punto que señala esta señora. Así las cosas, mientras esa industria comercializa sus productos al exterior con un dólar de $ 4.- un productor de soja, de trigo o de maíz apenas si sobrepasa la mitad de ese valor. Esto viene ocurriendo en los últimos años. Es decir, una impresionante transferencia de ingresos del sector agropecuario al sector industrial con el ánimo de industrializar el país, si pensamos que existe buena fe, desde ya. Esta misma política fue seguida con algunas diferencias luego de la segunda guerra mundial por el creador del movimiento hoy gobernante: Juan Perón. Y luego continuada por casi todos los gobiernos posteriores, civiles y militares.

Pero ¿qué pasa que la industrialización nunca termina de concretarse y hoy más que nunca dependemos de las exportaciones de soja para hacernos de divisas? Pasa que la industria nacional no tiene incentivos para mejorar su tecnología porque prácticamente no tiene competencia externa, excepto aquella que proviene de determinados vínculos comerciales y con un montón de restricciones surgidas de la todopoderosa secretaría de comercio.

La industria en la Argentina sigue siendo escasa, mala y cara, tanto como lo era hace 40 o 50 años. Y la tecnología ni hablar. Una computadora o un celular de última generación cuesta en el país el triple o el cuádruple de le cuesta en Miami, cuando el ingreso promedio per cápita argentino es misérrimo si pretendemos compararlo con el estadounidense. Este panorama baja el nivel de vida de la población, incrementa el percentil de pobreza, y contribuye a la mala distribución de la riqueza, que tanto parece preocupar a nuestros actuales gobernantes.

Las consecuencias de esta política están a la vista: inflación creciente, pobreza anquilosada, intervención cada día más agobiante de parte de funcionarios que aparecen como santos salvadores metiéndose en cada rincón de nuestra economía para otorgarnos subsidios, planes, créditos, cuotas, cupos, tipos, modos, calidades, cantidades, aguinaldos, bonificaciones, recuperos, préstamos sin interés y toda la parafernalia discursiva que cualquiera puede conocer y ampliar tanto como quiera no ya desde el famoso buscador de Google, sino ingresando en las páginas oficiales de cuanto ministerio o secretaría se le ocurra. El mundo parece que no funcionaría si no fuera por las bondades de la presidenta de la república y su séquito progresista .

Siguiendo con el problema de las divisas, es sabido que las trabas puestas por el gobierno a la compra de moneda extranjera son innumerables. Desde ridículos topes mensuales hasta obligaciones tales como contar con cuentas bancarias, información a suministrar de la AFIP y a la AFIP, documentos, papeles y justificaciones de diversa índole. Obligaciones que en condiciones normales no se exigen para comprar ninguna otra cosa. Y que por supuesto muestran a las claras que más allá de pretender controlar evasiones tributarias y cosas así, como tanto se reitera en el discurso oficial, la verdad es que lo que se intenta es desalentar la adquisición de divisas. Lo cual sumado a la obligación de vender las provenientes del comercio exterior, aumenta el volumen a adquirir por el Banco Central al que se refiere la funcionaria de las declaraciones que estamos comentando. Ello aparte de generar el mercado negro de divisas, hoy denominado blue .

Ahora bien, la inflación que todo esto produce le sirve al gobierno para financiar el gasto. Las tasas de interés son marcadamente negativas en la Argentina, y las altas tasas de inflación provocan un incremento notabilísimo en la recaudación fiscal (del orden del 40% anual), al tiempo que licuan los pasivos oficiales en moneda local.

Los subsidios y planes de ayuda, completan el cuadro de situación. El relato oficial es que no hay inflación o es muy baja, y si la hay es por culpa de productores y comerciantes inescrupulosos o destituyentes , y los funcionarios se encargan de paliar los efectos de tanta perversión mediante el recurso de ayudar a los no incluidos . Al mismo tiempo, ni subsidios ni ayudas se cuentan a la hora de determinar los precios con los que se mide la inflación, y no sólo en el devaluado INDEC, sino también en las mediciones de consultoras privadas. Lo cual equivale a decir que aún las mejor intencionadas mediciones de la inflación real adolecen de serias deficiencias.

El gobierno argentino ha venido negando la inflación casi desde sus inicios. La intervención del INDEC ocurrió a fines de 2006, pero ya antes había serios indicios, con controles de precios (que se camuflaban como acuerdos ), retenciones selectivas a la exportación para castigar a productores díscolos, y otras lindezas, entonces a cargo del Dr. Roberto Lavagna.

Las restricciones a las importaciones posibilitan además, el encarecimiento de los productos locales, y la merma de la calidad. Una verdadera pintura del atraso, no del progreso.

Lo que cabe preguntarse a estas alturas es por qué la economía sigue creciendo. Y es obvio que lo hace porque el mercado internacional es altamente favorable en materia de precios para aquello que la Argentina produce más fácilmente y con mayor productividad: la producción primaria.

Así y todo, el intervencionismo a la violeta de la secretaría de comercio ha dejado maltrechos a varios sectores productivos, tales como el cárnico o incluso el triguero. Con resultados deplorables que no parece que estuviera dispuesto a asumir el gobierno. Baste decir que el pan ha trepado a $ 8.- el kg cuando se esperaba que no superara los $ 2,50. Y ni hablar de la carne vacuna, cuyos valores se han disparado hasta el punto de superar los precios en varios de los cortes a los vigentes en el Uruguay, por ejemplo, cuya política fue la de ocupar los mercados internacionales abandonados por la Argentina.

El atraso en materia energética es otra realidad industrial que la señora Marcó del Pont dice estar favoreciendo con ésta política. La falta de exploración y la reticencia a explotar hidrocarburos es una realidad. Como también lo es la creciente necesidad de importar combustibles líquidos, gas y electricidad. Y por más que un ministro salga a colocar multas por deficiencias en el servicio eléctrico en momentos de altísimas temperaturas, lo cierto es que todo el mundo sabe que el mantenimiento ha mermado de manera segura y seguida. Y que las razones de tal merma hay que buscarlas en la penosa política tarifaria seguida. Al punto que en el caso de las naftas ha debido liberarse el mercado luego del inconcebible techo impuesto en el mes de agosto pasado por la secretaría de comercio.

No existe hoy otra posibilidad que la de esperar una inflación promedio del 30 o 35% para el año 2011, con una creciente marginalidad y con la sensación de que todas las ayudas y subsidios no alcanzarán a resolver nada. Es que efectivamente no alcanzarán. Apenas serán un paliativo que además surtirá efectos en el año electoral que ha comenzado.

Mientras tanto, el sostenimiento del tipo de cambio mediante los ardides explicados más arriba, no hace sino exacerbar la inflación de manera de retrasarlo progresivamente, al tiempo que se incrementan los costos de producción en dólares y se reza para que esa moneda pierda valor en el mundo.

No sabemos qué cuentas hizo la señora Marcó del Pont para afirmar que el dólar caería a $ 2,80 si el Central no compra a $ 4.- Pero esta afirmación conlleva el surrealismo de seguir comprando luego de 7 años, muy caro aquello que podría comprarse más barato, lo cual, aparte de ser un absurdo, no es gratis. Porque las consecuencias inflacionarias y la pobreza consecuente son una realidad.

Baste decir que si verdaderamente el Estado dejara de seguir esta política monetaria, la divisa caería primero, pero la demanda para adquirir bienes importados provocaría en muy cortísimo plazo la suba en el valor. Por otro lado, los exportadores conservarían sus divisas sin venderlas esperando mejores precios, y los compradores de divisas, se apurarían a adquirirlas antes de que suban. Es decir, funcionaría el mercado. Palabra que como sabemos no existe en el vocabulario de ambas presidentas, la del Banco Central y la de la República Argentina.

Buenos Aires, 16 de enero de 2011 HÉCTOR BLAS TRILLO

www.hectortrillo.com.ar

La Distribución del Ingreso y la Pobreza en la Economía Argentina

Autor: ANDREA FABIANA MAC DONALD (*)


En esta oportunidad analizaremos uno de los temas de actualidad como es la distribución del ingreso y la pobreza en la economía argentina, los factores que influyen en su determinación y los efectos macroeconómicos que se producen en la PEA (Población Económicamente Activa), llegando a nuestras consideraciones finales.



LA DISTRIBUCION DEL INGRESO COMO PROBLEMÁTICA SOCIAL. EVOLUCION DE LA DISTRIBUCION DEL INGRESO 1990-2002.

Ciertamente la distribución del ingreso surge como una problemática social dentro de la sociedad como consecuencia de la pobreza, la desigualdad y la precarización laboral preocupaciones centrales de la economía argentina.


Se considera que la distribución del ingreso es la manera en como se le asignan los recursos entre los distintos estratos sociales; de allí que si hay asimetrías en esa asignación de recursos, y trae aparejado el problema de la desigualdad, la pobreza y la precarización laboral que sufre la economía argentina en la actualidad.

Algunos economistas han hecho referencia a la denominada teoría de la distribución del ingreso la cual ha ido desapareciendo pero aún siguen existiendo las teorías de la distribución y sus implicancias para los impuestos. Indudablemente esta evolución se explica por el predominio de la teoría neoclásica. Es que desde esta perspectiva teórica, la distribución es sólo un caso especial de la teoría de los precios, ya que estos se conforman a partir de las retribuciones de los factores de producción –capital, trabajo y tierra- que se corresponden a su vez con sus productividades marginales.

Siempre la teoría de la distribución está estrechamente vinculada con las teorías sobre crecimiento, y a fin de mantenernos dentro de los límites y objetivos propuestos, solo dejamos indicada algunas de derivaciones principales de los enfoques en lo que respecta a la dinámica de la acumulación capitalista, el cambio tecnológico y las tendencias del empleo.

El flujo circular de la economía es la clave para poder explicar la distribución del ingreso teniendo como agentes fundamentales a las economías domésticas integradas por los demandantes de bienes y servicios (consumidores), las empresas (oferentes) que ofrecen bienes y servicios a las familias y que a su vez recibirán del ingreso que obtienen de sus salarios producto de las compras que efectúen en el mercado y el Estado otro agente económico siendo de discusión si su intervención en el mercado es optimo o no para su funcionamiento dentro de la economía.

En Argentina, la distribución del ingreso ha sufrido grandes transformaciones a partir de la década de los noventa, tal como BECCARIA y MAURIZIO señalan la década de los noventa implicó para el país fuertes transformaciones tanto a nivel macroeconómico como en la estructura productiva que impactaron significativamente en la generación y distribución de los ingresos incluidos aquellos derivados del trabajoBeccaria, Luis – Mauricio, Roxana: “Mercado de trabajo y distribución personal del ingreso”. Capítulo III del libro “Trabajos, ingresos y políticas en Argentina”. Javier Lindemboin. (compilador) – Editorial Eudeba.

Es así como durante dicho período la economía argentina advierte que la creación de empleo es mínima y que estuvo condicionada a altas tasas de crecimiento hasta el año 1993 hasta que en el año 1995 es afectada por la crisis económica en México denominada “efecto tequila” agravando el funcionamiento del mercado laboral incrementándose desde entonces las tasas de desempleo llegándose a niveles del 20% de desocupación en el Gran Buenos Aires y el área urbana el 18,4%.

Uno de los escenarios más complejos sufridos por la economía argentina ha sido en el año 2002 luego de declararse el default económico y ante una inestabilidad institucional, Argentina tuvo que enfrentar una de las crisis más agudas de su historia, en donde el PBI llegó a reducirse a un 11% mientras que el desempleo trepó hasta el 21,5% llegándose a un 58% de la población en donde muchas personas poseían ingresos inferiores a la línea de pobreza.

En la siguiente tabla exponemos las variaciones porcentuales del PBI y del empleo que se extiende desde 1991-2001.

LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO - PERÍODO 1991-2002

Año

PBI

EMPLEO

SUBEMPLEO

EMPLEO

PLENO

EMPLEO

PBI

1991

10,5%

3,7%

-8,5%

5,0%

0,4%

1992

9,6%

2,6%

6,2%

2,3%

0,3%

1993

5,7%

1,1%

18,4%

-0,6%

0,2%

1994

8,0%

-2,0%

13,4%

-3,7%

-0,2%

1995

-4,0%

-1,7%

24,6%

-5,3%

0,4%

1996

5,5%

1,6%

10,7%

0,0%

0,3%

1997

8,1%

7,2%

-0,5%

8,7%

0,9%

1998

3,9%

2,7%

5,7%

2,1%

0,7%

1999

-3,4%

1,4%

6,9%

0,4%

-0,4%

2000

-0,5%

0,4%

4,8%

-0,5%

-0,8%

2001

-4.4%

-4,1%

11,1%

-7,2%

0,9%

 

Fuente: Lindeboim (2003). “Trabajo, ingresos y políticas en Argentina”. Contribuciones para pensar el siglo XXI. Javier Lindenboim. Editorial Eudeba.

Observamos aquí las variaciones que sufren el PBI, el empleo, subempleo y el pleno empleo como van reduciéndose hasta llegar a niveles mínimos en el año 2001 a valores negativos de los mismos. Comentario de la autora.

LA DISTRUBUCION DEL INGRESO Y EL MERCADO LABORAL EN ARGENTINA – EVOLUCIÓN DE LA PEA – CONSECUENCIAS MACROECONÓMICAS.

Es importante señalar que la distribución del ingreso tiene incidencia en el funcionamiento del mercado laboral y en la evolución de la PEA (Población Económicamente activa) advirtiéndose un incremento sin precedentes de la tasa de desempleo durante el período 1998 al año 2006 siendo en este último año cuando la misma se estabiliza o ha disminuido a raíz de la aplicación de políticas macroeconómicas diferentes a las instrumentadas durante la década de los 90.

En la siguiente tabla ilustramos los datos macroeconómicos correspondientes al mercado laboral durante el período 1998 a 2006 y su incidencia en la PEA (Población económicamente activa) tomando como base la población de 18 años en adelante.

TASA DE PARTICIPACION ECONÓMICA AMPLIADA: EMPLEO,

SUBOCUPACION Y DESOCUPACION. 1998-2006

1998

2001

2003

2006

Tasa de participación económica (PEA) % sobre el total de población de 18 años.

65%

(62%)

66%

(62%)

67%

67%

Tasa de empleo (% sobre el total de población de 18 años y mas.

54%

(53%)

50%

(50%)

55%

59%

Tasa de desocupación (% sobre el total de la PEA)

17%

(14%)

24%

(20%)

17%

11%

Tasa de subocupación (% sobre el total de la PEA ampliada)

14%

(13%)

16%

(16%)

17%

12%

Tasa de subutilizacion d la fuerza de trabajo como % de subocupados y desocupados de la PEA

31%

(27%)

41%

(36%)

34%

23%

Fuente: Elaboración propia en base a EPH/INDEC.

Los datos entre paréntesis se presentan sin ajustar por empalme para 1998 y 2001.

Lindenboim J. ob.citada.

Se advierte que posteriormente al efecto tequila (1995) la tasa de empleo llegaba al 54% en tanto que la tasa de desocupación alcanzaba al 14% y la de subocupación el 13% siendo estos datos luego incrementados en la etapa recesiva comprendida en el 2001-2002 donde se hizo evidente la caída del empleo aumentando de manera considerable la tasa de desempleo llegando a sus niveles máximos y luego recuperándose en forma lenta a partir del 2003 llegando al 2006 donde se disminuye la tasa de subocupación y subutilización de la fuerza de trabajo en relación a la PEA. Interpretación de la autora.

Durante el período 2003-2008 la economía argentina experimentó un crecimiento de las tasas anuales elevadas en relación con el PBI y con la ocupación de la mano de obra creándose 4 millones de puestos de trabajo; al respecto ARCEO, GONZALEZ, MENDIZABAL y BASUALDO manifiestan que la situación durante el año 2009 se alteró significativamente ya que la economía argentina registró un importante deterioro y sus consecuencias se hicieron sentir sobre los trabajadores especialmente en el nivel de ocupación.Arceo, Nicolás – González Mariana – Mendizábal Nuria y Basualdo, Eduardo M.: “La economía argentina de la posconvertibilidad en tiempos de crisis mundial”. Editorial Cara o Ceca. CIFRA – CTA (Centro de Investigación y Formación de la República Argentina).

Finalmente en lo que atañe al año 2009, el mercado laboral argentino tuvo que enfrentar una reversión de las tendencias existentes producto de la crisis internacional y a comienzos del tercer trimestre del año 2009 se habrían perdido 93 mil puestos de trabajos registrados aún el gobierno había otorgado subsidios a los fines de mantener una cantidad considerable de empleos por medio de un programa especial del Ministerio de Trabajo.

LA DISTRIBUCION DEL INGRESO Y LA POBREZA – NUEVAS PROPUESTAS PARA EL FUTURO.

Muchos autores vinculan a la distribución del ingreso con la pobreza, siendo una de las problemáticas latentes en la economía argentina teniendo como cuestiones centrales a la pobreza estructural, la precarización laboral y la desigualdad social que afecta a toda una sociedad.

En la actualidad, la pobreza comprende un 10% de los individuos que no llegan a cubrir sus necesidades básicas ni servicios indispensables no siendo aún solucionada por la aplicación de políticas sociales eficientes estando vinculado a la precarización laboral que ofrecen contratos temporales e inestabilidad en el empleo siendo de cada 100 personas, 40 se encuentran en el trabajo informal o en negro.

La desigualdad es otro de los aspectos esenciales en el contexto de la distribución del ingreso teniendo en cuenta que hoy existe la necesidad de una inclusión social a los fines de eliminar los peligros que acechan como la drogadicción y la delincuencia juvenil ante la falta de oportunidades de los jóvenes y los costos económicos y sociales que los mismos producen en la propia sociedad.

KULFAS señala que la pobreza no es un fenómeno asociado sólo al desempleo sino también a la baja calidad de muchos empleos que existen en la Argentina y que en ausencias de políticas específicas, el crecimiento económico tienda a cristalizar e incluso a profundizar la desigualdad. Sulfas, Matías: “Crecer o distribuir: un planteo equivocado”. Revista Desafíos para un proyecto nacional. Septiembre 2010.

Es decir que la pobreza es el producto de las malas condiciones laborales en materia de contratación, falta de estabilidad laboral acompañada de la implementación de malas políticas sociales acentuando más la brecha entre los que mas tienen y los que menos tienen, generando costos económicos y sociales en la sociedad.

ALTIMIR, BECCARIA, y GONZALEZ ROZADAS, señalan que desde el año 1974 se verificó una tendencia de constante empeoramiento de la desigualdad del ingreso de los hogares a un ritmo casi uniforme que termina pro elevar la desigualdad desde un coeficiente de Gini de 0,36 en 1974 a otro de 0,51 en el año 2000. Altimir, O. – Beccaria, L. – González Rozada, M. “La distribución del ingreso en Argentina 1974-2000” – Revista de la CEPAL Nro. 78, 2002.

Los mencionados autores manifiestan que los principales factores asociados al incremento en la desigualdad de ingresos se centran en las fuerzas que actúan en el mercado de trabajo, lo que permite delinear a grandes rasgos 4 fases distintas a lo largo de último cuarto de siglo, donde en los años 70 el empeoramiento en la desigualdad estuvo asociado a la caída de salarios reales y a una mayor dispersión salarial, en tanto que en los años 80 se asoció la desigualdad al incremento del desempleo y de la informalidad.

Así observamos en las distintas fases de la evolución de la distribución del ingreso como la brecha de desigualdad ha ido incrementándose desde el punto de vista salarial por calificación de trabajador según su categoría laboral.

En la siguiente tabla expondremos los principales datos macroeconómicos en función de los aportes provenientes de diferentes sectores de la economía al cambio de distribución de ingreso durante los períodos 2002-2003 y del 2004 -2008.

APORTE DE LAS FUENTES DE INGRESO DEL HOGAR AL CAMBIO EN LA

DISTRIBUCION DEL INGRESO.

2002 -2003

en %

2004 -2008

en %

INGRESOS LABORALES

-0,004

15%

-0,064

88%

ASALARIADOS

REGISTRADOS

0.003

13%

-0,010

56%

Asalariados no registrados

0.003

13%

-0.010

8%

INDEPENDIENTES

-0,004

14%

-0.018

24%

Ingresos laborales

-0.021

85%

-0.008

12%

Transferencias del

Estado

0.015

59%

0.006

-8%

JUBILACIONES Y

PENSIONES

0.001

3%

-0.016

22%

Otros ingresos no

Laborales

0.006

23%

0.002

-2%

Variación Gini ingreso capita

Familiar

-0.025

49%

-0.072

-13,9%

Fuente: Elaboración con la base de EPH – INDEC. Citado por Novick, Marta: “Herramientas para pelear contra la desigualdad”. Revista Desafíos. Septiembre de 2010.

CONSIDERACIONES FINALES:

De acuerdo al presente análisis, hemos llegado a nuestras consideraciones finales las cuales son las siguientes:

1-La distribución del ingreso como problemática social se vincula con la pobreza, el desempleo y la desigualdad social.

2-La evolución de la distribución del ingreso en la economía argentina desde la década de los 90 hasta la actualidad.

3-La distribución del ingreso en el mercado laboral argentino y su impacto en la PEA.

4-La pobreza esta asociada con la mala calidad de los empleos y las malas condiciones de contratación para los trabajadores originando inestabilidad en el empleo y desocupación.

(*) Autor: ANDREA FABIANA MAC DONALD Jefa de Trabajos de Análisis Económico y Financiero y de Elementos de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Buenos Aires – Facultad de Derecho. Master en Derecho y Economía (tesis en preparación) – Universidad de Buenos Aires – Facultad de Derecho.

Economía

Definición de Economía



El término tiene al menos tres acepciones diferentes:

1. Por un lado, se utiliza para mencionar a la ciencia económica.

2. En segundo lugar, para referirse al un sistema económico en particular, las relaciones o situación económica de una zona geográfica.


3. En tercer lugar, siendo este último uso menos académico, se utiliza como sinónimo del correcto uso de los recursos o a veces para referirse al no despilfarro o al ahorro de los mismos ("hacer economía").

Ciencia Económica

Existen variados intentos por definir a la ciencia económica, siendo dificultoso encontrar una definición que deje conformes a los economistas y científicos de otras especialidades.


La definición mas clásica es debida a Lionel Robbins, quién dijo que la economía es la ciencia que estudia la conducta humana como una relación entre fines y medios escasos que tienen usos alternativos. Robbins, 1932. Esta definición se refiere puntualmente a un solo aspecto de la economía, al microeconómico.

Además de estudiar la conducta humana, vá mas allá, en el sentido que estudia un aspecto de la realidad social, comportamientos e implicaciones a nivel agregado o macroeconómico. Se puede decir que la escuela conocida como la Economía del Bienestar se refiere al concepto de economía como el estudio de las condiciones bajo las cuales se puede maximizar el bienestar de una comunidad, y la elección de las acciones necesarias para llevarlo a cabo. Ésta definición le otorga a la ciencia económica un mayor contenido normativo, por oposición a la definición de Robbins, según la cual la economía es una ciencia eminentemente positiva.

La ciencia económica, como disciplina que estudia la conducta de seres humanos en relación mutua, debe considerarse como una ciencia social, es decir, no es una ciencia exacta, por lo tanto, no bastan las demostraciones lógicas o matemáticas para aceptar que sus postulados se verifican en la realidad. Hay en la teoría económica presencia de pensamientos complejos, nociones alternativas y disímiles, ideas sobre la articulación entre lo social, lo político y lo económico Follari 2002. Es por esto que muchos economistas reciben críticas por formular propuestas que parecen tener un carácter dogmático, ya que enuncian sus conclusiones como leyes universales. Las críticas provienen principalmente de científicos de otras ramas, como filósofos o investigadores epistemológicos, pero también desde economistas.

Citas

Robbins, Lionel Ensayo sobre la naturaleza y significación de la ciencia económica - 1932

Roberto Follari La Economía: ¿pseudo ciencia? - 2002

Conclusiones de la Segunda Parte

1. La situación de Ferrocarriles Argentinos en la década del '80 era pésima, dado que los bienes de capital o bienes de uso no eran adecuados para prestar un servicio eficiente e eficaz para el usuario, no sólo lo que hace al material rodante sino también a la infraestructura. Los problemas de los ferrocarriles radicaba por un lado en una infraestructura (vías y estaciones) totalmente deterioradas por la falta de servicios de mantenimiento y un material rodante de antigua data que no se había renovado durante décadas.


2. La situación de los ferrocarriles se debía sobre todo a que estaba sujeta a los vaivenes de la política gubernamental, por ende las limitaciones de los recursos del Estado, provocaba la falta de recursos de la empresa, con lo cual, la innovación para mejorar la prestación del servicio nunca se producía ni tampoco los planes se cumplían. Por otra parte, la falta de planificación estratégica (largo plazo con objetivos globales) no se realizaba, en parte porque los planes debido a las limitaciones de los recursos se cumplían en el corto plazo. Por ende , la falta de planificación estructural que tanto caracterizó al Estado traía como consecuencia que la inversión no haya tenido importancia para reconstruir un ferrocarril moderno en base a las necesidades de los usuarios.

3. Otras de las causas de la falta de inversión e innovación radicaba en la protección que gozaba mediante la regulación y a que estaba sujeta a las políticas económicas sectoriales, lo que hacía que no exista estímulos para innovar y ofrecer un servicio de calidad.

4. Sobre todo en la década de 1980 se produce la declinación de la inversión por parte del sector público, debido a la crisis económica. Esta declinación hace que el ferrocarril se convierta en un medio de transporte que prestaba un servicio de pésima calidad, lo que trae aparejado la disminución drástica de la demanda en favor de los automotores.


5. Desde la década del '60 a la década del '80 la demanda del ferrocarril sufrió un retroceso extraordinario en todos sus niveles, la demanda había caído a menos de la mitad de la que se registraba 30 años antes. En sus tres negocios se registraron caídas importantísimas, tanto en el transporte de carga como en el transporte interurbano.

6. Las principales necesidades que tenían las empresas ferroviarias eran: la renovación de los bienes de uso, recuperación y renovación de la infraestructura, optimización de la calidad del servicio y mejor manejo de las finanzas de la empresa. Por ende, en estas tres primeras necesidades se encontraba enmarcado el usuario, dado que tanto la renovación de los bienes de uso como la recuperación y renovación de la infraestructura como la optimización de la calidad del servicio traería como consecuencia un servicio moderno prestado en función de las necesidades de los usuarios, superando la situación de deterioro en que se encontraba la empresa estatal.

7. Otro gran inconveniente del ferrocarril fue y sigue siendo la competencia con el automotor, qué fue otro factor que produjo la disminución de la demanda. Por lo cual, sería erróneo atribuir solamente a la mala calidad del servicio que prestaba la disminución de la demanda, dado que el desequilibrio que se produjo con la revolución de los automotores trajo como consecuencia que el ferrocarril decline por contar con una estructura de costos y física totalmente desventajosa frente al automotor.


8. Para mejorar la empresa ferroviaria era necesario destrabar las regulaciones con la finalidad de lograr una mayor competitividad que lleve a la misma a prestar un servicio en función de las necesidades de los usuarios, teniendo en cuenta criterios empresariales en la prestación del servicio y modernizándose; dejando de lado el cumplimiento de políticas económicas sectoriales que la convertían en ineficiente.

7. La concesión de los ferrocarriles estuvo orientada a superar la situación de deterioro de los ferrocarriles e imprimir una nueva visión en la prestación del servicio basado en la filosofía que el cliente tiene la razón, y privilegiando en la toma de decisiones la relación costo benéfico.

8. En los contratos de concesión se tuvo en cuenta al usuario del servicio ferroviario, dado que en los mismos se establece como objetivo fundamental el mejoramiento del servicio ferroviario mediante una mayor inversión que provoque: la renovación del capital físico y de la infraestructura, y que mejore la calidad del servicio con una mayor cantidad de trenes programados, una mayor puntualidad, menor cantidad de trenes atrasados, menor cantidad de trenes camelados, etc.

9. La calidad del servicio de Ferrocarriles Argentinos durante la década del '80 tuvo una tendencia decreciente en sus dos negocios: transportes de cargas y pasajeros, metropolitanos e interurbanos, provocado por las circunstancias antes mencionadas, razón por la cual los contratos de concesión trataron de prever estas circunstancias alegando que el sistema ferroviario concesionado debe prestar un servicio seguro y confiable y que proporcione un servicio cuya calidad y frecuencia sea superior al actual.

10. Después de la concesión se notó claramente un aumentó de la demanda de los ferrocarriles, tanto los de cargas como los de pasajeros, urbanos e interurbanos, inclusive el ferrocarril logró una mayor peso en la estructura de transportes de carga terrestres.

11. Los primeros años de la concesión de los ferrocarriles metropolitanos dejaron en evidencia que fue un objetivo vital la necesidad de mejorar el servicio ferroviario, elevando los estándares de calidad. La comparación de la gestión estatal y la privada dilucida la mala calidad del servicio que prestaba la gestión estatal y como mediante la concesión se procuró mejorar el servicio para el usuario.

También se pudo probar la segunda parte de la hipótesis. La empresa Ferrocarriles Argentinos prestaba un servicio de pésima calidad y además no se había renovado el parque ferroviario en varias décadas, lo que llevó a que la demanda se contrajera. La falta de inversión e innovación tecnológica era el principal problema de los ferrocarriles. Por esa razón se tuvo tan en cuenta en los contratos de concesión la obligación de invertir por parte de los concesionarios y de mejorar el servicio para el público usuario. La finalidad de la concesión, no solo apuntaba a reducir el déficit contrayendo el gasto y generando ingresos, sino también respondió a mejorar la eficiencia del transporte ferroviario estimulando la innovación tecnológica mediante el ingreso de capitales y alentando nuevas inversiones que mediante modernas técnicas de administración mejore la calidad de las prestaciones.

Autor: Richard Amaro

Conclusiones de la Primera Parte

1. El gasto público en su conjunto tuvo una tendencia creciente a lo largo de 1965 a 1992, sobre todo, los picos de mayor crecimiento se lograron en la década de 1980, pero sólo hasta el año 1988 dado que en este año el Estado se encuentra prácticamente en bancarrota, reconocido por el mismo Carlos Saúl Menen al año siguiente. Las variables que más presionaron para lograr la sobredimensiòn del gasto público fueron de mayor a menor: los gastos de bienestar social, los gastos económicos, los gastos de la administración gubernamental y los intereses de la deuda.


2. La deuda pública desde 1975 a 1989 creció sin cesar, lo que trajo como consecuencia que las cuotas de servicio también se incrementen en esa misma medida; por esa razón los intereses de la deuda se convirtieron en un pesada carga para el Estado, sobre todo desde 1973 a 1985. En los años posteriores el Estado empieza a cumplir con sólo una parte de la deuda, hasta que a principios de 1988 entra en cesación de pagos, dado que los intereses aceleraban constantemente el crecimiento del gasto, lo que provocaba el desequilibrio de las cuentas públicas. Cuando en 1989 asume el nuevo gobierno, se encuentra con el problema de la renegociación de la deuda y el desequilibrio fiscal. Por lo cual, la única manera de poder llegar a un acuerdo con los acreedores, era reduciendo el gasto total del Estado y generando nuevos ingresos, es decir, primero debía sanear las cuentas públicas, dado que ¿Cómo podría afrontarse el pago de los intereses a los acreedores, si ni siquiera se tenía fondos para solventar las necesidades de la Nación? ¿Con qué recursos se solventaría los intereses? Esa era la única forma de pensar en la renegociación, dado que el Estado no hubiese podido afrontar las cuotas de servicios de la deuda, si no se pensaba en "achicar" el gasto y generar ingresos porque el gobierno no tenía recursos y encima había que afrontar las partidas del presupuesto. Por esa razón, se busco el fortalecimiento de las finanzas públicas mediante la privatización de las empresas públicas, entre ellas, Ferrocarriles Argentinos y Ferrocarriles Metropolitanos S.A.

3. En numerosas oportunidades se planificó la restricción o racionalización del gasto público con el fin de arribar al equilibrio de las cuentas públicas, y frenar el emisionismo para solventar la brecha entre gastos e ingresos públicos. Sin embargo, todos estos planes fueron a corto plazo, coyunturales, por lo cual, nunca alcanzaron objetivos globales a largo plazo. La falta de planificación estratégica hacía que los problemas estructurales de la economía argentina, como la inflación y el déficit fiscal nunca se solucionen, inclusive no sólo a nivel gubernamental sucedía la falta de planificación a largo plazo sino también en las empresas públicas ocurría lo mismo. El discurso político promulgaba principios que no se veían reflejados en el comportamiento de las variables; la administración gubernamental era ineficiente e ineficaz, lo que provocaba un crecimiento desmedido del Estado, lo cual hacía imposible el equilibrio de las cuentas públicas. El gasto de la administración gubernamental, no sólo tuvo una tendencia totalmente creciente sino que también era tan elevado que incluso en 1986 superó al gasto económico, y además, como pudo verse claramente en los gráficos, desde 1965 a 1992 el período donde este registro el mayor crecimiento fue desde 1983 a 1987. Esa fue una de las razones por la cual, el justicialismo buscaba disminuir el gasto de la burocracia. El gobierno de Menen para enfrentar los enormes gastos de la burocracia, no sólo tuvo que recurrir a racionalizar el gasto sino también a generar recursos, mediante una reforma fiscal y privatización. Con esta última, también se lograba la eliminación de muchas secretarías y subsecretarías que tenían a cargo la administración de las empresas públicas, totalmente ineficaces.

4. Sin duda alguna, los gastos económicos jugaron un rol de primerísima importancia en el desequilibrio de las cuentas públicas y en el crecimiento desmedido del Estado, inclusive más relevancia que los intereses de la deuda y el gasto gubernamental. Fue la variable, después del gasto de bienestar social, que más evolucionó, inclusive en el año 1983 alcanzó el record del gasto más elevado de la historia del presupuesto, superando notablemente al gasto social. El comportamiento de esta variable reflejó la importancia que tenía el sector público empresario convirtiéndose en una pesada carga onerosa para el Estado, sobre todo durante la década de 1980. Debido a ello y a los graves problemas para equilibrar las cuentas públicas, a partir de 1985 aparece en el discurso político la necesidad de privatizar. En 1984 el déficit fiscal logró alcanzar el 21% del PBI, el más alto en el período comprendido entre 1973 y 1995, por esa razón, los radicales estaban convencidos que la única manera de solucionar el problema estribaba en la racionalización del gasto económico y en la generación de nuevas fuentes de recursos, lo que podría lograrse mediante la privatización.


De esta manera, el análisis de los gastos económicos dio por sentado que el sector público empresario era una cuantiosa carga de comportamiento creciente debido a la ineficiencia e ineficacia, y que la única salida como lo pensaron los radicales y más tarde los justicialistas para solucionar el problema del déficit, radicaba en privatizar.

5. La dependencia que tenían las empresas públicas con el Estado era una de las principales causas de lo ineficiente que eran. Estas fueron utilizadas como herramienta de política económica sectorial, estaban sujetas a los vaivenes del gobierno de turno, y además debido a la falta de estímulos para innovar producto de la protección que gozaban del Estado mediante la regulación, provocaba que no sólo dieran pérdidas continuamente sino que también presten un servicio de pésima calidad o produzcan un producto de pésima calidad. En el caso de Ferrocarriles Argentinos, luego que desde 1965 a 1981 la cantidad de pesos que el Estado le destinaba mediante el presupuesto tuviera una tendencia decreciente, a partir de 1982 empezó a crecer en forma acelerada respecto de años anteriores, por lo cual, su concesión durante la década del '90 se dio en parte para reducir este gasto, dado que su evolución creciente en lo últimos años de gobierno era uno de los factores que más contribuían al déficit.

6. El gran mal de la economía argentina durante varias décadas fue la inflación, que era impulsada por el déficit fiscal, dado que el Estado para solventar una parte de este último, recurría al impuesto inflacionario; emitía dinero provocando inflación para recaudar más. Con el régimen de convertibilidad, que limitó el uso de política de monetaria por parte del Estado con el fin de volver a un Estado previsible con el fin de alentar la confianza de los inversores y reconstruir la Argentina Productiva, sino se solucionaba el problema del déficit, este se incrementaría dado que ya no podría recurrirse al impuesto inflacionario. Esta circunstancia provocó que la necesidad de privatizar para solucionar las cuentas públicas se vuelva más imperiosa aún y además, que se lleve a cabo en el corto plazo, porque si no se llevaba a cabo esa reforma estructural, con la dolarización de la economía en 1991, el déficit fiscal se hubiera elevado a niveles muchísimos más altos que los niveles que alcanzó durante el gobierno radical.


7. El problema estructural del déficit fiscal no radicaba solamente en una cuestión de gastos públicos sobredimensionados, dado que a pesar que en 1988 el gasto en su conjunto disminuyó en forma totalmente abrupta como nunca se había hecho y además disminuyendo años posteriores; sin embargo el déficit fiscal se elevó desde 1987 a 1989. Por lo cual, el problema radicaba también en la insuficiencia de los recursos tributarios ordinarios. Por ende, la privatización en general, se debió también a la necesidad de generar recursos.

8. La privatización de Ferrocarriles Argentinos y Ferrocarriles Metropolitanos S.A. se debió a la necesidad de reducir el gasto y generar recursos ordinarios a través del canon. En cuanto a la reducción del gasto, era sumamente necesario, dado que esta empresa estatal era la más ineficiente e ineficaz de todas las empresas públicas, las pérdidas que producía debían ser solventadas por el presupuesto. Durante la década del '80, los diferentes resultados económicos fueron negativos, las ventas estaban muy por debajo del costo del servicio, por ende, la trasferencia de la explotación de los ferrocarriles implicaba terminar con esa fuente de egresos de recursos fiscales. En cuanto a la necesidad de generar recursos ordinarios, la concesión fue necesaria dado que como se vio en el trabajo de investigación el problema no sólo radicó en gastos elevados sino también en ingresos de recursos escasos.

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Por ende, podemos decir que se cumple la primera parte de la hipótesis, dado que como se vio claramente, el déficit fiscal constituía un problema estructural en la economía argentina, que se había intentado de varias formas eliminarlo pero nunca con resultados satisfactorios, sobre todo en el gobierno radical, donde el discurso radical no se veía plasmado en la práctica.

La situación de la economía se agravaría aún más porque había que renegociar la deuda y retomar los pagos de la deuda externa. El elevado endeudamiento producto de las dos crisis energéticas va a producir que la Argentina entre en cesación de pagos a comienzos de 1988. Por lo cual, el gobierno menemista a comienzos de 1990 planeó realizar una reforma estructural, con el fin de reducir el elevado gasto público del Estado (sobre todo el gasto gubernamental y el económico) y generar nuevos recursos (mediante la privatización) y renegociar la deuda, que finalmente se logra en 1991 ingresando al Plan Brady.

Se pudo demostrar como el desequilibrio fiscal provocaba el principal problema de la economía argentina: la inflación, dado que el Estado recurría al emisionismo para recaudar más vía impuesto inflacionario, y de esa manera reducir el déficit fiscal., la explicación monetarista de este fenómeno fue la que adoptamos para entender la inflación argentina dado que se vio reflejado en el comportamiento de las variables de la economía argentina. Por ende, si el Estado no hubiese recurrido al impuesto inflacionario, el déficit durante las décadas de 1970 y 1980 hubiese sido notablemente superior, dado que si bien no era suficiente para cubrir todo el déficit, cubría una parte importante del mismo.

El gobierno justicialista pensó en poner fin a la inflación con en la dolarización de la economía que traería como efecto secundario la eliminación del impuesto inflacionario dado que ya no podría recurrirse al emisionismo para recaudar más vía impuesto inflacionario, esto produciría que el déficit se agravará, el impuesto inflacionario siguió el mismo comportamiento que los índices de precios. Al no haber inflación, no se incrementaba la recaudación producto del impuesto inflacionario.

Por ende, el justicialismo realizó una reforma estructural, con la finalidad de solucionar el desequilibrio de las cuentas públicas y renegociar la deuda, por esas razones, se planificó la concesión de los ferrocarriles, dado que transfiriendo la explotación a los particulares no sólo se lograría reducir el gasto sino también se lograría aumentar los ingresos para solventar las necesidades de la Nación, dado que los concesionarios debe pagar el denominado canon. En los primeros años se llegó inclusive al superávit fiscal, luego que desde 1973 a 1992 los presupuestos fueran deficitarios..

Autor: Richard Amaro

Segunda Parte: La Deficiencia de los Ferrocarriles

La finalidad de la concesión: el usuario.



Carlos Saúl Menen asumió la presidencia de la Nación el 8 de julio de 1989, cuando debía haberlo hecho el 10 de diciembre de 1989. Esto se debió a que el líder radical Raúl Alfonsín decidió renunciar, luego de haber triunfado en los comicios el partido justicialista con un gran consenso.

La situación económica era pésima, recesión e hiperinflación constituía los dos problemas fundamentales de la economía argentina. Menen no peca de gigantismo cuando dice que es el presidente que en peores condiciones recibió la Nación. Eso se traduce de esta manera: no tendrá el amplio espacio de tiempo que gozó Alfonsín, y por lo tanto, su derecho de equivocación tiene sólo un puñado de meses Diario Clarín. Domingo 9 de junio de 1989, por Joaquín Morales Solá. Página 10.

Por ende, para darle solución a la situación compleja se adoptó una estrategia que apuntó, en el corto plazo, a atender la coyuntura y frenar la inflación con una política de cambio fijo, con restricción crediticia, rigurosas medidas fiscales y salariales. En el mediano y largo plazo se comenzó un amplio programa de reformas estructurales.


Estas reformas eran sumamente necesarias dado que el Estado estaba prácticamente en bancarrota y además en crisis: hiperinflación, recesión, deterioro de las cuentas fiscales, un elevado endeudamiento, el retroceso de las reservas y la huida de capitales. El objetivo principal de las reformas era la estabilidad económica, por lo cual se adoptó un programa económico neoliberal, dirigido a avanzar en el retiro del Estado de una serie de funciones para confiarlas en el mecanismo de mercado.

Esto implicaba un gran cambio de rumbo, dado que con la llegada del General Perón a la presidencia de la Nación se inició la etapa del estatismo cuya estrategia de crecimiento se basó en la demanda interna. Las características de este modelo estatísta pueden sintetizarse de la siguiente manera:

1. proteccionismo excesivo de la industria nacional y controles gubernamentales generalizados,


2. el Estado como el principal agente económico;

3. la empresa pública como motor de desarrollo y asignador eficiente de recursos;

4. el rol benéfico del Estado;

5. la expansión económica basada en el mercado interno.

Este modelo, aunque con modificaciones, se conservó hasta la década de 1980, con la llegada del radicalismo al gobierno. Pero la situación de la economía en general durante la década del '70 y '80 era pésima, inclusive a comienzo de los 90 era sumamente crítica, por ende, debido a los largos años de crisis con inflación y recesión que había vivido la Argentina, se pensaba en un gran cambio estructural que planeaba realizar el justicialismo con el discurso de que el estatismo había fracasado.

Las reformas estructurales comprendieron:

- las privatizaciones,

- las desregulaciones,

- reformas laborales,

- apertura comercial,

- la convertibilidad,

- la reforma fiscal.

De este modo se logró desestatizar la economía argentina, el Estado sólo se dedicaría a sus funciones básicas: justicia, seguridad, defensa, educación, salud, etc. y el mercado se dedicaría a la producción de bienes y prestación de servicios. Se pretendía alcanzar una mayor eficacia y eficiencia, dado que las empresas públicas eran totalmente deficitarias y prestaban un servicio de mala calidad.

En este marco de neoliberalismo se dio la privatización de los ferrocarriles mediante la modalidad de la concesión, que comenzó en 1991 con la concesión de ferrocarril de carga ramal Rosario - Bahía Blanca y culminó en 1995 con la concesión de las líneas metropolitanas General Mitre y General Sarmiento.

En esta segunda parte del trabajo se analizara la segunda causa por la cual se concesionaron los ferrocarriles: la mala calidad del servicio que prestaban. Quiero aclarar que el objetivo no es para nada analizar si con la concesión el servicio empeoró o mejoró, simplemente, esta segunda parte del trabajo apunta a demostrar la mala calidad del servicio que prestaba la empresa estatal y como era necesario transferir la explotación del servicio a la gestión privada para superar la situación de deterioro en que se encontraba, dado que esto producía que la gestión estatal preste un servicio de mala calidad.

Cuadro de la situación de los ferrocarriles argentinos durante la década del '80: puntos críticos.

Como ya se dijo, el objeto de esta segunda parte será demostrar que la privatización de Ferrocarriles Argentinos mediante la modalidad de la concesión no sólo se debió a la necesidad de solventar el déficit fiscal, sino también a mejorar la prestación del servicio. La empresa estatal Ferrocarriles Argentinos prestaba un servicio totalmente ineficiente y además no se había renovado el capital físico (o parque ferroviario) durante décadas, lo que llevó a que la demanda se redujera o contrajera. Con este objeto, voy a analizar un informe realizado por la ex Secretaría de Transporte y Obras Públicas dependiente del ex Ministerio de Obras y Servicio Públicos en febrero de 1989 y titulado: ANÁLISIS DE LA INCORPORACIÓN DEL CAPITAL PRIVADO AL TRANSPORTE FERROVIARIO. Este informe tuvo la finalidad de mostrar los puntos críticos del transporte ferroviario y asesorar a los funcionarios de gobierno sobre el modelo de concesión a seguir.

Dicho informe describía la situación de Ferrocarriles Argentinos en el año 1989 de la siguiente manera:

"Cuadro de la situación actual de los ferrocarriles argentinos: puntos Críticos.

Para encarar la problemática resultante de la actual situación de nuestros ferrocarriles es necesario tener presente tres aspectos:

a) Insuficiencia.

b) Deficiencia.

c) Desequilibrio.

a) Insuficiencia. Es propia de nuestras redes ferroviarias y de países con niveles de desarrollo similares al nuestro. Insuficiencia de tráficos, tecnología, de inversiones, de posibilidades de mantenimiento, etc.

b) Deficiencia. Es propia de una gestión deficiente, carente de interés comercial, con marcadas deficiencias institucionales a nivel empresario, deficiencias en la formación de personal, en la política de recursos humanos; deficiencias en la infraestructura, parque móvil y tractor y en la calidad de los servicios.

d) Desequilibrio. Es un problema mundial generado a partir de la "revolución automóvil" y que deja a las empresas ferroviarias bajo el concepto de "integrales" (vehicular - movilidad - infraestructura y seguridad), mientras otros modos terrestres como el autotransporte son empresas vehiculares y de movilidad. Este tema es clave para comprender e interpretar algunos problemas del transporte y especialmente de los ferrocarriles.

La incorporación del capital privado puede ayudar en parte a solucionar los problemas de insuficiencia, salvo en lo atinente a la evolución de la economía nacional que es la demandante de servicios de transportes. También puede contribuir decididamente a superar las deficiencias, pero su aporte no contribuirá a solucionar los problemas de desequilibrio más aún, se considera que el mismo deberá ser tratado atentamente como paso previo a la participación del sector privado de los ferrocarriles.

Aparece como problemática fundamental la planificación empresaria. Una correcta planificación que permita definir estrategias debe ajustarse a objetivos a mediano y largo plazo. Ferrocarriles Argentinos ha contado con distintos planes de largo y mediano plazo, pero por lo general el cumplimiento de los objetivos no ha podido llevarse a cabo. Dicho incumplimiento se produce, entre otros, por sucesivos recortes presupuestarios que hacen difícil la planificación, por cuanto no se trata de ejecutarse hasta donde los recursos alcancen, sino que dicha situación implica cambiar las estrategias trazadas y por lo tanto confeccionar un nuevo plan. Esta situación ha imperado en los ferrocarriles en los últimos tiempos, donde la planificación existe, pero en el momento de ejecutarla se debe elaborar uno nuevo por no contarse con los recursos necesarios. Esto se traduce en que los objetivos de largo plazo nunca se cumplen y las medidas de corto plazo responden a solucionar problemas coyunturales que la mayor de las veces no se encuadra en una planificación seria.

Los tres componentes principales de la oferta ferroviaria, la infraestructura, material rodante y personal presentan un marcado grado de insuficiencia.

La infraestructura, que constituye la primera manifestación de la oferta, es el componente de más difícil solución, por el estado en que se encuentra y porque es la que en mayor grado requiere de una concreta planificación de mediano y largo plazo.

La infraestructura es el más serio escollo a cualquier intento de participación privada en el negocio de transporte. Salvo la red fundamental, el resto presenta un bajo nivel de calidad con impacto negativo en cualquier proyecto financiero que el sector privado intente encarar ya sea en la incorporación de locomotoras, vagones, trenes, etc.

La oferta de material remolcado, locomotoras, vagones y coches también presenta un alto grado de insuficiencia, no obstante que los tiempos de recuperación son de plazos relativamente cortos y es donde el sector privado tienen mayores posibilidades de intervenir.

La cantidad de locomotoras necesarias para atender la demanda, no sólo es insuficiente, sino que se verifica también una baja disponibilidad y lo que es peor una escasa confiabilidad que atenta con la posibilidad de brindar un servicio de mediana calidad. Los planes actuales de incorporación y recuperación de la tracción son sólo un paliativo a la acuciante situación de este rubro.

Los coches y vagones, sobre todo estos últimos, la mayoría tiene escasa aptitud comercial, en una edad promedio del parque que supera la de la vida útil de los mismos, con consecuencias en el costo generalizado del transporte al usuario, al tener que efectuar gastos adicionales frente a los que realiza con otros modos de transporte.

Otro aspecto que hace crítica la situación del ferrocarril es la dificultad que encuentra la gestión empresaria para concentrar esfuerzos en pos de un mejor aprovechamiento de los medios disponibles.

El hecho de prestar servicios de una red del orden de los 32.000 Km., con un escaso parque móvil en existencia, lleva implícita una desconcentración de los recursos (dispersión de la oferta) que colisiona con el principio de que el ferrocarril constituye un modo de trasporte de rendimiento económico creciente. Es decir, que una reducción pareja de las prestaciones, producida por una menor disponibilidad de material en todo la red, implica un aumento de los costos unitarios.

Coherentemente con el principio de concentrar esfuerzos, uno de los emprendimientos que ha tenido éxito en la gestión empresaria, ha sido adoptar el tren como módulo de producción y venta abandonando el vagón, lo que a permitido elevar el tonelaje neto de los trenes aumentando considerablemente la productividad.

Con respecto al personal, el otro componente de la oferta, en términos generales, se puede afirmar que no guarda relación con la producción y venta que realiza la empresa. Pero no aparece con excesivo si se tiene en cuenta la extensión de la red y que las prestaciones se efectúan en todo su desarrollo con el consiguiente efecto de dispersión de oferta, como ya se comentara.

El personal de ferrocarriles con una dotación de 96.500 agentes, presenta serios inconvenientes derivados de una alta edad promedio y de una distribución no deseada en el espacio y también por especialidad de trabajo. Las funciones que se desempeñan muchas veces no están relacionadas con la especialidad.

De lo expresado de los tres componentes de la oferta, surge que se verifica un marcado desequilibrio entre los mismos, por insuficiencia mayor de uno respecto del otro, impactando negativamente en los indicadores de productividad.

La política dictada por la Autoridad de Aplicación indica en términos generales la prioridad del tráfico de cargas, no obstante por diversas circunstancias, en la mayoría de los casos ajenos a la Empresa, el servicio de pasajeros interurbanos muestra en los últimos años un crecimiento medio en trenes Km. y una reducción del de cargas. Esto ocurre, además, habiéndose producido una disminución de la oferta global lo que indica que la variable de ajuste es el servio de cargas.

Otro de los puntos críticos es que Ferrocarriles Argentinos ha actuado históricamente como empresa de producción y no de mercado. Es decir que conforma una fábrica que mira hacia adentro, tratando de imponer en el mercado el producto que produce y no adecuando los servicios en función de los requerimientos de la demanda. Esta situación desde el punto de vista empresario, podría en ciertos términos aceptarse cuando el ferrocarril detentaba su condición monopólica. Cobra relevancia entonces, la especialidad de Comercial dentro de la Organización, que hasta el presente no ha tenido el peso suficiente como para transformar a la Empresa en una de mercado.

La organización también es uno de los aspectos relevantes que ha tenido su efecto en el accionar de la Empresa. Si bien la conformación de una organización depende de los objetivos que se le asignen, no debe perderse bajo ninguna circunstancia que el servicio de transporte constituye una unidad. Las distintas organizaciones que ha adoptado el ferrocarril en lo últimos tiempos, no ha tenido en cuenta este aspecto fundamental. Inclusive con la subsistencia de Líneas y Organismo Central no sólo se pierde el objetivo indicado, sino que se llega también a una fragmentación en la toma de decisiones con resultados indeseados en la efectividad empresarial.

Otro punto crítico es la falta de continuidad en fijar metas y objetivos por parte de las Autoridad de Aplicación. Esto se traduce en que la Empresa se mueve a la deriva, con marchas y contramarchas, en su gestión. El accionar de la Autoridad se ha limitado históricamente, a restringir la autonomía administrativa del ferrocarril para tomar decisiones sobre compras, personal, tarifas.

(...) La superación de esta situación requiere un conjunto de acciones estrechamente vinculadas y cuyos grandes lineamientos podrían ser así identificados:

1º Definir las relaciones entre ferrocarriles argentinos y el gobierno, a partir del rol asignado al transporte ferroviario.

2º Reorganización institucional de la empresa Ferrocarriles Argentinos.

3º Reordenamiento geográfico funcional de la red ferroviaria, afirmando la unidad del sistema y la descentralización operativa.

4º Definir el escenario de "Ferrocarril deseado y posible" y comenzar a reconstruir el capital planta mediante un programa selectivo de inversiones.

5º Reorganizar comercialmente a Ferrocarriles Argentinos en función de los tres negocios básicos que debe atender.

6º Trazar un programa común de objetivos y un plan de financiación.

7º Incorporación de la participación privada.

8º Establecimiento de la autoridad de tráfico".

De dicho informe se desprende dos elementos fundamentales a tener en cuenta que son la insuficiencia y la deficiencia, dado que estos dos tienen una estrecha relación con el malísimo servicio que prestaba Ferrocarriles Argentinos durante la década de 1980.

La insuficiencia esta en estrecha relación con el estado de las vías, éstas al igual que las rutas y caminos necesitan un cierto mantenimiento en el tiempo, dado que con el uso se desgastan, se deterioran, se destruyen, aunque en menor medida que las rutas y caminos, ya que la vía tiene una vida útil de 30 años, con sólo un mantenimiento liviano, una ruta debe ser reconstruida cada 7 años.

Los problemas de vías constituyen un gran inconveniente para la prestación del servicio ferroviario, dado que si la vía no tiene un adecuado servicio de mantenimiento puede suceder que:

1º se cancelen los servicios: dado que la falta de mantenimiento lleva a que la vía en cualquier momento pueda sufrir una avería, lo cual produciría el cese del servicio hasta su reparación;

2º se produzcan demoras: si la vía queda parcialmente inutilizable, hasta que se repare no puede restablecerse el servicio;

3º se produzcan accidentes: la falta de mantenimiento genera el riesgo de que la vía en cualquier momento sufra un desperfecto;

4º se tenga que utilizar la red auxiliar: esto hace que el viaje sea más largo, dado que por lo general las redes auxiliares recorren una zona más extensa;

5º se produzca la cancelación del ramal: la falta de mantenimiento lleva a que en el largo plazo la vía quede inutilizable.

A ese a ese época salvo la red troncal o principal, las restantes vías están en un estado que varía de regular y bueno a malo. Inclusive mucho de esos ramales estaban inutilizados, aunque hay que considerar que muchos de ellos están en desuso no por la insuficiencia que presentan, sino que algunos ramales se dejan de usar para racionalizar el gasto, dado que las empresas ferroviarias recurren a eliminar ramales para reducir el déficit que producen, aunque también esta práctica se realizó cuando los ferrocarriles estaban en manos del Estado. Sería interesante leer el siguiente fragmento del profesor Carlos Eduardo Salas, en el cual habla con cierta ironía de la política errónea que tomaban los directivos de Ferrocarriles Argentino suprimiendo ramales: (...) ¿qué medidas de fondo proponen y adoptan los directivos improvisados designados al frente de F.A., en cargos políticos? Así de sencillo, para reducir el déficit apelan a la clausura de vías y ramales (...) Al menor síntoma de déficit, en vez de analizar sus causas y corregir sobre la marcha, se limitan a levantar las vías. Cuantos más ramales clausure, tanto menor será el déficit. Y si se pudiera llegar a prescindir del ferrocarril, se obtendría el punto ideal, es decir, superar totalmente las pérdidas. Desconocen el hecho que suprimiendo el 25% de la extensión vial, el déficit se reduce tan sólo un 8%. (...) Esta política equivocada obedece a uno de los tantos mitos declamados por el liberalismo que asegura que achicar el Estado es agrandar el país SALAS Carlos Eduardo. El mito de la privatización. Buenos Aires. Editorial club de Elefantes 1991. Página 90.

En el siguiente cuadro se muestra la extensión de red ferroviaria en argentina:

EXTENSIÓN DE LA RED FERREA

REFERENCIAS

EN KILÓMETROS

EN PORCENTAJES

TOTAL

52500 Km.

100

EN EXPLOTACIÓN

34000 Km.

64,76

EN DESUSO

10200 Km.

19,43

RED AUXILIAR

8300 Km.

15,81

Dicho cuadro revela que los kilómetros de vías férreas en desuso ascienden a casi el 20%, un porcentaje bastante importante. Estos datos corresponden al año 2001. La red auxiliar se usa en caso que la red principal sufra un desperfecto, esto hace que la red en explotación alcance tan sólo el 64,76%.

El problema de vías constituía uno de los principales problemas de Ferrocarriles Argentinos. Según el informe, es el componente de más difícil solución por el estado de deterioro en que se encuentra, lo cual requiere un plan de inversiones estructural (mediano y largo plazo) a fin de lograr recuperar la red férreas inutilizables y aquellas que están en mal estado. Inclusive este problema dificulta la posibilidad de circulación de locomotoras, trenes eléctricos y vagones, dado que las vías constituyen el factor fundamental para el buen funcionamiento del sistema, de nada sirve renovar el parque ferroviario rodante, si su punto de apoyo (vías) no son adecuados. La recuperación de las vías férreas para 1989 comprendía extensiones bastantes importantes según se desprende del Mapa del Estado de las Vías, por eso el informe dice que dicho problema representaba la piedra a todo intento de participación privada, dado que las erogaciones necesarias son cuantiosas y requieren una planificación seria a largo plazo. Ninguna empresa privada pensaría en concesionar el servicio sabiendo lo deficitaria que era la empresa y sabiendo la inversión que debería realizar para recuperar las vías, por esa razón, el Estado se comprometió a subsidiarlas.

Esta problemática convertía al servicio de transporte ferroviario, y sobre todo el transporte ferroviario de cargas (dado que este en general es de larga distancia) en pésimo. Según Isidro J. F. Carlevari y Ricardo D. Carlevari en su libro La Argentina: estructura humana y económica, uno de los factores por el cual se redujo el transporte ferroviario de carga fue la falta de desatención en áreas con problemas de vías.

El otro elemento fundamental que menciona el informe es la deficiencia de Ferrocarriles Argentinos. La deficiencia de la empresa estatal de ferrocarriles se reflejaba en el parque ferroviario, la desactualización tecnológica del material ferroviario. Esto hacía que la empresa utilizará locomotoras y vagones en un pésimo Estado. Según Mario Rapoport: Esa empresa pública, que en su momento había sido un idóneo instrumento de redistribución de riqueza y de acumulación de capital frente a la inercia del sector privado, pasó a ser una carga onerosa para todo el pueblo argentino. Sólo generaba déficit, falta de rentabilidad, decadencia tecnológica, desinversión, ineficacia e ineficiencia en los servicios, además de descapitalización y creciente deterioro del nivel de calidad de vida RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 988.

La falta de inversión hacía que la prestación del servicio ferroviario estuviese totalmente desactualizada, pero no sólo a lo que hace al material rodante sino también lo atinente a las comunicaciones. El servicio era de mala calidad, lo que traía como consecuencia que la demanda se contrajera en favor de los automotores, y sobre todo en el rubro cargas que históricamente era el más rentable: El servicio de cargas se vio afectado por la falta de confiabilidad y predicción en la asignación de trenes, los problemas de seguridad de la mercadería transportada, los excesivos tiempos de espera para la carga y de mercadería, la desatención de áreas con problemas de vías, la falta de servicios complementarios y la desactualización tecnológica del material ferroviario. Todo esto se vio reflejado en la mencionada caída de carga transportada, que de 22 millones de toneladas en 1970 se redujo a 16 millones en 1980 y llegó a un piso de 8,3 en 1992 Isidro J. F. Carlevari y Ricardo D. Carlevari. La Argentina: estructura humana y económica. Buenos Aires. Ediciones Macchi 1996. 12ª edición. Página 438.

La innovación es fundamental para competir en el mercado, dado que es lo que permite acentuar la brecha entre precio de costo y precio de venta. En la economía de mercado sobreviven los más eficientes y eficaces, aquellos que no lo sean están destinados a desaparecer. Si una empresa no innova, no puede pretender incrementar la demanda, dado que la demanda responde a factores de precio y calidad. Según Carlevari, la gran caída de la demanda se debe en gran parte a la falta de innovación de los ferrocarriles, esto produjo el gran desequilibrio de automotores y ferrocarriles. Para el año 1994, el 5% del total de carga transportada se realizaba por ferrocarril, el otro 95% restante se realizaba por camión.

El informe destaca la falta de planificación a largo plazo, esta tiene una estrecha relación con la inversión, dado que toda inversión en capital físico se realiza en el largo plazo, dado que es el tipo de inversión que mayor cantidad de recursos requiere. Por ende, cuando la empresa ferroviaria era estatal, estaba sujeta a los vaivenes del Estado. Durante la década del '70 y '80 el Estado tuvo graves problemas para equilibrar las cuentas fiscales, la autorestricción del gasto público o la autolimitación de las erogaciones estatales encontró eco en los planes económicos de Martínez de Hoz, "Plan permanente de racionalización administrativa" y de Sourrouille "Restricción del gasto público". Estas medidas tendientes a la racionalización, restricción, reducción y/o contención del gasto público, provocaron la reducción de los gastos de capital del Estado.

Esto traía como consecuencia que los planes de recupero de la infraestructura y renovación del parque ferroviario no se cumpla (estas son inversiones de capital fijo, por ende son de largo plazo). Esta falta de planificación coherente y seria, hacía que la empresa estatal ferroviaria no innove, lo que provocaba un servicio de baja calidad. El gran factor influyente en esta situación, era sin duda que Ferrocarriles Argentinos estaba sujeto a las limitaciones presupuestarias del Estado.

Es muy importante analizar este tema de la falta de planificación, y que dicho informe pone de manifiesto, dado que cuando se analizó el gasto gubernamental se sostuvo que el principal problema del gobierno era que sus planes eran coyunturales, no había una planificación estructural a largo plazo que propenda al crecimiento. Este fenómeno se repetía con Ferrocarriles Argentinos, que no contemplaba el principio fundamental de la planificación a largo plazo: los planes a largo plazo requieren de una planificación estratégica que permita alcanzar objetivos globales a largo plazo; esta a su vez requiere para su puesta en práctica, de una planificación táctica que permita alcanzar objetivos a mediano plazo; y a su vez, para poner en práctica la táctica se requiere de la planificación operativa que permita alcanzar objetivos a corto plazo. De esta manera, se arma la famosa cadena medios a fines de Herbert Simon: la consecución de los objetivos a corto plazo, permite la consecución de los objetivos a mediano plazo y esto a la vez permiten la consecución de los objetivos a largo plazo. Para que esto sea posible, se requiere que los tres tipos de objetivos sean coherentes, lo que no sucedía con la empresa de ferrocarriles, dado que según el informe era necesario para superar la situación del ferrocarril trazar un programa común de objetivos, un plan de financiación y pensar en la planificación estructural. Una empresa que no tiene este esquema de planificación básico en sus tres dimensiones, es muy difícil que pueda lograr un servicio eficiente y de calidad a largo plazo.

En el gráfico LL se muestra los gastos de bienes de capital en los presupuestos nacionales desde 1982 a 1992. En el mismo puede verse claramente la declinación en la inversión en bienes de capital fijo. Por esa razón, los problemas de Ferrocarriles Argentinos (...) también podía deberse al prolongado período de declinación de la inversión pública. En este caso las privatizaciones responderían a la necesidad de encarar una profunda renovación del capital físico de las empresas, que el Estado, casi en bancarrota, no podía realizar (...) SALAS Carlos Eduardo. El mito de la privatización. Buenos Aires. Editorial Club de Elefantes 1991. Página 10.

Esta declinación hacía que la empresa ferroviaria preste el servicio con un material rodante cuya vida útil ya estaba extinguida, es decir, con un locomotoras y vagones que tenían décadas de uso.

José Roberto Dromi, que fue el primer ministro de Obras y Servicios Públicos durante el gobierno menemista y que además fue el principal impulsor del proceso de privatizaciones (inclusive a la ley de Reforma 23.696 se la conoce como ley Dromi, dado que este participo activamente en su tratamiento por el Congreso), en un reportaje del diario Clarín en 1989 dijo: Estamos conformando un plan de redimensionamiento del gasto del sector público y, para denominarlo en términos modernos, es un plan de reconversión industrial de la economía pública. Porque digo reconversión: porque en términos rigurosamente técnicos y económicos el sector público no responde a los parámetros industriales de ningún marco de eficiencia. Ni en el marco de la burocracia ni en el marco de precios ni eficacia ni dedicación ni de calidad.

Por el contrario, el Estado se ha acostumbrado a prestar servicios deficitarios en calidad y tampoco se ha preocupado por el mantenimiento de los bienes afectados a la prestación del servicio como ocurre por ejemplo con Ferrocarriles Argentinos, que cuenta con bienes virtualmente de archivo. Los mismo sucederá con los teléfonos, pues si en la Argentina ya estamos parcialmente a oscuras, en el futuro estaremos incomunicados por vía telefónica, y más tarde estaremos incomunicados vía terrestre, pues ya no quedan caminos y luego por la vía aérea, porque Aerolíneas Argentinas no podrá pagar sus déficit y así sucesivamente (...) Diario Clarín, domingo 2 de julio de 1989. Reportaje exclusivo a Roberto Dromi. Por Liliana Franco. Suplemento económico. Página 6 y 7.

El otro elemento que considera el informe es el desequilibrio provocado por la revolución de los automotores. Este elemento no entra en el análisis de esta investigación, pero no obstante, sería interesante establecer a grandes rasgos las características de este fenómeno, dado que la declinación de la demanda ferroviaria no sólo se debió a la prestación de un servicio de muy poca calidad, sino que a esta variable habría que agregar la desigualdad en la competencia con el automotor. La correcta interpretación de este tema nos evitará llegar a conclusiones erróneas atribuyendo la gran caída de la demanda sólo a la ineficiente e ineficaz prestación del servicio. Para eso vamos a tomar las palabras del doctor Carlos Eduardo Salas: En el caso de F.A., al no ser una empresa monopólica no puede competir con el medio de autotransporte terrestre. Y esto se debe a que en el cálculo de costo de la carga ferroviaria entran todos los componentes inimaginables que concurren a abultar artificialmente dicho costo, a tal punto de no poder competir. Se tienen en cuenta para realizar el cálculo todas las inversiones y mantenimiento de la infraestructura y reparación de vías, señalización, comunicaciones, seguridad, pasos a nivel, playas, estaciones, etc. En resumen se considera la estructura vial integrada con la empresa de movilidad.

En cambio en el cálculo de costo de autotransporte, sólo influye el factor personal de movilidad, y el combustible SALAS Carlos Eduardo. El mito de la privatización. Buenos Aires. Editorial Club de Elefantes 1991. Página 50.

Este medio de transporte (...) no paga la reparación de rutas, ni la construcción de nuevos caminos como tampoco la señalización, nivelación de banquinas, vigilancia policial, playas, seguridad, etc. todo lo cual corre a cargo del Estado SALAS Carlos Eduardo. El mito de la privatización. Buenos Aires. Editorial Club de Elefantes 1991. Página 50.. Esto hace que el transporte ferroviario no pueda competir con el transporte automotor, dado que el costo de estos últimos es notablemente inferior. Además, a esto debería agregarse que las rutas y caminos se construyeron en paralelo a las vías, lo cual posibilitó la competencia entre automotores y ferrocarriles. Esta problemático hizo que decayera parte del transporte de carga por ferrocarril en favor de los automotores, que además pueden realizar el transporte puerta a puerta, cosa que no puede realizar el ferrocarril. Con esto podemos concluir que la decadencia de Ferrocarriles Argentinos no sólo se debió a la deficiencia e insuficiencia, sino también al desequilibrio. Estas circunstancias hacían que el servicio del transporte ferroviario sea deficitario.

Hasta aquí hemos analizado la situación de los ferrocarriles en el año 1989 analizando sus principales puntos críticos, poniendo en relieve que la falta de inversión para mejorar el servicio llevó al colapso al sistema ferroviario, que en gran parte se debió por la dependencia que tenía esta con el presupuesto del Estado, lo que hacía imposible una planificación coherente a largo plazo.

El beneficio de la privatización: el usuario.

Para analizar el beneficio que produciría la privatización en el transporte ferroviario mediante la modalidad de la concesión, seguiremos analizando el informe antes mencionado, dado que el mismo pone en relieve la necesidad de inversión que tenía la empresa estatal a fin de mejorar la prestación del servicio:

"Necesidad de desregular y desestatizar la economía argentina.

La estrategia de crecimiento vigente en Argentina durante los últimos treinta años parecería estar agotada. Ello se desprende de diversos estudios realizados e inclusive de posturas públicas de algunos funcionarios públicos.

El proceso de industrialización de la Argentina, fue bruscamente interrumpido cuando aún no había logrado procesos básicos de integración.

La industrialización (...) requirió un fuerte apoyo y en consecuencia una expansión del sector público. La función de acumulación de este, implicaba el desarrollo de una infraestructura y equipamiento, acorde con los requerimientos industriales y la función de legitimación se hicieron presenta bajo diferentes modalidades. Esto explica el incremento en el peso del sector público en la actividad económica.

Este proceso se desenvolvió en un contexto signado por la holgura fiscal y la vigencia de un sistema de regulaciones que facilitaron el desarrollo de las empresas públicas y privadas, sin tomar en cuenta la eficiencia productiva y/o asignativa de su gestión.

La capacidad del Estado para financiar sus propios gastos y de reasignar el ahorro nacional a ciertos sectores productivos permitió que este proceso se financiera mediante aportes externos al mismo sistema. (...) las fuentes fueron sucesivamente, la apropiación de la renta agropecuaria, el superávit del sistema de seguridad social y finalmente el endeudamiento interno (vía emisión inflacionaria) y el externo.

A su vez el sistema de regulaciones al aislar a la industria nacional del mercado externo, eliminó toda posibilidad de desarrollo en condiciones de competitividad y comprometía su acceso al comercio internacional de bienes y servicios.

En cuanto a las Empresas Públicas, (...) estas fueron utilizadas como instrumentos de regulación macroeconómica, contribuyendo a sostener el empleo, el ingreso y la inversión así como para implementar políticas monetarias externas y/o fiscales.

(...) Es así que el sistema exhibe signos marcados de ineficiencia global (...).

En consecuencia es necesario incrementar la eficiencia global, pública y privada de la economía, con el fin de mejorar su competitividad externa y racionalizar su funcionamiento interno como única solución a la integración de la Argentina en la economía mundial.

(...) una estrategia posible, consiste en modificar las reglas de juego, tanto para los agentes públicos como privados, LOS QUE DEBERÁN AJUSTAR SUS CONDUCTAS A UN CONTEXTO DE MAYOR COMPETENCIA, CON EL FIN DE AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD de la economía. Para ello es necesario eliminar regímenes legales y económicos que concentren áreas de producción de bienes y servicios en manos del Estado. A su vez la industria DEBERÁ MODERNIZARSE (...).

En lo concerniente a las empresas públicas, el Estado deberá concentrar sus esfuerzos en áreas prioritarias y someter otras a procesos de desestatización (...).

"Incorporación del capital privado: objetivos generales.

La incorporación del capital privado al ámbito de ferrocarriles argentinos, debe constituir un adecuado instrumento, que permita superar la actual situación y propender a la modernización y eficiencia del sistema.

En consecuencia se puede plantear los objetivos fundamentales a lograr mediante la mencionada incorporación, buscando:

1. Mejoramiento del capital físico de la empresa, que detenga y revierta la actual situación de creciente deterioro.

2. Optimización de la operación del sistema, en consecuencia de los servicios, con un beneficio directo hacia los usuarios.

3. Mayor eficiencia en la gestión comercial empresaria, es decir en el manejo del negocio del transporte, y de la gestión financiera, con el consiguiente impacto en las finanzas de la empresa y del país.

4. Favorable incidencia sobre el sistema de transporte en general, y sobre el sistema de transporte en general, y sobre la estructura socio-económica-territorial del país.

5. Facilitar las condiciones necesarias para un mejoramiento paulatino de las condiciones laborales e ingresos de los trabajadores ferroviarios.

La evaluación de cada proyecto (...) se evaluará por medio de indicadores globales y específicos que permitan relacionar un proyecto concreto, con los objetivos enunciados.

(...) Como marco general puede sostenerse que para acercarse al cumplimiento de los objetivos establecidos, la actividad privada deberá orientarse a:

a) Inversiones, adecuada incorporación de capitales y mejoramiento tecnológico del sistema.

b) Gestión, manejo del negocio empresario.

c) Ampliación del mercado con la incorporación de nuevos clientes".

Este parte del informe es fundamental dado que por un lado establece un problemática que en la primera parte de este trabajo de investigación se mencionó, y es que las empresas públicas, entre ellas F.A. se utilizaban como herramienta de políticas sectoriales, lo cual entorpecía su funcionamiento dado que según dicho informe, las empresa públicas están sujetas a dos procesos de distinta naturaleza: por una parte el proceso de las fuerzas políticas y por otro el proceso de crecimiento y transformación de la estructura económica, el cual condiciona, y a su vez es condicionado, por la actividad económica del sector público. Así la empresa pública seguirá una política de tarifas con fines distributivos, una política de personal subordinada a consideraciones macroeconómicas sobre el nivel de empleo. El equipamiento (renovación del parque ferroviario) estará sujeto al presupuesto público. La congruencia entre los objetivos políticos del gobierno y económicos de la empresa pública, (la maximización de ganancias por ser una entidad empresarial y la eficacia en el logro de los objetivos gubernamentales), contribuye a crear una imagen de ineficiencia de las empresas, que se fundamenta en su déficit financiero. Esta era la finalidad de desestatizar la economía, evitar que los objetivos empresariales no se confundan con los gubernamentales, hacer de la empresa pública una verdadera empresa privada. La planificación de la inversión no es posible si la empresa se encuentra sujeta a los vaivenes del gobierno de turno. "¿Cómo se puede hablar de ineficiencia cuando los distintos gobiernos de que se sucedieron en la historia del país, salvo alguna excepción, tanto los constitucionales como los de facto, han utilizado a las empresas del Estado como agencia de colocación de empleos políticos; como así de sus tarifas que sirvieron para subsidiar salarios deprimidos: y como si esto no fuera suficiente, para designar cargos clave, a funcionarios que la sumieron en el actual estado de deterioro y postración, provocando el vaciamiento de planteles y equipamiento?. SALAS Carlos Eduardo. El mito de la privatización. Buenos Aires. Editorial Club de Elefantes 1991. Página 96.

Esta cita es muy importante, dado que el profesor Carlos Eduardo Salas deja bien en claro que la decadencia y desactualización tecnológica se debe en gran parte a que Ferrocarriles Argentinos estuvo sujeta a las políticas de los distintos gobiernos, lo cual provocaba que la planificación a largo plazo sea imposible. Por esa razón, el informe establece que la incorporación del capital privado traerá aparejado la modernización del equipamiento (contablemente, bienes de uso; económicamente, bienes de capital).

Pero lo más importante se encuentra al final del informe trascripto, cuando plantea los objetivos generales de la concesión de los Ferrocarriles Argentinos, dado que estos objetivos fundamentan mi hipótesis, dado que los mismos ponen en relieve que ese mejoramiento y modernización de la infraestructura y parque ferroviario se traducirá en beneficio del usuario.

El primero de ellos establece lo que veníamos sosteniendo: era necesario invertir en los bienes de capital o bienes de uso, dado que, como diría José Roberto Dromi, Ferrocarriles Argentinos contaba con bienes de archivo, lo que hacía que la prestación del servicio no sea para nada bueno.

El segundo objetivo pone aún más en relieve que la concesión también apunto a beneficiar a los usuarios, dado que el mismo establece la optimización del servicio ferroviario. Esto lo podemos interpretar de la siguiente manera:

1. Trenes puntuales.

2. Menor cantidad de trenes atrasados.

3. Menor cantidad de trenes cancelados.

4. Mayor cantidad de trenes programados.

5. Ampliación de los horarios.

6. Reemplazo de locomotoras y vagones obsoletos.

7. Reemplazo de locomotoras por trenes eléctricos.

En el marco general establecido en la última parte del informe trascripto establece que los planes deben orientarse en tres sentidos, entre ellos, a las inversiones, adecuada incorporación de capitales y mejoramiento tecnológico del sistema. Esto demuestra que para 1989 (año en que se realizó el informe) era totalmente necesario nuevas inversiones con el fin de recrear el servicio ferroviario atendiendo las necesidades de los usuarios.

Los beneficios y costos de la privatización y de la desregulación:

El informe también incluye dos listados en donde se exponen los beneficios y costos de la desregulación, y los beneficios y costos de la privatización. Estos cuadros se agregan a este trabajo de investigación dado que entre los beneficios se cuenta el mejoramiento del servicio para el usuario, lo cual quiere decir que se tuvo en cuenta en el proceso de privatización el objetivo de mejorar la calidad de los servicios ferroviarios. Los dos listados son los siguientes:

DESREGULACIÓN:

"BENEFICIOS:

Mayor competencia en los mercados abastecidos por las empresas públicas.

a) Permite la libertad de elegir para el usuario.

b) Exige a las empresas oferentes que aumenten su calidad y performance.

c) Incentiva la modernización y la asimilación de nueva tecnología como formas de subsistencias de las Empresas.

d) Autoriza tarifas que indican en el margen, el costo real de los recursos que insume la actividad.

e) Evita la expropiación del excedente del consumidor.

f) Suprime frenos y barreras que protegen ciertas actividades en detrimento de otras.

g) Transforma la asignación de recursos con objetivos de política electoralista a una asignación económica.

COSTOS:

a) Puede verse frustrada en la medida en que no se modifique la política de promoción a algunas actividades. La política de desregulación debe ir acompañada por una racionalización de los regímenes promocionales vigentes.

b) Puede ocurrir que ingresen demasiadas empresas, cuyas capacidades excedan al mercado, y así algunas puede dejar de percibir economía de escala.

c) Disminuir la seguridad pública (Ej. en EE.UU.: el tráfico aéreo)".

PRIVATIZACIÓN:

"BENEFICIOS:

Mayor eficiencia en la gestión empresaria.

1. Incentivar a los propietarios para minimizar costos (dado que su objetivo es la maximización de beneficios) con la consecuente ganancia en términos sociales, hecho que se garantiza básicamente por dos mecanismos: la presión de la competencia y la posibilidad de quiebra.

2. Racionalización de las decisiones de inversión: solo se invierte en aquello que tiene rentabilidad apropiada.

3. Posibilidad de adopción de mejoras técnicas: esto es consecuencia de la maximización de beneficios y la posibilidad de transferir la propiedad.

4. Búsqueda por el lado de la demanda de nuevos productos o nuevas combinaciones de precios/cantidad impedidas y desaprobadas por reglas.

5. Desarrollo de un mercado bursátil de capitales privados de largo plazo, fortaleciendo el espíritu de ahorro e inversión hacia sectores productivos y de infraestructura básica.

COSTOS:

1. Disminución del patrimonio nacional, se corre el riesgo de que caigan bajo un control extranjero.

2. Insuficiente dimensión del mercado financiero interno para solventar el proceso de privatización.

3. Inconveniencia de la privatización de los monopolios naturales ya que sustituiría un monopolio público por uno privado.

4. Desempleo de trabajadores en el corto plazo".

En conclusión, podemos decir que la desregulación de las empresas no sólo apunto a solucionar la cuestión fiscal y disminuir el endeudamiento del gobierno, sino también a mejorar el servicio que prestaban las empresas públicas. En el caso de la disminución de la deuda mediante la capitalización de la misma, no sucedió en el caso de Ferrocarriles Argentinos, como ya se había mencionado en la primera parte de este trabajo de investigación. En la concesión de los Ferrocarriles Argentinos no se capitalizó parte de la deuda, como ocurrió por ejemplo con Entel y Aguas Argentinas.

El servicio ferroviario antes de la concesión: estadísticas.

Ferrocarriles Argentinos prestaba tres servicios bien diferenciados:

a) el transporte de carga;

b) el transporte interurbano y;

c) el transporte metropolitano.

Por ende, para analizar la evolución de la actividad de la empresa estatal ferroviaria, primero la vamos a dividir en:

a) transporte de carga y;

b) transporte de pasajeros.

Con respecto a estos últimos, la vamos a dividir en:

a) transporte de pasajeros interurbanos y;

b) transporte de pasajeros metropolitanos.

El siguiente cuadro muestra la evolución de los tres servicios que prestaba Ferrocarriles Argentinos:

DEMANDA ATENDIDA POR EL TRANSPORTE FERROVIARIO

TRENES DE CARGA

AÑOS

TONELADAS (millones)

TONELAS-KM (millones)

DISTANCIA MEDIA (Km.)

1965

23.407

14.186

606

1970

22.123

13.640

617

1975

16.271

10.659

622

1980

16.178

9.459

585

1985

17.234

9.501

551

1989

14.217

8.501

582

TRENES INTERURBANOS

AÑOS

PASAJEROS (millones)

PASAJEROS-KM (millones)

DISTANCIA MEDIA (Km.)

1965

53.758

6.373

119

1970

26.692

4.737

178

1975

34.757

6.890

198

1980

10.555

4.141

392

1985

11.877

4.943

416

1989

11.640

4.860

416

TRENES METROPOLITANOS

AÑOS

PASAJEROS (millones)

PASAJEROS-KM (millones)

DISTANCIA (Km.)

1965

444.110

9.065

20

1970

413.113

7.947

19

1975

412.022

7.973

19

1980

381.947

8.458

22

1985

288.128

5.801

20

1989

270.377

5.791

21

Del recuadro se desprende que tanto:

1. la cantidad de toneladas transportadas,

2. la cantidad de pasajeros de trenes interurbanos y,

3. la cantidad de pasajeros de trenes metropolitanos sufrieron una tendencia decreciente.

El siguiente cuadro resume el transporte de pasajeros, tanto metropolitano como interurbano:

TOTAL TRENES URBANOS Y INTERURBANOS

AÑOS

PASAJEROS (millones)

PASAJEROS-KM (millones)

1965

497.868

15.438

1970

439.805

12.684

1975

446.779

14.863

1980

392.502

12.599

1985

300.005

10.744

1989

282.017

10.651

Lo más importante que hay que destacar de este cuadro numérico, es la caída que sufrió desde 1965 a 1989, con tendencia claramente decreciente.

Según el profesor de la UBA Carlos Eduardo Salas, En lo que hace al transporte de pasajeros, de 500.000.000 (quinientos millones) de pasajeros viaje por año, pasó a transportar la cantidad de 300.000.000, contrayendo su empleo en un 40%, mientras que su infraestructura pasaba de 43.000 Km. a 34.000 Km. SALAS Carlos Eduardo. El mito de la privatización. Buenos Aires. Editorial Club de Elefantes 1991. Página 103..

En síntesis, como pudo verse en todos estos datos estadísticos, la demanda de servicios ferroviarios experimentó una tendencia decreciente, tanto en el transporte de cargas como en el transporte de pasajeros. La falta de inversión, innovación y la pésima calidad del servicio que prestaba Ferrocarriles Argentinos provocaba que en la competencia: ferrocarril-automotor, ganará este último, además de ser favorecido por una estructura de costos menos rígida.

Metrovías S.A., (según su página Web) es una empresa privada, operadora de una vasta red de transporte público de pasajeros de la ciudad de Buenos Aires, conformada por las 5 líneas de Subte, el Premetro y un ferrocarril suburbano, la Línea Urquiza. Se trata de una Concesión originada en un programa diseñado por el Estado Nacional Argentino, para la recuperación y reestructuración de los servicios públicos de transporte ferroviario del Área Metropolitana de Buenos Aires. El Contrato de Concesión compromete a la empresa en la explotación operativa y comercial de los trenes e instalaciones y en la realización de obras de inversión, por un monto cercano a los 1.800 millones de dólares. El 1º de enero de 1994 Metrovías inicia su actividad asumiendo ese compromiso y haciendo suyo el desafío de transformar una actividad tradicionalmente deficitaria en una operación eficiente y rentable. Mediante la aplicación de criterios empresariales modernos y competitivos, característicos de la gestión privada, Metrovías aspira a reconvertir sus servicios con una clara orientación hacia el cliente y sus necesidades. Desde entonces, cada día se pone en funcionamiento una organización cuidadosamente planificada para elevar la calidad de sus prestaciones, buscando así satisfacer las demandas del público http://www.metrovias.com.ar/

Sería importante además, agregar los antecedentes de la empresa que aparecen en su página Web, dado que en dicho texto se fundamenta lo antes dicho: la falta de inversiones e innovación hacían que el servicio ferroviario fuese pésimo, y además pone en relieve lo dicho en la hipótesis: los ferrocarriles no sólo se privatizaron mediante la modalidad de la concesión para solucionar el problema de las cuentas públicas, sino que también se concesionó con el fin de mejorar la prestación del servicio ferroviario para el cliente.

"En 1990 el sistema ferroviario metropolitano se encontraba próximo al colapso. La falta de inversión y de mantenimiento de los equipos se traducía en servicios cada vez más degradados, y en una importante caída de la demanda a menos de la mitad de la que se registraba 30 años antes.

Ese proceso de decadencia produjo un importante déficit, que el Gobierno Nacional no estaba en condiciones de atender. Los picos de hiperinflación de los años 1989 y 1990 terminaron por poner al sistema ferroviario en una situación límite que demandaba soluciones de fondo.

Ante esta realidad, en el año 1991, el Gobierno convocó a consorcios privados para tomar en concesión los servicios ferroviarios metropolitanos administrados por FEMESA (Líneas Belgrano Norte y Sur, Mitre, Roca, San Martín, Sarmiento y Urquiza) y el sistema de transporte subterráneo operado por Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE).

El conjunto de líneas fue dividido en seis grupos, los cuales deberían operar los servicios y ejecutar diversos proyectos de inversión, de acuerdo con un conjunto de pautas establecidas en los pliegos licitatorios.

El proceso de concesionamiento se llevo a cabo con apoyo del Banco Mundial, que asistió financiera y técnicamente al Gobierno Argentino. A fines de 1991 fueron publicados los pliegos de concesión de los distintos grupos, uno de ellos -el Grupo de Servicios Nº 3-, integrado por los Subterráneos, el Premetro y el Ferrocarril Gral. Urquiza.

Medio año más tarde, a mediados de 1992, los consorcios privados concretaron la entrega de sus ofertas, y a comienzos de 1993 se preadjudicó la concesión del Grupo Nº 3 al consorcio ganador, que constituyó una sociedad denominada Metrovías S.A. En Noviembre de 1993 se firmó el Contrato de Concesión, y el 1º de enero de 1994 Metrovías tomo a su cargo el servicio".

También sería importante agregar el objetivo principal de dicha empresa que aparece en su página Web:

"Los Objetivos:

La explotación de la Red del Subte de Buenos Aires y de la Línea Urquiza compromete a Metrovías en un proyecto de gran envergadura.

Mediante inversiones en infraestructura y el empleo de modernas técnicas de gestión, la empresa orienta sus esfuerzos para ofrecer al público servicios eficientes y confiables, con el objetivo de satisfacer la demanda de sus pasajeros".

Cuando se trato el tema de la situación de los ferrocarriles en la década del '80, analizamos el informe: ANÁLISIS DE LA INCORPORACIÓN DEL CAPITAL PRIVADO AL TRANSPORTE FERROVIARIO realizado por la ex Secretaría de Transporte y Obras Públicas dependiente del ex Ministerio de Obras y Servicio Públicos en febrero de 1989. El mismo decía: "Otro de los puntos críticos es que Ferrocarriles Argentinos ha actuado históricamente como empresa de producción y no de mercado. Es decir que conforma una fábrica que mira hacia adentro, tratando de imponer en el mercado el producto que produce y no adecuando los servicios en función de los requerimientos de la demanda". Esto lo podemos relacionar con la visión que tiene Metrovías (concesionaria del ferrocarril General Urquiza) de prestar un servicio en función de las necesidades de los usuarios con el fin de satisfacerlas de la mejor manera posible. En cambio, Ferrocarriles Argentinos no tenía esa visión, sino que simplemente prestaba el servicio como podía y limitada a sus recursos, sin considerar si la demanda requería una mayor frecuencia en los trenes, una mayor puntualidad, mejores trenes, mejores estaciones, más seguridad, etc.

En dichos textos (el publicado por Metrovías en la página Web y el del informe) se evidencia claramente el porqué de la caída de la demanda y el porqué de la concesión: en síntesis, un servicio público malísimo y de muy baja calidad para el usuario.

Autor: Richard Amaro

Ferrocarriles Argentinos y el Equilibrio de las Cuentas Públicas

Antes de realizar un análisis exhaustivo de la relación de Ferrocarriles Argentinos y el equilibrio de las cuentas públicas, me gustaría volver a sintetizar lo visto hasta aquí para que no se pierda el camino por donde va la investigación.


En esta primera parte, la finalidad buscada era demostrar como evolucionó el gasto público, analizando tres variables (intereses de la deuda, gasto de la administración general y el gasto económico) con la objeto de analizar como su tendencia creciente desembocó en los cuantiosos déficit de la década de 1980. En realidad, como ya se dijo, son nueve las variables que componen el gasto público, pero como el análisis de todas ellas excede esta investigación, he decidido luego de clasificarlas y jerarquizarlas tomar las más importantes.

La tendencia creciente de estas variables llevó al Estado a solventar una parte del exceso de gasto mediante el impuesto inflacionario, lo que provocaba inflación que constituía el principal problema de la economía argentina. Por esa razón, en 1991 se implementó el plan de convertibilidad por el cual el Estado ya no podía emitir en forma descontrolada para tener una mayor recaudación. A partir del establecimiento de la convertibilidad, el déficit fiscal ya no pudo ser financiado mediante emisión monetaria RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 981.

Esto generó una nueva dificultad, dado que el impuesto inflacionario constituía una fuente muy importante de recursos, por lo cual, con la convertibilidad el problema del déficit fiscal se agravaría, por lo cual, había que buscar nuevas fuentes de recursos.

Por ende, hasta aquí se vio claramente:


1. los inconvenientes que tenían el gobierno radical con el equilibrio del presupuesto analizando tres variables: los intereses de la deuda, el gasto gubernamental y el gasto económico;

2. como el Estado emitía provocando inflación para recaudar más vía impuesto inflacionario, para acortar la distancia entre sus gastos e ingresos;

3. como el déficit fiscal constituía el motor de la crisis,


4, como el recorte abrupto del gasto en 1988 no solucionó el problema del déficit, es más, el déficit siguió acrecentándose entre 1987 y 1989, con lo cual quedaba demostrado que el problema no era sólo de gastos elevados sino también de ingresos escasos,

5. como la Ley de Convertibilidad puso fin a la inflación y, por ende, al impuesto inflacionario.

6. como la privatización fue necesaria para reducir el gasto y generar recursos transitorios y permanentes para poner fin al déficit fiscal, e impedir que el fin del impuesto inflacionario provoque un crecimiento del déficit fiscal.

Según un reportaje publicado en la revista Primera Fila en diciembre de 1993 a Roberto Dromi, principal impulsor del proceso de privatizaciones y ministro de Obras y Servicios Públicos: Las privatizaciones tenían varios objetivos. UNO ERA OBTENER RECURSOS PARA PALIAR EL DÉFICIT FISCAL y poder equilibrar el presupuesto del Estado, porque con eso era posible un mecanismo de convertibilidad (...) Entrevista publicada en la revista Primera Fila, diciembre de 1993, año 4º, Nº 46, Mendoza, página 22.

A esto podríamos agregar que la primera ola de reformas fue empujada por LA NECESIDAD DE REDUCIR EL DÉFICIT FISCAL y lograr una mínima estabilidad de precios. (...) Los objetivos del programa de privatizaciones eran múltiples. En primer lugar, se planteaba como un camino para equilibrar el presupuesto. Debe considerarse que las empresas públicas eran generalmente deficitarias. Por lo tanto, su privatización suponía una reducción del gasto. La venta de activos permitía GENERAR TAMBIÉN INGRESOS TRANSITORIOS DE FONDOS RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 988. Por ende, hasta aquí vemos como la necesidad de recursos para paliar el persistente déficit estuvo presente en el proceso de privatización.

Otro aspecto que hay que destacar y que ya se mencionó en las citas anteriores, es que las empresas eran deficitarias, por lo cual, la necesidad de generar ingresos no sólo fue la causa de la privatización, sino que la necesidad de reducir el gasto también lo fue: (...) el tercer eje estaba constituido por la reforma del Estado y, especialmente, el programa de privatizaciones. Por esta reforma se trataba de arribar al equilibrio de las cuentas fiscales, REDUCIENDO EL GASTO, incrementando los ingresos regulares y sumándole una fuente importante de ingresos transitorios con la venta de las empresas públicas. RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 974

El exagerado intervencionismo generó un crecimiento desproporcionado del Estado, sobre todo durante la década de 1940 y 1950. Creó empresas destinadas a los servicios públicos: ferrocarriles, correos, teléfonos, gas, electricidad, aguas, etc. Pero también empresas para actividades productivas y comerciales. Así se convirtió en un productor y comerciante más en materia de vino, azúcar, yerba mate, madera, pesca, minerales, automóviles, aviones, barcos, siderurgia, petróleo, petroquímica, etc.

Durante setenta años, cualquiera fuera el signo ideológico del gobierno (conservador, justicialista, radical o militar), el Estado empresario no dejó de crecer. Las empresas públicas resultaron así una pesada carga que entorpecía el desarrollo.

Durante 1989, año en que a los radicales sucedieron los justicialistas, el déficit fiscal alcanzó la abultada suma de 3.867 millones de dólares, sólo en las empresas dependientes del Ministerio de Obras y Servicios Públicos. Esto significaba que dichas empresas generaban un déficit diario de 11 millones de dólares. Se han hecho cálculos de acuerdo a lo que apuntamos y dividiendo esa suma entre las familias de la Argentina a cada una de ellas les correspondería una erogación anual de quinientos dólares para mantener esas empresas ineficientes
SAN MARTINO DE DROMI Laura. Argentina contemporánea de Perón a Menem. Buenos Aires. Ediciones Ciudad Argentina 1996. Página 1412.

(...) Había que reformar el Estado comenzando por privatizar las empresas. Y así lo hizo el gobierno de Menem, trasladando empresas estatales al sector privado, REDUCIENDO AUTOMÁTICAMENTE LA MAGNITUD DEL ESTADO Y EL PRESUPUESTO PÚBLICO SAN MARTINO DE DROMI Laura. Argentina contemporánea de Perón a Menem. Buenos Aires. Ediciones Ciudad Argentina 1996. Página 1413.. Al transferir al sector privado las empresas públicas, el Estado ya no iba a tener que absorber las pérdidas ni tampoco preocuparse por la recuperación y reestructuración del servicio (inversión), estas partidas desaparecerían del presupuesto dado que estas cuestiones tendrían que ser resuelta por los particulares, el Estado sólo se procuraría de las funciones básicas. La idea era aplicar criterios empresariales modernos y competitivos, con una organización cuidadosamente planificada, con el fin de convertir a la empresa pública en una verdadera empresa privada.

Según una nota publicada en el diario Clarín el martes 1º de diciembre de 1992 en la sección economía se planeaba que para mediados de 1995 no quedaría ninguna actividad empresarial en manos del Estado, tanto a nivel nacional como provincial. Del mismo modo que lo hizo en su momento el presidente Menem con el ministro, cuando ordenó que toda las empresas públicas fueran vendidas durante 1992, meta que finalmente no se cumplió, se había intimidado a las provincias para que dentro de 3 años se transfieran a los particulares las empresas públicas provinciales. El ministro de economía por aquel entonces decía: el 100% del esfuerzo de la provincias estará concentrado en atender la seguridad, la justicia, la salud, la educación popular y en administrar una parte del sistema de seguridad social (...) Diario Clarín el martes 1º de diciembre de 1992 en la sección economía. Página 26

En síntesis, podemos destacar que la privatización en principio apuntó a eliminar el déficit fiscal, generando dos tipos de ingresos: transitorios y regulares (de esta manera se sustituía al impuesto inflacionario); y reduciendo el gasto. Esta síntesis se ve reflejada en las palabras de Sebastián Edwards, las cual voy a agregar sin exclusión dado que sus ideas fundamenta mi hipótesis:

Privatización y finanzas públicas. Programas de privatización masiva como los realizados en América Latina poseen efectos importantes sobre las finanzas públicas. En primer lugar, los beneficios de las ventas (y yo agregaría, los beneficios de la concesión) constituyen, en sí mismas, ingresos para el sector público, y mejoran las cuentas fiscales a corto plazo. (...) La privatización afecta asimismo a los ingresos públicos de una segunda manera: muchas empresas estatales en América Latina han encontrado, desde hace largo tiempo, con problemas financieros que exigen grandes y continuas inyecciones de fondos del gobierno. Naturalmente, una vez que dichas empresas se venden (o concesionan) al sector privado, el gobierno deja de ser responsable de sus finanzas. Así es posible ahorrar un gran volumen de fondos públicos, como ocurrió en Chile durante la primera oleada de privatizaciones. En la medida en que las empresas enajenadas pasan a ser rentables y pagan impuestos, la privatización afecta también a las finanzas públicas a largo plazo. No obstante, cuando se privatiza una empresa rentable, el sector público dejar de recibir esos fondos, lo cual supone un efecto negativo para las cuentas públicas. Pero, en conjunto, la privatización produjo un resultado fiscal globalmente positivo en la mayoría de los países latinoamericanos EDWARDS Sebastián. Crisis y reforma en América Latina: del desconsuelo a la esperanza. Buenos Aires. Emecé ediciones 1998. Página 223.

En el caso de Ferrocarriles Argentinos, sería interesante resaltar una nota publicada en el diario Clarín el miércoles 5 de julio de 1989, día en que se conoció la Ley de Emergencia Económica 26.696, en virtud de la cual se sometió a privatización las empresas públicas y que fue más conocida por Ley Dromi. Dicha nota decía lo siguiente: En el ámbito de Ferrocarriles Argentinos se prevé una profunda reestructuración debido a su crónico déficit, lo que la constituye en la EMPRESA CON MAYOR PÉRDIDAS DEL SECTOR PÚBLICO (...). El Plan Madanes prevé la utilización plena de los factores productivos y se lo ha definido con un concepto de neto corte liberal, incluyendo el uso de todos los medios disponibles para obtener una rápida productividad (...) Diario Clarín el miércoles 5 de julio de 1989. Página 9. Sección: Política Económica. Licitaran cada ramal de trenes.

Por ende, Ferrocarriles Argentinos no escapó a la situación en que se encontraban las empresas públicas durante la década de 1980, las pérdidas cuantiosas que arrojaban los balances generales la convertían en la más deficitaria.

Para analizar con más profundidad esta cuestión, se mostraran a continuación los resultados de las Memorias y Balances Generales de Ferrocarriles Argentinos desde 1980 a 1987. Con respecto a los Balances de los años subsiguientes, cabe destacar que el Ministerio de Economía y más precisamente la Secretaría de Transporte no los tiene en su poder, esa es la razón por la cual el análisis se limita sólo hasta el año 1987. La razón por la cual no los tiene es que Ferrocarriles Argentinos realizó balances generales hasta 1988, este último balance tampoco se incluye dado que fue impugnado y no tuvo trascendencia pública. Otras aclaraciones importantes que creo importante destacar, es que los balances desde 1980 a 1982 están expresados en Pesos Ley 18.188, los balances de 1983 a 1984 están expresados en Pesos Argentinos y los balances desde 1985 a 1987 están expresados en australes. Por esta razón, y con el fin de realizar comparaciones, todos los datos se expresan en moneda vigente al 2004, es decir, se hicieron las equivalencias, pasando los Pesos Ley 18.188, los Pesos Argentinos y Australes a moneda vigente (Pesos). La tabla de equivalencias es la siguiente:

TABLA DE EQUIVALENCIAS

PESO

AUSTRAL

PESO ARGENTINO

PESO LEY 18188

1

0,0001

0,0000001

0,00000000001

 

1

0,0001

0,0000001

 

 

1

0,0001

Otras de las cosas que cabe destacar, es que luego de expresar los valores de los balances a moneda vigente, se hizo el ajuste por inflación a fin de poder comparar eso valores. La tabla de coeficientes correctores es la siguiente:

TABLA  DE COEFICIENTES

AÑO

COEFICIENTES

1980

116570404,20

1981

57008993,27

1982

21530809,89

1983

4851471,96

1984

667572,28

1985

86452,70

1986

45479,83

1987

19659,76

En el gráfico L se exponen los resultados económicos de los Balances Generales de Ferrocarriles Argentinos en millones de pesos de 2004. Dicho resultado se ve reflejado en tres estados contables que se exponen dentro de la Memoria y Balance General de Ferrocarriles Argentinos: 1º el Balance General, 2º el Estado de Resultados, y 3º el Estado de Evolución del Patrimonio Neto. El Balance General es un Estado Contable de carácter estático que muestra a un momento dado (al cierre del ejercicio) la composición patrimonial del ente: activo, pasivo y patrimonio neto.

El Estado de Resultados es un Estado Contable de carácter dinámico que muestra en forma sintética las cuentas de resultado positivo o negativo que generaron el resultado atribuible al ejercicio.

El Estado de Evolución del Patrimonio Neto es un estado contable de carácter dinámico que muestra las causas de las variaciones cuantitativas y cualitativas que modificaron el patrimonio neto.

El resultado que se exponen en el gráfico, es el resultado final que arroja el balance (o ejercicio).

El resultado final surge del siguiente Estado de Resultados:

RESULTADO FINAL

Ventas de Servicios

Productos de Explotación

MENOS

Devoluciones de fletes, pasajes, etc.

Bonificaciones especiales por servicios.

Servicios con rebaja o sin cargo

Ventas Netas

MENOS

Costos de Servicios

RESULTADO BRUTO

MÁS

Gastos de administración

Gastos de comercialización

Gastos financieros

Otros gastos

RESULTADO OPERATIVO

MENOS

Otros ingresos y ganancias

MAS

Otros egresos y pérdidas

RESULTADO ORDINARIO

RESULTADOS OPERACIONES EXTRAORDINARIAS

MENOS

Ingresos extraordinarios

Venta de Bienes de Uso e Inversiones

Venta de Chatarra y Materiales

Recupero por gastos administrativos

MÁS

Costo venta de Bienes de Uso e Inversiones

Costo de venta de Chatarra y Materiales

Pérdida por desvalorización de inmuebles vendidos.

Egresos extraordinarios

RESULTADO FINAL

Con respecto al ejercicio, otras de las cosas que hay que destacar, es que los ejercicios económico de Ferrocarriles Argentinos tuvieron siempre una duración anual, por ende, esos resultados son anuales. Como puede verse en dicho gráfico, desde 1980 a 1987 el resultado económico fueron pérdidas, la mayor de ellas corresponde a 1983 con 12.151.611.679 de pesos de 2004. En los años subsiguientes, si bien disminuye notoriamente, las pérdidas anuales se mantuvieron por encima de los dos mil millones de pesos de 2004, y en 1987 llegando a casi cuatro mil millones de pesos de 2004.

Autor: Richard Amaro

La Convertibilidad

La Convertibilidad: Fin de la Inflación y del Impuesto Inflacionario



El objeto de analizar la ley de convertibilidad no es en absoluto establecer sus resultados positivos o negativos, o si fue o no beneficiosa, o si a la Argentina le convenía o no. Simplemente el objeto es demostrar como la ley de convertibilidad término con el impuesto inflacionario, para lo cual se analizará el mecanismo de funcionamiento de la política monetaria en función de la convertibilidad, y como ello llevó a poner fin a la inflación.

FINALIDAD: Según Mario Rapoport (...) el programa (de reformas menemista) tenía tres ejes principales de acción (...):


1º "(...) la Ley de Convertibilidad, que al establecer una paridad cambiaria fija y exigir un respaldo total de la moneda en circulación, trataba de lograr una estabilidad de precios a largo plazo (...)";

2º "(...) apertura comercial, que buscaba disciplinar al sector privado, inhibiendo incrementar sus precios por la competencia externa (...)";



3º "(...) reforma del estado y, especialmente, el programa de privatizaciones. Por medio de esta reforma se trataba de arribar al equilibrio de las cuentas fiscales; reduciendo el gasto, incrementando los ingresos regulares y sumándole una fuente importante de ingresos transitorios con la venta de las empresas públicas RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 973.".

Por ende, una de los principales objetivos era la estabilidad de los precios, alterados constantemente por la inflación. Ello implicaba limitar la política monetaria, dado que el Estado durante las dos décadas anteriores a la del 1990 había abusado de las políticas macroeconómicas, y en especial la monetaria, tratando de obtener una mayor recaudación. Además, a eso deberíamos agregar, que se buscaba también incrementar la previsibilidad del accionar del Estado, dado que la inestabilidad también se debía a los cambios repentinos de la política trazada por el gobierno. Las políticas nunca se llegaban a implementar totalmente debido a que siempre se hacían modificaciones periódicas y repentinas, lo que llevaba a la falta de confianza de los inversores. Esto se generalizó sobre todo en los '80, donde la especulación se va a ser moneda corriente. Por eso, para recuperar la confianza era necesario recortar drásticamente las funciones gubernamentales. Las medidas tomadas apuntaron, entonces, a limitar drásticamente las herramientas tradicionales del Estado para elaborar las políticas económicas. En los hechos, éste quedaría impedido de implementar políticas cambiarias y monetarias y su margen para el diseño de políticas fiscales y sectoriales seriamente reducido RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 973. Página 974.(...) un número creciente de dirigentes políticos empezó a adoptar una nueva visión de la política económica basada en las fuerzas de mercado, la competencia internacional y una función limitada del estado en los asuntos económicos EDWARDS Sebastián. Crisis y reforma en América Latina: del desconsuelo a la esperanza. Buenos Aires. Emecé ediciones 1998. Página 16.. Aunque más halla de esta transformación estructural que implicó el neoliberalismo, la finalidad principal del plan de convertibilidad era la estabilidad de los precios.


Ley de Convertibilidad Ley 23398

“DECLÁRESE LA CONVERTIBILIDAD DEL AUSTRAL A PARTIR DEL 1 DE ABRIL DE 1991, A UNA RELACIÓN DE: AUSTRALES 10.000 POR CADA DÓLAR ESTADOUNIDENSE, PARA LA VENTA EN LAS CONDICIONES ESTABLECIDAS POR LA PRESENTE. PROMULGADA POR DEC.524 DEL 27-3-91.

Sancionada: 27/03/1991

Promulgada por Dec. 524 del 27/03/1991

P. Boletín Oficial: 28/03/1991

TITULO I

DE LA CONVERTIBILIDAD DEL AUSTRAL

ARTICULO 1º.- Declárase la convertibilidad del Austral con el Dólar de los Estados Unidos de América a partir del 1º de abril de 1991, a una relación de DIEZ MIL AUSTRALES (A 10.000) por cada DOLAR, para la venta, en las condiciones establecidas por la presente ley.

ARTICULO 2º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA venderá las divisas que le sean requeridas para operaciones de conversión a la relación establecida en el artículo anterior, debiendo retirar de circulación los Australes recibidos en cambio.

ARTICULO 3º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA podrá comprar divisas a precios de mercado, con sus propios recursos, por cuenta y orden del GOBIERNO NACIONAL, o emitiendo los Australes necesarios para tal fin.

ARTICULO 4º.- En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes a por lo menos el CIENTO POR CIENTO (100 %) de la base monetaria. Cuando las reservas se inviertan en depósitos, otras operaciones a interés, o en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a los fines de esta ley se efectuará a valores de mercado.

ARTICULO 5º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA deberá introducir las modificaciones pertinentes en su balance y estados contables para reflejar el monto, composición e inversión de las reservas de libre disponibilidad, por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por el otro.

ARTICULO 6º.- Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en australes está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, en cuenta corriente o cuentas especiales.

TITULO II

DE LA LEY DE CIRCULACIÓN DEL AUSTRAL CONVERTIBLE

ARTICULO 7º.- El deudor de una obligación de dar una suma determinada de Australes, cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En ningún caso se admitirá la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con posterioridad al 1º del mes de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del Austral.

Quedan derogadas las disposiciones legales y reglamentarias y serán inaplicables las disposiciones contractuales o convencionales que contravinieren lo dispuesto.

ARTICULO 8º.- Los mecanismos de actualización monetaria o repotenciación de créditos dispuestos en sentencias judiciales respecto a sumas expresadas en Australes no convertibles, se aplicarán exclusivamente hasta el día 1º del mes de abril de 1991, no devengándose nuevos ajustes por tales conceptos con posterioridad a ese momento.

ARTICULO 9º.- En todas las relaciones jurídicas nacidas con anterioridad a la convertibilidad del Austral, en las que existan prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes, o en aquellas de ejecución continuada con prestaciones y contraprestaciones periódicas, el precio, cuota o alquiler a pagar por el bien, obra, servicio o período posterior a ella, se determinará por aplicación de los mecanismos previstos legal, reglamentaria o contractualmente, salvo que dicho ajuste fuera superior en más de un DOCE POR CIENTO (12 %) anual al que surja de la evolución de la cotización del Austral en Dólares estadounidenses entre su origen o el mes de mayo de 1990, lo que fuere posterior, y el día 1º del mes de abril de 1991, en las condiciones que determine la reglamentación. En este último caso la obligación de quien debe pagar la suma de dinero, se cancelará con la cantidad de Australes que corresponda a la actualización por la evolución del Dólar estadounidense por el período indicado, con más un DOCE POR CIENTO (12 %) anual, siéndole inoponibles las estipulaciones o condiciones originales.

ARTICULO 10. - Deróganse, con efecto a partir del 1º del mes de abril de 1991, todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal, reglamentaria, contractual o convencional -inclusive convenios colectivos de trabajo- de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de Australes que corresponda pagar, sino hasta el día 1º de abril de 1991, en que entra en vigencia la convertibilidad del Austral.

ARTICULO 11. - Modifícanse los artículos 617, 619 y 623 del Código Civil, que quedarán redactados como sigue: "Artículo 617: Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero."

"Artículo 619: Si la obligación del deudor fuese de entregar una suma de determinada especie o calidad de moneda, cumple la obligación dando la especie designada, el día de su vencimiento."

"Artículo 623: No se deben intereses de los intereses, sino por convención Çexpresa que autorice su acumulación al capital con la periodicidad que Ç acuerden las partes; o cuando liquidada la deuda judicialmente con los Çintereses, el juez mandase pagar la suma que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo. Serán válidos los acuerdos de capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de la tasa de interés de plaza."

ARTICULO 12. - Dado el diferente régimen jurídico aplicable al Austral, antes y después de su convertibilidad, considéraselo a todos sus efectos como una nueva moneda. Para facilitar dicha diferenciación, facúltase al PODER EJECUTIVO NACIONAL para reemplazar en el futuro la denominación y expresión numérica del Austral, respetando la relación de conversión que surge del artículo 1º.

ARTICULO 13. - La presente ley es de orden público. Ninguna persona puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se oponga a lo en ella dispuesto. La vigencia se fija a partir del día siguiente de su publicación oficial.

ARTICULO 14. - Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

ALBERTO R. PIERRI

EDUARDO A. DUHALDE

Esther H. Pereyra Arandia de Pérez Pardo

Hugo R. Flombaum"


El mecanismo de la convertibilidad:

La ley de convertibilidad se sancionó el 27 de marzo 1991 y entró en vigencia el primero de abril de ese mismo año. La ley dispuso la libre convertibilidad de 10.000 australes por dólar (artículo 1) y a partir del primero de enero de 1992, y en virtud del artículo 12 que facultó al poder ejecutivo para cambiar la denominación y expresión numérica del Austral respetando la relación de conversión de 10.000 australes por cada dólar, tienen curso legal los billetes y monedas, emitidos por el Banco Central de la República Argentina que circulan con la denominación de pesos y con el símbolo $, denominándose centavo a la centésima parte del peso. De esta manera, a partir de 1992 un peso es igual a un dólar.

En este régimen de libre convertibilidad, el Banco Central de la República Argentina debía respaldar por lo menos el 100% de la circulación monetaria con las reservas de libre disponibilidad: oro, divisas, títulos de otros países y títulos nacionales emitidos en moneda extranjera (artículo 4). De esta manera, se procuraba evitar que el Estado emita dinero para solventar el déficit público. La creación y la absorción de dinero quedan limitadas al ingreso y egreso de divisas, lo que transforma la oferta monetaria en una variable exógena o externa, que no puede ser controlada por la política económica.

Si la demanda de dólares era mayor que la oferta, teóricamente debía subir el precio de cotización. Y si la oferta de dólares era mayor que la demanda, teóricamente debía bajar el precio de cotización. Pero en el régimen de convertibilidad el precio de cotización del dólar era fijo (peso igual a dólar), por ende, cuando la demanda era mayor a la oferta el Banco Central salía a vender dólares para mantener la relación de conversión, y los pesos recibidos a cambio de los dólares debían ser destruidos, dado que la emisión sin respaldo estaba prohibida (artículo 2); y en el caso contrario, si la oferta era mayor que la demanda, para evitar que el precio de cotización baje, el Banco Central salía a comprar divisas (dólares) para mantener la relación de conversión (artículo 3). Esto constituía la esencia de la ley de convertibilidad, dado que con estas medidas se evitó la emisión espuria de dinero, dado que para aumentar la masa monetaria (dinero existente en el mercado más depósitos) era necesario aumentar las reservas, por lo cual la emisión quedaba limitada al ingreso de divisas. Pero obstante, quedaba un gran hueco abierto, dado que la ley de convertibilidad en su artículo 4 estableció que la circulación monetaria también podía ser respaldada con los títulos públicos, nacionales o extranjeros emitidos en moneda extranjera. Con esto se dejaba abierta la posibilidad de incrementar la masa monetaria, dado que emitiendo títulos públicos se podía incrementar la masa monetaria, en la cual las entidades financieras sustituyen al Banco Central como emisor. Pero pese a ello, el Gobierno Argentino durante la convertibilidad fue discreto en la utilización de esta política de deuda, dado que si la hubiese utilizado en forma indiscreta se hubiera entendido que el Estado no estaba cumpliendo el espíritu de la ley, lo que hubiese provocado la desconfianza del sector privado.

La ley de convertibilidad establecía otras medidas como la anulación de la indexación con el fin de evitar que la inflación pasada se trasladará al futuro así como también la reforma del código civil, pero como la esencia de este trabajo de investigación era reflejar la razón por la cual, debido a la ley de convertibilidad, el Estado ya no pudo recurrir al impuesto inflacionario, el análisis de todos los artículos de la ley de convertibilidad exceden esta investigación. Por ende, podemos decir en síntesis, que como dijo Lopez Murphy (...) se eligió un instrumento que generó inmediatamente una reacción de credibilidad; lo hizo al costo de prácticamente colocar el sistema económico, y básicamente todo el proceso de estabilización en una camisa de fuerza; en realidad, en una camisa de fuerza cerrada por un candado cuya llave había sido arrojada ". "Las autoridades suponían que, para generar mayor confianza en la perdurabilidad de la estabilidad de precios, se debía renunciar explícita e irreversiblemente a un conjunto de herramientas de política económica que podría desarticular el nuevo modelo económico. Entre ellas, se destacaban el financiamiento del déficit por medio de emisión monetaria espuria y la devaluación; por eso, la convertibilidad era una de las piezas centrales del programa Lopez Murphy, Ricardo. Los planes de estabilización en el Mercosur, en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad Nº 8. Buenos Aires, primer semestre de 1995, página 12.

El fin de la inflación

La ley de convertibilidad logró su objetivo principal de estabilizar el nivel general de precios. El cuadro a continuación muestra la evolución de los índices de precios al consumidor en porcentajes anuales desde 1973 a 1994, puede verse claramente que desde 1989 a 1991 cayeron abruptamente a tal punto que en 1992 en adelante la inflación es notoriamente menor con respecto a años anteriores. Si vemos los comportamientos anteriores de los índices de precios, vamos a ver claramente una tendencia creciente. De 1985 a 1986 sufre una disminución notoria debido al Plan Austral que como ya se dijo logró sus objetivos a corto plazo. Pero debido a ciertas circunstancias, luego se hicieron ajustes al mismo lo que determinaron su fracaso, por lo cual, a partir de 1986 la inflación se incrementa nuevamente hasta llegar al pico hiperinflacionario de 1989 con 4923,60%. Si analizamos la evolución del índice de precios durante el gobierno radical vamos a ver que salvo el periodo 1985 y 1986, la tendencia fue creciente.

Hay que destacar que la ley de convertibilidad rige a partir del primero de abril de 1991 en adelante, pero ya en 1990 la inflación descendió debido a la adopción por parte del gobierno de políticas monetarias más discrecionales. Domingo Felipe Cavallo cuando asumió como ministro de economía en reemplazo de Erman González, una de sus primeras medidas consistió en (...) la fijación de una banda de fluctuación del tipo de cambio, con un tope de 10.000 australes por dólar y un piso de 8000 y en el caso de alcanzar el superior, el Banco Central debía vender dólares y en el caso del alcanzar el inferior comprarlos. De esta forma se avanzaba hacia el establecimiento de un régimen de tipo de cambio fijo.

Esto explica la reducción del índice de precios de 4923,6 en 1989 a 1343,9 en 1990.

A continuación se exponen los cuadros que muestran la evolución del índice de precios durante el gobierno radical y durante el gobierno menemista. Resulta importante exponerlos, sobre todo en el último caso, donde se puede distinguir claramente la disminución de la inflación

La evolución de la inflación en el gobierno radical

AÑO

INDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR

1983

433,7

1984

688

1985

385,4

1986

81,9

1987

174,8

1988

387,7

1989

4923,6

La evolución de la inflación en el gobierno menemista

AÑO

INDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR

1989

4923,6

1990

1343,9

1991

84

1992

17,5

1993

7,4

1994

3,9

1995

1,6

1996

0,1

1997

0,3

1998

0,7

1999

-1,8

El fin del impuesto inflacionario

Como puedo verse precedentemente, la dolarización de la economía o el régimen de convertibilidad puso fin al cáncer de la economía argentina: la inflación.

Esto traería aparejado otra consecuencia: el fin del impuesto inflacionario, que constituía uno de los recursos con los cuales los gobiernos argentinos solventaban parte déficit fiscal, aunque nunca lo eliminaron.

A continuación se expone el cuadro que muestra la evolución del impuesto inflacionario en porcentajes

AÑO

IMP. INFLAC.

1983

11,5%

1984

11,2%

1985

7,1%

1986

1,3%

1987

1,4%

1988

3,6%

1989

9,1%

1990

4,3%

1991

0,4

1992

0,2%

1993

0,2%

El persistente déficit fiscal

Como ya se dijo anteriormente, la evolución del gasto público fue tan importante que provocó déficit alarmantes, esto a su vez llevó al Estado a solventar una parte del exceso de gasto mediante el impuesto inflacionario, es decir, emitía en forma descontrolada para tener una mayor recaudación lo que provocaba la inflación que constituía el principal problema de la economía argentina. Pero cuando el gobierno menemista empezó a planear la dolarización de la economía con el fin de poner fin a la inflación, surgió un nuevo problema: el déficit se iba a incrementar, dado que con la convertibilidad se pondría fin a la inflación, y por ende al impuesto inflacionario. Esto llevó a la idea no sólo de seguir tratando de reducir el gasto sino también de generar nuevas fuentes de ingresos, dado que como se vio anteriormente en 1988 todo el gasto en su conjunto cayó abruptamente, pero sin embargo el déficit en 1988 se incrementó con respecto a 1987. Entonces: ¿cómo se explica que en 1988 el gasto público general haya tenido la disminución más abrupta desde 1965 a 1992 y que sin embargo el déficit haya seguido incrementándose?. Este fenómeno de la disminución abrupta del gasto público desde 1987 a 1988 puede verse claramente en el gráfico A de la primera parte que trata del presupuesto nacional y el déficit.

El cuadro más abajo muestra como evolucionó el déficit fiscal desde 1973 a 1995, en el puede verse lo antes dicho, en 1988 el déficit se incrementó con respecto a 1987 a pesar de la disminución histórica del gasto público.

Esto puede explicarse de la siguiente manera: el problema no sólo radicaba en que el Estado mantenía un nivel de gasto elevado, sino también se fundaba en la escasa recaudación, por ende, el problema no se iba a solucionar solamente disminuyendo el gasto, sino generando nuevas fuentes de recursos. Esa nueva fuente de recursos se iba a procurar mediante la privatización. Esto permitiría al gobierno obtener dos diferentes tipos de fuentes de recursos:

1º las transitorias: esta fuente la constituía la venta de las empresas públicas dado que el precio de venta se percibía como es lógico una sola vez:

2º las permanentes: básicamente esta fuente la constituye la privatización mediante la modalidad de la concesión, el Estado percibe regularmente el canon.

Según Sebastián Edwards Al enfrentarse a la necesidad imperiosa de abordar los grandes desequilibrios fiscales (...), numerosos planificadores pensaron que la venta de los bienes de propiedad pública era la única forma de obtener liquidez a corto plazoSebastian Edwards. Los gobiernos tiene habitualmente objetivos múltiples cuando inician la privatización: incrementar los ingresos (netos) del gobierno, reducir la dimensión del sector público, aumentar la eficacia y extender el alcance de la propiedad

Por ende, la privatización se debió:

1º a la necesidad imperiosa de generar recursos;

2º a la necesidad del Estado de reducir el gasto económico,

3º mejorar la prestación del servicio público.

Por esa razón, 1990 empieza en Argentina la oleada de la privatización, comenzando con Entel que en noviembre de 1990 se vende el 60% y con Aerolíneas Argentinas con la venta del 42%. En el caso de Ferrocarriles Argentinos, que es el que nos interesa, la primera concesión se da en noviembre de 1991 por 30 años, se concesiona el ramal Rosario - Bahía Blanca, carga con 5287 kilómetros. Los ferrocarriles de carga se concesionan entre 1991, 1992 y 1993, y los ferrocarriles metropolitanos entre 1994 y 1995.

Por ende, el problema de las cuentas fiscales se solucionó por varias causas, entre las cuales podemos mencionar:

1º los ingresos de las privatizaciones y la reforma fiscal;

2º la reducción del gasto económico trasladando las empresas públicas a los particulares.

En el recuadro más abajo se muestra como evolucionó el déficit fiscal desde 1983 a 1995 vamos a ver como en 1991, año en el cual empiezan las privatizaciones y concesión de Ferrocarriles Argentinos el déficit es notablemente inferior a años anteriores, en 1992 año en que siguen la concesión de los trenes de carga se logra un superávit al igual que en 1993, pero en este año disminuye el superávit.

A continuación se exponen lo datos del déficit fiscal desde 1973 a 1995:

Año

Déficit fiscal

1973

7,51

1974

7,92

1975

15,15

1976

11,73

1977

5,13

1978

6,83

1979

6,26

1980

7,55

1981

15,62

1982

16,52

1983

15,77

1984

21

1985

15,3

1986

16,9

1987

11,4

1988

12,8

1989

15,2

1990

2,5

1991

0,3

1992

-1

1993

-0,5

1994

0,6

1995

-0,3

En síntesis: el gobierno justicialista advirtió esta circunstancia, es decir, cuando se pensaba poner fin a la inflación mediante la convertibilidad, se advirtió que la brecha entre gasto públicos e ingresos públicos se ampliaría, por ende, la necesidad de privatizar el sector público adquirió más fuerza aún, porque si bien es cierto que con el impuesto inflacionario había un elevado déficit fiscal, sin el se elevaría aún más.

Autor: Richard Amaro

Inflación Argentina

Demás esta decir, que nuestra posición respecto a estas tres teorías, es aceptar la explicación monetarista, es decir, atribuir a la expansión monetaria como causa principal de la inflación, dado como se verá, cuando el gobierno tomaba políticas expansivas aumentaba el índice de precios al consumidor, que es un número que indica la variación experimentada en el precio de los bienes y servicios en un periodo de tiempo determinado, y que es elaborado por una institución de confianza que en nuestro país es el INDEC. Aunque cabe destacar que esto no implica rechazar las otras teorías, dado que es cierto que en las crisis energéticas de la década de 1970 se vivieron momentos de inercia inflacionaria bastante importante provocado por el aumento del crudo, pero pese a ello, habría que considerar que cuando se dieron esas dos crisis energéticas, el gobierno Argentino ya tenía el problemas del déficit fiscal por lo cual recaía en el emisionismo para solventar dicho déficit. En cuanto a la teoría keynesiana es muy difícil ejemplificarla en la práctica, dado que se confundiría con las otras dos teorías, aunque esto no implica que descreo de la misma.


Además, el causa principal de la inflación de las décadas de 1970 y 1980, no era el costo ni la sobredemanda agregada (dado que estuvimos durante años con recesión), sino que el Estado emitía dinero para recaudar más vía impuesto inflacionario, dado que uno de los agentes económicos que se benefician de la inflación como dicen Mochon y Beker es el Estado, dado que los ingresos fiscales son mayores dado que se incrementa el impuesto inflacionario.

Según Sebastián Edwards (...) como consecuencia de la debilidad de las estructuras financieras públicas, un número cada vez mayor de países se vio obligado a depender de la financiación inflacionaria como forma de acortar las distancias entre los gastos y los ingresos del gobierno EDWARDS Sebastián. Crisis y reforma en América Latina: del desconsuelo a la esperanza. Buenos Aires. Emecé ediciones 1998. Página 12..

Con la inflación hay dos tipos de bienes que sufren fenómenos contrapuestos:


1º Bienes monetarios, que se desvalorizan, es decir, pierden valor (cuentas por cobrar, las cuentas por pagar, el dinero en efectivo, etc.).

2º Bienes no monetarios, que se valorizan, adquieren un mayor valor (bienes de uso, bienes de cambio, entre otros).

Esto equivale a decir, el dinero cada día vale menos y los bienes y servicios cada día valen más. Entonces, en épocas de inflación debe elevarse el ingreso de los individuos, dado que aquellos que perciben una renta fija, con la inflación pueden comprar según como evolucione la misma una menor cantidad de bienes y servicios, por ende, siempre se eleva el ingreso de aquellos que perciben una renta fija, como por ejemplo lo asalariados. Al elevarse los precios en forma generalizada, el Estado se beneficia por dos razones:


1º hay impuestos en que la proporción a pagar aumenta con el nivel de ingreso nominal y se eleva con la inflación, por ejemplo, las empresas deben pagar mayores contribuciones patronales. A este tipo de impuesto se lo denomina inflacionario, es decir, a aquellos en que la proporción a pagar aumenta con la inflación;

2º el estado es un deudor por excelencia, y por ende, como en la inflación el valor del dinero en términos reales es menor y en términos nominales no varía, todos los deudores en términos reales deben devolver una cantidad menor.

Según Mochon y Beker El impuesto inflacionario grava las tendencias monetarias de la población y consiste en la pérdida de poder adquisitivo que sufre el dinero en poder del público cuando se incrementan los precios. Cuando el gobierno financia parte de sus gastos con emisión monetaria no deseada por el público, lo que está haciendo es deteriorar el valor real de los activos monetarios que poseen los particulares y apropiarse de ese monto para cubrir la brecha entre sus erogaciones y lo que recauda a través del resto de los impuestos BEKER Víctor A. - MOCHÓN Francisco. Economía: principios y aplicaciones. Madrid. Editorial McGraw-Hill 1997. Página 306.

Autor: Richard Amaro

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