Economía

Teorías de la Inflación

TEORÍAS QUE EXPLICAN LA INFLACIÓN:



Se analizará en líneas generales las teorías que explican la inflación con el fin de entender por que el Estado emitía, y como funciona el mecanismo del emisionismo y del impuesto inflacionario.

INFLACIÓN DE DEMANDA

Dentro de esta perspectiva tenemos dos teorías que explican la inflación: la teoría monetarista y la teoría keynesiana.

TEORÍA MONETARISTA

La inflación la entendemos como el aumento constante y generalizado en el precio de los bienes y servicios provocado principalmente por el emisionismo, es decir, por expansión incontrolada de la masa monetaria. Es decir, según la teoría cuantitativa del dinero existe una relación estrecha entre la cantidad de dinero existente en el mercado y la inflación. La ecuación de la inflación según esta teoría es:


V X OF = P X Q

V: velocidad del dinero, es decir, la cantidad de veces que el dinero pasa de mano en mano.

OF: oferta monetaria, que esta constituida por la base monetaria (M) más la creación secundaria de dinero (cheques). La base monetaria se refiere a la totalidad de medios de pagos cambios existentes en el mercado, que en general es igual a la cantidad de dinero en manos del público más los depósitos en cuenta corriente, cuenta de ahorro y plazo fijo. OF =m x BM esto significa que la oferta monetaria es igual al multiplicador de la creación secundaria de dinero o de la base monetaria por la base monetaria.


P: es el precio de todos los bienes y servicios.

Q: cantidad de bienes y servicios existentes en el mercado.

P X Q = PBI

Es decir, de la fórmula de la teoría cuantitativa se desprende que la velocidad del dinero multiplicada por la oferta monetaria es igual al producto bruto interno (precio por cantidad).

Entonces, la explicación monetarista de la inflación (escuela desarrollada en la Universidad de Chicago por Milton Friedman) es que si la velocidad del dinero (V) se mantiene constante y crece la oferta monetaria (OF) en un país donde la cantidad de bienes y servicios (Q) no crece, es decir, es un país donde no aumenta el PBI, la única manera de mantener la igualdad es subiendo el precio de los bienes y servicios. Viéndolo en forma simplificada tenemos que:

Masa Monetaria = Bienes + Servicios

Cuando aumenta en forma descontrolada la masa monetaria y no aumenta la cantidad de bienes y servicios (país que no crece) debe aumentar el precio de dichos bienes, dado que a mayor dinero, mayor consumo lo que equivale a decir mayor demanda, si la demanda aumenta y la oferta por x circunstancias no puede aumentar en la misma proporción, la única manera de volver al equilibrio es aumentando el precio de los bienes y servicios. Además esto se fundamenta en la ley de oferta y demanda en la cual: Oferta = Demanda. Si la demanda sube, sube el precio, dado que subir el precio le permite a la oferta cubrir los costos. Mientras mayor sea la cantidad de bienes y servicios que produce el oferente mayor será su costo, por lo cual, mientras mayor sea la demanda mayor será el precio de los bienes y servicios.

TEORÍA KEYNESIANA

Los keynesianos rechazan la idea de la estrecha relación entre la cantidad de dinero y los precios, para esta corriente la inflación es un fenómeno asociado al pleno empleo de los factores de la producción. Supongamos que estamos en una economía en donde hay un desempleo aproximadamente del 10% de los factores de la producción, en este caso si aumenta la demanda, los oferentes podrán utilizar ese 10% de los factores para producir una mayor cantidad de bienes y servicios, de este modo aumentará la oferta por lo cual la demanda quedará igualada a la oferta. Caso contrario, si estamos en una economía en la cual el aprovechamiento de los factores de la producción es del 100%, si aumenta la demanda, la oferta no podrá aumentar la cantidad de bienes y servicios dado que todos los factores están ocupados (economía de pleno empleo). Por ende, para igualar la ecuación oferta es igual a demanda deben subir los precios. Con lo cual podemos concluir que la inflación según la visión keynesiana es un fenómeno relacionado con la demanda agregada (consumo + inversión + gasto público + importaciones = gasto total). Si en una economía de pleno empleo la demanda agregada supera a la oferta agregada (producto bruto interno + exportaciones), ello produciría inflación. Si estamos frente a una economía en donde hay desaprovechamiento de los factores de la producción, el aumento de la demanda agregada podría compensarse con el aumento de la oferta agregada, con lo cual podría evitarse la inflación.

INFLACIÓN DE COSTOS

Según esta teoría, si por ejemplo se aumenta alguna partida integrante de los costos de todas las empresas, esto traerá aparejado un aumento generalizado de precios, tal caso ocurre con los salarios. Muchas veces se fundamento que la causa de la inflación eran los sindicatos, que reclamaban salarios más altos lo que hacía subir el costo laboral que se trasladaban a los precios. En la Argentina de la década del '80 lo salarios subían conforme aumentaba la inflación, lo cual traía como consecuencia una mayor inflación. Lo mismo ocurre con el petróleo, cuando en las dos crisis energéticas de 1973 y 1974, y de 1978 y 1979 el precio del crudo empezó a subir drásticamente, ello produjo una inflación mundial dado que el petróleo aumenta los costos no sólo de aquellas empresas que lo usan como elemento esencial del ciclo productivo, sino también para aquellas que no lo usan en el ciclo productivo, dado que aumenta por ejemplo el costo del transporte, y esto afecta a todo tipo de empresa ya sea que usen o no la petróleo. Por ende, según esta teoría, la causa de la inflación radica en los costos crecientes.

Autor: Richard Amaro

El Gran Mal de la Economía Argentina: La Inflación

EL GRAN MAL DE LA ECONOMÍA ARGENTINA: LA INFLACIÓN.


OBJETO: Antes de explicar el porqué del análisis de la inflación y su relación con el persistente déficit fiscal, sería de suma importancia sintetizar en líneas generales lo que se a visto hasta aquí:

1. Los intereses de la deuda. Los intereses de la deuda, luego de las dos crisis energéticas, se convirtieron en uno de los rubros más importantes del presupuesto nacional, lo que va a producir que en 1988 la Argentina entre en cesación de pagos, dado que su crecimiento constante va a repercutir en el desequilibrio de las cuentas públicas.

El análisis de los mismos nos permitió dilucidar los problemas que tenía el gobierno radical para atender las cuotas de servicios (amortización del capital más el interés correspondiente) debido a la falta de recursos, y además su análisis nos permitió establecer la relación entre la privatización y la renegociación de la deuda: cuando en 1988 se hace evidente la quiebra del Estado, reconocida por Carlos Saúl Menen en 1989, se deja de pagar a los acreedores ante la imposibilidad de contar con recursos. Por ende, para renegociar la deuda pública, el Estado primero debía solucionar el tema del déficit fiscal, dado que: ¿como iba a pagar a los acreedores si no tenía ni siquiera recursos para solventar sus propias necesidades?, y además ¿con qué recursos se pagaría a los acreedores? Por esa razón, se puede deducir que con la privatización se racionalizó el gasto y se generaron ingresos, con lo cual, no sólo se solucionó el problema del déficit fiscal (como se verá más adelante) si no que también posibilitó la renegociación de la deuda en 1991 ingresando al Plan Brady y retomando los pagos.


2. El gasto gubernamental fue sin duda el más controvertido, dado que se hablo en numerosas veces de reforma, pero siempre lograban sus objetivos a corto plazo, por ser coyunturales.

El análisis de esta variable me permitió demostrar como la administración gubernamental era ineficiente e ineficaz, lo que provocaba un crecimiento desmedido e innecesario del Estado, y que al igual que los intereses de la deuda, hacía imposible el equilibrio de las cuentas fiscales.

3. Los gastos económicos son a mi entender la variable de más relevancia, no sólo porque dentro de estos gastos se encuentran los gastos ferroviarios, sino porque su análisis permitió dilucidar que la privatización se intentó llevar a cabo durante el gobierno radical por las mismas razones que se llevó a cabo durante el gobierno justicialista: el déficit fiscal, además nos permitió analizar los fondos que el Estado destinaba a Ferrocarriles Argentinos, que durante la década de 1980 tuvo un comportamiento creciente.


Pero el análisis no se acaba con estas tres variables, sino que continua, dado que como se verá más adelante, se analizará a fondo la relación déficit fiscal y privatización en la parte final de esta primera parte.

Como ya se dijo antes, el Estado recurría al emisionismo para recaudar más mediante el impuesto inflacionario, de esa manera lograba solventar una parte del exceso de gastos. Es decir, si el Estado no hubiese recurrido al emisionismo, el déficit fiscal a lo largo de la década del '70 y '80 hubiese sido mayor, pero en realidad fue mucho menor dado que una parte del exceso de gasto se solventaba con el impuesto inflacionario.

Si se sancionaba la ley de convertibilidad, se eliminaría esta fuente de recursos con lo cual la brecha entre gastos e ingresos se acentuaría. Pero con esto, no quiero alegar que la privatización de los ferrocarriles mediante la modalidad de la concesión fue consecuencia de la convertibilidad que eliminó al impuesto inflacionario, dado que como se dijo antes, haya habido o no convertibilidad, igualmente se hubiese privatizado, porque esta se debió al persistente déficit fiscal. Sin embargo, es necesario hablar de convertibilidad, dado que la misma fue un fundamento más para decir que era necesaria la privatización, dado que con la misma se eliminaría el impuesto inflacionario, con lo cual el déficit fiscal se incrementaría, por esa razón era sumamente necesario llevar a cabo un gran reforma estructural que permita racionalizar el gasto una vez por todas y generar nuevas fuentes de recursos para terminar con la amenaza del déficit.

Por todas estas razones, antes de tratar la ley de convertibilidad, debemos analizar sin lugar a duda la inflación, dado que con la ley de convertibilidad se puso fin a una de las cuentas fiscales que había tenido gran importancia gran importancia en la década del '70 y '80 que era el impuesto inflacionario, aunque este impuesto a fines del '80 había empezado a declinar.

Por ende, el objeto de analizar la inflación es demostrar como el Estado emitía dinero generando inflación para recaudar más vía impuesto inflacionario para solventar el déficit fiscal. Luego se tratara la Ley de convertibilidad, para demostrar objetivamente como terminó con el impuesto inflacionario. Por último me gustaría volver a repetir para que quede bien en claro, que en ningún modo quiero demostrar que la privatización de los ferrocarriles mediante la modalidad de la concesión se debió a que la convertibilidad puso fin al impuesto inflacionario, dado que durante la década de 1970 y 1980 el impuesto inflacionario no fue suficiente para terminar con el déficit fiscal, pero solventaba una parte del exceso del gasto. Simplemente mi objetivo es demostrar como el problema del déficit fiscal se agravaría a partir de la ley de convertibilidad (dado que pondría fin al impuesto inflacionario) si no se privatizaba.

Las Empresas Públicas y la Razón de sus Déficit

Las empresas públicas era realmente un gran inconveniente, inclusive el diario Clarín el 31 de mayo de 1987 publicó un informe especial titulado "Las empresas públicas siguen en rojo". En dicho informe se trataba los siguientes temas: Gas del Estado que en 1986 tuvo que importar gas en los meses de frío, para abastecer la demanda; el endeudamiento de Aguas y Energía que era de 2479 millones de australes, el de Ferrocarriles Argentinos de 990 millones de australes, entre otros temas. El ministro de Obras y Servicios Públicos José Roberto Dromi, antes de asumir ese cargo dijo: debemos cambiar el sector público o será un cáncer Diario Clarín 2 de julio de 1989. Suplemento económico. Por Liliana Franco. Páginas 6 y 7.. Por lo cual, la necesidad de privatización también respondió a reducir ese gasto económico del sector público.


En cuanto a las causas de las pérdidas que arrojaban las empresas públicas, en general, son las siguientes:

1º monopolio creado por el Estado;

2º la competitividad limitada;

3º herramienta de política económica sectorial,

4º otras.

1º Monopolio creado por el Estado. La segunda causa es consecuencia de la primera, pero el análisis particular de ambas nos llevará a tener una visión mucho más clara de la situación.


El monopolio se da cuando un sólo oferente puede satisfacer toda la demanda, y por razones de imposición estatal o técnicas, no pueden entrar a competir otros oferentes. De esto se desprende los dos tipos de monopolio: el natural o privado (estos son los reprimidos por la ley) y los estatales o necesarios (creados por el Estado). Estos últimos son en general la forma de competencia de las empresas públicas, dado que los servicios públicos al ser un bien indispensable para toda la sociedad lo que se busca es prestar el servicio a un precio tal que quede al alcance de los grupos mayoritarios de población, esto hace que en ciertas oportunidades se preste a un precio tal que no cubra los costos. De esta manera mediante una legislación se impide la entrada de otros oferentes a competir en esos mercados, lo cual posibilita que ese oferente fije un precio arbitrario, que en el caso de los monopolios estatales o necesarios, beneficia a la sociedad.

Si se permitiera la entrada de otros oferentes a competir en esos mercados, podría producir la caída del servicio, dado que otro oferente privado tal vez produzca o preste un servicio eficiente y eficaz, pero el sentido social de la empresa pública no lo tiene la privada, a esta última solo le interesa la rentabilidad, en cambio, la empresa pública es una herramienta de política sectorial tendiente a lograr el bien común lo que la lleva a prestar servicios en zonas o en circunstancias no rentables. Como consecuencia de esto si compitiera empresas públicas y privadas ganaría la privada, dado que la visión de esta se sintetiza en la relación costo beneficio, esta relación determina su comportamiento, en cambio, la pública, tiene una filosofía basada en la prestación del servicio no en base a costos sino atendiendo el fin social que cumple.

Si se permitiera la competencia, demás esta decir que ganaría la privada, y si gana la privada esto llevaría a la insatisfacción de cierta parte de la demanda, por ejemplo en la actualidad la principal crítica que se le hace a las empresas que concesionaron los ferrocarriles es la supresión de ramales que hicieron con el fin de aumentar la rentabilidad. Esto implica que los poblados desaparezcan.


Por esta razón el Estado crea monopolios estatales para que presten servicios con sentido social con el fin de alcanzar el bien común, pero esto nos llevó según Mochon y Beker a los déficit del presupuesto de la década del 1980 dado que el punto de equilibrio se establece en general a un precio tal y a una cantidad tal que no cubre los costos. La oferta es inelástica, es decir, el precio es fijo y la cantidad varía.

Competitividad limitada. Esto hace que las empresas no innoven ni tampoco racionalicen en forma sistémica con el objetivo de lograr una mayor brecha entre sus costos e ingresos. Es decir, en un sistema de libre competencia la interacción de oferta y demanda determina el precio y la cantidad equilibrio.

Si un oferente decide vender por encima del precio equilibrio, esto generará en el oferente una sobreoferta dado que nadie comprará sus bienes y servicios a un precio mayor del precio que tiene los bienes y servicios de sus competidores. Por lo cual, el oferente deberá bajar el precio de sus bienes o servicios hasta alcanzar el precio de equilibrio para colocar ese excedente.

Si un oferente decide vender sus bienes o servicios a un precio menor al precio de equilibrio esto generará una sobredemanda que el oferente para hacer frente a esa demanda deberá subir el precio hasta el precio de equilibrio, dado que mientras mayor sea la demanda de un bien o servicio mayor es el costo, por ende cuando sube la demanda debe subir el precio. Con lo cual podemos concluir que en un mercado de libre competencia el precio tiene las características de ser estable en el tiempo. Esto conlleva a que la única manera de incrementar el beneficio para el oferente no es ni bajando ni subiendo el precio sino incrementando la brecha entre precio de costo y precio de venta mediante una mayor eficiencia y eficacia, por eso el mercado de competencia es el mejor que impulsa hacia la eficiencia productiva. En cambio, en mercados de competencia limitada como los de las empresas públicas de la década del 1980 no ocurre esto, dado que el precio al no fijarse por la oferta y demanda, sino en foma arbitraria no existen los estímulos para lograr un mayor beneficio mediante la innovación.

Herramienta de política económica sectorial. Con respecto a este último, las empresas públicas representaron una fuente de trabajo para miles de personas en épocas de recesión; esto llevó a un problema de financiamiento por parte de dichas empresas, dado que la recesión es un periodo prolongado de baja actividad económica y elevado desempleo; las ventas de bienes y servicios disminuye notablemente, lo cual obliga a las empresas a reducir la cantidad de bienes y servicios ofertada, es decir, disminuye la producción con la consiguiente disminución de los salarios y en casos extremos obliga a realizar despidos. Pero en el caso de las empresas públicas esto nunca sucedió, dado que en épocas de decadencia o contracción de la demanda (disminución del PBI), el Estado aumentaba el gasto público para producir un efecto multiplicador en la economía (esto se fundamente en la visión keynesiana de la economía). Según Keynes un aumento de la inversión o del gasto público en plena recesión traerá aparejado un aumento mayor del ingreso (multiplicador keynesiano o del gasto público o de la inversión). Las empresas públicas en épocas de recesión no solo no redujeron el costo laboral sino que lo aumentaron contratando a nuevos empleados para reducir la desocupación. Esto hace que las empresas públicas de la década del '70 y '80 se convirtieran en un gran problema para el Estado.

Entonces, en líneas generales, podemos decir que eran tres las causas del déficit de las empresas públicas, a las que habría agregar la malísima administración que tenían y la corrupción de la "patria contratista", que se vera en líneas generales en la segunda parte.

Autor: Richard Amaro

Los Gastos Económicos

LA EVOLUCIÓN DEL GASTO ECONÓMICO EN LOS PRESUPUESTOS.



Los gastos económicos jugaron un rol de primerísima importancia en el déficit fiscal, inclusive más relevancia en la historia del presupuesto desde 1965 a 1992 que el gasto gubernamental, dado que en esos 27 años como se observa en el gráfico F en el cual se exponen el gasto gubernamental y el económico en millones de pesos, sólo en 1975 y 1987 el gasto gubernamental pudo superar al económico. Con lo cual podemos decir en primer lugar que si bien el gasto de la burocracia o administración general tuvo un crecimiento constante en general (la línea de tendencia es creciente en dicho gráfico), los gastos económicos también, pero en una proporción muchísima mayor. Otro dato a tener en cuenta del gráfico F en la cual se exponen los gastos gubernamentales, económicos y de bienestar social en millones de pesos en forma comparativa, es que de el se desprende como dijimos antes que los gastos que más evolucionaron fueron los de bienestar social, superando los económicos y gubernamentales. Pero debido a que su evolución se fundamenta por la crisis económica y por otras razones antes mencionadas, se iba a tomar como una variable constante a los fines comparativos dado que fue el gasto de mayor envergadura. Por ende, en el gráfico se muestra claramente que el único gasto que por decirlo de alguna manera "le hizo sombra" al gasto de bienestar social fue el económico, dado que el gubernamental no lo superó en ningún año, mientras que el económico si lo hizo en numerosas oportunidades, inclusive alcanzó el pico más elevado en la historia del presupuesto desde 1965 a 1992 con 28 millones de pesos en el año 1983. El gráfico H que muestra la evolución del gasto económico desde 1965 a 1992 en millones de pesos, se puede ver que a pesar que a partir de 1983 el gasto económico empieza a descender, la línea de tendencia es creciente. Hay que tener en cuenta que ya en 1985 Alfonsín propugnaba la privatización de las empresas públicas para racionalizar el gasto económico, en ese año declaró la economía de guerra, anunciando la privatización de las empresas públicas y la paralización de las inversiones. Esta paralización de las inversiones hizo de algún modo posible la disminución del gasto económico.



La finalidad de analizar el gasto económico no difiere de lo dicho para el gasto de los intereses de la deuda y el gubernamental. Pero no obstante, podemos agregar que el análisis de esta variable pondrá de manifiesto lo que dijo el primer ministro de Obras y Servicios Públicos de Menen en el diario La Nación, el día miércoles 21 de marzo de 1990 página 4: La política de privatización no tiene patente peronista porque también fue un propósito del gobierno radical y nosotros no queremos dilapidar los fondos del Estado (...). Los persistentes problemas que tuvo el gobierno radical con el equilibrio de las cuentas públicas, provocó que a partir de 1985 aparezca en el discurso político el tema de la privatización. En 1984 el déficit fiscal logró alcanzar el 21% del PBI, el más alto en el período comprendido entre 1973 y 1995, por esa razón, los radicales estaban convencidos que la única manera de solucionar el problema estribaba en la racionalización del gasto económico y en la generación de nuevas fuentes de recursos, lo que podría lograrse mediante la privatización.

Por cadena nacional, el viernes 28 de Noviembre de 1986, el Presidente Alfonsín elevaba a la Nación Argentina su mensaje en el que describían los fundamentos políticos de la Reforma del Estado que promovía:

Hoy he querido comunicarme con ustedes para efectuar algunas reflexiones sobre un tema que, estoy seguro, ustedes le asignan una gran importancia, la que desde luego tiene, y también consideran como yo que es absolutamente necesario encararlo con urgencia. Debemos encarar con urgencia una política orientada a reestructurar el aparato del Estado.

Cuando el año pasado, en el mes de junio, lanzamos nuestro plan de reforma económica, ya tuve oportunidad entonces de señalar la vinculación que nosotros veíamos que claramente existían entre el saneamiento económico y la reforma del Estado; era lo que a la postre fue una política de crecimiento y la desburocratización del sector público."

(...)

"Los esfuerzos, pues, en que nos encontramos comprometidos, este esfuerzo en que se encuentra comprometido el país, y la construcción de una democracia estable, moderna, participativa, solidaria, no pueden estar desvinculados de un particular empeño en superar la ineficiencia e irracionalidad del sector público. No hay crecimiento sin racionalidad, no hay justicia social sin eficiencia, y en nuestra marcha hacia estos dos objetivos no podemos menos que producir una drástica y profunda reformulación del sector público (...)



En esta parte del discurso de Alfonsín se puede apreciar claramente la necesidad que tenía el Estado de racionalizar los gastos, y sobre todo los atinentes al sector público que es el sector empresario del Estado. Lo más interesante, es que hace referencia a la irracionalidad e ineficiencia, dos palabras que se mencionan muy seguido en este trabajo de investigación cuando nos referimos a la gestión estatal.

Por ende, el análisis de esta variable permitirá ver como la evolución del gasto económico va a ser tan importante que provocará la bancarrota del Estado, reconocida por Menen en 1989.

El análisis de los gastos económicos será complementado en la última parte de esta primera parte con el análisis de las Memorias y Balances Generales de Ferrocarriles Argentino, dado que esta variable requiere el mayor análisis dado que dentro de los gastos económicos se encuentran las erogaciones que realizó el Estado para solventar los gastos o déficit de los Ferrocarriles Argentinos. Por lo cual, el análisis en esta primera parte no sólo recaerá en el gasto económico en su globalidad sino se desglosará los gasto de transporte para su análisis particular, y en especial, lo atinente a los ferrocarriles.

Para realizar el análisis de los gastos económicos del gobierno radical y principios del gobierno menemista, vamos a recorrer brevemente los gastos económicos desde 1965 a 1982 con la finalidad de comparar la evolución entre tres periodos: 1965 a 1975, de 1975 a 1982 y de 1982 a 1992. Es decir, se toman los gastos desde 1965 a 1982 tan sólo a los fines comparativos, dado que el centro de nuestra cuestión recae en el periodo que va desde 1983 a 1992.

En el gráfico I que muestra los gastos económicos en los presupuestos nacionales desde 1965 a 1975 en millones de pesos, se puede ver que el gasto creció en forma escalonada, sin grandes variaciones, aunque el incremento que se logró en ese eríodo paso de $ 7.601 millones a $ 16.913 millones, por lo cual si bien el gasto creció en forma gradual, el resultado final en 1975 sería que el gasto se incrementó a más del doble con respecto de 1965.

En el gráfico J que muestra los gastos económicos en los presupuestos nacionales desde 1975 a 1982 en millones de pesos, se puede ver que si bien el gasto en 1975 descendió respecto del año anterior, en 1976 con la llegada del gobierno militar se incrementa nuevamente. A partir de ahí empezarán los esfuerzos de Martínez de Hoz por controlar las cuentas fiscales alegando que el Estado debe dejar de prestar ciertos servicios, en donde el mercado pudiera llegar a ser más eficiente. Lo que buscaba Martínez de Hoz era racionalizar el gasto económico mediante ideas neoliberales. Hay que tener en cuenta que para esa época varios países de América Latina ya se estaban moviendo a economías de mercado más liberales, el primeros de ellos fue Chile. A América Latina ya había llegado el neoliberalismo. Sin embargo, las ideas de reforma que tanto caracterizó al neoliberalismo no se plasmaron en el gobierno militar.

No obstante de lo dicho, el gobierno militar logró que desde 1976 a 1979 el gasto de economía disminuyera pero a partir de 1979 a 1982 se revertiría la situación lograda en periodos anteriores.

En el gráfico K que muestra los gastos económicos en los presupuestos nacionales desde 1982 a 1992 en millones de pesos, se puede ver que en 1983 este gasto supera los 25 millones de pesos convirtiéndose en todo un record en la historia presupuestaria. Además hay que tener en cuenta que desde 1979 el gasto venía creciendo, pero en forma escalonada, el crecimiento que logra en 1983 fue totalmente abrupto. Luego en 1984 también desciende abruptamente, disminuyendo paulatinamente los dos años posteriores. En 1987, el gasto se incrementa superando el nivel alcanzado en los tres años anteriores, en ese año el déficit fiscal se agravó. A partir de 1988 la caída del gasto económico fue sin lugar a dudas una de la más importante. Dicha disminución se debió a que el gobierno radical se dio cuenta que la situación era insostenible, por lo cual no tenía sentido seguir teniendo el gasto elevado si no va haber recursos para cubrirlos, ni siquiera se podía pedir prestado dado que la argentina a comienzos de 1988 entra en cesación de pagos de los intereses de la deuda. Esto demuestra la bancarrota del estado, que fue reconocida por Menen, dado que según Mario Rapoport, cuando Carlos Saúl Menen asume el 8 de julio de 1989 cuando en realidad debía hacerlo el 10 de diciembre reconoció que el Estado estaba quebrado por lo cual decide dictar Leyes de Emergencia Administrativa y Emergencia Económica. Esto fundamenta lo que se dijo en la parte dedicada al gasto gubernamental: los principales objetivos de la reformas era el gasto gubernamental y el económico. Como puede verse en el gráfico A en el inicio de esta primera parte y que muestra la evolución del gasto público desde 1965 a 1992 en millones de pesos desde 1987 a 1990 el gasto público total de la Nación sufre la disminución más importante de la historia presupuestaria desde 1965 a 1992. Viendo esta gran disminución uno llegaría a la conclusión que el déficit fiscal disminuyó notablemente dado que la disminución del gasto fue todo un record, pero sin embargo el déficit fiscal no disminuyó, todo lo contrario aumentó dado que en 1987 fue de 11,4% del PBI, en 1988 12,8% del PBI y en 1989 15,2% del PBI. Además otra cosa que valdría la pena destacar es que en 1990 el gasto económico casi llega a igualar al de 1965, año en el cual se registró el gasto económico más bajo desde 1965 a 1992: en 1965 fue de $ 6205,5 millones y en 1990 $ 6024.7 millones, la diferencia es efímera. Por lo cual una conclusión importante sería que los ingresos del gobierno mediante la recaudación fiscal era deficiente con relación a las necesidades de la Nación, lo cual hacía imperioso el reformar el sistema impositivo y generar nuevas fuentes de recursos, dado que ni disminuyendo el gasto abruptamente se lograba el equilibrio fiscal.

Siguiendo el análisis del gasto económico durante el gobierno radical, sería importante destacar que si bien en 1987 se elevó superando los niveles de los tres años anteriores e inclusive el nivel alcanzado en 1982, en general, salvo esa excepción, el comportamiento fue decreciente.

Como ya vimos en la parte dedicada al gasto gubernamental, desde 1983 hasta principios 1985 la situación era realmente pésima y los planes de Grispun no lograban sanear la economía, lo que llevó a que en marzo de este último año el ministro de economía renunciara. En este período, a pesar de que muchos países de América Latina habían iniciado el gran proceso de reformas en el marco del neoliberalismo, el discurso de reforma se iniciaría con el fracaso de Grispun. Cuando en 1985 Alfonsín declaró la "economía de guerra" anunció a su vez la privatización de empresas del Estado. Como medidas complementarias al plan de ajuste (Plan Austral), se plantearon algunos proyectos privatizadores, comos los de SOMISA, Fabricaciones Militares (...)RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 912.

En febrero de 1986, Sourrouille anunció el propósito de impulsar un programa de transferencia de la participación del Estado en diversos sectores de la economía. De esta manera, el gobierno propiciaba la eficiencia y la privatización de las empresas públicas, a raíz de las limitaciones financieras, endeudamientos y el empeoramiento de los servicios prestados (...) SAN MARTINO DE DROMI Laura. Argentina contemporánea de Perón a Menem. Buenos Aires. Ediciones Ciudad Argentina 1996. Página 1105. Como puede verse, en este párrafo del libro de Laura San Martino de Dromi están presentes las variables tratadas en esta investigación, por un lado, la privatización apuntaba a tratar de solucionar el tema de las cuestas fiscales y por otro a mejorar el servicio.

La primera privatización se concretó en agosto de 1987: el gobierno pudo mostrar su primer éxito: la privatización de la compañía aérea Austral. Como recordamos Austral había sido estatizada por el privatista Martínez de Hoz SAN MARTINO DE DROMI Laura. Argentina contemporánea de Perón a Menem. Buenos Aires. Ediciones Ciudad Argentina 1996. Página 1101. Pero no obstante las privatizaciones del gobierno radical no darían resultado, y una de sus causas sería según Mario Rapoport la oposición del peronismo en el Congreso, y a esto podemos agregar la falta de confianza de los inversores, según San Martino de Dromi. En diciembre de 1988, el Poder Ejecutivo somete a consideración del Congreso Nacional un proyecto de ley para llevar a cabo la privatización del sistema de telecomunicaciones SAN MARTINO DE DROMI Laura. Argentina contemporánea de Perón a Menem. Buenos Aires. Ediciones Ciudad Argentina 1996. Página 1190.. Y siguiendo a Dromi, a principios de 1989 se presenta al Congreso el proyecto de privatización de Aerolíneas Argentinas, que ambos proyectos fueron cuestionados dado que el inversor se eligió en forma directa y además por que los proyectos no ofrecía ninguna seguridad jurídica, lo que provocó que el Congreso los rechazará.

Por ende, la idea de reforma del sector público productivo, estuvo presente en el gobierno radical, inclusive se llegó a concretar la privatización de Austral, pero sin embargo ello no dejó de ser simplemente un éxito parcial, dado que la situación económica era tan pésima que la falta de inversores nacionales y extranjeros era el fiel reflejo de la desconfianza que se tenía al gobierno radical, lo que puede explicar en cierta parte la especulación. A esto podríamos sumar otros factores, dado que según Mario Rapoport las privatizaciones y el traslado de la Capital Federal era bloqueados por la oposición del peronismo en el Parlamento y jaqueados por la persistentes dificultades presupuestarias RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 914. La cuestión fiscal era un inconveniente para el proceso de privatizaciones, dado que para ponerlo en marcha se requería de cuantiosas sumas.

En conclusión, el gobierno radical logró éxitos efímeros en cuanto a la privatización, cuyo objetivo principal como dice Dromi era resolver las cuentas fiscales, es decir, reducir el gasto económico y generar recursos a corto plazo para solventar las necesidades de la Nación, que se vieron seriamente limitadas a partir de 1988 a 1990 con la bancarrota del Estado.

Autor: Richard Amaro

Gastos de la administración gubernamental

Introducción. Objeto.



Dentro de este rubro de gastos se encuentran los siguientes gastos:

1º conducción nacional;

2º administración fiscal;

3º control fiscal;

4º legislación;

5º justicia;

6º asuntos exteriores;

7º culto;

8º apoyo a gobiernos provinciales y municipales;

9º administración general sin discriminar.

Económicamente se puede decir que son una clase de gastos corrientes, y vulgarmente se denominan gastos de la burocracia, y son estos gastos hacia los cuales se enfocaron los planes de reforma tanto en la década del '70 con Martínez de Hoz como en la década del '80 con Raúl Alfonsín y en la década del '90 con Carlos Saúl Menen. Como veremos más adelante este tipo de gasto junto al gasto social y al gasto económico son los que más evolucionaron en la historia del presupuesto público, pero no obstante, el tratamiento que recibieron los gastos gubernamentales y los gastos económicos fue totalmente distinto al que recibió el gasto social.

Martínez de Hoz en la década del '70 propugnaba una reforma administrativa (reducción del gasto gubernamental) y proponía que el Estado ceda en la prestación de ciertos servicios en donde el mercado podía llegar a ser más eficiente (reducción del gasto económico). Raúl Alfonsín luego del fracaso del Plan Austral de Sourrouille, propuso en 1986 un plan de reformas cuyos principales objetivos eran: aumentar la eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios públicos mediante la privatización (reducción del gasto económico) y reformar la administración centralizada y descentralizada (reducción del gasto gubernamental). A fines de los años '80, Menem propuso el gran plan de reformas luego del fracaso radical que contemplaba dos grandes temas: privatización (reducción del gasto económico) y reconversión de la administración estatal (reducción del gasto gubernamental). Por ende, el énfasis se puso en estos dos tipos de gastos, dejándose de lado el gasto social, aunque esto no indica que no haya habido recortes en los mismos, todo lo contrario, si los hubo pero en menor medida dado que al estar en crisis el país durante mucho tiempo, año tras año aumentaba el número de familias en la indigencia, por lo cual se justificaba el elevado gasto social (que en términos del presupuesto se denominan gasto de Bienestar social). Un recorte radical de los mismos hubiera implicado un descontento general, dado que en los años '70 y '80 imperó la inflación y la recesión.


En cambio, si se trataba de atacar al gasto gubernamental dado que se consideraba que el Estado estaba sobredimensionado de manera innecesaria, y que el gasto económico podía reducirse si se lograba una mayor eficiencia y eficacia. Como puede observarse en el gráfico F, el gasto gubernamental en general fue inferior al económico. Las tendencias de ambos gastos no son homogéneas. La razón de este gráfico es señalar la gran brecha entre uno y otro gasto.

El objeto de analizar el gasto gubernamental es el mismo que en el caso de los intereses de la deuda: analizar como incidió en la evolución del déficit fiscal, dado que en la parte introductoria dije que las principales variables que incidieron en el déficit fueron: los intereses de la deuda, el gasto gubernamental y los déficit de las empresas públicas (que en términos del presupuesto lo podemos denominar gasto económico). Existe una cuarta variable de gran incidencia que es el gasto social, pero debido a que lo considero un gasto necesario y fundamentado; y además porque excede el campo de análisis de esta investigación la vamos a considerar como una variable constante. Además, las dos principales variables que se utilizaron como fundamento para los diversos planes de reformas contemplaban el gasto económico y gubernamental.


Como puede observarse en el gráfico F el gasto social (o de bienestar social) evolucionó mucho más que el gasto gubernamental, inclusive en ningún año es superado por el gasto gubernamental; la tendencia experimentada por el gasto social fue creciente desde 1965 a 1992 con algunas oscilaciones.

De ese gráfico se desprende que la jerarquía de gastos desde 1965 a 1992 de mayor a menor es la siguiente: 1º Gasto de Bienestar Social, 2º Gasto Económico y 3º Gasto Gubernamental.

Lo que quiero demostrar, como ya se dijo, es que debido a la evolución de estos tres tipos de gastos principalmente, el déficit se convirtió en una variable incontrolable que evolucionaba en forma constante. Los planes de racionalización del gasto sólo producían efectos en el corto plazo, porque eran totalmente coyunturales. No había una planificación estructural a largo plazo y seria. Este es un fenómeno muy interesante, dado que como se verá en la segunda parte de esta investigación, lo mismo ocurrió con Ferrocarriles Argentinos.

Cuando asumieron los justicialistas se encontraron con los grandes problemas de la economía argentina: la inflación y el déficit fiscal.

La solución al primero consistió en un sistema de convertibilidad rígido, que limite el uso por parte del Estado de la política monetaria; dado que los sucesivos gobiernos solventaban una parte del exceso de gasto mediante el emisionismo lo que generaba inflación; y la necesidad de tomar políticas fiscales contractivas mediante reformas fiscales que se traducían en aumento de la presión tributaria generaba a su vez más recesión. Digo que solventaban sólo una parte del exceso del gasto, dado que el impuesto inflacionario no era tan suficiente para cubrir toda la brecha que separaba los gastos de los ingresos.

La solución al segundo problema consistió en la privatización de las empresas, proceso que se no sólo se vio fundamentado por el persistente déficit fiscal de años anteriores, sino también con la convertibilidad, dado que con este régimen el mismo se incrementaría producto de la eliminación del impuesto inflacionario.

Este es el objeto del análisis de la evolución de los gastos antes mencionados: analizar como incidió en el presupuesto incrementando el déficit lo que trajo como consecuencia la privatización. Aunque la segunda parte de la investigación recaerá en la otra causa de la concesión de los ferrocarriles: la necesidad de generar nuevas inversiones a fin de mejorar la prestación del servicio y racionalizar los costos ferroviarios.

Tal vez resulte repetitivo mencionar el porqué del análisis de ciertas variables, pero creo que esa repetición permite que el lector pueda establecer la relación de las variables analizadas.

Evolución del gasto gubernamental y los intentos de reforma:

En la parte introductoria dije que fueron numerosos los intentos que se centraron en reducir la dimensión del Estado con el fin de terminar con el déficit. Sin embargo esto no quedó plasmado en la evolución de las variables, lo que quiere decir que los planes de reforma administrativa fueron coyunturales, lograron sus objetivos a corto plazo dado que en el largo se volvía a la situación anterior o peor, salvo excepción la reforma menemista dado que esta no fue coyuntural sino estructural y tuvo cierta permanencia en el tiempo.

Los primeros intentos los tenemos durante el último gobierno militar con Martínez de Hoz, dado que si vemos el gráfico G vamos a ver que desde 1965 hasta principios de 1975 la evolución de gasto de la administración general experimentó una evolución acelerada y absolutamente constante, hasta tal punto que en 1975 el gasto gubernamental supero los gastos económicos. Luego, a partir de ese año empieza a descender y se mantiene en baja durante seis años. Con el retorno de la democracia de la mano de Raúl Alfonsín los gastos gubernamentales crecieron en una proporción mucho mayor que en la década del '70, inclusive el pico máximo que se alcanzó en 1987 superó al de 1975. El descenso del gasto desde 1975 se debe a las políticas de racionalización tomadas por Martínez de Hoz tendientes a reducir la dimensión de la burocracia, el plan se denomino "Plan permanente de racionalización administrativa".

En general los intentos de reforma lo podemos dividir en tres:

• El primer intento: Grispun (1983-marzo 1985)

• Segundo intento: Sourrouille y el Plan Austral.

• El último intento: el Plan Primavera.

Estos intentos sólo dieron resultados a corto plazo debido a que la administración gubernamental era totalmente ineficiente e ineficaz, lo que llevaba a un crecimiento desmedido del Estado, lo que hacía imposible controlar las cuentas fiscales. Estos problemas persistieron, aún durante el gobierno menemista. El justicialismo para enfrentar los enormes gastos de la burocracia, no sólo tuvo que recurrir a racionalizar el gasto sino también a generar recursos, mediante una reforma fiscal y privatización. Con esta última, también se lograba la eliminación de muchas secretarías y subsecretarías que tenían a cargo la administración de las empresas públicas.

Autor: Richard Amaro

Las Crisis Energéticas y el Endeudamiento Argentino

Introducción. Origen de la deuda.



El endeudamiento del gobierno argentino lo podemos dividir en dos etapas de 1973 a 1974 y de 1978 a 1979, dado que la razón principal de este proceso de acumulación de deuda se debió a la crisis energéticas mundiales de 1973 y 1978 que afectó especialmente a los países en vías de desarrollo, en particular a América Latina, hasta tal punto que la gran mayoría entraría en cesación de pagos debido a la falta de recursos, como en el caso de la Argentina que en 1986 empieza a destinar una parte menor de los recursos fiscales al pago de intereses, hasta que a principios de 1988 entra en cesación.

Estas crisis energéticas desembocaron en la peor crisis financiera mundial luego de la gran depresión de 1929, los países endeudados debido a las altas tasas de interés experimentaron aumentos espectaculares en su factura de intereses.

El objeto de analizar la crisis energética y el endeudamiento argentino estriba en que los intereses de la deuda van a convertirse en la década del '70 y '80 en uno de los rubros más importantes que incidieron en el desequilibrio fiscal (...) los intereses de la deuda pública implicaban una fuente de egresos fiscales muy grande, que complicaba el equilibrio de las cuentas públicas. Por otra parte, la necesidad de divisas para la cancelación de dichos intereses presionaba fuertemente sobre el mercado cambiario y generaba tensiones inflacionarias importantes (...) RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 811., por ende, el déficit del presupuesto no sólo se debió a la ineficaz e ineficiente administración gubernamental, sino también al endeudamiento.


También se tendría que tener en cuenta que la privatización de las empresas públicas permitió la capitalización de la deuda. Esta es una de las razones por las cual también se privatizó. Pero no obstante, en el caso de Ferrocarriles Argentinos y Ferrocarriles Metropolitanos SA este elemento no estuvo presente; en la concesión no se capitalizó deuda, por ende este tema escapa a este trabajo de investigación.

En el gráfico C se muestra la deuda externa argentina desde 1975 a 1980 en miles de millones de dólares; y en el gráfico D se muestra la deuda externa desde 1981 a 1992 en miles de millones de dólares. El gráfico E muestra la evolución de la deuda pública argentina en millones de dólares desde 1966 a 2001. En dicho gráfico se puede ver claramente la tendencia creciente del endeudamiento argentino a lo largo de la historia.



La primera crisis energética (1943-1974):

Afines del año 1973, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el marco de la guerra árabe - israelí, dispuso elevar drásticamente el precio del crudo. De enero de 1973 a enero de 1974, el precio del barril del petróleo subió casi un 500 por ciento, esto provocó que las economías occidentales entraran en una profunda crisis que repercutió en la balanza comercial. Entonces, la mayoría de los países desarrollados implementó medidas de ajuste con el fin de reducir las importaciones y aumentar las exportaciones para poder hacer frente a la factura petrolera.

Nuestro país sufrió el cierre del mercado europeo para nuestras exportaciones cárneas y la caída del volumen de otros productos vendidos al exterior.

Los déficit en cuenta corriente eran cuantiosos dado que la salida de divisas era mayor que el ingreso, esto llevó a financiar esos déficit mediante el crédito o deuda pública.

Los países exportadores de petróleo (países de la OPEP) habían tenido excedentes importantes que fueron canalizados por la banca hacia los países importadores de petróleo.

Esto conllevó a que aumentará el peso del pago de intereses en el presupuesto, aunque hay que destacar que esta primera crisis energética no repercutió de manera muy significativa, dado que los préstamos de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo ayudaron a salir del problema del déficit en cuenta corriente. Además hay que considerar que los países en vías de desarrollo se endeudaron moderadamente y que la economía mundial experimentaba un crecimiento positivo. Los efectos de esta primera crisis van a ser importantes cuando se suceda la segunda crisis energética, dado que el endeudamiento producto de la primera más el endeudamiento de la segunda van a generar una situación insostenible que va a culminar con la crisis de la deuda hacia fines de la década del '80.

La segunda crisis energética (1978-1979):

El segundo período de aumento acelerado del petróleo se vivió a fines de la década del '70. En el primer año 1978, la inflación mundial se intensificó, la cuenta corriente de los países importadores de petróleo se tornó marcadamente negativa y la recesión se impuso. En primer lugar, cuando sobrevino el primer aumento del precio del petróleo, la mayoría de los países tenían posiciones sostenibles de cuenta corriente y niveles moderados de endeudamiento, pero esto no fue así cuando sobrevino el segundo aumento. La actividad económica de los países más desarrollados implantaron políticas antiinflacionarias. Estas políticas originaron los siguientes efectos:

1º recesión;

2º reducción del comercio internacional;

3º descenso del precio de las materias primas;

4º aumento de las tasas de interés nominales y reales.

Esta situación hizo que la economía mundial sufriera un retroceso que trajo graves perjuicios a la economía argentina que ya tenía serios problemas, dado que esto generó desempleo, disminución de las exportaciones, caída de los precios de nuestros productos agrícolas y los más importante, las tasas de interés de los préstamos se elevaron radicalmente. Pero a pesar de ello, el endeudamiento argentino siguió creciendo hasta tal punto que el volumen de préstamos que se dirigió a nuestro país sólo va a ser superado por México y Brasil.

En nuestro país (...) buena parte de los préstamos se dirigió a la formación de una importante reserva de divisas (...), y que tenía por objeto fortalecer las condiciones para la posterior implementación de una política de estabilización basada en la utilización del tipo de cambio como ancla del sistema de precios (...) RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 811.

La economía Argentina atravesaba el problema de la inflación ya que el Estado intentaba solventar los déficit del presupuesto con el impuesto inflacionario, por ende los particulares recurrían al cambio de pesos por dólar para evitar la pérdida del poder adquisitivo, lo que provocaba la suba del tipo de cambio, y por ende más inflación dado que los insumos del exterior se encarecían con el tipo de cambio más elevado. Entonces, el Estado se endeudaba para intervenir en el mercado cambiario mediante la política monetaria puesta en práctica por el Banco Central de la República Argentina a fin de lograr la disminución de la cotización del dólar para frenar la inflación. Además parte de esos recursos provenientes del exterior servía para compensar la salida de divisas producto del saldo negativo de la cuenta corriente, y por otra parte, financiar el déficit fiscal.

Este proceso de endeudamiento siguió (o mejor dicho se acentuó) a principios de la década del '80, pero en esta circunstancia el endeudamiento no se vió reflejado en el crecimiento de las reservas, dado que en la década del '80 imperó la patria especulativa y no la productiva. "(...) Las salidas de divisas representaron, entonces más del 60 por ciento del incremento del nuevo endeudamiento contraído (...) "

La salida de divisas se producía por la fuga de capitales y la especulación. Uno de los mecanismos de especulación muy difundido en nuestro país era el siguiente: se introducían dólares prestados por bancos extranjeros, se los pasaba a pesos, se realizaban las ganancias por la tasa de interés nominal interna mucho mayor que el costo del crédito, fijado por la tasa de interés externa, después se reconvertían los pesos (capital más intereses) a dólares, se los sacaba del país y depositaba en un banco extranjero, y se obtenía un nuevo crédito en dólares de ese banco con la garantía del depósito, y así se repetía la operación.

(...) Al igual que los otros países fuertemente endeudados, la Argentina se enfrentó en los ochenta con la combinación letal de alta tasas de interés y, por ende, crecientes servicios de deuda (...) Esta situación desembocaría finalmente en una cesación de pagos a comienzos de 1880
BEKER Víctor A. - MOCHÓN Francisco. Economía: elementos de micro y macroeconomía. Madrid. Editorial McGraw-Hill 1994. Página337.

En el caso de las tasas de interés (...) pasó a un promedio de 3,4 por ciento entre 1970 y 1980 a 19,9 por ciento en 1981, 27,5 por ciento en 1982 y 17,4 por ciento en 1983 EDWARDS Sebastián. Crisis y reforma en América Latina: del desconsuelo a la esperanza. Buenos Aires. Emecé ediciones 1998. Página 35.

La plataforma del partido radical en 1983 decía al respecto: El objetivo de la renegociación será reprogramar los vencimientos con tasas de interés tan bajas como sea posible, a través de la obtención de nuevas líneas de crédito de los organismos internacionales y de los organismos oficiales extranjeros que cobran tasas más bajas y otorgan plazos más largos (...) SAN MARTINO DE DROMI Laura. Argentina contemporánea de Perón a Menem. Buenos Aires. Ediciones Ciudad Argentina 1996. Página 1109.. Pero igualmente los elevados intereses repercutía en el equilibrio de las cuentas fiscales dado que el Estado debía adquirir divisas para cancelar los intereses, por lo cual se recurrían a nuevos préstamos, y esto desembocaba en un círculo vicioso.

Para solucionar el problema se tuvo que renegociar la deuda en numerosas oportunidades a fin de que se flexibilicen las condiciones financieras de la deuda (tipos de interés, vencimientos, comisiones, etc.). La Argentina a partir de 1986 empieza a destinar una parte mucho menor de los ingresos fiscales al pago de intereses de los que en realidad debía destinar, lo cual ya daba indicios de las dificultades que tenía el país con el equilibrio de las cuentas fiscales y del peso que tenía los intereses en el presupuesto.

Cuando los justicialistas suceden a los radicales, se encontraron con el problema de la renegociación de la deuda, la inflación y el desequilibrio fiscal. La única manera de poder llegar a un acuerdo con los acreedores, era reduciendo el gasto total del Estado y generando nuevos ingresos. Esa era la única forma de pensar en la renegociación, dado que el Estado no huebiese podido afrontar las cuotas de servicios (capital amortizado más el interés correspondiente) de la deuda, si no se pensaba en "achicar" el gasto y generar ingresos porque el gobierno no tenía recursos y encima tenía un largo historial de déficit fiscal. Con respecto a este último, el análisis de esta variable dilucidó el problema que tenía el Estado con el equilibrio de las cuentas públicas, los intereses de la deuda no sólo constituyeron un grave problema para los radicales sino también para los justicialistas, la única manera de pensar en llegar a un acuerdo con los acreedores para continuar con los pagos correspondientes, y a su vez, mantener una adecuada relación ente gastos públicos e ingresos públicos, eran fortaleciendo las finanzas públicas mediante la privatización de las empresas públicas, entre ellas, Ferrocarriles Argentinos y Ferrocarriles Metropolitanos S.A.

Quiero dejar en claro, que el análisis de esta variable y de la otras dos que vendrán a continuación no es vano e incoherente con la investigación, sino que dejan en claro lo que quiero probar: el creciente déficit fiscal, provocado por un creciente gasto (principalmente los tres en cuestión), va a provocar la concesión de los ferrocarriles.

Autor: Richard Amaro

Déficit del Presupuesto Público

Marco general



Una de las características fundamentales de la economía argentina de la década del '70, '80 y principios del '90 fue el persistente y constante desequilibrio fiscal que constituyó la principal causa de la crisis económica, dado que (...) si bien no puede afirmarse que la economía argentina obedece a una causa única - son varias siempre - si puede decirse, en cambio, que su motor principal lo constituye el déficit fiscal (...) RAPOPORT Mario. Historia económica, política y social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones Macchi 2000. Página 814..

Los gastos públicos tuvieron una tendencia creciente desde la década del '70 hasta fines de la década del '80, mientras que los ingresos fiscales no se incrementaban en la misma proporción, esto generaba el cuantioso déficit.

Los factores o variables que incidían en el incremento del gasto público eran principalmente:


• el gasto de la administración gubernamental;

• intereses de la deuda;

• el déficit de las empresas públicas.

Este déficit traían importantes consecuencias, dado que el Estado para solventar o reducir los mismos debía elegir una o más alternativas seguidamente enumeradas:

1º endeudarse:

1.1. pedir prestado a los organismos internacionales,

1.2. emitir títulos de deuda interna o externa,

1.3. recurrir al crédito de bancos nacionales o internacionales;

2º emitir dinero (emisionismo);

3º aumentar la presión tributaria;

4º reducir el gasto (recorte o reforma).


El gobierno argentino combinó estas cuatro alternativas durante las dos décadas anteriormente mencionadas, aunque hay que destacar que si bien siempre se tocaba el tema de reforma administrativa en los discursos políticos, estas nunca llegaron a ser eficaces dado que para solucionar el problema se requería de una reforma estructural y no coyuntural, por lo cual el gasto público luego de disminuir por un tiempo producto de los recortes, volvía a incrementarse por efectos de otras partidas. Todo esto hacía que la situación se agravara, dado que al endeudarse el Estado aún más, aumentaba la deuda pública y por ende el pago de intereses, y por lo tanto, se generaban mayores déficit. Por otra parte, al recurrir al emisionismo, esto generaba inflación que a su vez alteraba la economía en su conjunto dado que el signo monetario variaba constantemente y sumado a la política fiscal contractiva reflejada mediante una mayor presión tributaria se generaba una recesión profunda. Y como dice Mochón y Beker (...) los déficit no son necesariamente malos. Cualquier medida destinada a eliminarlos, especialmente durante la recesiones, empeoraría la situación. Pero si son extremadamente grandes y persistentes (nuestro caso), pueden crear un círculo vicioso (...) BEKER Víctor A. - MOCHÓN Francisco. Economía: principios y aplicaciones. Madrid. Editorial McGraw-Hill 1997. Página 362..

Las Variables del Presupuesto

El presupuesto nacional como lo definía Alberdi es el prospecto financiero que el Estado somete a consideración del pueblo, o dicho en otros términos, es el resumen realizado en forma sistematizada por periodos regulares de la estimación del gasto del Estado y la previsión de recursos para cubrirlo. Si los gastos públicos son igual a los ingresos públicos se dice que el presupuesto esta equilibrado, si los gastos públicos son mayores a los ingresos públicos hay déficit, y en el caso contrario, hay superávit.


Las tres principales partidas del gasto público son:

1. Los gastos corrientes, que incluyen los sueldos y salarios pagados, las transferencias y subsidios y las compras de bienes no duraderos que realizan los entes gubernamentales. Los gastos corrientes son aquellas erogaciones necesarias para el normal funcionamiento de las actividades estatales y comprende: los gastos de bienestar social, los gastos gubernamentales, de salud, de ciencia y técnica, entre otros.

2. Los gastos de inversión, que se refieren a la compra de bienes de capital y a otras inversiones que realiza el Estado. Es decir son aquellas erogaciones que realiza el Estado en capital fijo (bienes de uso), capital circulante (bienes de cambio) y obras públicas; y comprende los gastos: de bienes de capital, construcción, bienes preexistentes e inversión financiera


3. Los pagos de la deuda pública, con los que el gobierno amortiza los compromisos previamente contraídos. En general estos se incluyen dentro de los gastos corrientes.

Según un informe sobre los presupuestos de la administración nacional, gastos por finalidad, función y naturaleza económica, de 1965 a 1992 del Ministerio de Economía y Producción, la división de los gastos anteriormente mencionados es:

A) GASTOS CORRIENTES:

- personal;

- bienes y servicios;

- intereses;

- transferencias.


B) GASTOS DE CAPITAL;

- bienes de capital;

- construcción;

- bienes preexistentes;

- inversión financiera.

Esta división de gastos públicos en corrientes y no corrientes es genérica, dado que en realidad el gasto del presupuesto se desglosa por finalidades según dicho informe de la siguiente manera:

A) ADMINISTRACIÓN GUBERNAMENTAL:

- conducción nacional;

- administración fiscal;

- control fiscal;

- legislación;

- justicia;

- asuntos exteriores;

- culto;

- Apoyo a gobiernos provinciales y municipales;

- Administración general sin discriminar.

B) DEFENSA:

- ejército;

- armada;

- aeronáutica;

- defensa sin discriminar.

C) SEGURIDAD:

- policía interior;

- policía de fronteras;

- policía marítima;

- reclusión y corrección;

- policía aeronáutica;

- seguridad sin discriminar.

D) SALUD:

- atención médica;

- saneamiento ambiental;

- salud sin discriminar.

E) CULTURA Y EDUCACIÓN:

- cultura;

- educación elemental;

- educación media y técnica;

- educación superior y universitaria;

- culto y educación sin discriminar.

F) ECONOMÍA:

- suelo, riego, desagüe y drenaje;

- agricultura, ganadería y recursos naturales renovables;

- energía y combustibles;

- canteras y minas;

- industrias;

- turismo;

- transporte ferroviario;

- transporte vial;

- transporte por agua;

- transporte aéreo;

- comunicaciones;

- comercio y almacenaje;

- seguro y finanzas;

- economía sin discriminar.

G) BIENESTAR SOCIAL:

- seguridad social;

- trabajo;

- vivienda;

- asistencia social;

- deportes y recreación;

- promoción social;

- bienestar social sin discriminar.

H) CIENCIA Y TÉCNICA:

- capacitación y promoción científico-técnico;

- investigación y desarrollo;

- ciencia y técnica sin discriminar.

I) DEUDA PÚBLICA.

Por lo cual, podemos decir que hay muchas variables que incidieron en la evolución del presupuesto público en la década de 1980, y que provocaron un desequilibrio entre gastos e ingresos; más precisamente fueron nueve variables. Pero pese a ello sólo se analizaran las variables que tuvieron mayor auge salvo excepción el gasto de Bienestar Social dado que como se explicará más adelante este gasto fue fundamentado y además porque los planes de reforma de la década del '80 y principios del '90 apuntaron más bien a los gastos de la administración gubernamental, económicos y los relativos a la deuda pública en forma totalmente explícita. Según puede verse en el gráfico B que muestra la evolución del gasto por finalidades desde 1965 a 1992 en porcentajes del PBI, los tres gastos que más evolucionaron fueron: 1º bienestar social, 2º economía y 3º administración general. Los intereses de la deuda se excluyen de esta jerarquía, pero a pesar de ello, a principios de la década del '80 la evolución de los mismos fue tan importante que el gobierno radical empieza a pagar una parte menor que la que corresponde de los intereses dado que se convirtieron en una pesada carga para el presupuesto, hasta tal punto que en 1988 entra en cesación de pagos a los acreedores. Esto refleja la importancia de los intereses de la deuda que recién en la década del '90 se llegará a un acuerdo definitivo con el plan Brady y la Argentina retomará los pagos.

Cabe destacar que el gasto público total como proporción del PBI es un indicador del tamaño del Estado en relación a la economía, que aísla el efecto de las diferentes dimensiones geográficas, demográficas y de desarrollo entre países.

Debido a la evolución de los intereses de la deuda el Estado no podía equilibrar las cuentas fiscales, por esa razón la deuda pública fue una de las principales variables que incidió en el déficit aunque no se vea muy reflejado en dicho gráfico.

Con respecto a los gastos de bienestar social, se tomarán como parámetro a fin de comparar la evolución del gasto de la administración general y de economía.

En síntesis, por las razones anteriormente explicadas y por otras razones que se mencionaran más adelante, las variables a analizar serán:

1º los intereses de la deuda;

2º el gasto gubernamental;

3º el gasto económico.

Los gastos de bienestar social se tomarán como parámetro comparativo.

El análisis de estas variables permitirán entender porque evolucionaba en forma creciente el déficit, lo que provocó que el Estado Nacional ante la necesidad de reducir el gasto drásticamente y aumentar los ingresos a principios de la década de 1990, privatizara las empresas públicas, y entre esas empresas, Ferrocarriles Argentinos y Ferrocarriles Metropolitanos S.A. El análisis de estas variables reflejaran los problemas que tenían los gobiernos para equilibrar las cuentas públicas, y como la falta de planificación a largo plazo, producía que el gasto siempre se eleve.

El Presupuesto Nacional y el Déficit

OBJETO: Los distintos gobiernos argentinos, como se verá más adelante, tuvieron el problema del déficit fiscal, inclusive cuando asumieron los justicialistas en reemplazo de los radicales, el problema persistía, en 1989 el déficit fiscal fue de 15,2% del PBI.


Era necesario solucionar el déficit fiscal dado que esto a su vez traía aparejado otro gran inconveniente: la inflación. Los gobiernos, entre ellos el militar y el radical, recurrieron al emisionismo provocando inflación para recaudar más vía impuesto inflacionario. El gobierno abusaba de la política monetaria expansiva para solventar parte del exceso de gastos.

Hay que aclarar que, a pesar del abuso de la política monetaria expansiva para recaudar más, el déficit persistía, dado que el impuesto inflacionario no era suficiente como para cubrir la enorme brecha que separaba los gastos de los ingresos, aunque no obstante, constituía una fuente importante de ingresos fiscales.

¿Qué hubiese pasado si el gobierno radical hubiese puesto fin a la inflación, el impuesto inflacionario hubiera culminado? ¿Y el déficit fiscal, se hubiera agravado al no contar más el gobierno con la importante fuente de recursos que constituía dicho impuesto?


Demás estar decir, que si se lograba poner un freno a la inflación, a su vez, traería aparejado como efecto secundario el fin del impuesto antes mencionado.

Por su parte, el déficit fiscal se hubiera agravado, es decir, la brecha entre gastos e ingresos se hubiera acentuado, dado que los gastos del Estado eran realmente elevados frente a los escasos recursos, y si una fuente de recursos como lo era el impuesto inflacionario quedaba eliminada, los recursos se hubieran reducido aún más, frente al elevado gasto.

Pero de todas formas, era necesario poner fin a la inflación, dado que constituía el principal problema de la economía argentina. Según una encuesta nacional Socmerc publicada en el diario La Nación el 21 de marzo de 1990 y realizada sobre una muestra de 800 casos y finalizada el 13 de marzo de 1990, los principales problemas del país eran:


- inflación 39%;

- falta de trabajo 19%;

- bajos salarios 9%;

- deuda externa 7%;

- otros 26%.

Por esa razón, en 1991 se implementó el plan de convertibilidad que limitó el papel del Estado en la política monetaria, es decir, en virtud del plan de convertibilidad el gobierno ya no podía emitir en forma descontrolada para tener una mayor recaudación.

¿Qué sucedería entonces con el déficit fiscal?

La convertibilidad o dolarización de la economía traería aparejado otro gran inconveniente, como ya se dijo antes, el fin de la inflación representaba el fin del impuesto inflacionario, entonces, el déficit fiscal se incrementaría.

El gobierno justicialista planeó la gran reforma del sector público empresario, con la finalidad de equilibrar las cuentas públicas y de evitar el abuso de la política monetaria expansiva, por ende, la convertibilidad fundamentaba aún más la necesidad de reducir el gasto y generar nuevas fuentes de ingresos.

Hay que destacar, que existe una estrecha relación entre la convertibilidad y la inflación, dado que el mecanismo de la convertibilidad fue posible porque el Estado:

1. renunció a solventar parte del exceso de los gastos mediante el emisionismo, con la dolarización de la economía la creación de dinero estaría sujeto a variables exógenas (entra o salida de la divisa norteamericana),

2. redujo el gasto en forma radical de dos maneras:

A) logrando la reforma de la administración gubernamental (reducción del gasto de la administración general) y;

B) trasfiriendo las empresas públicas a manos privadas con el fin de lograr la racionalización del servicio (reducción del gasto económico).

3. generó recursos a corto plazo para solventar los gastos de varias maneras:

A) mediante un reforma fiscal;

B) mediante la venta y concesión de las empresas públicas;

C) otras.

Por ende, podemos concluir, que la convertibilidad fue necesaria para poner fin a la inflación y la privatización fue necesaria para equilibrar las cuentas públicas. Para nada podemos decir que la privatización fue consecuencia de la dolarización de la economía, dado que si bien es cierto que con la Ley de Convertibilidad el problema del déficit fiscal se agravaría, pese a ello, el Estado ya tenía el problema del déficit fiscal, inclusive podemos decir que era un problema estructural. Por ende, la privatización se produjo simplemente para equilibrar las cuentas públicas, pero no podemos dejar de lado la convertibilidad, dado que esta variable va a fundamentar aún más la necesidad de reducir el gasto y generar recursos.

¿Qué hubiese pasado, si el gobierno justicialista no hubiese dolarizado la economía? ¿Se hubiera privatizado igualmente?

Como ya se dijo, la privatización no es consecuencia de la dolarización de la economía, sino consecuencia en principio del desequilibrio de las cuentas públicas. Por ende, por mas que el Estado no hubiera puesto fin a la inflación con la convertibilidad, igual se hubiese privatizado dado que el problema del desequilibrio de las cuentas públicas persistía. Y además, la privatización no sólo se debió a estas razones ya explicadas, sino también a la necesidad de mejorar la prestación del servicio para el usuario, como se verá en la segunda parte de este trabajo de investigación, y a otras variables que exceden este análisis, pero no obstante, sería interesante nombrarlas por más que no se analicen. Esas variables son:

1. la necesidad de lograr una mejor asignación de los factores de la producción,

2. la necesidad de descentralizar al Estado, basado en el lema: en un Estado de todos, no todo debe ser del Estado.

3. reducir la deuda pública interna y externa (esto no se dió en el caso de los ferrocarriles),

4. fortalecer el mercado de capitales a partir de la venta de las acciones de las empresas privatizadas y de la instrumentación de los Programas de Propiedad Participada.

5. reducir el costo de los servicios básicos.

Los ferrocarriles no escaparon a estos propósitos dado que mediante su concesión se trato de lograr una mayor eficiencia y eficacia a fin de evitar las enormes pérdidas que producía y que eran solventadas por el Estado; y además representó una fuente de recursos para el Estado dado que percibía y percibe a cambio el canon por la explotación del servicio.

El contrato de concesión modificado y firmado por TBA (líneas General Mitre y General Sarmiento) y el gobierno; en cuanto al canon el mismo dice lo siguiente:

El canon que el Concesionario debe pagar de acuerdo al contrato modificado por la Addenda asciende a la suma de PESOS TREINTA Y CUATRO MILLONES CUATROCIENTOS OCHENTA Y SEIS MIL TRESCIENTOS CINCUENTA Y SIETE CON TREINTA Y CINCO CENTAVOS ($ 34.486.357,35) que será cancelada en CIENTO SETENTA Y TRES (173) cuotas mensuales de PESOS CIENTO NOVENTA Y NUEVE MIL TRESCIENTOS CUARENTA Y TRES CON ONCE CENTAVOS ($ 199.343,11) a partir de enero del año 2005.

EL SETENTA POR CIENTO (70%) del Canon, que representa la suma de PESOS VEINTICUATRO MILLONES CIENTO CUARENTA MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA CON QUINCE CENTAVOS ($24.140.450,15), será destinado a las obras detalladas en el Anexo III de la Addenda, a excepción de las incluidas en el Adjunto 9 de dicho Anexo.

EL TREINTA POR CIENTO (30%) RESTANTE, conforme al Artículo 31 de la Ley N° 23.996 se destinará a la ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL-A.N.S.S.E.S.

Según puede verse en el gráfico A que muestra la evolución del gasto público total desde 1965 a 1992, la tendencia fue creciente y sobre todo entre 1982 y 1987. A partir de 1988 el gasto cae abruptamente debido a que la situación ya era insostenible y a que el Estado prácticamente estaba en bancarrota (en ese año entra en cesación de pagos con los acreedores), pero esto no indica que el déficit haya disminuido notoriamente, como se verá más adelante desde 1987 a 1989 el desequilibrio fiscal se incrementó año a año.

Hay que tener en cuenta, como ya se menciono anteriormente, que la concesión no solo respondió a reducir el déficit contrayendo el gasto y generando ingresos, sino también respondió a mejorar el servicio del transporte ferroviario para los usuarios alentando inversiones que el Estado durante años y debido a la crisis había paralizado. Esto se verá en la segunda parte de esta investigación.

La Reforma Marcha sobre Rieles

Autor:Richard Leonardo Amaro Gómez


En la década del 80 y principios del 90 América Latina transitó por un proceso de profunda y radical transformación que se conoció con el nombre de REFORMA, que estuvo orientada hacia una economía de mercado y a limitar el rol del Estado, dejando de lado las tradicionales políticas proteccionistas.

La República Argentina fue un fiel reflejo de ese proceso de Reforma, a principios de la década del 90 mediante un programa neoliberal se llegó: al plan de convertibilidad, al plan de ajuste fiscal, al plan de privatizaciones, el plan de reforma laboral, el plan de desregulaciones, el plan de apertura comercial y de reforma de la administración pública.

Todos esos planes fueron necesarios para poner fin a la situación económica social que era pésima y marcar una nueva senda de crecimiento sostenido; dado que con el retorno de la democracia de la mano de Raúl Alfonsín, "el gobierno militar dejaba una herencia económica poco menos que catastrófica: el país se hallaba en plena recesión, con una desocupación creciente, una inflación de más del 400%, una deuda externa de casi 45000 millones de dólares (casi el 70% del PBI) y sin reservas internacionales". Pero la herencia económica que luego dejo el gobierno radical no sería más favorable que la que había heredado: inflación, recesión, deterioro de las cuentas fiscales, elevado endeudamiento interno y externo, retroceso de las reservas, la huída de capitales y el tipo de cambio incontrolable. Con este fin se llevó a cabo el proceso de reformas que incluyó a Ferrocarriles Argentinos y a Ferrocarriles Metropolitanos S.A. que se concesionaron principalmente por dos causas:


a) El déficit fiscal; que constituía un problema estructural en la economía argentina, que se había intentado de varias formas eliminarlo pero nunca con resultados satisfactorios. Inclusive, la situación se agravaría aún más porque había que renegociar la deuda y retomar los pagos de la deuda externa. Por lo cual, el gobierno menemista planeaba realizar una reforma estructural, con el fin de reducir el sobredimensionado gasto del Estado y generar nuevos recursos para satisfacer las necesidades de la Nación y renegociar la deuda.

A esta situación se le sumaba otro gran inconveniente en virtud del cual el equilibrio de las cuentas públicas se hizo más imperiosa aún: el fin del impuesto inflacionario.

El desequilibrio fiscal provocaba el principal problema de la economía argentina: la inflación, dado que el Estado recurría al emisionismo para recaudar más vía impuesto inflacionario, y de esa manera reducir el déficit fiscal. Por ende, si el Estado no hubiese recurrido al impuesto inflacionario, el déficit durante las décadas de 1970 y 1980 hubiese sido notablemente superior.


Cuando el gobierno justicialista pensaba en poner fin a la inflación, se pensó en la dolarización de la economía que traería como efecto secundario la eliminación del impuesto inflacionario dado que ya no podría recurrirse al emisionismo para recaudar más vía impuesto inflacionario, esto produciría que el déficit se agravará.

Por ende, el justicialismo realizó una reforma estructural, con la finalidad de solucionar el desequilibrio de las cuentas públicas y renegociar la deuda, por esa razones, se planificó la concesión de los ferrocarriles, dado que transfiriendo la explotación a los particulares no sólo se lograría reducir el gasto sino también se lograría aumentar los ingresos ordinarios para solventar las necesidades de la Nación, dado que los concesionarios debe pagar el canon.

b) La mala calidad del servicio ferroviario. La empresa Ferrocarriles Argentinos prestaba un servicio de pésima calidad y además no se había renovado el parque ferroviario en varias décadas, lo que llevó a que la demanda se contrajera en favor de los automotores, y por ende se redujo la rentabilidad. La falta de inversión e innovación tecnológica era el principal problema de los ferrocarriles. En un reportaje del diario Clarín a Roberto Dromi, principal impulsor del proceso de reforma en los servicios públicos, dijo: (...) el Estado se ha acostumbrado a prestar servicios deficitarios en calidad y tampoco se ha preocupado por el mantenimiento de los bienes afectados a la prestación del servicio. Como ocurre, por ejemplo, con Ferrocarriles Argentinos, que cuenta con bienes virtualmente de archivo Diario Clarín. Domingo 2 de julio de 1989. "Reportaje exclusivo a José Roberto Dromi, futuro ministro de Obras y Servicios Públicos", por Liliana Franco. Suplemento económico, páginas 6 y 7.. Entonces la finalidad de la concesión, no solo apuntaba a reducir el déficit contrayendo el gasto y generando ingresos, sino también respondió a mejorar la eficiencia del transporte ferroviario estimulando la innovación tecnológica mediante el ingreso de capitales y alentando nuevas inversiones que mediante modernas técnicas de administración mejore la calidad de las prestaciones.

Autor:

Contador Público

Licenciado en Administración de Empresas

Richard Leonardo Amaro Gómez

Sistema Financiero

Por el Lic. Aldo Abram, director del Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados de Argentina (CIIMA-ESEADE)


A veces, algunos proyectos legislativos que “suenan” atractivos terminan teniendo un impacto diferente al buscado por los parlamentarios. Por ello, conviene evaluar dos propuestas legislativas que, hoy, se están discutiendo. Una, la que busca obligar a las empresas que tienen más de 300 trabajadores, a repartir parte de sus utilidades entre sus empleados, como base para mejorar la “justicia distributiva”.

Para producir algo se necesita trabajo; pero también otros factores de producción. Por ejemplo, la tierra o el capital físico o monetario, que no es más que el fruto del trabajo que alguien ahorró, o el humano (tiempo y esfuerzo invertido en capacitación) o la tecnología (en cuya gestación intervino el tiempo, el conocimiento y/o el dinero). Todos ellos tienen una remuneración de mercado; pero, hasta acá, no tenemos asegurada ninguna actividad productiva que sea sustentable. Falta alguien, el empresario, que tenga la habilidad de identificar una necesidad de sus prójimos y, organizando los otros factores de producción, la satisfaga a un precio que los demandantes estén dispuestos a pagar, obteniendo, además, una recompensa (ganancia) por su tarea y asumiendo el riesgo de que algún error o contingencia diluya su esfuerzo y dinero invertido.

No cualquiera puede ser un emprendedor; ya que demanda una combinación de visión, capacidad y audacia que es escasa. Por ello, un sistema económico eficiente debe remunerarlos bien, para incentivarlos a satisfacer las necesidades de sus prójimos y, además, crear puestos de trabajo para aquellos que no tienen esa vocación.


Cuando alguien invirtió tiempo, esfuerzo y dinero en gestar una empresa, lo hizo para obtener una ganancia; la cual fue mayor o menor según la habilidad de dicho emprendedor. Ese flujo de rendimientos esperados determina el valor de la compañía. Por lo tanto, si un legislador o funcionario lo obliga a compartir parte de sus beneficios con los trabajadores, le está confiscando un pedazo del valor creado; ya que su precio disminuirá al restarle al flujo de rendimientos esperados lo que, en adelante, se les transferirá a los empleados.

Si los emprendedores, locales o extranjeros, que están ya trabajando en la Argentina y los que están evaluando hacerlo, observan que aquí se les puede sacar parte de lo que les pertenece, asumirán que aumentó el riesgo de poder hacerse del fruto de sus esfuerzos. Por ende, habrá menos inversión, será menor la riqueza a repartir, se crearán menos puestos de trabajo y el nivel de bienestar de todos los argentinos será más bajo. Lo más grave es que no solamente la “torta” será más chica; sino que, para que algunos pocos empresarios se arriesguen a colocar su tiempo y dinero en la Argentina, habrá que tentarlos con una mayor tasa de ganancia o sea con una “porción mayor” de ella. Es decir, a la larga, tendremos una peor distribución del ingreso. Justo lo contrario que quieren obtener quiénes defienden este absurdo proyecto.

Preocupados por la escasez de crédito bancario en la Argentina, otros legisladores han propuesto reformar la Ley que rige al sistema financiero, definiéndolo como servicio público, incrementando la posibilidad de intervención de los gobiernos. Es evidente que tienen un diagnóstico equivocado; ya que para poder dar préstamos, los bancos necesitan captar depósitos.


Lamentablemente, los argentinos no estamos dispuestos a confiar nuestros ahorros a las entidades financieras; ya que a) las bajas tasas de interés respecto a la alta inflación los termina licuando; y b) en el pasado, algunos gobiernos se apropiaron de los ahorros bancarios para financiar gasto público (ej. Plan Bonex´89) o subsidiar a algunos sectores endeudados (ej, quienes debían dólares que fueron “pesificados”, 2002).

Conclusión, en la Argentina nadie quiere poner el fruto de su trabajo al alcance de una nueva confiscación y, como solución, estos legisladores proponen darle al Estado un mayor manejo de los recursos provenientes de los depósitos. Si se sanciona la reforma propuesta, no solamente es esperable que no aumente la predisposición a ahorrar en el sistema financiero local, sino que debería disminuir; por lo que la disponibilidad de crédito bancario será menor.

Los argentinos y nuestros representantes deberíamos dejar de buscar soluciones milagrosas y confiar más en el respeto de los derechos y la consolidación de las instituciones como forma de canalizar el trabajo y la creatividad hacia la construcción de un mayor bienestar general para todos

Crisis Europea

Transcurso de la crisis Europea



Autor: Asier Agorria Guerrero

Desde hace poco menos de dos años la palabra más oída en la Unión Europea es crisis. Después de la “repentina” caída de Grecia saltaron todas las alarmas de la UE. Crearon un fondo de rescate para poder ayudar a nuevos países con problemas financieros en la Unión Europea. Este fondo fue dotado con la cifra de 700.000 millones de euros, de los cuales Irlanda ha solicitado la cifra de 85.000 euros, siendo este País el representante del 1,7% del PIB europeo. Sus repercusiones, ajustes de apenas relevancia: subida de impuestos (entre ellos el del agua e IVA), despido de 25.000 funcionarios, bajada del salario mínimo, recortes sociales, subidas de las tasas universitarias (los estudios Universitarios suben de 500 euros anuales hasta los 2.000)....nada que un irlandés no pueda comprender.

Portugal parece la siguiente, como si el final de una partida de ajedrez se tratara, en el cual está a punto de perder la partida y le limitan la libertad de sus movimientos los mercados. Solo puede esperar el jaque mate. En el momento que intervendrá todas esas famosas siglas que a todos nos suenan, FMI, BCE.... De nuevo, aplicando unas reformas que los portugueses deberán asumir pero, ¿y luego qué?


En el punto de mira esta España, a nosotros no pueden obligarnos a pedir un rescate, simplemente porque nadie sabe cómo rescatarnos. “Somos demasiado grandes para caer”. España representa una gran parte del PIB de Europa, más que Grecia, Portugal y Irlanda juntos. Si encuentran la manera de rescatarnos sin poner en peligro ningún otro país como Alemania, lo harán. Las medidas,una vez más y como no, nada que un buen español no pueda comprender: despidos de funcionarios, subidas de impuestos, recortes sociales, caída del gobierno...

Y luego que, ¿Italia? ¿Cómo hemos llegado a este extremo?

Autor: Asier Agorria Guerrero

27 de Noviembre, 2010

Mujeres Ejecutivas

Condición de la Mujer Ejecutiva en Latinoamérica, un Panorama General



Por: M.A.N. Ana Paola Sánchez Arrioja

D.C.A. Victor Manuel Alvarado Verdin

Antecedentes y contexto de la mujer ejecutiva

En el mundo empresarial de hoy en día no es fácil ni sencillo el explicar lo que hacen los ejecutivos, teniendo en cuenta que no hay dos organizaciones iguales y por lo tanto no hay dos puestos de administración iguales. Si se considera un esquema basado en funciones un ejecutivo es el que realiza actividades o deberes al tiempo que coordina de manera eficaz y eficiente el trabajo de los demás. En la primera parte del siglo XX, el industrial francés, Henry Fayol fue el primero en señalar que los ejecutivos son los responsables de definir las actividades y tareas para alcanzar las metas y objetivos de la organización; en otras palabras los ejecutivos definen las metas, fijan las estrategias para alcanzarlas, trazan los planes, coordinan las actividades teniendo siempre en claro lo que debe de hacerse, quién debe hacerlo, cómo se deben de agrupar y disponer los recursos, quién rinde cuentas a quién y dónde y cuándo se deben de tomar las decisiones, (Robbins y Couter, 2005, p.9) .De la exposición anterior se deduce que el trabajo del ejecutivo es amplio y complejo por lo que es difícil definir qué es un ejecutivo, pero teniendo en cuenta las funciones y responsabilidades descritas “ejecutivo” se puede definir como,


La persona, profesionista, contratada de ex profeso por una organización para la gestión y dirección administrativa de la organización o parte de ella haciéndose responsable de la directriz de la misma a través de la aplicación inteligente y racional de la autoridad y del poder, (Basado en AMME; Web)

El mundo actual de los negocios ha propuesto importantes retos a las empresas, sin importar su giro y tamaño, dentro de las cuales se puede precisar la necesidad de contar con equipos de ejecutivos con las capacidades para entender las condiciones de los entornos general y de tarea a efecto de precisar los planes estratégicos y de acción para el cumplimiento de los objetivos empresariales, procurando que éstos sean compatibles con las creencias y valores de la sociedad de los mercados donde operan. En otras palabras, la globalización exige ejecutivos con perfiles similares a los clientes –tanto internos como externos- con la intención de que éstos sepan “leer” mejor las necesidades procediendo a adecuar el estilo operativo de las empresas en búsqueda de una mayor eficiencia y eficacia (Ambronsini, Web).

Debe reconocerse que los ejecutivos realizan aportaciones de orden técnico, de gestión, así como de personalidad y visión particular sobre el manejo de las empresas, por lo que las contribuciones que cada ejecutivo puede ofrecer generan una amplia diversidad de opiniones dependiendo si se trata de un hombre o de una mujer.


En la actualidad, las empresas reconocen que el no integrar a la mujer en puestos ejecutivos es fomentar una ceguera operativa, ya que la mujer aporta diferencias importantes a la gestión empresarial empezando por una actitud de escucha que conlleva a la reflexión de las situaciones a efecto de tomar conciencia sobre las ventajas y los riesgos, pero con la determinación de que se hagan las cosas; lo anterior obedece a que la mujer ejecutiva ha demostrado poseer cualidades distintivas tales como (Ambronsini, Web):

- Permeabilidad a los climas emocionales

- Facilidad para el manejo de los conflictos

- Comunicación

- Ubicarse en la horizontalidad funcional

- Trabajar en redes

- Pensar en el desarrollo de las personas y sus necesidades humanas

- Complementariedad

- Compasión

- Cuidado del planeta

- Compromiso y responsabilidad

Donde estas cualidades le facilitan el desarrollo y aplicación conciente de habilidades directivas en cuanto a (Ambronsini, Web):

- Planear fijando las metas de grupo e individuos

- Motivar a los subordinados en el desarrollo de sus tareas

- Comunicar de manera clara los requerimientos y compromisos, así como con fines de socialización

- Gestionar el tiempo tanto para el desarrollo de las tareas como de los subordinados

En otras palabras, la mujer ejecutiva ha demostrado acercar el futuro a un presente inmediato con estrategias definidas para hacer compatibles las metas de los subordinados con las metas y objetivos de la organización (Goodstein, 2004, pp. 85-92). Por tal motivo, en la actualidad, se puede considerar un desafío ser ejecutivo siendo mujer.

En opinión de Griselda Martínez (2003) la perspectiva actual de la competencia empresarial ha generado una deshumanización en cuanto a los sacrificios y exigencias al recurso humano y debido a ello quien mejor que una mujer para generar un horizonte de soluciones para la concreción de resultados diferentes, basados en la inclusión de las personas que conforman el sistema empresarial, como seres humanos imprescindibles para el crecimiento y sostén de la organización. Lo anterior infiere que las mujeres ejecutivas desarrollan un estilo de dirección propio que solo toman lo necesario de sus pares masculinos.

De hecho, el estilo de dirección femenino ha contribuido al desarrollo de habilidades directivas para la creación de entornos de trabajo en los que la información se comparte para generar consenso, colaborativo y colegiado, en cuanto a la toma de decisiones, en otras palabras, las mujeres desarrollan equipos de trabajo bajo un liderazgo que promueve la inclusión y la conciliación, más que una gestión directiva, autónoma y controladora.

Debe reconocerse que la integración de los cuerpos ejecutivos con hombres y mujeres ofrece a las empresas la oportunidad de comprender mejor el entorno en el que se desarrollan las habilidades directivas, procurando un equilibrio bajo consenso en los procesos de toma de decisiones.

Problemas y condiciones que enfrenta la mujer para desarrollarse como ejecutivo

La participación de la mujer en puestos ejecutivos está condicionada a las costumbres y valores sociales, a las políticas de empleo de las organizaciones en cuanto a los roles y tareas transferidas en los últimos tiempos al género femenino, así como a las oportunidades que el propio mercado laboral pueda otorgar en cuanto a la adaptación de las condiciones laborales a las necesidades propias de las mujeres.

Durante los años 80 la participación y desarrollo de las mujeres como ejecutivas se ubicó en empresas de manufactura, bancos y empresas de servicios, siendo los servicios financieros, de seguros, bancarios e hipotecarios (Diversity in executive networks: a national study of women's representation in private sector economic development, Web).

Bajo las circunstancias actuales, la identidad laboral de las mujeres como ejecutivas se ha aproximado a la de los hombres considerando que han aprendido a explotar o desarrollar aquellas habilidades directivas que les permita competir laboralmente, porque de hecho las mujeres ejecutivas de hoy son nuevos sujetos sociales con rasgos de liderazgo específicos que encuentran su significado a través de la particularidad de su trabajo, su desarrollo profesional y su vida familiar. Por lo tanto, ha de reconocerse el efecto cultural que se provoca en la sociedad cuando la mujer se incorpora al mercado de trabajo al propiciar la gestación de una nueva relación entre el hombre y la mujer y, finalmente, que la mujer acceda a puestos de alta jerarquía en todos los ámbitos sociales.

De ser así, debe reconocerse cómo las mujeres que desempeñan actividades donde se ejerce la función de dirección con autoridad y poder van conformando estilos de gestión y liderazgo propios, donde muchas de ellas para mostrarse competitivas en el entorno social y el mercado laboral deciden complementar su perfil a través de estudios de posgrado teniendo en cuenta que la mujer ejecutiva está conciente del nivel que guardan sus capacidades de gestión y dirección por lo que busca el aval de las mismas a través del consenso académico que manifieste su evolución y consolidación como una persona capaz de aplicar sus conocimientos y habilidades para transformar y alinear los intereses individualistas en un interés colectivo a favor de las metas y objetivos empresariales.

Sobre esto último Cárdenas de Santamaría (2007) describe que el trabajo y esfuerzo realizado por las mujeres que desarrollan estudios de posgrado o de actualización tienen el propósito de enfatizar el cómo asumen su vida a partir de la conciencia de ser mujeres en posiciones de dirección y del cómo tienen que evolucionar en cuanto a sus formas de pensar, sentir y hacer, de manera que definan en qué tienen que cambiar para poder desarrollarse como personas y profesionistas.

La mujer ejecutiva que estudia parte del punto de dónde esta en su vida presente, así como el de tomar conciencia del conocimiento requerido para el desarrollo de su trabajo, su vida profesional y personal, reflexionado en todo aquello que le pueda generar satisfacción en el trabajo, pero teniendo conciencia sobre el precio que su desarrollo le puede exigir en el hogar, como amiga, colega, como esposa y como madre; en otras palabras es una condición complicada donde las barreras pueden generar insatisfacción y alta frustración.

Adicionalmente, durante el desempeño laboral las ejecutivas pueden afrontar problemas en cuanto a la concepción y aplicación de las habilidades directivas, los cuales se muestran como los aspectos laborales que impactan dentro de las dimensiones psicológicas, psicosociales o ambientales determinantes de su satisfacción laboral.

En otras palabras, pese al nivel de participación actual de las mujeres ejecutivas dentro de las organizaciones, muchos de los trabajos desempeñados no cubren sus expectativas, ya que no les reconocen sus logros o trabajan bajo condiciones de inequidad, y en muchos casos sin el apoyo para cubrir sus necesidades personales y familiares con oportunidad, lo que les impide sentirse satisfechas en sus empleos ; de hecho algunos autores, como Baron y Byrne (2005), así como Farfán (2006), dan cuenta de aquellos factores propios de la mujer (denominados internos) que limitan su progreso como lo pueden ser,

a)El impacto de su carrera dentro de su vida familiar,

b)El conflicto de roles entre los géneros,

c)La falta de modelos a seguir dentro de las relación género-profesión,

d)La desmotivación debido a la discriminación corporativa, así como

e)Las desigualdades de oportunidad.

Debe reconocerse que las condiciones laborales varían según el grupo ocupacional al que pertenecen las mujeres, donde estas condiciones pueden mostrar diferentes grados de limitantes para su desarrollo, de segregación ocupacional, tanto horizontal como vertical, lo que origina desigualdad de oportunidades y diferenciación salarial.

Asimismo, Baron y Byrne (2005), Sarrió, Ramos y Candela (2002, pp. 167-182) Halpern (2005;pp. 397-409), así como el Instituto Nacional de la mujer (2006, Web) y el Instituto Nacional de las mujeres (2004, Web), exponen que así como existen los factores internos también existen los factores externos (ubicados en el entorno laboral) que dificultan el acceso a mujeres a puestos directivos o que generan obstáculos a su desempeño laboral y que son también determinantes de su satisfacción laboral, pudiendo citar los siguientes,

a)Estereotipos de género

b)Segregación del mercado de trabajo

c)Discriminación laboral de las mujeres

d)Acoso psicológico en el trabajo

e)Menores oportunidades de desarrollo de carrera en la organización

f)La ausencia de una política laboral consolidada que favorezca la conciliación de la vida laboral y familiar.

g)Baja autoeficacia en cuestiones tradicionalmente masculinas

h)Formación en áreas tradicionalmente femeninas

Podría pensarse que en las sociedades industrializadas, las circunstancias objetivas para la inserción de la mujer en el medio laboral han sido cada vez mejores, pese a los factores que se manifiestan en el turbulento medio organizacional, que amenazan precisamente los lugares de trabajo ocupados por ellas.

Participación de la mujer como ejecutivo en el mundo.

Son diversos los estudios y opiniones alrededor del mundo que dan cuenta de los impedimentos para que las mujeres alcancen cargos directivos pese a tener la preparación y el temple para desarrollar la gestión y dirección administrativa tanto en organizaciones públicas como privadas.

En acuerdo a María Laura Lorenzo (2010, Web) un ejecutivo son aquellos individuos que toman decisiones sobre la ubicación y los usos de los recursos humanos, físicos y financieros de una organización, pero que en el caso de la mujeres existe un techo de cristal que les impide su inserción en cargos directivos. Pese a que las mujeres participan cada vez más de la población económicamente activa los puestos de dirección les están en gran medida vedados. Éste no es un fenómeno propio de México ni tercermundista, o por motivos de exclusión religiosa, sino también existe en los llamados países del primer mundo de hecho considérense los resultados del Estudio sobre las Habilidades Directivas de la Mujer (patrocinada por el Fondo Económico Europeo en el 2005) los cuales dan cuenta que la participación de la mujer en puestos ejecutivos se ve limitada debido a dos razones principales:

1) Los valores sociales y la cultura del mercado laboral que restringe y cuestiona su participación y capacidad, así como a sus habilidades directivas; o sea, se ofrecen juicios que cuestionan su capacidad para generar resultados (concepto de auto-eficacia). Considerando que tanto la autoeficacia como las habilidades directivas se complementan para generar un funcionamiento directivo eficaz.

2) Las limitaciones que las mujeres se generan per se como reacción ante las condiciones y restricciones laborales, así como las presiones para cumplir con sus roles tradicionales con la familia y la pareja. Lo anterior puede generarle juicios sobre el propio valor personal los cuales le pueden afectar su auto-estima. Cabe decir que la creencia firme en uno mismo no conduce necesariamente al éxito, sin embargo, la falta de fe en uno mismo sí conlleva con bastante posibilidad al fracaso (concepto de auto-afirmación/ auto-decepción).

En complemento a lo anterior en el mismo año se celebró en la ciudad de México el congreso Global Summit of Women (GSW) reuniendo a las principales asociaciones de mujeres ejecutivas tanto internacionales como nacionales por citar: la National Association for Female Executives (NAFE); la Organización Internacional del Trabajo (OIT); y la Asociación Mexicana de Mujeres Ejecutivas (AMME); así como importantes investigadoras sobre el tema de las mujeres ejecutivas como lo son las investigadoras de la UNAM Gina Zabludovsky y Julia Chavez Carapia.

Las conclusiones de este encuentro se integraron junto con otros tantos estudios y fueron dadas a conocer por la NAFE y la Globe Women Association (GSW) en el 2008 haciendo énfasis en la situación problemática que sufre la mujer para alcanzar y ejercer puestos directivos en Latinoamérica. Dentro de las conclusiones más destacadas, para el periodo 2005-2008, se exponen las siguientes:

Las empresas latinoamericanas se encuentran a la zaga en la promoción de mujeres a puestos ejecutivos, en acuerdo al informe presentado por la Latin Trade y la consultora McKinsey solo el 5.1% de las empresas catalogadas en América latina cuentan con mujeres en las juntas directivas a comparación del 10.4 % reportado ese mismo año por Fortune.

Se puso de manifiesto la discriminación a la mujer durante los procesos de reclutamiento de ejecutivos. Se destacaron los casos de Argentina y México citando que ninguna de las cinco empresas argentinas más importantes contaba con una mujer en puestos ejecutivos y en el caso mexicano 24 de las empresas mexicanas más importantes no contaban con mujeres ejecutivas; sin embargo, puede apuntarse que en ese momento en FEMSA 3 de cada 19 puestos de administración y dirección empresarial eran ocupadas por mujeres, mientras que en BIMBO 2 de 17; dando de manera global que en México 28 de los 360 puestos registrados eran ocupados por mujeres.

El caso brasileño fue la excepción ya que 11 de las 16 empresas más importantes cuentan con mujeres en cargos de administración y dirección.

En tiempos más recientes los reportes 2010 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señalan que la situación no ha mejorado significativamente, ya que el porcentaje de mujeres en posiciones ejecutivas, a nivel mundial, es de sólo el 16,5%. A su vez, dentro de la categoría de ejecutivos, se repiten las discriminaciones. Un claro ejemplo de ello son los Estados Unidos, donde hay un 39% de mujeres ejecutivas pero sólo el 3% ocupa posiciones en los máximos niveles de decisión (top management) o llegan a Chief Executive Officer (CEO). En la Argentina, según algunas cifras aportadas por consultoras de personal, sólo un 3 o 4% de los cargos directivos se encuentran ocupados por mujeres (Lorenzo, Web).

Esta discriminación también se refleja en las remuneraciones y posiciones. En un reciente estudio sobre un millar de ejecutivos y ejecutivas de 500 empresas de Estados Unidos realizado por la revista Fortune se comprobó que, a paridad de educación, las mujeres siempre ganaban menos y que estaban “sobrepresentadas” en posiciones gerenciales. Eso significa que, a pesar de estar profesionalmente capacitadas, su participación no se refleja en los puestos de decisión, sino que ocupan los que exigen un rendimiento mucho menor (Lorenzo, Web))

Las fuentes de información ofrecen amplios argumentos que pueden dar origen discusiones por tema específico, sin embargo es un hecho que instituciones, consultores y académicos aún se encuentran identificando las causas de la falta de participación de la mujer en puestos de administración y dirección dentro de las organizaciones, aunque coinciden que una de las principales condiciones del impedimento es la prevalencia del estereotipo del ejecutivo masculino significado por características tales como competitividad y capacidad de decisión en lugar de incorporar las habilidades habitualmente catalogadas como femeninas, como la empatía y la comunicación. Lo anterior da origen al denominado “techo de cristal extra-grueso”.

Participación de la mujer como ejecutivo en México.

En términos generales se puede señalar que la incorporación de las mujeres a puestos ejecutivos en México no ha cambiado en mucho con respecto al reporte de la NAFE y la GWA (2005), ya que de acuerdo con los datos aportados por el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE-Economista, 2010), actualmente el 17% del Producto Interno Bruto (PIB) del país se encuentra en manos de mujeres ejecutivas, además, en lo que respecta a la iniciativa privada, las mujeres ocupan dos de cada 10 puestos de alta dirección.

Lo anterior, de manera ponderada, refiere que el 31% de las empresas tiene a una mujer en su dirección, el 7% cuenta con dos y 15% tiene entre sus altos mandos a tres o más personas del sexo femenino; lo que en proporción directa expone que el 52% de las empresas cuenta alguna mujer en puestos de administración y dirección (IPADE-Economista; 2010).

Esta situación se explica debido a los costos que les implica a las empresas el contar con mujeres en cargos de alta dirección en atención al tiempo que se puede invertir para cumplir con el denominado “Home-Office”, lo que compromete a las organizaciones el contemplar el “flextime” para que las mujeres en puestos de responsabilidad cumplan con sus deberes para con la familia, donde adicionalmente se debe de contemplar los costos por compromisos matrimoniales y la maternidad.

De hecho Margarita Chico (citada por IPADE-Economista, 2010) señala que la mujer ejecutiva mexicana es de las menos beneficiadas en cuanto al número de días que tienen para cumplir con sus necesidades “out office” con respecto a sus similares de Chile y Brasil; sin embargo, manifiesta que ha sido posible, en los menos casos, establecer esquemas adecuados de “flextime” e incluso combinarlo con un tiempo de trabajo en la oficina y otro desde el hogar.

Las organizaciones mexicanas, en los últimos años, reconocen que las mujeres que ocupan puestos ejecutivos cuentan con un talento catalogado de indispensable para la administración y dirección por lo que han procurado generar adaptaciones en el mercado laboral para reclutar más mujeres en atención a los resultados que puedan generar. Sin embargo, la NAFE opina que la participación de la mujer en puestos importantes dentro de las organizaciones mejora muy lentamente, que es necesario despertar el interés para acelerar los procesos de integración, ya que de continuar con las tasas de integración actuales llevará 50 años para igualar el número de mujeres ejecutivas con el de varones.

Referencias.

Ambronsini, Silvina, La Mujer Ejecutiva Aporta Hoy un Liderazgo Complementario y Necesario, Recuperado de: http://www.m-sb.com/files/Site/Articles/SA1.PDF; Mayo 8 del 2009

Asociación Mexicana de Mujeres Ejecutivas (AMME), Recuperado de: http://www. amme. org.mx/ Julio 30 del 2010.

Baron, R.A. y Byrne, D., Prejuicio: Causas, Efectos y Formas de Contrarrestarlo, citado por: Baron, R.A. Baron y D. Byrne (2005.). Psicología Social. Madrid: Prentice Hall.

Cárdenas de Santamaría, María Consuelo (2007). Mal de muchas, consuelo de ninguna. Revista Latinoamericana de Administración, 38, 27-44

Chávez, Carapia Julia (2009). Situación de la Mujer en México. Conferencia, Instituto de Estudios Superiores en Administración Pública, A.C., México

Diversity in Executive Networks: A National Study of Women's Representation in Private Sector Economic Development, Recuperado de: www.entrepreneur.com/tradejournals/article/17536683.html; Septiembre 14 del 2009.

Estudio sobre las Habilidades Directivas de la Mujer patrocinada por el Fondo Económico Europeo en el 2005

Farfán, García Ma. del Carmen Consuelo (2006). Construcción, Validez y Confiabilidad de un Instrumento para Medir la Satisfacción Laboral en las Mujeres. (Tesis Doctoral). Universidad Iberoamericana, México.

Goodstein, Leonard. (2004). Planeación Estratégica Aplicada. México: Mc.Graw Hill.

Halpern, D.F. (2005). Psychology in the Intersection of Work and Family. American Psychologist, 60, 5

Instituto de la Mujer (2006). Distintas Estadísticas correspondientes al Primer Trimestre de 2006, extraídas de: Mujer en Cifras; Septiembre 14 del 2009.

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Reservas del Banco Central

LA CONFUSIÓN PRESIDENCIAL


"La primera economía del mundo acaba de transferir a su propio gobierno 600 mil millones de dólares. ¿Qué dicen ahora los loros que siempre repiten recetas?" Cristina F. de Kirchner en Berazategui 4/11/10

Empezaremos estas líneas haciendo mención al hecho de que tenemos bien en claro lo que es un discurso de barricada. Conocemos de sobra el estilo de la presidenta de la Nación y también el de su difunto esposo. Sabemos muy bien que para el público que asiste a los actos en los que se reparte algún tipo de beneficio va allí para aplaudir y vitorear. Todo esto es archiconocido no sólo por nosotros, sino también por la inmensa mayoría de quienes nos leen.

Pero no podemos dejar de desmenuzar algunos párrafos de la señora presidenta en su discurso de celebración del cincuentenario de la fundación de Berazategui, provincia de Buenos Aires.


El párrafo con el que comenzamos este comentario encierra unas cuantas falacias, pese a su brevedad. Y ello sin dejar de considerar una vez más el insulto innecesario, insulto que dio motivo a que alguien del público gritara “gorilas”, a lo que la presidenta respondió algo así como que los chimpancés son más simpáticos, aunque los loros también...pero repiten sin saber lo que dicen.

Obviamente la alusión vino a cuento de lo ocurrido a fines del año pasado con respecto al decreto de necesidad y urgencia para el uso de reservas del Banco Central, hecho que todos recordamos y que motivó el ilegal pedido de renuncia del presidente de dicha entidad. Como alusión es impactante por lo ofensiva, pero vacía de contenido se la trasladamos al plano técnico, legal e incluso discursivo.

De movida nomás hay que decir que la Reserva Federal de los EEUU no transfirió 600.000 millones de dólares al gobierno de ese país, sino que anunció un plan para transferir de manera progresiva y a lo largo de varios meses una suma de dinero que podría llegar a alcanzar esa cifra. El objetivo de dicha medida es la compra de bonos del tesoro y títulos de deuda en poder de entidades financieras con el objeto de aumentar la liquidez e intentar favorecer la inversión debido al bajo costo del dinero. Objetivo que se lograría entre otras cosas porque semejante inyección provocaría una baja en el valor de dólar con relación a las demás monedas.


Debemos resumir entonces lo ocurrido entre nosotros, y especialmente los motivos, porque he aquí el quid de la cuestión.

El Poder Ejecutivo dictó un DNU solicitando las reservas del Banco Central por un monto cercano a los 7.000 millones de dólares para hacer frente a pagos de la deuda externa. Tal DNU fue firmado y publicado apenas 3 o 4 días después de finalizar el período ordinario de sesiones del Congreso y sin que la presidenta de la Nación convocara a Sesiones Extraordinarias. Además, el grueso de los vencimientos de la deuda se producirían en el mes de agosto, por lo cual resultaba cuando menos extemporánea la premura.

Todo lo que ocurrió después está muy fresco en la memoria de todos nosotros, pero es interesante destacar por qué motivo la mayoría de los profesionales de la economía se oponían, en términos técnicos(es decir, más allá de la legalidad de un DNU dictado en esas condiciones), a semejante medida.

El argumento básico era que la utilización de reservas disminuye el activo del Banco Central, que es primordial para conservar el valor de la moneda. A su vez, la conservación del valor de la moneda, es una de las razones de ser del Banco Central, según la propia Carta Orgánica.

El argumento esgrimido por el oficialismo, en lo que se refiere exclusivamente al uso de reservas y dejando de lado el resto del aspecto legal, es que el uso de las mismas que hace que la Argentina sirve para cumplir sus compromisos sin tener que endeudarse a tasas elevadas, mientras que si no se utilizan se quedan allí percibiendo un mínimo interés por su colocación.

Hay que decir que el grueso de las reservas del Banco Central provienen de la balanza comercial favorable al país, es decir del hecho de que se exporta más de lo que se importa. Y como los exportadores tienen la obligación de vender las divisas el Banco Central las adquiere. Cómo las adquiere: en un altísimo porcentaje mediante la emisión de moneda. Posteriormente, como tal emisión genera evidentes impulsos inflacionarios, el propio Banco neutraliza el efecto emitiendo títulos de deuda (Lebacs, Nobacs) con los que retira de circulación esos pesos emitidos para comprar las divisas, y comprometiéndose al pago de una tasa de interés que, según las épocas y plazos, puede llegar a superar el 15% en dólares.

En otras palabras, no es que se cancela deuda mediante divisas propias, sino que tales divisas no son propias, sino “prestadas”, y la contraprestación son los títulos de deuda mencionados o los billetes circulantes. Al momento de escribir éstas líneas, el monto de Lebacs en circulación asciende a $ 56.477,12 millones de pesos, y de Nobacs $ 16.256,34 millones. Esto es: alrededor de 18.740 millones de dólares. Los pesos emitidos siempre son pasivo para el Banco Central, cuando se retiran de circulación mediante la emisión de bonos, se convierten en pasivo remunerado.

De principios de este año hasta ahora, el valor de la moneda cayó casi un 25%. Y si consideramos la canasta básica alimentaria, tal pérdida llega al 40% en apenas 10 meses según cálculos que consideramos serios.

Y justamente eso es lo que decían los “loros” que ocurriría. Empezando por el mismísimo Martín Redrado, que se cansó de repetir este concepto. No importa tanto acá si Redrado o cualquiera otro resulte simpático o sincero o mejor o peor técnico o lo que sea. Sí importa decir que el argumento en este caso es irrefutable: si nos quedamos sin el activo que sostiene los pesos, estos pierden su valor. Y el tema del excedente de divisas por sobre el circulante, es un sofisma porque la verdad es que siempre existe una explicación lógica para su existencia. Porque no es posible que Banco Central tenga dólares sin haberlos adquirido.

Ahora bien, el gobierno norteamericano tiene como uno de los objetivos por los cuales decide emitir moneda, justamente la pérdida de valor de la misma, para poder resultar competitivo en el mundo y mejorar su situación económica. Pero el gobierno argentino no tiene ese objetivo, y no lo tenía cuando decidió apropiarse de las reservas y destinarlas al pago de la deuda.

Por lo tanto no se trata de que los economistas repiten como “loros” semejante cosa sin saber lo que dicen, sino que semejante cosa es cierta.

Dejando de lado, insistimos, el tono agresivo e insultador utilizado por la presidenta, lo cierto es que acaba de incurrir en un nuevo sofisma, posiblemente como producto de su ignorancia sobre el tema. Ella no es economista, como no lo era su marido. Y hace apenas unos días la señora dijo públicamente que menos mal que ella y su esposo no habían dejado la economía en manos de los economistas, que es más o menos como decir que menos mal que no dejamos la cirugía en manos de los cirujanos. Hay comentarios que definen por sí solos el grado de seguridad jurídica que puede llegar a existir en la Argentina, entre tantas otras cosas.

La presidenta no muestra su mejor perfil al insultar a quienes no coinciden con su modo de ver, sino que además una profesional del asunto, y por lo tanto puede fallar, como decía Tusam. Y falló. Y confundió aserrín con pan rallado, recordando a un viejo profesor de matemática que teníamos en el secundario.

La economía está definida como una ciencia social, es decir que no es considerada una ciencia exacta. Y por lo tanto está sujeta al imponderable comportamiento humano. Cualquier pronóstico puede resultar equivocado si en el medio ocurre un atentado como el de las Torres Gemelas, por citar un ejemplo. Pero hay algo en lo que seguramente jamás fallará: la inflación es un fenómeno monetario, solamente existe cuando existe moneda de cambio. Es imposible que haya inflación en una economía de trueque. El manejo del valor de la moneda es siempre responsabilidad del poder político, porque es quien tiene el monopolio de la emisión. Y por lo tanto si en la Argentina tenemos inflación es por culpa del manejo monetario, en el que tiene gran injerencia el Banco Central de la República Argentina, sea quien fuere su presidente.

Nos quedamos entonces con una explicación que no es tal: los economistas no sirven para nada y repiten como loros. Y con una verdad de Perogrullo: la moneda se desvaloriza cuando se la emite sin respaldo. Acá y en los EEUU. La diferencia es que ellos la emiten con ese fin. Y nosotros no.

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 5 de noviembre de 2010

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