Blogs

Economia Argentina - Tipo de Cambio

ECONOMÍA: IMPROVISACIÓN Y BARBARIE


Las abrumadoras novedades que va conociendo la población por estas horas en materia de política económica, muestran a las claras que no todo venía marchando sobre ruedas como solían manifestar, corrientemente, diversos representantes del oficialismo.

A las medidas represivas y persecutorias adoptadas en materia cambiaria, rápidamente le siguieron los burdos intentos para frenar importaciones de los últimos días, con exigencias claramente incumplibles que en parte debieron ser anuladas por la reacción de los operadores, impedidos como se encontraron, de la noche a la mañana, de cumplir con sus compromisos.


El mercado exportador se ha encontrado también envuelto en reclamos de todo tipo para que proceda a ingresar y liquidar divisas. Las petroleras y la mineras, como se sabe, ya no podrán dejar parte de los ingresos de sus operaciones en el exterior como se había fijado durante el gobierno de Néstor Kirchner. Ahora están obligadas a traer al país el producido de todas sus ventas al exterior.

Tenemos información de que la AFIP ha iniciado procesos de inspección a quienes han solicitado la compra de dólares y no contaban con la “validación” correspondiente, aún teniendo sus cuentas en orden. Ello aparte de haber negado en primera instancia la posibilidad de adquirir la moneda extranjera. Es decir que el contribuyente deberá esperar que la AFIP se expida, por así decirlo. Un procedimiento absolutamente anómalo y contrario a derecho. Pero absolutamente posible en la Argentina que nos toca vivir políticamente hoy por hoy.

La línea ideológica que se observa es siempre la misma: intervencionismo, arbitrariedad y negación de la realidad económica.


Todo el mundo sabe que el INDEC es un organismo absolutamente devaluado desde la intervención política a comienzos de 2007. Pero todo parece indicar que los gobernantes sí creen los datos que surgen de este organismo. Así las cosas, mientras la tasa de inflación, los indicadores de crecimiento o los índices de pobreza van por un lado, las políticas “activas” de un gobierno volcado a pleno al voluntarismo más autoritario, van por otro. Pero nada es nuevo, incluso dentro del régimen kirchnerista.

En efecto, ya durante el gobierno de Néstor Kirchner el Dr. Lavagna hacía referencia a premios y castigos en materia de derechos de exportación a quienes hicieran “buena letra” con los precios locales. Luego de la salida del poderoso ministro, se produjeron las increíbles prohibiciones de exportaciones cárnicas y trigueras mediante “resoluciones” ministeriales. Lo dicho: arbitrariedad, autoritarismo y voluntarismo. Desde las usinas del Poder se habla, y se habla, de “disciplinar los mercados”. Más claro agua.

Es obvio que si se incrementa la salida de capitales (que lleva más de cuatro años, dicho sea de paso) por algo es que lo hace. Es natural que si la gente se vuelca a comprar más dólares, también es por algo que ello ocurre. A su vez hay motivos para que suban las tasas de interés, que más que se duplicaron el pocos días. La autoridades contestan a estos problemas con medidas prohibitivas, restrictivas, disciplinarias.

La rusticidad es un elemento distintivo del autoritarismo, y por ende lo es también dentro del “modelo” económico reinante. No ha servido de mucho comprobar el desastre al que llevaron las mismas políticas en materia de carne vacuna, como podemos comprobar actualmente cada vez que concurrimos a la carnicería o al supermercado. Tampoco ha sido suficiente corroborar que algo parecido está ocurriendo con el trigo, que cada vez se utiliza más para alimentar hacienda en feedlots porque no es posible venderlo y mucho menos exportarlo.

La exigencia a los bancos para que las tasas de interés no superen el 20% es al mismo tiempo un dato autoritario y ridículo. El costo del dinero no se determina es el que el mercado paga. Lo mismo ocurre con el precio de todos los bienes y servicios. Los topes y los congelamientos conducen a los resultados de sobra conocidos: precios por las nubes, mercados negros, hiperinflaciones.

Ahora bien, hablamos de autoritarismo porque ello es evidente. Pero no dejamos de preguntarnos por qué no se designa gente idónea para el manejo de la economía. No tenemos una respuesta, excepto que al parecer a la presidenta le gusta que las cosas sean de este modo.

Es evidente que en las últimas medidas ha privado no solamente el autoritarismo y su correlato la rusticidad, sino que también se ha colado la improvisación. El carro se ha puesto delante de los caballos, claramente.

La destrucción del mercado cárnico ha sido el producto de pretender sostener precios bajos prohibiendo exportaciones. Y lo mismo ha estado ocurriendo en materia energética o en la comercialización del trigo.

La realidad económica, y en términos mucho más generales, la realidad; indican que las prohibiciones y los miedos no hacen sino ratificar que existen problemas. Lo mismo que los controles de precios (que también son prohibiciones) o los cierres de importaciones (que también lo son) y así en cada sector y rubro. Las gentes en general no comen vidrio y difícilmente se queden tranquilas esperando que las prohibiciones dejen de existir por haberse convertido en abstracciones. Y en nuestra opinión eso está ocurriendo ahora.

Quien hoy por hoy se ve en la necesidad de hacer operaciones en pesos porque no puede hacerlas en dólares, difícilmente tome como precio el del dólar controlado por el gobierno. Buscará un precio de referencia libre. Y si éste no existiere porque la represión oficial impide que se lleven a cabo operaciones; la cuestión pasará a medirse en términos comparativos con referencia a valores libres, como pueden ser los bienes o títulos cuyos mercados funcionan bajo la ley de la oferta y la demanda. Y tales mercados tomarán en cuenta la devaluación teórica de la moneda en un mercado libre, por ejemplo en Uruguay. Pretender que esto no ocurra será imposible, como lo es disimular el verdadero índice de inflación en la carrera de los precios y los salarios.

Está demasiado claro que ni la improvisación ni la barbarie (que no otra cosa es la rusticidad que se aplica) no podrán llegar muy lejos. Lamentablemente.

Sería bueno intentar no perder esta oportunidad para hacer las cosas razonablemente bien. Pero sinceramente no podemos esperar que ello vaya a ocurrir. Ojalá estemos equivocados.

ESTUDIO

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 20 de noviembre de 2011

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Economia Argentina y Moneda Extranjera

ACTUALIDAD ECONÓMICA: REFLEXIONES EN LA COYUNTURA


“No confundir aserrín con pan rallado” Proverbio español

Como es sabido, nuestro país ha venido creciendo a elevadas tasas a lo largo de varios años luego de la penosa experiencia de fines de 2001. Las razones de ese crecimiento hay que buscarlas fundamentalmente en dos aspectos. El primero es lo mucho que había caído la economía durante la crisis a comienzos de 2002. Lo segundo es la impresionante suba en los valores de las materias primas.


Los elementos concomitantes han sido la enorme quita que se logró en la renegociación de la deuda externa, la impresionante devaluación del peso argentino (cuya convertibilidad fue desconocida por el Estado) y la paralela sobrevaluación de la moneda extranjera. A ello se le suma la denominada “pesificación asimétrica” que implicó un importantísimo traslado patrimonial de parte de los acreedores a los deudores en general.

Factores tales como los altos precios internacionales y la subvaluación del peso hicieron posible la aplicación de importantes impuestos a las exportaciones que generaron la idea de que en nuestro país existía un genuino superávit fiscal.

Al mismo tiempo, las autoridades fueron aumentando el intervencionismo. A veces en forma de controles, otras de prohibiciones o trabas, otras de permisos o negativas de diversa índole y por diversos motivos. Y finalmente una enorme gama de subsidios en los cuales se ha venido distribuyendo el dinero proveniente del superávit fiscal citado, dinero que debería haberse destinado íntegramente a adquirir dólares para poder enfrentar los pagos de la deuda externa, según el acuerdo de refinanciación al que se arribó luego del default. Todo esto más allá de que es obvio que el esquema se volvería insostenible por el simple transcurso del tiempo.


Es que si nada es para siempre, menos aún lo es una economía basada en un artilugio monetario. Por lo menos esa parte entendemos que ha llegado a su fin.

Tenemos entonces una economía que todavía muestra signos de crecimiento, que sigue amparada en los altos precios de las llamadas commodities, pero que evidencia grandes flaquezas en materia energética y de infraestructura, que carece de nuevas inversiones de envergadura y que ha consumido buena parte de su capital mediante políticas de subsidios que exacerbaron el consumo aprovechando la baratura.

La falta de inversiones ha tenido su razón de ser. Y tal razón no es otra la inseguridad jurídica que significa la falta de apego a la ley, la falta de respeto de los contratos, la arbitrariedad emanada básicamente de la secretaría de comercio y en general la persecución de inversionistas no amigos del poder, nacionales y extranjeros.

Nadie arriesga capital si no cuenta con un horizonte serio y de respeto de la juridicidad, tal como viene lamentablemente ocurriendo en la Argentina, donde prácticamente todos los factores de la producción pasan a ser apéndices del estado “activo” que tanto se declama y que consiste en tener que negociar a cara de perro con un funcionario de segundo o tercer orden a cuánto habremos de vender tal o cual producto; si deberemos exportar para poder importar, si contaremos con las materias primas necesarias y si tendremos o no la energía que requieren nuestras plantas para funcionar.

En estas horas se ha generado un gran revuelo en materia cambiaria como consecuencia de las medidas que se tomaron respecto de la adquisición de moneda extranjera, que todo el mundo conoce. Pero estas medidas son en verdad la consecuencia de otras anteriores. En general improvisadas y todas tomadas de apuro.

Las limitaciones a las importaciones, las exigencias a los exportadores para que liquiden sus divisas rápidamente, los llamados telefónicos a importadores para que demoren sus compras, la eliminación de normas de liquidación de divisas para petroleras y mineras dispuestas durante el gobierno de Néstor Kirchner, el pavoroso incremento del gasto público y un sinnúmero creciente de etcéteras mostraron una realidad que dista de funcionar aceitada y regularmente.

Si bien es cierto que una economía es algo dinámico y que siempre es posible (aunque para nosotros no sea lo deseable) ajustar aquí o allá determinadas cosas, no es razonable que de la noche a la mañana uno se encuentre con novedades tales como que si quiere importar autos debe exportar por montos equivalentes lo que sea, y cosas así. La actitud quijotesca puede dar algún resultado en el cercanísimo plazo, pero termina ahuyentando al más pintado. Y no hay que dejar de decir que ese resultado tiene un costo. Un importador no puede de la noche a la mañana salir a exportar limones, de manera que si necesita hacerlo, debe recurrir a un productor exportador de limones que por supuesto cobrará su comisión. Ningún mecanismo absurdo como éste puede resultar gratuito.

Que la AFIP se yerga en un ente que autoriza o niega la compra de moneda extranjera es, a todas luces, una clara extralimitación legal. Pero además los argumentos que se aducen acerca de la necesidad de evitar el lavado de dinero resultan cuando menos ridículos.

Precisamente si de lo que se trata es de atrapar a evasores o lavadores de dinero, lo mejor que puede hacerse es dejar que hagan sus operaciones y luego caer sobre ellos con todo el peso de la ley. Así, lo que se logra es que no se acerquen siquiera a una casa de cambio, con lo cual no se los detecta y por lo tanto no se llega a hacer la justicia que se declama. Es como hacer sonar la alarma cuando el asaltante está a punto de cometer su asalto. Es obvio que escapará tan rápido como pueda.

Esto demuestra el absurdo de esta medida y la ridiculez de la explicación que se ha dado.

Por otra parte, desde determinados sectores politizados se ha caído una vez más en la teoría conspirativa según la cual “determinados sectores” intentan provocar la caída del gobierno. El proverbial “golpe de mercado” de otrora.

Sin embargo, la realidad muestra que el gobierno ha venido utilizando reservas para pagar los servicios de la deuda externa, que se ha apropiado de los fondos de las AFJP, que ha eliminado de hecho la autonomía del Banco Central, que está emitiendo moneda a un ritmo de un 40% anual, etc. Todo ello aparte de las trabas al comercio exterior mencionadas más arriba.

Y finalmente suma estos hechos la puesta en marcha de los estudios necesarios para ir disminuyendo los subsidios, que en la actualidad superan los 75.000 millones de pesos anuales y que ya no pueden sostenerse.

Al mismo tiempo, o tal vez como consecuencia de la gran emisión de moneda, es evidente que la política oficial es la de no dejar escapar el tipo de cambio, para evitar con eso empujar la suba de precios. Pero es obvio que el ahora retraso cambiario hace más costoso en divisas producir en la Argentina. Es decir, el país está sufriendo progresivamente inflación en dólares. O, dicho de otro modo, la moneda extranjera resulta cada vez más barata.

En los últimos 4 años la salida de capitales llegó a unos 70.000 millones de dólares (otras cifras muy conservadoras hablan de 50.000 millones), una cifra apabullante que equivale a los ingresos brutos de todo un año de exportaciones.

Está muy claro que el problema no empezó con el triunfo de Cristina Fernández como arriesgan desde ciertos medios oficialistas conspicuos comunicadores. Por lo demás, el triunfo se produjo en realidad el 14 de agosto, el 23 de octubre quedó formalizado únicamente.

La economía está siendo manejada por gente muy poco profesional al tiempo que el Banco Central, como decimos, se ha convertido en un apéndice del poder central y por lo tanto focaliza su funcionamiento en las políticas “activas” a las que parece tan afecta la presidenta Fernández.

El verdadero galimatías de controles y trabas de todo tipo a lo único que contribuye es a generar más incertidumbre y más pánico. Esto al menos parecen haberlo comprendido algunos funcionarios. Porque la verdad es que más allá de la quijotada de colocar a la AFIP como una especie de celadora del mercado de cambios, es un acto impresentable pretender que este organismo determine de la noche a la mañana quién puede comprar o no moneda extranjera y qué montos, sin haber dado a conocer pauta alguna y sabiendo que los datos oficiales suelen contener errores en muchos casos infantiles. Aparte de referirse por lo que se sabe al ejercicio anterior.

Se pretendió trabar el mercado y se logró así que el dólar pase los 5 pesos en el mercado libre. Al mismo tiempo que los ahorristas en dólares en el sistema bancario empezaron a huír despavoridos. Aparte de que el capital obviamente es temeroso, con más razón en un país donde con demasiada frecuencia el Estado se queda con los ahorros o con parte de ellos.

Entonces se volvió para atrás autorizando a mucha más gente a comprar pequeñas sumas, al mismo tiempo que la presidenta del Banco Central anunciaba que reducía los encajes en dólares para facilitar que quienes quisieran retirar sus ahorros pudieran hacerlo, no sin antes haber amenazado de manera insólita que tales ahorrista deberían tributar el impuesto sobre los bienes personales. Un curioso impuesto que rige desde hace varios años y que grava los ACTIVOS y no el patrimonio, como tantas veces se confunde (excepto en el caso de participaciones societarias) y que cuenta con una exención para las colocaciones en cajas de ahorro bancarias.

Por supuesto que desde que rige este impuesto se sabe que las tenencias de dinero no depositadas en caja de ahorro o plazo fijo por parte de las personas físicas están gravadas. Pero no es por retirar los depósitos que se cae en la gravabilidad, es por no tenerlos en ahorro o plazo fijo bancarios al 31 de diciembre.

Lo que queremos señalar aquí es que en este último tema se trató de una declaración política a nuestro juicio de muy poco vuelo. Para asustar, digamos.

Por eso es interesante, como siempre, no mezclar los tantos y llamar a las cosas por su nombre. Acá hace ya varios años que las cosas no están siendo manejadas con el profesionalismo que se requiere. Y no importa tanto en todo caso si se trata de una política más o menos intervencionista, que nosotros no compartimos. Se trata de que se coloca en puestos clave a funcionarios que no están preparados y que se manejan en el día a día haciendo buena letra según los humores del mercado y de la propia presidenta de la República.

Por eso recurrimos en el inicio de este comentario al viejo proverbio español. Si lo que tenemos es aserrín, por favor no lo confundamos con pan rallado.

ESTUDIO

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 15 de noviembre de 2011

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Responsabilidad Solidaria de los Administradores

La falta de pago de los impuestos por parte de las sociedades genera responsabilidad civil solidaria de parte de los encargados de administrarlas. En este trabajo nos ocupamos de señalar los principales aspectos del régimen vigente en la materia.


INTRODUCCIÓN



Como sabemos, las personas jurídicas son contribuyentes de los distintos impuestos, tasas y contribuciones, tanto a nivel nacional como provincial y municipal. En este trabajo nos ocupamos esencialmente del caso de los impuestos nacionales. A nivel provincial y municipal puede haber diferencias de criterio, aunque en esencia podemos señalar que el cuadro general no ha de diferir demasiado.

Cuando hablamos de responsabilidad civil solidaria estamos hablando, en materia tributaria, de la situación en la que un contribuyente persona jurídica deja de pagar tributos que ha declarado que adeuda, o que hubieran surgido de inspecciones y/o sus correspondientes determinaciones.



EL MARCO NORMATIVO

La ley de procedimiento fiscal (LPF) 11.683 enumera en su artículo 8 quiénes son los administradores que asumen la responsabilidad en las sociedades cuando se producen situaciones de incumplimiento en determinadas condiciones.

Así. Los directores, gerentes y demás representantes de las personas jurídicas, sociedades, asociaciones, entidades y patrimonios, serán responsables por deuda ajena y podrán responder con su propio patrimonio por la falta de pago de tributos a cargo de dichos entes.

El artículo 8 de la LPF señala que “responden con sus bienes propios y solidariamente con los deudores del tributo, y si los hubiere, con otros responsables del mismo gravamen, sin perjuicio de las sanciones correspondientes por las infracciones cometidas”.

Ahora bien, para que se gatille tal responsabilidad, el mismo artículo citado establece que debe haber incumplimiento de los deberes tributarios, y que luego de la intimación administrativa de pago para regularizar la situación fiscal, luego de transcurridos 15 días hábiles administrativos, plazo que surge del artículo 17 de la ley del rito.

Es decir que según la norma legal es indispensable que el Fisco vaya primero sobre el contribuyente (la empresa), para que luego, ante el incumplimiento, pueda exigir el pago al administrador. O sea que se trata de una responsabilidad solidaria, pero subsidiaria. Ello así en virtud de que la AFIP no puede reclamar simultáneamente a la empresa y a su administrador, pues es aquella la contribuyente, y éste el responsable por el incumplimiento luego de haberse reclamado el pago.

En definitiva, debe existir una deuda de parte de la sociedad, es necesario que se hubiera intimado el pago de manera fehaciente y debe haber transcurrido el plazo legal de 15 días hábiles administrativos para que proceda la acción contra el responsable solidario

El principio de la responsabilidad solidaria es válido para el reclamo de los impuestos adeudados, pero no de las multas que pudieran corresponder.

Estamos hablando de la responsabilidad civil y por lo tanto no estamos incursionando en la cuestión penal que pudiera derivarse de los casos de evasión. La existencia de una deuda exigible por el Fisco no necesariamente es consecuencia de la lisa y llana de la evasión, como suele confundirse en no pocos comentarios periodísticos. Si se da el caso de que la AFIP mediante una inspección detecta una evasión e intima su pago mediante una determinación de oficio, será la propia AFIP la que se encargará de hacer, si corresponde, la denuncia penal involucrando también a los administradores. Tal denuncia procederá básicamente cuando se superen los montos establecidos en la denominada ley penal tributaria. También puede darse el caso de que mediante una fiscalización se determine que existe deuda por omisión y en tal caso habrá que analizar si existe dolo u otras circunstancias que lleven a la acción penal. Una deuda motivada en errores de cálculo, por ejemplo, no es motivo suficiente para iniciar una acción penal. Aunque debemos decir que ha habido casos de denuncias de parte del Fisco que luego terminaron en el sobreseimiento del actor.

Otro aspecto que es conveniente aclarar es que los administradores citados en la LPF serán responsables en la medida en que administren y dispongan de los bienes. Hay jurisprudencia en el sentido de que un socio director que se encarga, por ejemplo, de cuestiones técnicas o de laboratorio, y que por ende carece de vinculación con la administración ( y por ejemplo no puede firmar cheques de la empresa) no resulta responsable solidario. Aunque, por supuesto, deberá demostrar llegado el caso su inocencia.

LA SITUACIÓN EN LA PRÁCTICA

Como señalamos, la responsabilidad solidaria es subsidiaria. Ello implica que la AFIP no puede simultáneamente intimar a la empresa y a sus administradores. Primero debe transcurrir el plazo legal y de no existir respuesta de parte del contribuyente, entonces sí se avanza sobre la dirección de la sociedad.

Ahora bien, cuando el Fisco pretenda hacer efectiva la responsabilidad solidaria, deberá sustanciar el procedimiento de determinación de oficio en todos los casos. El responsable solidario contará entonces con tal determinación para poder ejercer su defensa.

El juez administrativo deberá determinar si existe dolo o culpa, y será el afectado quien deberá demostrar su inocencia.

El incumplimiento debe ser imputable al administrador solidario. Por ende, tiene a su cargo probar que en realidad han sido sus representados quienes lo han colocado en la imposibilidad de cumplir con los deberes fiscales.

DETERMINACIÓN Y EXIGIBILIDAD DEL PAGO

La ley dice que si los deudores no cumplen con la intimación administrativa de pago dentro del plazo fijado, automáticamente queda configurada la responsabilidad solidaria. Es decir que la ley no establece que la deuda reclamada deba quedar firme en cabeza del contribuyente, por lo que si éste resuelve discutir la pretensión ante el Tribunal Fiscal cabe la posibilidad de que el Fisco haga efectiva la responsabilidad solidaria antes de que la sentencia quede firme.

Existe sin embargo jurisprudencia en contrario, en el sentido de que la deuda debería quedar firme para poder, entonces sí, recurrir al responsable solidario.

Lo que no puede hacer el Fisco es intimar al responsable solidario antes de que transcurran los 15 días administrativos fijados en la LPF.

La AFIP puede sí iniciar el procedimiento de determinación de oficio simultáneamente al deudor principal y al responsable solidario, pero no puede intimar el pago a éste último mientras no transcurra el plazo legal y quede en evidencia que el principal ha incumplido el pago.

EMBARGO

Según la ley es posible que la AFIP solicite un embargo preventivo, o incluso una inhibición general de bienes por el monto adeudado bajo su responsabilidad. Puede hacerlo sobre el contribuyente y también sobre el o los responsables solidarios una vez cumplido el plazo para el pago intimado.

RESUMEN

La existencia de una deuda fiscal intimada por el organismo recaudador y no respondida en los plazos legales, dispara la acción contra el o los responsables solidarios. A su vez la discusión que pueda llevar adelante el contribuyente, no inhibe al Fisco para iniciar una determinación de oficio también contra el responsable solidario, que sólo podrá ser notificado de la misma una vez transcurrido el plazo legal. Rige el principio de la subsidiariedad.

El Fisco, como acreedor, podrá tomar los recaudos que la propia ley le autoriza, entre ellos el embargo o la inhibición de bienes, tanto de la empresa como de los responsables solidarios. Y éstos a su vez podrán defenderse en cualquier momento para deslindar su responsabilidad.

En definitiva las medidas cautelares tienen por finalidad evitar el desapoderamiento, hasta tanto se resuelva la cuestión. La interposición del recurso de parte del contribuyente suspende la intimación de pago, pero nunca la traba de medidas precautorias.

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 11 de noviembre de 2011

ECOTRIBUTARIA

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Una buena administración permite reducir la carga tributaria. La auditoría fiscal brinda un reaseguro de gran importancia.

Una segunda opinión, nunca está demás.

Intervencionismo Estatal

LA ECONOMÍA Y LOS FANTASMAS



Esto que estamos viviendo no es capitalismo sino un anarco capitalismo financiero total, donde nadie controla a nadie Cristina F. de Kirchner

La frase con la que encabezamos este comentario fue dicha por la presidenta la semana pasada en Cannes, en la reunión del llamado G-20. Lo primero que vino a nuestra mente al oír sus palabras fue aquello de y por casa cómo andamos.


La presidenta también recomendó a los integrantes del llamado G-20 que “dejen de controlar en qué gasta cada país” y en lugar de ello “comiencen a ver qué hace cada banco de inversión y las calificadoras de riesgo”.

No vamos a entrar en chicanas semánticas pero la verdad es que mientras la presidenta habla de que nadie controla a nadie termina diciéndonos que en realidad se controla en qué gasta cada país, para pasar a recomendar que éste último tipo de control deje de hacerse, lo cual equivale a una proverbial vía libre para el gasto.

Así y todo lo cierto es que la Unión Europea intenta que los países miembros adapten sus presupuestos a sus posibilidades dentro del marco de la sociedad que han hecho al integrar dicha Unión. Es decir, de lo que se trata es de que se adecuen a aquello a lo que se han comprometido para que la asociación sea viable.


La señora de Kirchner repite con demasiada frecuencia el cliché según el cual el problema es de la economía financiera, que se opone a la economía real. Y a eso le agrega el también la conocida crítica a las calificadoras de riesgo, que parte de la base de que son éstas las que originan los problemas, más que decirle a inversores y público en general dónde ven más riesgos. Es decir, culpa al mensajero.

Hemos señalado en otros trabajos que la economía incluye la financiación como una herramienta fundamental para su funcionamiento. Sin ella, la actividad se reduciría a operaciones de contado y los dineros ahorrados no tendrían ningún incentivo para ser prestados. En verdad no tendría razón de ser ahorrar dinero, que tan sólo podría ser invertido o gastado.

Como puede verse por el absurdo, ningún país del planeta podría entonces contar con endeudarse, y estirando un poco más el razonamiento, también debería dejar de emitir moneda de papel, dado que ésta no es otra cosa que una promesa de pago. Es decir, una forma de financiarse.

Obviamente que no es éste el sentido de lo que la señora pretende dar a sus palabras, tampoco queremos pasarnos de la raya o hacernos los tontos.

Pero es que el razonamiento siempre es conveniente llevarlo a las últimas consecuencias para poder determinar el sentido último al que conducirían ciertas acciones.

Como también la presidenta aludió a quienes ganan fortunas delante de una computadora sin producir nada, es importante dejar en claro que los movimientos de dinero y de títulos producen justamente ganancias (y pérdidas) más o menos importantes, tal como todos nosotros lo hacemos cuando si tenemos capacidad de ahorro colocamos el dinero en un banco a la mejor tasa posible. Esto también es obvio.

Los problemas que aquejan al mundo hoy están vinculados al intervencionismo estatal. Es decir que la cosa es exactamente al revés. No es que por no intervenir y controlar se generaron los problemas, sino que es por haberlo hecho. Y tampoco se trata de no controlar aquello a lo que específicamente se han comprometido entre sí los integrantes de la UE. La llamada crisis de las hipotecas tuvo su origen en préstamos “blandos” otorgados en EEUU merced a un voluntarismo que llevó a bajar las exigencias el otorgamiento de créditos. La clásica promoción a bajas tasas para poder acceder a viviendas hizo que muchos receptores de tales créditos terminaran no pudiendo pagarlos. En lo esencial el problema de fabricar tasas bajas de interés implica que quienes se endeudan no dimensionen adecuadamente el riesgo, y quienes prestan intenten cubrirse sacándose de encima el crédito concedido lo antes posible. Así se emitieron títulos “securitizados” por las hipotecas y se armó la gran bola de nieve que llevó al alud.

Decíamos al comienzo que luego de los dichos de la presidenta nos preguntamos por lo que ocurría en la Argentina.

El intervencionismo estatal exacerbado que vivimos en estas horas provoca bruscas oscilaciones en los títulos nacionales, genera rumores de todo tipo y se complementa con la aplicación de medidas rústicas y francamente negativas para resolver los problemas, como el impresentable control cambiario en marcha.

Hace pocas horas, la presidenta del Banco Central expresó en una disertación en la Biblioteca Nacional que la compra de dólares por parte de la gente estaba siendo incentivada por el periodismo, y que las medidas tomadas implicaban una “profundización del modelo” tendiente a evitar que los rumores y las críticas generaran consecuencias negativas para la economía nacional.

Sólo con observar que en nuestro país hace más de cuatro años que hay clara fuga de capitales bastaría para poner un poco de luz sobre las oscuras intenciones de ciertos medios periodísticos a los que aludió la señora Marcó del Pont. Pero queremos ser más explícitos.

La verdad es que muchísimas veces nos hemos referido en nuestros comentarios a la impresionante creación de moneda de los últimos años. Primero para mantener alto el valor de las divisas artificialmente y poder así aplicar retenciones a las exportaciones y afirmar que hay superávit; luego para simplemente mantener alto el consumo y no permitir un “enfriamiento” de la economía. Estos argumentos han sido centrales en el “modelo” y el primero de ellos ya regía plenamente cuando la conducción económica estaba a cargo de Roberto Lavagna. Éste profesional declaraba públicamente que quienes pedían que bajara el precio del dólar en ese entonces, lo hacían porque querían viajar a Miami. Nos hemos referido a ello en varias oportunidades y especialmente señalamos que no es con ironías descalificatorias como se resuelven los problemas. Porque quienes pueden tomarse vacaciones en Miami no están demasiado preocupados por el valor del dólar, pero sí lo están quienes necesitan adquirir tecnología, por ejemplo. Porque la verdad es que el famoso artilugio del dólar competitivo, tan defendido por las autoridades de la UIA, produce altos precios de insumos importados y un verdadero atraso tecnológico para nuestro país, como puede observarse claramente hoy en el parque automotor, para citar un ejemplo. Ello más allá de las insólitas medidas que prohíben las importaciones de productos de imperiosa necesidad, como repuestos de lavarropas y de heladeras de uso doméstico. En tiempos del Dr. Lavagna, éstas últimas medidas no regían, pero anticipamos varias veces que el día llegaría. Y no por ser autorreferenciales es que lo decimos, sino porque es obvio que a medida que aumenta el gasto público y también el privado como consecuencia de la gran emisión de moneda, se produce un incremento en dólares de los costos, por no ser posible mantener el ritmo de crecimiento del tipo de cambio dado que se dispararía la inflación ya de por sí muy elevada. En otras palabras, cerrar importaciones mediante prohibiciones es, en la práctica, lo mismo que cerrarlas por tener el tipo de cambio demasiado alto y hacer imposible el consumo de bienes importados. En ambas situaciones se busca mejorar la balanza comercial en el sentido de que arroje un saldo a favor de la Argentina.

En la actual coyuntura, el intervencionismo a ultranza es la causa de los rumores y los miedos. Y no al revés. Y la presidenta propone al mundo más intervencionismo al tiempo que pretende que no se controle el gasto. Si la situación que se le presenta a pequeños ahorristas que intentan adquirir cifras de 100 o 200 dólares no es anárquica, qué cosa lo es.

No pretendemos ni por asomo enmendar la plana de las autoridades argentinas, pero sería bueno que contaran con un asesoramiento tal vez un poco más variopinto, integrando en una especie de foro a profesionales de la economía con distintos puntos de vista, en lugar de descalificarlos públicamente como tantas veces ha hecho la presidenta.

La actual intención de moderar los subsidios es una prueba contundente que conviene no dejar pasar. Porque si la señora Marcó del Pont habla de profundizar el modelo cabe preguntarse entonces por qué eliminar o disminuir justamente aquello que es parte fundamental del mismo: los subsidios.

El argumento de que hay gente que puede pagar los mayores costos es casi irreverente. Siempre hubo y habrá gente que puede pagar los mayores costos, como siempre ha habido gente que puede viajar a Miami. Pero parece que antes era funcional al “modelo” y ahora dejó de serlo.

Otorgar a determinados sectores la capacidad de consumir por encima de sus posibilidades; electricidad o lo que sea, es lo mismo que otorgar hipotecas a bajo costo, señores. Subsidiar es hacer que el Estado se haga cargo de la diferencia. Es exactamente igual a dar créditos “blandos”. Alguien habrá de pagar la diferencia de tasa.

Y para terminar una obviedad: los rumores, cuando son ridículos, no influyen en la gente. Lo hacen cuando se vinculan con hechos probables. Y un gobierno que toma medidas como las que hoy están vigentes en el mercado cambiario no puede esperar que la gente no se asuste.

Tampoco puede esperar que los opositores no intenten sacar tajada. Ni que los que quieren hacer negocios hagan lo propio.

Es el famoso “a río revuelto”, ¿verdad? Entonces la pregunta que hay que hacerse es quién ha sido que revolvió las aguas. Y está más que claro que las mentiras estadísticas y el intervencionismo a ultranza y las prohibiciones arbitrarias son la causa principal de que se hubiera generado incertidumbre.

Los argentinos tenemos sobrada experiencia en todo esto.

Hace un tiempo la propia presidenta pidió a la gente que no comprara dólares. El Dr. Pesce, vicepresidente del Banco Central dijo hace pocos días que era mejor quedarse en pesos.

En verdad, cuando las cosas funcionan, no tiene por qué ser mejor una alternativa que la otra.

Es obvio que quedarse en pesos para ganar más implica que alguien se hará cargo de la diferencia. Y otra vez lo mismo.

Francamente no necesitamos de calificadoras de riesgo para saber dónde pararnos. Es suficiente con leer u oír estos discursos.

Y al menos por la información con que contamos, no son pocos los integrantes del actual gobierno los que creen a pie juntillas en las teorías conspirativas. Ni por un segundo se detienen a observar lo que ha hecho el Estado con el INDEC, con la AFJP, con las reservas del Banco Central, con las arbitrariedades para importar y exportar, con los controles de precios, y mil etcéteras.

No son fantasmas, entonces, son realidades.

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 7 de noviembre de 2011

ECOTRIBUTARIA

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Una buena administración permite reducir la carga tributaria. La auditoría fiscal brinda un reaseguro de gran importancia.

Una segunda opinión, nunca está demás.

Análisis Comparativo entre S.A. y S.R.L.

Acercamos a nuestros suscriptores un resumen de los principales aspectos que constituyen la esencia de los dos tipos societarios más utilizados.



 

 

Concepto

S.A.



S.R.L.

Forma de Constitución

Escritura Pública



Escritura Pública o Instrumento Privado

Responsabilidad de los Socios

Limitada a la Suscripción de Acciones

Los socios garantizan solidaria e ilimitadamente la integración de los aportes societarios

Transmisibilidad de Acciones / Cuotas Sociales

Libremente transmisibles

Pueden existir limitaciones en el instrumento constitutivo, pero nunca prohibiciones.

Debe existir la conformidad del cónyuge.

Número de Socios

2 o más

2 a 50

Decisiones Sociales / Mayorías

Más del 50% de las acciones

Más del 50 % de las Cuotas Sociales.

Pero siempre debe existir por lo menos el voto favorable de dos socios.

 

Capital Mínimo

$ 12.000

Sin Monto Mínimo

Aporte en Efectivo Mínimo

25 % del Capital

25 % del Capital

Plazo de Integración del Capital

Según Estatuto Social

2 años

Trámites y Costos de Constitución

Gastos de Escribanía

 

Publicación de Edictos

Tasa de Constitución

 

 

Gastos Escribanía (Mínimos si el Contrato es Privado)

Publicación de Edictos

Tasa de Constitución

 

Costo Anual de Cumplimiento de I.G.J.

Tasa Anual Presentación de Balances Anual

No paga Tasa Anual

 

No debe presentar Balances en IGJ

Costo por Disolución de la Sociedad

Ídem Costo en Ambos Casos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Concepto

S.A.

S.R.L.

Libros Societarios y Contables

1.       Libro de Registro de Accionistas

2.       Libro de Actas de Asamblea

3.       Libro de Depósito y Asistencia a Asambleas

4.       Libro de Actas de Directorio

5.       Libro Diario

6.       Libro Inventario y Balances

7.       Subdiario IVA Compras (Según Actividad)

8.       Subdiario IVA Ventas (Según Actividad)

1.       Libro de Actas

2.       Libro Diario

3.       Libro Inventario y Balances

4.       Subdiario IVA Compras (Según Actividad)

5.       Subdiario IVA Ventas (Según Actividad)

 

 

 

 

Tratamiento Impositivo:

 

Concepto

S.A.

S.R.L.

Tratamiento en el I.V.A.

Ídem Tratamiento en Ambos Casos

Tratamiento en Ganancias

Ídem Tratamiento en Ambos Casos

35% Impuesto sobre resultado impositivo

Tratamiento en Ingresos Brutos

Ídem Tratamiento en Ambos Casos

 

Abreviaturas:

 

S.A.: Sociedad Anónima

S.R.L.: Sociedad de Responsabilidad Limitada

I.G.J.: Inspección General de Justicia

I.V.A.: Impuesto al Valor Agregado

 

Consideraciones generales

 

·         El costo de Constitución de una Sociedad Anónima es mayor que el de una SRL

·         El costo de mantenimiento anual de una Sociedad Anónima es mayor que el de una SRL.

·         El tratamiento impositivo en ambos casos es el mismo.

·         En cuanto a responsabilidad en la SRL los socios son solidaria e ilimitadamente responsable por los aportes societarios, mientras que en una SA cada socio es responsable por la integración de las acciones que suscribe.

·         En cuanto a la administración, tanto el Presidente del Directorio de una SA, como el Gerente (Socio o no) de una SRL, pueden ser responsables solidariamente con su patrimonio, en caso de administración fraudulenta.

·         En cuanto a las resoluciones sociales, en una SRL por lo menos 2 socios deben estar de acuerdo (y reunir más del 50% de las Cuotas Parte del Capital), y en la SA las decisiones se adoptan por mayoría simple en casi todos los casos (basta un socio con más del 50% de las acciones)

 

Dicho todo esto, debe plantearse qué es lo que se pretende hacer:

 

1.       Si lo que se busca es reducir costos de inscripción y mantenimiento, la SRL es la respuesta.

2.       Si se necesita la obtención de créditos bancarios para operar, en nuestra opinión la SA es la respuesta (ya que de la misma los bancos, pueden obtener mayor información pública y control público, por el seguimiento que sobre ellas hace la IGJ – al menos teórico -)

3.       Si se es socio mayoritario, la SA es la respuesta, ya que con su sistema de mayorías permite tener el control de la empresa.

4.       Si se es socio minoritario, la SRL es la respuesta, ya que se necesita en su sistema de decisiones societarias, el acuerdo de al menos dos socios (que reúnan el 50% de las cuotas partes del capital)

5.       Ante el caso de venta de la participación, en la SRL debe existir la conformidad expresa del cónyuge del vendedor, no así en la SA.

6.       En el caso que desde la sociedad que se constituya, se quiera invertir en otro negocio, las SA solo pueden invertir en otra SA o en una Sociedad en Comandita por Acciones. Las SRL pueden tener inversiones en otros tipos societarios, incluso en SA.

 

 

HÉCTOR BLAS TRILLO                                                      





Buenos Aires,   3 de noviembre de 2011

ECOTRIBUTARIA

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Una buena administración permite reducir la carga tributaria. La auditoría fiscal brinda un reaseguro de gran importancia.

Una segunda opinión, nunca está demás.



Se Agotó el Dólar Como Moneda de Reserva y de Cambios Internacionales

 



17/02/2010

La Revista EnPlenitud.com que circula por Internet ha publicado un artículo mío referido al dólar. Este artículo lo escribí en marzo de 2009, pero recién fue publicado el 17 de febrero de 2010 y me enteré por la consulta de un lector.

    Si es de vuestro interés leerlo, deberán hacer clic en el link que figura abajo, o copiarlo y pegarlo en Internet.



 

 

 



SE AGOTÓ EL DÓLAR COMO MONEDA DE RESERVA Y DE CAMBIOS INTERNACIONALES

 

Por ALBERTO ESTEBAN IRIARTE

www.economiafacilonline.com

 

En este artículo pretendemos demostrar que el dólar de EE.UU. ha perdido su capacidad de funcionar como moneda de reserva y deberá dejar de funcionar como moneda que sirva para los cambios internacionales.

 

 

Desde que se inventó un instrumento que facilitara los cambios, el mundo pudo progresar.

 

Ese facilitador de los cambios debía cumplir las funciones monetarias, medida de valor, instrumento de cambio y servir como depósito de valor.

 

De todos los instrumentos utilizados para el cambio, el oro fue el que perduró en el tiempo y su valor actual guarda estricta relación con la apreciación que hacen los operadores económicos, de su cualidad de servir como valor de cambio y depósito de valor.

 

Hubo un momento en que casi todas las monedas de papel que circulaban como instrumento de cambio guardaban relación con la cantidad de oro por la que la moneda de papel se podía cambiar.

 

Actualmente, el dólar de EE.UU. es no sólo la moneda de ese país sino también la que sirve de base para la realización de los cambios internacionales.

 

También agregaremos que la Argentina, como se verá más adelante, no ha sido el país que declaró el mayor “default” de la historia. Ese privilegio le corresponde a EE.UU., país que además está en condiciones de volver a superar su propio record anterior.

 

Por “default” se entiende que es no solamente no pagar las deudas, sino también quedarse con lo ajeno. Podría afirmarse que cada vez que hubo devaluación de la moneda  y en cada una de las numerosas oportunidades de la historia económica en que los gobiernos echaron mano a los ahorros y acreencias de la sociedad  local o mundial – a la postre la verdadera dueña del oro–, ésta perdió bajo el argumento de salvar la economía, que no tiene nombre pero somos todos con forma de país o como integrantes del mundo, o sea, con el argumento de salvar al país, que como está quebrado no tiene nada. Y vaya a saber entonces hasta cuándo seguirá sin salvarse, total el Estado nunca quiebra.

 

“El presupuesto del Estado debe estar equilibrado. Las deudas públicas han de reducirse. La arrogancia de las autoridades debe ser mermada y controlada. Los pagos a gobiernos extranjeros deben disminuirse para impedir la quiebra del Estado. La gente debe volver a trabajar en vez de vivir de cuenta del gobierno”. Marco Tulio Cicerón. Año 55 a. C.[1] La enseñanza es antigua, lo lamentable es que no ha resultado cumplida por muchos gobiernos.

 

Nuestro país de alguna manera ha contribuido con sus inventos y exportaciones al desarrollo del mundo, con relación a ello procuraremos destacar nuestra opinión más adelante.

 

Los ejemplos los deben dar los dirigentes de los gobiernos. Deben ser buenos,  para que el pueblo comprenda y los aplique, por eso me parece importante como hecho histórico este ejemplo antiguo:

 

He recibido un mail que traduce como cierta una cuestión histórica, que prueba que el dirigente es quien da el ejemplo:

 

“Esto es lo que Alejandro Magno dispuso para su funeral…

 

1 – Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.

2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas) fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...

3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.  

              Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.

 Alejandro le explicó:

1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos no tienen, ante la muerte, el poder de curar.

 2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.

 3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.

 

Agrego: El tiempo es el tesoro más valioso que tenemos porque es limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Al morir, nada material te llevas, te llevarás las buenas acciones que supiste realizar.

Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida.

El mejor regalo que le puedes dar a alguien... es tu tiempo.”

 

Actualmente, los argentinos decimos simplemente: “La mortaja no tiene bolsillos”.

 

Luego realizaré una síntesis histórica del quebranto de las reglas  a las que se había sometido EE.UU. en el tratado de Bretón Woods para que el dólar sirviera como moneda para las transacciones internacionales.

 

Y culminaré el trabajo demostrando por qué se producirá el nuevo “default” americano y el dólar dejará de ser la moneda de reserva y moneda para los cambios internacionales.

 

 

1.- Los argentinos, sus inventos y sus exportaciones:

 

El dulce de leche.

El colectivo,

El bolígrafo

Cerebros (técnicos, profesionales e intelectuales) no reconocidos [2]

 

El ajuste por inflación

La inflación de la corrupción.

Jugadores de fútbol juveniles

Estupefacientes

 

Todo ello ha sido inventado y exportado, conjuntamente con muchas otras cosas, lo destacable es que las cuatro primeras son cosas útiles y las cuatro segundas han sido perniciosas para nosotros y para el mundo.

 

 Desde hace tiempo los argentinos practicamos primero el fraude eleccionario patriótico y después directamente el fraude, con el que  hemos ilustrado a otros países.

 

2- “El mayor default de la historia no es el nuestro

I Antecedentes históricos

 El default argentino de 88.000 millones de dólares no es el más grande de la historia.

El 15 de agosto de 1971 desconoció EE.UU. el tratado de Bretton Woods, que lo obligaba a entregar a los bancos centrales de los países signatarios oro a razón de una onza por cada 35 dólares.

“En Bretton Woods se adoptó el dólar como única divisa para los pagos internacionales con la condición de que EE.UU. rescatara los dólares billete depositados en cualquiera de los bancos centrales de los países signatarios entregando una onza troy por cada 35 dólares billete. En ese momento, EE.UU. era depositario del 75% del oro del mundo. En 1949 contaba con 25 mil millones de dólares en oro a esa paridad y debía solamente 10 mil millones. El respaldo en oro más que duplicaba las deudas. La garantía de convertibilidad automática del dólar en oro era esencial para resguardar los derechos de los restantes países ante el riesgo de un eventual emisionismo, ya que EE.UU. tenía en su poder la máquina de imprimir dólares billete y no se pactaron límites físicos a la cantidad que el gobierno norteamericano podía imprimir. Si cualquier país miembro advertía un riesgo de inflación del dólar tenía una solución práctica e instantánea: canjear sus dólares papel por lingotes de oro a la paridad prefijada.”

“Fue lo que ocurrió: alentado por la facilidad de imprimir billetes que eran recibidos de buen grado en el resto del mundo, EE.UU. se lanzó a una política desenfrenada de inversiones y gastos, muchas veces suntuarios. En el período 1960-1964 tuvo déficit en la balanza comercial por 80 mil millones de dólares; inversiones y compras de empresas por 29 mil millones; turismo y viajes al exterior por 18 mil millones; y gastos de las fuerzas armadas en el exterior por 11 mil millones.” (El subrayado es de Alberto Esteban Iriarte)[3]

El 20 de octubre de 1967, dándose cuenta de  ello,  Jacques Rueff, consejero del general De Gaulle expresó: EE.UU. ha agotado su capacidad de pagar en oro a sus acreedores.

Francia y Gran Bretaña, hacían lo mismo.

El viernes 13 de agosto de 1971, tomó la decisión de incurrir en default desconociendo el tratado de Bretton Woods y además congelar precios y salarios por 90 días.

“El default quedó tipificado en el momento en que EE.UU. anunció al mundo que no entregaría el oro que aún le quedaba en Fort Knox, que no era poco: restaban 8635 toneladas”3

“Al retener en forma ilegal el oro, EE.UU. obligaba a los países que quisieran tener sus reservas en oro -como era su derecho- a comprarlas en el mercado libre, en el que se produjo una suba desenfrenada, debida al default norteamericano, que alcanzó su pico el 21 de enero de 1980 con el precio récord de 850 dólares la onza (The New York Times, 22-1-80). El precio había subido 24 veces: el 2400%. Medido en oro, los países sólo podían recuperar el 4,1% de su crédito con una quita del 95,9%. Bastante más alta que la quita del 75% ofrecida por la Argentina.”3

“El default estadounidense del 15 de agosto de 1971 consistió en negarse a entregar oro por 51.775 toneladas o 1714 millones de onzas, que correspondían a los 60 mil millones de dólares papel en manos de los bancos centrales. El valor actual del default es de 704 mil millones de dólares a la paridad de 411 dólares la onza del día 12-2-04 (Mercado de Londres)”3.

“Por lo tanto, podemos afirmar que este default fue ocho veces más grande que el argentino y que los argentinos podemos renunciar al incómodo privilegio de ser los defaulters más grandes de la historia.”3(El subrayado es de Alberto Esteban Iriarte).

3.El nuevo “default” americano   

           Samuelson decía en su Manual de Economía Moderna que muchas veces los hombres razonan como si fuera ciencia lo que  “sucede después de”: Algo así como la observación del brujo de la tribu lo llevaba a creer que cuando llegaba el invierno, su baile tribal era el que traía las hojas y flores que llegaban con la primavera.

 

            Aquellos mayores que han olvidado la historia reciente frente a nuestro resumen histórico, siguen creyendo, como dicen varios escritores, que el capitalismo ha muerto y por lo tanto tratan de inservible a la ciencia económica.

 

            Basta recurrir a la teoría de los costos comparados de David Ricardo para poder saber que la economía en esa teoría había presagiado el acontecimiento, donde se demuestra que cada país debe producir aquello para lo que está suficientemente preparado, logrando así menores costos a través de una mayor productividad.

 

            Es conocido que cuando la economía funciona bien, es un logro de los políticos, cuando lo hace mal los políticos dicen que es culpa de los economistas.

 

            Cenando con un argentino en Nueva York, presidente de una multinacional que ocupaba a 2.200 personas, él me explicaba que le convenía mucho más abrir fábricas en China y no utilizar mano de obra de EE.UU. porque esta última era más cara.

 

            Es sabido que todas las fábricas de EE.UU. han venido practicando esta metodología, por ello es que las importaciones superaban a las exportaciones, lo que siguió ocurriendo después de las citas que realiza el autor de la nota histórica.Esta situación se apoya en argumentaciones propias del periodista Andrés Oppenheimer en charlas y notas, como en su libro Cuentos chinos, donde habla de la nueva economía libre.

 

            Pero también vale la pena destacar por qué Oriente obtiene menores costos y mayor productividad.   

 

            Cosas menos traumáticas también están ocurriendo en la Argentina con extranjeros que ingresan ilegalmente a mi país, de acuerdo a inspecciones laborales que salen frecuentemente como noticias periodísticas.

 

            Cuando  un dirigente comunista argentino fue a visitar China no lo dejaron pasar a ver sus fábricas. Se tuvo que contentar con ver sólo las pulcras industrias de exportación.

 

            Así también las empresas que certificaban las normas de calidad de China ignoraban o “no veían” lo que realmente ocurría, sabiendo que “certificaban” como bueno  lo que no debían.

 

            Un día, al salir de almorzar de un restaurante del “barrio chino” de la Ciudad de Buenos Aires, se me acercó una persona y muy sigilosamente me entregó un papel que explicaba lo que ocurría en China. [4]

Evidentemente, cuando el mundo se olvida del ser humano, la consecuencia inmediata puede ser que, -aun sin darnos cuenta o no queriéndolo ver-, estamos comprando bienes a quienes tratan a sus trabajadores como esclavos y así, con la productividad lograda, venden más baratos sus productos. 

 

Con lo que la predicción de la economía de mercado, que es la base declamada por la globalización, cumple con las leyes de la economía, pero la parte política, que debería ser la del resguardo de la persona, promete la existencia de un derrame de dinero, cuando en realidad lo que se está derramando es sangre.

 

            En una observación reciente en EE.UU. verifiqué que casi todo lo que se vende es de procedencia oriental.

          

Esto justifica por sí solo lo que dicen sus números de comercio exterior, a lo que se le debe sumar los juegos de la guerra de su anterior presidente.  Mucha gente cree que las guerras, donde los EE.UU. jugaron siempre de visitantes, le dieron razón a su dominio del mundo y ahora pareciera que se encuentran frente a una decisión del Supremo.

 

            No hace falta saber de economía, sino simplemente contar los años que llevan de déficit, y trasladándolo afuera, a los tenedores de su moneda y de sus bonos, para darse cuenta del tiempo que les demandará recuperarse.

 

            Esto no es igual a la crisis del 30, donde con una guerra y después de 20 años las acciones alcanzaron el valor que tenían. En aquella época la economía producía y si bien cerraron las importaciones de productos primarios, pudieron salir de la crisis y después vivir la fiesta del ganador haciendo que los perdedores y otros paguen la cuenta.

 

            No es del caso estar o no contra el pueblo americano, lo que ocurre es que ellos también están infectados de nuestras exportaciones, y sino fíjense en las dificultades del Dr. Barack Obama para encontrar gente cumplidora de sus obligaciones fiscales.

 

            El libro más leído, Padre Rico, Padre Pobre, de Robert Kiyosaki, que trasmite enseñanzas básicas del comercio, describe también cómo se puede eludir o evadir la ley de impuestos en ese país. Del mismo modo, hace muchos años atrás la revista “International Management”,  hoy desaparecida, señalaba en uno de sus artículos que las mayores fortunas en ese país se habían generado con buenos asesores de impuestos que ayudaban a eludir o evadir la ley. Todo lo financiaba la emisión no controlada.

 

            EE.UU. no ha cumplido las reglas a las cuales se había comprometido, y continúa emitiendo alegremente, tratando de apagar su incendio,  este podrá mantenerse mientras los demás países consideren al dólar como moneda de cambio y las empresas y particulares, por la teoría-ciencia de “sucede después de”, sigan reteniendo dólares como moneda de reserva.

 

            Para colmo de males, además, lo primero que hicieron, sus dirigentes empresarios, con los fondos del Estado, que reflejan el aporte de los contribuyentes, fue generarse importantes premios y pagos de sus ya altos salarios, lo que generó la replica legislativa de imponer la prohibición de tales prácticas.

 

            En el momento en que esa ciencia social que es la economía haga que los particulares empiecen lentamente a darse cuenta, como ya algunos lo perciben, el nuevo default será inevitable, aunque el inteligente y capaz presidente negro, bien inspirado, frente a la multiplicación geométrica de la gente que irá a vender sus bonos y sus monedas,  tenga que decirle al mundo: “No puedo pagar”. Salvo que un fuerte apoyo mundial, le permita salir adelante, cosa muy dudosa al momento presente.

 

Como en las empresas, cuanto más demora el empresario, más difícil le resultará salir de la situación. O se asume la realidad hoy con toda su crudeza, o mañana será peor.

 

            No pretendo contestar cómo será el nuevo equilibrio mundial. Cuando se rompe un equilibrio, simplemente nace otro. Esto corresponde a la futurología, no pretendo meterme dentro de ella, por la cantidad de variables que entran en juego. He expuesto con fundamento lo que ocurrirá. 

 

            Mientras tanto, la cuestión de Argentina es distinta, pues nosotros, como decía un amigo que estaba en el PAMI durante la gestión del Dr. Alderete, “estamos bailando en la cubierta del Titanic” y además somos expertos en sobrevivir increíblemente como podemos, claro que a costa de continuas caídas en nuestro nivel económico de vida.

 

ALBERTO ESTEBAN IRIARTE

Ex profesor de Microeconomía, ex vicerrector y hoy Profesor Consulto de la Universidad Católica Argentina. Autor de “Microeconomía” editado por Ediciones Macchi y de artículos periodísticos.

www.economiafacilonline.com



[1] Tomado del archivo de El Tiempo.com de Colombia

[2] (¿Cuántos cerebros somos capaces de reconocer?, ¿cuántos no valoramos y se fueron y se van del país? ¿Cuántos evitamos que se vayan? y ¿cuántos se han quedado?)

 

 

[3]  Guillermo Laura, para LA NACIÓN, Noticias de Opinión: Martes 9 de marzo de 2004 | Publicado en edición impresa El autor es abogado y economista.

 

[4]            A quien le interese puede consultar la página de Internet www.falundafa.org, conjuntamente con un papel que formulaba una denuncia que decía cosas terribles que ocurrían en China, como que “los enemigos políticos eran descuartizados y sus piezas vendidas por medio de Internet al mejor postor”.

 

 En la parte de la página de Internet referida a la Argentina, en este momento se puede leer, entre otras cosas: “Asimismo, informamos a través de esta página sobre la grave persecución que están sufriendo los practicantes de esta pacífica disciplina en China. Al respecto, podrá encontrar las declaraciones de prensa de la Asociación Estudios de Falun Dafa en Argentina y las acciones legales que fueron tomadas en nuestro país contra el genocidio en China”.

 

Los Impuestos

 



1-Como ingreso del Estado

 

Cuando el hombre dejó de producir para sí la totalidad de los bienes que consumía, transfirió a la organización de la comunidad la posibilidad de satisfacer las necesidades que él tenía de los bienes que no producía.



 

Algunas de sus necesidades estaban representadas por sus experiencias individuales y no resultaban iguales a las que experimentaba toda la colectividad.

 



Las necesidades que se manifestaron como comunes en algunos casos se transfirieron al estado como organizador de esas prestaciones. Ejemplos de estas necesidades lo constituyen la defensa común, la educación, la salud, la justicia, etc.

 

Para poder satisfacer esas necesidades el Estado debe contar con los recursos que le permita su situación.

 

Entre los recursos con que cuenta el Estado se encuentran las obligaciones que impone a los miembros de su comunidad organizada: los impuestos.

 

Adam Smith requería como base de la tributación considerar por la comunidad organizada las siguientes reglas: igualdad, certeza, facilidad para su pago y economía en su percepción.

 

Igualdad, para que cada individuo contribuya al mantenimiento del Estado en proporción a su capacidad económica.

 

Certeza, para que el gravamen no se establezca arbitrariamente; facilidad para su pago, para que el contribuyente lo pague en las épocas que le resulte más favorable.

 

Economía en su percepción, tanto en la organización administrativa como en la determinación de la fuente gravable.

 

Quiero decir que si nosotros supusiéramos la existencia de una comunidad que no tuviera la prestación de servicios comunes, que viviera anárquicamente que no tuviera la prestación de servicios comunes, no tendría en la elaboración de los productos el costo de los impuestos ni tampoco como contrapartida los servicios que a través de ellos esa comunidad pretende pagar.

 

De acuerdo con ello, nos damos cuenta de que los impuestos, desde su aparición, afectan el equilibrio que las unidades económicas tienen antes de que éstos comiencen a incidir.

 

De acuerdo con la característica de cada tipo de impuesto elegido por el Estado, puede lograr el efecto querido o no en la actividad de los particulares; por ello, el arte de su aplicación constituye la base de la política fiscal.

 

El acierto de la política general y de la política fiscal en particular traerá aparejada la voluntad de contribución por parte de los ciudadanos.

 

Debe recordarse que, si bien cada unidad económica cree no requerir en cada momento los servicios de la defensa o la justicia, sin embargo, deben contribuir a través de los impuestos para su continua prestación.

 

Aquí generalmente se toman como fundamento los deseos de la aplicación de las reglas de Adam Smith, no siempre respetadas por el dirigente político a través del Estado organizador, que, usando de ese poder, impone – obliga – a los particulares a realizar la contribución.

 

Así como el acuerdo o el miedo a la sanción hace que el contribuyente pague, el desacuerdo con la política fiscal se manifiesta por parte de los particulares a través de una mayor participación de la elusión o de la evasión de la obligación que el Estado impone.

 

Elusiónes escaparse de la contribución total o parcialmente buscando los defectos que tiene la ley en su redacción y ubicándose en ellos.

 

Evasiónes lisa y llanamente enfrentar la obligación impuesta escapándose de ella y asumiendo todos los riesgos que esa actitud implica, dado que generalmente el Estado trata de penar a los evasores con multas que pueden llegar hasta la prisión corporal.

 

A los ingresos y el patrimonio que surgen y se forman cumpliendo las obligaciones que cumplen con la imposición se los conocen como fondos “blancos” y a los que provienen de la elusión o la evasión la doctrina económica los distingue como fondos “negros”.

 

En la República Argentina, a partir del año 1955, con una periodicidad menor de 10 años, se dictaron leyes que liberaron a los contribuyentes de las sanciones si mediante el pago de una contribución menor ingresaban el patrimonio ilegal o “negro” al circuito legal o “blanco”.

 

En función de ello se las conoció como leyes de “blanqueo”.

 

 

Resultados de la contabilidad, en la economía y en los impuestos.

 

El resultado de la técnica contable lograda en sus Estados de Resultados surge para equilibrar el estado patrimonial, de acuerdo con el criterio seguido en su valuación.

 

Por muchas razones el resultado contable no tiene por qué coincidir con el resultado de los criterios económicos que se apliquen para medir el resultado económico.

 

Por ejemplo, el criterio del costo de oportunidad no es aplicado por la técnica contable.

 

Pero así como la información proporcionada por la técnica contable es útil para obtener la información necesaria para el análisis económico, aunque sus resultados no resulten coincidentes, la información contable es útil para la determinación de la base contributiva en distintos impuestos aunque los criterios de medición de resultados y patrimonios no resulten idénticos.

 

Ingresosmedidos como beneficio desde la técnica contable o económica pueden no ser aceptados por un gravamen que grave el ingreso a la ganancia en función de considerarlos no alcanzados por el gravamen o, alcanzados por éste, resultar exentos.

 

Gastosque signifiquen pérdidas en la técnica contable o económica el Estado, al imponer las obligaciones tributarias, puede considerarlos como parcial o totalmente inexistentes.

 

La valuación de los Activos y Pasivos pueden surgir también de mediciones que disminuyan o incrementen el Patrimonio Neto haciendo surgir diferencias entre el criterio fiscal, el criterio contable y el criterio económico.

 

El estudiante debe tener claro que la contabilidad, con su técnica, debe permitir individualizar patrimonio y resultados con criterios que se acerquen a la norma jurídica – derecho comercial—representando la expresión práctica de los criterios filosóficos que surgen de la ciencia económica.

 

En cambio, la medición de los resultados y patrimonios para determinar la contribución impositiva surge de la norma legal – derecho fiscal – que impone el Estado a los ciudadanos. Surge por la norma tributaria conocida por Ley Fiscal.

 

Es así que el impuesto constituye uno de los importantes ingresos del Estado que los particulares medirán con relación a los servicios que le prestan y con la presión tributaria que los afecta.

 

 

2- Como costo de las empresas y particulares

 

La base contributiva elegida por el Estado para gravar a los particulares afectará a éstos disminuyendo sus ingresos o aumentando sus costos.

 

Esa base contributiva, o base imponible, salvo que se aplicará la tasa del impuesto, puede estar vinculada al ingreso real o potencial o al patrimonio real o potencial.

 

Decimos real o potencial porque al aplicar la tasa de impuesto pueden aplicarse valores mínimos, tanto con relación a la renta como al patrimonio, en los que se gravasen rentas no obtenidas o patrimonios no tenidos.

 

Evidentemente, para las empresas, el costo no es neutro, sino que las afecta en algunos casos como simples recaudadores si el impuesto repercute sobre ellas y lo pueden trasladar a los compradores.

 

El efecto de trasladar un impuesto aparece a primera vista como si la empresa no tuviera costos, pues si bien los recauda y paga en un valor que en algunos casos puede ser equivalente, ello no quiere, decir que no lo afecte.

 

El traslado del impuesto recargándolo en el precio disminuye la cantidad vendida, tanto si se lo ve como disminución de ingreso o aumento de costos.

 

En ambos casos la pérdida en la cantidad aa´ dependerá de las distintas elasticidades de la demanda y de la oferta.

 

Ante una misma medida del impuesto, con una curva de demanda más inelástica, mayor será el traslado y menor será el perjuicio o el efecto que el impuesto tendrá sobre el productor.

 

Algunos impuestos, como en general los que inciden sobre los ingresos, no varían la tasa del impuesto, cualquiera resulte el volumen de las ventas.

Otros impuestos, tal como los que inciden sobre la renta, pueden establecer que la tasa del impuesto se modifique, aumentando cuando la renta aumenta.

 

Tal es el caso, en la República Argentina, del impuesto que grava las rentas y que en este momento se denomina impuesto a las ganancias.

 

LEY DE IMPUESTO A LAS GANANCIAS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA.

TITULO IV - TASAS DEL IMPUESTO PARA LAS PERSONAS DE EXISTENCIA VISIBLE Y SUCESIONES INDIVISAS

Artículo 90 Texto vigente según Decreto Nº 493/2001 del 27/04/2001:

ARTICULO 90 - Las personas de existencia visible y las sucesiones indivisas -mientras no exista declaratoria de herederos o testamento declarado válido que cumpla la misma finalidad - abonarán sobre las ganancias netas sujetas al impuesto las sumas que resulten de acuerdo con la siguiente escala:

GANANCIA NETA IMPONIBLE ACUMULADA

PAGARAN

MAS DE $

A $

$

MAS EL %

SOBRE EL EXCEDENTE DE $

0

10.000

- -

9

0

10.000

20.000

900

14

10.000

20.000

30.000

2.300

19

20.000

30.000

60.000

4.200

23

30.000

60.000

90.000

11.100

27

60.000

90.000

120.000

19.200

31

90.000

120.000

en adelante

28.500

35

120.000

 

 

La existencia de un gravamen que grava por tramos de renta permite distinguir tasas medias y marginales.

 

Si dentro del mismo impuesto, como ocurre en la República Argentina, para este caso, las llamadas sociedades de capital pagan una tasa fija del 35%, cualquiera resulte el valor de la renta, las empresas tratarán de contribuir sin ser sociedades hasta que lleguen a la DE del 35%, y cuando superen marginalmente esa tasa se ubicarán como sociedades de capital.

 

De acuerdo con cómo indican los impuestos que gravan la renta, se dice que éstos pueden ser:

 

Proporcional:Si el ingreso del Estado es proporcional a la renta de cada uno de los particulares.

 

Regresivo:Si el ingreso del Estado es mayor cuando la renta del particular es menor.

 

Progresivo: Si el ingreso del Estado es mayor cuando la renta del particular es menor.

 

El impuesto que grava un paquete de cigarrillos atiende objetivamente al bien que grava, sin preocuparse de la renta que tiene quien lo compra.

 

Le resultará proporcionalmente más gravoso al pobre que al rico. Decimos entonces que es regresivo.

 

En cambio, la estructura del impuesto a la renta o ganancias pretende gravar más a quien más tiene; por ello decimos que el impuesto es progresivo.

 

La política fiscal puede estar orientada al logro de otros objetivos además del solo fin recaudatorio; por ej., gravando el cigarrillo y el consumo de alcohol pretende encarecer estos bienes logrando así los ingresos que le permitan devolver a la comunidad en otros bienes, como pueden ser el cuidado de la salud pública.

 

Ya dijimos que la aplicación de impuestos no es venta y que para los particulares representa un costo que les permitirá evaluar quedarse o no el Estado que aplica los impuestos, o emigrar; o de acuerdo con el costo que representa el impuesto alentar o desalentar una determinada actividad.

 

Es posible que un particular que ha decidido quedarse, ante la presencia de un impuesto que le resta a su ingreso, lo incentive a trabajar más para evitar la incidencia del impuesto y mantener el ingreso que tenía antes de la presencia del impuesto, o que, por el contrario, lo anule en sus deseos de trabajar, no viendo con claridad que con su mayor esfuerzo de trabajo, aportando mayor cantidad de bienes a la comunidad, tenga que soportar a todos los que piensan que el ocio creador es más importante que el trabajo.

 

Muchas veces se piensa también que el impuesto que grava las rentas no perjudica la actividad económica porque grava a quien gana, le resta una parte de sus ganancias, por lo que en definitiva se cree que es saludable pagar impuestos cuando se gana.

 

Pero el empresario verá en esteimpuesto un costo que puede ser de tal naturaleza como para desalentarlo a producir.

Si espera que una determinada inversión le debe rendir el 50% neto deimpuestos en un período económico para compensarle el riesgo de su inversión, la distinta tasa del gravamen a la renta puede llevarlo a no realizar la inversión.

Veamos el siguiente ejemplo con los mismos impuestos anteriores

Casos                                      A                  B                 C

Inversión                                100               100             100

Renta                                       70                 70               70

Tasa de impuesto %                  40                 30               20

Impuesto                                  28                 21               14

Renta neta de impuesto             42                 49               56

Renta pretendida                       50                 50              50

 

La actividad será solamente emprendida si la tasa es del 20% (Caso C).

 

El Estado tiene que evaluar la incidencia del efecto de las distintas tasas, pues una tasa alta aparentemente proporcionará un mayor ingreso pero, ante la cantidad de actividades que no se emprenderán, podrá proporcionar un recurso muy inferior a aquel que se obtendría con unatasa más baja, por los dos motivos antes expuestos, desaliento a la inversión por evasión.

 

Los impuestos que gravan el capital pueden generar mayores dificultades para el traslado y afectar a los poseedores de los bienes gravados moviéndolos a ponerlos en actividad, pues si el mayor valor que obtienen con el transcurso del tiempo no alcanza a compensar el costo del impuesto, el particular está perdiendo una parte de su patrimonio neto.

 

Si el bien no modifica su valor en el mercado y la tasa del impuesto al capital es del 20% anual 5 años, el bien pasa al patrimonio del Estado.

 

Si la tasa es del 2% bajo iguales supuestos, las condiciones se cumplen a los 50 años.

 

Además, el problema de los impuestos en la relación Fisco – contribuyentes viene agravado por la mayor o menor arbitrariedad con que se aplican, lo que genera para los ciudadanos inequidades contributivas por el solo hecho de ubicarse con un mayor o menor temor ante las sanciones que permiten las leyes fiscales para los que no cumplen con el pago.

 

La presencia en la República Argentina de leyes de “blanqueo” ha constituido, a no dudarlo, un aliciente a la evasión de lo que la mayoría de los contribuyentes entiende que debió pagar por los servicios que el Estado le prestó.

 

LOS SUBSIDIOS

 

El efecto contrario de los impuestos se produce cuando el Estado decide no cobrar impuestos en una región con el objeto de promocionarla, o con el objeto de abaratar el costo del producto, lo que hace que el costo de la actividad en concepto de impuesto resulte menor que en otras zonas, o para otros productos, y aún más cuando el estado entiende que, además de no cobrar el impuesto, tiene que retribuir en función de unidades de producto o de zona donde se localice la empresa para conseguir abaratar el producto.

 

De esta forma el empresario que requiere una determinada rentabilidad para establecerse, de no lograr la rentabilidad fijada, sin la intervención del Estado, lo que lo llevará a no realizar la inversión al conseguir el subsidio compensatorio por producto o por zonas, lo sumará a su rendimiento y puede que con este agregado llegue a realizar la inversión.

 

En definitiva el empresario tiene dos fuentes de ingreso:

 

1.  Surge de la renta que realiza del producto en el mercado.

2.  Surge por el subsidio que le da el Estado.

 

Con los mismos datos obtenidos al considerar la gravitación del impuesto a la renta, diremos también que el empresario persigue obtener un 50% neto de beneficios y el Estado da A 20 de subsidio.

 

Casos                                              A                    B                 C

Inversión                                       100                 100              100

Renta antes del subsidio                   10                   25                40

Subsidio que entregará el Estado       20                   20                20

Renta total                                      30                   45                60

Renta pretendida por el

Empresario                                       50                   50               50

 

Únicamente si se da el caso C la inversión será practicada.

 

Al revés de los impuestos, los subsidios ayudan a la realización de las inversiones.

 

ALBERTO ESTEBAN IRIARTE

http://www.economiafacilonline.com

Los Cisnes y su Participación en el Lenguaje Económico

 



Los Cisnes y su Participación en el Lenguaje Económico

 

En el lenguaje de quienes operan en los mercados de capitales, cuando alguien coloca un cisne negro les está advirtiendo a los operadores que algo malo está por ocurrir.  Los animales son usados como el toro del mercado de Nueva York para marcar la fuerza. ¿Ahora estará debilitado?



Los cisnes


Las ocho especies de cisnes están estrechamente emparentadas con los gansos.

A pesar de su gran peso, los cisnes vuelan muy bien



Cada animal posee ciertas características que lo diferencian del resto, tiene su propio carácter, así como sus formas de ataque, de defensa, de expresar alegría, odio, temor, amor.                             

Suele vivir en regiones frías, y habitualmente pantanosas,  tiene un pésimo sentido del humor, que hace que tenga pocos amigos dentro de su misma especie.

Pero son decididamente monógamos.

Cuando forman una pareja es para siempre y solamente la muerte de uno de los dos rompe ese idilio y esa fidelidad inalterables.  

Y son los protagonistas de una de las historias más indescifrables del mundo animal.

Bellos, orgullosos, de largos y estilizados cuellos, armónicos, los cisnes no cantan, salvo los ejemplares de una de sus especies que emiten un sonido algo gutural y poco agradable de cuando en cuando.

Sin embargo, casi todas las especies de cisnes rompen su mudez de toda la vida en un único momento: cuando van a morir.

En ese mismo instante cantan de una manera armoniosa y casi mágica. El sonido de ese canto puede escucharse hasta 5 o 6 kilómetros de distancia en los espacios abiertos y se parece, por momentos, a la música de un corno, que es un típico instrumento  de orquesta Sinfónica.

Luego, cuando la muerte está ya más cercana, aquel sonido cambia misteriosamente  y se asemeja mucho al tañer de unas campanas graves.

El sonido de ese canto puede escucharse hasta 5 o 6 kilómetros de distancia en losespacios abiertos y se parece, por momentos, a la música de un corno, que es un típico instrumento  de orquesta Sinfónica.

Luego, cuando la muerte está ya más cercana, aquel sonido cambia misteriosamente y se asemeja mucho al tañer de unas campanas graves.

Ni siquiera la pareja del moribundo lo acompaña en aquel increíble rito.

También permanece en silencio, aunque a su lado. La escena puede durar unos minutos, después de los cuales el cisne morirá y el pantano o el lago seguirán siendo los mismos, con un silencio solamente roto por el chapotear de los animales o de las dulces aguas que chocan blandamente contra las orillas

Los hombres, mientras tanto, seguiremos preguntándonos como hace siglos cuál es el motivo de aquel último y único canto del cisne.

 ¿Por qué ese intrigante adiós a la vida? ¿Significa algo?   ¿A quién se lo cantan?

La ciencia, con toda su batería de elementos de avanzada,  jamás pudo desentrañar el misterio.

La pareja del cisne muerto se alejará del lugar, separándose de todos los que fueron sus compañeros, y nunca más se sabrá de ella.

¿Quién puede saber algo, en realidad, de estas historias, que solo podemos contar sin poder explicarlas?

Pero por algo ocurren. Seguro.

La gente creía que todos los cisnes eran deplumas blancas y esta teoría podría haber llegado a ser aceptada por la comunidad científica de una época anterior. 

El problema surge cuando en 1697, exploradores europeos se dirigieron a Australia y encontraron entre la numerosa fauna que poblaba la isla, cisnes de plumas negras. 

En ese momento se descubre la existencia de unos cisnes que eran desconocidos.

Ello da lugar a que Nassim Nicholas Taleb en su libro, El cisne Negro, escribe como  gurú de las finanzas sostiene que la historia no está dominada por lo predecible sino por lo altamente improbable,  por los eventos no previstos que Taleb denomina Cisnes Negros. 

Y es desde ese momento que tomo importancia en los mercados financieros la teoría de los cisnes negros, como un acontecimiento negativo en el futuro del inversor en los mercados de capitales.   Esta teoría se va extendiendo por otras ciencias.

Entre sus fundamentos sostiene que:

“Creemos contar con la verdad, puesto que partimos de modelos “científico-matemáticos” de validación, pero no nos damos cuenta de que las premisas que aceptamos como válidas no siempre lo son”, dice el autor en su obra. 

Esta manifestación me trae el recuerdo de un distinguido profesor de Economía que escribió en la Revista de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires un modelo matemático, que concluía que dicha aplicación era totalmente improbable que se diera en la realidad.

Esto me sirve para poder explicar, en forma fácil, que la economía es una ciencia social, compuesta por leyes que no se cumplen en el 100% de los casos como en las ciencias físicas.

Una enorme cantidad de economistas les encantan los modelos matemáticos para obtener conclusiones, y llevan al convencimiento de los legos como si la economía fuera una ciencia exacta.

La sociedad registra continuos cambios y ellos agregan progresos o retrocesos, creer que un modelo matemático, será altamente predecible, no cierra al menos en mi mente.

Siempre recuerdo los ejemplos del profesor Samuelson en su Curso de economía moderna, cuando frente a los desconocimientos de la gente y la creencia en los brujos, plantea la “ciencia de sucede después de “ donde dice que el brujo de la tribu ante sus seguidores baila una danza frente a una persona enferma y simultáneamente le suministra un veneno, con lo que su danza le indica que la persona va a morir, o cuando visto los arboles despojados de sus hojas, y acercándose la primavera danza frente a sus seguidores y dictamina que pronto los árboles se cubrirán de hojas.

Las teorías económicas con sus leyes pueden ser predictivas, pero cuidado la sociedad puede cambiar y los modelos cambian.

Coincido con el autor que dio vida universal a los cisnes negros, como para que cuando creamos que se nos acerca un acontecimiento negativo, lo destaquemos, pero tengamos en cuenta que en los mercados de capitales, unos venden y otros compran, ¿el que compra está ciego y no ve “el cisne negro”, por eso el dice “"vivimos con la ilusión del orden, creyendo que la planificación y la previsión son posibles. Nos perturba tanto lo aleatorio que creemos disciplinas que intentan dar sentido al pasado, pero en última instancia, no conseguimos entenderlo, al igual que solemos fallar prediciendo el futuro” y también agrega ya convencido:


“Las tecnologías que dominan el mundo actual (como Internet, la PC y el láser) no se utilizan en la forma prevista por los que las inventaron y una parte considerable de los descubrimientos médicos no están planificados en los proyectos de investigación oficiales sino que surgen por puro azar" agrega el ex trader. 


“Lejos de ofrecer recetas matemáticas para calcular la probabilidad de los sucesos raros (cisnes negros) para protegernos frente a la incertidumbre, lo que aporta el profesor Taleb es una buena dosis de sentido común: nunca llegaremos a conocer lo desconocido ya que, por definición, es desconocido”

Finalmente creo que este señor gano mucho dinero con sus formulas mágicas, que un día dejaron de funcionar, y al ver todo negro, le hecho la culpa a los cisnes, que por ello me llevaron a incluir su historia al iniciar este artículo. 

ALBERTO ESTEBAN IRIARTE

http://www.economiafacilonline.com

¿Es Feliz O Triste La Inflación en Economía?

 



                     ¿Es Feliz o Triste la Inflación en Economía?

Nos proponemos hacer una descripción fácil de la inflación y sus efectos en la economía de los operadores económicos  tomando como base el funcionamiento del circuito económico.

De acuerdo a Wikipedia: “La inflación, en economía, es el incremento sostenido y generalizado en los precios en los bienes y servicios.”



Al analizar el funcionamiento del circuito económico, nosotros nos encontramos primero con el funcionamiento del circuito económico real, donde las unidades de consumo –las familias-  le proporcionan a las unidades de producción los factores productivos –los medios- a las unidades de producción –las empresas-, para que estas produzcan los bienes y servicios y los ofrezcan a las unidades de consumo que serán las demandantes de los mismos.

Cuando no existía el dinero, el intercambio se tornaba dificultoso ya que quien quería deshacerse de un bien debía encontrar quien lo necesitara y poder realizar el cambio que en este caso se denomina trueque.

¡Y llegó el dinero!



El dinero es el verdadero facilitador de los cambios.

Primero se tomo como dinero un bien que la comunidad, reconocía como tal, para luego pasar a los metales denominados preciosos y finalmente a la emisión de papeles que representaban el dinero.

¿Quién emite o emitía el dinero?

El dinero era emitido por el dueño del poder político de cada momento.

En la antigüedad, supongamos era el rey y ahora los funcionarios de los respectivos gobiernos.

Esto da lugar al nacimiento del circuito económico monetario, que circula en sentido inverso del circuito económico real, o sea las empresas retribuyen a los factores productivos a sus respectivos precios, -lo que representará su costo-, logrando las familias obtener sus ingresos que los gastan en la compra de los bienes y servicios, que constituirán la entrada de las empresas.

Si la cantidad de dinero emitido guarda relación con lo que requiere el funcionamiento del circuito económico real, todo estará en equilibrio, si además la velocidad de circulación[i]del dinero acompaña.

¿Qué pasa si el rey o los funcionarios de los gobiernos gastan de más?

Nos parece que se hace más entendible, lo que dice la historia, si el rey se dedicaba a los juegos de la guerra y tenía como moneda el oro y para jugar a la guerra, la recaudación del impuesto no le alcanzaba para cubrir sus gastos, ¿como hacía para tener mejores ingresos?, pues sencillamente ponía a sus dependientes a limar las monedas de oro, y la moneda circulaba igual, hasta que la gente se daba cuenta que la moneda no tenía la misma cantidad de oro y los precios comenzaban a aumentar. Comenzaba la inflación.

Si los funcionarios de los gobiernos gastan más que los recursos que tienen, lo que ocurre es que emiten más papeles representativos de dinero y de nuevo comienza la inflación.

¿Qué le ocurre a los que operan en la economía?

Cuando un operador en el mercado, compra cualquier cosa, a un determinado precio, y al pasar de nuevo por el lugar que le vendieron la cosa, descubre que ahora vale un precio mayor, la primera sensación que tiene es de felicidad y le cuenta a los demás de su éxito como operador económico.

Por ello decimos que la inflación es feliz.

En cambio, cuando ocurre que por algún exceso en los bienes que circulan en él mercado, con la misma cantidad de moneda, se produce la baja generalizada de los precios, a esto se lo conoce como deflación[ii].

Si tomamos el mismo ejemplo anterior al revés, y el operador descubre que ahora vale un precio menor, la primera sensación que tiene es de tristeza y no le cuenta a los demás de su fracaso como operador económico.

Por ello decimos que la deflación es triste.

¿La inflación la sufren todos por igual?  

La respuesta  es que no es para todos igual.

Los que tienen sus ingresos fijos, ejemplo: asalariados, locadores de bienes, pensionados y jubilados del Estado, comienzan a observar que con sus ingresos monetarios no pueden comprar los mismos bienes, o sea que con su ingreso monetario, al no poder comprar los mismos bienes que antes, lo que le ha ocurrido es que no podrán tener el mismo ingreso real.

Y dentro de los que no tienen ingresos fijos, su suerte dependerá, de cómo puedan acomodar sus precios, para ajustarlos de acuerdo a las variaciones en los mismos.

Creemos haberle proporcionado al lector en forma fácil una idea de cómo se produce la economía de la inflación y la forma que en un primer momento asumen los operadores económicos.

Alberto Esteban Iriarte

http:www.economiafacilonline.com    



[i] Tiene que ver con el tiempo en que el dinero cambia de mano de unos a otros.

[ii][ii][ii] Según Wikipedia: En economía se llama deflación a la bajada generalizada y prolongada (como mínimo, dos semestres según el FMI[cita requerida]) del nivel de precios de bienes y servicios. Es el fenómeno contrario al de la inflación.

 

 

Un Nuevo Gigante Del Mundo Se Aproxima

 



Un Nuevo Gigante Del Mundo Se Aproxima

 

  Nos referimos a China, que tiene una estrategia de poder o sea que no es comercial, para conquistar el mercado occidental, en función que  los empresarios occidentales, prefieren tercerizar la producción quedándose tan sólo con lo que le agrega valor: la marca.



Como regresa la gente de China

En una sola palabra: impresionada.

El producto  que Brasil fabrica un millón de unidades, China, en una sola fábrica, produce 40 millones. 



La velocidad de distribución es impresionante.

La calidad es equivalente. 

En cuestión de semanas los chinos colocan sus productos en el mercado, a precios que son muy inferiores de los brasileños.  

A la Argentina no le compran animales vivos, se llevan el semen de buenos animales.

Para ingresar en las universidades de China se requiere tener un promedio de 9,70 ¡El resto a trabajar!

Porque se trasladan las fábricas en China

Algunas fábricas se está trasladando al interior porque los salarios de la región donde se encuentran instaladas son demasiado altos: 100 dólares.

Mientras que un obrero brasileño gana 300 dólares mínimo que sumados a los impuestos y otros beneficios equivalen a 600 dólares.

Al compararlos, con los 100 dólares que reciben los chinos sin prácticamente ningún otro beneficio.

No se pagan horas extraordinarias.

La gente allí está tan agradecida de tener un empleo que trabaja horas extras a cambio de nada.

Nos hallamos frente a una esclavitud amarilla, y alimentándola. 

Como se produce en occidente

Mientras que los empresarios occidentales tercerizan sus emprendimientos  y ganan en el corto plazo.

Los  chinos aprovechan ese criterio, instalando unidades productivas de alta performance, para dominar en el largo plazo.

Mientras  que los empresarios occidentales  se quedan con sus marcas, con el diseño, los chinos se van quedando  con la producción, asistiéndolos, estimulándolos y contribuyendo al desmantelamiento de sus parques industriales occidentales. 

Así desaparecerán las fábricas de zapatillas deportivas o de calzados en el mundo occidental.

Que se vende en los EE.UU.

Los usuarios, es muy raro que puedan comprar un producto hecho en los EE.UU. en las grandes redes comerciales de ese país.

Es la mayoría producido en China, con una marca de EE.UU.

Las empresas ganan mucho dinero comprándoles a los chinos por pocos centavos y vendiendo luego al precio de su mercado o sea más caro.

El interés es el lucro inmediato.

Parecen no darse cuenta que ello traerá el costo de cerrar sus fábricas  y generar una desocupación.

Es lo que podría llamarse "estrategia del precio". 

Cuando se escribió la teoría de los costos comparados, no se pudo imaginar que esto sería con el tiempo una herramienta de poder político,

Se admitía en la teoría de la competencia perfecta que una empresa que operara con costos decrecientes se podría transformar en un monopolio.

Que podemos esperar en el futuro de occidente

Primero veremos cómo los producto chinos aumentan sus precios produciendo un "shock manufacturero" como sucedió con el shock petrolero en los años 70.

Y así será ya demasiado tarde.

Entonces occidente comprenderá que levantar nuevas fábricas tendrá costos prohibitivos y tendrá que rendirse al poderío chino.

En ese momento, le será fácil saber que alimentó a un enorme dragón y se convirtió en su rehén.

El dragón  aumentará gradualmente sus precios, puesto que será quien primero dicte las nuevas leyes del mercado y luego quien mande, pues tendrá el monopolio de la producción. 

En conclusión:

El dragón será el dueño de las fábricas, de los stocks y de los empleos y quien regulará los precios.

Occidente asistirá a una inversión de las reglas de juego actuales, lo que producirá en sus economías el impacto de una bomba atómica china.

Cuando el mundo occidental se dé cuenta, será demasiado tarde. 

Los ejecutivos occidentales mirarán con tristeza las ruinas de sus antiguas fábricas, a sus técnicos jubilados jugando a las cartas en las plazas y llorarán sobre la chatarra de sus parques fabriles destruidos.  

Recordarán entonces, con nostalgia, del tiempo en que ganaban dinero comprando mercaderías de los esclavos y  vendiendo caras sus "marcas registradas".

En sus despensas podrán almorzar sus marcas que ya estarán pasadas de moda.

El dragón tendrá además su poderío bélico-militar. 

Occidente quedara rehén, es decir, estamos hoy alimentando a la cobra que nos morderá en el futuro.

ALBERTO ESTEBAN IRIARTE

http:www.//economiafacilonline.com

Imputación de las Ganancias en Empresas Constructoras

Un tema motivo de consulta permanente y que da lugar a no pocas dudas es el vinculado con el criterio de imputación de las ganancias en las empresas constructoras. Por ello, comentamos de manera práctica el mecanismo vigente según la ley.


La ley del impuesto a las ganancias (20.628) se refiere a esta cuestión en dos artículos, concretamente. En primer lugar en el artículo 55 se hace referencia al carácter de bienes de cambio que tienen, para las empresas constructoras, las existencias de inmuebles y obras en construcción. Es decir, teniendo en cuenta que una empresa constructora tiene como actividad declarada precisamente la adquisición, construcción, reparación y las mejoras sobre bienes inmuebles para su posterior comercialización, tales activos deben tratarse como bienes de cambio, de modo que en caso de enajenación, se tomará como costo el valor que tenían en el inventario al inicio del ejercicio si no se hubieran realizado inversiones en el ejercicio de la venta. De ser así, tales inversiones se adicionarán al valor de costo, sin actualizar, dice el citado artículo.

A su vez prevé el caso de mejoras llevadas a cabo durante el transcurso de un ejercicio pero para bienes en existencia al final del mismo, en cuyo caso se establece una forma de actualización de valores, que a la fecha se encuentra suspendida por imperio del artículo 39 de la ley 24.073.


Ahora bien, por su parte el artículo 74 de la ley de impuesto a las ganancias, se refiere a las empresas constructoras también, pero cuando éstas construyan, reconstruyan, reparen, modifiquen o mejoren bienes de terceros. Es decir, no bienes propios para su comercialización, sino directamente bienes de terceros.



Antes de abordar el tema, cabe decir que en este último artículo no se habla de bienes inmuebles. En efecto, solamente se hace mención a construcciones, reconstrucciones o reparaciones de cualquier naturaleza para terceros. Es por ello que existe jurisprudencia del Tribunal Fiscal en el sentido de que ésta norma no se refiere únicamente a inmuebles, sino a los trabajos que se realizaren sobre cualquier bien. Por ejemplo un barco, una aeronave, etc.

El tema está planteado, aunque en líneas generales la denominación empresas constructoras apunta indudablemente a aquellas que construyen, reparan o llevan a cabo mejoras en inmuebles.

Muy bien, el artículo 74 dice que cuando la construcción, reparación o mejora abarque más de un ejercicio fiscal, el contribuyente deberá computar el resultado bruto de la operación de acuerdo a los siguientes métodos:

a) Asignando a cada período fiscal el beneficio bruto que resulte de aplicar, sobre los importes cobrados, el porcentaje de ganancia bruta previsto por el contribuyente para toda la obra.

Dicho coeficiente podrá ser modificado –para la parte correspondiente a ejercicios aún no declarados– en caso de evidente alteración de lo previsto al contratar.

Los porcentajes a que se ha hecho referencia precedentemente se hallan sujetos a la aprobación de la Dirección General Impositiva.

b) Asignando a cada período fiscal el beneficio bruto que resulte de deducir, del importe a cobrar por todos los trabajos realizados en el mismo, los gastos y demás elementos determinantes del costo de tales trabajos.

Cuando la determinación del beneficio en la forma indicada no fuera posible o resultare dificultosa podrá calcularse la utilidad bruta contenida en lo construido siguiendo un procedimiento análogo al indicado en el inc. a).

En el caso de obras que afecten a dos períodos fiscales, pero su duración total no exceda de un año, el resultado podrá (opcional) declararse en el ejercicio en que se termine la obra.

En éste último caso cuando la obra dure más de un año como consecuencia de demoras por razones especiales, dice la ley (y cita como ejemplos a las huelgas o falta de materiales) podrá optarse por el criterio señalado.

El método consignado en el inciso a) es el que generalmente utilizan las empresas, es decir que aplican a los importes efectivamente cobrados el porcentaje de ganancia bruta que hubieran previsto para toda la obra. Ese porcentaje debe estar predeterminado y por supuesto mantenerse dentro de lo previsto razonablemente. Según dictamen DAT 14/97 no se requiere autorización previa de la AFIP para fijar tal porcentaje. Las diferencias que pudieran resultar, se asignarán al ejercicio en el cual la obra se concluya.

Ahora bien, le método del inciso b) se aproxima bastante al criterio de lo devengado, según la propia ley del rito establece en el artículo 18. Acá no se fija un margen de utilidad, sino que simplemente la misma surgirá por simple comparación entre lo que debería cobrarse durante el ejercicio y el costo del grado de avance de la obra. Sin embargo, como queda dicho en el último párrafo transcripto a continuación del inciso b), si la determinación del margen de utilidad resultare dificultosa, podrá recurrirse al procedimiento fijado para el inciso a)

Existen elementos a considerar que son de importancia. Por ejemplo cuando se habla de trabajos realizados en el período, la doctrina entiende que se trata de trabajos certificados, es decir realizados y aprobados, amén de que los créditos por tales trabajos deberían ser exigibles.

Cuando la empresa constructora hubiera elegido un método, no podrá cambiarlo sin autorización previa de la AFIP.

El porcentaje de utilidad previsto podrá variarse en el caso de que se verifiquen alteraciones muy significativas. La ley habla de evidente alteración de lo previsto al contratar. El cambio solamente procede hacia adelante y no hacia atrás. Es decir que afectará los ejercicios aún no declarados únicamente.

Naturalmente que esta normativa debe ser considerada a la luz de una realidad económica y está sujeta a posibles arbitrios que pueden llevar a discusiones en sede judicial. En efecto, la definición de qué cosa es “evidente alteración de lo previsto al contratar” y qué no lo es, admite una zona gris, como ocurre siempre que los límites no están numéricamente definidos.

En tal caso, el contribuyente se expone a una discusión judicial que llevará su tiempo y tendrá sus costos, o a la aceptación del criterio fiscal en caso de ser cuestionado el método, con el consiguiente ajuste y la multa que correspondiere.

OBRAS PÚBLICAS

En esta materia por dictamen DAT 160/94 se sostuvo que no se aplicaba el criterio del artículo 74 para aquellas obras cuya retribución se efectuare por el sistema de peaje. Se disponía entonces que las inversiones deberían ser consideradas bienes de uso e ir amortizándose en cada ejercicio.

Pero mediante Nota Externa 3/98 la AFIP cambió el criterio y determinó que los concesionarios y/o constructores establecerán los resultados brutos de las obras según lo normado en el artículo 74.

La evidente endeblez legislativa nos exime de mayores comentarios. Puede aquí más una dictamen o una nota externa que la propia ley. Porque lo cierto es que al no estar contemplado un procedimiento especial, lo que debió hacerse es modificar la ley o aceptar de entrada el tratamiento fijado por el artículo que estamos comentando.

Finalmente, y seguimos, el dictamen DAT 36/02 corroboró lo expresado en la Nota Externa 3/98, como no podía ser de otra manera, dado que de no ser así, qué sentido hubiera tenido tal nota.

CONCLUSIONES

La normativa parece clara, pese a las intervenciones señaladas para las obras públicas. De hecho viene aplicándose pacíficamente desde hace ya muchos años. En todo caso la distorsión creciente la produce la suspensión, desde abril de 1992 de los ajustes por inflación de los valores. Con todo, la utilización del método señalado en el inciso a), que equivale al método de lo percibido, resulta bastante más lógica y ajusta al menos a la realidad lo que está ocurriendo financieramente en el desarrollo de cualquier obra.

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 21 de octubre de 2011

ECOTRIBUTARIA

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Una buena administración permite reducir la carga tributaria. La auditoría fiscal brinda un reaseguro de gran importancia.

Una segunda opinión, nunca está demás.

Impuesto a las Ganancias

En mercados libres y abiertos, las ganancias deben ser exaltadas, no tratadas con desprecio como los charlatanes políticos y de la economía quieren que hagamos
Prof. Walter Williams

Leemos en el diario Ámbito Financiero un trabajo del Contador Jorge Asiain el siguiente párrafo: Dada la falta de recursos fiscales para la práctica de políticas fiscales (sic) activas que eviten que la economía de los países desarrollados entre en recesión nuevamente o siga en crecimiento tan bajo, han aparecido declaraciones de megamillonarios (...) propugnando que se aumenten los impuestos a mortales de dicho calibre, eliminando prerrogativas tributarias que gozan, basadas en teorías liberales que consideran que es preferible dejar el dinero en manos del sector privado capitalista que del Estado, porque su uso más racional, no politizado, sería motor de crecimiento económico.



Es curioso pero precisamente una de las bases del llamado liberalismo es la ausencia de prerrogativas de toda índole, tal como lo dice la propia Constitución Nacional – no hay (en la Nación Argentina) prerrogativas de sangre ni de nacimiento, no hay títulos de nobleza, todos sus habitantes (no solamente los ciudadanos) son iguales ante la ley- Que todo esto se cumpla o no en la práctica podemos discutirlo largamente. Lo que entendemos está fuera de discusión es eso de que ciertas personas gozan de prerrogativas tributarias que se basan en teorías liberales. La afirmación, así concebida, es, cuando menos, falsa. No vamos a lucubrar sobre las razones que conllevan a ella, pero está bien claro lo que está escrito en nuestra Carta Magna, de concepción obviamente liberal. Y no sólo eso, sino que es obvio de toda obviedad que la concepción liberal de la vida no implica sino la igualdad ante la ley, por lo que si de algo carece ese ideario es de alguna forma de privilegio de clase.

Ahora bien, puesto lo anterior en claro cabe avanzar sobre la idea de que pueda resultar mejor dejar el dinero en manos del sector privado en lugar de pasarlo al Estado. Obviamente la carga impositiva no abarca todos los ingresos obtenidos por los particulares, sino una parte de ellos. De tal manera que la discusión fundamentada en la contraposición entre particulares versus Estado, es inconsistente. La carga tributaria sostiene a los Estados y permite que éstos se ocupen de ciertas cosas, mientras los privados se ocupan de otras. En otras palabras: la riqueza generada se reparte entre los particulares y el Estado, y cada uno la utiliza para fines diferentes. De eso hablamos cuando hablamos del llamado capitalismo.


Podrá sostenerse que unos u otros lo harán mejor o peor, como dice el articulista, pero nunca que unos u otros lo harán todo. El concepto es claramente erróneo.

La idea de que las políticas activas pueden arribar a mejores resultados que las que no lo son, conlleva a su vez la creencia de que es posible mejorar las condiciones de los mercados mediante la toma de decisiones por parte de grupos de funcionarios encargados de encauzar, por así decirlo, la oferta y la demanda de bienes y servicios, y provocar desde una oficina o con modelos econométricos una mejor asignación de recursos que la que surge naturalmente de la cuenta de pérdidas y ganancias.

La situación actual del mundo, cercana a la recesión o con un crecimiento muy bajo, no tiene vinculación con la existencia de megamillonarios sino, precisamente, con las políticas activas aplicadas hasta el presente.

Baste observar la impresionante situación deficitaria de varios países desarrollados o no tanto de la vieja Europa para comprobar que no se llegó a esa situación porque “los particulares” decidieron gastar demás durante años y años hasta quedar literalmente colgados del pincel con sus deudas. En condiciones normales, en el capitalismo liberal, quienes llegan a tener patrimonio negativo simplemente quiebran. Y ello ocurre porque precisamente han manejado tan mal sus negocios y cuidado tan pésimamente sus ahorros que se consumieron todo su capital.

Lo mismo puede decirse de la llamada crisis de las hipotecas norteamericana, que tuvo su origen en una impresionante oferta de dinero a tasas bajas para la construcción de viviendas, sin tomar en consideración la capacidad de repago de los favorecidos por dichos créditos, justamente por aplicar políticas activas en materia de vivienda.

Los Estados modernos monopolizan la fabricación de dinero y se encargan entre otras cosas de la seguridad, de la salud, de la educación y de la justicia. Habrá distintos grados de participación privada en esas actividades, claro está. Ninguna en cuanto a la creación de dinero se refiere. Y precisamente la facultad de emitir dinero sin ponerse límites es la que conduce al endeudamiento y a la pérdida del patrimonio.

Lo que debemos intentar interpretar aquí es qué cosa hará mejor el Estado que no hagan los particulares en materia de creación de riquezas, de inventiva, de emprendimientos creativos de toda índole o, simplemente, de sabiduría comercial. Más allá de que no se trata de transferir todo el dinero de particulares al Estado, (como dice el párrafo transcripto y como ocurriría en un modelo cerrado comunista), sino de transferir una parte vía carga tributaria y en todo caso pergeñar que el Estado se dedique a fabricar escobas, diseñar computadoras o instalar fábricas de automóviles con un grado de eficiencia y competitividad que mejore el ingreso per cápita de la población toda, más allá de cómo lo harían los particulares en un mercado relativamente libre.

Otra cosa diferente es que el Estado reciba ese dinero y lo inyecte en la salud o en la seguridad, lo cual, suponiendo que la asignación de dichos recursos sea razonablemente bien hecha (cosa que deberíamos discutir largamente), permitiría un horizonte de mejores condiciones para la creatividad de los particulares, en un plazo que también habría que analizar y predecir.

Si bien el párrafo que tomamos de Walter Williams puede resultar un poco fuerte, entendemos que encaja bastante bien en lo que queremos significar.

Las ganancias de los megamillonarios son el producto de su capacidad de generarlas, porque si no fuera así no serían ganancias sino otra cosa. Decir que tales megamillonarios reciben prerrogativas implica desconocer que la igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas. No es un tema menor. Llamarlos de ese modo también suena a algo casi peyorativo. ¿Cuál sería el límite entre un millonario y un megamillonario? ¿Y en qué se favorecería la humanidad si un Bill Gates, por ejemplo, dejara de crear porque considera que ya llegó a ser megamillonario? La sensación que queda es la de que llegado un cierto punto una persona muy rica debe dejar de seguir enriqueciéndose porque eso favorecería la situación de la economía al permitir a los Estados promover políticas activas. ¿Y por qué no podría ocurrir lo mismo con el aporte de quienes sólo son millonarios, o relativamente millonarios, o clase media alta, o clase media? Lo que queremos decir es que siempre es posible aportar más al Estado para que éste lleve a cabo sus políticas activas. Y si resulta que tales políticas son eficientes y buenas, incluso bien podemos pasar un poco de hambre durante un tiempo mientras los funcionarios se encargan de acomodar los melones en el carro y logran que todos vivamos mejor. ¿No suena a disparate esta afirmación? ¿No es lo que ha ocurrido en la Rusia soviética o en la Corea del Norte de Kim Il Son?

Observemos lo siguiente: hoy en día en países como los EEUU la tasa de interés se encuentra prácticamente en un punto porcentual por año. Es decir que está tan baja que prácticamente no cuesta nada obtener un crédito para desarrollar una actividad. Dado que el dinero de los megamillonarios se encuentra depositado en bancos, resulta obvio que quienes acceden a él para iniciar algún negocio, tendrán un costo ínfimo. Un incremento en la tasa impositiva pondría en manos del Estado parte de ese dinero. ¿Qué se supone que haría el Estado con él? Supongamos que no lo utiliza para cumplir las funciones básicas que tiene asignadas y que hemos citado. Pensemos que lo utiliza para repartirlo en asignaciones universales por hijo, en planes de ayuda, en subsidios varios a empresas o a personas o a servicios públicos o a “emprendimientos” a decidir por los funcionarios como válidos.

Vale la pena recordar que esto es lo que viene haciéndose en buena parte del mundo desarrollado y también entre nosotros. Y que es así como se han generado déficit pavorosos que ahora han provocado desocupación, recesión y amenaza de default, o que ya han producido tales efectos, como ocurrió entre nosotros.

Entonces, si bien la afirmación de Williams es fuerte, especialmente cuando habla de charlatanes, lo cierto es que en todo esto subyace efectivamente la idea de que ganar mucho está mal. Luego habremos de discutir qué cosa es “mucho”.

Y, al menos en nuestra opinión y fundamentándonos en lo que aquí comentamos, nos parece cuando menos un profundo error conceptual buscar que la gente gane menos, produzca menos, cree menos, desarrolle menos. Y que en su lugar pretenda hacerlo la burocracia de un Estado. No hay que dejar de recordar, señores, que por alguna razón, el burócrata es burócrata y no empresario. No cualquiera puede llegar a ser un Steve Jobs, como no cualquiera llega a ser Maradona.

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 11 de octubre de 2011

ECOTRIBUTARIA

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Una buena administración permite reducir la carga tributaria. La auditoría fiscal brinda un reaseguro de gran importancia.

Una segunda opinión, nunca está demás.

Economía y Estado

Las sociedades que esperan su felicidad de la mano de los gobiernos, esperan una cosa que es contraria a la naturaleza J. B. Alberdi


La actual circunstancia que vive el mundo en materia económica no es una novedad. En numerosas oportunidades nos hemos referido a esta cuestión. Y especialmente lo hemos hecho para señalar una y otra vez que el intervencionismo y el expansionismo monetario no conducen a otra cosa que a una escalada del problema.


En términos generales la posición ideológica en las cuestiones económicas se divide, hoy en día, entre los llamados ortodoxos y los considerados heterodoxos.

Los primeros tienden a considerar que para poder salir de la crisis lo que hace falta es proceder a ajustar los gastos en aquellos países en los que el endeudamiento ha llegado a niveles insostenibles. Los segundos estiman que una baja en los gastos a lo único que conduce es a una recesión y por lo tanto a mayores dificultades y a una crisis todavía mucho más grande.

A unos y a otros les asiste algo de razón. Bajar los gastos permite en principio reducir la tasa de endeudamiento cuando se trata de economías deficitarias. Pero también es cierto que gastar menos provoca una desaceleración del ritmo de la economía, una baja de la demanda de bienes y servicios que deteriora aún más la situación haciendo bajar los ingresos de los Estados y creando mayores déficit.


Consideramos que esta clase de análisis adolece de fallas bastante elementales. Trataremos de explicarlo brevemente.

Un país determinado se endeuda más y más como consecuencia de que gasta más dinero del que recauda. Este dato es objetivo y no admite dudas. Ahora bien, ¿cuando en una economía determinada se decide gastar dinero adicional se toma en cuenta la posibilidad futura de cancelar la deuda que se origina con mayores ingresos?

Existe un concepto en la teoría económica que es bastante elemental, y que es aquel de la optimización en el uso de los recursos. No solamente cuenta cuánto dinero se gasta, sino cómo y en qué se gasta. Y si ese dinero será o no recuperado y en qué condiciones y plazos.

Tomemos un ejemplo simple y cotidiano. Supongamos que invertimos en un negocio cualquiera. Por ejemplo un kiosco. Incurrimos en una serie de gastos que esperamos cubrir con la ganancia que nos deje el negocio luego de un determinado tiempo de funcionamiento. Los primeros tiempos son duros, luego sobreviene el beneficio si las cosas funcionan como esperábamos. ¿Hacen esta clase de cuentas los Estados soberanos?

Por supuesto que un Estado no es un negocio y la perspectiva de obtener beneficios es bastante más compleja y tal vez de largo plazo. Si decidimos gastar en computadorizar el sistema educativo, por ejemplo, es porque esperamos mejorar el nivel de educación para que en un lapso de una o dos generaciones podamos contar con un material humano de gran calidad que mejore sustancialmente nuestra productividad. Es eso lo que generará una mejora en los ingresos generales. Así llegarán capitales y se harán inversiones aprovechando la mano de obra de alta calificación. Es un ejemplo que tomamos.

Veamos otro ejemplo tal vez un poco más gráfico y directo. Si para llevar a cabo un trámite determinado, como por ejemplo renovar un registro de conducir, debemos invertir 4 horas en un día laborable, estamos restando esa cantidad de horas a nuestro trabajo. Si imaginamos que en el año unos 5 millones de personas renuevan su registro, tenemos 20 millones de horas de trabajo perdidas en un sólo trámite. Si ese trámite nos llevara la mitad de ese tiempo, podríamos trabajar en el año 10.000.000 de horas más. Esas horas equivalen a 1.250.000 días de trabajo de 8 horas cada uno para una persona. 5.208 años si tomamos los días hábiles en torno de los 240 por año.

En términos generales cuando en el mundo se habla de ajustar o no las economías, lo que está queriendo decirse es que se seguirá gastando lo mismo o que se gastará menos. Lo que no se ataca ni considera es qué se hará con la eficiencia. Si un Estado gasta una determinada cantidad de dinero para que la población renueve su licencia de conducir, pero el tiempo del trámite se reduce a la mitad, la mayor eficiencia es de una evidencia conmovedora. Se nos dirá que el trámite en general lo pagan quienes solicitan el documento en cuestión. Digamos que es así al menos entre nosotros, pero es un costo que la Nación paga como tal. No poder ocuparnos de nuestras obligaciones laborales reduce la productividad y por ende incrementa los costos.

Estos ejemplos que damos pueden multiplicarse por miles. Y son vistos en todo el mundo. No estamos, por cierto, hablando de la Argentina en particular aquí.

Entonces, tanto la posición de los llamados ortodoxos, como la de los llamados heterodoxos, adolece de una falla de origen: no considerar la calidad y sólo detenerse en la cantidad.

Para decirlo de otra manera: si seguimos gastando lo mismo pero nos volvemos el doble de eficientes, estaremos reduciendo el gasto a la mitad sin haber restado un solo peso del presupuesto. Por supuesto que esto dicho linealmente y suponiendo una equivalencia absoluta. Pero sin duda que la relación es directamente proporcional.

Pero insistimos: ¿alguien ha visto que analistas y opinólogos hagan verdadero hincapié en el uso adecuado de los fondos? Nosotros confesamos que muy rara vez.

Pongamos las cosas de otro modo. Grecia y otros países están en situación crítica porque durante años han gastado de más y no pueden pagar sus obligaciones. Ahora se determina un ajuste que consiste entre otras cosas en reducir los sueldos de quienes se desempeñan en la administración pública. Esta gente, disconforme, rendirá menos y los tiempos administrativos tenderán a incrementarse como consecuencia de la disconformidad, las huelgas, las protestas, etc. La recaudación a su vez caerá más todavía.

La visión heterodoxa de que no debe reducirse el gasto también enfrenta la misma cuestión. Si venimos gastando mucho y mal y no hacemos nada para mejorar la calidad del gasto, seguiremos gastando mucho y mal. Si hasta ahora no pudimos dejar de endeudarnos más y más, tampoco dejaremos de hacerlo en lo futuro, dado que no estamos cambiando nada como para que eso ocurra.

Por lo tanto probablemente lo que habría que hacer es, como siempre ocurre en la vida, un poco de cada cosa. Mirar en qué gastamos, llevar adelante auditorías independientes, hacer eficientes las gestiones y reducir el tramiterío y la burocracia.

A estas alturas es probable que alguno de nuestros amables lectores estén pensando que tal vez creamos haber descubierto la pólvora. En absoluto. Cualquier economista sabe lo que aquí con nuestras largas o cortas luces tratamos de explicar. Y nos atrevemos a pensar que los políticos también en general lo saben.

¿Por qué entonces no se encaran las soluciones lógicas mediante planes de mediano plazo que permitan ir corrigiendo el exceso de gasto improductivo haciendo eficientes las economías? Porque es más fácil crear la ilusión de que son los políticos quienes vienen a sacar las castañas del fuego ayudando a los que no pueden o dicen no poder, creando el llamado Estado de bienestar, y buscando congraciarse con los votantes mediante la benevolencia y la caridad.

En términos generales, y por nuestra larga experiencia al menos, los políticos no hacen las cuentas para ver cómo y quién pagará los gastos y las deudas. El caso argentino es un dato incontrastable. En pocos años se eliminaron 13 ceros de la moneda nacional, sufrimos el “rodrigazo”, la salida de la “tablita cambiaria”, el “desagio”, el “plan Bónex”, el “corralito”, el “corralón”, la “pesificación asimétrica”, la apropiación de los fondos de las AFJP, la aplicación de impuestos exorbitantes a las exportaciones, y general un sin fin de “festivales de bonos” tendientes a seguir pagando y pagando a como dé lugar el gasto creciente para mantener la ilusión del bienestar. Ello sin contar el hecho de que por dos veces dejamos de pagar cifras de miles y miles de millones de dólares de deuda externa, contraída justamente para seguir solventando el excesivo gasto. Y como frutilla de la torta, un 25 o 30% de inflación anual acumulada según datos de provincias como Santa Fe; inflación que tiene su origen en la emisión de dinero espurio para financiar el gasto público.

Hablamos de la Argentina porque es lo que mejor conocemos todos. Los políticos se vanaglorian de dar planes de ayuda, asignaciones por hijo, electromésticos, computadoras, etc. Todo eso no es más que un certificado de pobreza para gran parte de la población. Se recurre a la caridad para ayudar al supuesto o real necesitado, con lo cual la necesidad se hace crónica y el problema sigue sin resolverse. Es increíble pero los políticos se jactan de su fracaso, porque el éxito sería que nadie necesitara recurrir a la caridad pública, no que cada vez más gente la requiera.

En la Argentina todo debe ser gratuito o muy barato. Apenas se produce una suba estacional del precio del tomate, por ejemplo, aparece un funcionario archiconocido (verdadero mono con navaja) a prohibir su venta. Y una reciente encuesta en la ciudad de Buenos Aires arroja que un 50% de la población cree que la inflación se combate...¡controlando los precios!.

Por eso los políticos apuntan para ese lado. Porque la gente “compra” eso. Una especie de cuento de Hadas, el reino de Nunca Jamás, claro está.

Tales o cuales servicios pueden y deben prestarse, pero no son gratuitos. Alguien los paga.

Cuando se subsidia al transporte, por ejemplo, el Estado se hace cargo de la diferencia en el precio del boleto. Es decir, ¡no es que el boleto no suba de precio, sino que el Estado paga la diferencia!

El conflicto de intereses, que es el título de este comentario, está originado entonces en el choque que existe entre la cultura política que sabe que repartiendo planes y ayudas se consiguen votos, y el hecho de que tales planes y tales ayudas cuestan muchísimo dinero, que suma “gasto” y origina endeudamiento cuando los recursos no alcanzan. Y cuando los recursos alcanzan, se gastan en eso y no en llevar adelante obras que mejoren la eficiencia y por ende la productividad.

Si algo ha sido constante en Europa en este último medio siglo es la política del beneficio, de la cobertura social, de la ayuda y la protección a desocupados o marginados. Lo cierto es que ninguna cobertura o protección resulta finalmente gratuita y los Estados soberanos deben pagarla de algún modo. De lo contrario, como ha ocurrido, el endeudamiento crece a niveles insoportables hasta que finalmente sólo queda la opción del default, dado que la variante devaluatoria (tan común hace unos años) quedó prácticamente eliminada por la adopción de una moneda común. Los gobiernos europeos en general, y los socialistas en particular, han promovido hasta el hartazgo la idea de que se podía vivir indefinidamente gastando más de lo que se puede. Esa responsabilidad es esencialmente política. Es la política y sus representantes los que una y otra vez se presentan como los buenos y generosos que se oponen a la fría ley del mercado. Pero cuando se produce el desastre, amables lectores, la culpa no es de ellos, sino del capitalismo salvaje. Y últimamente de la globalización, que no deja de ser la consabida división internacional del trabajo y que nada tiene que ver con el gasto excesivo e improductivo.

La Europa generosa y dadivosa, (especialmente fronteras adentro, porque a los inmigrantes los destrata de manera inhumana, quizás porque no votan) no es un producto de la libertad de comercio, sino de la decisión de los gobernantes de llevar adelante el Estado de bienestar sin medir los gastos. Esto es lo que ocurre también en la Argentina, aunque con un claro sesgo populista. El conflicto que señalamos lleva pues a la inexorable necesidad de pagar la fiesta. En eso están los europeos (y también los norteamericanos, aunque su gasto excesivo tenga razones bastante diferentes), y pronto estaremos también los argentinos.

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 1º de octubre de 2011

ECOTRIBUTARIA

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Una buena administración permite reducir la carga tributaria. La auditoría fiscal brinda un reaseguro de gran importancia.

Una segunda opinión, nunca está demás.

Monotributo Categorías

CONSIDERACIONES SOBRE EL MONOTRIBUTO


El régimen simplificado para pequeños contribuyentes, conocido popularmente como Monotributo, fue instaurado en el año 1998 mediante la ley 24.977. Esa ley sufrió varias modificaciones, la última de las cuales proviene de la ley 26.565 de diciembre de 2009.

Es importante recordar que el Monotributo llegó para sustituir el impuesto a las ganancias y el impuesto al valor agregado para los contribuyentes de menores ingresos. Esto significa que quienes se adhieren a este régimen, que es voluntario, quedan exentos de los impuestos citados y en su lugar deben abonar una cifra mensual en concepto de “impuesto integrado” más los aportes al régimen jubilatorio y a la seguridad social.


Como se sabe, la obligación es de ingresar valores fijos determinados según la categoría en función de ciertos parámetros, entre los cuales se destaca, principalmente, el nivel de ingresos brutos obtenidos anualmente.

No queremos abundar acá en los detalles del régimen, sino señalar ciertas evidentes falencias que se reiteran y que no son corregidas, amén de que poco se hace desde las entidades empresarias y profesionales para que las correcciones se encaren de una buena vez.

La categoría de ingresos más baja que obliga al pago del impuesto integrado y los aportes previsionales es la “B”, que tiene como tope un ingreso bruto anual de $ 24.000.-, es decir un promedio de $ 2.000.- por mes.


Con sólo pensar que el salario mínimo vital y móvil ha sido fijado en $ 2.300 mensuales brutos, a los que hay que agregar el sueldo anual complementario (lo que termina arrojando un promedio mensual de $ 2.492.-, es decir casi un 25% más que el tope de la categoría “B” del Monotributo), podemos tener una idea de la ridiculez de la cifra, que no se modifica desde hace varios años, pese a que al menos se suprimió, en la última reforma citada, la primera categoría, la “A”, que tenía como tope un ingreso anual de $ 12.000.- y que sólo fue quitada a último momento del proyecto de ley. A tal punto que ni siquiera se modificó la letra asignada a la segunda categoría en ese entonces, que pasó a ser la primera: la “B”, que es de la que estamos hablando.

Otro de los parámetros a considerar para categorizarse es el de los alquileres devengados anualmente. Para ésta categoría, el monto estipulado por tal concepto es de hasta $ 9.000.-

Esto significa que en la práctica una persona que trabaja de manera independiente y para ello alquila un local u oficina por el que paga, suponiendo que exista hoy en día, un monto mensual promedio de $ 750.- y por lo tanto le queda un ingreso neto, si no tuviera ningún otro gasto, de $ 1.250.- en promedio, deberá pagar $ 219.- en concepto de impuesto integrado y aporte previsional, correspondiendo al primero de estos ítems la cifra de $ 39.-

Dicho de otra manera, un individuo que tiene un ingreso de $ 1.250 por mes debe pagar, hoy por hoy, $ 39.- de impuesto sustitutivo del gravamen a las ganancias y al valor agregado.

Obviamente que estamos en un supuesto en el que el sujeto en cuestión no tiene ningún otro gasto, lo cual es imposible. Se supone que tendrá este contribuyente gastos de viaje, luz eléctrica, telefonía, etc. que deberá abonar y que naturalmente reducirán aún más sus magrísimos ingresos.

El absurdo de esta normativa es tan evidente que resulta incomprensible que no sea modificado. Reiteramos que la vigencia se ha consolidado en diciembre de 2009, mes y año en el que se agregó el parámetro del alquiler que comentamos, que antes no existía.

La categoría “C”, es decir, la siguiente, estipula un ingreso anual tope de $ 36.000.-, y la “D” uno de $ 48.000.-. En la primera el valor locativo se mantiene en $ 9.000 anuales, en la segunda dicho valor se eleva a $ 18.000.-

Un dato adicional es que, desde diciembre de 2009 a la fecha

Un párrafo aparte merece el hecho de que aún no teniendo ingresos solamente es factible la recategorización en forma cuatrimestral y por lo tanto la obligación de pagar subsiste. Y también que el parámetro fija un tope de ingresos, que por supuesto pueden ser menores. En el caso de la categoría “B”, que es la mínima, no es posible recategorizarse a una categoría más baja en el caso de tener ingresos menores, porque obviamente ella no existe.

Por su lado en las categorías más altas del régimen tenemos otro tipo de problemas. Una vez superados los $ 200.000 anuales solamente pueden ser monotributistas los vendedores de cosas muebles, y hasta una cifra tope de $ 300.000.- Los demás parámetros (que no detallamos en aras de la brevedad) quedan en los valores consignados como topes para un ingreso anual de $ 200.000, pero se agrega una nueva condición, y es que el contribuyente para permanecer en el régimen debe tener incorporados empleados. Así, hasta $ 235.000 debe tener al menos un empleado; hasta $ 270.000 dos empleados, y hasta $ 300.000 tres empleados.

Es decir que lo que aquí hace el legislador es exigirle al responsable que incorpore empleados en sus tareas, o de lo contrario que se pase al régimen general y tribute impuesto a las ganancias e IVA, amén de incorporarse al régimen de trabajadores autónomos.

¿Cuál es la razón de esta exigencia? Es evidente que el Estado considera ventajoso permanecer en el Monotributo y por eso se la establece. En principio resultaría menos costoso incorporar empleados y no entrar en el régimen general, aún cuando no se necesiten empleados. Un criterio similar existía en la ley anterior a 2004, había sido eliminado en ese año y volvió a tener vigencia desde 2009. Hay otra razón, que es esgrimida por ciertos profesionales y verdaderamente resulta llamativa: dado que el Estado no puede fiscalizar debidamente para encontrar empleos no registrados, es mejor otorgar un incentivo que haga que los empleadores resuelvan declararlos.

Como puede verse, los argumentos resultan cuando menos insólitos. Por un lado que alguien deba incorporar empleados que no necesita para bajar la carga tributaria y administrativa no parece ser una manera de mejorar las condiciones de eficiencia de una economía de por sí inflacionaria y que debe recurrir a “tipos de cambio competitivos” para poder sostenerse. Por el otro otorgar un beneficio (supuesto o real, pero intencional al fin) a quienes blanqueen a sus empleados es un impresentable premio al evasor.

Daremos algunas cifras como para que se tenga una idea de la carga fiscal que representan estos escenarios.

Un contribuyente que tiene ingresos brutos de $ 300.000 anuales, abonará por concepto de impuesto integrado la suma de $ 32.400. Este valor corresponde a una ganancia neta de $ 131.428,57. Es decir que una persona que tenga ese ingreso y le quede un neto de ganancia igual al segundo de los valores citados, deberá pagar $ 32.400 de impuesto a las ganancias si pasa al régimen general.

A esto se agrega que deberá facturar con IVA al 21% y armar un registro que le permita llevar los libros IVA compras e IVA ventas en condiciones de determinar mensualmente el valor neto del gravamen. Aclaramos que aún los monotributistas deben llevar estos registros, aunque son pocos los que lo hacen. No se trata de libros rubricados, sino de libros que permitan establecer cómo van dando las cuentas.

El Estado, como decimos, considera que la opción del régimen general es menos ventajosa que la del Monotributo, y por eso impone la exigencia del empleo. Supone que nadie puede tener un negocio con un ingreso superior a $200.000 por año y no tener gente trabajando. Pero también supone esa ventaja en los costos, lo cual lleva a la conclusión que mencionamos, que equivale a un subsidio para que se emplee gente. O también una forma de competir deslealmente, ya que las ventajas comparativas entre uno y otro sistema no lo hacen equivalente, como debería ser para tener un efecto neutro en los costos. Porque tener menor carga fiscal equivale a un fomento a la competencia desleal.

Un dato que no podemos dejar de mencionar es que durante estos casi dos años transcurridos desde la última modificación, el sueldo promedio de la población ha crecido en valores nominales no menos de un 50% o 60%. Por supuesto que aportamos este dato porque la comparación entre un trabajador autónomo o un pequeño comerciante y el trabajador en relación de dependencia es, o debería ser, una obviedad. El atraso en la adecuación de valores se suma entonces al resto de los problemas que presenta el sistema.

CONCLUSIONES

Las conclusiones a las que arribamos se deducen solas del comentario. Un sistema de patentes, porque de eso se trata, que tiene distorsiones incomprensibles y justificaciones insólitas, aún allí donde las distorsiones puedan no ser tan importantes.

HÉCTOR BLAS TRILLO Buenos Aires, 20 de setiembre de 2011

ECOTRIBUTARIA

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Una buena administración permite reducir la carga tributaria. La auditoría fiscal brinda un reaseguro de gran importancia.

Una segunda opinión, nunca está demás.

Industria Argentina

ACTUALIDAD ECONÓMICA: La mano dura oficial


Algunos piensan, qué duros que son, por qué están con la ministra de Industria que mete licencia acá y allá. Si eso es para lograr más trabajo y producción en la Argentina, tenemos la obligación de hacerlo por los 40 millones de argentinos Cristina Fernández de Kirchner

En estas breves palabras expresadas por la presidenta de la Nación durante un acto de celebración del 60º aniversario de Mercedez Benz Argentina, en el partido de La Matanza, podemos encontrar el lumpen de la base ideológica que la guía y también la esencia de nuestro profundo disenso con ese modo de ver las cosas. No hace falta más.


Aún así, agregaremos más, siempre tomándonos del mismo discurso que pretendemos comentar. Porque somos contestes de que no sólo aquello que abunda no daña, sino que además corrobora.

Las palabras de la presidenta hicieron hincapié en el gran crecimiento de la industria automotriz argentina; destacando la participación creciente de autopartes de fabricación nacional. Y también que la firma de marras vuelva a producir camiones en el país luego de 20 años de no hacerlo.

Naturalmente siempre el crecimiento de la industria, o del agro o de los servicios o de lo que sea, es una buena señal en términos económicos y redunda, evidentemente, en una mejoría general de las condiciones económicas del país. Ello así en tanto tal mejora sea genuina y no producto de artilugios monetarios y promociones varias, porque si ese fuera el caso, estaríamos ayudando a unos con el dinero de los otros.


Entendemos que, en términos generales y muy lamentablemente, esto es lo que viene ocurriendo en la Argentina.

Baste traer a cuento la surrealista disposición oficial según la cual quien importa debe exportar lo que sea por un valor similar para entender el verdadero zafarrancho en el que estamos metidos.

Es sabido que mientras la industria percibe por las exportaciones que realiza dólares al cambio oficial de $ 4,24 aproximadamente por unidad de dólar, mientras que el exportador de soja solamente recibe $ 2,756 por cada dólar. Es obvio que toda la ayuda que puede llegar a recibir la industria, cualquiera sea ella, proviene de recursos fiscales, el principal de los cuales es este. El Estado se queda con $ 1,484 por cada dólar de soja exportado. Dinero que ingresa a rentas generales, obviamente. Y que como sabemos salvo en casos específicos no se coparticipa, además.

La presidenta también hizo una mención a la falta de cloacas y de agua potable en La Matanza, un juego político de bajo vuelo porque de ese tipo de cuestiones deben encargarse los municipios y no la presidenta de la república. Pero dejemos esto que no es lo fundamental, aunque no está demás señalarlo, porque hay una tendencia muy marcada en la Argentina en atribuir todos los logros al accionar particular de los presidentes. Y eso no sólo no es cierto, sino que es imposible.

Vayamos entonces a la frase inicial de este comentario. La ministra “mete licencia acá y allá” significa que arbitrariamente una funcionaria colaboradora del Poder Ejecutivo hace lo que le viene en ganas. Eso se llama arbitrariedad, discrecionalidad. Y, corriendo un poco hacia arriba o hacia abajo el listón: amiguismo.

No pretendemos poner en duda la honestidad intelectual y moral de la señora Déborah Giorgi, pero entregar semejante poder a una persona no solamente va en contra de la constitución y de las leyes, sino que apunta a un grado de soberbia inconcebible en un Estado de Derecho. Nadie puede saber de todo tanto como para decidir qué sí y qué no y en qué cantidades y cuándo y cómo y por qué y para qué. Es tan absurdo que agobia. Sin embargo se dice, se afirma, se toma como un logro, y a nadie se le mueve un pelo.

Sigamos: si para lograr más trabajo en la Argentina sacamos fondos de un lado (el campo) para ponerlos en otro (la industria), no creamos más trabajo, sino que desplazamos el trabajo de un lado al otro. Podrá argüirse que la industria genera más trabajo que el campo, pero nosotros consideramos que eso no es así. Las grandes industrias cuentan con un grado de tecnificación tan grande que cada vez es menor la mano de obra ocupada para igual producción. Hoy en día la mano de obra se ocupa esencialmente en servicios, no en industria. Por su parte el campo en sí mismo ocupa gente, obviamente, pero básicamente lo que su desarrollo genera es agroindustria, con lo cual el resultado termina siendo más o menos similiar al que produce el desarrollo de la industria al que alude la presidenta. Con una diferencia: el costo.

Quitar dinero de un sector altamente eficiente (el sojero) para dar ayudas a General Motors o a quien fuera no parece ser una manera de hacer crecer, sino de que crezca uno a costa del otro. Esta es la verdad.

Ahora bien, la otra pregunta es por qué de todas maneras crece la Argentina. Y la respuesta está, justamente, en el campo y en la agroindustria como base. No es que la industria automotriz no haya crecido mucho, es que el crecimiento debe medirse en términos de rentabilidad, y ésta en términos de productividad. Dicho de otra manera: lo que permite medir genuinamente el crecimiento es el resultado neto. Y tal resultado se obtiene de comparar la producción con los costos. Producir muchísimos bienes a un costo que casi no deje utilidad, puede ocupar mano de obra o lo que sea, pero no hace crecer al país en su conjunto como debería. La maximización del beneficio, la mejor utilización de los recursos es la que lo hace.

Y no caben dudas de que los recursos en la Argentina, deben volcarse a los sectores más productivos y eficientes, sin desmerecer a ningún sector.

¿Fabricaría nuevamente camiones Mercedez Benz si tuviera que venderlos con el dólar a $2,756? Si la respuesta es no, entonces el anuncio presidencial encierra un sofisma. Porque a algún precio cualquiera puede fabricar algo, si alguien le presta o le regala el dinero.

No queremos personalizar en esa empresa y lo aclaramos. El tipo de cambio que estamos refiriendo es un dato, y evidentemente quien hace las cuentas toma los $ 4,24 que vale el dólar.

Otro aspecto que también mencionó la presidenta es el referido a la comparación entre sector financiero y sector productivo. Esta dicotomía, que consideramos una verdadera falacia, no es nueva, en especial en sectores llamados heterodoxos. Veamos: no existe producción si no existe financiamiento. Tanto es así que la propia presidenta habló de financiar la producción, el trabajo, la apertura de fábricas, la dación de créditos. Y dijo algo que verdaderamente nos sorprendió: “para eso queremos el sistema financiero, porque si no piensan que pueden terminar siendo gallinas y empollar dinero”.

Es interesante preguntarse por qué razón el Estado argentino lleva emitidos bonos denominados Letras del Banco Central y Notas del Banco Central (Lebacs y Nobacs) por más de 20.000 millones de dólares. O por qué la inmensa cantidad de bonos emitidos por el Estado son todos al portador mientras las acciones deben ser nominativas.

Es interesante a su vez preguntarse para qué quiere el dinero quien emite un bono y lo toma. Para qué lo quiere el Estado.

Es obvio que lo hace para llevar acabo alguna operación, la que fuera. A lo mejor se trata de una operación anterior que desea cancelar, o como se dice en la jerga, refinanciar.

Digámoslo aún de otro modo: nadie toma dinero y paga un interés por él para quedarse observando el dinero como si fuera el Tío Rico. Está bien claro.

Ahora bien, el trasfondo de lo dicho por la presidenta es que hay un dinero especulativo y otro creativo. Detalle que implica suponer que un dinero prestado para crear una fábrica, por ejemplo, es diferente del dinero prestado para consumir un bien, o a su vez de otro destinado a adquirir un bono. Un bien que debe ser producido por una fábrica, y que si esa fábrica no tiene quien se lo compre porque no hay crédito al consumo, carece de sentido que lo produzca. Si para tener dinero se endeuda o emite un bono, tal bono no difiere en principio de ningún bono público o de otra índole emitido por quien fuere.

La cadena o apalancamiento de préstamos especulativos, tiene siempre como objetivo el fin último que es el bien producido. El gasto al que se destinan en general los recursos obtenidos por el Estado mediante endeudamiento, consiste en el consumo de bienes producidos.

Puede resultar cansador repetir que ningún bono, ningún préstamo, ningún endeudamiento tiene otro motivo que financiar la adquisición de bienes y de servicios.

Y cuando se produce el traslado de un bono de un tenedor a otro, eso es porque el segundo prefiere adquirirlo y el primero necesita el dinero, del mismo modo que ocurre cuando se descuenta un cheque o un pagaré.

Para finalmente decirlo con todas las letras, las distinciones entre lo financiero y lo económico; o entre lo especulativo y lo productivo, son un sofisma. El fondo de la cosa es que se emiten papeles garantizados o no por determinados bienes o por créditos. Y nada más.

Y en definitiva, es muy loable la pretensión de lograr más trabajo y producción en la Argentina. Pero la razón de ser de la producción de bienes es su comercialización, para lo cual hace falta un mercado de créditos al consumo.

No es cerrando las fronteras como se mejora la situación de una economía, sino volviéndola competitiva mediante una mayor eficiencia. Y esto se logra con reglas de juego claras, con seguridad jurídica y con respeto a los contratos.

La razón por la cual las medidas proteccionistas e inflacionistas son bien vistas por muchos empresarios, es que prefieren esta clase de arreglos a tener que salir a competir con el mundo.

Fabricar más piezas locales, otro de los desafíos presidenciales, da trabajo a los argentinos y evita tener que importar tales piezas. Eso a su vez mejora la balanza comercial.

Pero todo excedente de dinero debe ser aprovechado para adquirir en el Exterior aquello que no producimos y necesitamos. Nuevas tecnologías, nuevas máquinas, nuevos desarrollos industriales. El objeto del balance comercial favorable es el consumo de tal balance en cosas útiles

La producción local es complementaria de la importación, y productora de los bienes para su exportación. Forzarla mediante fronteras cerradas, “licencias” de la ministra” y trabas de todo tipo, no permite hacerla competitiva. Todos tenemos bien presente la calidad de tantos materiales y repuestos de lo que fuere fabricados localmente. Es obvio que no se logra la calidad de la competencia externa porque no hay inversiones y tecnología suficientes. Eso no se logra con “mano dura” y arbitrariedad, sino con seguridad jurídica y estado de derecho, con una moneda sana que no sea emitida a troche y moche para paliar gastos improductivos de carácter político. Con una genuina política monetaria, seria y predecible. Es así como se logra trabajo para todos, y trabajo de calidad y bien remunerado.

ECOTRIBUTARIA

ECONOMÍA Y TRIBUTACIÓN

www.hectortrillo.com.ar

Una buena administración permite reducir la carga tributaria. La auditoría fiscal brinda un reaseguro de gran importancia.

Una segunda opinión, nunca está demás.

Páginas

Suscribirse a RSS: blogs